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CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 1
CURSO BÁSICO DE DOCTRINA CRISTIANA
LO QUE DEBEMOS CREER, HACER
INTRODUCCIÓN
Tú estás aquí por muchas razones; bajo una visión de fe, de
motivación, un querer seguir a Cristo, querer aprender de él, de su
doctrina; a comprender lo grandioso y eterno de su amor. Quizá
llegaste aquí por invitación de un amigo, una amiga, un pariente,
enamorado o enamorada; pero sabes algo… esta persona que te
animó a estar sentado aquí fue un tercero que Jesús eligió, pues él se
vale de instrumentos y de medios para llamarte y ser TÚ su segundo
instrumento.
Tú no estás aquí para hacerle un favor a Jesús, él te hizo el inmenso
favor de elegirte y ser tú el siguiente que proclame su palabra, y así
como hoy, escuches y aprendas de él. Eres importante en tu
comunidad, con tus amigos, con tu familia, Dios sabe que serás un
buen guía, un buen instrumento y por ello pensó en ti.
En este curso, además de tu formación espiritual, se desarrollará lo
que conocemos como “Doctrina Cristiana”, es el resumen de las
verdades de fe que Jesús y su Padre nos han dejado como guía
espiritual, conocerás de lo que debemos creer, los que debemos
hacer, lo que debemos pedir y por último lo que debemos recibir.
Cristo te pide apertura, humildad, perseverancia y fe. Apertura para
dejar que el Espíritu Santo obre en ti; Humildad, para reconocer
cuanto ignoras de tu fe; Perseverancia, para llegar hasta el final e ir
contra todas las dificultades y/o tentaciones que se te interpondrán y
Fe, para que sientas que con su poder TODO, pero TODO es posible.
Bendiciones.
CONTENIDO TEMÁTICO
 Doctrina-Doctrina Cristiana: Concepto
 Catecismo de la Iglesia Católica (CIC): Antecedentes.
 El Credo: Referencia Histórica
 Artículos del Credo: Explicación de los 12 artículos del
Credo.
 Lo que debemos hacer: Señal de Cruz, Los 10
Mandamientos, Bienaventuranzas, Preceptos de la iglesia,
Obras de Misericordia, Virtudes Cardinales y Teologales.
PROFESOR: Fortunato Cárdenas Ríos
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 2
TEMA Nº 1
DOCTRINA CRISTIANA
La fe cristiana no es la única en el mundo, pues existen otras formas
de entenderla, dígase así, esquemas morales y otras formas de dar
culto a Dios. Por ello presentamos un cuadro que desde la
perspectiva cristiana se clasifica a las principales doctrinas religiosas
que predican en el mundo.
DOCTRINAS NO CRISTIANA DOCTRINAS CRISTIANAS
 Judaísmo
 Confucianismo
 Budismo
 Islamismo
 Otras
 Catolicismo
 Ortodoxa
 Protestantismo
 Anglicanismo
Antes de continuar con el tema, es necesario precisar el significado
de ciertos términos, para que en lo posterior se sepa de lo que se
prescribe.
Para todo cristiano católico y en especial para ti
amigo (a), que has decidido iniciar el camino del
apostolado, es necesario que comprendas la
importancia y trascendencia de la doctrina que
vas a transmitir.
Comprender la trascendencia significa entender
que ésta enseñanza procede del mismo Dios, pues
así lo revela el mismo Jesucristo “Mi doctrina no
es mía sino del que me envió…” (Jn. 7,16). La importancias de esta
doctrina radica en el propósito de llevarnos a participar de la vida de
Dios de manera perpetua y eterna “En verdad les digo: quien cree
en mí tiene la vida eterna…” (Jn. 6,47).
La fe cristiana se vive en tres dimensiones, se piensa, se practica y se
celebra. Nuestra fe no es un acto irracional, es decir, fe ciega, tampoco
son meros enunciados teóricos, sino más bien se practica y se
celebra. Por ello la doctrina cristiana encierra, dogma, culto y moral.
SE PIENSA SE PRACTICA SE CELEBRA
Doctrina--Dogma Vida--Moral Sacramentos--Culto
DOCTRINA
Es una enseñanza basada en el pensamiento y la
experiencia debidamente estructurada por una
persona o una escuela filosófica.
DOCTRINA
CRISTIANA
Es un cuerpo de principios religiosos y morales
enseñados por Jesucristo.
DOCTRINA
CATÓLICA
Es el conjunto de principios enseñadas por
Jesucristo y que han sido estructuradas sobre la
base de las Sagradas Escrituras, la tradición
apostólica y el magisterio de la Iglesia
(conjunto de documentos que se ha producido
como resultado de los concilios ecuménicos, las
conferencias episcopales, los sínodos, las
encíclicas del Papa y los postulados de las
escuelas teológicas.)
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 3
TEMA Nº 2
EL CATESISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA
A continuación tienes dos conceptos respecto al catecismo de la
Iglesia católica, para que saques tus conclusiones.
ANTECEDENTES DEL ACTUAL CATECISMO
El Concilio de Vaticano II (1962-1965) es el primer antecedente del
Catecismo que hoy estudiamos, en él se manifiesta el propósito de
explicar mejor la doctrina y hacerla más accesible a los fieles.
El vigésimo aniversario de la clausura del concilio, el día 25 de Enero
de 1985, cuando el Papa Juan Pablo II convocó a un sínodo de
obispos, en donde se acuerda redactar un catecismo adaptado a la
vida actual de los católicos. Para el cumplimiento de los acuerdos en
1986 el Papa Juan Pablo II confió la redacción del catecismo a una
comisión de 12 cardinales y obispos presidida por el cardinal Joshep
Ratzinger, para redactar un proyecto de catecismo, esta comisión
tenía en paralelo un comité de 7 obispos expertos en Teología y
Catequesis, quienes recibieron la responsabilidad de escribir el texto
y realizar las modificaciones al proyecto. Pasado un tiempo todo el
proyecto fue ampliamente consultado con obispos, en conferencias
episcopales, sínodos, institutos de teología y de catequesis en el
mundo.
ESTRUCTURA U ORDEN:
La estructura del actual catecismo, sigue a la del antiguo de San Pío V
(1572-1584) inspira en la gran tradición de los catecismos los cuales
articulan la catequesis en torno a cuatro pilares, que está de la
siguiente manera.
EL CREDO La fe como misterio de Dios.
LA SAGRADA
LITURGIA
Los Sacramentos, como firme
camino de salvación.
EL OBRAR
CRISTIANO
Los mandamientos, como ley del
cristiano.
LA ORACIÓN
CRISTIANA
El Padre Nuestro como la oración
por excelencia.
VIGENCIA
El catecismo es aprobado el día 25 de junio de
1992 por el Papa Juan Pablo II quien ordena su
publicación de día 11 de octubre de 1992 al
conmemorarse el trigésimo aniversario del
Concilio Vaticano II, mismo día de vigencia.
C
O
N
C
E
P
T
O
Síntesis sencilla de la enseñanza de la
Iglesia católica.
Compendio de los principios esenciales
que constituyen la doctrina básica del
catolicismo. Estos principios
fundamentados en la Tradición
apostólica, las Sagradas Escrituras, el
Magisterio de la Iglesia y en el legado de
los padres y santos de la misma.
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 4
TEMA Nº3
EL CREDO CATÓLICO
Después de conocer la evolución del
Catecismo que es materia de estudio,
entraremos a analizar y compartir un punto
fundamental de la fe, El Credo; por ello te
pedimos leas con atención y sigas las
explicaciones del formador. Las dudas que
pueda generarte debes manifestarlas, el no
hacerlo te desligara del tema.
Decir…
Respuesta
Decir…
Significa
En este tema daremos respuesta a las interrogantes que se puedan
generar.
El Credo Católico que todos conocemos es el siguiente.
Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Credo es la suma de doce
afirmaciones, a las que se denomina, “Profesiones de fe” o “Símbolos
de fe”. Con estos nombres se puede referir al credo católico y es estas
afirmaciones son las que dan respuesta a las interrogantes antes
formuladas.
Aunque en Credo Católico fue formalmente establecido desde el
Concilio de Trento, sin embargo ya está expresada y trasmitía su
propia fe en los orígenes de la iglesia (Rom. H 610,9; 1 Cor. 15,3-5)
A pesar que Jesucristo instituyó una sola iglesia, al pasar el tiempo los
seguidores de Jesús, los llamados cristianos, han fraccionado la Iglesia
Universal. Son muchas las causas por las que la iglesia se ha visto
fragmentada, pues han existido razones doctrinales, económicas,
sociales e incluso políticas. Por ello en la actualidad la Iglesia
primogénita de Jesús, se ha visto en la necesidad de precisar
lineamientos a los que se denomina Credo Católico, con el objetivo de
diferenciarlo de las demás fracciones cristianas en los últimos tiempos.
CREDO CATÓLICO
CREDO CATÓLICO ¿En qué creen los cristianos?
YO CREO “YO TENGO FE”
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 5
EL CREDO ES…
ESTRUCTURA DEL CREDO CATÓLICO
1º PARTE 2º PARTE 3º PARTE
PADRE CREADOR HIJO REDENTOR ESPÍRITU SANTO,
SANTIFICADOR
El Credo aborda la síntesis de todo el misterio de la Santísima Trinidad.
SAN IRINEO SAN AMBROSIO
Al referirse a las tres partes,
simboliza: “Los tres capítulos
de nuestro sello bautismal”
Respecto a los 12 artículos del credo:
“Por tradición se acostumbró a
construir el Credo compuesto de 12
artículos de fe para simbolizar el
número de los 12 apóstoles”
Síntesis de toda la sagrada escritura en sus puntos esenciales “Es
como un grano de mostaza”.
Se encuentra fundamentada en la enseñanza que Jesús da a sus
apóstoles. Es indudablemente lo más importante al dárselos
como conditio sine qua non para realizar el bautismo y todos los
sacramentos “… en el nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu
Santo” (Mt. 28,19)
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
A lo largo de la historia de la Iglesia han existido
numerosas profesiones o símbolos de la fe. Por
ejemplo, se puede mencionar, entro otros, al credo
llamado por San Atanasio como “Quinumque”
(cualquiera que), a los credos surgidos como fruto
de los concilios de Toledo, Letrán, Lyon y Trento o
los de ciertos Papas como el “Fides Damasi” o el
“Credo del pueblo de Dios” de Pablo VI (1968).
Pero la iglesia ha preferido los dos siguientes.
FINALIDAD
Mantener la unidad de la Iglesia y la
unidad de principios. Por ello San
Ireneo declara “La iglesia, aunque
dispersa por el mundo entero hasta los
confines de la tierra, habiendo recibido
de los Apóstoles la fe es guardada con
cuidado, cree en ella de una manera
idéntica, la predica, la enseña y la
transmite con una vos unánime”
El Símbolo de
los apóstoles.
Es el que resume la fe que predican los Apóstoles,
lo guarda la Iglesia Romana y la rezamos todos
los católicos.
El Símbolo de
Nicea.
Constantinopla, data de los años 325-381, lo
siguen en oriente y occidente, es más detallado y
se rezaba en las misas.
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 6
TEMA Nº 4
CREO EN DIOS PADRE TODOPODEROSO, CREADOR DEL
CIELO Y DE LA TIERRA
A partir de esta sesión abordaremos el análisis detallado de cada uno
de los términos del Credo Católico. Iniciaremos con el primer
artículo de fe “Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y
de la tierra”.
“CREO EN DIOS”
En este estudio de introducción no se
hará demostración filosófica ni
teleológica, sin embargo nos
apoyaremos en sus aportes para
orientar reflexión al respecto.
La existencia de Dios no es posible
probarla por medios científicos pero sí
por medios filosóficos y por sus manifestaciones en la grandeza y
complejidad en que ha sido diseñado el universo y el hombre ¿Puede
la inteligencia humana o la casualidad crear algo similar?
Para continuar con la reflexión, vamos a seguir las orientaciones del
catecismo de nuestra iglesia. En él se destacan las siguientes
características de Dios:
Ú
N
I
C
O
Dios se revela único, (Dt. 6,4-5; Is. 44,6). Además la razón no
puede aceptar dos dioses, porque al hacerlo nos
preguntaríamos quién de los dos es más perfecto o
poderoso. Y si aceptamos que uno de ellos es el más perfecto
o poderoso, entonces aceptamos que ambos son diferentes. Y
si son diferentes, a uno le falta lo que el otro tiene. En
conclusión ambos serían imperfectos. Dios es infinitamente
perfecto por tanto es ÚNICO.
La fe cristiana confiesa que hay un solo Dios, por naturaleza,
por substancia y por esencia (Concilio de Letrán IV)I
N
A
L
T
E
R
A
B
L
E
Dios revela su ser con más claridad Moisés diciendo: “Yo soy
el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el
Dios de Jacob” (Ex. 3,6). Esto significa que es inalterable
porque se ha mantenido fiel a todas las generaciones de los
israelitas. Es el mismo a pesar del paso del tiempo.
M
I
S
T
E
R
I
O
S
O
Más adelante Dios añade “Yo soy el que soy…”, es decir,
“Yavé”; nombre misterioso de Dios. Yo soy, equivale a decir
“Estoy siempre presente”.
A los israelitas por ejemplo, después que el pueblo adoró al
becerro de oro, le promete por medio de Moisés, marchar en
medio de ellos, a pesar de su infidelidad. Yo soy, equivale a
decir que es la plenitud del ser de toda la virtud o perfección,
sin origen ni termino. Mientras todas las criaturas hemos
recibido el ser y poseer, Dios es mismo, por eso es la verdad y
el amor mismo.
Es la primera afirmación y la fundamental de todos los artículos de la
fe, puesto que todo se desprende de ello.
Es aceptar su existencia DIOS Principio
Fin
Omega (Ω ω)
Alfa (Α α)
Para los filósofos, cristianos y pagamos ha
sido materia de preocupación en lo que
se refiere aprobar la existencia de Dios.
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 7
TEMA Nº 5
EL PADRE TODOPODEROSO
En esta sesión analizaremos
términos prescritos en el Credo,
exactamente: “Padre Todopoderoso”,
para su estudio ocuparemos primero
de “Padre” y “Todopoderoso”,
PADRE
La invocación de Dios como “padre”, es conocido en muchas
religiones, debido a que la divinidad es considerada con frecuencia
como “Padre de los Dioses y de los hombres”
En Israel, Dios es llamado Padre en cuanto creador del mundo (Dt.
32,6); en razón de la alianza y el don de la ley dada a ellos (Ex. 4,22);
es Padre de los huérfanos y de la viuda (Sal. 68,6).
A
M
O
R
El pueblo de Israel es el principal testigo del amor gratuito de
Dios, porque fue escogido como pueblo suyo y fue protegido
como constantemente (Is. 43,1-7). El amor de Dios a Israel es
comparado al de su padre (Os. 11,1), ms fuerte que el de una
madre (Is. 49,14), más que el de un esposo a su amada (Is. 62,
4-5) y vence las peores infidelidades (Ez. 16), llegado, incluso,
hasta el don más precioso como el de dar la propia vida
“Tanto amó Dios al mundo que le dio a su hijo único” (Jn.
3,16)
V
E
R
D
A
D
Su palabra es verdadera (Sal. 199.16) y sus promesas también,
la prueba principal de ello es que sus promesas se realizan
siempre (Dt. 7,9). La verdad de Dios es su sabiduría que rige
el orden de la creación y gobierna el mundo (Sal. 13,1-9). Dios
es verdad por su enseñanza que es una doctrina de verdad
(Mt. 2,6). Además envía a su hijo para testimonio de la
verdad (Jn. 18,8)
San Juan fue más
directo al afirmar:
“Dios es Amor y el que
no ama no conoce a
Dios” (1Jn. 4,8)
DIOS como PADRE
Dios es origen de todo y autoridad
trascendente.
Dios es bondad y solicitud amorosa
para todos sus hijos
Cuando aceptamos a Dios como
padre, estamos aceptándolo como
creador de nuestro ser y de todo
lo que existe. Lo mismo sucede
con tus padres, cuando asumes
que ellos lo son, es porque los
aceptas como procreadores.
Se refiere a la función paterna, dado
que es natural que un padre,
proporcione amor y bondad a sus
hijos
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 8
Jesús a revelado que Dios es Padre en relación a su hijo único que,
recíprocamente lo es en relación a su Padre (Mt. 11,27). Al respecto el
Concilio de Nicea (325) confiesa que “el Hijo es consustancial al
Padre, es decir un solo Dios con él.
El Concilio de Constantinopla (381) añade “Creemos en el Espíritu
Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre”. Con esto la
Iglesia reconoce al Padre como la fuente y origen de toda la divinidad.
San Agustín concluye mencionando: “El espíritu Santo procede del
Padre en cuanto fuente primera y, por el don eterno de éste el hijo, del
Padre y del Hijo en comunión”
TODOPODEROSO
Dios es omnipotente, es decir, todopoderoso, este es uno de los
atributos divinos que se destaca en el Credo.
Las Sagradas Escrituras confiesan el poder de Dios y lo hacen
prescribiendo lo siguiente:
 El poderoso de Jacob (Gen. 49, 24)
 El Señor de los ejércitos, el valeroso, el fuerte (Sal. 24,8-
10)
 Dios dispone a su voluntad, de su obra (Jn. 27,5)
 El actuar con inmenso poder, siempre está en tu mano.
¿Quién podrá resistir la fuerza del brazo?... Te
compadeces de todos…porque lo puedes todo…” (Sab.
11,21-23).
 También se puede encontrar más expresiones respecto al
poder de Dios en: Gen.35,11;48,3 - 2Cor.6,18 - Mt.19,26 -
Mc.14,36
Es conveniente mencionar que la
omnipotencia divina no es en modo
alguno arbitrario, es decir, que no le
importa la libertad del hombre. Lo
fundamental de la omnipotencia de
Dios está en su PODER pues se
muestra en su MISERICORDIA, al
perdonar nuestros pecados. Por ello
Santo Tomás de Aquino enseña: “En
Dios el poder y la esencia, la sabiduría y la justicia, son una sola, de
suerte que nada puede haber en el poder divino que no pueda estar
en la justa voluntad de Dios o en la sabia inteligencia.
Para culminar respecto al Poder de Dios conviene distinguir lo sig. :
OMNIPOTENCIA DE DIOS
UNIVERSAL Dios rige todo y lo puede todo en el mundo y
más allá de este mundo, es decir, el universo.
AMOROSA
Dios es nuestro Padre, lo que se entiende
como varón que no solo participa en la
concepción de un hijo, sino también lo
protege y lo prepara para afrontar el mundo.
MISTERIOSA
Porque solo la fe puede descubrirla. (2Cor,
12,9)
PODER
PASIVO
Es estar en potencia o capacidad para recibir,
Dios no está en potencia ni puede recibir nada
de nada, por tanto en esto Dios es por esencia
impotente.
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 9
Trata de establecer la razón para la justa inteligencia de la verdad. La
perspectiva cristiana ha resuelto las cuestiones del origen y fin, en base
a la revelación del mismo Dios por medio de su palabra “El universo fue
formado por la palabra de Dios de manera que lo que se ve, resultase de lo
que no aparece…” (Heb.11,13). “Dios se revela como aquel a quien le
aparecen todos los pueblos de la tierra, como el único Dios que crea el
cielo y la tierra…” (Sal. 115,15; 124,8; 134,3).
TEMA 6: DIOS CREADOR
Para hablar de Dios, conviene remitirse a la fuente bíblica; así
tenemos que en Sal. 18,2 se lee “El firmamento anuncia la obra de tus
manos…”; Apo. 4,11 afirma: “Tú creaste todas las cosas con tu poder…”
y Gen. 1,1 reafirma: “En el principio Dios creó al cielo y la tierra…”
Como puedes apreciar en los fragmentos bíblicos anteriores, Dios es
el creador, es decir, el que hizo todo cuanto existe.
Lo que ha creado Dios recibe el nombre de creación pero…
La catequesis sobre la creación es de
importancia capital porque es la respuesta
cristiana a las preguntas básicas de todos los
hombres: ¿De dónde venimos? ¿Cuál es nuestro
origen? ¿De dónde viene y hacia dónde va todo
lo que existe?
Las dos cuestiones de origen y fin, son inseparables y decisivas para
el sentido y orientación de nuestra vida y nuestro obrar. La búsqueda
de una respuesta a estas cuestiones es inherente al hombre; a lo largo
de la historia muchos filósofos y científicos se han ocupado y se
siguen ocupando de asuntos con el común denominador; el uso de la
razón.
FE CRISTIANA
LA CREACIÓN
La obra común de la Santísima Trinidad, esto es, del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo. El apóstol Juan en su evangelio cap. 1,1-3 dice que
todo fue hecho en el verbo, igual lo manifiesta San Pablo en su carta a
los Colosenses 1,16-17. El Concilio de Niceo, denomina al Espíritu
Santo como “Dador de vida”, Santo Tomás agrega “Abierta su mano
con la llave del amor, surgieron todas las criaturas” y, finalmente, San
Ireneo concluye “Solo existe un Dios… ha hecho todas las cosas por sí
mismo, es decir su verbo, por su sabiduría, por el Hijo y por el Espíritu
que son como sus manos”
Es¿QUÉ ES LA CREACIÓN?
San Pablo a los
Corintios. 8, 18-23
“La creación es el comienzo de la
historia de la salvación que culmina en
Cristo, que constituye la creación…”
PODER
ACTIVO
Quiere decir, virtud capaz de producir y
comunicar. Dios es el que produce, actúa o
crea, por ello que este tipo de poder es lo
característico de Dios.
PODER
SOBRE LO
POSIBLE
ACTIVO
Es absurdo y contradictorio lo es tanto como
pedir la existencia de una círculo o que una
cosa exista o no exista a la vez.
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 10
FINALIDAD DE LA CREACIÓN
El misterio de la creación comprende las siguientes verdades.
