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Ejercicios de
omprensión
lectora
Martín Alberto Huitrón Sánchez
1
Para reconocer información explícita
Lee el siguiente cuento y realiza lo que se te pide
Tres amigos
En un bolsillo llevé a casa un mochuelito y, con cierta zozobra, lo presenté a la familia. En contra de lo que él
pensaba, hallo una aprobación sin reservas y nadie se encaró a que se quedara. Asentó su residencia en un
cestillo, colocado en mi estudio y, tras mucha discusión le pusimos Ulises.
Desde el primer instante dio muestras de ser un ave de mucho carácter, que no admitía guasas.
Aunque cabía cómodamente en una taza, no se dejaba amilanar y parecía dispuesto a atacar a cualquiera, sin
distinción de tamaño.
Ya que teníamos que compartir la misma habitación, pensé que estaría bien que el Roger hiciera buenas migas.
Para ello, y tan pronto como Ulises estuvo instalado, llevé a cabo la presentación: puse al ave en el suelo y mandé
al perro que se acercara y fuera camarada suyo. No obstante, Roger tomaba con filosofía la obligación de
confraternizar con mis diversos protegidos, así que imitando los andares de un mochuelo echó a andar.
Moviendo el rabo en señal de buena voluntad, se acerco a Ulises, que le aguardaba encogido con cara de pocos
amigos y con mirada furibunda. El avance de Roger se hizo más reservado. Ulises siguió mirándolo como si
quisiera hipnotizarlo. Roger se detuvo, dejó caer las orejas, trocó su meneo por una endeble oscilación y se volvió
hacia mí pidiendo consejo.
Yole ordené severamente que insistiera en sus propuestas de amistad. Sin embargo, Roger miró con nerviosismo
al pájaro y luego, haciéndose el confundido, paso de largo, con la intención de acercársele por la espalda.
Pero del mismo modo Ulises giró la cabeza para apartar la vista del perro. Roger, que no conocía animal alguno
capaz de mirar hacía atrás sin cambiar de postura, se quedó perplejo. Inmediatamente después de pensarlo un
momento, decidió emplear la técnica del retozo juguetón.
Echó la tripa al suelo, metió la cabeza entre las patas y reptó espaciosamente hacia el autillo, gimiendo bajito y
moviendo el rabo con indolencia. Ulises permanecía como disecado.
Roger, que había logrado avanzar bastante tumbado sobre la tripa, cometió un error fatal: estirando la cara
peluda, olisqueó enérgicamente al ave. La paciencia de Ulises no llegaba al extremo de dejarse olfatear por un
perro cubierto de greñas. Ante lo anterior, Roger leyó la cartilla a aquel adefesio sin alas. Bajó los párpados,
chascó el pico, brincó en el airé y aterrizó limpiamente en el hocico del perro, clavando sus garras afiladas en la
negra nariz.
Roger, con un aullido de dolor, se sacudió, entonces el pájaro corrió a
refugiarse debajo de la mesa sin que ninguna fuerza humana capaz de
sacarlo hasta ver a Ulises confinado en su cestillo.
Una vez demostrada su capacidad de combate, Ulises hizo amistad con
Roger y, si a la salida de la tarde salíamos a darnos un chapuzón,
accedía a veces a honrarnos con su compañía. Iba encima sobre el lomo
de Roger, agarrándose bien de sus lanas negras. Si, como sucedía, en
ocasiones, Roger se olvidaba de su pasajero y aceleraba demasiado o
pasaba las piedras de un salto, los ojos de Ulises centellaban, agitaba las
alas haciendo esfuerzos frenéticos por mantener el equilibrio y chascaba ruidosa y airadamente el pico
hasta que
Comprensión lectora
Martín Alberto Huitrón Sánchez
2
yo reprendía a Roger por su descuido. Ya en la playa, Ulises se posaba sobre mi ropa, mientras Roger y yo
retozábamos el agua templada de la orilla.
Ulises contemplaba nuestras extravagancias con ojos redondos y gesto de desaprobación. De vez en cuando su
puesto para planear casi rozándonos, chascar el pico y volver otra vez a tierra. Si pasábamos mucho rato en el
agua, se aburría y salía volando sobre el monte hasta el jardín, chillando “¡tuu!” a modo de despedida.
Ejercicio 1
Escribe lo que se te pide
ROGER
Ejercicio2
Clasifica las siguientes acciones que realizan los personajes
 Menear el rabo  Clavar las garras
 Chacar el pico  Poner mirada furibunda
 Imitar los anderes del otro  Retozar y jugar
Comprendo lo que leo
 Clase de animal:_________________________________________________________________________________
 Rasgos físicos:_________________________________________________________________________________
 Rasgos de carácter:____________________________________________________________________________
 Acciones:__________________________________________________________________________________________
Gestos
de
amistad
Gestos
de
enemistad
Comprensión lectora
Martín Alberto Huitrón Sánchez
3
Para inferir hechos
Monin
Cuando termines de leer este cuento, seguramente pensarán que es una verdadera monada, como decimos a
menudo cuando algo nos gusta y reconforta. Ustedes dirán…
Esta es la historia de Monín, un mono sociable, inquieto, curioso, travieso y, por sobre todas las cosas, creído.
Puede estar trepando los árboles todo el día, alimentándose de sus hojas y frutos, aunque también suele comer
miel, huevos que encuentra en los nidos y, cuando tiene sed, beber el jugo de hojas embebidas en el agua de
lluvia que ha quedado entre los huecos de los troncos y ramas. Es muy diestro, como todos los de su especie,
pero él cree que es el mejor y entonces, anda por allí haciendo alarde de su arte para trepar y saltar de un árbol
a otro sin caerse, aunque estén muy distanciados entre sí. Además, posee gran pericia para apropiarse de los
frutos que otros monos llevan entre sus manos con el fin de alimentarse, por ello no pierde ocasión de subir
rápidamente a los árboles y molestarlos hasta el hartazgo.
Una alborada Monín salió a jugar muy orondo entre las ramas, mientras otros monitos, alborotados por su
presencia, corrían temerosos a esconderse entre las ramas más altas, porque les quitaba sus alimentos antes de
que los pudiesen comer. Lo peor es que, haciendo gala de su presteza, siempre se colgaba de la cola,
hamacándose muy ligero y tomaba entre sus manos todo lo que percibían sus ojos. Claro que, como a muchos
monos no les agradaba tal conducta, ya cansados de tanto atropello, pensaron en darle un buen chasco. Así fue
que, entre todos, idearon la manera de que sintiera recelo y necesidad de pedir ayuda, ante una eventual
situación que ellos provocarían. Entre todos prepararon una trampa bajo el cocotero, ya que era su lugar
preferido. El fruto de este árbol es de gran tamaño, de color verde y, en su interior, tiene una nuez marrón que
contiene agua de exquisito sabor. Su pulpa es lechosa, cuando está maduro y los monos la toman como licor
refrescante, ya que abundan en esa zona tropical. Como el cocotero suele tener una altura de entre diez y veinte
metros, los monos deben ascender con mucho cuidado, agilidad y esfuerzo, para no caer, entonces pensaron
desafiar a Monín a que lo trepase con rapidez, mientras ellos lo observarían desde alguna palmera próxima.
Como a Monín le gustaba presumir, vociferando que él era el mejor, no tuvo ocasión de rebatir la invitación, por
lo tanto, decidió trepar velozmente y, alardeando de su gran agilidad, comenzó su viaje de ascenso por el tronco.
