TEST DE RAVEN es un test conocido para la personalidad.pdf
Análisis multidimensional de Internet como fenómeno tecnológico y socio-cultural
1. Universidad Diego Portales - Tesis de Magíster en Comunicación Social
Imaginarios Tecnológicos - María Rosa Maurizi
Capítulo III:
Una mirada multidimensional a Internet como fenómeno
tecnológico
Para comprender Internet no sólo como fenómeno tecnológico, sino también socio-
cultural, es necesario abordarlo desde un análisis multidimensional. Hemos
sustentado con los antecedentes teóricos de los capítulos anteriores, que se requiere
superar la comprensión limitada acerca de la tecnología y de los fenómenos
tecnológicos en su dimensión material -objetos o productos acabados, como
máquinas y herramientas sofisticadas que manipulamos- y percibir los aspectos
culturales y las relaciones sociales que un fenómeno tecnológico conlleva e implica
en sí.
Un análisis integral de los fenómenos tecnológicos incluye al menos cuatro
dimensiones interrelacionadas1:
• La manipulación de los objetos tecnológicos mismos, que son los artefactos,
dispositivos, máquinas e instrumentos empleados en la producción de bienes y
servicios de consumo y constituyen los aspectos más visibles del fenómeno.
• el saber tecnológico (know how, saber hacer, la técnica), está constituido por la
comprensión, explicación y transferencia de los saberes en ella implicados en
relación a su funcionamiento y manera de operarlos.
• el imaginario tecnológico conformado por el entramado simbólico de imágenes e
ideas que las personas construyen acerca de la tecnología y su vínculo con ella.
• la tecnología como relación social, que se manifiesta en el posicionamiento
social entre las personas que producen y manipulan tecnologías referidas a
relaciones de poder, agrupación y cooperación.
En el caso que nos ocupa, la incorporación de Internet a la sociedad chilena, la
manipulación de los objetos tecnológicos alude al acceso, a la calidad en el tiempo y
el espacio de los servicios proporcionados por Internet; lo que está determinado por
los equipos computacionales –hardware y software- con conexión a Internet y sus
dispositivos asociados como el mouse, teclados, pantallas e impresora. Estos pueden
estar disponibles en los laboratorios informáticos de las escuelas, las oficinas, los
propios hogares, los cibercafés o los lugares de acceso comunitario como son los
infocentros o telecentros.
1
Adaptación resumida de la categorización propuesta por Dan Adaszko en su estudio “Redefinición de
las esferas públicas y privadas a partir de la ampliación del uso de Internet. En:
http://www.hipersociologia.org.ar/papers/adaszkosp.html
46
2. Universidad Diego Portales - Tesis de Magíster en Comunicación Social
Imaginarios Tecnológicos - María Rosa Maurizi
El saber tecnológico incluye, para la población de nuestro estudio, los conocimientos
que las personas tienen del uso de las computadoras en general y de Internet en
particular. De sus competencias para utilizar el sistema: buscar información, enviar y
recibir mensajes electrónicos, completar formularios en línea o publicar su propia
información a través de websites y portales específicos.
Estas dos primeras dimensiones se expresan en aspectos estructurales y funcionales,
propios de la visión dominante, como el problema del "acceso a Internet" que
estructuralmente constituye la denominada "brecha digital" y los aspectos funcionales
que involucran el capital cultural y educativo de las personas para acceder y utilizar
estas nuevas tecnologías.
Las otras dimensiones de los fenómenos tecnológicos como son los imaginarios de
las personas sobre la tecnología y las relaciones de poder que su dominio y
utilización generan, forman parte del espacio social y de los aspectos simbólicos y
capital cultural de las personas.
Las personas se relacionan con los objetos tecnológicos a través de un entramado de
representaciones que se hace de aquellos. Estos elementos subyacentes implican un
recorte de la realidad y, en ciertos puntos, puede constituirse en obstáculo para un
mejor aprovechamiento de los recursos disponibles por parte de los distintos grupos
de la población.
