¿María fue una mujer cualquiera?¿Es realmente la madre de Dios?¿Fue siempre virgen?¿tuvo más hijos?¿Por qué los católicos decimos que es la reina del cielo?¿Es corredentora?
Semelhante a ¿María fue una mujer cualquiera?¿Es realmente la madre de Dios?¿Fue siempre virgen?¿tuvo más hijos?¿Por qué los católicos decimos que es la reina del cielo?¿Es corredentora?
Semelhante a ¿María fue una mujer cualquiera?¿Es realmente la madre de Dios?¿Fue siempre virgen?¿tuvo más hijos?¿Por qué los católicos decimos que es la reina del cielo?¿Es corredentora? (20)
¿María fue una mujer cualquiera?¿Es realmente la madre de Dios?¿Fue siempre virgen?¿tuvo más hijos?¿Por qué los católicos decimos que es la reina del cielo?¿Es corredentora?
1. ¿María fue una mujer cualquiera?¿Es
realmente la madre de Dios?¿Fue
siempre virgen?¿tuvo más hijos?¿Por qué
los católicos decimos que es la reina del
cielo?¿Es corredentora?
Muchas sectas y particularmente nuestros hermanos protestantes
dicen que María tuvo como único papel, el de ser la Madre de Jesús.
Niegan que sea la Madre de Dios, que se haya conservado virgen y
que haya sido asunta al cielo. Igualmente dicen que al ser Jesucristo
el camino, la verdad y la vida y la vía para llegar al padre, no está
bien bien orarle, pedirle intercesión, mucho menos adorarle ó
llamarla corredentora.
Analicemos detenidamente cada interrogante:
¿María fue una mujer cualquiera?
De ninguna manera. Desde la caída del hombre, Dios planeó la
derrota de Satanás poniendo a una mujer como su enemiga y a su
hijo, para que le aplastaría la cabeza (Génesis 3:15). Es por esto
que la Iglesia llama a Jesús el segundo Adán y a María, la segunda
Eva. Por los primeros, entró el pecado al mundo; los los segundos,
vino la salvación.
“En lugar de Eva, instrumento de muerte, se eligió a una virgen
agradable a Dios y llena de su gracia, como instrumento de vida. Una
Virgen parecida en todo a las demás mujeres pero sin participar en
sus defectos: inmaculada, libre de culpa, limpísima, sin mancilla,
santa en cuerpo y alma, una azucena entre espinas”. (Teodoto de
Oriente † 430)
En la Biblia no hay ningún registro acerca de la concepción,
nacimiento e infancia de María; sin embargo, el magisterio de la
Iglesia menciona que sus padres fueron Joaquín y Ana (hoy santos),
basándose en un libro apócrifo denominado el “Protoevangelio de
Santiago”. Este fue escrito probablemente hacia el año 150. Aunque
nunca fue incluido entre los evangelios canónicos por narrar
acontecimientos anteriores a Jesús, recoge leyendas que han sido
admitidas como ortodoxas por las iglesias cristianas, tales como la
natividad milagrosa de María, la localización del nacimiento de Jesús
en una cueva o el martirio de Zacarías, padre de Juan el Bautista.
2. La primer parte del texto narra que Ana y Joaquín ya eran ancianos
(además de que ella era esteril) cuando Dios, ante sus súplicas, les
concedió tener descendencia. Esto no es descabellado de aceptar si
vemos que lo mismo hizo Dios con Sara, esposa de Abraham (padres
de Isaac) y con Isabel, esposa de Zacarías (padres de Juan El
Bautista). Si envió al Angel para anunciarles que concebirían a pesar
de su esterilidad, con mayor razón intervendría su mano para que
naciera, libre de pecado, la Madre de su propio Hijo.