1. Dios crea por sabiduría y por amor
2. Dios crea de la nada.
3. Dios crea un mundo ordenado y bueno (Sal. 8,2; 145,3).
4. Dios mantiene y conduce la creación (Sab.11,24-26). Respecto
a esto, Lucas en Hechos de Apóstoles escribe: “En él
vivimos, nos movemos y existimos (He. 17,28). San Agustín
agrega: “Dios está por encima de lo más ato que hay en mí y
está en lo más hondo de mi intimidad”
5. Todo ha sido creado no en forma acabada sino en estado de
vía hacía una perfección a la que Dios le destinó mediante su
divina providencia (Jesús lo anuncia en Mt. 6,31-33) y el
Apóstol Pedro también lo reafirma en 1Pe.5- )
TEMA 7
CIELO Y TIERRA
Hablar de la tierra, no es complicado mientras que, hablar del cielo,
es acercarnos a uno de los misterios más grandes de la doctrina
cristiana. Seguro te has preguntado más de una vez sobre ello, en esta
sesión analizaremos ciertos elementos para comprender el
significado de estos términos y/o misterios.
Dado que el cielo es el lugar propio de los ángeles, conviene entonces
abordaremos este término: ¿Quiénes son los ángeles?
El Concilio Vaticano II afirma, “El mundo ha sido creado para la
gloria de Dios, según la escritura y la tradición...”. San
Buenaventura, explica “Dios ha creado todo no para aumentar su
gloria, sino para comunicarla y manifestarla.
El fin último de la creación que es Dios, creador de todos los seres,
se hace por fin todo en todas las cosas (1Cor.15,28) procurando al
mismo tiempo su gloria y nuestra felicidad (Ad Gentes 2)
“El firmamento” (Sal.19,2), “El
lugar propio de Dios” (Mt.5,16),
“La gloria escatológica” o el “Lugar
de los ángeles que rodean a Dios”,
San Pablo dice: En Jesús fueron
creadas todas las cosas, en los
cielos y en la tierra, las visibles y
las invisibles. (Col.1,16)
En las Sagradas Escrituras: “Todo lo
que existe” “El mundo de los
hombres” (Sal.115.16)
CIELO TIERRATodo lo invisible Todo lo visible
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 11
LOS ÁNGELES
San Agustín dice: “El hombre
de ángel indica su oficio, más
no su naturaleza: si me
preguntan por su naturaleza,
te diré que es un espíritu; si me
preguntas por lo que hace, te
diré que es un ángel”. Por
tanto se le conoce como el
agente de las órdenes de Dios
que están atentos a la voz de
su palabra (Sal.103,20)
Jesús se refiere a los ángeles,
en relación a la función que
éstos cumplen; Mt.18,10
prescribe “Contemplan constantemente el rostro de mi Padre que está
en los cielos…”. En otro texto bíblico se lee: “Cuando el hijo del hombre
venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles…” (Mt.25,31).
Como se puede apreciar en estas breves muestras, los ángeles
cumplen la función de servidores, a ellos los encontramos en los
principales acontecimientos de la historia de la salvación, así por
ejemplo en la Anunciación a María (Mc. 16,5), en los sueños de José
cuando éste quería abandonar a María, el día que nació Jesús cuando
conducían a los pastores, en el mismo sepulcro anunciando la
resurrección de Jesús, etc.
En el Catecismo de la Iglesia…
La interdependencia de las criaturas es querida por Dios y la belleza
del universo, su orden y armonía derivan de la interrelación entre
ellos y constituyen la admiración de los sabios.
Dentro del orden y armonía derivan de la interrelación entre ellos y
constituyen la admiración de los sabios.
Dentro del orden y armonía del universo Dios ha querido destacar la
importancia del Hombre y la jerarquía de las criaturas está expresada
en el orden de los seis días, puesto que primero se tuvo que preparar
el ambiente para que el hombre llegará (el paraíso). Jesús resalta la
primacía del Hombre (Mt.12,12 y Lc.12,6)
MUNDO VISIBLE
Se refiere a la realidad que existe fuera de nosotros,
independientemente de nosotros y que está constituid por el universo y
el orden y armonía que en este existe; dentro de este universo se
encuentra el Hombre y toda con todas sus implicancias individuales y
colectivas. Sin embargo, es necesario enfatizar que este mundo visible
está en relación a su creador, es decir que no ha surgido por sí mismo ni
que es producto de la casualidad.
“Nada existe que no deba su existencia a Dios
su creador, pues toda criatura posee su bondad
y su perfección propias del creador…”
La idea del Ángel de la guarda, tampoco escapa a la función de
servidor. Al respecto San Bacilio, enseña que cada cristiano tiene a
su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo en la vida.
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 12
EL HOMBRE
Es la cumbre de la obra de la creación (Gen. 1,27); en su propia
naturaleza une al mundo espiritual con el material, es decir, en él se
integra la materia y el espíritu. De todas las criaturas visibles es el
único capaz de conocer y amar a su creador y es la única a la que Dios
ama por sí misma; sólo él está llamado a participar en la vida de Dios
por la gracia, es decir, por la voluntad y la complacencia del mismo
Dios.
Debido al mismo origen
(Dios), el género humano
forma una unidad y por ello
que las discriminaciones entre
los hombres no tiene sentido;
es en razón de este mismo
origen en que se fundamenta
todo sentido de la solidaridad
humana.
En cuanto persona, el hombre está constituido por alma y cuerpo que
forman una sola naturaleza humana. El alma espiritual no es
producida por los padres, sino creada por Dios; ésta es inmortal y no
perece al separarse del cuerpo en la muerte y se unirá de nuevo en la
resurrección final.
TEMA 8: “EN JESUCRISTO, SU ÚNICO HIJO, NUESTRO SEÑOR”
El segundo artículo del Credo es el centro de la fe cristiana. El Dios
confesado en el primer artículo es el Padre de Jesús, Ungido por el
Espíritu Santo como Salvador del mundo.
Jesús: Jesús quiere decir en hebreo: "Dios salva". En el momento de la
anunciación, el ángel Gabriel le dio como nombre propio el nombre de
Jesús que expresa a la vez su identidad y su misión (Lc 1, 31). Ya que
"¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?"(Mc 2, 7), es Él quien, en
Jesús, su Hijo eterno hecho hombre "salvará a su pueblo de sus pecados"
(Mt 1, 21). En Jesús, Dios recapitula así toda la historia de la salvación en
favor de los hombres.
El nombre de Jesús
significa que el Nombre
mismo de Dios está presente
en la Persona de su Hijo
(Hch 5, 41; 3 Jn 7) hecho
hombre para la Redención
universal y definitiva de los
pecados. Él es el Nombre
divino, el único que trae la
salvación (Jn 3, 18; Hch 2, 21)
y de ahora en adelante
puede ser invocado por
todos porque se ha unido a
todos los hombres por la
Encarnación (Rm 10, 6-13) de
tal forma que "no hay bajo el
cielo otro nombre dado a los
hombres por el que nosotros
debamos salvarnos" (Hch 4,
12; Hch 9, 14).
La Resurrección de Jesús glorifica el
Nombre de Dios "Salvador" (Jn 12, 28)
porque de ahora en adelante, el
Nombre de Jesús es el que manifiesta
en plenitud el poder soberano del
"Nombre que está sobre todo nombre"
(Flp 2, 9). Los espíritus malignos
temen su Nombre (Hch 16, 16-18; 19,
13-16) y en su nombre los discípulos de
Jesús hacen milagros (Mc 16, 17)
porque todo lo que piden al Padre en
su Nombre, Él se lo concede (Jn 15, 16).
El Nombre de Jesús está en el corazón
de la plegaria cristiana. Todas las
oraciones litúrgicas se acaban con la
fórmula Per Dominum nostrum Jesum
Christum... ("Por nuestro Señor
Jesucristo..."). El "Avemaría" culmina
en "y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús".
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 13
Hijo único de Dios: Hijo de Dios, en el Antiguo Testamento, es un
título dado a los ángeles (Dt 32, 8; Jb 1, 6), al pueblo elegido (Ex 4, 22;
Os 11, 1; Jr 3, 19; Si 36, 11; Sb 18, 13), a los hijos de Israel (Dt 14, 1; Os 2, 1)
y a sus reyes (2S 7, 14; Sal 82, 6). Significa entonces una filiación
adoptiva que establece entre Dios y su criatura unas relaciones de
una intimidad particular. Cuando el Rey-Mesías prometido es
llamado "hijo de Dios" (1 Cro 17, 13; Sal 2, 7), no implica
necesariamente, según el sentido literal de esos textos, que sea más
que humano. Los que designaron así a Jesús en cuanto Mesías de
Israel (Mt 27, 54), quizá no quisieron decir nada más (Lc 23, 47).
No ocurre así con Pedro cuando confiesa a Jesús como "el Cristo, el
Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16) porque Jesús le responde con
solemnidad "no te ha revelado esto ni la carne ni la sangre, sino mi
Padre que está en los cielos" (Mt 16, 17). Paralelamente Pablo dirá a
propósito de su conversión en el camino de Damasco: "Cuando Aquel
que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia,
tuvo a bien revelar en mí a su Hijo para que le anunciase entre los
gentiles..." (Ga 1,15-16). "Y en seguida se puso a predicar a Jesús en las
sinagogas: que él era el Hijo de Dios" (Hch 9, 20). Este será, desde el
principio (1 Ts 1, 10), el centro de la fe apostólica (Jn 20, 31) profesada
en primer lugar por Pedro como cimiento de la Iglesia (Mt16, 18).
Si Pedro pudo reconocer el carácter transcendente de la filiación
divina de Jesús Mesías es porque éste lo dejó entender claramente.
Ante el Sanedrín, a la pregunta de sus acusadores: "Entonces, ¿tú eres
el Hijo de Dios?", Jesús ha respondido: "Vosotros lo decís: yo soy"
(Lc 22, 70; Mt 26, 64; Mc 14, 61). Ya mucho antes, Él se designó como
el "Hijo" que conoce al Padre (Mt 11, 27; 21, 37-38), que es distinto de
los "siervos" que Dios envió antes a su pueblo (Mt 21, 34-36), superior
a los propios ángeles (Mt 24, 36). Distinguió su filiación de la de sus
discípulos, no diciendo jamás "nuestro Padre" (Mt 5, 48; 6, 8; 7,
21; Lc 11, 13) salvo para ordenarles "vosotros, pues, orad así: Padre
Nuestro" (Mt 6, 9); y subrayó esta distinción: "Mi Padre y vuestro
Padre" (Jn 20, 17).
Los evangelios narran en dos momentos solemnes, el Bautismo y la
Transfiguración de Cristo, que la voz del Padre lo designa como su
"Hijo amado" (Mt 3, 17; 17, 5). Jesús se designa a sí mismo como "el
Hijo Único de Dios" (Jn 3, 16) y afirma mediante este título su
preexistencia eterna (Jn 10, 36). Pide la fe en "el Nombre del Hijo
Único de Dios" (Jn 3, 18). Esta confesión cristiana aparece ya en la
exclamación del centurión delante de Jesús en la cruz:
"Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios" (Mc 15, 39), porque
es solamente en el misterio pascual donde el creyente puede alcanzar
el sentido pleno del título "Hijo de Dios".
II. Cristo: Cristo viene de la
traducción griega del término
hebreo "Mesías" que quiere decir
"ungido". Pasa a ser nombre
propio de Jesús porque Él cumple
perfectamente la misión divina
que esa palabra significa. Este
debía ser por excelencia el caso
del Mesías que Dios enviaría para
instaurar definitivamente su
Reino (Sal 2, 2; Hch 4, 26-27). El
Mesías debía ser ungido por el
Espíritu del Señor (Is 11, 2) a la
vez como rey y sacerdote (Za 4,
14; 6, 13) pero también como
profeta (cIs 61, 1; Lc 4, 16-21). Jesús
cumplió la esperanza mesiánica
de Israel en su triple función de
sacerdote, profeta y rey.
El ángel anunció a los
pastores el nacimiento de
Jesús como el del Mesías
prometido a Israel: "Os ha
nacido hoy, en la ciudad de
David, un salvador, que es el
Cristo Señor" (Lc 2, 11). Desde
el principio él es "a quien el
Padre ha santificado y
enviado al mundo"(Jn 10, 36),
concebido como "santo" (Lc 1,
35) en el seno virginal de
María. José fue llamado por
Dios para "tomar consigo a
María su esposa" encinta "del
que fue engendrado en ella
por el Espíritu Santo" (Mt 1,
20) para que Jesús "llamado
Cristo" nazca de la esposa de
José.
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 14
Señor: En la traducción griega de los libros del Antiguo Testamento,
el nombre inefable con el cual Dios se reveló a Moisés (Ex 3, 14),
YHWH, es traducido por Kyrios ["Señor"]. Señor se convierte desde
entonces en el nombre más habitual para designar la divinidad
misma del Dios de Israel. El Nuevo Testamento utiliza en este sentido
fuerte el título "Señor" para el Padre, pero lo emplea también, y aquí
está la novedad, para Jesús reconociéndolo como Dios (1 Co 2,8).
El mismo Jesús se atribuye de forma velada este título cuando discute
con los fariseos sobre el sentido del Salmo 109 (Mt 22, 41-46;
también Hch 2, 34-36; Hb 1, 13), pero también de manera explícita al
dirigirse a sus Apóstoles (Jn 13, 13). A lo largo de toda su vida pública
sus actos de dominio sobre la naturaleza, sobre las enfermedades,
sobre los demonios, sobre la muerte y el pecado, demostraban su
soberanía divina.
Bajo la moción del Espíritu Santo, expresa el reconocimiento del
misterio divino de Jesús (Lc 1, 43; 2, 11). En el encuentro con Jesús
resucitado, se convierte en adoración: "Señor mío y Dios mío" (Jn 20,
28). Entonces toma una connotación de amor y de afecto que
quedará como propio de la tradición cristiana: "¡Es el Señor!" (Jn 21,
7).
TEMA 9: FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPIRITU
SANTO
Según el plan de salvación, necesariamente, el Hijo (2da persona de la
Santísima Trinidad) tenía que aparecer entre los hombres para hacer
visible la imagen de Dios. Hasta antes de Jesús, nadie ha logrado ver
el rostro de Dios, pero gracias a su venida, esto si fue posible.
Entonces, El Hijo, debía encarnarse, es decir, tomar forma humana
para aparecerse entre todos los seres humanos y compartir su
naturaleza. ¿Cómo fue eso? Esto es uno de los más grandes misterios
de nuestra Fe.
La Encarnación: Sobre esto, la Biblia y los Santos explican el
significado de este acontecimiento. El Apóstol Juan dice: “En esto se
manifestó el amor que Dios nos tiene; mandó a su único hijo para
que vivamos por medio de Él” (1 Jn 3, 16). El Apóstol Pedro, por su
parte, afirma: “El verbo se encarnó para ser modelo de santidad… y
para hacernos partícipes de la naturaleza divina” (2Pe 1,4). Esto tiene
mucha similitud con la afirmación de San Atanacio “El Hijo de Dios
se hizo hombre para hacernos Dios”.
Cristo es verdadero Dios y verdadero Hombre: Debido a que la
encarnación de Jesús es realmente un misterio, por ello a lo largo del
tiempo han surgido diversas opiniones respecto a su naturaleza;
algunos que confían en la revelación bíblica y otros que la cuestionan.
Para evitar todo esto, la Iglesia a través de sus concilios ha precisado
la verdad respecto a la naturaleza de Jesús.
 Concilio de Nicea (325 D.C.): El primero de la Historia
Eclesiástica, se definió que “El hijo de Dios es engendrado, no
creado y es de la misma naturaleza del padre”.
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 15
Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo: Anteriormente
hicimos la pregunta ¿Cómo es que se produjo la Encarnación? La
respuesta quizá está aquí.
La Encarnación se dio mediante el poder el Espíritu, por eso el Ángel
le dice a María: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti…” (Lc 1, 35). Por Fe
sabemos que el Espíritu Santo tiene poder para ello.
A lo largo de la historia de la Salvación vamos a encontrar de manera
cooperante al Hijo y al Espíritu Santo. La Misión de este último esta
siempre unida y ordenada a la del Hijo (Jn 16, 12 – 15). Si no, verificar
en nuestra Biblia las siguientes citas: Lc 1, 35; Jn 16, 12 – 15; Jn 1, 31 – 34;
Hch 10, 38.
TEMA 10
NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN
En efecto, el credo es categórico al afirmar que María es la madre de
Jesús. Esta afirmación se hace necesaria debido a que existen variadas
opiniones, a veces tendenciosas que no siempre dan el sitial que le
corresponde.
María fue predestinada para ser la Madre de Jesús, que concibió a su
hijo libre de pecado, es decir, conservando su pureza, y por tanto, su
maternidad divina.
DOGMAS MARIANOS
LA PREDESTINACIÓN DE MARÍA
Predestinar “Pre” --+ antes, “Destino”--+ ruta o curso de la vida
urs
Es entonces, señalar la ruta o curso de la vida, mucho
antes de que aparezca o sea engendrada.
 Concilio de Efeso (431 D.C.): No solo avala el anterior sino
que proclama que María es la Madre de Dios.
 Concilio Vaticano II (1960 D.C.): Afirma “El Hijo de Dios
trabajó con manos de hombre, pensó, con inteligencia de
hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de
hombre…El nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente
uno con nosotros, excepto en el pecado”.
 Concilio de Calcedonia (451 D.C.): Afirma que Jesús es el
perfecto en la humanidad y perfecto en la humanidad, es decir,
es verdadero Dios y verdadero Hombre; consustancial con el
padre y con nosotros.
 Concilio de Constantinopla (681 D.C.): Enseña que Cristo
tiene posee dos voluntades y dos operaciones naturales;
divinas y humanas, no opuestas sino cooperantes. Pero la
voluntad humana sigue a la divina.
Con esto la Iglesia confiesa así, que Jesús es inseparablemente verdadero
Dios y verdadero Hombre. Se hizo hombre sin dejar de ser Dios.
Es persona divina (2da de la trinidad) pero con naturaleza humana
(tomada de María). Jesús asume el alma humana racional con todas sus
operaciones y el cuerpo humano también con todas sus operaciones.
Al respecto, San Pablo deja constancia diciendo: “Jesús es en todo
semejante a nosotros, excepto en el pecado” (Hbr. 4,15) y San Lucas
asegura que Jesús se desenvolvía en las condiciones de su tiempo y de su
espacio, al afirmar “Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia…”
(Lc 2, 52)
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 16
La maternidad Divina no es una
maternidad común y corriente,
pues María concibió al hijo de
DIOS y de allí el término de
“divina”.
Al anuncio de que ella dará a luz al
“hijo del altísimo”. María respondió con fe y obediencia “He aquí la
esclava del señor”, hágase en mí según tu palabra”
Los padres antiguos decían: “El nudo de la desobediencia de Eva lo
desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen María por su fe”
La iglesia siempre ha repetido: “La muerte por Eva, la vida por María”
para descartar el gran servicio que ésta mujer le ha dado a la
humanidad.
Pues bien, desde toda la eternidad Dios escogió a una hija de
Israel para ser la madre de su hijo: “Una virgen desposada con un
hombre llamado José, de la casa de David, el nombre de la virgen era
María” (Lc.1.26). Dios así lo quiso y por eso a lo largo de toda la
antigua alianza, la misión de María fue preparada por algunas
mujeres como Sara, Ana, Dévora, Rut, Judit, Esther entre otras.
LA INMACULADA CONCEPCIÓN
Inmaculada “In” --+ sin, “Macula”--+ mancha
urs
María no solamente fue predestinada sino que
también fue “preservada” del pecado original.
En el momento de la anunciación el Ángel Gabriel saluda a María
diciéndole “Llena eres de gracia…” (Lc.1,28) y estar en “gracia”
significa estar libre de pecado. La iglesia a lo largo de los siglos ha
tomado conciencia de esto y sostiene que María fue redimida desde
su concepción; por ello que el Papa Pío IX proclama el dogma
mencionando: “María preservada inmune de toda mancha de pecado
original en el primer instante de su concepción por singular gracia y
privilegio de Dios omnipotente en atención a los meritos de Cristo”
LA MATERNIDAD DIVINA
Los evangelios también destacan la figura de María llamándola “La
Madre de Jesús” (Jn. 2,1; Mt.13,55) y la “Madre de mi Señor” como se
encuentra en (Lc.1,43)
Por esta y por muchas otras, María es verdaderamente madre de
Dios, porque Jesús, el SEÑOR, no es otro que el Hijo Eterno del
Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad
LA VIRGINDAD DE MARÍA
Jesús fue concebido sólo por obra y gracia del Espíritu Santo, sin la
intervención del elemento humano masculino. Dice el Ángel a José:
“Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo” (Mt. 1,20). La iglesia ve
en esto el cumplimiento de la Profecía de Is. 7,14: “He aquí que la
virgen concebirá y dará a luz un hijo”
Desde las primeras formulaciones de la fe cristiana, la iglesia ha
confesado esta verdad ante la incredulidad de alguno. Por eso San
Ignacio de Antioquía ya daba testimonio al respecto: “El príncipe de
este mundo ignoró la virginidad de María y su parto, así como la
muerte del Señor: tres misterios resonantes que se realizaron en el
silencio de Dios”
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La virginidad de María manifiesta o expresa la iniciativa absoluta de
Dios en la Encarnación. María es virgen porque su virginidad es el
signo de su fe no adulterada por duda alguna y su entrega total a la
voluntad de Dios. Ella es a la vez virgen y madre porque así lo quiso
Dios y porque ella es la más perfecta realización en la Iglesia que
también es madre que guarda felicidad a Cristo.
TEMA 11
PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO, FUE
CRUCIFICADO MUERTO Y SEPULTADO.
PONCIO PILATO
FUE CRUCIFICADO…
La crucifixión era costumbre a decir mejor, era parte
del sistema penitenciario de Roma. Es Sanedrín
institución india. La condena y la pena de muerte por
blasfemo (Mt.26,64-66; Mc.3,61) y por tanto es lógico
y procedente la forma de ejecución como si fuera un
pagano. Además le acusan de revoltoso político
(Lc.23,2) y presionan con amenazas políticas a Pilato.
El Sanedrín manipula a una muchedumbre para que grite
¡Crucifícalo!.... pero no todo el pueblo judío participó de ello. Esto
mismo hace pensar que no todos los judíos son responsables
colectivamente de la crucifixión del Señor.
