Este documento presenta varios ejemplos breves de poemas, cuentos y juegos de palabras. Incluye rimas con nombres, adivinanzas con letras perdidas, mezclas de frases y palabras, y breves historias con juegos de lenguaje como cambiar elementos o inventar nuevas palabras. El objetivo parece ser entretener e inspirar a los lectores con diferentes formas lúdicas de usar el lenguaje y la creatividad.
2. Haciendo rimas con nuestros nombres.
Resulta muy divertido buscar palabras que rimen con
nuestros nombres y apellidos.
Pedro Corrales, el terror de los chavales
Luis Forcada no sabe nada de nada
Andrés, lo hace todo al revés Susana metió el pie en
la palangana
Manolo, dame un poco de tu Paloma tiene las piernas
polo de goma
3. Letras extraviadas
El juego puede ser divertido dando alguna pista.
PLU - Las tienen los pájaros. plumas
CA - En tu habitación seguro que tienes una. cama
POE - Se aprende de memoria para recitar. poema
FA - La tienen sobre todo los artistas. famas
SU – 2 + 2 suma
4. Cóctel de palabras
La niña se está bañando.
El elefante se fue a Marbella.
El coche va deprisa.
La niña se fue a Marbella.
El elefante va deprisa.
El coche se está bañando.
La niña va deprisa.
El elefante se está bañando.
El coche se fue a Marbella.
5. A la puerta de un sordo
cantaba un mudo
y un ciego le miraba
con disimulo,
y dentro un cojo
bailaba seguidillas
con desahogo.
6. Treinta días tiene noviembre,
con abril, junio y septiembre.
De veintiocho o veintinueve
sólo hay uno, febrero,
y los demás treinta y uno,
que son marzo, mayo, julio,
agosto, octubre, diciembre
y enero.
7. Esta es la casa que
Juan construyó.
Y éste es el grano
guardado en la casa
que Juan construyó.
Y ésta es la rata que se
comió el grano
guardado en la casa
que Juan construyó.
Y éste es el gato, que
cazó la rata, que se
comió el grano
guardado en la casa
que Juan construyó.
8. Érase éste un hombre torcido, encorvado,
que por un camino torcido, intrincado,
llegó a una escalera torcida, curvada,
y halló una moneda torcida, aplastada.
Fue y se compró un gato tuerto y jorobado,
que cazó al ratón torcido, encorvado.
Y ahora habitan juntos la casa soñada,
su linda casita torcida, curvada.
9. Juego de letras
Palabra: amigo
a--- andar
m--- montaba
i--- iglesia
g--- gordo
o--- ogro
El ogro gordo montaba a caballo todos los
domingos, iba a la iglesia y luego quedaba
con su hermana para ir a andar.
10. Inventar una palabra
nueva con dos
palabras conocidas:
sombrero y bisonte.
bisombrero: sombrero
que puede convertirse
en paraguas cuando
llueve.
sombresonte: sombra
que producen los
sombreros cuando
toman el sol.
11. Bisombrero Sombresonte:
La tarde de aquel jueves fue una de las que no se
olvidan fácilmente. Desde mi ventana, aburrido y
viendo la lluvia tras los cristales, me restregué
los ojos varias veces. Debía estar viendo visiones.
Moví la cabeza y volví a darme en los ojos.
¿Sabéis lo que estaba viendo?
Mi vecina María salía del portal de casa. Abrió su
gran bolso y de él extrajo un pequeño sombrero.
Se lo colocó en la cabeza y… ¿magia! se convirtió
en un paraguas.
Bajé corriendo las escaleras y grité:
- María, ¿Cómo se llama tu sombrero?
-Yo lo llamo bisombrero cuando llueve.
Pero cuando toma el sol lo llamo sombresonte
12. Decirlo con otras palabras
Dueño: Señor de los señores.
Cama: Concha.
Pantalones: Parachás.
Gato: Simmy cara blanca.
Fuego: Calorum cocalorum.
Agua: Estancatorum.
Casa: Alta cumbre montañorum
Señor de los señores, salga de su
concha y póngase los parachas.
Simmy cara blanca lleva en el
rabo una chispa de calorum
cocalorum y si no le echa un poco
de estancatorum arderá toda la
alta cumbre montañorum
13. LAS TIRITAS
Doña Despistes se ha hecho daño en un dedo. Al momento, va a
ponerse una tirita. Es la última que le queda.
• Tendré que comprar más – piensa.
Para acordarse, Doña Despistes se cambia el reloj de
muñeca. Siempre lo lleva en la izquierda, y ahora se
lo pone en la derecha.
• ¡Ay! Soy tan despistada… Puede que el truco del
reloj no me sirva. ¡Ya sé! Me cambiaré los zapatos de
pie. Así seguro que me acuerdo.
Doña Despiste se pone el zapato izquierdo en el pie
derecho, y el zapato derecho en el pie izquierdo. Luego
se va a la calle.
Una hora después, vuelve a casa con un dolor de
pies insoportable. Necesita urgentemente ponerse unas
tiritas. Pero cuando va a buscarlas, se da cuenta que
no queda ninguna.
- Tengo que acordarme de comprar tiritas – se dice –
Y también unos zapatos nuevos. Estos me aprietan
demasiado. ¿Qué podría hacer para acordarme?.