Identificamos el "imaginario tecnológico" como manifestación de la predisposición
afectiva de las personas frente a la tecnología, sus percepciones sobre quienes la
utilizan y para qué fines, las incidencias de las posturas ideológicas frente a estas
nuevas tecnologías (y su vinculación con la globalización), su visión acerca del
impacto que tienen estas tecnologías en sus vidas cotidianas y proyectos de vida,
entre otros aspectos.
Son estas dimensiones subjetivas las que nos interesan fundamentalmente en esta
investigación acerca de Internet en el contexto actual de Chile, ya que pensamos que
la dimensión simbólica es un factor crucial en el proceso de adopción masiva y
apropiación de esta innovación tecnológica en grupos particulares de ciudadanos y
ciudadanas.
3.2. Los imaginarios: antecedentes teóricos
En la configuración del objeto de estudio de esta investigación, nos situaremos en la
dimensión cultural-simbólica de los fenómenos tecnológicos, focalizando la atención
en los imaginarios vinculados con la tecnología e Internet en particular. Es necesario
por tanto conceptualizar inicialmente a los imaginarios de manera genérica.
47
3. Universidad Diego Portales - Tesis de Magíster en Comunicación Social
Imaginarios Tecnológicos - María Rosa Maurizi
“Imaginario” es un concepto que proviene del estudio de la relación Sociedad y
significaciones sociales. A diferencia de la idea de representación y de universo
simbólico, imaginario subraya su pertenencia a una facultad, la de imaginar, y a un
soporte de las significaciones, las imágenes.
Más allá de su utilización común, hablar de “imaginario” es invocar un nombre de
moda con un uso similar, generalmente al de “representación”; y en otras ocasiones al
de “ideología”. Sin embargo, señala el semiólogo argentino Daniel Cabrera, sus
múltiples usos en investigaciones y contextos teóricos más variados es una muestra
de su polisemia y de su uso indiscriminado. Puesto de moda desde la filosofía por J.
P. Sartre y G. Bachelard, y en psicoanálisis por J. Lacan, ha llegado a ocupar lugares
de privilegio en la interpretación de las conductas de los individuos, de su formación
y conocimiento.2
Los imaginarios se ubican, desde la perspectiva del psicoanálisis, bajo la égida del
principio del placer y participan del sistema inconsciente. Según el autor Eugene
Enríquez3, la otra faz de lo imaginario es su aspecto movilizador, "motor" dinámico.
Sin imaginario no existe "proyecto" de sueño por realizar, utopía, mundo por
construir.
Siguiendo la perspectiva psicológica en la definición, lo imaginario es siempre
desreal, "es también lo que fecunda lo real", al tratar de hacer de lo real la expresión
de su propio sueño. El deseo necesita de vías indirectas para aparecer y hacerse oír,
ya que, sólo puede existir el "deseo imaginante". El deseo sin imaginario se
transforma en necesidad vulgar.
Es gracias a que el inconsciente permanece inconsciente, y que el imaginario vela,
dice Enriquez, que podrán desarrollarse proyectos sociales, utopías, voluntad de
transformación del mundo. Sin lo imaginario, el deseo se detiene "prohibido" o no
puede reconocerse como deseo ni encontrar el camino que le permitiría intentar
realizarse.
Lo imaginario preserva así la posibilidad de cambio, mutación, utopía. De cierto
modo permite realizar en ello una realidad psíquica, un depósito siempre renovado de
deseos, de realización, un "ir-hacia", una corriente. Así lo imaginario cree posible lo
imposible, el surgimiento continuo, la reconciliación total.
El principal antecedente teórico en el ámbito de las ciencias sociales, corresponde a la
teorización de Cornelius Castoriadis (1922–1997) en referencia al llamado
“imaginario radical”. La propuesta de Castoriadis, la “teoría de la institución
2
Cabrera, Daniel H. Las nuevas tecnologías de la información y el tiempo como imaginario.