Los monos habían preparado la pequeña trampa, al pie de la palmera y, mientras lo aplaudían animándolo a subir
con rapidez, esperaban el momento en que cayera. Él, ante los aplausos, se daba vuelta y los miraba sonriente, en
vil derroche de jactancia y vanidad. Tanto se distrajo, mientras trepaba, que no vio la máscara de león que le
habían colocado entre las hojas con el fin de atemorizarlo. Cuando llegó a lo alto y la descubrió, se llevó tal
susto que se soltó de inmediato del tronco y, plaff, cayó, quedando atrapado entre las ramas y el follaje que
habían colocado. Los monos lo veían desde los otros árboles y no podían resistir la tentación de risa, al escuchar
los gritos pidiendo ayuda. Se relamían bebiendo jugo de coco, mientras le mostraban, desde lo alto,
los dulces frutos y, al pobre mono, ante la imposibilidad de alcanzarlos, se le hacía agua la boca. No era para
menos, si lo simios inquietamente se pasaban entre sus manos los cocos, cual malabaristas del circo más
grandioso que se haya visto jamás. El infortunado Monín pedía ayuda a gritos, desaforadamente, pero
Comprensión lectora
Martín Alberto Huitrón Sánchez
4
aquéllos hacían oídos sordos con tal de hacerlo pagar por tantos momentos despreciables que les hizo pasar. No
estaría nada mal un poco de compasión ante el sufrimiento, pero ellos bien sabían que la trampa que le habían
colocado no tenía gran dificultad de sortearla, por lo tanto, esperarían serenamente que encontrara solo la
forma de salir.
Ellos esperaban que tal vez, durante ese tiempo de encierro, reconociera
sus actos de egoísmo y vanidad y les pidiera perdón.
Mientras hacía fuerza para desarmarla, los demás monos jugaban con los
cocos más pequeños, revoleándolos hacia arriba y atajándolos con la boca,
pasándolos entre sus manos cual juego de postas, arrojándolos hacia un
hueco en el tronco de una de las palmeras, a modo de partido de básquet,
hasta quedar tan exhaustos que se desparramaron sobre las ramas a beber
su jugo, mientras Monín desesperadamente, intentaba salir. Cuando
comenzó a anochecer, algunos decidieron partir hacia su morada. Digo algunos, porque otros se quedaron
cerca, escondidos entre las ramas, hasta ver cómo Monín resolvía el problema. Claro que, cansado de tanto
esforzarse por salir, se quedó dormido. Entre sueños, pudo oír el rugido de un león hambriento y se asustó tanto
que despertó pidiendo ayuda a gritos, sin notar que el temible león no era más que el mono Queco haciéndose
pasar por la fiera más fiera de todo el planeta. Tal era la desesperación del pobre monito, que gritaba pidiendo
auxilio, sollozando y temblando de miedo. Al oírlo, todos acudieron a su llamado y, al verlos, prometió no volver
a molestarlos y ser su amigo, luego de pedirles perdón. Mientras los demás quitaban las ramas y hojas para
liberarlo, él pensó en organizar una fiesta para retribuirles el buen gesto al ayudarlo. Así fue que, a los pocos
días, todos los monos estaban jugando y cantando junto a él, mientras una lluvia de cocos caía desde lo alto de
la palmera, ya que Monín se había tomado el trabajo de juntarlos y aguardar el momento de obsequiárselos en
señal de recompensa y amistad.
Además, le cedió a cada uno de ellos, una quena, que él mismo había realizado con cañas. Esa noche, todos
bailaron al son de la música y bebieron jugo de coco, hasta que Queco apareció con la máscara de león rugiendo
fuerte y todos rieron a más no poder, hasta el mismísimo Monín, al darse cuenta de que todo no había sido más
que una pesada y bien merecida broma.
Desde entonces, todo transcurre en absoluta tranquilidad entre los monos, palmeras y cocoteros del lugar
porque, si alguno comienza a hacer monerías con actos desagradables hacia algún compañero, Monín toma la
palabra y, cual árbitro de encuentro deportivo, pone paños fríos a cualquier situación que así lo requiera,
logrando que finalmente haya justicia y reine la paz en la comarca.
¿Será por eso que sus amigos, desde aquella vez, lo llaman juez?
Comprensión lectora
Martín Alberto Huitrón Sánchez
5
Ejercicio1
Después de leer este texto desordenado, escribe en el espacio en blanco correspondiente el orden de aparición
correcto de cada párrafo.
Párrafo
Como a Monín le gustaba presumir, vociferando que él era el mejor, no tuvo ocasión de rechazar la invitación,
por lo tanto, decidió trepar velozmente y, alardeando de su gran agilidad, comenzó su viaje de ascenso por el
tronco. Los monos habían preparado la pequeña trampa, al pie de la palmera y, mientras lo aplaudían
animándolo a subir con rapidez, esperaban el momento en que cayera. Él, ante los aplausos, se daba vuelta y los
miraba sonriente, en vil derroche de orgullo y vanidad. Tanto se distrajo, mientras trepaba, que no vio la máscara
de león que le habían colocado entre las hojas con el fin de atemorizarlo. Cuando llegó a lo alto y la descubrió,
se llevó tal susto que se soltó de inmediato del tronco y, plaff, cayó, quedando atrapado entre las ramas y el
follaje que habían colocado. Los monos lo veían desde los otros árboles y no podían resistir la tentación de risa,
al escuchar los gritos pidiendo ayuda. Se relamían bebiendo jugo de coco, mientras le mostraban, desde lo alto,
los dulces frutos y, al pobre mono, ante la imposibilidad de alcanzarlos, se le hacía agua la boca. No era para
menos, si lo simios inquietamente se pasaban entre sus manos los cocos, cual malabaristas del circo más
grandioso que se haya visto jamás. El pobre Monín pedía ayuda a gritos, desaforadamente, pero aquéllos hacían
oídos sordos con tal de hacerlo pagar por tantos momentos despreciables que les hizo pasar. No estaría nada
mal un poco de compasión ante el sufrimiento, pero ellos bien sabían que la trampa que le habían colocado no
tenía gran dificultad de sortearla, por lo tanto, esperarían serenamente que encontrara solo la forma de salir.
Párrafo
Una mañana Monín salió a jugar muy orondo entre las ramas, mientras otros monitos, alborotados por su
presencia, corrían temerosos a esconderse entre las ramas más altas, porque les quitaba sus alimentos antes de
que los pudiesen comer. Lo peor es que, haciendo gala de su agilidad, siempre se colgaba de la cola,
hamacándose muy ligero y tomaba entre sus manos todo lo que veían sus ojos. Claro que, como a muchos monos
no les agradaba tal conducta, ya cansados de tanto atropello, pensaron en darle un buen escarmiento. Así fue
que, entre todos, idearon la manera de que sintiera temor y necesidad de pedir ayuda, ante una eventual
situación que ellos provocarían. Entre todos prepararon una trampa bajo el cocotero, ya que era su lugar
preferido. El fruto de este árbol es de gran tamaño, de color verde y, en su interior, tiene una nuez marrón que
contiene agua de exquisito sabor. Su pulpa es lechosa, cuando está maduro y los monos la toman como bebida
refrescante, ya que abundan en esa zona tropical. Como el cocotero suele tener una altura de entre diez y veinte
metros, los monos deben trepar con mucho cuidado, agilidad y esfuerzo, para no caer, entonces pensaron
desafiar a Monín a que lo trepase con rapidez, mientras ellos lo observarían desde alguna palmera cercana.