MUERTO Y SEPULTADO: La iglesia enseñando siempre que todos
los pescadores somos los autores de la pasión y muerte de Cristo. Ya
San Pablo enseña que “Crucifican de nuevo al hijo de Dios y le
exponen la infancia pública” los que se sumergen en el desorden y en
el mal” (Hbr.6,6)
San Francisco de Asís decía: “Los demonios no son los que le han
crucificado, eres tu quien con ellos lo han crucificado y lo sigues
crucificando todavía deleitándote en los vicios y pecados”
“La mente redentora de Cristo no fue del azar, sino que pertenece al
misterio del designio de Dios” (Hch.2,23). Pero esto no significa que
todos los que entregaron a Jesús fuesen solamente ejecutores pasivos
puesto que en la predestinación incluye también la respuesta libre de
cada hombre.
Dios ha permitido los actos nacidos de la
ceguera humana para realizar su designio
de salvación (Mt.26,54; Jn.18,36; Hch.3,17-
18). San Pedro lo explica y resume. Habéis
sido resultados de la conducta necia
heredada de nuestros padre con la sangre
precioso de Cristo predestinado antes de
la creación (1Pe.1,15-20).
Y respecto a la predestinación de la misión
de Jesucristo San Pablo también dice: “A
quien no conoció pecado Dios le hizo
pecado por nosotros para que viniésemos a ser justicia de Dios en ÉL”
(2Cor.2,21). En otra parte agrega: “Dios no perdona a su prójimo Hijo
antes bien lo entregó por todos nosotros para ser reconciliados en si
amor” (Rom.8,32.5.10).
Es un personaje que representa el poder político y militar del sistema
opresor de ese tiempo, es decir, el imperio romano.
Palestina, a partir de Jesús, fue invadida y sometida por Pompeyo desde el
año 63 a.C y por aquellos años Poncio Pilato es el procurador romano que
ha quedado como prototipo de la autoridad cobarde, incapaz e injusta.
Este personaje representa también al sistema político que impera en las
colonias romanas.
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“La muerte de Cristo es el sacrificio único y definitivo es el sacrificio
de la nueva alianza” (1Cor.11,25). Es el único porque no hay
ofrecimiento tal que pueda comparársele y es definitivo porque con
Él se terminan los sacrificios cruentos o sangrientos para agradar a
Dios.
“Jesús reemplaza nuestra desobediencia por su obediencia”
(Rom.5,19) y en la cruz consuma su sacrificio. El Concilio de Trento
dice: “Pero su sacratísima pasión en el madero de la cruz, nos
mereció la justificación”.
TEMA Nº12
DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS, AL TERCER DÍA RESUCITÓ
ENTRE LOS MUERTOS
CRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS
LA BIBLIA
En la Biblia, también existen frecuentes afirmaciones respecto a que
Jesús resucitó entre los muertos. (Hch.3,15; Rom.8,11; 1Cor.15,20).
Esto presupone que Cristo permaneció en la morada de los muertos
porque conoció la muerte y se reunió con los demás muertos pero
descendió como salvación proclamando la buena nueva a los espíritus
que estaban privados de Dios (Pe.3,18-19; Sal.6,6; 88,11-13).
Por otro lado los Concilios han enseñado que Cristo descendió a los
infiernos para liberar a las almas que siempre esperaron a su
liberador. No bajó para liberar a los condenados, ni para destruir el
infierno, sino para liberar a los justos (Ez.32,17-32; Mt.27,52) Sobre
este mismo asunto San Pedro afirma: “Hasta a los muertos ha sido
anunciada la buena nueva” (1Pe.4,6)
En adelante Cristo resucitado
“tiene las llaves de la muerte y
hades y “Al nombre de Jesús se
dobla toda rodilla en el cielo, en
la tierra y en los abismo”
(Fip.2,10).
SU RESURRECCIÓN
La resurrección de Jesús es el
acontecimiento histórico más
trascedente, es la verdad
culminante de nuestra fe en él.
Es la verdad central, creída y vivida por la comunidad cristiana y
trasmitida como fundamental por la Sagrada Tradición a la Liturgia.
Ya San Pablo en el año 56 escribe a los Corinitos sobre esta fe en
Cristo resucitado que él también ha recibido (1Cor.15,14).
“Durante el tiempo que Cristo permaneció en el
sepulcro su persona divina continuo asumiendo tanto
su alma como su cuerpo, separados por la muerte. Por
eso el cuerpo muerto de Cristo no conoció la
corrupción” (Hch.13,37; Rom.6,4; Col.2; Ef.5,26).
“SHEDE” “HADES”
Llama infierno o a la morada de los muertos o región inferior de
la tierra. (Flp.2,10; Hch.2,24; Ef.4,9-10).
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Otra gran verdad es que la divinidad de Jesús queda confirmada por
su resurrección. Con este acto demostró que es hijo de Dios y Dios
mismo. “Hay un doble aspecto en este misterio pascual por muerte
nos libera del pecado, por su resurrección nos abre el acceso a un
nueva vida” (Rom.4,25; 6,4; Ef.2,4-5; 1Pe.1,3)
Por último “La resurrección de Cristo es el principio y fuente de
nuestra resurrección futura” (1Cor.15,20-22). “Cristo es el principio de
nuestra propia resurrección, va desde ahora, por la justificación de
nuestra alma” (Rom.6,4) y más tarde “Por la purificación de nuestro
cuerpo” (Rom.8,11).
TEMA Nº13
SUBIÓ A LOS CIELOS Y ESTÁ SENTAD A LA DERECHA DE DIOS
PADRE, TODOPODEROSO.
ENSEÑANZA DE LA IGLESIA
En términos eclesiales el hecho que menciona el sexto articulo del
Credo se le conoce con el nombre de ASCENSIÓN, es decir Jesús
subió a los cielos. Aquel día de la ascensión es el último en que los
hombre pudieron ver su rostro por ello resulta pertinente decir que
“La última aparición de Jesús termino con la entrada de su
humanidad en la Gloria, simbolizada por la nube” (Hch.1,9) “y por el
cielo” (Lc.24,51).
LA RESURRECCIÓN
Constituye la confirmación de
todo lo que Cristo hizo y enseñó.
Al resucitar a dado la prueba
definitiva de su autoridad divina.
Es el cumplimiento de las
promesas del antiguo
testamento y del mismo Jesús
durante su vida terrenal.
(Lc.24,26-27; Mt.28,6; Mc.16,7; Lc.24,6-
7)
Este asunto de la “subida” o ascensión de Jesús a los cielos lo podemos encontrar en
muchos pasajes bíblicos como por ejemplo: “El Señor Jesús después de hablarles fue
elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios” (Mt.16,19). En otra parte el mismo Jesús le
dice a María Magdalena: “Todavía no he subido al Padre” (Jn.20,17). Los apóstoles Juan y
Pablo continua destacando las palabras de Jesús que se refiere a su trayecto hasta el cielo:
“Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo el Hijo del Hombre” (Jn.3,13; Ef.4,8-10),
“Cuando ya sea levantado de la tierra atraerá a todos hacía a mí” (Jn.12,32).
FUNDAMENTO BÍBLICO
L
A
A
S
C
E
N
S
I
Ó
N
Es el acontecimiento histórico y trascendente que marca la
transición del paso entre la Gloria de Cristo Resucitado y la
de Cristo exaltado a la derecha del padre. No se trata
solamente del hecho físico y extraordinario de vencer a la
gravedad de la tierra e impulsarse hacia los aires y
desaparecer entre las nubes de lo que llamamos cielos.
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 20
La ascensión a los cielos es abrir el camino para que todos podamos,
igual que Jesús tener acceso a la casa de Pedro. Por eso decir San
Pablo: “Jesús no penetró en un santuario hecho por mano de hombre,
sino en el mismo cielo para presentarse ahora en el acatamiento de
Dios en favor nuestro” (Hch.9,24).
Cristo desde entonces está sentado a la derecha del Padre. San Juan
enseña: “Por derecha del padre entendamos la gloria y el honor a la
divinidad, donde es que existía como hijo de Dios antes de todos los
siglos como Dios y consustancialmente al Padre, está sentado
corporalmente después de que se encarnó y de que su carne fue
glorificada.
Sentarse a la derecha del Padre, significa la inauguración del reino del
Mesías cumpliéndose la Profecía
de Daniel “A Él se dio el
imperio, honor y reino, y todos
los pueblos naciones y leguas le
sirvieron. Su imperio es un
imperio eterno que nunca
pasará y no será destruido
jamás” (Dn.7,14).
Los apóstoles fueron por eso,
testigos y anunciadores de un
reino que no tendrá fin.
Jesús quiso desaparecer
elevándolos de la tierra porque
la gente creía que el cielo estaba sobre sus cabezas, pero el cielo no
está ni arriba ni abajo.
TEMA Nº14
DESDE ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR A LOS VIVOS Y A LOS
MUERTO.
Jesucristo no se ha ido para siempre, sino que ha de volver para
cumplir su promesa. En este artículo del Credo se analiza este punto.
CRISTO REINA YA, MEDIANTE LA IGLESIA
La ascensión de Cristo al cielo, significa su participación en el poder y
en la autoridad de Dios mismo. Estar a la derecha del Padre
significa como dijimos en la sesión anterior que Jesucristo es Señor,
pues posee todo poder en los cielos y en la tierra. Por eso San Pablo
enseña:
Rom.14,9: Cristo murió y volvió a la vida para ser Seños de muertos y
vivos”
Ef.1,20-22: “Cristo está por encima de todo principado, potestad
virtud y dominación. El Padre sometió bajo sus pies todas las cosas”
No es un lugar, sino un estado espiritual.
Jesús está en el centro de ese estado
junto al Padre y al Espíritu Santo
dirigiendo la historia del mundo, la
historia de tu mundo.
EL CIELO
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 21
Aquí en la tierra Cristo es cabeza del cuerpo místico, es decir de la
Iglesia y como tal es autoridad, en cuanto es siempre fuente de
redención. Si la iglesia tiene vigencia en el mundo, y siendo Jesucristo
su “jefe”, por así decirlo entonces es El que reina en el mundo.
La iglesia presente según Jesús es tiempo del Espíritu y del testimonio
(Hch.1,8), pero está marcado por la tristeza (1Cor.7,26) y la prueba
del mal (Ef.5,16) que afecta a la iglesia (1Pe.4,17).
Este tiempo es también el tiempo de espera y de vigilia (Mt.25,1-13;
Mc.13,33-37) porque esperamos la segunda venida de Cristo el
redentor.
EL GLORIOSO ADVENIMIENTO DE CRISTO: Todo nosotros los
cristianos sabemos de la segunda venida de Jesús y sabemos también
que llevamos más de dos mil años de espera. A todos les preocupa el
día en que se producirá este
acontecimiento, sin embargo nadie
puede saber cuándo ocurrirá. La Biblia
nos dice: “Este advenimiento
escatológico se puede cumplir en
cualquier momento” (Mt.24,44;
1Tes.5,21) y que “A nosotros no nos toca
conocer el momento” (Hch.1,7;
Mt.13,32). De aquí se explica que las
sectas religiosas que se han atrevido a pronosticar el fin del mundo y
la consiguiente venida de Jesús han fracasado rotundamente.
La Biblia señala solamente algunos acontecimientos como
indicadores de la cercanía del gran día; por ejemplo se dice: “Antes
del advenimiento de Cristo, la iglesia debería pasara por una prueba
final que sacudirá la fe de mucho creyentes” (Lc.18,8; Mt.24,12)
La persecución, la impostura religiosa, la apostasía de la verdad, el
Anticristo o pseudo-mesianismo en el que el hombre se glorifica así
mismo, develará el misterio de inequidad. En esto consiste la gran
prueba a la que se refiere la Biblia.
Esta impostura del Anticristo aparece esbozada en el mundo; cada
vez que se pretende una salvación del hombre solo en la historia
terrenal es un juicio escatológico. La iglesia rechaza esta falsificación
del reino y condena como falso misticismo.
JESÚS VENDRÁ A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS: Esta afirmación
nos enfatiza la tarea de Jesús en esta su segunda venida, se debe
tomar en cuenta a los que murieron y los que aún viven.
El reino de Dios se realiza solamente para la victoria de Cristo sobre
el mal y que tomará la forma de juicio final (Ap.20,12). Esto ha de
producirse después de la ultima
sacudida cósmica de este mundo
(2Pe.3,12-13).
Jesús anunció el juicio del último
día. Mc.12,38-40; Lc.12,1-3;
Jn.3,20-21; Rom.2,16, en la que se
condena la incredulidad culpable
que ha tenido en nada la gracia
ofrecida por Dios Mt.11,20-24; 12,41-42.
La actitud con respecto al prójimo revelará la acogida o el rechazo de
la gracia y amor divino (Mt.5,22; 7,1-5; 25). Esto quiere decir que
según lo que hayamos hecho por nuestra familia, comunidad o
sociedad será nuestra recompensa. La indiferencia hacia los
problemas de los demás, es decir el prójimo es lo que determina parte
de nuestra condena.
El pleno derecho de juzgar las obras y corazones de los hombres
pertenece solo a Cristo como Redentor. Aunque Él tiene la potestad
de juzgar, prefiere “salvar”· “Yo no he venido para juzgar sino para
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salvar” (Jn.3,17) y para dar la vida (Jn.5,26). Es por eso que el acto de
juzgar no es tan propio de Jesús, sino más bien de nosotros, “Es por el
rechazo de la gracias en esta vida, por lo que cada uno se juzga a sí
mismo y puede incluso condenarse eternamente” (Mt.12,1; Hbr.6,4-6;
10,26-31).
TEMA Nº15
CREO EN EL ESPIRITU SANTO
PRICIPIOS FUNDAMENTALES
El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad que
ha sido revelado principalmente por Jesús
Todo conocimiento de la fe no es posible sino en el Espíritu Santo.
Por ello San Pablo dice: “Nadie puede decir Jesús es el Seños, sino por
el influjo del Espíritu Santo” (1Cor.12,3). Por ello que para entrar en
contacto con Cristo, es necesario principalmente haber sido atraído
por el Espíritu Santo. Él es quien nos procede y despierta en nosotros,
la FE.
La iglesia es el lugar natural de nuestro conocimiento del Espíritu
Santo: Tradición, escrituras, magisterio liturgia, oración, carisma,
misiones, testimonio de los santos, etc., todo está animado por el
Espíritu Santo y se deben a ÉL.
SUS PRINCIPALES APELATIVOS:
Aunque su nombre propio es
Espíritu Santo, sin embargo los
Apóstoles y el propio Jesús le
han dado varias connotaciones
Jesús mismo lo llama:
“Paráclito” que significa
“Consolador” y también lo
llama “Espíritu de la verdad”
(Jn.16,13). Por su parte, San Pablo es el que más adjetivos les asigna:
“Espíritu de Cristo” (Rom.8,11), “Espíritu del Señor” (2Cor.3,17), y
“Espíritu de Dios” (Rom.15,19). Finalmente, su Apóstol predilecto, es
decir, San Pedro lo denomina como “Espíritu de gloria” (1Pe.4,14).
SAN IRENEO
Sin el espíritu no es posible ver al Hijo de Dios y sin el hijo nadie
puede acercarse al Padre.
Esta indispensable condición es lo que configura la esencia
de la Santísima Trinidad.
Cuando el Padre envía su verbo o Hijo, envía también al Espíritu Santo para una
misión conjunta en la que cada uno son distintos pero inesperables: Jesús es el
ungido y el Espíritu Santo es su unción.
Aún más, cuando Jesús es glorificado nos comunica su gloria que es el Espíritu Santo
que lo glorifica (Jn.39; 6,16; 17,22)
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PRINCIPALES SÍMBOLOS:
EL AGUA: En el bautismo es el agua viva del cual
bebemos y nacemos. (Jn.4,10-14; 1Cor.12,13).
LA UNCIÓN: Oleo sagrado que
consagra especialmente en la
confirmación, la unción de los enfermos y el orden
sacerdotal. (1Jn.2,20).
EL FUEGO: Simboliza la energía transformadora de lo que
toca (Lc.12,49), es decir que el fuego al quemar transforma
toda la materia del cuerpo quemado.
LA NUBE Y LA LUZ: Son inseparables desde el antiguo
testamento. (Lc.9,34; Hch.9,9).
EL SELLO: Cercano a la unción da un
carácter indeleble. (2Cor.1, 22).
LA MANO: Jesús imponía las manos y
curaba o bendecía. (Mc.10,16; Hch.8,17
-19)
EL DEDO: Jesús expulsa demonios. (Lc.11,20).
Dios escribe su ley (Ex.31,18; 2Cor.3,3).
LA PALOMA: Vuelve a Noe como signo que la
tierra es habitable (Gen.8,8-12), o desciende sobre
Jesús al ser bautizado (Mt.3,16). Esto último
simboliza que así descenderá y reposará en el
corazón de los bautizados.
TEMA Nº16
CREO EN LA SANTA IGLESIA CATÓLICA YA LA COMUNIÓN DE
LOS SANTOS
Este es el anunciado del noveno artículo de la profesión de nuestra fe.
Para explicar este artículo hace necesario precisar el significado del
término “iglesia”, para tener un sentido más cabal en lo que creemos.
ETIMOLOGÍA:
La palabra iglesia proviene del término
griego “ecklesia” que significa
“convocación”, “asamblea del pueblo”,
“comunidad” o “pueblo de Dios”.
INSTITUCIÓN
La iglesia fue instituida, es decir, fundada por el mismo Jesucristo con
el anuncio de la buena nueva y la llegada del reino de Dios en la
tierra. Dios se manifiesta de Cristo, quien viene a convocar en torno
suyo a su “rebaño” del que él mismo es su “pastor”. Jesús mismo dotó
a su iglesia de una estructura que permanecerá hasta la plena
realización del reino, esta estructura lo conformaban sus apóstoles
con Pedro a la cabeza. (Ver Mc. 3, 14-15; Mt. 19, 28; Lc. 22, 30; Ap. 21,
12-18.
MISIÓN: La principal tarea de la Iglesia es anunciar y establecer en
todos los pueblos el reino de Cristo; ser el germen de ese reino en la
tierra. La Iglesia es por su misma naturaleza, misionera enviada por
Cristo a todas las naciones (Mt. 28, 19-20) para ser entre ellas “sal de
la tierra o luz del mundo” (Mt. 5, 13-16), y que finalmente los hombres
y las mujeres de estas naciones sean sus discípulos.
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CARACTERÍSTICAS:
En muchos debates con las diferentes denominaciones verán
argumentos contra esos rasgos esenciales de nuestra Iglesia. En
nuestro credo decimos que creemos en la Iglesia que es Una, Santa,
Católica y Apostólica. Y como toda profesión de fe, se espera que no
sea solo una oración monótona que se repite como perico, sino que
sea una declaración de lo que nosotros creemos, y honramos como
católicos.
I. UNA: Nuestra Iglesia es una, ya que Jesús solo funda una
Iglesia, no las 33,000 denominaciones autollamadas “cristianas
que hoy existen. Es claro en la Escritura que Jesús edifica su
Iglesia sobre Pedro (Mateo 16,18), y esta nace como Iglesia en
funciones y liderazgo de Pedro en Pentecostés. Pero es
importante también traer algo de suma relevancia, es una
porque sigue el modelo Trinitario. La Iglesia es una debido a su
origen: "El modelo y principio supremo de este misterio es la
unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo, en la
Trinidad de personas". La Iglesia es una debido a su
Fundador: "Pues el mismo Hijo encarnado [...] por su cruz
reconcilió a todos los hombres con Dios [...] restituyendo la
unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo". La
Iglesia es una debido a su "alma": "El Espíritu Santo que habita
en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esa
admirable comunión de fieles y une a todos en Cristo tan
íntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia". Por
tanto, pertenece a la esencia misma de la Iglesia ser una:
«¡Qué sorprendente misterio! Hay un solo Padre del universo,
un solo Logos del universo y también un solo Espíritu Santo,
idéntico en todas partes; hay también una sola virgen hecha
madre, y me gusta llamarla Iglesia» (Clemente de Alejandría).
Desde el inicio de la Iglesia conforme los Apóstoles y sus
discípulos van avanzando en la Evangelización, se enfrentan a
una diversidad cultural en las diferentes regiones. A pesar de
ello vemos a una Iglesia que consta de estos tres vínculos de
unidad:
 La profesión de una misma fe recibida de los Apóstoles.
 La celebración común del culto divino, sobre todo de los
sacramentos.
 La sucesión apostólica por el sacramento del orden, que
conserva la concordia fraterna de la familia de Dios.
II. SANTA: Nuestra Iglesia es sin duda Santa, y eso lo podemos
afirmar por su origen divino. La funda Jesús Dios Hijo, El fue
enviado por el Padre, y nos manda a su Paráclito para servir
de guía cuando El no este. La Trinidad en un solo objetivo:
Darle la cualidad primordial Divina a su Iglesia en la tierra.
Esto resulta necesario si nos ponemos a pensar que como
hombres de carne que somos no podemos tener participación
divina por meritos propios, solo Dios nos puede dar esa tan
indispensable participación con El. (Juan 3, 6.Lo nacido de la
carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu)
La Iglesia, unida a Cristo, está santificada por Él; por Él y
en Él, ella también ha sido hecha santificadora. Todas las
obras de la Iglesia se esfuerzan en conseguir "la
santificación de los hombres en Cristo y la glorificación de
Dios". En la Iglesia es en donde está depositada "la
plenitud total de los medios de salvación". Es en ella donde
"conseguimos la santidad por la gracia de Dios".
"La Iglesia, en efecto, ya en la tierra se caracteriza por una
verdadera santidad, aunque todavía imperfecta". En sus
miembros, la santidad perfecta está todavía por alcanzar:
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"Todos los cristianos, de cualquier estado o condición,
están llamados cada uno por su propio camino, a la
perfección de la santidad, cuyo modelo es el mismo Padre".
III. CATÓLICA: ¿Por qué no nos llamamos cristianos?
Me imagino más de uno de ustedes habrá escuchado a ex
católicos que dicen que ahora ya no son católicos, son
“cristianos”, y también algunos católicos confundidos que ven a
cristianos y católicos como algo separado y distante. Un grave
error que debemos de evitar. Los católicos somos LOS
cristianos, los autodenominados “cristianos” son realmente
hijos de las divisiones iniciadas por los cismáticos a partir del
siglo XVI, y que hoy por hoy y bajo el pretexto de la
iluminación del Espíritu Santo forman una “nueva iglesia”, así
hasta llegar a las miles de divisiones que vemos hoy en día.
Bueno, entonces somos cristianos, y ¿porque nos llamamos
católicos?