“Era necesario que la Madre de Dios fuese también purísima, sin
mancha, sin pecado. Y así, no sólo de doncella, sino también de niña
fue santísima, y santísima en el seno de su madre, y santísima en su
concepción; pues no convenía que el santuario de Dios, la mansión de
la Sabiduría, el relicario del Espíritu Santo, la urna del maná celestial,
tuviera en sí la más mínima tacha. Por aquel alma santísima, fue
completamente purificada la carne hasta del residuo de toda mancha,
y así, al ser infundida el alma, ni heredó ni contrajo por la carne
mancha alguna de pecado, como está escrito: “Fijó su habitación en
la paz” (Sal 75, 3), es decir, la mansión de la divina sabiduría fue
construida sin el fomes del pecado”. (Santo Tomás de Villanueva)
El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX, en la Bula Ineffabilis Deus,
proclamó El dogma de la Inmaculada Concepción de María. En su
parte medular manifiesta lo siguiente:
“... Para honor de la santa e indivisa Trinidad, para gloria y
ornamento de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe
católica y acrecentamiento de la religión cristiana, con la autoridad de
nuestro Señor Jesucristo, de los bienaventurados Apóstoles Pedro y
Pablo y con la nuestra declaramos, proclamamos y definimos que la
doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue preservada
inmune de toda mancha de la culpa original en el primer instante de
su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en
atención a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano,
está revelada por Dios y debe ser por tanto firme y constantemente
creída por todos los fieles”.
Narra también el Protoevangelio de Santiago, que María fue
consagrada al templo desde los tres años hasta los catorce. Una
mujer cualquiera no nace de padres ancianos y estériles, ni por obra
del Espíritu Santo, ni se consagra a vivir en el templo desde los tres
años, o sí?
Si nos ubicamos en el capítulo 12 del libro del apocalipsis leemos
que “Se vió en el cielo algo muy grande y misterioso: apareció una
mujer envuelta en el sol, tenía la luna debajo de sus piés, y llevaba
en la cabeza una corona de doce estrellas. La mujer estaba
3. embarazada…”. Por lo que se describe a continuación en ese mismo
capítulo, sabemos que se trata de María. Tampoco es muy común que
digamos que cualquier mujer aparezca en esas condiciones.
Si buscamos en los libros de los profetas encontramos el anuncio de
que una doncella, es decir, una mujer virgen, daría a luz un hijo al
que se llamaría Emmanuel (Isaías 7:14). Esta es otra particularidad
de María. Hasta hoy, tampoco se sabe de otra virgen que haya dado
a luz.
Cuando el ángel del Señor se le apareció a María, la saludó
dicíendole: “Salve, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lucas
1:28). Me pregunto ¿a cuantas mujeres se les ha aparecido el ángel
del Señor, haciéndole una reverencia, diciéndole que está “llena” de
gracia; es decir, que es bendita entre todas la mujeres y que tambien
es bendito el fruto de su vientre”?.
Por último, ¿a cuantas mujeres le ha enviado Dios dos grandes alas
para escapar del demonio? Sólo a María. ¿Cierto? (Apocalipsis
12:14).
¿Maria es realmente la Madre de Dios?
Como demostramos en documentos anteriores, Jesús es Dios Hijo,
consustancial con el Padre y con el Espíritu Santo. No son pués, tres
dioses sino un sólo Dios. Igualmente Jesús tuvo dos naturalezas a
saber: Divina y Humana; estas naturalezas son, sin embargo,
inseparables. Jesús todo lo hizo desde la divinidad, a traves de su
humanidad. De otra manera, no podía haber hecho milagros. Vimos
que en Isaías 7:14 se nos anuncia que una virgen tendría un hijo
(Emmanuel), que significa Dios con nosotros. En Isaías 9:6 dice que
ese hijo recibiría como nombre “Dios Invencible”. En Juan 10:30,
Jesús afirma que :”Mi Padre y yo somos uno sólo”. En Filipenses
2:6, Pablo afirma que “Aunque Cristo siempre fue igual a Dios, no
insistió en esa igualdad”. No es necesario tener, por tanto, un
coeficiente intelectual superior, para concluir que si Jesús es Dios, su
Madre, es Madre de Dios.
¿María fue siempre virgen?
Ya es claro que María fue virgen hasta el nacimiento de Jesús. ¿Por
qué los católicos afirmamos que mantuvo su virginidad si existen
4. citas Bíblicas que hablan de “hermanos de Jesús”? (Mateo 12:46-
47;13:55).