Comprensión lectora
Comprendo lo que infiero
Martín Alberto Huitrón Sánchez
6
Párrafo
Esta es la historia de Monín, un mono simpático, inquieto, curioso, travieso y, por sobre todas las cosas,
presumido. Puede estar trepando los árboles todo el día, alimentándose de sus hojas y frutos, aunque también
suele comer miel, huevos que encuentra en los nidos y, cuando tiene sed, beber el jugo de hojas embebidas en el
agua de lluvia que ha quedado entre los huecos de los troncos y ramas. Es muy hábil, como todos los de su
especie, pero él cree que es el mejor y entonces, anda por allí haciendo alarde de su arte para trepar y saltar de
un árbol a otro sin caerse, aunque estén muy distanciados entre sí. Además, posee gran destreza para
apropiarsede los frutos que otros monos llevan entre sus manos con el fin de alimentarse, por ello no pierde
ocasión de subir rápidamente a los árboles y molestarlos hasta el hartazgo.
Ejercicio2
Lee el texto y contesta las siguientes preguntas
¿Quién es Monin?_____________________________________________________________________________________
¿Cómo engañaron los monos a Monin por ser presumido?________________________________________________
¿Cuándo los monos jugaron un partido de basquetbol?__________________________________________________
¿En qué país crees que vive Monin?______________________________________________________________________
¿Imagina cuántos cocos come Moni al día?_____________________________________________________________
¿Qué hacían los monos para que Moni reconociera sus actos de egoísmo y vanidad?________________________
¿Por qué sus amigos de la comarca llaman a Moni juez?__________________________________________________
¿Para qué Moninle entregó a cada uno de sus amigos, una quena, que él mismo había realizado con
cañas?____________________________________________________________________________________________
¿Cuál es la moraleja de este cuento___________________________________________________________________
Comprensión lectora
Martín Alberto Huitrón Sánchez
7
Ejercicio3
Completa el párrafo escribiendo la palabra correcta en los espacios vacíos
Mientras hacía fuerza para desarmarla, los demás monos jugaban con los cocos más pequeños, revoleándolos
hacia arriba y atajándolos con la boca, pasándolosentre sus manos cual juego de postas, arrojándolos hacia
unhueco en el troncode una de las palmeras, a modo de partido de básquet, hastaquedar tan exhaustos que se
desparramaron sobre las ramas a beber su jugo, mientras Monín desesperadamente, intentaba salir. Cuando
comenzó a anochecer, algunos decidieron partir hacia su morada. Digo algunos, porque otros se quedaron
cerca, escondidosentre las ramas, hasta ver cómo Monín resolvía el problema. Claro que, cansado de tanto
esforzarse por salir, se quedó dormido. Entre sueños, pudo oír el rugido de un león hambriento y se asustó tanto
que despertó pidiendo ayuda a gritos, sin notar que el temible león no era más que el mono Queco haciéndose
pasar por la fiera más fiera de todo el planeta. Tal era la desesperacióndel pobre monito, que gritaba pidiendo
auxilio, sollozando y temblando de miedo. Al oírlo, todos acudieron a su llamado y, al verlos, prometió no volver
a molestarlos y ser su amigo, luego de pedirles perdón. Mientras los demás quitaban las ramas y hojas para
liberarlo, él pensó en organizar una fiesta para retribuirles el buen gesto al ayudarlo. Así fue que, a los pocos
días, todos los monos estaban jugando y cantando junto a él, mientras una lluvia de cocos caía desde lo alto de
la palmera, ya que Monínse había tomado el trabajo de juntarlos y aguardar el momento de obsequiárselos en
señal de recompensay amistad.
Ejercicio4
En el siguiente párrafo hay errores de información muy concretos (palabras o datos incorrectos) descúbrelos,
cópialos en el lugar indicado y propón su corrección.
Como a Monín le gustaba presumir, vociferando que él era el mejor, no tuvo ocasión de rechazar la invitación,
por lo tanto, decidió trepar velozmente y, alardeando de su gran agilidad, comenzó su viaje de ascenso por el
tronco. Los monos habían preparado la pequeña trampa, al pie de la palmera y, mientras lo aplaudían
animándolo a subir con rapidez, esperaban el momento en que cayera. Ella, ante los aplausos, daba vuelta y los
miraba sonriente, en vil derroche de orgullo y vanidad. Tanto se distrajo, mientras trepaba, que no vio la máscara
de león que le habían colocado entre las hojas con el fin de atemorizarlo. Cuando llega a lo alto y la descubrió,
se llevó tal susto que se soltó de inmediato del tronco y, plaff, cayó, quedando atrapado entre las ramas y el
follaje que habían colocado. Los monos lo veían desde los otros árboles y no podían resistir la tentación de risa,
al escuchar los gritos pidiendo ayuda. Se relamían bebiendo jugo de coco, mientras le mostraban, desde lo alto,
los dulces frutos y, al pobre mono, ante la imposibilidad de alcanzarlos, se le hacía agua la boca. No era para
menos, si lo simios inquietamente se pasaban entre sus manos los cocos, cual malabaristas del circo más
grandioso que se haya visto jamás. El pobre Monín pedía ayuda a gritos, desaforadamente, pero aquéllos hacían
oídos sordos con tal de hacerlo pagar por tantos minutos despreciables que les hizo pasar. No estaría nada mal
un poco de compasión ante el sufrimiento, pero ellos bien sabían que la trampa que le habían colocado no tenía
gran dificultad de sortearla, por lo tanto, esperarían serenamente que encontrara solo la forma de salir.
El primer error es: Hay que sustituirlo por:
El segundo error es: Hay que sustituirlo por:
El tercer error es: Hay que sustituirlo por:
Comprensión lectora
Martín Alberto Huitrón Sánchez
8
El cuarto error es: Hay que sustituirlo por:
Para resumir las ideas principales de un texto
De la naturalezadel alma aristocrática forma parte el egoísmo, quiero decir, aquella creencia inamovible de que a
un ser como "nosotros lo somos" tienen que estarle sometidos por naturaleza otros seres y tienen que
sacrificarse por él. El espíritu aristocrático acepta este hecho de su egoísmo sin ningún signo de interrogación y
sin sentimiento alguno de dureza, coacción, arbitrariedad, antes bien como algo que acaso esté fundado en la ley
primordial de las cosas; si buscase un nombre para designarlo diría "es la justicia misma". En determinada
circunstancia que al comienzo la hacen vacilar, esa alma se confiesa que hay quienes tienen semejantes derechos
que ella: tan pronto como ha aclarado esta cuestión de rango, se mueve entre esos iguales, dotado de derechos
idénticos, con la misma seguridad en el pudor y en el respeto delicado que tiene en el trato consigo mismo. Esa
sutileza y autolimitación en el trato con sus iguales es una parte más de su egoísmo: se honra a sí mismo en ellos y
en los derechos que ella les concede, no duda de que el intercambio de honestidades y derechos, esencia de
todo trato, forma parte así mismo del estado natural de las cosas.
Ejercicio 1
Después de haber leído el texto elige lo que se te pide y realiza un resumen del mismo.