La palabra 'Católica' está tomada del Griego 'Katholicos', la cual
traducida, significa 'Universal'. La palabra Griega fue Latinizada
a 'Catolicus'. y aunque algunos piensen no es bíblica, eso no es
cierto sí que viene en la Biblia. Primero encontramos la
definición de católica que es "Universal": Id, pues, y haced
discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del
Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar
todo lo que Yo os he mandado. Y he aquí que Yo estoy con
vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 18,19-20).
Los tres 'TODOS' son TODA la gente, TODA verdad, TODO el
tiempo, verdaderamente 'Universal', verdaderamente
'Católica'.
Hc
4,18. “ ” Esta palabra es "Katholou" palabra griega de
donde viene "católico" significa universal todo el mundo etc.
El adjetivo "católica" referente a la Iglesia aparece en la
literatura Cristiana con San Ignacio de Antioquía (discípulo de
San Juan), por el año 110 AD (Recordemos que la literatura
recoge la tradición oral que le precede). En su carta Ad Smyr (A
los Esmirniotas 8:2) dice: "Donde esté el Obispo, esté la
muchedumbre así como donde está Jesucristo está la iglesia
católica".
San Pacián de Barcelona, 375 A.D. dijo: "Cristiano es mi nombre,
y católico mi apellido. El primero me denomina, mientras que el
otro me instituye específicamente. De esta manera he sido
identificado y registrado... Cuando somos llamados católicos, es
por esta forma, que nuestro pueblo se mantiene alejado de
cualquier nombre herético." - Carta a Sympronian. El concepto
de catolicidad es desarrollado por San Cirilo de Jerusalén, quien
dice: La Iglesia es católica porque está esparcida por todo el
mundo; enseña en plenitud toda la doctrina que los hombres
deben conocer; trae a todos los hombres a la obediencia
religiosa; es la cura universal para el pecado y posee todas las
virtudes -(Catechesis 18:23).
IV. APOSTÓLICA: Es Apostólica ya que es por los Apóstoles por
quienes predicaron el Evangelio y a su vez los discípulos de
estos lo hicieron por generaciones, esto siempre se dio dentro
de la Iglesia.
 La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los
apóstoles, y esto en un triple sentido.
 Fue y permanece edificada sobre "el fundamento de los
Apóstoles" (Ef 2, 20; Hch 21, 14), testigos escogidos y
enviados en misión por el mismo Cristo (cf. Mt 28, 16-
20; Hch 1, 8; 1 Co 9, 1; 15, 7-8; Ga 1, l; etc.).
 Guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que
habita en ella, la enseñanza (cf. Hch 2, 42), el buen
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depósito, las sanas palabras oídas a los Apóstoles (cf 2
Tm 1, 13-14).
 Sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los
Apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos
que les suceden en su ministerio pastoral: el colegio de
los obispos, "al que asisten los presbíteros juntamente
con el sucesor de Pedro y Sumo Pastor de la Iglesia".
«Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que, por
medio de los santos pastores, lo proteges y conservas, y
quieres que tenga siempre por guía la palabra de aquellos
mismos pastores a quienes tu Hijo dio la misión de anunciar
el Evangelio (Prefacio de los Apóstoles I: Misal Romano).
TEMA Nº 17
CREO EN EL PERDÓN DE LOS PECADOS
En el artículo diez de nuestra profesión de FE, se refiere al perdón de
los pecados. Este asunto causo mucha incomodidad para los judíos al
ver a Jesús perdonando a los pecadores, como se recordará, ellos más
de una vez intentaron desautorizarlo debido a su concepción de que
solo Dios es el único que puede dar el perdón. Pero veamos lo que
dice la Biblia al respecto.
Fundamento Bíblico.- El Símbolo de los Apóstoles vincula la fe en el
perdón de los pecados a la fe en el Espíritu Santo, pero también a la
fe en la Iglesia y en la comunión de los santos. Al dar el Espíritu Santo
a su Apóstoles, Cristo resucitado les confirió su propio poder divino
de perdonar los pecados: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes
perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los
retengáis, les quedan retenidos" (Jn 20, 22-23). El mismo ya había
ejercido este poder en varias oportunidades, sino recordemos sus
acostumbradas palabras “Tus pecados te serán perdonados…” cada
vez que se dirigía a algún necesitado del perdón; por ejemplo cuando
se dirige al paralítico (Mt. 9, 1-8), a la Magdalena (Lc. 7, 36-50) y a
Zaqueo (Lc. 9, 1-10). Para mayor seguridad ver también: Rom. 3, 24;
1Tim. 1, 13 y 1Jn. 1, 8-9.
I. Un solo Bautismo para el perdón de los pecados
Nuestro Señor vinculó el perdón de los pecados a la fe y al Bautismo:
"Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la
creación. El que crea y sea bautizado se salvará" (Mc 16, 15-16). El
Bautismo es el primero y principal sacramento del perdón de los
pecados porque nos une a Cristo muerto por nuestros pecados y
resucitado para nuestra justificación (cf. Rm 4, 25), a fin de que
"vivamos también una vida nueva" (Rm 6, 4).
"En el momento en que hacemos nuestra primera profesión de fe, al
recibir el santo Bautismo que nos purifica, es tan pleno y tan
completo el perdón que recibimos, que no nos queda absolutamente
nada por borrar, sea de la culpa original, sea de cualquier otra
cometida u omitida por nuestra propia voluntad, ni ninguna pena
que sufrir para expiarlas. Sin embargo, la gracia del Bautismo no libra
a la persona de todas las debilidades de la naturaleza. Al contrario
todavía nosotros tenemos que combatir los movimientos de la
concupiscencia que no cesan de llevarnos al mal" (Catecismo
Romano, 1, 11, 3). En este combate contra la inclinación al mal, ¿quién
será lo suficientemente valiente y vigilante para evitar toda herida del
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 27
pecado? "Puesto que era necesario que, además de por razón del
sacramento del bautismo, la Iglesia tuviera la potestad de perdonar
los pecados, le fueron confiadas las llaves del Reino de los cielos, con
las que pudiera perdonar los pecados de cualquier penitente, aunque
pecase hasta el final de su vida" (Catecismo Romano, 1, 11, 4).
La Penitencia: Por medio del sacramento de la Penitencia, el
bautizado puede reconciliarse con Dios y con la Iglesia:
«Los Padres tuvieron razón en llamar a la penitencia "un bautismo
laborioso" (San Gregorio Nacianceno, Oratio 39, 17). Para los que han
caído después del Bautismo, es necesario para la salvación este
sacramento de la Penitencia, como lo es el Bautismo para quienes
aún no han sido regenerados» (Concilio de Trento: DS 1672).
II. La potestad de las llaves
Cristo, después de su Resurrección envió a sus Apóstoles a predicar
"en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las
naciones" (Lc 24, 47). Este "ministerio de la reconciliación" (2 Co 5,
18), no lo cumplieron los Apóstoles y sus sucesores anunciando
solamente a los hombres el perdón de Dios merecido para nosotros
por Cristo y llamándoles a la conversión y a la fe, sino
comunicándoles también la remisión de los pecados por el Bautismo
y reconciliándolos con Dios y con la Iglesia gracias al poder de las
llaves recibido de Cristo:
La Iglesia «ha recibido las llaves del Reino de los cielos, a fin de que
se realice en ella la remisión de los pecados por la sangre de Cristo y
la acción del Espíritu Santo. En esta Iglesia es donde revive el alma,
que estaba muerta por los pecados, a fin de vivir con Cristo, cuya
gracia nos ha salvado» (San Agustín)
No hay ninguna falta por grave que sea que la Iglesia no pueda
perdonar. "No hay nadie, tan perverso y tan culpable que, si
verdaderamente está arrepentido de sus pecados, no pueda contar
con la esperanza cierta de perdón" (Catecismo Romano, 1, 11, 5).
Cristo, que ha muerto por todos los hombres, quiere que, en su
Iglesia, estén siempre abiertas las puertas del perdón a cualquiera que
vuelva del pecado (Mt 18, 21-22).
La catequesis se esforzará por avivar y nutrir en los fieles la fe en la
grandeza incomparable del don que Cristo resucitado ha hecho a su
Iglesia: la misión y el poder de perdonar verdaderamente los pecados,
por medio del ministerio de los Apóstoles y de sus sucesores:
«El Señor quiere que sus discípulos tengan un poder inmenso: quiere
que sus pobres servidores cumplan en su nombre todo lo que había
hecho cuando estaba en la tierra» (San Ambrosio, De Paenitentia)
«Los sacerdotes han recibido un poder que Dios no ha dado ni a los
ángeles, ni a los arcángeles. Dios sanciona allá arriba todo lo que los
sacerdotes hagan aquí abajo» (San Juan Crisóstomo, De sacerdotio)
«Si en la Iglesia no hubiera remisión de los pecados, no habría
ninguna esperanza, ninguna expectativa de una vida eterna y de una
liberación eterna. Demos gracias a Dios que ha dado a la Iglesia
semejante don» (San Agustín)
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TEMA Nº 18
CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE
Este es otro de los grandes misterios de la fe, sin embargo intentemos
aproximarnos a su significado.
El Credo cristiano (profesión de nuestra fe en Dios Padre, Hijo y
Espíritu Santo, y en su acción creadora, salvadora y santificadora)
culmina en la proclamación de la resurrección de los muertos al fin
de los tiempos, y en la vida eterna.
Creemos firmemente, y así lo esperamos, que del mismo modo que
Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, y que vive
para siempre, igualmente los justos después de su muerte vivirán
para siempre con Cristo resucitado y que Él los resucitará en el
último día (Jn 6, 39-40). Como la suya, nuestra resurrección será obra
de la Santísima Trinidad: «Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús
de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Jesús de
entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por
su Espíritu que habita en vosotros” (Rm 8, 11; 1 Ts 4, 14; 1 Co 6, 14; 2
Co 4, 14; Flp 3, 10-11).
El término "carne" designa al hombre en su condición de debilidad y
de mortalidad (Gn 6, 3; Sal 56, 5; Is 40, 6). La "resurrección de la
carne" significa que, después de la muerte, no habrá solamente vida
del alma inmortal, sino que también nuestros "cuerpos mortales"
(Rm 8, 11) volverán a tener vida. Creer en la resurrección de los
muertos ha sido desde sus comienzos un elemento esencial de la fe
cristiana. "La resurrección de los muertos es esperanza de los
cristianos; somos cristianos por creer en ella" (Tertuliano, De
resurrectione mortuorum 1, 1):
I. La Resurrección de Cristo y la nuestra:
 Revelación progresiva de la Resurrección: La resurrección de
los muertos fue revelada progresivamente por Dios a su
Pueblo. La esperanza en la resurrección corporal de los
muertos se impuso como una consecuencia intrínseca de la fe
en un Dios creador del hombre todo entero, alma y cuerpo. El
creador del cielo y de la tierra es también Aquél que mantiene
fielmente su Alianza con Abraham y su descendencia. En esta
doble perspectiva comienza a expresarse la fe en la
resurrección. En sus pruebas, los mártires Macabeos
confiesan: «El Rey del mundo, a nosotros que morimos por
sus leyes, nos resucitará a una vida eterna» (2Mac7, 9). «Es
preferible morir a manos de los hombres con la esperanza que
Dios otorga de ser resucitados de nuevo por él» (2Mac 7).
Los fariseos (Hch 23, 6) y muchos contemporáneos del Señor
(Jn 11, 24) esperaban la resurrección. Jesús la enseña
firmemente. A los saduceos que la niegan responde: "Vosotros
no conocéis ni las Escrituras ni el poder de Dios, vosotros
estáis en el error" (Mc 12, 24). La fe en la resurrección
descansa en la fe en Dios que "no es un Dios de muertos sino
de vivos" (Mc 12, 27). Pero hay más: Jesús liga la fe en la
resurrección a la fe en su propia persona: "Yo soy la
resurrección y la vida" (Jn 11, 25). Es el mismo Jesús el que
resucitará en el último día a quienes hayan creído en Él (Jn 5,
24-25; 6, 40) y hayan comido su cuerpo y bebido su sangre
(Jn 6, 54). En su vida pública ofrece ya un signo y una prenda
de la resurrección devolviendo la vida a algunos muertos
(Mc 5, 21-42; Lc 7, 11-17; Jn 11), anunciando así su propia
Resurrección que, no obstante, será de otro orden. De este
acontecimiento único, Él habla como del "signo de Jonás"
(Mt 12, 39), del signo del Templo (Jn 2, 19-22): anuncia su
Resurrección al tercer día después de su muerte (Mc 10, 34).
Ser testigo de Cristo es ser "testigo de su Resurrección" (Hch 1, 22;
4, 33), "haber comido y bebido con él después de su Resurrección
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 29
de entre los muertos" (Hch 10, 41). La esperanza cristiana en la
resurrección está totalmente marcada por los encuentros con
Cristo resucitado. Nosotros resucitaremos como Él, con Él, por Él.
Desde el principio, la fe cristiana en la resurrección ha encontrado
incomprensiones y oposiciones (Hch 17, 32; 1 Co 15, 12-13). "En
ningún punto la fe cristiana encuentra más contradicción que en
la resurrección de la carne" (San Agustín, Enarratio in
Psalmum 88, 2, 5).
 Cómo resucitan los muertos: ¿Qué es resucitar? En la muerte,
separación del alma y el cuerpo, el cuerpo del hombre cae en la
corrupción, mientras que su alma va al encuentro con Dios, en
espera de reunirse con su cuerpo glorificado. Dios en su
omnipotencia dará definitivamente a nuestros cuerpos la vida
incorruptible uniéndolos a nuestras almas, por la virtud de la
Resurrección de Jesús. ¿Quién resucitará? Todos los hombres que
han muerto: "los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida,
y los que hayan hecho el mal, para la condenación" (Jn 5, 29;
Dn 12, 2). ¿Cómo? Cristo resucitó con su propio cuerpo: "Mirad
mis manos y mis pies; soy yo mismo" (Lc 24, 39); pero Él no volvió
a una vida terrenal. Del mismo modo, en Él "todos resucitarán con
su propio cuerpo, del que ahora están revestidos" (Concilio de
Letrán IV: DS 801), pero este cuerpo será "transfigurado en cuerpo
de gloria" (Flp 3, 21), en "cuerpo espiritual" (1 Co 15, 44):
«Pero dirá alguno: ¿cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo
vuelven a la vida? ¡Necio! Lo que tú siembras no revive si no
muere. Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino
un simple grano..., se siembra corrupción, resucita incorrupción
[...]; los muertos resucitarán incorruptibles. En efecto, es necesario
que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este
ser mortal se revista de inmortalidad (1 Cor 15,35-37. 42. 53).
Este "cómo ocurrirá la resurrección" sobrepasa nuestra
imaginación y nuestro entendimiento; no es accesible más que en
la fe. Pero nuestra participación en la Eucaristía nos da ya un
anticipo de la transfiguración de nuestro cuerpo por Cristo: «Así
como el pan que viene de la tierra, después de haber recibido la
invocación de Dios, ya no es pan ordinario, sino Eucaristía,
constituida por dos cosas, una terrena y otra celestial, así nuestros
cuerpos que participan en la eucaristía ya no son corruptibles, ya
que tienen la esperanza de la resurrección» (San Ireneo de
Lyon,Adversus haereses, 4, 18, 4-5). ¿Cuándo? Sin duda en el
"último día" (Jn 6, 39-40. 44. 54; 11, 24); "al fin del mundo". En
efecto, la resurrección de los muertos está íntimamente asociada a
la Parusía de Cristo: «El Señor mismo, a la orden dada por la voz
de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los
que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar» (1 Ts4, 16).
 Resucitados con Cristo: Si es verdad que Cristo nos resucitará en
"el último día", también lo es, en cierto modo, que nosotros ya
hemos resucitado con Cristo. En efecto, gracias al Espíritu Santo,
la vida cristiana en la tierra es, desde ahora, una participación en
la muerte y en la Resurrección de Cristo: «Sepultados con él en el
Bautismo, con él también habéis resucitado por la fe en la acción
de Dios, que le resucitó de entre los muertos. Así pues, si habéis
resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo
sentado a la diestra de Dios» (Col 2, 12; 3, 1).
Unidos a Cristo por el Bautismo, los creyentes participan ya
realmente en la vida celestial de Cristo resucitado (cf. Flp 3, 20),
pero esta vida permanece "escondida [...] con Cristo en Dios"
(Col 3, 3) "Con él nos ha resucitado y hecho sentar en los cielos
con Cristo Jesús" (Ef 2, 6). Alimentados en la Eucaristía con su
Cuerpo, nosotros pertenecemos ya al Cuerpo de Cristo. Cuando
resucitemos en el último día también nos "manifestaremos con él
llenos de gloria" (Col 3, 4). Esperando este día, el cuerpo y el alma
del creyente participan ya de la dignidad de ser "en Cristo"; donde
se basa la exigencia del respeto hacia el propio cuerpo, y también
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hacia el ajeno, particularmente cuando sufre: «El cuerpo es para el
Señor y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que resucitó al Señor, nos
resucitará también a nosotros mediante su poder. ¿No sabéis que
vuestros cuerpos son miembros de Cristo? No os pertenecéis
Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo» (1 Co 6, 13-15. 19-
20).
II. Revelación progresiva de la Resurrección: La resurrección de los
muertos fue revelada progresivamente por Dios a su Pueblo. La
esperanza en la resurrección corporal de los muertos se impuso
como una consecuencia intrínseca de la fe en un Dios creador del
hombre todo entero
 Morir en Cristo Jesús: Para resucitar con Cristo, es necesario
morir con Cristo, es necesario "dejar este cuerpo para ir a morar
cerca del Señor" (2 Co 5,8). En esta "partida" (Flp 1,23) que es la
muerte, el alma se separa del cuerpo. Se reunirá con su cuerpo el
día de la resurrección de los muertos (Credo del Pueblo de Dios)
 La muerte: "Frente a la muerte, el enigma de la condición
humana alcanza su cumbre". En un sentido, la muerte corporal
es natural, pero por la fe sabemos que realmente es "salario del
pecado" (Rm 6, 23; cf. Gn 2, 17). Y para los que mueren en la
gracia de Cristo, es una participación en la muerte del Señor para
poder participar también en su Resurrección (cf. Rm 6, 3-9; Flp 3,
10-11). La muerte es el final de la vida terrena. Nuestras vidas
están medidas por el tiempo, en el curso del cual cambiamos,
envejecemos y como en todos los seres vivos de la tierra, al final
aparece la muerte como terminación normal de la vida. Este
aspecto de la muerte da urgencia a nuestras vidas: el recuerdo de
nuestra mortalidad sirve también para hacernos pensar que no
contamos más que con un tiempo limitado para llevar a término
nuestra vida.
 La muerte es consecuencia del pecado: Intérprete auténtico
de las afirmaciones de la Sagrada Escritura (Gn 2, 17; 3, 3; 3,
19; Sb 1, 13; Rm 5, 12; 6, 23) y de la Tradición, el Magisterio de la
Iglesia enseña que la muerte entró en el mundo a causa del
pecado del hombre. Aunque el hombre poseyera una naturaleza
mortal, Dios lo destinaba a no morir. Por tanto, la muerte fue
contraria a los designios de Dios Creador, y entró en el mundo
como consecuencia del pecado (Sb 2, 23-24). "La muerte
temporal de la cual el hombre se habría liberado si no hubiera
pecado", es así "el último enemigo" del hombre que debe ser
vencido (1 Co 15, 26).
 La muerte fue transformada por Cristo:. Jesús, el Hijo de
Dios, sufrió también la muerte, propia de la condición humana.
Pero, a pesar de su angustia frente a ella (Mc 14, 33-34; Hb 5, 7-8),
la asumió en un acto de sometimiento total y libre a la voluntad
del Padre. La obediencia de Jesús transformó la maldición de la
muerte en bendición (Rm 5, 19-21).
 El sentido de la muerte cristiana: Gracias a Cristo, la muerte
cristiana tiene un sentido positivo. "Para mí, la vida es Cristo y
morir una ganancia" (Flp 1, 21). "Es cierta esta afirmación: si
hemos muerto con él, también viviremos con él" (2 Tm 2, 11). La
novedad esencial de la muerte cristiana está ahí: por el Bautismo,
el cristiano está ya sacramentalmente "muerto con Cristo", para
vivir una vida nueva; y si morimos en la gracia de Cristo, la
muerte física consuma este "morir con Cristo" y perfecciona así
nuestra incorporación a Él en su acto redentor: «Para mí es
mejor morir en Cristo Jesús que reinar de un extremo a otro de la
tierra. Lo busco a Él, que ha muerto por nosotros; lo quiero a Él,
que ha resucitado por nosotros. Mi parto se aproxima. Dejadme
recibir la luz pura; cuando yo llegue allí, seré un hombre» (San
Ignacio de Antioquía, Romanos 6, 1-2).
«Yo quiero ver a Dios y para verlo es necesario morir» (Santa
Teresa de Jesús,Poesía, 7). «Yo no muero, entro en la vida»
(Santa Teresa del Niño Jesús, Lettre (9 junio 1987). La visión
cristiana de la muerte (1 Ts 4, 13-14) se expresa de modo
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 31
privilegiado en la liturgia de la Iglesia: «La vida de los que en ti
creemos, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse
nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el
cielo. (Misal Romano, Prefacio de difuntos).
La Iglesia nos anima a prepararnos para la hora de nuestra
muerte ("De la muerte repentina e imprevista, líbranos Señor":
Letanías de los santos), a pedir a la Madre de Dios que interceda
por nosotros "en la hora de nuestra muerte" (Avemaría), y a
confiarnos a san José, patrono de la buena muerte: «Habrías de
ordenarte en toda cosa como si luego hubieses de morir.
TEMA Nº 19
CREO EN LA VIDA ETERNA
1. EN EL JUICIO PARTICULAR:
 En el N.T habla del Jucio Final
en la 2da venida de Cristo,
pero también asegura la
existencia de la retribución
inmediata después de la
muerte de cada uno: Lc.16,22
“El buen ladrón” y las
enseñanzas de San Pablo: IICor.5,6-10; Filp.1,21-23; Hb.9,27.
 Los Concilios de Lyón, Florencia y Trento afirman que cada
hombre después de morir, recibe en su alma inmortal su
retribución eterna en un Juicio Particular, para luego ir, bien
al purgatorio directamente a la bienaventuranza del cielo.