María no sólo fue virgen antes del parto. Tambien lo fue durante y
después del parto. Veamos las razones para afirmar esto:
Hay un personaje que resaltar y hacer justicia respecto a esta
definición. Se trata de Máximo de Turín, obispo de Turín ya en el año
398, (se cree que murió entre el 408 y el 423). Fue uno de los que
prácticamente se anticipó a la definición del dogma de la Perpetua
Virginidad. En uno de sus sermones (5: PL 57, 235) se expresó en
estos términos:
“La Virgen concibe sin la intervención de varón; el vientre se llena sin
el contacto de ningún abrazo; y el casto seno se acogió al Espíritu
Santo, que los miembros puros custodiaron y el cuerpo inocente
albergó. Contemplad el milagro de la Madre del Señor: es virgen
cuando concibe, virgen cuando da a luz, virgen después del parto.
¡Gloriosa virginidad y preclara fecundidad!”.
En el Concilio de Letrán celebrado en el año 649 se efectuó la
solemne definición dogmática de la VIRGINIDAD PERPETUA DE LA
MADRE DE DIOS. Los Padres del Concilio inspirados por el Espíritu
Santo compusieron el canon tercero que declaraba este dogma:
“Si alguno, de acuerdo con los Santos Padres, no confiesa que María
Inmaculada es real y verdaderamente Madre de Dios y siempre
Virgen, en cuanto concibió al que es Dios único y verdadero -el Verbo
engendrado por Dios Padre desde toda la eternidad- en estos últimos
tiempos, sin semilla humana y nacido sin corrupción de su virginidad,
que permaneció intacta después de su nacimiento, sea anatema”.
En la historia conocemos de muchas personas que optaron por la
castidad ó el celibato. Era el caso de la secta de los esenios, fundada
en el siglo II a.C., quienes optaron por la vida consagrada a Dios.
Pero esta no era una condición exclusiva de judíos, esenios ó de
cristianos. Los monjes budistas y los hinduistas tambien lo han sido.
El mismo Platón fue célibe por razones filosóficas. ¿Por qué nos
extraña entonces que María haya sido entregada en manos de José
como su protector y que ella hubiera permanecido vírgen?¿Acaso
María es menos digna de esa decisión que cualquier otra persona?
Por el contrario: María supera a todos estos hombres. Fue la primera
mujer en hacer estos votos de obediencia, humildad y entrega
incondicional a Dios. Estaba consagrada a Dios, era la “llena de
gracia”. Ella no requería del sexo para vivir ó sentirse amada puesto
que se hizo esclava ó sierva del Señor y su amor le bastó.
5. Retomando el protoevangelio de Santiago, notamos que José era un
hombre viudo y maduro. No era un joven en busca de aventuras
amorosas, ni mucho menos. Nos narra el texto:
“Y, cuando llegó a la edad de doce años, los sacerdotes se
congregaron, y dijeron: He aquí que María ha llegado a la edad de
doce años en el templo del Señor. ¿Qué medida tomaremos con ella,
para que no mancille el santuario? Y dijeron al Gran Sacerdote: Tú,
que estás encargado del altar, entra y ruega por María, y hagamos lo
que te revele el Señor”.
“3. Y el Gran Sacerdote, poniéndose su traje de doce campanillas,
entró en el Santo de los Santos, y rogó por María. Y he aquí que un
ángel del Señor se le apareció, diciéndole: Zacarías, Zacarías, sal y
reúne a todos los viudos del pueblo, y que éstos vengan cada cual
con una vara, y aquel a quien el Señor envíe un prodigio, de aquel
será María la esposa. Y los heraldos salieron, y recorrieron todo el
país de Judea, y la trompeta del Señor resonó, y todos los viudos
acudieron a su llamada”.
“IX 1. Y José, abandonando sus herramientas, salió para juntarse a
los demás viudos, y, todos congregados, fueron a encontrar al Gran
Sacerdote. Este tomó las varas de cada cual, penetró en el templo, y
oró. Y, cuando hubo terminado su plegaria, volvió a tomar las varas,
salió, se las devolvió a sus dueños respectivos, y no notó en ellas
prodigio alguno. Y José tomó la última, y he aquí que una paloma
salió de ella, y voló sobre la cabeza del viudo. Y el Gran Sacerdote
dijo a José: Tú eres el designado por la suerte, para tomar bajo tu
guarda a la Virgen del Señor”.