El título más apropiado para el texto sería:
A) El trato huraño nacido del aristócrata
B) El alma aristocrática y la justicia
C) El carácter del alma aristocrática
D) Virtudes y defectos del aristócrata
E) Justificación del alma aristocrática
Si adoptáramos la mentalidad aristocrática, afirmaríamos que:
A) todos hemos nacido para obedecer
B) el sacrificio ajeno resulta innecesario
C) nuestro egoísmo merece ser cuestionado
D) el altruismo es signo de arbitrariedad
E) el aristócrata también posee esencia
Comprendo lo que resumo
Comprensión lectora
Martín Alberto Huitrón Sánchez
9
La necesidad del sometimiento y el sacrificio de los demás, constituye para el alma aristocrática:
A) un signo excluyente de su esencia
B) una verdad absoluta
C) signo de explotación arbitraria
D) un hecho injusto pero necesario
E) un hecho escasamente moral
El reconocimiento de iguales derechos en otros se presenta en el aristócrata:
A) como signo de humanismo
B) como una reacción ante el egoísmo
C) de manera excepcional
D) de manera inconsciente
E) para contrarrestar su egoísmo
¿Qué aparentan los aristócratas frente a sus iguales?
A) egoísmo acentuado
B) sutileza y autolimitación
C) la esencia puramente egoísta
D) auténtica consideración
E) intercambio de honores y derechos
James
Cierta vez, el príncipeprimogénito de la corona deInglaterra, niño que sehabía
hecho conocido porsu mal genio, por surebeldía y por la faltade respeto a
susprofesores, se comportómuy mal con una de susmaestras.
Muy enojada ella le llamó la atención y le exigió más respeto. Entonces elmuchacho
lejos de hacerle caso, de un fuerte puntapié rompió uno de los máshermosos
jarrones que adornaban la lujosa habitación del palacio.
La profesora de inmediato dejó el salón de estudios y fue a presentar el casoal
monarca, padre del príncipe, quien vino al instante y, llamándole la atención, exigió alniño pidiese indulgencia a
su maestra y le prometa respeto.
El pequeño príncipe, puesto de pie, en tono muy arrogante, exclamó:
- Recuerde, señor, que ella es un súbdito del rey. ¿Acaso yo no seré un día el reyde Inglaterra?
- Lo sé muy bien… Por eso te mando por segunda vez pidas perdón a la profesora.
El que debe mandar mañana, debe aprender a obedecer hoy.
Comprensión lectora
Para realizar un cuadro sinóptico de las ideas de un texto
Martín Alberto Huitrón Sánchez
10
Después de leer el cuento anterior realiza un cuadro sinóptico con las ideas principales que se encuentran en el
mismo y completa los espacios vacíos.
Realizando cuadros
sinópticos comprendo
Comprensión lectora
James
niño que sehabía hecho conocido porsu mal genio, por
suindisciplina y por la faltade respeto a susprofesores, se
comportómuy mal con una de susmaestras.
maestra
muy enfadada ella le llamó la atención y le exigió más respeto.
Entonces el muchacho lejos de hacerle caso, de un fuerte
puntapié rompió uno de los máshermosos jarrones que adornaban
la suntuosa habitación del palacio.
La profesora
qué hizo
después que
el principe le
falto al
respeto
Rey
quien vino al instante y, llamándole la
atención, exigió alniño pidiese perdón a su
maestra y le prometa respeto.
El pequeño príncipe, puesto de pie, en tono
muy arrogante, exclamó:
- Recuerde, señor, que ella es un súbdito del
rey. ¿Acaso yo no seré un día el reyde
Inglaterra?
- Lo sé muy bien… Por eso te mando por
segunda vez pidas perdón a la profesora.
Rey
Cuál es la moraleja de este cuento? _________________________________________________________
____________________________________________________________________________________________
Martín Alberto Huitrón Sánchez
11
"El progreso de la mente y la evolución de la cultura"
"Ciertamente, el primitivo razona de una forma muy distinta a como lo hacemos nosotros, y, en muchos aspectos
su pensamiento es, sin duda, inferior al nuestro, en el sentido de que acepta más fácilmente, creencias falsas y
comete más errores objetivos. Pero esto, en rigor, no constituye una cuestión exclusivamente psicológica. En
rigor, el problema de la evaluación de la mente humana es inseparable del de la evolución de la cultura.
Evidentemente los razonamientos primitivos resultan prelógicos para quienes los enjuician desde un nivel cultural
como el nuestro; pero son bastante lógicos si se enjuician desde la situación cultural en que se ejercen. De
hecho, si a unos niños de nuestro mundo se les situara desde los primeros meses de la vida en una comunidad
primitiva, acabarían por razonar de una manera muy semejante a la descrita; y, al revés, un niño primitivo
incorporado desde el comienzo de su vida a nuestra civilización acabaría por razonar como cualquiera de
nosotros.
Lo que se deduce, pues, de todo esto es que la "mente" y su nivel constituyen el resultado de una larga
evolución, biológica primero y cultural después. La mente humana no puede explicarse sólo a partir de unos
principios anímicos y unas facultades que despliegan sus potencialidades en abstracto; la mente humana ha de
explicarse también como resultado de una interacción social y de la participación de cada individuo en una
cultura que es transpersonal."
Después de haber leído el texto realiza un cuadro sinóptico como el ejemplo anterior.
Comprensión lectora
Martín Alberto Huitrón Sánchez
12
Después de leer el siguiente cuento observa las dos “palabras claves” que se dan para que redactes la idea
general.
El Eclipse
Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo.
La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se
sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento
fijo en la España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera
una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora.
Al despertar se encontró rodeado de un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo
ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin de sus temores, de su
destino de si mismo.
Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo.
Dijo algunas palabras que fueron comprendidas.
Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo
conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más
intimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida.
-Si me matáis-les dijo puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura.
Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad de sus ojos. Vio que se produjo un
pequeño consejo y esperó confiado, no sin cierto desdén.
Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola
chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios
(brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras, uno de
los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una
por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses
solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya
habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de
Aristóteles.
indígenas sacrificarlo
matáis oscurezca
corazón recitaba
dominio lenguas
perdido muerte
conocimiento eclipse
incredulidad consejo
Comprensión lectora
Para redactar la idea general del párrafo, observo las “palabras claves”
Martín Alberto Huitrón Sánchez
Observando las palabras claves,
comprendo el texto.
13
Por ejemplo: Los indígenas se disponían a sacrificarlo (2do. párrafo)
Cuando ya hayas identificado los párrafos indica si pertenecen al desarrollo, al clímax o al desenlace. Recuerda
que estos tres elementos además de formar pare de la estructura, conforman la secuencia del cuento. Resuelve
este ejercicio en tu cuaderno.
Ejemplo:
El corazón de fray Bartolomé chorreaba sangre, mientras un indio recitaba las fechas de los eclipses que se
producirían
7° párrafo. Forma parte del desenlace
Violeta, verde, amarillo,
naranja, rojo y azul;
colores finos y alegres,
hijos bellos de la luz.
Para jugar en la tierra
les dan permiso de día.
Corre el verde en el follaje
y descansa en las colinas.
El naranja y el violeta
gustan la paz de las quintas.
El azul brinca en los ríos
y el amarillo en los trigos.
Pero es el rojo el que ríe
en los labios de los niños
Cuando en las tardes mojadas
La lluvia rasga su tul,
abren un arco de gloría
para que pase la luz.
Luego regresan al cielo
cuando apenas el sol arde
y se duermen quietecitos
en las nubes de la tarde.
Martín Alberto Huitrón Sánchez
Para comprender hago mapas conceptuales
Comprensión lectora
Comprendo el texto, haciendo
mapas conceptuales .
