2. El 20 de noviembre en su
catequesis dijo:
“El servicio que presta el
sacerdote como ministro, por
parte de Dios, para perdonar
los pecados,
es muy delicado,
es un servicio muy delicado”.
Este importante y delicado
servicio, requiere que
“su corazón esté en paz;
que el sacerdote tenga el
corazón en paz, que no
maltrate a los fieles, sino que
sea apacible, benevolente y
misericordioso; que sepa
sembrar esperanza en los
corazones”.
3. El sacerdote confesor
debe ser consciente de
que
“el hermano o la
hermana que se acerca
al sacramento de la
Reconciliación busca el
perdón y lo hace como
se acercaban tantas
personas a Jesús, para
que las curara”.
4. Luego en modo de
consejo dijo:
“El sacerdote que no
tiene esta disposición de
ánimo es mejor, que
hasta que no se corrija,
no administre este
Sacramento. Los fieles
penitentes tienen el
deber ¿no? Tienen el
derecho. Nosotros
tenemos el derecho,
todos los fieles,
de encontrar en los
sacerdotes los servidores
del perdón de Dios”.
5. “¿Queridos hermanos
y hermanas, como
miembros de la Iglesia,
¿somos conscientes de
la belleza de este don
que Dios mismo nos
da? ¿Sentimos la
alegría de esta
curación, de esta
atención maternal que
la Iglesia tiene para
nosotros? ¿Sabemos
valorarla con
simplicidad?”,
cuestionó luego.
6. “Dios mismo es quien ha
querido conferir su perdón
a través de los sacerdotes.
Dios nunca se cansa de
perdonarnos;
mediante el ministerio del
sacerdote nos estrecha en
un nuevo abrazo que nos
regenera y nos permite
levantarnos de nuevo y
reanudar el camino.
Porque ésta es nuestra
vida: continuamente
levantarse y seguir
adelante”.
7. El 21 de noviembre al recibir a seis miembros
del Comité latinoamericano de líderes
religiosos de religiones por la paz , dijo:
“la agresión no puede ser un acto de fe”,
8. El 21 de noviembre dijo por la Asamblea Plenaria de la
Congregación para las Iglesias Orientales:
"Los cristianos vivan en paz en la tierra de Jesús.
No me resigno a pensar en un Oriente Medio sin
cristianos,
Sigamos rezando por la paz en Oriente Medio,
especialmente en Siria y Tierra Santa.
9. "Pienso especialmente en la tierra bendita
donde Cristo vivió, murió y resucitó... y en
la que la luz de la fe no se ha extinguido; al
contrario,
resplandece con fuerza.
10. Es la 'luz de Oriente'
que 'ha iluminado a la
Iglesia universal ,
desde que apareció
sobre nosotros un sol
naciente, Jesucristo,
nuestro Señor' .
Por consiguiente,
cada católico tiene una
deuda de gratitud con
las Iglesias que viven en
esa región".
11. las condiciones de vida de
los cristianos que, en
muchas partes de Oriente
Medio, sufren gravemente
las consecuencias de las
tensiones y conflictos .
Siria, Irak, Egipto y otras
zonas de la Tierra Santa, a
veces se llenan de lágrimas.
El Obispo de Roma no
descansará mientras haya
hombres y mujeres, de
cualquier religión,
menoscabados en su
dignidad, sin lo necesario
para la supervivencia,
privados del futuro,
obligados a la condición de
12. "Hoy día, junto con los pastores de las
Iglesias Orientales, hacemos un llamamiento
para que se respete el derecho de todos a
una vida digna y de profesar libremente su
fe. “
13. pensar en un Oriente
Medio sin los cristianos,
que desde hace dos mil
años confiesan el
nombre de Jesús,
insertados como
ciudadanos de pleno
derecho en la vida
social, cultural y
religiosa de las naciones
a las que pertenecen. El
dolor de los más
pequeños y los más
débiles, con el silencio
de las víctimas, plantea
una pregunta insistente:
14. "Me dirijo por tanto a toda la Iglesia para exhortar a la
oración,
que sabe conseguir del corazón misericordioso de Dios,
la reconciliación y la paz. La oración desarma la necedad
y genera un diálogo allí donde hay un conflicto abierto.
