5. En un estudio realizado con suicidas que tenían
un historial de internaciones psiquiátricas,
aparecieron como factores destacados:
Aislamiento y soledad
Presencia de conductas
suicidas (fantasías, ideación,
amenazas)
Dificultades familiares serias
(abandono, rechazo, etc.).
No evolución favorable de la
enfermedad
psiquiátrica (cronicidad).
Estados depresivos.
8. Durkheim distingue tres clases de
suicidios:
1. Suicidio egoísta, típico de sociedades donde el
individuo carece de integración social.
2. Suicidio anémico, característico de falta de
regulación social (anomia).
3. Suicidio altruista, característico de sociedades con
alto grado de integración social, el individuo se
suicida por su sensación de pertenencia a la
sociedad. Se mata por ella, un claro ejemplo son los
kamikazes. Esta relación es patológica porque la
persona pierde el sentido de individualismo.
11. El suicidio de alguien cercano suele dejar
heridas profundas, y un doloroso
sentimiento de culpabilidad y vacío. Un
ejemplo del daño que puede causar un
suicidio es el estudio que muestra que los
niños y adolescentes que pierden a su
madre o padre por suicidio son más
propensos a quitarse la vida. Al decidir
terminar con nuestra vida, decidimos
voluntariamente dejar de ayudar y
acompañar a los demás. Dejamos a
nuestros familiares y amigos con sus
problemas y abandonamos el barco. Por
ello, decidir seguir viviendo es un acto de
solidaridad.
12. Nuestro suicidio también les arrebata
a otros la posibilidad de decirnos cosas
que querrían habernos dicho, de
arreglar problemas que de otra
manera siempre quedarán en vilo. Una
de las cosas más dolorosas de la
muerte de otro es saber que nunca
podrás volver a hablar con esa
persona, que no hay más despedidas o
confesiones, preguntas o disculpas. La
muerte crea una barrera
infranqueable, y cuando una muerte
es voluntaria, esa barrera es todavía
más dolorosa.
13. Dilema
Un mes antes de quitarse la vida, la adolescente había enviado a
YouTube un cortometraje en el que iba pasando cartulinas blancas
donde en rotulador negro contaba el abuso que decía haber sufrido.
Relató que envió a través de una cámara web la imagen de sus pechos
desnudos a un usuario que había contactado con ella en un chat de
Internet y que luego le pidió que "hiciera un show" para él. Los hechos
ocurrieron cuando ella tenía 12 años, pero un año después él colgó la
foto en Facebook y los compañeros de colegio de la chica se enteraron.
Amanda sufría depresión y ataques de pánico. Su familia se había
mudado, pero su condición no mejoró y buscó refugio en las drogas y
el alcohol. Cuando la foto regresó a su vida tuvo que cambiar de
escuela otra vez. A los 15 años se mató, “por culpa del acoso
cibernético”.
14. Preguntas:
1. ¿Somos dueños de nuestra vida? Es decir, ¿tenemos el
derecho de hacer lo que queramos con ella, incluso si lo que
queremos es morir?
2. ¿Tienen los demás el derecho a pedirnos que sigamos
viviendo en contra de nuestra propia voluntad?
3. ¿Es ético suicidarse?
4. ¿querrías morir si tu vida fuera completamente diferente, si
todo lo que te aqueja cambiara para bien?
Notas do Editor
El suicidio es el acto por el que un individuo, deliberadamente, se provoca la muerte.
Se estima que las dos terceras partes de quienes se quitan la vida sufren depresión y que los parientes de los suicidas tienen un riesgo más elevado (hasta cinco veces más) de padecer tendencias al respecto. Los padecimientos psíquicos se encuentran presentes en 9 de cada 10 casos de suicidio; entre ellos, aparte de la depresión se encuentran también los trastornos de ansiedad y las adicciones.
En España la relación de terceros respecto al suicidio es discutida. El caso de no evitarse un suicidio, pudiendo hacerse, podría ser considerado como una omisión del deber de socorro, lo que está tipificado como delito en diversas legislaciones. Este hecho es justificado en que un intento de suicidio podría ser debido, por ejemplo, a un estado de locura transitorio, a un estado depresivo muy grave u otras situaciones análogas.
El suicidio puede ser efecto de trastornos psiquiátricos, que comúnmente se acompañan de abatimiento, vacío emocional o ansiedad, como el Trastorno Límite de la personalidad, el trastorno bipolar, la esquizofrenia y todos los trastornos depresivos. En estos casos es, principalmente, la enfermedad lo que provoca el suicidio y no el análisis lógico del individuo. Antes que la acción, el suicidio comienza en el pensamiento. Ya sea por problemas personales y/o emocionales, las personas suicidas deben ser evaluadas como individuo para entonces entender el suicidio a nivel social.
La teología cristiana dice que para algunos el suicidio consiste en darse la muerte directamente a sí mismo y aclara que aunque ambas opiniones son semejantes, encierran matices distintos. Mientras que para los primeros el suicidio directo es siempre intrínsecamente malo, para los segundos el suicidio directo es siempre pecaminoso, y este lleva al alma de la persona a un lugar de tormentos llamado "infierno", pero el suicidio indirecto no lo es. Precisamente, debemos entender que el suicidio directo es aquel en que el ser humano busca mediante un acto que de suyo es capaz de causarla; mientras en el indirecto, la persona se da muerte sin procurarla libremente. El suicidio es visto como un pecado por la iglesia católica ya que el "no matarás bíblico también le aplica a uno mismo".
Durkheim comienza su estudio con una definición de suicidio como: «Todo caso de muerte que resulta directa o indirectamente de un acto positivo o negativo realizado por la víctima misma y que, según ella sabía, debía producir este resultado». Ejemplo de un acto positivo: dispararse en la cabeza; ejemplo de un acto negativo: rehusar a ingerir cualquier medicina hasta dejarse morir.La persona suicida vive con una percepción anómica de la vida: Pierde el sentido de la ley, normas sociales y se vuelve escéptico ante la vida y todo lo que ésta implica. Aunque cada persona suicida es distinta, tienen indicadores y pasan por un mismo proceso.
Freud aporta la hipótesis psicoanalítica de que el suicidio manifiesta una agresividad dirigida originalmente contra otra persona (el objeto de amor perdido) que al no poder ser descargada se dirige hacia el propio individuo, es decir, secundariamente, contra sí mismo.
Paracelso decía que quien se suicida de desesperación está inspirado por el diablo.
La actitud de los hombres ante la muerte no ha sido la misma a través de los tiempos; cuando un hombre de hoy habla de su muerte, piensa que si le fuera dado escogería una muerte súbita, sin dolor, como un leve sueño. El hombre del medioevo se sentiría aterrado de ello, porque como lo expresa el padre de Hamlet, en la famosa obra de Shakespeare, moriría en la flor del pecado; por eso el hombre de la Edad Media prefería un tiempo de arrepentimiento y de balance de sus deudas con Dios y con los hombres, incluso en las oraciones medievales se rezaba líbranos Señor de la muerte repentina.