14
Después de leer el texto lleva a cabo un mapa conceptual de las ideas principales
Título
Martín Alberto Huitrón Sánchez

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Libro2

  • 2. 1 Para reconocer información explícita Lee el siguiente cuento y realiza lo que se te pide Tres amigos En un bolsillo llevé a casa un mochuelito y, con cierta zozobra, lo presenté a la familia. En contra de lo que él pensaba, hallo una aprobación sin reservas y nadie se encaró a que se quedara. Asentó su residencia en un cestillo, colocado en mi estudio y, tras mucha discusión le pusimos Ulises. Desde el primer instante dio muestras de ser un ave de mucho carácter, que no admitía guasas. Aunque cabía cómodamente en una taza, no se dejaba amilanar y parecía dispuesto a atacar a cualquiera, sin distinción de tamaño. Ya que teníamos que compartir la misma habitación, pensé que estaría bien que el Roger hiciera buenas migas. Para ello, y tan pronto como Ulises estuvo instalado, llevé a cabo la presentación: puse al ave en el suelo y mandé al perro que se acercara y fuera camarada suyo. No obstante, Roger tomaba con filosofía la obligación de confraternizar con mis diversos protegidos, así que imitando los andares de un mochuelo echó a andar. Moviendo el rabo en señal de buena voluntad, se acerco a Ulises, que le aguardaba encogido con cara de pocos amigos y con mirada furibunda. El avance de Roger se hizo más reservado. Ulises siguió mirándolo como si quisiera hipnotizarlo. Roger se detuvo, dejó caer las orejas, trocó su meneo por una endeble oscilación y se volvió hacia mí pidiendo consejo. Yole ordené severamente que insistiera en sus propuestas de amistad. Sin embargo, Roger miró con nerviosismo al pájaro y luego, haciéndose el confundido, paso de largo, con la intención de acercársele por la espalda. Pero del mismo modo Ulises giró la cabeza para apartar la vista del perro. Roger, que no conocía animal alguno capaz de mirar hacía atrás sin cambiar de postura, se quedó perplejo. Inmediatamente después de pensarlo un momento, decidió emplear la técnica del retozo juguetón. Echó la tripa al suelo, metió la cabeza entre las patas y reptó espaciosamente hacia el autillo, gimiendo bajito y moviendo el rabo con indolencia. Ulises permanecía como disecado. Roger, que había logrado avanzar bastante tumbado sobre la tripa, cometió un error fatal: estirando la cara peluda, olisqueó enérgicamente al ave. La paciencia de Ulises no llegaba al extremo de dejarse olfatear por un perro cubierto de greñas. Ante lo anterior, Roger leyó la cartilla a aquel adefesio sin alas. Bajó los párpados, chascó el pico, brincó en el airé y aterrizó limpiamente en el hocico del perro, clavando sus garras afiladas en la negra nariz. Roger, con un aullido de dolor, se sacudió, entonces el pájaro corrió a refugiarse debajo de la mesa sin que ninguna fuerza humana capaz de sacarlo hasta ver a Ulises confinado en su cestillo. Una vez demostrada su capacidad de combate, Ulises hizo amistad con Roger y, si a la salida de la tarde salíamos a darnos un chapuzón, accedía a veces a honrarnos con su compañía. Iba encima sobre el lomo de Roger, agarrándose bien de sus lanas negras. Si, como sucedía, en ocasiones, Roger se olvidaba de su pasajero y aceleraba demasiado o pasaba las piedras de un salto, los ojos de Ulises centellaban, agitaba las alas haciendo esfuerzos frenéticos por mantener el equilibrio y chascaba ruidosa y airadamente el pico hasta que Comprensión lectora Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 3. 2 yo reprendía a Roger por su descuido. Ya en la playa, Ulises se posaba sobre mi ropa, mientras Roger y yo retozábamos el agua templada de la orilla. Ulises contemplaba nuestras extravagancias con ojos redondos y gesto de desaprobación. De vez en cuando su puesto para planear casi rozándonos, chascar el pico y volver otra vez a tierra. Si pasábamos mucho rato en el agua, se aburría y salía volando sobre el monte hasta el jardín, chillando “¡tuu!” a modo de despedida. Ejercicio 1 Escribe lo que se te pide ROGER Ejercicio2 Clasifica las siguientes acciones que realizan los personajes  Menear el rabo  Clavar las garras  Chacar el pico  Poner mirada furibunda  Imitar los anderes del otro  Retozar y jugar Comprendo lo que leo  Clase de animal:_________________________________________________________________________________  Rasgos físicos:_________________________________________________________________________________  Rasgos de carácter:____________________________________________________________________________  Acciones:__________________________________________________________________________________________ Gestos de amistad Gestos de enemistad Comprensión lectora Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 4. 3 Para inferir hechos Monin Cuando termines de leer este cuento, seguramente pensarán que es una verdadera monada, como decimos a menudo cuando algo nos gusta y reconforta. Ustedes dirán… Esta es la historia de Monín, un mono sociable, inquieto, curioso, travieso y, por sobre todas las cosas, creído. Puede estar trepando los árboles todo el día, alimentándose de sus hojas y frutos, aunque también suele comer miel, huevos que encuentra en los nidos y, cuando tiene sed, beber el jugo de hojas embebidas en el agua de lluvia que ha quedado entre los huecos de los troncos y ramas. Es muy diestro, como todos los de su especie, pero él cree que es el mejor y entonces, anda por allí haciendo alarde de su arte para trepar y saltar de un árbol a otro sin caerse, aunque estén muy distanciados entre sí. Además, posee gran pericia para apropiarse de los frutos que otros monos llevan entre sus manos con el fin de alimentarse, por ello no pierde ocasión de subir rápidamente a los árboles y molestarlos hasta el hartazgo. Una alborada Monín salió a jugar muy orondo entre las ramas, mientras otros monitos, alborotados por su presencia, corrían temerosos a esconderse entre las ramas más altas, porque les quitaba sus alimentos antes de que los pudiesen comer. Lo peor es que, haciendo gala de su presteza, siempre se colgaba de la cola, hamacándose muy ligero y tomaba entre sus manos todo lo que percibían sus ojos. Claro que, como a muchos monos no les agradaba tal conducta, ya cansados de tanto atropello, pensaron en darle un buen chasco. Así fue que, entre todos, idearon la manera de que sintiera recelo y necesidad de pedir ayuda, ante una eventual situación que ellos provocarían. Entre todos prepararon una trampa bajo el cocotero, ya que era su lugar preferido. El fruto de este árbol es de gran tamaño, de color verde y, en su interior, tiene una nuez marrón que contiene agua de exquisito sabor. Su pulpa es lechosa, cuando está maduro y los monos la toman como licor refrescante, ya que abundan en esa zona tropical. Como el cocotero suele tener una altura de entre diez y veinte metros, los monos deben ascender con mucho cuidado, agilidad y esfuerzo, para no caer, entonces pensaron desafiar a Monín a que lo trepase con rapidez, mientras ellos lo observarían desde alguna palmera próxima. Como a Monín le gustaba presumir, vociferando que él era el mejor, no tuvo ocasión de rebatir la invitación, por lo tanto, decidió trepar velozmente y, alardeando de su gran agilidad, comenzó su viaje de ascenso por el tronco. Los monos habían preparado la pequeña trampa, al pie de la palmera y, mientras lo aplaudían animándolo a subir con rapidez, esperaban el momento en que cayera. Él, ante los aplausos, se daba vuelta y los miraba sonriente, en vil derroche de jactancia y vanidad. Tanto se distrajo, mientras trepaba, que no vio la máscara de león que le habían colocado entre las hojas con el fin de atemorizarlo. Cuando llegó a lo alto y la descubrió, se llevó tal susto que se soltó de inmediato del tronco y, plaff, cayó, quedando atrapado entre las ramas y el follaje que habían colocado. Los monos lo veían desde los otros árboles y no podían resistir la tentación de risa, al escuchar los gritos pidiendo ayuda. Se relamían bebiendo jugo de coco, mientras le mostraban, desde lo alto, los dulces frutos y, al pobre mono, ante la imposibilidad de alcanzarlos, se le hacía agua la boca. No era para menos, si lo simios inquietamente se pasaban entre sus manos los cocos, cual malabaristas del circo más grandioso que se haya visto jamás. El infortunado Monín pedía ayuda a gritos, desaforadamente, pero Comprensión lectora Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 5. 