Si es sincera y perseverante, hará a nuestra voz humilde
y firme, capaz de ser escuchada incluso por los líderes
de las naciones".
15. Jerusalén,
"donde todos hemos nacido espiritualmente".
"Les deseo todo el consuelo para que sea
realmente profecía de esa convocación
definitiva,
de Oriente a Occidente, dispuesta por Dios".
16. María es
"la madre de la
esperanza",
es "el ícono más
expresivo de la
esperanza cristiana",
"toda la vida es un
conjunto de actitudes de
esperanza empezando
por el ‘sí’
en el momento de la
Anunciación: María no
sabía cómo podía ser
madre,
pero se confió
totalmente al misterio
que estaba por
cumplirse, y se convirtió
17. Ante todas las dificultades,
"la esperanza de la Virgen no vacila nunca, y esto
nos dice que la esperanza se nutre de escucha y
paciencia".
“Incluso al pie de la Cruz,
cuando "todo parece verdaderamente perdido
y la esperanza podría decirse apagada", cuando –al
recordar las promesas de la Anunciación– María
habría podido decir
"fui engañada", ella "continúa creyendo en su fe y
ve el futuro nuevo que espera con esperanza el
18. "Muchas veces pienso; no sabemos esperar el
mañana, vemos siempre el hoy, el hoy, el hoy".
Pero, incluso en el sepulcro de Jesús, "la única
lámpara encendida es la esperanza de la madre,
que en ese momento es la esperanza de todo el
mundo".
19. "María es madre de
esperanza,
nos sostiene en los
momentos de oscuridad,
de dificultad, de
desconsuelo, de aparente
derrota".
"Que nos ayude, pues a
hacer de nuestra vida
que agrade al Padre
celestial, un don alegre
para nuestros hermanos
con una actitud que
siempre ve hacia el
mañana".
20. El 22 de noviembre dijo:
"El Templo es el lugar a donde la comunidad va a
rezar, a alabar al Señor, a dar gracias, pero sobre todo
a adorar: en el Templo se adora al Señor. Y este es el
punto más importante.
También, esto es válido para las ceremonias litúrgicas:
en esta ceremonia litúrgica,
¿qué es más importante? ¿Los cantos, los ritos bellos,
todo?
La adoración es más importante: toda la comunidad
reunida mira el altar donde se celebra el sacrificio y se
21. "Pero, yo creo–lo digo humildemente–
que quizás nosotros cristianos hemos
perdido un poco el sentido de la adoración,
y pensamos: vamos al Templo,
nos reunimos como hermanos
– ¡eso es bueno, es bello! – pero el centro
está allí donde está Dios. Y nosotros
adoramos a Dios".
22. De esta afirmación brota la pregunta, directa:
"nuestros templos ¿son lugares de adoración,
favorecen la adoración? ¿Nuestras
celebraciones favorecen la adoración?".
Jesús, echa a los vendedores que habían
ocupado el Templo como un lugar de tráficos
en vez que de adoración. Pero hay otro
"Templo" y otra sacralidad que considerar en
la vida de fe.
23. "San Pablo nos dice que somos templos del
Espíritu Santo. Yo soy un templo.
El Espíritu de Dios está conmigo. Y también
nos dice:
¡No entristezcan el Espíritu del Señor que
está dentro de ustedes!’.
24. Y también aquí, tal vez no podemos hablar
como antes de la adoración, sino de una
suerte de adoración que es el corazón que
busca el Espíritu del Señor dentro de sí y
sabe que Dios está dentro de sí, que el
Espíritu Santo está dentro de sí.
25. Ciertamente la secuela de Dios presupone
una continua purificación, "porque somos
pecadores", "purificarse con la oración, con
la penitencia, con el Sacramento de la
reconciliación, con la Eucaristía".
26. Y así, "en estos dos templos –el templo
material,
el lugar de adoración, y el templo espiritual
dentro de mí, donde habita el Espíritu Santo–
en estos dos templos nuestra actitud debe ser
la piedad que adora y escucha, que reza y
pide perdón, que alaba al Señor".