2. EL CIELO
La vida perfecta con la Santísima Trinidad;
está comunión de vida y de amor con ella, la
Virgen María, Los Ángeles y los
Bienaventurados se llaman: cielo.
Cielo es la realización de las aspiraciones
más profundas del hombre, el estado
supremo y definitivo de dicha.
Vivir en el cielo es “Estar con Cristo” Jn.14,3;
Tes.4,17.
El cielo es la comunidad de todos los que están incorporados a Cristo.
La biblia nos habla del cielo utilizando imágenes: Vida, Luz,
Banquete, Vino de Reino, Casa del Padre, Jerusalén, Celeste, Paraíso.
“Lo que ni ojo vio, ni oído oyó, ni el corazón del hombre llegó, lo que
Dios preparó para los que le aman” (1Cor.2,9)
3. EL PURGATORIO:
Se llama así a la purificación final de los elegidos, como Doctrina de
FE en los Concilios de Florentino y
Trento, en base a la tradición de la Iglesia
y a ciertos textos bíblicos. Por ejemplo:
1Cor.3,14-15; 1Pe. 1,6-7. Donde hace
mención en la práctica de la oración por
los difuntos, de la que ya habla el A.T en
2Mb.12,41-46. “Por eso mando a Judas
Iscariote a hacer sacrificio expiatorio en
favor de los muertos, para que quedaran
liberados del pecado”
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 32
San Juan Crisóntomo dice: “Si los hijos de Job fueron purificados por
el sacrificio de su Padre (Jb.1,5). ¿Por qué habríamos de dudar de que
nuestras ofrendas por los muertos les lleven consuelo?. No dudemos
en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestra plegarias por
ellos”.
4. EL INFIERNO:
Morir en pecado mortal sin estar
arrepentido rechazando el amor
misericordioso de Dios, significa
permanecer separados de Él para
siempre y por nuestra propia y libre
elección,
A esa autoexclusión Jesús le llama,
infierno, gehena, fuego eterno,
tinieblas exteriores donde habrá
llanto y rechinar de dientes, etc.
Existen muchos textos bíblicos: Mt.5,22-29; 13,41-50: Mc.9,43-48;
Mt.25,4)
Dios no predestina a nadie al infierno, al contrato “Quiere que nadie
parezca sino que todos lleguen a la conversión” (2Pe,3,9).
5. JUICIO FINAL
El juicio Final sucederá
cuando vuelva Cristo Glorioso,
resucitaran todos los muertos,
justos y pescadores (Hch.24,15)
uno para la vida y otros para la
condenación (Jn.5,28-29;
Mt.25,31-46).
Entonces se revelara hasta sus últimas consecuencias todo lo que
cada uno haya hecho de bien o haya dejado de hacer (Jn.12,49).
El mensaje de Juicio Final llama a la conversión y a la esperanza en
los cielos nuevos y las tierra nueva, en que el reino llegara a su
plenitud y los justos reinaran para siempre con Cristo en un mundo
renovado, 2Pe.3,13; Ap.21,1.5; 1Cor.15,22.
AMÉN= CREO Y CONFÍO
Así pues, el "Amén" final del Credo recoge y confirma su primera
palabra: "Creo". Creer es decir "Amén" a las palabras, a las promesas,
a los mandamientos de Dios, es fiarse totalmente de El que es el
Amén de amor infinito y de perfecta fidelidad. La vida cristiana de
cada día será también el "Amén" al "Creo" de la Profesión de fe de
nuestro Bautismo.
Que tu símbolo sea para ti como un espejo. Mírate en él: para ver si
crees todo lo que declaras creer. Y regocíjate todos los días en tu fe
(San Agustín).
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 33
LO QUE DEBEMOS HACER
TEMA Nº01
QUE NOS DICE EL CATECISMO
En el punto 2157 el Catecismo de la Iglesia Católica dice ''El cristiano
comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la
cruz, "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén".
El bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia
del Señor que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre. La
señal de la cruz nos fortalece en las tentaciones y en las dificultades''
QUE ES LA SEÑAL DE LA CRUZ
Es un Signo y un Símbolo, a la vez que un Sacramental.
LO QUE NO ES LA SEÑAL DE LA CRUZ
 Pese a que este signo conlleve un poder sobrenatural
intrínseco, no se trata de un gesto ''mágico''. No debe ser
utilizado como una práctica supersticiosa.
 Independientemente de que nos identifique, no lo utilizamos
como una señal de reconocimiento entre los cristianos. Se
emplea exclusivamente en nuestra relación individual con
Dios; no es cosa para usarse ''entre personas''.
 La Señal de la Cruz hasta puede revelar al ''destinatario'' de
nuestra oración, pero no es una oración en sí. Una cosa no
substituye a la otra. Los ruegos van mejor en las preces.
LA DIFERENCIA ENTRE SANTIGUAR, SIGNAR Y PERSIGNAR
SIGNO Señal que nos revela sensorialmente una realidad y que
nos remite a su percepción intelectual.
SÍMBOLO
Es algo creado para deliberadamente expresar
perceptivamente o representar de forma concisa.
Ejemplo: el Símbolo de los Apóstoles (Credo).
SANTIGUARSE
''En el nombre del Padre, y
del Hijo y del Espíritu
Santo''.
Invocamos a la Santísima Trinidad, al Padre, al
Hijo y al Espíritu Santo, mediante una cruz que la
hacemos y sentimos sobre nosotros, es manifestar
una actitud de humildad y respeto frente a la
Santísima Trinidad al expresarle nuestra
reverencia, adoración y amor.
LA SEÑAL DE LA CRUZ
SIGNARSE
SANTIGUARSE
PERSIGNARSE
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 34
TEMA Nº02
LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS
Este Decálogo que Moisés explicitó a su pueblo en el desierto, por
expreso mandato de Dios, lo dejó grabado en unas tablillas de arcilla,
al estilo de la escritura de aquel tiempo histórico. Ya antes de
promulgar este decálogo "oficialmente" y por escrito, todo hombre,
desde el primero que fue creado, hasta el último que llegará a la
existencia, lo lleva grabado en su corazón, cual sello imborrable.
Forma parte de su conciencia. Todos conocemos de manera clara la
certidumbre lo que es bueno y lo que es malo.
Primera parte de los mandamientos: “AMARAS AL SEÑOR TU
DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA Y CON
TODAS TUS FUERZAS”
Jesús resumió los deberes del hombre para con Dios en estas
palabras: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu
alma y con toda tu mente" (Mt 22,37; Lc 10,27), "...y con todas tus
PERSIGNARSE
Es la combinación de las dos señales anteriores, con la
acción coordinada de signarse (tres cruces pequeñas)
seguida por la de santiguarse (cruz grande).
SIGNARSE “Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros
enemigos, líbranos Señor Dios nuestro”
Esos enemigos a que se hace referencia habitan nuestro ser (malos
pensamientos, soberbia, maledicencias, injurias, rencor, odio, envidia
etc.). Al formar la primera cruz le rogamos a Dios que limpie o purifique
nuestra mente para recibir y entender Su Palabra. Con la segunda cruz
pedimos la purificación de nuestra boca para que con ella solo hablemos
conforme las enseñanzas de la Palabra de Dios y propaguemos su Reino.
Y, con la tercera, que purifique y convierta nuestro corazón para que este
sinceramente abrigue y ame al contenido de la Palabra de Dios.
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 35
fuerzas". Estas palabras siguen inmediatamente a la llamada solemne:
"Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor" (Dt 6,4).
Dios amó primero. El amor del Dios Único es recordado en la
primera de las "diez palabras". Los mandamientos explicitan a
continuación la respuesta de amor que el hombre está llamado a dar
a su Dios
1. AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS: El primer
mandamiento nos pide que
alimentemos y guardemos con
prudencia y vigilancia nuestra fe
y que rechacemos todo lo que se
opone a ella. Hay diversas
maneras de pecar contra la fe.
La duda voluntaria respecto a la
fe descuida o rechaza tener por
verdadero lo que Dios ha revelado y que la Iglesia propone creer. La
duda involuntaria designa la vacilación en creer, la dificultad de
superar las objeciones ligadas a la fe o también la ansiedad suscitada
por la oscuridad de ésta. Si es cultivada deliberadamente, la duda
puede conducir a la ceguera del espíritu.
2. NO USAR EL NOMBRE DE DIOS EN VANO: El segundo
mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor. Pertenece,
como el primer mandamiento, a la virtud de la religión y regula más
particularmente nuestro uso de la palabra en las cosas santas.
Entre todas las palabras de la revelación hay una, singular, que es la
revelación de su Nombre. Dios confía su nombre a los que creen en
él; se revela a ellos en su misterio personal. El don del Nombre
pertenece al orden de la confidencia y la intimidad. "El nombre del
Señor es santo". Por eso el hombre no puede usar mal de él. Lo debe
guardar en la memoria en un silencio de adoración amorosa (Za 2,17).
No lo hará intervenir en sus propias palabras sino para bendecirlo,
alabarlo y glorificarlo (Sal 29,2; 96,2; 113, 1-2).
3. SANTIFICAR LAS FIESTAS: El
día del Señor es el día domingo,
plenitud del sábado. El domingo
se distingue expresamente del
sábado, al que sucede
cronológicamente cada semana,
y cuya prescripción litúrgica
reemplaza para los cristianos.
Realiza plenamente, en la Pascua
de Cristo, la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el descanso
eterno del hombre en Dios. Porque el culto de la ley preparaba el
misterio de Cristo, y lo que se practicaba en ella prefiguraba algún
rasgo relativo a Cristo (1 Co 10,11). Los que vivían según el orden de
cosas antiguo han venido a la nueva esperanza, no observando ya el
sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por
él y por su muerte (S. Ignacio de Antioquía).
La celebración del domingo observa la prescripción moral, inscrita en
el corazón del hombre, de "Dar a Dios un culto exterior, visible,
público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los
hombres" (S. Tomás de Aquino). El culto dominical realiza el
precepto moral de la Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu recoge
celebrando cada semana al Creador y Redentor de su pueblo.
Santificar los domingos y los días de fiesta exige un esfuerzo común.
Cada cristiano debe evitar imponer sin necesidad a otro lo que le
impediría guardar el día del Señor. Cuando las costumbres (deportes,
restaurantes, etc.) y los compromisos sociales (servicios públicos,
etc.) requieren de algunos un trabajo dominical, cada uno tiene la
responsabilidad de un tiempo suficiente de descanso. Los fieles
cuidarán con moderación y caridad evitar los excesos y las violencias
CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 36
engendrados a veces por espectáculos multitudinarios. A pesar de las
presiones económicas, los poderes públicos deben asegurar a los
ciudadanos un tiempo destinado al descanso y al culto divino. Los
patronos tienen una obligación análoga respecto a sus empleados.
Segunda parte de los mandamientos: “AMARÁS A TU PROJIMO
COMO A TI MISMO”
Jesús dice a sus discípulos: "Amaos los unos a los otros como yo os He
amado" (Jn 13,34).
En respuesta a la pregunta que le hacen sobre cuál es el primero de
los mandamientos, Jesús responde: El primero es: “Escucha Israel, el
Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus
fuerza”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No
existe otro mandamiento mayor que estos" (Mc 12,29-31).
El apóstol S. Pablo lo recuerda: El que ama al prójimo ha cumplido la
ley. En efecto, lo de: no adulterarás, no matarás, no robarás, no
codiciarás y todos los demás preceptos, se resumen en esta fórmula:
amarás a tu prójimo como a ti mismo. La caridad no hace mal al
prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud" (Rm 13,8-10).
1. HONRRAR A TU PADRE Y A TU MADRE: El cuarto mandamiento
encabeza la segunda tabla. Indica el orden de la caridad. Dios quiso
que, después de él, honrásemos a nuestros padres, a los que debemos
la vida y que nos han transmitido el conocimiento de Dios. Estamos
obligados a honrar y respetar a todos los que Dios, para nuestro bien,
ha investido de su autoridad.
Este precepto se expresa de forma positiva, indicando los deberes que
se han de cumplir. Anuncia los mandamientos siguientes que
contienen un respeto particular de la vida, del matrimonio, de los
bienes terrenos, de la palabra. Constituye uno de los fundamentos de
la doctrina social de la Iglesia.
El cuarto mandamiento se dirige expresamente a los hijos en sus
relaciones con sus padres, porque esta relación es la más universal. Se
refiere también a las relaciones de parentesco con los miembros del
grupo familiar. Exige que se dé honor, afecto y reconocimiento a los
ancianos y antepasados. Finalmente se extiende a los deberes de los
alumnos respecto a los maestros, de los empleados respecto a los
patronos, de los subordinados respecto a sus jefes, de los ciudadanos
respecto a su patria, a los que la administran o la gobiernan.
2. NO MATARÁS: "La vida
humana es sagrada,
porque desde su inicio
comporta la acción
creadora de Dios y
permanece siempre en
una especial relación con
el Creador, su único fin.
Sólo Dios es Señor de la
vida desde su comienzo
hasta su término; nadie,
en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de
modo directo a un ser humano inocente".
El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la
moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a
la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso
cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal.
3. NO COMETER ACTOS IMPUROS: La sexualidad afecta a todos los
aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y su alma.
Concierne particularmente a la afectividad, la capacidad de amar y de
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  • 1. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 1 CURSO BÁSICO DE DOCTRINA CRISTIANA LO QUE DEBEMOS CREER, HACER INTRODUCCIÓN Tú estás aquí por muchas razones; bajo una visión de fe, de motivación, un querer seguir a Cristo, querer aprender de él, de su doctrina; a comprender lo grandioso y eterno de su amor. Quizá llegaste aquí por invitación de un amigo, una amiga, un pariente, enamorado o enamorada; pero sabes algo… esta persona que te animó a estar sentado aquí fue un tercero que Jesús eligió, pues él se vale de instrumentos y de medios para llamarte y ser TÚ su segundo instrumento. Tú no estás aquí para hacerle un favor a Jesús, él te hizo el inmenso favor de elegirte y ser tú el siguiente que proclame su palabra, y así como hoy, escuches y aprendas de él. Eres importante en tu comunidad, con tus amigos, con tu familia, Dios sabe que serás un buen guía, un buen instrumento y por ello pensó en ti. En este curso, además de tu formación espiritual, se desarrollará lo que conocemos como “Doctrina Cristiana”, es el resumen de las verdades de fe que Jesús y su Padre nos han dejado como guía espiritual, conocerás de lo que debemos creer, los que debemos hacer, lo que debemos pedir y por último lo que debemos recibir. Cristo te pide apertura, humildad, perseverancia y fe. Apertura para dejar que el Espíritu Santo obre en ti; Humildad, para reconocer cuanto ignoras de tu fe; Perseverancia, para llegar hasta el final e ir contra todas las dificultades y/o tentaciones que se te interpondrán y Fe, para que sientas que con su poder TODO, pero TODO es posible. Bendiciones. CONTENIDO TEMÁTICO  Doctrina-Doctrina Cristiana: Concepto  Catecismo de la Iglesia Católica (CIC): Antecedentes.  El Credo: Referencia Histórica  Artículos del Credo: Explicación de los 12 artículos del Credo.  Lo que debemos hacer: Señal de Cruz, Los 10 Mandamientos, Bienaventuranzas, Preceptos de la iglesia, Obras de Misericordia, Virtudes Cardinales y Teologales. PROFESOR: Fortunato Cárdenas Ríos
  • 2. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 2 TEMA Nº 1 DOCTRINA CRISTIANA La fe cristiana no es la única en el mundo, pues existen otras formas de entenderla, dígase así, esquemas morales y otras formas de dar culto a Dios. Por ello presentamos un cuadro que desde la perspectiva cristiana se clasifica a las principales doctrinas religiosas que predican en el mundo. DOCTRINAS NO CRISTIANA DOCTRINAS CRISTIANAS  Judaísmo  Confucianismo  Budismo  Islamismo  Otras  Catolicismo  Ortodoxa  Protestantismo  Anglicanismo Antes de continuar con el tema, es necesario precisar el significado de ciertos términos, para que en lo posterior se sepa de lo que se prescribe. Para todo cristiano católico y en especial para ti amigo (a), que has decidido iniciar el camino del apostolado, es necesario que comprendas la importancia y trascendencia de la doctrina que vas a transmitir. Comprender la trascendencia significa entender que ésta enseñanza procede del mismo Dios, pues así lo revela el mismo Jesucristo “Mi doctrina no es mía sino del que me envió…” (Jn. 7,16). La importancias de esta doctrina radica en el propósito de llevarnos a participar de la vida de Dios de manera perpetua y eterna “En verdad les digo: quien cree en mí tiene la vida eterna…” (Jn. 6,47). La fe cristiana se vive en tres dimensiones, se piensa, se practica y se celebra. Nuestra fe no es un acto irracional, es decir, fe ciega, tampoco son meros enunciados teóricos, sino más bien se practica y se celebra. Por ello la doctrina cristiana encierra, dogma, culto y moral. SE PIENSA SE PRACTICA SE CELEBRA Doctrina--Dogma Vida--Moral Sacramentos--Culto DOCTRINA Es una enseñanza basada en el pensamiento y la experiencia debidamente estructurada por una persona o una escuela filosófica. DOCTRINA CRISTIANA Es un cuerpo de principios religiosos y morales enseñados por Jesucristo. DOCTRINA CATÓLICA Es el conjunto de principios enseñadas por Jesucristo y que han sido estructuradas sobre la base de las Sagradas Escrituras, la tradición apostólica y el magisterio de la Iglesia (conjunto de documentos que se ha producido como resultado de los concilios ecuménicos, las conferencias episcopales, los sínodos, las encíclicas del Papa y los postulados de las escuelas teológicas.)
  • 3. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 3 TEMA Nº 2 EL CATESISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA A continuación tienes dos conceptos respecto al catecismo de la Iglesia católica, para que saques tus conclusiones. ANTECEDENTES DEL ACTUAL CATECISMO El Concilio de Vaticano II (1962-1965) es el primer antecedente del Catecismo que hoy estudiamos, en él se manifiesta el propósito de explicar mejor la doctrina y hacerla más accesible a los fieles. El vigésimo aniversario de la clausura del concilio, el día 25 de Enero de 1985, cuando el Papa Juan Pablo II convocó a un sínodo de obispos, en donde se acuerda redactar un catecismo adaptado a la vida actual de los católicos. Para el cumplimiento de los acuerdos en 1986 el Papa Juan Pablo II confió la redacción del catecismo a una comisión de 12 cardinales y obispos presidida por el cardinal Joshep Ratzinger, para redactar un proyecto de catecismo, esta comisión tenía en paralelo un comité de 7 obispos expertos en Teología y Catequesis, quienes recibieron la responsabilidad de escribir el texto y realizar las modificaciones al proyecto. Pasado un tiempo todo el proyecto fue ampliamente consultado con obispos, en conferencias episcopales, sínodos, institutos de teología y de catequesis en el mundo. ESTRUCTURA U ORDEN: La estructura del actual catecismo, sigue a la del antiguo de San Pío V (1572-1584) inspira en la gran tradición de los catecismos los cuales articulan la catequesis en torno a cuatro pilares, que está de la siguiente manera. EL CREDO La fe como misterio de Dios. LA SAGRADA LITURGIA Los Sacramentos, como firme camino de salvación. EL OBRAR CRISTIANO Los mandamientos, como ley del cristiano. LA ORACIÓN CRISTIANA El Padre Nuestro como la oración por excelencia. VIGENCIA El catecismo es aprobado el día 25 de junio de 1992 por el Papa Juan Pablo II quien ordena su publicación de día 11 de octubre de 1992 al conmemorarse el trigésimo aniversario del Concilio Vaticano II, mismo día de vigencia. C O N C E P T O Síntesis sencilla de la enseñanza de la Iglesia católica. Compendio de los principios esenciales que constituyen la doctrina básica del catolicismo. Estos principios fundamentados en la Tradición apostólica, las Sagradas Escrituras, el Magisterio de la Iglesia y en el legado de los padres y santos de la misma.
  • 4. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 4 TEMA Nº3 EL CREDO CATÓLICO Después de conocer la evolución del Catecismo que es materia de estudio, entraremos a analizar y compartir un punto fundamental de la fe, El Credo; por ello te pedimos leas con atención y sigas las explicaciones del formador. Las dudas que pueda generarte debes manifestarlas, el no hacerlo te desligara del tema. Decir… Respuesta Decir… Significa En este tema daremos respuesta a las interrogantes que se puedan generar. El Credo Católico que todos conocemos es el siguiente. Según el Catecismo de la Iglesia Católica, el Credo es la suma de doce afirmaciones, a las que se denomina, “Profesiones de fe” o “Símbolos de fe”. Con estos nombres se puede referir al credo católico y es estas afirmaciones son las que dan respuesta a las interrogantes antes formuladas. Aunque en Credo Católico fue formalmente establecido desde el Concilio de Trento, sin embargo ya está expresada y trasmitía su propia fe en los orígenes de la iglesia (Rom. H 610,9; 1 Cor. 15,3-5) A pesar que Jesucristo instituyó una sola iglesia, al pasar el tiempo los seguidores de Jesús, los llamados cristianos, han fraccionado la Iglesia Universal. Son muchas las causas por las que la iglesia se ha visto fragmentada, pues han existido razones doctrinales, económicas, sociales e incluso políticas. Por ello en la actualidad la Iglesia primogénita de Jesús, se ha visto en la necesidad de precisar lineamientos a los que se denomina Credo Católico, con el objetivo de diferenciarlo de las demás fracciones cristianas en los últimos tiempos. CREDO CATÓLICO CREDO CATÓLICO ¿En qué creen los cristianos? YO CREO “YO TENGO FE”
  • 5. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 5 EL CREDO ES… ESTRUCTURA DEL CREDO CATÓLICO 1º PARTE 2º PARTE 3º PARTE PADRE CREADOR HIJO REDENTOR ESPÍRITU SANTO, SANTIFICADOR El Credo aborda la síntesis de todo el misterio de la Santísima Trinidad. SAN IRINEO SAN AMBROSIO Al referirse a las tres partes, simboliza: “Los tres capítulos de nuestro sello bautismal” Respecto a los 12 artículos del credo: “Por tradición se acostumbró a construir el Credo compuesto de 12 artículos de fe para simbolizar el número de los 12 apóstoles” Síntesis de toda la sagrada escritura en sus puntos esenciales “Es como un grano de mostaza”. Se encuentra fundamentada en la enseñanza que Jesús da a sus apóstoles. Es indudablemente lo más importante al dárselos como conditio sine qua non para realizar el bautismo y todos los sacramentos “… en el nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo” (Mt. 28,19) ANTECEDENTES HISTÓRICOS A lo largo de la historia de la Iglesia han existido numerosas profesiones o símbolos de la fe. Por ejemplo, se puede mencionar, entro otros, al credo llamado por San Atanasio como “Quinumque” (cualquiera que), a los credos surgidos como fruto de los concilios de Toledo, Letrán, Lyon y Trento o los de ciertos Papas como el “Fides Damasi” o el “Credo del pueblo de Dios” de Pablo VI (1968). Pero la iglesia ha preferido los dos siguientes. FINALIDAD Mantener la unidad de la Iglesia y la unidad de principios. Por ello San Ireneo declara “La iglesia, aunque dispersa por el mundo entero hasta los confines de la tierra, habiendo recibido de los Apóstoles la fe es guardada con cuidado, cree en ella de una manera idéntica, la predica, la enseña y la transmite con una vos unánime” El Símbolo de los apóstoles. Es el que resume la fe que predican los Apóstoles, lo guarda la Iglesia Romana y la rezamos todos los católicos. El Símbolo de Nicea. Constantinopla, data de los años 325-381, lo siguen en oriente y occidente, es más detallado y se rezaba en las misas.