4 aquéllos hacían oídos sordos con tal de hacerlo pagar por tantos momentos despreciables que les hizo pasar. No estaría nada mal un poco de compasión ante el sufrimiento, pero ellos bien sabían que la trampa que le habían colocado no tenía gran dificultad de sortearla, por lo tanto, esperarían serenamente que encontrara solo la forma de salir. Ellos esperaban que tal vez, durante ese tiempo de encierro, reconociera sus actos de egoísmo y vanidad y les pidiera perdón. Mientras hacía fuerza para desarmarla, los demás monos jugaban con los cocos más pequeños, revoleándolos hacia arriba y atajándolos con la boca, pasándolos entre sus manos cual juego de postas, arrojándolos hacia un hueco en el tronco de una de las palmeras, a modo de partido de básquet, hasta quedar tan exhaustos que se desparramaron sobre las ramas a beber su jugo, mientras Monín desesperadamente, intentaba salir. Cuando comenzó a anochecer, algunos decidieron partir hacia su morada. Digo algunos, porque otros se quedaron cerca, escondidos entre las ramas, hasta ver cómo Monín resolvía el problema. Claro que, cansado de tanto esforzarse por salir, se quedó dormido. Entre sueños, pudo oír el rugido de un león hambriento y se asustó tanto que despertó pidiendo ayuda a gritos, sin notar que el temible león no era más que el mono Queco haciéndose pasar por la fiera más fiera de todo el planeta. Tal era la desesperación del pobre monito, que gritaba pidiendo auxilio, sollozando y temblando de miedo. Al oírlo, todos acudieron a su llamado y, al verlos, prometió no volver a molestarlos y ser su amigo, luego de pedirles perdón. Mientras los demás quitaban las ramas y hojas para liberarlo, él pensó en organizar una fiesta para retribuirles el buen gesto al ayudarlo. Así fue que, a los pocos días, todos los monos estaban jugando y cantando junto a él, mientras una lluvia de cocos caía desde lo alto de la palmera, ya que Monín se había tomado el trabajo de juntarlos y aguardar el momento de obsequiárselos en señal de recompensa y amistad. Además, le cedió a cada uno de ellos, una quena, que él mismo había realizado con cañas. Esa noche, todos bailaron al son de la música y bebieron jugo de coco, hasta que Queco apareció con la máscara de león rugiendo fuerte y todos rieron a más no poder, hasta el mismísimo Monín, al darse cuenta de que todo no había sido más que una pesada y bien merecida broma. Desde entonces, todo transcurre en absoluta tranquilidad entre los monos, palmeras y cocoteros del lugar porque, si alguno comienza a hacer monerías con actos desagradables hacia algún compañero, Monín toma la palabra y, cual árbitro de encuentro deportivo, pone paños fríos a cualquier situación que así lo requiera, logrando que finalmente haya justicia y reine la paz en la comarca. ¿Será por eso que sus amigos, desde aquella vez, lo llaman juez? Comprensión lectora Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 6. 5 Ejercicio1 Después de leer este texto desordenado, escribe en el espacio en blanco correspondiente el orden de aparición correcto de cada párrafo. Párrafo Como a Monín le gustaba presumir, vociferando que él era el mejor, no tuvo ocasión de rechazar la invitación, por lo tanto, decidió trepar velozmente y, alardeando de su gran agilidad, comenzó su viaje de ascenso por el tronco. Los monos habían preparado la pequeña trampa, al pie de la palmera y, mientras lo aplaudían animándolo a subir con rapidez, esperaban el momento en que cayera. Él, ante los aplausos, se daba vuelta y los miraba sonriente, en vil derroche de orgullo y vanidad. Tanto se distrajo, mientras trepaba, que no vio la máscara de león que le habían colocado entre las hojas con el fin de atemorizarlo. Cuando llegó a lo alto y la descubrió, se llevó tal susto que se soltó de inmediato del tronco y, plaff, cayó, quedando atrapado entre las ramas y el follaje que habían colocado. Los monos lo veían desde los otros árboles y no podían resistir la tentación de risa, al escuchar los gritos pidiendo ayuda. Se relamían bebiendo jugo de coco, mientras le mostraban, desde lo alto, los dulces frutos y, al pobre mono, ante la imposibilidad de alcanzarlos, se le hacía agua la boca. No era para menos, si lo simios inquietamente se pasaban entre sus manos los cocos, cual malabaristas del circo más grandioso que se haya visto jamás. El pobre Monín pedía ayuda a gritos, desaforadamente, pero aquéllos hacían oídos sordos con tal de hacerlo pagar por tantos momentos despreciables que les hizo pasar. No estaría nada mal un poco de compasión ante el sufrimiento, pero ellos bien sabían que la trampa que le habían colocado no tenía gran dificultad de sortearla, por lo tanto, esperarían serenamente que encontrara solo la forma de salir. Párrafo Una mañana Monín salió a jugar muy orondo entre las ramas, mientras otros monitos, alborotados por su presencia, corrían temerosos a esconderse entre las ramas más altas, porque les quitaba sus alimentos antes de que los pudiesen comer. Lo peor es que, haciendo gala de su agilidad, siempre se colgaba de la cola, hamacándose muy ligero y tomaba entre sus manos todo lo que veían sus ojos. Claro que, como a muchos monos no les agradaba tal conducta, ya cansados de tanto atropello, pensaron en darle un buen escarmiento. Así fue que, entre todos, idearon la manera de que sintiera temor y necesidad de pedir ayuda, ante una eventual situación que ellos provocarían. Entre todos prepararon una trampa bajo el cocotero, ya que era su lugar preferido. El fruto de este árbol es de gran tamaño, de color verde y, en su interior, tiene una nuez marrón que contiene agua de exquisito sabor. Su pulpa es lechosa, cuando está maduro y los monos la toman como bebida refrescante, ya que abundan en esa zona tropical. Como el cocotero suele tener una altura de entre diez y veinte metros, los monos deben trepar con mucho cuidado, agilidad y esfuerzo, para no caer, entonces pensaron desafiar a Monín a que lo trepase con rapidez, mientras ellos lo observarían desde alguna palmera cercana. Comprensión lectora Comprendo lo que infiero Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 7. 6 Párrafo Esta es la historia de Monín, un mono simpático, inquieto, curioso, travieso y, por sobre todas las cosas, presumido. Puede estar trepando los árboles todo el día, alimentándose de sus hojas y frutos, aunque también suele comer miel, huevos que encuentra en los nidos y, cuando tiene sed, beber el jugo de hojas embebidas en el agua de lluvia que ha quedado entre los huecos de los troncos y ramas. Es muy hábil, como todos los de su especie, pero él cree que es el mejor y entonces, anda por allí haciendo alarde de su arte para trepar y saltar de un árbol a otro sin caerse, aunque estén muy distanciados entre sí. Además, posee gran destreza para apropiarsede los frutos que otros monos llevan entre sus manos con el fin de alimentarse, por ello no pierde ocasión de subir rápidamente a los árboles y molestarlos hasta el hartazgo. Ejercicio2 Lee el texto y contesta las siguientes preguntas ¿Quién es Monin?