27. "Y cuando se habla de la alegría del
Templo,
se habla de esto: toda la comunidad en
adoración, en oración, en acción de
gracias, en alabanza.
Yo en oración con el Señor,
que está dentro de mí porque yo soy
‘templo’.
28. Que el Señor nos conceda este verdadero
sentido del Templo, para poder ir adelante
en nuestra vida de adoración y de escucha
de la Palabra de Dios".
29. El 23 de noviembre dijo:
“hoy, más que nunca, la Iglesia debe dar
ejemplo a toda la sociedad del hecho de
que los ancianos,
a pesar de los ‘achaques’ inevitables, a
veces graves, son siempre importantes, es
más, son de hecho indispensables”.
30. Más allá de cualquier
“visión discriminante”,
la vida humana
“conserva siempre su valor a
los ojos de Dios”.
Por ello, los ancianos
participan “plenamente en la
misión de la Iglesia”, pues
llevan consigo
“la memoria y la sabiduría de
la vida, para transmitirla a los
demás”.
31. “Es importante el apoyo de ayudas y de servicios
adecuados, con el objetivo de respetar la
dignidad,
la identidad y las necesidades del paciente, pero
también de los que asisten al enfermo, familiares
y agentes profesionales. Esto sólo es posible en un
ambiente de confianza y como parte de una
32. “Vivida así, la atención al enfermo se vuelve una
experiencia muy rica, tanto profesional como
humanamente; de lo contrario, se vuelve mucho
más similar a la simple y fría ‘protección física’”.
33. El 23 de diciembre en la clausura del año de la
fe dijo: El deseo de Dios, es evocado por las
palabras del salmista: ‘Como la cierva busca
corrientes de agua, así mi alma te busca a ti,
Dios mío. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios
vivo: ¿cuándo vendré y veré el rostro de Dios?’
¡Cuánto es importante mantener vivo este
deseo, este anhelo de encontrar al Señor y hacer
experiencia de Él, hacer experiencia de su amor,
hacer experiencia de su misericordia!
34. Si viene a faltar la sed del Dios viviente,
la fe corre el riesgo de convertirse en rutinaria,
corre el riesgo de apagarse,
como un fuego que no es reavivado.
Corre el riesgo de volverse rancia, sin sentido.
35. En el tumulto de tantas voces que resuenan
alrededor de nosotros y dentro de
nosotros, ustedes han escuchado y acogido
la voz que les indicaba a Jesús como el
único que puede dar pleno sentido a
nuestra vida.
36.
Dios, en primer lugar, viene hacia cada uno de
nosotros.
¡Y esto es maravilloso, Él viene a nuestro
encuentro!
En la Biblia Dios aparece siempre como aquel que
toma la iniciativa del encuentro con el hombre:
es Él quien busca al hombre, y por lo general,
lo busca justamente mientras el hombre hace la
experiencia amarga y trágica de traicionar a Dios
37. Dios no espera a buscarlo:
¡lo busca enseguida!
¡Es un buscador paciente
nuestro Padre!
Él nos precede y nos espera
siempre.
No se cansa de esperarnos.
No se aleja de nosotros,
sino que tiene la paciencia de
esperar el momento oportuno
para el encuentro con cada uno
de nosotros.
Y cuando ocurre el encuentro,
no es nunca un encuentro
apresurado, porque Dios desea
permanecer por mucho tiempo
con nosotros para sostenernos,
para consolarnos,
para donarnos su alegría.
38. Dios se apresura para encontrarnos,
pero nunca se apresura para dejarnos.
Se queda con nosotros. Como nosotros lo
anhelamos a Él y lo deseamos, así también Él
tiene el deseo de estar con nosotros, porque
nosotros le pertenecemos a Él,
somos “cosa” suya, somos sus criaturas.
39. También Él, podemos
decir, tiene sed de
nosotros, de
encontrarnos.
Nuestro Dios es un
Dios sediento por
nosotros. Este es el
corazón de Dios… ¡es
bello sentir esto!