“2. Mas José se negaba a ello, diciendo: Soy viejo, y tengo hijos, al
paso que ella es una niña. No quisiera servir de irrisión a los hijos de
Israel. Y el Gran Sacerdote respondió a José: Teme al Señor tu Dios,
y recuerda lo que hizo con Dathan, Abiron y Coré, y cómo,
entreabierta la tierra, los sumió en sus entrañas, a causa de su
desobediencia. Teme, José, que no ocurra lo mismo en tu casa”.
“3. Y José, lleno de temor, recibió a María bajo su guarda, diciéndole:
He aquí que te he recibido del templo del Señor, y que te dejo en mi
hogar. Ahora voy a trabajar en mis construcciones, y después volveré
cerca de ti. Entretanto, el Señor te protegerá”
En otro protoevangelio llamado “La Historia Copta de José el
carpintero” se nos narra que José murió a los 111 años, cuando Jesús
llegaba a sus 17. De hecho, en la Biblia se menciona a José por
última vez, cuando Jesús a los 12 años se pierde en el templo. No
aparece en las bodas de Caná, pero sí Jesús y María. Si tomamos
6. esto en cuenta, al recibir José a María, ya contaba éste con 93 años
de edad. Edad muy avanzada como para tener hijos, o no?
Es hora de pasar a la siguiente pregunta:
¿María tuvo más hijos?¿Quienes eran
Santiago, José, Simón y Judas?
Si nos acomodamos al Protoevangelio de Santiago, vemos que José
no sólo era viudo sino que tenia 4 hijos con estos nombres y además
dos hijas: Lisia y Lidia. Al ser hijos de José, era hermanos de Jesús
por parte del Papá putativo. Es curioso que el evangelio nos narre de
la visita de la madre y los hermanos y no diga por ejemplo: María y
sus otros hijos. Si argumentamos esto, nos pueden decir: “Eso no
está en la Biblia. Ustedes lo inventaron”.
Para despejar dudas, salgámonos de los apócrifos y de las conjeturas
y demos bases bíblicas:
1. Ni en hebreo ni en arameo existen palabras para definir primos,
tios, etc. Si comparamos Génesis 12:5 con Génesis 13:8,
notamos que en la primera cita aparece Lot como sobrino de
Abraham y en la segunda como hermano. ¿error Bíblico? No.
Veamos Génesis 29:13 y 29:15: Se narra que Jacob es hijo de
la hermana de Labán y posteriormente labán trata a Jacob de
“hermano” ¿otro error Bíblico? No. En Mateo 12:50, Jesús dice:
“cualquiera que obedece los mandamientos de mi Padre, que
está en el cielo, es en verdad, mi madre, mi hermano y mi
hermana”. Busque otras citas: 2 Sa 19:13; 1Cr 24:31; Mt
18:35; Jn 20, 17-18. Es claro pues que “hermano” se refiere a
pariente cercano ó a hijos de Dios.
2. En la pasión del Señor se nos narran dos episodios: uno
referente a las personas que acompañaban a Jesús en la cruz:
Según Juan 19:5 estaban María, su Madre; María Magdalena;
María de Cleofás, y el apostol Juan. Según Mateo 27:56 hace
referencia a Maria la Madre santiago y José, y la Madre de los
hijos de Zebedeo. En Marcos 15:40 dice que estaba Salomé
(esposa de Zebedeo). Es lógico que José, su padre putativo, no
estuviera (ya había muerto hacia 16 años). Lo que no es lógico,
es que estén la madre, las tías, el discípulo amado y María
Magdalena y no estuvieran sus hermanos. Si alguien debía estar
presente eran precisamente sus parientes más cercanos.
Además, si Jesús hubiera tenido otros hermanos, no tendría
ninguna justificación el otro episodio que nos narra lo que le
7. dice a María: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” e inmediatamente le
dice a Juan: “Ahí tienes a tu madre”. ¿Para qué otro hijo?. Eso
sería absurdo. La razón es evidente: María había quedado sóla
puesto que su esposo había muerto y su único hijo estaba a
punto de hacerlo.