  • 6. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 6 TEMA Nº 4 CREO EN DIOS PADRE TODOPODEROSO, CREADOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA A partir de esta sesión abordaremos el análisis detallado de cada uno de los términos del Credo Católico. Iniciaremos con el primer artículo de fe “Creo en Dios Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra”. “CREO EN DIOS” En este estudio de introducción no se hará demostración filosófica ni teleológica, sin embargo nos apoyaremos en sus aportes para orientar reflexión al respecto. La existencia de Dios no es posible probarla por medios científicos pero sí por medios filosóficos y por sus manifestaciones en la grandeza y complejidad en que ha sido diseñado el universo y el hombre ¿Puede la inteligencia humana o la casualidad crear algo similar? Para continuar con la reflexión, vamos a seguir las orientaciones del catecismo de nuestra iglesia. En él se destacan las siguientes características de Dios: Ú N I C O Dios se revela único, (Dt. 6,4-5; Is. 44,6). Además la razón no puede aceptar dos dioses, porque al hacerlo nos preguntaríamos quién de los dos es más perfecto o poderoso. Y si aceptamos que uno de ellos es el más perfecto o poderoso, entonces aceptamos que ambos son diferentes. Y si son diferentes, a uno le falta lo que el otro tiene. En conclusión ambos serían imperfectos. Dios es infinitamente perfecto por tanto es ÚNICO. La fe cristiana confiesa que hay un solo Dios, por naturaleza, por substancia y por esencia (Concilio de Letrán IV)I N A L T E R A B L E Dios revela su ser con más claridad Moisés diciendo: “Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob” (Ex. 3,6). Esto significa que es inalterable porque se ha mantenido fiel a todas las generaciones de los israelitas. Es el mismo a pesar del paso del tiempo. M I S T E R I O S O Más adelante Dios añade “Yo soy el que soy…”, es decir, “Yavé”; nombre misterioso de Dios. Yo soy, equivale a decir “Estoy siempre presente”. A los israelitas por ejemplo, después que el pueblo adoró al becerro de oro, le promete por medio de Moisés, marchar en medio de ellos, a pesar de su infidelidad. Yo soy, equivale a decir que es la plenitud del ser de toda la virtud o perfección, sin origen ni termino. Mientras todas las criaturas hemos recibido el ser y poseer, Dios es mismo, por eso es la verdad y el amor mismo. Es la primera afirmación y la fundamental de todos los artículos de la fe, puesto que todo se desprende de ello. Es aceptar su existencia DIOS Principio Fin Omega (Ω ω) Alfa (Α α) Para los filósofos, cristianos y pagamos ha sido materia de preocupación en lo que se refiere aprobar la existencia de Dios.
  • 7. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 7 TEMA Nº 5 EL PADRE TODOPODEROSO En esta sesión analizaremos términos prescritos en el Credo, exactamente: “Padre Todopoderoso”, para su estudio ocuparemos primero de “Padre” y “Todopoderoso”, PADRE La invocación de Dios como “padre”, es conocido en muchas religiones, debido a que la divinidad es considerada con frecuencia como “Padre de los Dioses y de los hombres” En Israel, Dios es llamado Padre en cuanto creador del mundo (Dt. 32,6); en razón de la alianza y el don de la ley dada a ellos (Ex. 4,22); es Padre de los huérfanos y de la viuda (Sal. 68,6). A M O R El pueblo de Israel es el principal testigo del amor gratuito de Dios, porque fue escogido como pueblo suyo y fue protegido como constantemente (Is. 43,1-7). El amor de Dios a Israel es comparado al de su padre (Os. 11,1), ms fuerte que el de una madre (Is. 49,14), más que el de un esposo a su amada (Is. 62, 4-5) y vence las peores infidelidades (Ez. 16), llegado, incluso, hasta el don más precioso como el de dar la propia vida “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su hijo único” (Jn. 3,16) V E R D A D Su palabra es verdadera (Sal. 199.16) y sus promesas también, la prueba principal de ello es que sus promesas se realizan siempre (Dt. 7,9). La verdad de Dios es su sabiduría que rige el orden de la creación y gobierna el mundo (Sal. 13,1-9). Dios es verdad por su enseñanza que es una doctrina de verdad (Mt. 2,6). Además envía a su hijo para testimonio de la verdad (Jn. 18,8) San Juan fue más directo al afirmar: “Dios es Amor y el que no ama no conoce a Dios” (1Jn. 4,8) DIOS como PADRE Dios es origen de todo y autoridad trascendente. Dios es bondad y solicitud amorosa para todos sus hijos Cuando aceptamos a Dios como padre, estamos aceptándolo como creador de nuestro ser y de todo lo que existe. Lo mismo sucede con tus padres, cuando asumes que ellos lo son, es porque los aceptas como procreadores. Se refiere a la función paterna, dado que es natural que un padre, proporcione amor y bondad a sus hijos
  • 8. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 8 Jesús a revelado que Dios es Padre en relación a su hijo único que, recíprocamente lo es en relación a su Padre (Mt. 11,27). Al respecto el Concilio de Nicea (325) confiesa que “el Hijo es consustancial al Padre, es decir un solo Dios con él. El Concilio de Constantinopla (381) añade “Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre”. Con esto la Iglesia reconoce al Padre como la fuente y origen de toda la divinidad. San Agustín concluye mencionando: “El espíritu Santo procede del Padre en cuanto fuente primera y, por el don eterno de éste el hijo, del Padre y del Hijo en comunión” TODOPODEROSO Dios es omnipotente, es decir, todopoderoso, este es uno de los atributos divinos que se destaca en el Credo. Las Sagradas Escrituras confiesan el poder de Dios y lo hacen prescribiendo lo siguiente:  El poderoso de Jacob (Gen. 49, 24)  El Señor de los ejércitos, el valeroso, el fuerte (Sal. 24,8- 10)  Dios dispone a su voluntad, de su obra (Jn. 27,5)  El actuar con inmenso poder, siempre está en tu mano. ¿Quién podrá resistir la fuerza del brazo?... Te compadeces de todos…porque lo puedes todo…” (Sab. 11,21-23).  También se puede encontrar más expresiones respecto al poder de Dios en: Gen.35,11;48,3 - 2Cor.6,18 - Mt.19,26 - Mc.14,36 Es conveniente mencionar que la omnipotencia divina no es en modo alguno arbitrario, es decir, que no le importa la libertad del hombre. Lo fundamental de la omnipotencia de Dios está en su PODER pues se muestra en su MISERICORDIA, al perdonar nuestros pecados. Por ello Santo Tomás de Aquino enseña: “En Dios el poder y la esencia, la sabiduría y la justicia, son una sola, de suerte que nada puede haber en el poder divino que no pueda estar en la justa voluntad de Dios o en la sabia inteligencia. Para culminar respecto al Poder de Dios conviene distinguir lo sig. : OMNIPOTENCIA DE DIOS UNIVERSAL Dios rige todo y lo puede todo en el mundo y más allá de este mundo, es decir, el universo. AMOROSA Dios es nuestro Padre, lo que se entiende como varón que no solo participa en la concepción de un hijo, sino también lo protege y lo prepara para afrontar el mundo. MISTERIOSA Porque solo la fe puede descubrirla. (2Cor, 12,9) PODER PASIVO Es estar en potencia o capacidad para recibir, Dios no está en potencia ni puede recibir nada de nada, por tanto en esto Dios es por esencia impotente.
  • 9. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 9 Trata de establecer la razón para la justa inteligencia de la verdad. La perspectiva cristiana ha resuelto las cuestiones del origen y fin, en base a la revelación del mismo Dios por medio de su palabra “El universo fue formado por la palabra de Dios de manera que lo que se ve, resultase de lo que no aparece…” (Heb.11,13). “Dios se revela como aquel a quien le aparecen todos los pueblos de la tierra, como el único Dios que crea el cielo y la tierra…” (Sal. 115,15; 124,8; 134,3). TEMA 6: DIOS CREADOR Para hablar de Dios, conviene remitirse a la fuente bíblica; así tenemos que en Sal. 18,2 se lee “El firmamento anuncia la obra de tus manos…”; Apo. 4,11 afirma: “Tú creaste todas las cosas con tu poder…” y Gen. 1,1 reafirma: “En el principio Dios creó al cielo y la tierra…” Como puedes apreciar en los fragmentos bíblicos anteriores, Dios es el creador, es decir, el que hizo todo cuanto existe. Lo que ha creado Dios recibe el nombre de creación pero… La catequesis sobre la creación es de importancia capital porque es la respuesta cristiana a las preguntas básicas de todos los hombres: ¿De dónde venimos? ¿Cuál es nuestro origen? ¿De dónde viene y hacia dónde va todo lo que existe? Las dos cuestiones de origen y fin, son inseparables y decisivas para el sentido y orientación de nuestra vida y nuestro obrar. La búsqueda de una respuesta a estas cuestiones es inherente al hombre; a lo largo de la historia muchos filósofos y científicos se han ocupado y se siguen ocupando de asuntos con el común denominador; el uso de la razón. FE CRISTIANA LA CREACIÓN La obra común de la Santísima Trinidad, esto es, del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. El apóstol Juan en su evangelio cap. 1,1-3 dice que todo fue hecho en el verbo, igual lo manifiesta San Pablo en su carta a los Colosenses 1,16-17. El Concilio de Niceo, denomina al Espíritu Santo como “Dador de vida”, Santo Tomás agrega “Abierta su mano con la llave del amor, surgieron todas las criaturas” y, finalmente, San Ireneo concluye “Solo existe un Dios… ha hecho todas las cosas por sí mismo, es decir su verbo, por su sabiduría, por el Hijo y por el Espíritu que son como sus manos” Es¿QUÉ ES LA CREACIÓN? San Pablo a los Corintios. 8, 18-23 “La creación es el comienzo de la historia de la salvación que culmina en Cristo, que constituye la creación…” PODER ACTIVO Quiere decir, virtud capaz de producir y comunicar. Dios es el que produce, actúa o crea, por ello que este tipo de poder es lo característico de Dios. PODER SOBRE LO POSIBLE ACTIVO Es absurdo y contradictorio lo es tanto como pedir la existencia de una círculo o que una cosa exista o no exista a la vez.
  • 10. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 10 FINALIDAD DE LA CREACIÓN El misterio de la creación comprende las siguientes verdades. 1. Dios crea por sabiduría y por amor 2. Dios crea de la nada. 3. Dios crea un mundo ordenado y bueno (Sal. 8,2; 145,3). 4. Dios mantiene y conduce la creación (Sab.11,24-26). Respecto a esto, Lucas en Hechos de Apóstoles escribe: “En él vivimos, nos movemos y existimos (He. 17,28). San Agustín agrega: “Dios está por encima de lo más ato que hay en mí y está en lo más hondo de mi intimidad” 5. Todo ha sido creado no en forma acabada sino en estado de vía hacía una perfección a la que Dios le destinó mediante su divina providencia (Jesús lo anuncia en Mt. 6,31-33) y el Apóstol Pedro también lo reafirma en 1Pe.5- ) TEMA 7 CIELO Y TIERRA Hablar de la tierra, no es complicado mientras que, hablar del cielo, es acercarnos a uno de los misterios más grandes de la doctrina cristiana. Seguro te has preguntado más de una vez sobre ello, en esta sesión analizaremos ciertos elementos para comprender el significado de estos términos y/o misterios. Dado que el cielo es el lugar propio de los ángeles, conviene entonces abordaremos este término: ¿Quiénes son los ángeles? El Concilio Vaticano II afirma, “El mundo ha sido creado para la gloria de Dios, según la escritura y la tradición...”. San Buenaventura, explica “Dios ha creado todo no para aumentar su gloria, sino para comunicarla y manifestarla. El fin último de la creación que es Dios, creador de todos los seres, se hace por fin todo en todas las cosas (1Cor.15,28) procurando al mismo tiempo su gloria y nuestra felicidad (Ad Gentes 2) “El firmamento” (Sal.19,2), “El lugar propio de Dios” (Mt.5,16), “La gloria escatológica” o el “Lugar de los ángeles que rodean a Dios”, San Pablo dice: En Jesús fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles. (Col.1,16) En las Sagradas Escrituras: “Todo lo que existe” “El mundo de los hombres” (Sal.115.16) CIELO TIERRATodo lo invisible Todo lo visible
  • 11. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 11 LOS ÁNGELES San Agustín dice: “El hombre de ángel indica su oficio, más no su naturaleza: si me preguntan por su naturaleza, te diré que es un espíritu; si me preguntas por lo que hace, te diré que es un ángel”. Por tanto se le conoce como el agente de las órdenes de Dios que están atentos a la voz de su palabra (Sal.103,20) Jesús se refiere a los ángeles, en relación a la función que éstos cumplen; Mt.18,10 prescribe “Contemplan constantemente el rostro de mi Padre que está en los cielos…”. En otro texto bíblico se lee: “Cuando el hijo del hombre venga en su gloria acompañado de todos sus ángeles…” (Mt.25,31). Como se puede apreciar en estas breves muestras, los ángeles cumplen la función de servidores, a ellos los encontramos en los principales acontecimientos de la historia de la salvación, así por ejemplo en la Anunciación a María (Mc. 16,5), en los sueños de José cuando éste quería abandonar a María, el día que nació Jesús cuando conducían a los pastores, en el mismo sepulcro anunciando la resurrección de Jesús, etc. En el Catecismo de la Iglesia… La interdependencia de las criaturas es querida por Dios y la belleza del universo, su orden y armonía derivan de la interrelación entre ellos y constituyen la admiración de los sabios. Dentro del orden y armonía derivan de la interrelación entre ellos y constituyen la admiración de los sabios. Dentro del orden y armonía del universo Dios ha querido destacar la importancia del Hombre y la jerarquía de las criaturas está expresada en el orden de los seis días, puesto que primero se tuvo que preparar el ambiente para que el hombre llegará (el paraíso). Jesús resalta la primacía del Hombre (Mt.12,12 y Lc.12,6) MUNDO VISIBLE Se refiere a la realidad que existe fuera de nosotros, independientemente de nosotros y que está constituid por el universo y el orden y armonía que en este existe; dentro de este universo se encuentra el Hombre y toda con todas sus implicancias individuales y colectivas. Sin embargo, es necesario enfatizar que este mundo visible está en relación a su creador, es decir que no ha surgido por sí mismo ni que es producto de la casualidad. “Nada existe que no deba su existencia a Dios su creador, pues toda criatura posee su bondad y su perfección propias del creador…” La idea del Ángel de la guarda, tampoco escapa a la función de servidor. Al respecto San Bacilio, enseña que cada cristiano tiene a su lado un ángel como protector y pastor para conducirlo en la vida.
  • 12. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 12 EL HOMBRE Es la cumbre de la obra de la creación (Gen. 1,27); en su propia naturaleza une al mundo espiritual con el material, es decir, en él se integra la materia y el espíritu. De todas las criaturas visibles es el único capaz de conocer y amar a su creador y es la única a la que Dios ama por sí misma; sólo él está llamado a participar en la vida de Dios por la gracia, es decir, por la voluntad y la complacencia del mismo Dios. Debido al mismo origen (Dios), el género humano forma una unidad y por ello que las discriminaciones entre los hombres no tiene sentido; es en razón de este mismo origen en que se fundamenta todo sentido de la solidaridad humana. En cuanto persona, el hombre está constituido por alma y cuerpo que forman una sola naturaleza humana. El alma espiritual no es producida por los padres, sino creada por Dios; ésta es inmortal y no perece al separarse del cuerpo en la muerte y se unirá de nuevo en la resurrección final. TEMA 8: “EN JESUCRISTO, SU ÚNICO HIJO, NUESTRO SEÑOR” El segundo artículo del Credo es el centro de la fe cristiana. El Dios confesado en el primer artículo es el Padre de Jesús, Ungido por el Espíritu Santo como Salvador del mundo. Jesús: Jesús quiere decir en hebreo: "Dios salva". En el momento de la anunciación, el ángel Gabriel le dio como nombre propio el nombre de Jesús que expresa a la vez su identidad y su misión (Lc 1, 31). Ya que "¿quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios?"(Mc 2, 7), es Él quien, en Jesús, su Hijo eterno hecho hombre "salvará a su pueblo de sus pecados" (Mt 1, 21). En Jesús, Dios recapitula así toda la historia de la salvación en favor de los hombres. El nombre de Jesús significa que el Nombre mismo de Dios está presente en la Persona de su Hijo (Hch 5, 41; 3 Jn 7) hecho hombre para la Redención universal y definitiva de los pecados. Él es el Nombre divino, el único que trae la salvación (Jn 3, 18; Hch 2, 21) y de ahora en adelante puede ser invocado por todos porque se ha unido a todos los hombres por la Encarnación (Rm 10, 6-13) de tal forma que "no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos" (Hch 4, 12; Hch 9, 14). La Resurrección de Jesús glorifica el Nombre de Dios "Salvador" (Jn 12, 28) porque de ahora en adelante, el Nombre de Jesús es el que manifiesta en plenitud el poder soberano del "Nombre que está sobre todo nombre" (Flp 2, 9). Los espíritus malignos temen su Nombre (Hch 16, 16-18; 19, 13-16) y en su nombre los discípulos de Jesús hacen milagros (Mc 16, 17) porque todo lo que piden al Padre en su Nombre, Él se lo concede (Jn 15, 16). El Nombre de Jesús está en el corazón de la plegaria cristiana. Todas las oraciones litúrgicas se acaban con la fórmula Per Dominum nostrum Jesum Christum... ("Por nuestro Señor Jesucristo..."). El "Avemaría" culmina en "y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús".
  • 13. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 13 Hijo único de Dios: Hijo de Dios, en el Antiguo Testamento, es un título dado a los ángeles (Dt 32, 8; Jb 1, 6), al pueblo elegido (Ex 4, 22; Os 11, 1; Jr 3, 19; Si 36, 11; Sb 18, 13), a los hijos de Israel (Dt 14, 1; Os 2, 1) y a sus reyes (2S 7, 14; Sal 82, 6). Significa entonces una filiación adoptiva que establece entre Dios y su criatura unas relaciones de una intimidad particular. Cuando el Rey-Mesías prometido es llamado "hijo de Dios" (1 Cro 17, 13; Sal 2, 7), no implica necesariamente, según el sentido literal de esos textos, que sea más que humano. Los que designaron así a Jesús en cuanto Mesías de Israel (Mt 27, 54), quizá no quisieron decir nada más (Lc 23, 47). No ocurre así con Pedro cuando confiesa a Jesús como "el Cristo, el Hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16) porque Jesús le responde con solemnidad "no te ha revelado esto ni la carne ni la sangre, sino mi Padre que está en los cielos" (Mt 16, 17). Paralelamente Pablo dirá a propósito de su conversión en el camino de Damasco: "Cuando Aquel que me separó desde el seno de mi madre y me llamó por su gracia, tuvo a bien revelar en mí a su Hijo para que le anunciase entre los gentiles..." (Ga 1,15-16). "Y en seguida se puso a predicar a Jesús en las sinagogas: que él era el Hijo de Dios" (Hch 9, 20). Este será, desde el principio (1 Ts 1, 10), el centro de la fe apostólica (Jn 20, 31) profesada en primer lugar por Pedro como cimiento de la Iglesia (Mt16, 18). Si Pedro pudo reconocer el carácter transcendente de la filiación divina de Jesús Mesías es porque éste lo dejó entender claramente. Ante el Sanedrín, a la pregunta de sus acusadores: "Entonces, ¿tú eres el Hijo de Dios?", Jesús ha respondido: "Vosotros lo decís: yo soy" (Lc 22, 70; Mt 26, 64; Mc 14, 61). Ya mucho antes, Él se designó como el "Hijo" que conoce al Padre (Mt 11, 27; 21, 37-38), que es distinto de los "siervos" que Dios envió antes a su pueblo (Mt 21, 34-36), superior a los propios ángeles (Mt 24, 36). Distinguió su filiación de la de sus discípulos, no diciendo jamás "nuestro Padre" (Mt 5, 48; 6, 8; 7, 21; Lc 11, 13) salvo para ordenarles "vosotros, pues, orad así: Padre Nuestro" (Mt 6, 9); y subrayó esta distinción: "Mi Padre y vuestro Padre" (Jn 20, 17). Los evangelios narran en dos momentos solemnes, el Bautismo y la Transfiguración de Cristo, que la voz del Padre lo designa como su "Hijo amado" (Mt 3, 17; 17, 5). Jesús se designa a sí mismo como "el Hijo Único de Dios" (Jn 3, 16) y afirma mediante este título su preexistencia eterna (Jn 10, 36). Pide la fe en "el Nombre del Hijo Único de Dios" (Jn 3, 18). Esta confesión cristiana aparece ya en la exclamación del centurión delante de Jesús en la cruz: "Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios" (Mc 15, 39), porque es solamente en el misterio pascual donde el creyente puede alcanzar el sentido pleno del título "Hijo de Dios". II. Cristo: Cristo viene de la traducción griega del término hebreo "Mesías" que quiere decir "ungido". Pasa a ser nombre propio de Jesús porque Él cumple perfectamente la misión divina que esa palabra significa. Este debía ser por excelencia el caso del Mesías que Dios enviaría para instaurar definitivamente su Reino (Sal 2, 2; Hch 4, 26-27). El Mesías debía ser ungido por el Espíritu del Señor (Is 11, 2) a la vez como rey y sacerdote (Za 4, 14; 6, 13) pero también como profeta (cIs 61, 1; Lc 4, 16-21). Jesús cumplió la esperanza mesiánica de Israel en su triple función de sacerdote, profeta y rey. El ángel anunció a los pastores el nacimiento de Jesús como el del Mesías prometido a Israel: "Os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor" (Lc 2, 11). Desde el principio él es "a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo"(Jn 10, 36), concebido como "santo" (Lc 1, 35) en el seno virginal de María. José fue llamado por Dios para "tomar consigo a María su esposa" encinta "del que fue engendrado en ella por el Espíritu Santo" (Mt 1, 20) para que Jesús "llamado Cristo" nazca de la esposa de José.
