1. LAS INVASIONES
Las invasiones: pacificas y violentas.- las invasiones efectuadas por los
barbaros al territorio romano fueron de dos clases, a saber: pacificas y
violentas.
1) Invasión pacífica.- los romanos, dominados por el ocio y la diversiones,
no aspiraban ya servir en el ejército ni, mucho menos, dedicarse a la
agricultura e industria; entonces, los barbaros los remplazaron en tales
actividades y así, en forma inadvertida, fueron penetrando en el imperio.
Estos, especie de quintacolumnistas, facilitaron el ingreso de sus
hermanos de raza, quienes lo hicieron en forma violenta.
2) Invasión violenta.- los germanos, que poblaban la región comprendida
entre los ríos Rhin, Danubio, el Mar Báltico y el Mar negro, fueron los
primeros que invadieron el imperio, empojados por los Hunos. Estos,
que procedían delo Oriente, habían iniciado su terrible y destructora
marcha hacia el oeste, dejando a su paso desolación y muerte.
Las más importantes invasiones violentas que sufrió el Imperio Romano,
fueron las siguientes:
a) La de los Visigodos.- Que cruzaron el Denubio, pero luego detuviéronse
en los Balkanes al recibir precisamente de Roma tierras en esa región.
Posteriormente abandonaron los Balkanes y al mando de Alarico
invadieron el Imperio apoderándose de la ciudad de roma (año 410).
Pero los Visigodos no se establecieron en Italia, sino que penetraron en
la Galia y fijaron su residencia al sur de Francia y, así mismo, en España
al mando de Ataulfo.
b) Una avalancha de medio millón de germanos: Suevos, Alanos y
Vándalos, asolaron muchas regiones de Italia: pero fueron derrotados
por Estilicón y obligados, así, a marcharse rumbo a España, país en le
que permanecieron por corto tiempo. Los Vándalos pasaron al África con
Genserico y después, llamados por la emperatriz Eudocia, invadieron la
península itálica apoderándose de roma, ciudad que fue saqueada con
tal ferocidad que la palabra vandalismo significa barabrie, devastación,
destrucción.
c) La de los Anglos y Sajones.- Que cruzaron el canal de la marcha y
apoderándose de Inglaterra, aprovechando de la ausencia de tropas
romanos.
d) La de los Hunos.- Oriundos de Mongolia, por ello, de raza amarrilla. Se
caracterizaron por poseer cuerpo rechoncho, ojos rasgados, tez
amarrilla, pómulos salientes y baja estatura. Como buenos jinetes
invadían pueblos y ciudades en busca de botín, procediendo con la
2. población con excesiva ferocidad y violencia. Su presencia sembraba
temor, pánico. Penetraron en el imperio Romano capitaneados por Atila
(el de la célebre frase: “Oro para mis amigos y hierro para mis
enemigos”). Atila, al frente de 660,000 barbaros, después de cruzar el
Rhin, asoló Bélgica, sembrando el terror en todas las comarcas a donde
se aproximaba. Atila, llamado el “azote de dios”, decía que donde pisaba
su caballo no volvía a crecer la hierba (debido a la destrucción que
dejaba a su paso). Pese a sus grandes efectivos, este jefe bárbaro, fue
derrotado por los romanos y otros aliados como los Visigodos, los
Francos, etc., en la batalla de los campos Catalaúnicos, cerca de parís
(año 451). Posteriormente Atila se encamino a Italia y, por las súplicas
del Papa San León, no se apodero de la ciudad de Roma. Se retiro a la
orilla derecha del Rhin y, poco después, moría aquel temible jefe
mongol. Aniquilándose así el poder de los Hunos.
Las invasiones y Roma
La situación del Imperio llego a ser crítica a fines del siglo III, pero la acción
enérgica y reformadora de un nuevo emperador, Diocleciano salvo la situación.
Este emperador se reorganizo el aparato administrativo y gubernamental,
creando un mecanismo de gobierno, conocido como la cuatretarquía. Este
mecanismo consistió en la división del Imperio en cuatro territorios, conocidos
como prefecturas. Estas fueron de Italia, Galias, Iliria y Oriente. Así roma deja
de ser la capital del Imperio, existiendo cuatro capitales: Tréveris (Galias) Milán
(Italia), Sirmiom (Iiria) y Nicomedia (Oriente). Esta división logró alejar
temporalmente al ejército del poder. A la muerte de este emperador en el 305
d. c. todo vuelve a la normalidad, continuando Roma con su decadencia y
desorganización. Esto se debe a que se consideraba que el poder en manos
del emperador era absoluto, es decir, todas sus decisiones eran
incuestionables, inclusive, el Imperio era “suyo” y podía hacer con él, lo que
quisiera.
Hacia 395, el emperador Teodosio, divide el Imperio entre sus dos hijos. Así,
tenemos al Imperio Romano de Oriente (entregado a Arcadio), con capital en
Constantinopla, mientras que el Imperio Romano de occidente (en manos de
Recoredo) mantuvo la capital en Roma. El primero pudo defenderse de los
ataques e invasiones germanas y de otros pueblos bárbaros y perudó durante
1000 años más con el nombre del Imperio Bizantino (de Bizancio nombre
griego de Constantinopla). El Imperio Romano de Occidente, por el contrario,
hubo de soportar mayores invasiones, cayendo en poder de los bárbaros en el
año 476 d.c. estas invasio0nes germanas y bárbaras ya habían comenzado
bajo la forma de migraciones desde el norte en busca de nuevas tierras fértiles
y de mejores climas. Además la búsqueda de trabajo era otra razón importante.
3. Así, lentamente miles de “bárbaros” llegaron a las ciudades romanas, formando
parte del ejército y de la administración romana. Sin embargo, miles más vivían
cerca a las fronteras.
A fines del siglo IV la penetración se hace masiva e incontenible: causa
inmediata de este cambio es la presión que los germanos (vándalos, visigodos,
ostrogodos, lombardos) reciben de un pueblo belicoso, que procede de las
estepas centro-asiáticas. Éstos eran los Hunos quienes dirigidos por Atila
tomaron contacto con los ostrogodos para seguir su avance incontenible. Ante
la feroz acometida, los germanos se pusieron en movimiento, buscando el otro
lado de las fronteras romanas, cruzando el Danubio y el Rhin. Sólo con muchos
esfuerzos se logra detenerlos, pero el Imperio sigue débil.
En el año 410 Roma fue saqueada por los Visigodos de Alarico; esto sería
varias hasta el fin de la administración imperial de Occidente. El último
emperador Rómulo Augusto fue destituido por el general germano Odroaco.
Las provincias del Oeste se repartieron entre los deferentes pueblos invasores
como los suevos vándalos, alanos, visigodos, ostrogodos, que formarían
después los primeros reinos bárbaros.