40. Jesús…
Recuerden siempre esto,
la fe es un camino con Jesús
y es un camino que dura
toda la vida.
Al final estará.
Ciertamente, en algunos
momentos de este camino
nos sentimos cansados y
confundidos. Pero la fe nos
da la certeza de la presencia
constante de Jesús en cada
situación, también la más
dolorosa o difícil de
entender. Estamos llamados
a caminar para entrar
siempre más adentro del
misterio del amor de Dios,
que nos sobrepasa y nos
41.
Los invito a custodiar el entusiasmo del primer
momento que les hizo abrir los ojos a la luz de la
fe;
a recordar, como el discípulo amado, el día, la
hora en la cual por primera vez permanecieron
con Jesús, sintieron su mirada sobre ustedes.
42. No se olviden nunca esta mirada de Jesús, sobre
ti, sobre ti, sobre ti... ¡No se olviden nunca esa
mirada, es una mirada de amor! Y así estarán
siempre seguros del amor fiel del Señor. Él es fiel,
estén seguros! ¡Él no los traicionará jamás!".
43. El 25 de noviembre dijo:
En este tiempo de gracia, hemos podido
redescubrir lo esencial del camino cristiano, en el
que la fe, junto con la caridad, ocupa el primer
lugar. La fe, en efecto, es cimiento de la
experiencia cristiana, porque motiva las opciones
y los actos de nuestra vida cotidiana. Es la vena
inagotable de todas nuestras acciones, en la
familia, en el trabajo, en la parroquia, con los
amigos, en los diferentes entornos sociales".
44. genuina, se ve, en
especial en los
momentos de dificultad
y de prueba: entonces
el cristiano se deja
tomar en brazos por
Dios, y se aferra a él,
con la seguridad de
confiar en un amor
fuerte, como roca
indestructible.
Precisamente en las
situaciones de
sufrimiento, si nos
abandonamos a Dios
con humildad,
45. "Somos testigos de que
la fe en Cristo es capaz
de reavivar los
corazones
y de llegar a ser
realmente la fuerza
impulsora de la nueva
evangelización.
Una fe vivida en
profundidad
y con convicción tiende
a abrirse con largo
alcance al anuncio del
Evangelio".
46. nuestras comunidades sean
misioneras!
En efecto, para un apostolado
valiente, se necesitan
comunidades cristianas
comprometidas,
para llegar a las personas,
en los ambientes donde se
encuentren, aun en los más
difíciles".
"hay tantas personas que
necesitan un gesto humano,
una sonrisa,
una palabra verdadera,
un testimonio a través del cual
percibir la cercanía de
Jesucristo. Que no le falte a
nadie este signo de amor y de
47. "la solidaridad en el
compartir el dolor e
infundir esperanza es
premisa y condición para
recibir en herencia ese
Reino preparado para
nosotros.
El que practica la
misericordia no teme la
muerte.
Piensen bien en esto:
¡el que practica la
misericordia no teme la
muerte!
¿Están de acuerdo?
¿Lo decimos juntos para
48. El que practica la misericordia no teme la muerte.
Y ¿por qué no teme la muerte? Porque la mira a la
cara en las heridas de los hermanos y la supera con
el amor de Jesucristo".
49. "Si se entiende como el fin de todo, la muerte
asusta, aterroriza, se transforma en amenaza que
despedaza todo sueño, toda perspectiva, toda
relación e interrumpe todo camino. Eso sucede
cuando consideramos nuestra vida como un
tiempo encerrado entre dos polos:
el nacimiento y la muerte;
cuando no creemos en un horizonte que va más
allá de la vida presente; cuando se vive como si
Dios no existiera".
50. “Esta concepción de la
muerte, es típica del
pensamiento ateo, que
interpreta la existencia
como un encontrarse de
casualidad en el mundo y
un caminar hacia la nada.