  • 14. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 14 Señor: En la traducción griega de los libros del Antiguo Testamento, el nombre inefable con el cual Dios se reveló a Moisés (Ex 3, 14), YHWH, es traducido por Kyrios ["Señor"]. Señor se convierte desde entonces en el nombre más habitual para designar la divinidad misma del Dios de Israel. El Nuevo Testamento utiliza en este sentido fuerte el título "Señor" para el Padre, pero lo emplea también, y aquí está la novedad, para Jesús reconociéndolo como Dios (1 Co 2,8). El mismo Jesús se atribuye de forma velada este título cuando discute con los fariseos sobre el sentido del Salmo 109 (Mt 22, 41-46; también Hch 2, 34-36; Hb 1, 13), pero también de manera explícita al dirigirse a sus Apóstoles (Jn 13, 13). A lo largo de toda su vida pública sus actos de dominio sobre la naturaleza, sobre las enfermedades, sobre los demonios, sobre la muerte y el pecado, demostraban su soberanía divina. Bajo la moción del Espíritu Santo, expresa el reconocimiento del misterio divino de Jesús (Lc 1, 43; 2, 11). En el encuentro con Jesús resucitado, se convierte en adoración: "Señor mío y Dios mío" (Jn 20, 28). Entonces toma una connotación de amor y de afecto que quedará como propio de la tradición cristiana: "¡Es el Señor!" (Jn 21, 7). TEMA 9: FUE CONCEBIDO POR OBRA Y GRACIA DEL ESPIRITU SANTO Según el plan de salvación, necesariamente, el Hijo (2da persona de la Santísima Trinidad) tenía que aparecer entre los hombres para hacer visible la imagen de Dios. Hasta antes de Jesús, nadie ha logrado ver el rostro de Dios, pero gracias a su venida, esto si fue posible. Entonces, El Hijo, debía encarnarse, es decir, tomar forma humana para aparecerse entre todos los seres humanos y compartir su naturaleza. ¿Cómo fue eso? Esto es uno de los más grandes misterios de nuestra Fe. La Encarnación: Sobre esto, la Biblia y los Santos explican el significado de este acontecimiento. El Apóstol Juan dice: “En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; mandó a su único hijo para que vivamos por medio de Él” (1 Jn 3, 16). El Apóstol Pedro, por su parte, afirma: “El verbo se encarnó para ser modelo de santidad… y para hacernos partícipes de la naturaleza divina” (2Pe 1,4). Esto tiene mucha similitud con la afirmación de San Atanacio “El Hijo de Dios se hizo hombre para hacernos Dios”. Cristo es verdadero Dios y verdadero Hombre: Debido a que la encarnación de Jesús es realmente un misterio, por ello a lo largo del tiempo han surgido diversas opiniones respecto a su naturaleza; algunos que confían en la revelación bíblica y otros que la cuestionan. Para evitar todo esto, la Iglesia a través de sus concilios ha precisado la verdad respecto a la naturaleza de Jesús.  Concilio de Nicea (325 D.C.): El primero de la Historia Eclesiástica, se definió que “El hijo de Dios es engendrado, no creado y es de la misma naturaleza del padre”.
  • 15. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 15 Concebido por obra y gracia del Espíritu Santo: Anteriormente hicimos la pregunta ¿Cómo es que se produjo la Encarnación? La respuesta quizá está aquí. La Encarnación se dio mediante el poder el Espíritu, por eso el Ángel le dice a María: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti…” (Lc 1, 35). Por Fe sabemos que el Espíritu Santo tiene poder para ello. A lo largo de la historia de la Salvación vamos a encontrar de manera cooperante al Hijo y al Espíritu Santo. La Misión de este último esta siempre unida y ordenada a la del Hijo (Jn 16, 12 – 15). Si no, verificar en nuestra Biblia las siguientes citas: Lc 1, 35; Jn 16, 12 – 15; Jn 1, 31 – 34; Hch 10, 38. TEMA 10 NACIÓ DE SANTA MARÍA VIRGEN En efecto, el credo es categórico al afirmar que María es la madre de Jesús. Esta afirmación se hace necesaria debido a que existen variadas opiniones, a veces tendenciosas que no siempre dan el sitial que le corresponde. María fue predestinada para ser la Madre de Jesús, que concibió a su hijo libre de pecado, es decir, conservando su pureza, y por tanto, su maternidad divina. DOGMAS MARIANOS LA PREDESTINACIÓN DE MARÍA Predestinar “Pre” --+ antes, “Destino”--+ ruta o curso de la vida urs Es entonces, señalar la ruta o curso de la vida, mucho antes de que aparezca o sea engendrada.  Concilio de Efeso (431 D.C.): No solo avala el anterior sino que proclama que María es la Madre de Dios.  Concilio Vaticano II (1960 D.C.): Afirma “El Hijo de Dios trabajó con manos de hombre, pensó, con inteligencia de hombre, obró con voluntad de hombre, amó con corazón de hombre…El nacido de la Virgen María, se hizo verdaderamente uno con nosotros, excepto en el pecado”.  Concilio de Calcedonia (451 D.C.): Afirma que Jesús es el perfecto en la humanidad y perfecto en la humanidad, es decir, es verdadero Dios y verdadero Hombre; consustancial con el padre y con nosotros.  Concilio de Constantinopla (681 D.C.): Enseña que Cristo tiene posee dos voluntades y dos operaciones naturales; divinas y humanas, no opuestas sino cooperantes. Pero la voluntad humana sigue a la divina. Con esto la Iglesia confiesa así, que Jesús es inseparablemente verdadero Dios y verdadero Hombre. Se hizo hombre sin dejar de ser Dios. Es persona divina (2da de la trinidad) pero con naturaleza humana (tomada de María). Jesús asume el alma humana racional con todas sus operaciones y el cuerpo humano también con todas sus operaciones. Al respecto, San Pablo deja constancia diciendo: “Jesús es en todo semejante a nosotros, excepto en el pecado” (Hbr. 4,15) y San Lucas asegura que Jesús se desenvolvía en las condiciones de su tiempo y de su espacio, al afirmar “Jesús crecía en sabiduría, en estatura y en gracia…” (Lc 2, 52)
  • 16. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 16 La maternidad Divina no es una maternidad común y corriente, pues María concibió al hijo de DIOS y de allí el término de “divina”. Al anuncio de que ella dará a luz al “hijo del altísimo”. María respondió con fe y obediencia “He aquí la esclava del señor”, hágase en mí según tu palabra” Los padres antiguos decían: “El nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen María por su fe” La iglesia siempre ha repetido: “La muerte por Eva, la vida por María” para descartar el gran servicio que ésta mujer le ha dado a la humanidad. Pues bien, desde toda la eternidad Dios escogió a una hija de Israel para ser la madre de su hijo: “Una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David, el nombre de la virgen era María” (Lc.1.26). Dios así lo quiso y por eso a lo largo de toda la antigua alianza, la misión de María fue preparada por algunas mujeres como Sara, Ana, Dévora, Rut, Judit, Esther entre otras. LA INMACULADA CONCEPCIÓN Inmaculada “In” --+ sin, “Macula”--+ mancha urs María no solamente fue predestinada sino que también fue “preservada” del pecado original. En el momento de la anunciación el Ángel Gabriel saluda a María diciéndole “Llena eres de gracia…” (Lc.1,28) y estar en “gracia” significa estar libre de pecado. La iglesia a lo largo de los siglos ha tomado conciencia de esto y sostiene que María fue redimida desde su concepción; por ello que el Papa Pío IX proclama el dogma mencionando: “María preservada inmune de toda mancha de pecado original en el primer instante de su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en atención a los meritos de Cristo” LA MATERNIDAD DIVINA Los evangelios también destacan la figura de María llamándola “La Madre de Jesús” (Jn. 2,1; Mt.13,55) y la “Madre de mi Señor” como se encuentra en (Lc.1,43) Por esta y por muchas otras, María es verdaderamente madre de Dios, porque Jesús, el SEÑOR, no es otro que el Hijo Eterno del Padre, la segunda persona de la Santísima Trinidad LA VIRGINDAD DE MARÍA Jesús fue concebido sólo por obra y gracia del Espíritu Santo, sin la intervención del elemento humano masculino. Dice el Ángel a José: “Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo” (Mt. 1,20). La iglesia ve en esto el cumplimiento de la Profecía de Is. 7,14: “He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo” Desde las primeras formulaciones de la fe cristiana, la iglesia ha confesado esta verdad ante la incredulidad de alguno. Por eso San Ignacio de Antioquía ya daba testimonio al respecto: “El príncipe de este mundo ignoró la virginidad de María y su parto, así como la muerte del Señor: tres misterios resonantes que se realizaron en el silencio de Dios”
  • 17. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 17 La virginidad de María manifiesta o expresa la iniciativa absoluta de Dios en la Encarnación. María es virgen porque su virginidad es el signo de su fe no adulterada por duda alguna y su entrega total a la voluntad de Dios. Ella es a la vez virgen y madre porque así lo quiso Dios y porque ella es la más perfecta realización en la Iglesia que también es madre que guarda felicidad a Cristo. TEMA 11 PADECIÓ BAJO EL PODER DE PONCIO PILATO, FUE CRUCIFICADO MUERTO Y SEPULTADO. PONCIO PILATO FUE CRUCIFICADO… La crucifixión era costumbre a decir mejor, era parte del sistema penitenciario de Roma. Es Sanedrín institución india. La condena y la pena de muerte por blasfemo (Mt.26,64-66; Mc.3,61) y por tanto es lógico y procedente la forma de ejecución como si fuera un pagano. Además le acusan de revoltoso político (Lc.23,2) y presionan con amenazas políticas a Pilato. El Sanedrín manipula a una muchedumbre para que grite ¡Crucifícalo!.... pero no todo el pueblo judío participó de ello. Esto mismo hace pensar que no todos los judíos son responsables colectivamente de la crucifixión del Señor. MUERTO Y SEPULTADO: La iglesia enseñando siempre que todos los pescadores somos los autores de la pasión y muerte de Cristo. Ya San Pablo enseña que “Crucifican de nuevo al hijo de Dios y le exponen la infancia pública” los que se sumergen en el desorden y en el mal” (Hbr.6,6) San Francisco de Asís decía: “Los demonios no son los que le han crucificado, eres tu quien con ellos lo han crucificado y lo sigues crucificando todavía deleitándote en los vicios y pecados” “La mente redentora de Cristo no fue del azar, sino que pertenece al misterio del designio de Dios” (Hch.2,23). Pero esto no significa que todos los que entregaron a Jesús fuesen solamente ejecutores pasivos puesto que en la predestinación incluye también la respuesta libre de cada hombre. Dios ha permitido los actos nacidos de la ceguera humana para realizar su designio de salvación (Mt.26,54; Jn.18,36; Hch.3,17- 18). San Pedro lo explica y resume. Habéis sido resultados de la conducta necia heredada de nuestros padre con la sangre precioso de Cristo predestinado antes de la creación (1Pe.1,15-20). Y respecto a la predestinación de la misión de Jesucristo San Pablo también dice: “A quien no conoció pecado Dios le hizo pecado por nosotros para que viniésemos a ser justicia de Dios en ÉL” (2Cor.2,21). En otra parte agrega: “Dios no perdona a su prójimo Hijo antes bien lo entregó por todos nosotros para ser reconciliados en si amor” (Rom.8,32.5.10). Es un personaje que representa el poder político y militar del sistema opresor de ese tiempo, es decir, el imperio romano. Palestina, a partir de Jesús, fue invadida y sometida por Pompeyo desde el año 63 a.C y por aquellos años Poncio Pilato es el procurador romano que ha quedado como prototipo de la autoridad cobarde, incapaz e injusta. Este personaje representa también al sistema político que impera en las colonias romanas.
  • 18. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 18 “La muerte de Cristo es el sacrificio único y definitivo es el sacrificio de la nueva alianza” (1Cor.11,25). Es el único porque no hay ofrecimiento tal que pueda comparársele y es definitivo porque con Él se terminan los sacrificios cruentos o sangrientos para agradar a Dios. “Jesús reemplaza nuestra desobediencia por su obediencia” (Rom.5,19) y en la cruz consuma su sacrificio. El Concilio de Trento dice: “Pero su sacratísima pasión en el madero de la cruz, nos mereció la justificación”. TEMA Nº12 DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS, AL TERCER DÍA RESUCITÓ ENTRE LOS MUERTOS CRISTO DESCENDIÓ A LOS INFIERNOS LA BIBLIA En la Biblia, también existen frecuentes afirmaciones respecto a que Jesús resucitó entre los muertos. (Hch.3,15; Rom.8,11; 1Cor.15,20). Esto presupone que Cristo permaneció en la morada de los muertos porque conoció la muerte y se reunió con los demás muertos pero descendió como salvación proclamando la buena nueva a los espíritus que estaban privados de Dios (Pe.3,18-19; Sal.6,6; 88,11-13). Por otro lado los Concilios han enseñado que Cristo descendió a los infiernos para liberar a las almas que siempre esperaron a su liberador. No bajó para liberar a los condenados, ni para destruir el infierno, sino para liberar a los justos (Ez.32,17-32; Mt.27,52) Sobre este mismo asunto San Pedro afirma: “Hasta a los muertos ha sido anunciada la buena nueva” (1Pe.4,6) En adelante Cristo resucitado “tiene las llaves de la muerte y hades y “Al nombre de Jesús se dobla toda rodilla en el cielo, en la tierra y en los abismo” (Fip.2,10). SU RESURRECCIÓN La resurrección de Jesús es el acontecimiento histórico más trascedente, es la verdad culminante de nuestra fe en él. Es la verdad central, creída y vivida por la comunidad cristiana y trasmitida como fundamental por la Sagrada Tradición a la Liturgia. Ya San Pablo en el año 56 escribe a los Corinitos sobre esta fe en Cristo resucitado que él también ha recibido (1Cor.15,14). “Durante el tiempo que Cristo permaneció en el sepulcro su persona divina continuo asumiendo tanto su alma como su cuerpo, separados por la muerte. Por eso el cuerpo muerto de Cristo no conoció la corrupción” (Hch.13,37; Rom.6,4; Col.2; Ef.5,26). “SHEDE” “HADES” Llama infierno o a la morada de los muertos o región inferior de la tierra. (Flp.2,10; Hch.2,24; Ef.4,9-10).
  • 19. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 19 Otra gran verdad es que la divinidad de Jesús queda confirmada por su resurrección. Con este acto demostró que es hijo de Dios y Dios mismo. “Hay un doble aspecto en este misterio pascual por muerte nos libera del pecado, por su resurrección nos abre el acceso a un nueva vida” (Rom.4,25; 6,4; Ef.2,4-5; 1Pe.1,3) Por último “La resurrección de Cristo es el principio y fuente de nuestra resurrección futura” (1Cor.15,20-22). “Cristo es el principio de nuestra propia resurrección, va desde ahora, por la justificación de nuestra alma” (Rom.6,4) y más tarde “Por la purificación de nuestro cuerpo” (Rom.8,11). TEMA Nº13 SUBIÓ A LOS CIELOS Y ESTÁ SENTAD A LA DERECHA DE DIOS PADRE, TODOPODEROSO. ENSEÑANZA DE LA IGLESIA En términos eclesiales el hecho que menciona el sexto articulo del Credo se le conoce con el nombre de ASCENSIÓN, es decir Jesús subió a los cielos. Aquel día de la ascensión es el último en que los hombre pudieron ver su rostro por ello resulta pertinente decir que “La última aparición de Jesús termino con la entrada de su humanidad en la Gloria, simbolizada por la nube” (Hch.1,9) “y por el cielo” (Lc.24,51). LA RESURRECCIÓN Constituye la confirmación de todo lo que Cristo hizo y enseñó. Al resucitar a dado la prueba definitiva de su autoridad divina. Es el cumplimiento de las promesas del antiguo testamento y del mismo Jesús durante su vida terrenal. (Lc.24,26-27; Mt.28,6; Mc.16,7; Lc.24,6- 7) Este asunto de la “subida” o ascensión de Jesús a los cielos lo podemos encontrar en muchos pasajes bíblicos como por ejemplo: “El Señor Jesús después de hablarles fue elevado al cielo y se sentó a la diestra de Dios” (Mt.16,19). En otra parte el mismo Jesús le dice a María Magdalena: “Todavía no he subido al Padre” (Jn.20,17). Los apóstoles Juan y Pablo continua destacando las palabras de Jesús que se refiere a su trayecto hasta el cielo: “Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo el Hijo del Hombre” (Jn.3,13; Ef.4,8-10), “Cuando ya sea levantado de la tierra atraerá a todos hacía a mí” (Jn.12,32). FUNDAMENTO BÍBLICO L A A S C E N S I Ó N Es el acontecimiento histórico y trascendente que marca la transición del paso entre la Gloria de Cristo Resucitado y la de Cristo exaltado a la derecha del padre. No se trata solamente del hecho físico y extraordinario de vencer a la gravedad de la tierra e impulsarse hacia los aires y desaparecer entre las nubes de lo que llamamos cielos.