_____________________________________________________________________________________ ¿Cómo engañaron los monos a Monin por ser presumido?________________________________________________ ¿Cuándo los monos jugaron un partido de basquetbol?__________________________________________________ ¿En qué país crees que vive Monin?______________________________________________________________________ ¿Imagina cuántos cocos come Moni al día?_____________________________________________________________ ¿Qué hacían los monos para que Moni reconociera sus actos de egoísmo y vanidad?________________________ ¿Por qué sus amigos de la comarca llaman a Moni juez?__________________________________________________ ¿Para qué Moninle entregó a cada uno de sus amigos, una quena, que él mismo había realizado con cañas?____________________________________________________________________________________________ ¿Cuál es la moraleja de este cuento___________________________________________________________________ Comprensión lectora Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 8. 7 Ejercicio3 Completa el párrafo escribiendo la palabra correcta en los espacios vacíos Mientras hacía fuerza para desarmarla, los demás monos jugaban con los cocos más pequeños, revoleándolos hacia arriba y atajándolos con la boca, pasándolosentre sus manos cual juego de postas, arrojándolos hacia unhueco en el troncode una de las palmeras, a modo de partido de básquet, hastaquedar tan exhaustos que se desparramaron sobre las ramas a beber su jugo, mientras Monín desesperadamente, intentaba salir. Cuando comenzó a anochecer, algunos decidieron partir hacia su morada. Digo algunos, porque otros se quedaron cerca, escondidosentre las ramas, hasta ver cómo Monín resolvía el problema. Claro que, cansado de tanto esforzarse por salir, se quedó dormido. Entre sueños, pudo oír el rugido de un león hambriento y se asustó tanto que despertó pidiendo ayuda a gritos, sin notar que el temible león no era más que el mono Queco haciéndose pasar por la fiera más fiera de todo el planeta. Tal era la desesperacióndel pobre monito, que gritaba pidiendo auxilio, sollozando y temblando de miedo. Al oírlo, todos acudieron a su llamado y, al verlos, prometió no volver a molestarlos y ser su amigo, luego de pedirles perdón. Mientras los demás quitaban las ramas y hojas para liberarlo, él pensó en organizar una fiesta para retribuirles el buen gesto al ayudarlo. Así fue que, a los pocos días, todos los monos estaban jugando y cantando junto a él, mientras una lluvia de cocos caía desde lo alto de la palmera, ya que Monínse había tomado el trabajo de juntarlos y aguardar el momento de obsequiárselos en señal de recompensay amistad. Ejercicio4 En el siguiente párrafo hay errores de información muy concretos (palabras o datos incorrectos) descúbrelos, cópialos en el lugar indicado y propón su corrección. Como a Monín le gustaba presumir, vociferando que él era el mejor, no tuvo ocasión de rechazar la invitación, por lo tanto, decidió trepar velozmente y, alardeando de su gran agilidad, comenzó su viaje de ascenso por el tronco. Los monos habían preparado la pequeña trampa, al pie de la palmera y, mientras lo aplaudían animándolo a subir con rapidez, esperaban el momento en que cayera. Ella, ante los aplausos, daba vuelta y los miraba sonriente, en vil derroche de orgullo y vanidad. Tanto se distrajo, mientras trepaba, que no vio la máscara de león que le habían colocado entre las hojas con el fin de atemorizarlo. Cuando llega a lo alto y la descubrió, se llevó tal susto que se soltó de inmediato del tronco y, plaff, cayó, quedando atrapado entre las ramas y el follaje que habían colocado. Los monos lo veían desde los otros árboles y no podían resistir la tentación de risa, al escuchar los gritos pidiendo ayuda. Se relamían bebiendo jugo de coco, mientras le mostraban, desde lo alto, los dulces frutos y, al pobre mono, ante la imposibilidad de alcanzarlos, se le hacía agua la boca. No era para menos, si lo simios inquietamente se pasaban entre sus manos los cocos, cual malabaristas del circo más grandioso que se haya visto jamás. El pobre Monín pedía ayuda a gritos, desaforadamente, pero aquéllos hacían oídos sordos con tal de hacerlo pagar por tantos minutos despreciables que les hizo pasar. No estaría nada mal un poco de compasión ante el sufrimiento, pero ellos bien sabían que la trampa que le habían colocado no tenía gran dificultad de sortearla, por lo tanto, esperarían serenamente que encontrara solo la forma de salir. El primer error es: Hay que sustituirlo por: El segundo error es: Hay que sustituirlo por: El tercer error es: Hay que sustituirlo por: Comprensión lectora Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 9. 8 El cuarto error es: Hay que sustituirlo por: Para resumir las ideas principales de un texto De la naturalezadel alma aristocrática forma parte el egoísmo, quiero decir, aquella creencia inamovible de que a un ser como "nosotros lo somos" tienen que estarle sometidos por naturaleza otros seres y tienen que sacrificarse por él. El espíritu aristocrático acepta este hecho de su egoísmo sin ningún signo de interrogación y sin sentimiento alguno de dureza, coacción, arbitrariedad, antes bien como algo que acaso esté fundado en la ley primordial de las cosas; si buscase un nombre para designarlo diría "es la justicia misma". En determinada circunstancia que al comienzo la hacen vacilar, esa alma se confiesa que hay quienes tienen semejantes derechos que ella: tan pronto como ha aclarado esta cuestión de rango, se mueve entre esos iguales, dotado de derechos idénticos, con la misma seguridad en el pudor y en el respeto delicado que tiene en el trato consigo mismo. Esa sutileza y autolimitación en el trato con sus iguales es una parte más de su egoísmo: se honra a sí mismo en ellos y en los derechos que ella les concede, no duda de que el intercambio de honestidades y derechos, esencia de todo trato, forma parte así mismo del estado natural de las cosas. Ejercicio 1 Después de haber leído el texto elige lo que se te pide y realiza un resumen del mismo. El título más apropiado para el texto sería: A) El trato huraño nacido del aristócrata B) El alma aristocrática y la justicia C) El carácter del alma aristocrática D) Virtudes y defectos del aristócrata E) Justificación del alma aristocrática Si adoptáramos la mentalidad aristocrática, afirmaríamos que: A) todos hemos nacido para obedecer B) el sacrificio ajeno resulta innecesario C) nuestro egoísmo merece ser cuestionado D) el altruismo es signo de arbitrariedad E) el aristócrata también posee esencia Comprendo lo que resumo Comprensión lectora Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 10. 