Pero también hay un
ateísmo práctico, que es un
vivir solo para los propios
intereses, un vivir solo para
las cosas terrenas. Si nos
dejamos llevar por esta
visión equivocada de la
muerte, no tenemos otra
opción que la de ocultarla,
negarla o banalizarla para
51. "Pero contra esta falsa solución, el ‘corazón’
del hombre se rebela, el anhelo que todos
tenemos de infinito, la nostalgia que todos
tenemos de lo eterno. Y, entonces, ¿cuál es
el sentido cristiano de la muerte? “
52. Si miramos los momentos más dolorosos de
nuestra vida, cuando perdimos a un ser querido,
percibimos que, incluso ante el drama de la
pérdida o lacerados por la separación, se eleva
del corazón la convicción de que no puede haber
acabado todo, que el bien dado y recibido no ha
sido inútil. Hay un instinto poderoso dentro de
nosotros que nos dice que nuestra vida no acaba
53. "esta sed de vida ha encontrado su respuesta real
y digna de confianza en la resurrección de
Jesucristo.
La resurrección de Jesús no nos da solo la certeza
de la vida más allá de la muerte, sino que ilumina
también el misterio mismo de la muerte de cada
uno de nosotros..”
54. Si vivimos unidos a
Jesús, fieles a Él,
seremos capaces de
afrontar con
esperanza y
serenidad también el
pasaje de la muerte.
La Iglesia, en efecto
reza:
‘Si nos entristece la
certeza de tener que
morir, nos consuela
la promesa de la
inmortalidad futura’.
¡Ésta una hermosa
55. "Una persona tiende a
morir como ha vivido.
Si mi vida fue camino
con el Señor, un
camino de confianza en
su inmensa
misericordia, voy a
estar preparado para
aceptar el último
momento de mi
existencia terrena,
como confiado
abandono definitivo en
sus manos acogedoras,
en espera de
contemplar cara a cara
su rostro.
56. Y esto es lo más bello que puede sucedernos.
Contemplar cara a cara aquel rostro maravilloso
del Señor, verlo como Él es: hermoso, lleno de
luz, lleno de amor, lleno de ternura. Nosotros
vamos hacia esa meta: encontrar al Señor".
57. “En este horizonte, se
comprende la invitación
de Jesús a estar siempre
listos, vigilantes,
sabiendo que la vida en
este mundo nos es dada
también para preparar la
otra vida, aquella con el
Padre celestial.
Y para ello hay un
camino seguro:
prepararse bien a la
muerte, estando cerca de
Jesús.
58. Ésta es la seguridad:
yo me preparo a la muerte estando cerca de Jesús.
¿Y cómo se está cerca de Jesús?: con la oración,
los Sacramentos y también en la práctica de la
caridad".
59. "Recordemos que Él mismo se
identificó en los más débiles
y necesitados. Él mismo se
identificó con ellos en la
célebre parábola del juicio
final, cuando dice:
‘tuve hambre, y ustedes me
dieron de comer; tuve sed,
y me dieron de beber; estaba
de paso,
y me alojaron; desnudo,
y me vistieron; enfermo,
y me visitaron; preso,
y me vinieron a ver...
Les aseguro que cada vez que
lo hicieron con el más
pequeño de mis hermanos, lo
hicieron conmigo’.
60. Por lo tanto, un camino seguro es el de
recuperar el sentido de la caridad cristiana
y del compartir fraterno, cuidar las llagas
corporales y espirituales de nuestro
prójimo".
61. "si abrimos la puerta de nuestra vida y de nuestro
corazón a los hermanos más pequeños y
necesitados, entonces también nuestra muerte será
una puerta que nos llevará al cielo, a la patria
bienaventurada, hacia la cual nos dirigimos,
anhelando morar para siempre con nuestro Padre,
Dios, con Jesús, con la Virgen María y los santos".
62. El 30 de noviembre dijo:
“Espero que el compromiso de caminar en la
fe y de comportarse de manera coherente
con el Evangelio les acompañe en este
tiempo de Adviento para vivir de modo
63. El 1 de diciembre dijo:
“el tiempo de Adviento,
que hoy de nuevo
comenzamos, nos devuelve
el horizonte de la
esperanza, una esperanza
que no decepciona porque
está fundada en la Palabra
de Dios. ¡Una esperanza
que no decepciona
sencillamente porque el
Señor no decepciona jamás!