Exploraciones del imaginario tecnológico contemporáneo. Tesis de Maestría en Sociosemiótica.
Centro de Estudios Avanzados (CEA). Universidad Nacional de Córdoba. Argentina. 2000. Pág. 57
3
Enríquez, Eugene. Imaginario social, represión inconsciente y represión consciente en las
organizaciones. Connexions - Tomo I, n°3, 1972.
48
4. Universidad Diego Portales - Tesis de Magíster en Comunicación Social
Imaginarios Tecnológicos - María Rosa Maurizi
imaginaria de la sociedad”4 nace como una propuesta de teoría alternativa en el
contexto de su crítica al marxismo y destaca por su originalidad, según algunos
comparable en importancia teórica con la obra de Habermas o Giddens, pero aún
relativamente desconocida y de dispar aceptación.
Daniel Cabrera, en su revisión teórica y bibliográfica sobre los imaginarios, señala
que el pensamiento de Castoriadis es complejo y está inspirado en el marxismo, la
economía, la filosofía clásica, el psicoanálisis y la semiótica. En él se destaca una
teoría de la sociedad como proceso de institucionalización en lo imaginario donde la
autonomía –individual y social- se presenta como proyecto de esclarecimiento de la
sociedad. Su teoría permite pensar la creación de la sociedad por la acción libre de
hombres libres.5
El “imaginario social” para Castoriadis es el fundamento ilimitado e insondable en el
cual descansa toda sociedad dada y es la condición de posibilidad que jamás se da
directamente. El imaginario social es el conjunto de significaciones que no tiene por
objeto representar “otras cosas”, sino que es la articulación última de la sociedad, de
su mundo y de sus necesidades. Es el conjunto de esquemas organizadores que son
condición de representabilidad de todo lo que una sociedad puede darse.
3.3. Los “imaginarios” desde la perspectiva social
El sociólogo español Juan Luis Pintos, referente en las investigaciones para establecer
las líneas básicas de una teoría de los Imaginarios Sociales6, señala que aún está en
proceso de elaboración conceptual la expresión “imaginarios sociales” más allá que
desde el último lustro se está dando un uso bastante frecuente de la expresión sobre
todo en el discurso mediático, pero también dentro del ámbito académico.
Aunque la concepción más habitual del término suele moverse en el espacio de las
nociones vagas y difusas del tipo: "lo que la gente se imagina", "los deseos ocultos",
los tópicos del sentido común, etc. , José Luis Pintos precisa conceptualmente que,
“ ...los imaginarios sociales son aquellos esquemas, construidos socialmente,
que nos permiten percibir algo como real, explicarlo e intervenir
operativamente en lo que en cada sistema social se considere como realidad.
Si hay alguna analogía que nos pueda ayudar a entender el concepto expresado sería
la de los lentes o anteojos. Los imaginarios tendrían una función semejante, ya que
4
La Teoría de la Institución Imaginaria de la Sociedad está expuesta fundamentalmente en “La
Institución Imaginaria de la Sociedad” Tusquets, 1993 (1975) 2 Tomos. Bibliografía citada en el
trabajo de Daniel Cabrera. Ob. Cit.
5
Cabrera, Daniel. Ob. Cit. Pág. 64.
6
Pintos, Juan Luis. Construyendo Realidad(es): Los Imaginarios Sociales. Santiago de Compostela,
Noviembre 2000. http://web.usc.es/~jlpintos/articulos/construyendo.htm
49
5. Universidad Diego Portales - Tesis de Magíster en Comunicación Social
Imaginarios Tecnológicos - María Rosa Maurizi
nos permiten percibir a condición de que ellos -como los lentes- no sean percibidos
en la realización del acto de visión. Generan por tanto, a diferencia de otros conceptos
una distinción entre relevancia y opacidad que va a ser la que nos conduzca a través
de los procesos que hacen funcional este mecanismo.