Atemos cabos: Un antiguo historiador, llamado Hegesipo, nativo de
Palestina, terminó sus memorias siendo ya anciano, durante el
reinado del Papa Eleuterio (175-189). Él pudo interrogar a varios
miembros de la familia de Jesús. Hegesipo nos dice que: "Después
del martirio de Santiago el menor, fue decidido en forma unánime,
que Simeón, su hermano e hijo de Cleofás, era digno de ocupar el
cargo de obispo de Jerusalén. „El fue, se dice, un primo del Salvador;
Por ser hijo de Cleofás y de una hermana de la Virgen María, era
primo carnal de Jesús, y por eso en el Evangelio se le llama
"hermano" de éste.
Hegesipo cuenta que Cleofás era hermano de José (Eusebio, Hist.
eccl., III, 11). San Epifanio (Haer., LXXVII, 7) dice lo mismo. De ahí,
surge que María, la esposa de Cleofás, sea la cuñada de la Virgen
María, lo que explica el porqué de ser llamadas hermanas. De ahí
también se puede concluir que Santiago el menor, Simón, Judas
Tadeo y José (hermanos entre sí e hijos de Cleofás), sean primos
“hermanos” de Jesús.
Al ya haber explicado y demostrado que a los parientes se les
llamaba hermanos, queda claro que los “4 hermanos de Jesús” eran
realmente hijos de Alfeo ó Cleofás, tío de Jesús, o sea, sus primos
hermanos.
Nos dirán. ¡Bueno! Y entonces porqué en Lucas 2:7 dice: “Mientras
estaban en Belén, a María le llegó la hora de tener su primer hijo”?
¿Por qué se dice que Jesús es el
primogénito si no hubo más hijos?
En su cultura, ser primogénito era una posición de honor y no
numérica. Veamos:
En Éxodo 13:1-2 dice “El primer hijo de todo matrimonio israelita
será para mí”.
En 1Crónicas 23:17 dice: “el primogénito de Eliezer, Rejabías.
Eliezer no tuvo más hijos, pero Rejabías tuvo muchos ”.
8. El Salmo 89:28 dice: “Yo le concederé los derechos que merece todo
hijo mayor: lo pondré por encima de todos los reyes del mundo”.
En Génesis 25:31-34 dice: “Jacob le respondió: Dame tus derechos
de hijo mayor, y yo con gusto te daré de mi sopa”.
En Apocalípsis 1:5 magistralmente concluye Juan: “Él fue el primero
en resucitar, y es tambien el que gobierna sobre todos los reyes de la
tierra”.
Vea tambien Jeremías 31:9; Exodo 4:22; Zacarías 12:10.
¡Bueno! Nos dirán; pero es que además en Mateo 1:18; 1:25 dice
que “Antes de que vivieran juntos, se supo que ella estaba
embarazada…pero no durmieron juntos como esposos antes de que
naciera el niño”.
Los protestantes dicen que vivir “juntos” ó dormir “juntos” significa
“tener relaciones sexuales”. ¿En un Hogar todos los miembros tienen
relaciones sexuales entre sí? Porque todos viven juntos, bajo un
mismo techo.
Por otro lado, en Griego, “antes” y “hasta”, indican una condición
anterior, no posterior. Veamos
• 2 Samuel 6:23: “Mical , hija de Saúl, no tuvo ya hijos hasta el
día de su muerte”. Esto no quiere decir que sí tuvo hijos
después de muerta.
• Mateo 28:20: “Yo estaré con vosotros día tras día, hasta el fin
del mundo”. Tampoco quiere decir que después nos
abandonará.
• Juan 4:49: “Señor: baja antes de que muera mi hijo”.
Así como “hasta” no significa una condición que después
desaparecerá. “Antes” no significa que después sucederá.
¿María fue asunta al cielo?¿fue coronada
reina?
En 1 Reyes 2:19 leemos: “El rey se levantó para recibir a su madre
y, en señal de respeto, se inclinó delante de ella. Después se sentó
en su trono, y mandó que trajeran un sillón para Betsabé. Ella se
sentó a la derecha de Salomón, que es el lugar más importante”.
9. Hasta en nuestros días, Todos los príncipes y reyes de este mundo
tienen una mamá reina; veamos unos ejemplos: De Felipe, Príncipe
de Asturias, su mamá es la reina Sofía de Grecia; Carlos, el Príncipe
de Gales, es hijo de la reina Isabel II.