Él es fiel, Él no decepciona.
¡Pensemos y sintamos esta
belleza!”.
64. “comenzamos hoy, Primer Domingo de Adviento,
un nuevo año litúrgico, es decir un nuevo camino
del Pueblo de Dios con Jesucristo, nuestro Pastor,
que nos guía en la historia hacia el cumplimiento
del Reino de Dios.
Por esto este día tiene un atractivo especial, nos
hace experimentar un sentimiento profundo del
sentido de la historia.
65. Redescubrimos la belleza de estar todos en
camino:
la Iglesia, con su vocación y misión, y la
humanidad entera está en camino, los pueblos, las
civilizaciones, las culturas, todos en camino a
través de los senderos del tiempo”.
66. “Pero ¿en camino hacia dónde? ¿Hay una meta
común? ¿Y cuál es esta meta? El Señor nos
responde a través del profeta Isaías. Y dice así:
‘Sucederá en días futuros que el templo del Señor
será asentado en la cima de los montes y se alzará
por encima de las colinas. Confluirán a él todas las
naciones, y acudirán pueblos numerosos. Dirán:
‘Vengan, subamos al monte del Señor, al templo
del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus
67. “esto es lo que dice Isaías sobre la meta hacia la
que vamos. Es una peregrinación universal hacia
una meta común,
que en el Antiguo Testamento es Jerusalén,
donde surge el templo del Señor, porque desde
allí,
de Jerusalén, ha venido la revelación del rostro de
68. “La revelación ha encontrado en Jesucristo su
cumplimiento, es el ‘templo del Señor’, Jesucristo.
Él mismo se ha vuelto el templo, el Verbo hecho
carne:
es Él la guía y al mismo tiempo la meta de nuestra
peregrinación, de la peregrinación de todo el
Pueblo de Dios; y a su luz también los demás
pueblos pueden caminar hacia el Reino de la
justicia y hacia el Reino de la paz”.
69. “dice además el
profeta: ‘Forjarán de
sus espadas azadones, y
de sus lanzas
podaderas.
No levantará espada
nación contra nación,
ni se ejercitarán más en
la guerra’”.
¿Pero cuándo sucederá
esto?
70. Qué hermoso día será ese en el que las armas sean
desarmadas, para ser transformadas en
instrumentos de trabajo. ¡Qué hermoso día será
éste!
Y esto es posible. Apostemos a la esperanza.
La esperanza de una paz. Y será posible”.
71. “Este camino no ha concluido. Como en la vida
de cada uno de nosotros siempre hay necesidad de
volver a partir, de volver a levantarse, de volver a
encontrar el sentido de la meta de la propia
existencia, de la misma manera para la gran
familia humana es necesario renovar siempre el
horizonte común hacia el cual estamos
encaminados.
¡El horizonte de la esperanza! Ese es el horizonte
72. “El modelo de esta
actitud espiritual, de este
modo de ser y de caminar
en la vida, es la Virgen
María.
¡Una sencilla muchacha
de pueblo, que lleva en su
corazón toda la esperanza
de Dios! En su seno, la
esperanza de Dios ha
tomado carne, se ha hecho
hombre, se ha hecho
historia: Jesucristo. Su
Magníficat es el cántico
del Pueblo de Dios en
camino, y de todos los
hombres y las mujeres que
esperan en Dios, en el
73. “Dejémonos guiar por la Virgen, que es Madre, es
mamá,
y sabe cómo guiarnos. Dejémonos guiar por Ella
en este tiempo de espera y de vigilancia activa”
74. En twitter dijo:
La Iglesia invita a todos a acogerse al amparo
de la ternura y el perdón del Padre.
75. ¿Son grandes tus pecados? Di al Señor:
Perdóname,
ayúdame a levantarme de nuevo, convierte mi
corazón.
77. La santidad no consiste en hacer
cosas extraordinarias, sino en
hacer las ordinarias con amor y
con fe.
78. La cruz es el precio del amor
verdadero. Señor, danos fuerza
para aceptar nuestra cruz y cargar
con ella.
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