El sociólogo chileno Manuel Antonio Baeza,7 ubica a los imaginarios sociales como
formas creativas de vivenciar lo desconocido y una de las propuestas conceptuales
más significativas de los últimos años en el ámbito de las ciencias sociales.
Conceptualmente reconoce a los imaginarios sociales en dos niveles de
profundización:
- El primero, desde una comprensión más simple, un imaginario –entendido en
términos sobre todo sociales- es una manera compartida por grupos de
personas de representarse mentalmente el espacio y el tiempo. Señala
Baeza, algo así como imaginar o idear socializadamente, en donde se
comparten, en una modalidad simbólica, formas y contenidos, es decir
significantes y significados, en los cuales dichos grupos se reconocen, aún
cuando –en nuestra individualidad moderna- las intensidades en dichos
reconocimientos sean variables.
- En un nivel de mayor abstracción, continúa Baeza, los imaginarios sociales
son verdaderos esquemas de inteligibilidad de lo que es, en definitiva,
una realidad invisible. Como tales dichos imaginarios se levantan como
auténticas matrices de sentido existencial, en este caso colectivo. (Baeza, M.
2000; 9)
En el plano aún conceptual, Baeza sostiene que los imaginarios actúan como
singulares matrices de sentido, o al menos como elementos coadyudantes en la
elaboración de sentidos subjetivos atribuidos al discurso, al pensamiento y muy
importante, a la acción social: ellos, continúa el sociólogo, parecen acompañar a la
razón, enriqueciéndola y modificándola creativamente, pero también demuestran ser
capaces de oponerse fuertemente a la racionalidad, debilitándola desde esta fuerte
ambivalencia inicial, complejizan la conciencia, haciéndola deambular entre la
realidad y la fantasía. (Baeza, M. 2000; 14).
Los imaginarios (y no las simples imágenes) tanto individuales como sociales, se nos
presentan como antecedentes a tomar en consideración en el análisis social. Los
imaginarios, sean connotados positiva o negativamente, no nos pueden ser
indiferentes por su capacidad de influir en nuestras maneras de pensar y actuar en
sociedad.
7
Baeza, Manuel Antonio. Los caminos invisibles de la realidad social. Ensayo de sociología profunda
sobre imaginarios sociales. RIL Editores. Santiago de Chile, Julio de 2000.
50
6. Universidad Diego Portales - Tesis de Magíster en Comunicación Social
Imaginarios Tecnológicos - María Rosa Maurizi
Desde esta dimensión sociológica, los imaginarios ocurren en un universo
contextualizado, ellos no están exentos de una historicidad caracterizante. Baeza
ejemplifica este aspecto al señalar como los imaginarios de la Edad Media no
corresponderán sino a su época, de un modo u otro. Cada gran época histórica supone
sus propios “paradigmas imaginarios”, a partir de los cuales los contemporáneos
deambulan sin horizontes precisos.
Extrapolando el ejemplo, los imaginarios sociales actuales pertenecen a una cultura
mediática, con el trasfondo de la globalización, un fortalecimiento del rol de la
ciudadanía y otros rasgos propios de la sociedad altamente tecnificada.
3.4. Imaginarios sociales en Chile a inicios del siglo XXI
Chile está viviendo un profundo cambio cultural. En este proceso
desempeñan un papel central las dinámicas de globalización de la sociedad e
individuación de las personas, la centralidad del mercado y de las nuevas
tecnologías. Los cambios culturales crean oportunidades pero también
dificultades para la convivencia cotidiana. (PNUD, 2002;18)8
A través del Informe del PNUD “Desarrollo Humano en Chile 2002. Nosotros los
chilenos: un desafío cultural” es posible acercarse al emergente mapa de los
significados e imaginarios de la sociedad chilena actual.
El informe, el cuarto sobre el desarrollo humano en Chile, está dedicado a los
cambios y desafíos de la cultura en el país, adoptando una noción amplia de cultura
que incluye las artes, las letras y distintas formas de patrimonio, pero también el
conjunto de otras expresiones mediante las cuales la sociedad moldea y reflexiona su
convivencia.