Así pues que si a Jesús se le dan varios títulos: Rey de reyes, Señor
de Señores, Príncipe de paz, Rey de Judá, a María, su madre, por
derecho propio se le debe llamar reina.
¡Listo! Llamémosla reina. Pero ¿porqué reina del cielo?
Leamos en Apocalípsis 12:1-2: “Luego se vió en el cielo algo muy
grande y misterioso: apareció una mujer envuelta en el sol. Tenía la
luna debajo de sus pies, y llevaba en la cabeza una corona de doce
estrellas. La mujer estaba embarazada y daba gritos de dolor, pues
estaba a punto de tener un hijo”. Por los versículos que siguen,
podemos decir con toda certeza que se trata de María.
Concluyamos: Bajó del cielo, con una corona, es madre del rey de
reyes: ¡hijo! ES LA REINA DEL CIELO.
Su asunción la vemos claramente en Apocalípsis 12:13-14:
“Cuando el dragón se dio cuenta de que había sido lanzado a la
tierra, empezó a perseguir a la mujer que había tenido a su hijo. Pero
Dios le dio a la mujer dos grandes alas de águila para que escapara
volando”.
El 1 de noviembre de 1950, día de todos los Santos, en la Plaza de
San Pedro en Roma, el Papa Pío XII, mediante la constitución
apostólica “Munificentissi Deus”, hizo la proclamación dogmática de
LA ASUNCIÓN A LOS CIELOS con estas emotivas palabras:
“PROCLAMAMOS, DECLARAMOS Y
DEFINIMOS SER DOGMA DIVINAMENTE
REVELADO QUE LA INMACULADA MADRE DE
DIOS, SIEMPRE VIRGEN MARÍA, ACABADO
EL CURSO DE SU VIDA TERRENA, FUE
ASUNTA EN CUERPO Y ALMA A LA GLORIA
CELESTIAL”.
San Antonio de Padua, en un sermón que dirige en la festividad de la
Asunción. Guiado por el Espíritu Santo, con un discernimiento
asombroso y apoyado en las Escrituras, manifiesta con autoridad
reverente:
10. “La Bienaventurada Virgen María fue asunta con el cuerpo que había
sido tabernáculo del Señor. Por eso dice el salmista (132:8): ¨Ven,
Señor a tu reposo. Tú y el Arca de tu santificación¨. Como Jesucristo
resurgió de la muerte vencida y subió a la diestra del Padre, así
también resurgió el arca de su santificación, porque en este día la
Virgen Madre fue asunta al tálamo celestial”
A nadie le causa escándalo que Enoc (Genesis 5:24) y Elías (2
reyes 2:11) fueran llevados en cuerpo y alma al cielo. Tambien es de
suponer que ocurrió lo mismo con Moisés de quien no encontraron
nunca su cuerpo y en la transfiguración de Jesús, apareció junto a
Elías. A pesar de su amor a Dios y su obediencia, sus méritos no se
comparan a los de María: Hija del padre, Madre del Hijo y Esposa del
Espíritu Santo.
Sobre la asunción existe tambien un libro apócrifo llamado “El Libro
de San Juan Evangelista”.
Nos resta un tema:
¿Es María Corredentora?
La palabra rescate está relacionada con el concepto cristiano de la
redención. Jesús pagó el precio de nuestra liberación del pecado
(Mateo 20:28; 1 Timoteo 2:6). Su muerte fue ofrecida a cambio de
nuestra vida. De hecho, la Escritura dice claramente que la redención
sólo es posible “a través de Su sangre” (esto es, por Su muerte),
Colosenses 1:14.
En la doctrina católica, la redención es quizás una de las obras más
importantes, nobles y significativas de Jesús, el redentor del pueblo.
Esto es así ya que Jesús es quien redime a los seres humanos del
pecado original cometido por Adán y Eva para permitirles su entrada
al mundo de los Cielos, a la morada suya y del Señor. La redención
de Jesús se hace carne a través de su sufrimiento, su muerte y su
resucitación.