9 La necesidad del sometimiento y el sacrificio de los demás, constituye para el alma aristocrática: A) un signo excluyente de su esencia B) una verdad absoluta C) signo de explotación arbitraria D) un hecho injusto pero necesario E) un hecho escasamente moral El reconocimiento de iguales derechos en otros se presenta en el aristócrata: A) como signo de humanismo B) como una reacción ante el egoísmo C) de manera excepcional D) de manera inconsciente E) para contrarrestar su egoísmo ¿Qué aparentan los aristócratas frente a sus iguales? A) egoísmo acentuado B) sutileza y autolimitación C) la esencia puramente egoísta D) auténtica consideración E) intercambio de honores y derechos James Cierta vez, el príncipeprimogénito de la corona deInglaterra, niño que sehabía hecho conocido porsu mal genio, por surebeldía y por la faltade respeto a susprofesores, se comportómuy mal con una de susmaestras. Muy enojada ella le llamó la atención y le exigió más respeto. Entonces elmuchacho lejos de hacerle caso, de un fuerte puntapié rompió uno de los máshermosos jarrones que adornaban la lujosa habitación del palacio. La profesora de inmediato dejó el salón de estudios y fue a presentar el casoal monarca, padre del príncipe, quien vino al instante y, llamándole la atención, exigió alniño pidiese indulgencia a su maestra y le prometa respeto. El pequeño príncipe, puesto de pie, en tono muy arrogante, exclamó: - Recuerde, señor, que ella es un súbdito del rey. ¿Acaso yo no seré un día el reyde Inglaterra? - Lo sé muy bien… Por eso te mando por segunda vez pidas perdón a la profesora. El que debe mandar mañana, debe aprender a obedecer hoy. Comprensión lectora Para realizar un cuadro sinóptico de las ideas de un texto Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 11. 10 Después de leer el cuento anterior realiza un cuadro sinóptico con las ideas principales que se encuentran en el mismo y completa los espacios vacíos. Realizando cuadros sinópticos comprendo Comprensión lectora James niño que sehabía hecho conocido porsu mal genio, por suindisciplina y por la faltade respeto a susprofesores, se comportómuy mal con una de susmaestras. maestra muy enfadada ella le llamó la atención y le exigió más respeto. Entonces el muchacho lejos de hacerle caso, de un fuerte puntapié rompió uno de los máshermosos jarrones que adornaban la suntuosa habitación del palacio. La profesora qué hizo después que el principe le falto al respeto Rey quien vino al instante y, llamándole la atención, exigió alniño pidiese perdón a su maestra y le prometa respeto. El pequeño príncipe, puesto de pie, en tono muy arrogante, exclamó: - Recuerde, señor, que ella es un súbdito del rey. ¿Acaso yo no seré un día el reyde Inglaterra? - Lo sé muy bien… Por eso te mando por segunda vez pidas perdón a la profesora. Rey Cuál es la moraleja de este cuento? _________________________________________________________ ____________________________________________________________________________________________ Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 12. 11 "El progreso de la mente y la evolución de la cultura" "Ciertamente, el primitivo razona de una forma muy distinta a como lo hacemos nosotros, y, en muchos aspectos su pensamiento es, sin duda, inferior al nuestro, en el sentido de que acepta más fácilmente, creencias falsas y comete más errores objetivos. Pero esto, en rigor, no constituye una cuestión exclusivamente psicológica. En rigor, el problema de la evaluación de la mente humana es inseparable del de la evolución de la cultura. Evidentemente los razonamientos primitivos resultan prelógicos para quienes los enjuician desde un nivel cultural como el nuestro; pero son bastante lógicos si se enjuician desde la situación cultural en que se ejercen. De hecho, si a unos niños de nuestro mundo se les situara desde los primeros meses de la vida en una comunidad primitiva, acabarían por razonar de una manera muy semejante a la descrita; y, al revés, un niño primitivo incorporado desde el comienzo de su vida a nuestra civilización acabaría por razonar como cualquiera de nosotros. Lo que se deduce, pues, de todo esto es que la "mente" y su nivel constituyen el resultado de una larga evolución, biológica primero y cultural después. La mente humana no puede explicarse sólo a partir de unos principios anímicos y unas facultades que despliegan sus potencialidades en abstracto; la mente humana ha de explicarse también como resultado de una interacción social y de la participación de cada individuo en una cultura que es transpersonal." Después de haber leído el texto realiza un cuadro sinóptico como el ejemplo anterior. Comprensión lectora Martín Alberto Huitrón Sánchez
  • 13. 12 Después de leer el siguiente cuento observa las dos “palabras claves” que se dan para que redactes la idea general. El Eclipse Cuando fray Bartolomé Arrazola se sintió perdido aceptó que ya nada podría salvarlo. La selva poderosa de Guatemala lo había apresado, implacable y definitiva. Ante su ignorancia topográfica se sentó con tranquilidad a esperar la muerte. Quiso morir allí, sin ninguna esperanza, aislado, con el pensamiento fijo en la España distante, particularmente en el convento de los Abrojos, donde Carlos Quinto condescendiera una vez a bajar de su eminencia para decirle que confiaba en el celo religioso de su labor redentora. Al despertar se encontró rodeado de un grupo de indígenas de rostro impasible que se disponían a sacrificarlo ante un altar, un altar que a Bartolomé le pareció como el lecho en que descansaría, al fin de sus temores, de su destino de si mismo. Tres años en el país le habían conferido un mediano dominio de las lenguas nativas. Intentó algo. Dijo algunas palabras que fueron comprendidas. Entonces floreció en él una idea que tuvo por digna de su talento y de su cultura universal y de su arduo conocimiento de Aristóteles. Recordó que para ese día se esperaba un eclipse total de sol. Y dispuso, en lo más intimo, valerse de aquel conocimiento para engañar a sus opresores y salvar la vida. -Si me matáis-les dijo puedo hacer que el sol se oscurezca en su altura. Los indígenas lo miraron fijamente y Bartolomé sorprendió la incredulidad de sus ojos. Vio que se produjo un pequeño consejo y esperó confiado, no sin cierto desdén. Dos horas después el corazón de fray Bartolomé Arrazola chorreaba su sangre vehemente sobre la piedra de los sacrificios (brillante bajo la opaca luz de un sol eclipsado), mientras, uno de los indígenas recitaba sin ninguna inflexión de voz, sin prisa, una por una, las infinitas fechas en que se producirían eclipses solares y lunares, que los astrónomos de la comunidad maya habían previsto y anotado en sus códices sin la valiosa ayuda de Aristóteles. indígenas sacrificarlo matáis oscurezca corazón recitaba dominio lenguas perdido muerte conocimiento eclipse incredulidad consejo Comprensión lectora Para redactar la idea general del párrafo, observo las “palabras claves” Martín Alberto Huitrón Sánchez Observando las palabras claves, comprendo el texto.
  • 14. 13 Por ejemplo: Los indígenas se disponían a sacrificarlo (2do. párrafo) Cuando ya hayas identificado los párrafos indica si pertenecen al desarrollo, al clímax o al desenlace. Recuerda que estos tres elementos además de formar pare de la estructura, conforman la secuencia del cuento. Resuelve este ejercicio en tu cuaderno. Ejemplo: El corazón de fray Bartolomé chorreaba sangre, mientras un indio recitaba las fechas de los eclipses que se producirían 7° párrafo. Forma parte del desenlace Violeta, verde, amarillo, naranja, rojo y azul; colores finos y alegres, hijos bellos de la luz. Para jugar en la tierra les dan permiso de día. Corre el verde en el follaje y descansa en las colinas. El naranja y el violeta gustan la paz de las quintas. El azul brinca en los ríos y el amarillo en los trigos. Pero es el rojo el que ríe en los labios de los niños Cuando en las tardes mojadas La lluvia rasga su tul, abren un arco de gloría para que pase la luz. Luego regresan al cielo cuando apenas el sol arde y se duermen quietecitos en las nubes de la tarde. Martín Alberto Huitrón Sánchez Para comprender hago mapas conceptuales Comprensión lectora Comprendo el texto, haciendo mapas conceptuales .
  • 15. 14 Después de leer el texto lleva a cabo un mapa conceptual de las ideas principales Título Martín Alberto Huitrón Sánchez