La cultura chilena está atravesada por cambios y continuidades, señala la sinopsis del
informe. Entre las transformaciones, tiene un impacto especial la redefinición del
estado y la preeminencia del mercado. La centralidad del mercado trastoca las
maneras en que los chilenos viven juntos. La mercantilización y el auge de una
“cultura del consumo”, la preeminencia de una “cultura de la imagen” y la
consiguiente estetización de la vida diaria, la masificación de los bienes y símbolos
producida por la “industria cultural” y el “consumo cultural”, la creciente
informatización mediante las nuevas tecnologías de información y comunicación, son
ejemplos -señala el informe PNUD9- de su presencia en el quehacer diario.
Entre las tendencias emergentes que atraviesan la sociedad chilena contemporánea, se
destacan en relación directa a nuestro tema de interés, la globalización que constituye
8
PNUD. Desarrollo Humano en Chile 2002. Nosotros los chilenos: un desafío cultural. Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo. Santiago de Chile, mayo 2002. www.desarrollohumano.cl
9
Ob.cit. pág. 18
51
7. Universidad Diego Portales - Tesis de Magíster en Comunicación Social
Imaginarios Tecnológicos - María Rosa Maurizi
la primera y más evidente característica del nuevo contexto, la mediatización de la
comunicación social y los crecientes procesos de abstracción o desmaterialización
de la realidad social.
En relación a la mediatización de la comunicación social, las nuevas tecnologías de
información y la preeminencia del mundo audiovisual han cambiado los “mapas
mentales” que usan los chilenos para clasificar y ordenar la realidad social. Gracias a
la televisión, señala el informe PNUD, crece la sensación de una realidad virtual en
tanto parecen difuminarse los límites espaciales (interno/externo) y se comprimen los
horizontes temporales (antes/después). La expansión informática del espacio permite
una comunicación sin la presencia física de los participantes y esto cambia no sólo la
sociabilidad diaria, sino la noción del espacio público, al ser suplida por otras
mediaciones.10
La fragmentación del tiempo social en episodios autosuficientes es otro cambio en las
percepciones provocado por la mediatización. La multiplicidad de códigos
interpretativos y la velocidad con que circulan informaciones y símbolos aceleran la
obsolescencia de las experiencias pasadas e instalan un especie de permanente
presente, una secuencia de actos sin relación histórica entre ellos.
Otra consecuencia del nuevo contexto es cierta desmaterialización de la realidad
social, que quizás es una tendencia menos visible pero sus efectos sobre la cultura son
notorios. El ejemplo más ilustrativo al que refiere el informe PNUD, proviene de una
esfera que fue por antonomasia el campo de la producción material como la
economía. Esa materialidad pasa a un segundo plano con la preeminencia de un valor
intangible como lo es la marca (como Coca-Cola, Microsoft o Disney). Por ello
también el marketing es cada vez más una sistemática construcción abstracta de un
mensaje cultural.
En la misma dirección apuntan otros cambios del proceso económico, como cierta
“virtualización” del dinero a través de las transferencias electrónicas. La expansión
del “dinero virtual” afirma el informe PNUD, ilumina el mayor grado de abstracción
que comienza a observarse en las relaciones sociales.
En esta misma dimensión puede incluirse a la televisión e internet como otro ejemplo
de la evanescencia de las relaciones interpersonales, que las personas podrían tratar
de compensar mediante símbolos materiales como son los bienes de consumo. La
descorporalización aparece así como una característica inherente a la mediatización
de la comunicación social.
Las tendencias a la individualización, diferenciación y desmaterialización son sólo
algunas de las nuevas condiciones de la cultura. Hay otras de gran relevancia, tales
como la comprensión del espacio y del tiempo y el consiguiente desvanecimiento de
10
PNUD. Ob. Cit. Pág. 88.