Sin embargo, el término redención es un término muy amplio y
significativo en la conciencia humana. La redención es la acción que
puede llevar adelante una persona para quitar el dolor o el
sufrimiento a otra persona. La redención puede ser entonces
entendida como una segunda oportunidad para encarar la vida, la
realidad libres de dolor, de pecado o de sufrimiento. Tal como se
puede ver, el concepto de redención tiene un vínculo muy poderoso
con la religión y con la espiritualidad. Al redimir a una persona se le
11. está permitiendo volver a encarar su vida o su realidad de una nueva
manera, diferente y renovado.
Normalmente y en el idioma inglés, el término Corredentora requiere
de alguna explicación inicial, porque con frecuencia el prefijo "co"
suscita de inmediato visiones de completa igualdad. Por ejemplo, un
co-firmante de un cheque o un co-propietario de una casa, es
considerado co-igual con el otro firmante o propietario. Por lo tanto,
muchos temen que al describir a nuestra Señora como Corredentora,
este término la ponga al mismo nivel que su divino Hijo, implicando
que ella es "Redentora" al igual que Él, reduciendo de esta forma a
que Jesús "sea la mitad de un equipo de redentores."
Sin embargo en latín, del que se deriva el término Corredentora,
siempre significa que la cooperación o colaboración de María en la
redención es secundaria, subordinada, dependiente de la de Cristo.
Mark Miravalle lo expresa así:
El prefijo "co" no significa igual, sino que viene de la palabra latina,
"cum" que significa "con." El título Corredentora que se aplica a la
Madre de Jesús, jamás pondrá a María a un nivel de igualdad con
Jesucristo, el divino Señor de todo lo que existe, en el proceso
salvífico de la redención humana. Más bien, denota una singular y
única participación con su Hijo en la obra salvífica de la redención de
la familia humana. La Madre de Jesús participa en la obra redentora
de su Hijo Salvador, quien de manera única y en su gloriosa divinidad
y humanidad, reconcilió a la humanidad con el Padre. Entonces, el
concilio no sólo enseña que María, a lo largo de su vida y en términos
generales, estuvo asociada con Jesús en la obra de la redención, sino
que ella se asoció a sí misma con su sacrificio consintiendo con él.
Aceptó ser su madre pese al peligro de ser repudiada y apedreada
hasta la muerte. Cuidó de su hijo física y espiritualmente, desde su
concepción, hasta el inicio de su vida pública. Padeció con su Hijo
cuando moría en la cruz, cooperando en forma enteramente impar a
la obra del Salvador con la obediencia, la fe, la esperanza y la
ardiente caridad con el fin de restaurar la vida sobrenatural de las
almas.
María no sólo consintió con el sacrificio, sino que también se unió a
él. En estos dos últimos enunciados, encontramos una síntesis de la
enseñanza papal anterior sobre la corredención, así como un sólido
12. punto de referencia para la enseñanza que darían los papas
posteriores al concilio.
Monseñor Brunero Gherardini señala que con o sin el uso del término
Corredentora, los observadores protestantes ya habían reconocido de
buena gana la posición católica sobre la participación de María en la
redención. Ellos ven cualquier participación humana en la obra de
salvación del hombre, por muy secundaria y subordinada, como
contraria al principio Luterano de solus Christus y, por lo tanto, un
"robo que se le hace a Dios y a Cristo." De ahí que, al elaborar la
enseñanza magisterial sobre la colaboración de María en la redención,
estamos tratando con algo más que la simple posibilidad de que se
justifique el término Corredentora, se trata de un dato fundamental
de teología católica, un asunto que no será tratado fácilmente en el
diálogo ecuménico, con la simple substitución de una palabra o frase
con otra que aparezca como más neutral.
En ese orden de ideas, todos los cristianos somos llamados a ser
corredentores: Jesús nos exorta a tomar su cruz y seguirle; nos envía
a anunciar el evangelio, a sanar a los enfermos y a liberar a los
endemoniados. Nos invita a no temer perder la vida por Él y ser
partícipes de su plan de salvación. De no ser así, ¿para qué se
desgastan anunciando el evangelio? si ya somos salvos por
Jesucristo, ¿para qué asistir a salones del reino ó a cultos y para qué
seguir pastores? O más aún, ¿para qué hacer buenas obras si de
todos modos nos salvamos?.