2. El amor es un concepto universal relativo a la
afinidad entre seres, definido de diversas formas
según las diferentes ideologías y puntos de vista
(artístico, científico, filosófico, religioso). De manera
habitual, y fundamentalmente en Occidente, se
interpreta como un sentimiento relacionado con el
afecto y el apego, y resultante y productor de una
serie de actitudes, emociones y experiencias. En el
contexto filosófico, el amor es una virtud que
representa todo el afecto, la bondad y la compasión
del ser humano. También puede describirse como
acciones dirigidas hacia otros y basadas en la
compasión, o bien como acciones dirigidas hacia
otros (o hacia uno mismo) y basadas en el afecto.1
3. Los seres humanos podemos desarrollar en
esencia dos tipos de actitudes: bajo una de
ellas somos altruistas y colaboradores, y bajo la
otra somos egoístas y competidores. Existen
personas totalmente polarizadas hacia una de
las dos actitudes por voluntad propia; por
ejemplo, los monjes budistas están totalmente
volcados hacia el altruismo, y los practicantes
del objetivismo, hacia el egoísmo. Y también
existen personas que combinan ambas formas
de ser, comportándose, unas veces, de forma
altruista y colaboradora, otras, de forma
egoísta y competitiva, y otras, de forma
parcialmente altruista y competitiva.
4. El concepto de amor no es una noción
técnica en biología sino un concepto del
lenguaje ordinario que es polisémico (tiene
muchos significados), por lo cual resulta difícil
explicarlo en términos biológicos. Sin embargo,
desde el punto de vista de la biología, lo que a
veces se llama amor parece ser un medio
para la supervivencia de los individuos y de la
especie. Si la supervivencia es el fin biológico
más importante, es lógico que la especie
humana le confiera al amor un sentido muy
elevado y trascendente (lo cual contribuye a
la supervivencia)
5. La figura de Cupido en forma de putto es una
imagen recurrente. En el caso del amor
romántico, suele representarse con un arco y
unas flechas, las cuales, a menudo con los ojos
vendados, dispara sobre las personas,
produciéndoles así el enamoramiento.
El origen de Cupido se remonta a la mitología
romana, si bien su figura ya existía en la
mitología griega bajo el nombre de Eros, el
dios primordial responsable de la atracción
sexual, el amor y el sexo, venerado también
como un dios de la fertilidad.