52
8. Universidad Diego Portales - Tesis de Magíster en Comunicación Social
Imaginarios Tecnológicos - María Rosa Maurizi
horizontes que trasciendan lo inmediato. Todo ello no hace sino incrementar la
contingencia de la realidad social y es bajo estas condiciones de contingencia e
incertidumbre que los chilenos han de encontrarle sentido a su experiencia
cotidiana.11
3.5. Imaginarios sociales acerca de Internet en Chile: una primera
aproximación
Los hombres como seres culturales y por tanto simbólicos, se relacionarán con los
objetos tecnológicos a través de ese entramado de representaciones que se hace de
aquellos. Va a valorar, o no, determinados ámbitos de su vida a partir de una escala
de valores en la cual el imaginario tecnológico va a tener un peso significativo.
El imaginario tecnológico implica un recorte de la realidad y, en ciertos puntos,
puede constituirse en obstáculo para un mejor aprovechamiento de los recursos
disponibles por parte de los distintos segmentos de la población. Esto es, en una
sociedad de consumo, determinados objetos tecnológicos pueden aparecer como "la
única tecnología posible y deseable", constituyéndose esta ceguera en una desventaja
para aquellos que, por distintos motivos, no puedan acceder a esas mercancías. Un
reproductor de CD -por ejemplo- puede ser tan deseado en una población de una villa
miseria como en un barrio de clase media alta.
A la formación del imaginario tecnológico ayudan significativamente los medios de
difusión, ya que puede hacerse ver a un televisor como un elemento imprescindible
para vivir, cuando es dado pensar que determinadas familias podrían hacer un uso del
dinero -que normalmente destinan a ese producto- más acorde a sus necesidades
reales de subsistencia.
En el caso de Chile, además de lo señalado como parte del imaginario social más
amplio, donde destacan el trasfondo de la globalización y de una cultura mediática, es
posible identificar otros rasgos emergentes más vinculados al fenómeno de Internet y
que conformarían rasgos del “imaginario tecnológico” sobre este fenómeno.
En el estudio de Uca Silva reseñado en el primer capítulo, ella cita a Néstor García
Canclini12, quien -haciendo referencia a Baudrillard- propone dos formas de valor: el
valor signo y el valor símbolo, como categorías superadoras del limitado esquema
marxista del valor de uso y valor de cambio. Estos valores signo y símbolo,
connotan en los objetos sentidos muy poco relacionados con los usos prácticos de los
mismos. El valor signo tiene una connotación que se asocia al objeto: no es lo mismo
una computadora de marca que una armada. Sin embargo, el que más nos interesa acá
es el valor simbólico, entendiendo por tal un sentido distinto del valor signo con el
cual las personas o grupos de una sociedad cargan al objeto. Estas clasificaciones dan
11
PNUD. Ob. Cit. Pág. 91.
12
Garcia Canclini, Néstor. Cultura y comunicación: entre lo global y lo local. Universidad Nacional de
La Plata. 1997. Citado por Uca Silva en boletín SUR- Temas Sociales N° 38.
53
9. Universidad Diego Portales - Tesis de Magíster en Comunicación Social
Imaginarios Tecnológicos - María Rosa Maurizi
cuenta de las lógicas que organizan la circulación de los objetos en la sociedad. Los
dos primeros valores -el valor de uso y el valor de cambio- tienen que ver
principalmente con la materialidad de los objetos. Los segundos se refieren a los
procesos de significación de éstos.
Para los grupos participantes en el estudio de Uca Silva, las nuevas tecnologías no
adquieren valor de uso. En su caso, la no disposición de ellas no hace pertinente tal
categoría. Pero estos instrumentos son “cargados” de un potente valor simbólico,
pues representan una trascendencia hacia un futuro de acceso a oportunidades e
igualdad.
