2. ESQUEMAS
PROBLEMÁTICOS
En primer lugar, se hace necesario constatar la posibilidad de
despojar sus obras de la condición de ideología justificadora del
denominado “socialismo real”
3. En segundo lugar, el rechazo a su obligado estatuto de “ciencia”
tanto en manos del estalinismo como de algunos estructuralismos
occidentales y todas las secuelas dogmáticas que esto conllevó.
4. En tercer lugar, la importante vivencia de la catástrofe de todo ese
conjunto de “manuales” para la divulgación de la teoría marxista, que
con una aparente función pedagógica velaban una intención
simplificadora, el desprecio latente de los lectores, el desconocimiento
de las fuentes y el afán por legitimar un orden social injusto e
irracional.
5. En cuarto lugar, la actitud dudosa ante lecturas que pretendan
unilateralizar un exclusivo componente de la realidad, tal como hacen
el “economicismo”, “sicologismo”, “practicismo” o la prioridad de la
“infraestructura”, las cuales desconocen su interés
antireduccionista, capaz de una comprensión compleja de los
fenómenos humanos.
6. Quinto: el progresivo decantamiento
de la noticia del colapso de los regímenes
burocratizados de Europa Oriental
que, en términos de Alfonso Sastre “es
una buena noticia: hay que volver a
empezar”, en tanto anuncio, no significa la
bancarrota ni el adiós definitivo a las
teorías marxistas.
7. En sexto lugar, los aportes que continúa haciendo la teoría
marxista a la explicación y comprensión de la fase actual de la
acumulación capitalista y las pretensiones hegemónicas de la
globalización neoliberal.