“Las TIC adquieren sentido para los adultos objeto de esta investigación sólo
en cuanto las relacionan con las posibilidades de estudios de sus hijos. El
discurso ciudadano sobre las TIC emerge desde la exclusión actual (la de
ellos) pero inclusión futura (de los hijos) a través de la educación. En este
sentido, las TIC -específicamente las computadoras- adquieren valor
simbólico: se homologan a la educación y se visualizan como medios de
desplazamiento e inclusión social. Sirven así como punto de partida para la
emergencia de un discurso de la igualdad, en que no se distingue el valor
simbólico de las nuevas tecnologías, de su valor real; y tampoco se hace
distinciones entre la calidad del acceso que tienen a las nuevas tecnologías,
comparado con el que tienen los sectores de mayores recursos. En sus
representaciones, el solo hecho de tener acceso a ellas hace desaparecer las
diferencias que se expresan en otros ámbitos. Se desemboca así en una lógica
perversa: creer que el común acceso a las nuevas tecnologías genera igualdad.
(Uca, Silva. 2001;7)13
A partir de las conclusiones de este estudio, podríamos sugerir que es más evidente el
valor del “símbolo”, que connota status de modernidad y una promesa de
igualdad, aún en grupos que no han tenido experiencias concretas con las TIC.
Otros aspectos, menos evidentes como representación simbólica pero también
vinculados con la dimensión cultural y específicamente en relación al consumo
cultural, son los aportados por el estudio de Carlos Catalán y el equipo de la
Universidad Católica14. Entre las conclusiones esa investigación destaca el hecho que,
en oposición al consumo de televisión y radio, la dinámica del consumo de Internet se
estructura a partir de mayores niveles de atención, y por lo tanto, de un grado mayor
de aislamiento.
En relación al consumo de otros medios, Internet es significativamente menor en su
nivel de credibilidad, oferta educativa, entretenimiento y utilidad para la vida diaria.
13
Silva Uca. Un Futuro por Comunicar. El impacto de las nuevas tecnologías de comunicación e
información en la vida cotidiana. Boletín Temas Sociales N° 38. Agosto, 2001. www.sitiosur.cl
14
Véase reseña del estudio en el Anexo I.
54
10. Universidad Diego Portales - Tesis de Magíster en Comunicación Social
Imaginarios Tecnológicos - María Rosa Maurizi
Los autores de dicho estudio contextualizan estos valores explicando que es muy
reducida la población de usuarios de Internet (alrededor del 13%) en relación a la
mayoría que es la población no usuaria (87%) al momento del estudio que fue 1999.
Finalmente, una referencia aún en el plano hipotético sostiene que en relación al
capital social, Internet y sus servicios tendrían una incidencia diferenciada según
se trate de redes primarias o secundarias. El equipo TI del Instituto de Sociología
de la Universidad Católica señala, como hipótesis subyacente a su investigación en
proceso, que dentro de las posibilidades que entrega Internet no existe un patrón fijo,
sino que el tipo de redes que se establecen son dependientes de las características del
medio y de las configuraciones culturales y regionales. Por ejemplo, el email podría
tener un mayor potencial de expandir redes hacia aquellos individuos conocidos, pero
no cercanos; los chats interactivos reforzarían el conocimiento de desconocidos y
personajes públicos; mientras que los servicios electrónicos como MSN Messenger o
ICQ, al igual que el celular, reforzarían el contacto con redes primarias.15
Luego de lo señalado, ¿es posible esbozar los elementos sobresalientes del imaginario
tecnológico en el Chile de principios del S. XXI?
La postura teórica desde la cual estamos presentando esta investigación, el qué y por
qué del fenómeno de Internet, va configurando ya una respuesta que nos dice que
toda utilización de la tecnología conlleva una cosmovisión del mundo, y que si bien
se comparten ciertos imaginarios sociales, hay una diversidad que da cuenta también
de la heterogeneidad en el imaginario colectivo. El siguiente capítulo del trabajo da
cuenta del diseño metodológico que guió este intento intelectual por dar cuenta del
fenómeno de Internet en un tiempo y lugar concreto.
15
Ibid.
55