  • 20. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 20 La ascensión a los cielos es abrir el camino para que todos podamos, igual que Jesús tener acceso a la casa de Pedro. Por eso decir San Pablo: “Jesús no penetró en un santuario hecho por mano de hombre, sino en el mismo cielo para presentarse ahora en el acatamiento de Dios en favor nuestro” (Hch.9,24). Cristo desde entonces está sentado a la derecha del Padre. San Juan enseña: “Por derecha del padre entendamos la gloria y el honor a la divinidad, donde es que existía como hijo de Dios antes de todos los siglos como Dios y consustancialmente al Padre, está sentado corporalmente después de que se encarnó y de que su carne fue glorificada. Sentarse a la derecha del Padre, significa la inauguración del reino del Mesías cumpliéndose la Profecía de Daniel “A Él se dio el imperio, honor y reino, y todos los pueblos naciones y leguas le sirvieron. Su imperio es un imperio eterno que nunca pasará y no será destruido jamás” (Dn.7,14). Los apóstoles fueron por eso, testigos y anunciadores de un reino que no tendrá fin. Jesús quiso desaparecer elevándolos de la tierra porque la gente creía que el cielo estaba sobre sus cabezas, pero el cielo no está ni arriba ni abajo. TEMA Nº14 DESDE ALLÍ HA DE VENIR A JUZGAR A LOS VIVOS Y A LOS MUERTO. Jesucristo no se ha ido para siempre, sino que ha de volver para cumplir su promesa. En este artículo del Credo se analiza este punto. CRISTO REINA YA, MEDIANTE LA IGLESIA La ascensión de Cristo al cielo, significa su participación en el poder y en la autoridad de Dios mismo. Estar a la derecha del Padre significa como dijimos en la sesión anterior que Jesucristo es Señor, pues posee todo poder en los cielos y en la tierra. Por eso San Pablo enseña: Rom.14,9: Cristo murió y volvió a la vida para ser Seños de muertos y vivos” Ef.1,20-22: “Cristo está por encima de todo principado, potestad virtud y dominación. El Padre sometió bajo sus pies todas las cosas” No es un lugar, sino un estado espiritual. Jesús está en el centro de ese estado junto al Padre y al Espíritu Santo dirigiendo la historia del mundo, la historia de tu mundo. EL CIELO
  • 21. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 21 Aquí en la tierra Cristo es cabeza del cuerpo místico, es decir de la Iglesia y como tal es autoridad, en cuanto es siempre fuente de redención. Si la iglesia tiene vigencia en el mundo, y siendo Jesucristo su “jefe”, por así decirlo entonces es El que reina en el mundo. La iglesia presente según Jesús es tiempo del Espíritu y del testimonio (Hch.1,8), pero está marcado por la tristeza (1Cor.7,26) y la prueba del mal (Ef.5,16) que afecta a la iglesia (1Pe.4,17). Este tiempo es también el tiempo de espera y de vigilia (Mt.25,1-13; Mc.13,33-37) porque esperamos la segunda venida de Cristo el redentor. EL GLORIOSO ADVENIMIENTO DE CRISTO: Todo nosotros los cristianos sabemos de la segunda venida de Jesús y sabemos también que llevamos más de dos mil años de espera. A todos les preocupa el día en que se producirá este acontecimiento, sin embargo nadie puede saber cuándo ocurrirá. La Biblia nos dice: “Este advenimiento escatológico se puede cumplir en cualquier momento” (Mt.24,44; 1Tes.5,21) y que “A nosotros no nos toca conocer el momento” (Hch.1,7; Mt.13,32). De aquí se explica que las sectas religiosas que se han atrevido a pronosticar el fin del mundo y la consiguiente venida de Jesús han fracasado rotundamente. La Biblia señala solamente algunos acontecimientos como indicadores de la cercanía del gran día; por ejemplo se dice: “Antes del advenimiento de Cristo, la iglesia debería pasara por una prueba final que sacudirá la fe de mucho creyentes” (Lc.18,8; Mt.24,12) La persecución, la impostura religiosa, la apostasía de la verdad, el Anticristo o pseudo-mesianismo en el que el hombre se glorifica así mismo, develará el misterio de inequidad. En esto consiste la gran prueba a la que se refiere la Biblia. Esta impostura del Anticristo aparece esbozada en el mundo; cada vez que se pretende una salvación del hombre solo en la historia terrenal es un juicio escatológico. La iglesia rechaza esta falsificación del reino y condena como falso misticismo. JESÚS VENDRÁ A JUZGAR A VIVOS Y MUERTOS: Esta afirmación nos enfatiza la tarea de Jesús en esta su segunda venida, se debe tomar en cuenta a los que murieron y los que aún viven. El reino de Dios se realiza solamente para la victoria de Cristo sobre el mal y que tomará la forma de juicio final (Ap.20,12). Esto ha de producirse después de la ultima sacudida cósmica de este mundo (2Pe.3,12-13). Jesús anunció el juicio del último día. Mc.12,38-40; Lc.12,1-3; Jn.3,20-21; Rom.2,16, en la que se condena la incredulidad culpable que ha tenido en nada la gracia ofrecida por Dios Mt.11,20-24; 12,41-42. La actitud con respecto al prójimo revelará la acogida o el rechazo de la gracia y amor divino (Mt.5,22; 7,1-5; 25). Esto quiere decir que según lo que hayamos hecho por nuestra familia, comunidad o sociedad será nuestra recompensa. La indiferencia hacia los problemas de los demás, es decir el prójimo es lo que determina parte de nuestra condena. El pleno derecho de juzgar las obras y corazones de los hombres pertenece solo a Cristo como Redentor. Aunque Él tiene la potestad de juzgar, prefiere “salvar”· “Yo no he venido para juzgar sino para
  • 22. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 22 salvar” (Jn.3,17) y para dar la vida (Jn.5,26). Es por eso que el acto de juzgar no es tan propio de Jesús, sino más bien de nosotros, “Es por el rechazo de la gracias en esta vida, por lo que cada uno se juzga a sí mismo y puede incluso condenarse eternamente” (Mt.12,1; Hbr.6,4-6; 10,26-31). TEMA Nº15 CREO EN EL ESPIRITU SANTO PRICIPIOS FUNDAMENTALES El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad que ha sido revelado principalmente por Jesús Todo conocimiento de la fe no es posible sino en el Espíritu Santo. Por ello San Pablo dice: “Nadie puede decir Jesús es el Seños, sino por el influjo del Espíritu Santo” (1Cor.12,3). Por ello que para entrar en contacto con Cristo, es necesario principalmente haber sido atraído por el Espíritu Santo. Él es quien nos procede y despierta en nosotros, la FE. La iglesia es el lugar natural de nuestro conocimiento del Espíritu Santo: Tradición, escrituras, magisterio liturgia, oración, carisma, misiones, testimonio de los santos, etc., todo está animado por el Espíritu Santo y se deben a ÉL. SUS PRINCIPALES APELATIVOS: Aunque su nombre propio es Espíritu Santo, sin embargo los Apóstoles y el propio Jesús le han dado varias connotaciones Jesús mismo lo llama: “Paráclito” que significa “Consolador” y también lo llama “Espíritu de la verdad” (Jn.16,13). Por su parte, San Pablo es el que más adjetivos les asigna: “Espíritu de Cristo” (Rom.8,11), “Espíritu del Señor” (2Cor.3,17), y “Espíritu de Dios” (Rom.15,19). Finalmente, su Apóstol predilecto, es decir, San Pedro lo denomina como “Espíritu de gloria” (1Pe.4,14). SAN IRENEO Sin el espíritu no es posible ver al Hijo de Dios y sin el hijo nadie puede acercarse al Padre. Esta indispensable condición es lo que configura la esencia de la Santísima Trinidad. Cuando el Padre envía su verbo o Hijo, envía también al Espíritu Santo para una misión conjunta en la que cada uno son distintos pero inesperables: Jesús es el ungido y el Espíritu Santo es su unción. Aún más, cuando Jesús es glorificado nos comunica su gloria que es el Espíritu Santo que lo glorifica (Jn.39; 6,16; 17,22)
  • 23. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 23 PRINCIPALES SÍMBOLOS: EL AGUA: En el bautismo es el agua viva del cual bebemos y nacemos. (Jn.4,10-14; 1Cor.12,13). LA UNCIÓN: Oleo sagrado que consagra especialmente en la confirmación, la unción de los enfermos y el orden sacerdotal. (1Jn.2,20). EL FUEGO: Simboliza la energía transformadora de lo que toca (Lc.12,49), es decir que el fuego al quemar transforma toda la materia del cuerpo quemado. LA NUBE Y LA LUZ: Son inseparables desde el antiguo testamento. (Lc.9,34; Hch.9,9). EL SELLO: Cercano a la unción da un carácter indeleble. (2Cor.1, 22). LA MANO: Jesús imponía las manos y curaba o bendecía. (Mc.10,16; Hch.8,17 -19) EL DEDO: Jesús expulsa demonios. (Lc.11,20). Dios escribe su ley (Ex.31,18; 2Cor.3,3). LA PALOMA: Vuelve a Noe como signo que la tierra es habitable (Gen.8,8-12), o desciende sobre Jesús al ser bautizado (Mt.3,16). Esto último simboliza que así descenderá y reposará en el corazón de los bautizados. TEMA Nº16 CREO EN LA SANTA IGLESIA CATÓLICA YA LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS Este es el anunciado del noveno artículo de la profesión de nuestra fe. Para explicar este artículo hace necesario precisar el significado del término “iglesia”, para tener un sentido más cabal en lo que creemos. ETIMOLOGÍA: La palabra iglesia proviene del término griego “ecklesia” que significa “convocación”, “asamblea del pueblo”, “comunidad” o “pueblo de Dios”. INSTITUCIÓN La iglesia fue instituida, es decir, fundada por el mismo Jesucristo con el anuncio de la buena nueva y la llegada del reino de Dios en la tierra. Dios se manifiesta de Cristo, quien viene a convocar en torno suyo a su “rebaño” del que él mismo es su “pastor”. Jesús mismo dotó a su iglesia de una estructura que permanecerá hasta la plena realización del reino, esta estructura lo conformaban sus apóstoles con Pedro a la cabeza. (Ver Mc. 3, 14-15; Mt. 19, 28; Lc. 22, 30; Ap. 21, 12-18. MISIÓN: La principal tarea de la Iglesia es anunciar y establecer en todos los pueblos el reino de Cristo; ser el germen de ese reino en la tierra. La Iglesia es por su misma naturaleza, misionera enviada por Cristo a todas las naciones (Mt. 28, 19-20) para ser entre ellas “sal de la tierra o luz del mundo” (Mt. 5, 13-16), y que finalmente los hombres y las mujeres de estas naciones sean sus discípulos.
  • 24. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 24 CARACTERÍSTICAS: En muchos debates con las diferentes denominaciones verán argumentos contra esos rasgos esenciales de nuestra Iglesia. En nuestro credo decimos que creemos en la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica. Y como toda profesión de fe, se espera que no sea solo una oración monótona que se repite como perico, sino que sea una declaración de lo que nosotros creemos, y honramos como católicos. I. UNA: Nuestra Iglesia es una, ya que Jesús solo funda una Iglesia, no las 33,000 denominaciones autollamadas “cristianas que hoy existen. Es claro en la Escritura que Jesús edifica su Iglesia sobre Pedro (Mateo 16,18), y esta nace como Iglesia en funciones y liderazgo de Pedro en Pentecostés. Pero es importante también traer algo de suma relevancia, es una porque sigue el modelo Trinitario. La Iglesia es una debido a su origen: "El modelo y principio supremo de este misterio es la unidad de un solo Dios Padre e Hijo en el Espíritu Santo, en la Trinidad de personas". La Iglesia es una debido a su Fundador: "Pues el mismo Hijo encarnado [...] por su cruz reconcilió a todos los hombres con Dios [...] restituyendo la unidad de todos en un solo pueblo y en un solo cuerpo". La Iglesia es una debido a su "alma": "El Espíritu Santo que habita en los creyentes y llena y gobierna a toda la Iglesia, realiza esa admirable comunión de fieles y une a todos en Cristo tan íntimamente que es el Principio de la unidad de la Iglesia". Por tanto, pertenece a la esencia misma de la Iglesia ser una: «¡Qué sorprendente misterio! Hay un solo Padre del universo, un solo Logos del universo y también un solo Espíritu Santo, idéntico en todas partes; hay también una sola virgen hecha madre, y me gusta llamarla Iglesia» (Clemente de Alejandría). Desde el inicio de la Iglesia conforme los Apóstoles y sus discípulos van avanzando en la Evangelización, se enfrentan a una diversidad cultural en las diferentes regiones. A pesar de ello vemos a una Iglesia que consta de estos tres vínculos de unidad:  La profesión de una misma fe recibida de los Apóstoles.  La celebración común del culto divino, sobre todo de los sacramentos.  La sucesión apostólica por el sacramento del orden, que conserva la concordia fraterna de la familia de Dios. II. SANTA: Nuestra Iglesia es sin duda Santa, y eso lo podemos afirmar por su origen divino. La funda Jesús Dios Hijo, El fue enviado por el Padre, y nos manda a su Paráclito para servir de guía cuando El no este. La Trinidad en un solo objetivo: Darle la cualidad primordial Divina a su Iglesia en la tierra. Esto resulta necesario si nos ponemos a pensar que como hombres de carne que somos no podemos tener participación divina por meritos propios, solo Dios nos puede dar esa tan indispensable participación con El. (Juan 3, 6.Lo nacido de la carne, es carne; lo nacido del Espíritu, es espíritu) La Iglesia, unida a Cristo, está santificada por Él; por Él y en Él, ella también ha sido hecha santificadora. Todas las obras de la Iglesia se esfuerzan en conseguir "la santificación de los hombres en Cristo y la glorificación de Dios". En la Iglesia es en donde está depositada "la plenitud total de los medios de salvación". Es en ella donde "conseguimos la santidad por la gracia de Dios". "La Iglesia, en efecto, ya en la tierra se caracteriza por una verdadera santidad, aunque todavía imperfecta". En sus miembros, la santidad perfecta está todavía por alcanzar:
  • 25. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 25 "Todos los cristianos, de cualquier estado o condición, están llamados cada uno por su propio camino, a la perfección de la santidad, cuyo modelo es el mismo Padre". III. CATÓLICA: ¿Por qué no nos llamamos cristianos? Me imagino más de uno de ustedes habrá escuchado a ex católicos que dicen que ahora ya no son católicos, son “cristianos”, y también algunos católicos confundidos que ven a cristianos y católicos como algo separado y distante. Un grave error que debemos de evitar. Los católicos somos LOS cristianos, los autodenominados “cristianos” son realmente hijos de las divisiones iniciadas por los cismáticos a partir del siglo XVI, y que hoy por hoy y bajo el pretexto de la iluminación del Espíritu Santo forman una “nueva iglesia”, así hasta llegar a las miles de divisiones que vemos hoy en día. Bueno, entonces somos cristianos, y ¿porque nos llamamos católicos? La palabra 'Católica' está tomada del Griego 'Katholicos', la cual traducida, significa 'Universal'. La palabra Griega fue Latinizada a 'Catolicus'. y aunque algunos piensen no es bíblica, eso no es cierto sí que viene en la Biblia. Primero encontramos la definición de católica que es "Universal": Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que Yo os he mandado. Y he aquí que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo (Mateo 18,19-20). Los tres 'TODOS' son TODA la gente, TODA verdad, TODO el tiempo, verdaderamente 'Universal', verdaderamente 'Católica'. Hc 4,18. “ ” Esta palabra es "Katholou" palabra griega de donde viene "católico" significa universal todo el mundo etc. El adjetivo "católica" referente a la Iglesia aparece en la literatura Cristiana con San Ignacio de Antioquía (discípulo de San Juan), por el año 110 AD (Recordemos que la literatura recoge la tradición oral que le precede). En su carta Ad Smyr (A los Esmirniotas 8:2) dice: "Donde esté el Obispo, esté la muchedumbre así como donde está Jesucristo está la iglesia católica". San Pacián de Barcelona, 375 A.D. dijo: "Cristiano es mi nombre, y católico mi apellido. El primero me denomina, mientras que el otro me instituye específicamente. De esta manera he sido identificado y registrado... Cuando somos llamados católicos, es por esta forma, que nuestro pueblo se mantiene alejado de cualquier nombre herético." - Carta a Sympronian. El concepto de catolicidad es desarrollado por San Cirilo de Jerusalén, quien dice: La Iglesia es católica porque está esparcida por todo el mundo; enseña en plenitud toda la doctrina que los hombres deben conocer; trae a todos los hombres a la obediencia religiosa; es la cura universal para el pecado y posee todas las virtudes -(Catechesis 18:23). IV. APOSTÓLICA: Es Apostólica ya que es por los Apóstoles por quienes predicaron el Evangelio y a su vez los discípulos de estos lo hicieron por generaciones, esto siempre se dio dentro de la Iglesia.  La Iglesia es apostólica porque está fundada sobre los apóstoles, y esto en un triple sentido.  Fue y permanece edificada sobre "el fundamento de los Apóstoles" (Ef 2, 20; Hch 21, 14), testigos escogidos y enviados en misión por el mismo Cristo (cf. Mt 28, 16- 20; Hch 1, 8; 1 Co 9, 1; 15, 7-8; Ga 1, l; etc.).  Guarda y transmite, con la ayuda del Espíritu Santo que habita en ella, la enseñanza (cf. Hch 2, 42), el buen
  • 26. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 26 depósito, las sanas palabras oídas a los Apóstoles (cf 2 Tm 1, 13-14).  Sigue siendo enseñada, santificada y dirigida por los Apóstoles hasta la vuelta de Cristo gracias a aquellos que les suceden en su ministerio pastoral: el colegio de los obispos, "al que asisten los presbíteros juntamente con el sucesor de Pedro y Sumo Pastor de la Iglesia". «Porque no abandonas nunca a tu rebaño, sino que, por medio de los santos pastores, lo proteges y conservas, y quieres que tenga siempre por guía la palabra de aquellos mismos pastores a quienes tu Hijo dio la misión de anunciar el Evangelio (Prefacio de los Apóstoles I: Misal Romano). TEMA Nº 17 CREO EN EL PERDÓN DE LOS PECADOS En el artículo diez de nuestra profesión de FE, se refiere al perdón de los pecados. Este asunto causo mucha incomodidad para los judíos al ver a Jesús perdonando a los pecadores, como se recordará, ellos más de una vez intentaron desautorizarlo debido a su concepción de que solo Dios es el único que puede dar el perdón. Pero veamos lo que dice la Biblia al respecto. Fundamento Bíblico.- El Símbolo de los Apóstoles vincula la fe en el perdón de los pecados a la fe en el Espíritu Santo, pero también a la fe en la Iglesia y en la comunión de los santos. Al dar el Espíritu Santo a su Apóstoles, Cristo resucitado les confirió su propio poder divino de perdonar los pecados: "Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos" (Jn 20, 22-23). El mismo ya había ejercido este poder en varias oportunidades, sino recordemos sus acostumbradas palabras “Tus pecados te serán perdonados…” cada vez que se dirigía a algún necesitado del perdón; por ejemplo cuando se dirige al paralítico (Mt. 9, 1-8), a la Magdalena (Lc. 7, 36-50) y a Zaqueo (Lc. 9, 1-10). Para mayor seguridad ver también: Rom. 3, 24; 1Tim. 1, 13 y 1Jn. 1, 8-9. I. Un solo Bautismo para el perdón de los pecados Nuestro Señor vinculó el perdón de los pecados a la fe y al Bautismo: "Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado se salvará" (Mc 16, 15-16). El Bautismo es el primero y principal sacramento del perdón de los pecados porque nos une a Cristo muerto por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación (cf. Rm 4, 25), a fin de que "vivamos también una vida nueva" (Rm 6, 4). "En el momento en que hacemos nuestra primera profesión de fe, al recibir el santo Bautismo que nos purifica, es tan pleno y tan completo el perdón que recibimos, que no nos queda absolutamente nada por borrar, sea de la culpa original, sea de cualquier otra cometida u omitida por nuestra propia voluntad, ni ninguna pena que sufrir para expiarlas. Sin embargo, la gracia del Bautismo no libra a la persona de todas las debilidades de la naturaleza. Al contrario todavía nosotros tenemos que combatir los movimientos de la concupiscencia que no cesan de llevarnos al mal" (Catecismo Romano, 1, 11, 3). En este combate contra la inclinación al mal, ¿quién será lo suficientemente valiente y vigilante para evitar toda herida del
  • 27. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 27 pecado? "Puesto que era necesario que, además de por razón del sacramento del bautismo, la Iglesia tuviera la potestad de perdonar los pecados, le fueron confiadas las llaves del Reino de los cielos, con las que pudiera perdonar los pecados de cualquier penitente, aunque pecase hasta el final de su vida" (Catecismo Romano, 1, 11, 4). La Penitencia: Por medio del sacramento de la Penitencia, el bautizado puede reconciliarse con Dios y con la Iglesia: «Los Padres tuvieron razón en llamar a la penitencia "un bautismo laborioso" (San Gregorio Nacianceno, Oratio 39, 17). Para los que han caído después del Bautismo, es necesario para la salvación este sacramento de la Penitencia, como lo es el Bautismo para quienes aún no han sido regenerados» (Concilio de Trento: DS 1672). II. La potestad de las llaves Cristo, después de su Resurrección envió a sus Apóstoles a predicar "en su nombre la conversión para perdón de los pecados a todas las naciones" (Lc 24, 47). Este "ministerio de la reconciliación" (2 Co 5, 18), no lo cumplieron los Apóstoles y sus sucesores anunciando solamente a los hombres el perdón de Dios merecido para nosotros por Cristo y llamándoles a la conversión y a la fe, sino comunicándoles también la remisión de los pecados por el Bautismo y reconciliándolos con Dios y con la Iglesia gracias al poder de las llaves recibido de Cristo: La Iglesia «ha recibido las llaves del Reino de los cielos, a fin de que se realice en ella la remisión de los pecados por la sangre de Cristo y la acción del Espíritu Santo. En esta Iglesia es donde revive el alma, que estaba muerta por los pecados, a fin de vivir con Cristo, cuya gracia nos ha salvado» (San Agustín) No hay ninguna falta por grave que sea que la Iglesia no pueda perdonar. "No hay nadie, tan perverso y tan culpable que, si verdaderamente está arrepentido de sus pecados, no pueda contar con la esperanza cierta de perdón" (Catecismo Romano, 1, 11, 5). Cristo, que ha muerto por todos los hombres, quiere que, en su Iglesia, estén siempre abiertas las puertas del perdón a cualquiera que vuelva del pecado (Mt 18, 21-22). La catequesis se esforzará por avivar y nutrir en los fieles la fe en la grandeza incomparable del don que Cristo resucitado ha hecho a su Iglesia: la misión y el poder de perdonar verdaderamente los pecados, por medio del ministerio de los Apóstoles y de sus sucesores: «El Señor quiere que sus discípulos tengan un poder inmenso: quiere que sus pobres servidores cumplan en su nombre todo lo que había hecho cuando estaba en la tierra» (San Ambrosio, De Paenitentia) «Los sacerdotes han recibido un poder que Dios no ha dado ni a los ángeles, ni a los arcángeles. Dios sanciona allá arriba todo lo que los sacerdotes hagan aquí abajo» (San Juan Crisóstomo, De sacerdotio) «Si en la Iglesia no hubiera remisión de los pecados, no habría ninguna esperanza, ninguna expectativa de una vida eterna y de una liberación eterna. Demos gracias a Dios que ha dado a la Iglesia semejante don» (San Agustín)
  • 28. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 28 TEMA Nº 18 CREO EN LA RESURRECCIÓN DE LA CARNE Este es otro de los grandes misterios de la fe, sin embargo intentemos aproximarnos a su significado. El Credo cristiano (profesión de nuestra fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y en su acción creadora, salvadora y santificadora) culmina en la proclamación de la resurrección de los muertos al fin de los tiempos, y en la vida eterna. Creemos firmemente, y así lo esperamos, que del mismo modo que Cristo ha resucitado verdaderamente de entre los muertos, y que vive para siempre, igualmente los justos después de su muerte vivirán para siempre con Cristo resucitado y que Él los resucitará en el último día (Jn 6, 39-40). Como la suya, nuestra resurrección será obra de la Santísima Trinidad: «Si el Espíritu de Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, Aquel que resucitó a Jesús de entre los muertos dará también la vida a vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que habita en vosotros” (Rm 8, 11; 1 Ts 4, 14; 1 Co 6, 14; 2 Co 4, 14; Flp 3, 10-11). El término "carne" designa al hombre en su condición de debilidad y de mortalidad (Gn 6, 3; Sal 56, 5; Is 40, 6). La "resurrección de la carne" significa que, después de la muerte, no habrá solamente vida del alma inmortal, sino que también nuestros "cuerpos mortales" (Rm 8, 11) volverán a tener vida. Creer en la resurrección de los muertos ha sido desde sus comienzos un elemento esencial de la fe cristiana. "La resurrección de los muertos es esperanza de los cristianos; somos cristianos por creer en ella" (Tertuliano, De resurrectione mortuorum 1, 1): I. La Resurrección de Cristo y la nuestra:  Revelación progresiva de la Resurrección: La resurrección de los muertos fue revelada progresivamente por Dios a su Pueblo. La esperanza en la resurrección corporal de los muertos se impuso como una consecuencia intrínseca de la fe en un Dios creador del hombre todo entero, alma y cuerpo. El creador del cielo y de la tierra es también Aquél que mantiene fielmente su Alianza con Abraham y su descendencia. En esta doble perspectiva comienza a expresarse la fe en la resurrección. En sus pruebas, los mártires Macabeos confiesan: «El Rey del mundo, a nosotros que morimos por sus leyes, nos resucitará a una vida eterna» (2Mac7, 9). «Es preferible morir a manos de los hombres con la esperanza que Dios otorga de ser resucitados de nuevo por él» (2Mac 7). Los fariseos (Hch 23, 6) y muchos contemporáneos del Señor (Jn 11, 24) esperaban la resurrección. Jesús la enseña firmemente. A los saduceos que la niegan responde: "Vosotros no conocéis ni las Escrituras ni el poder de Dios, vosotros estáis en el error" (Mc 12, 24). La fe en la resurrección descansa en la fe en Dios que "no es un Dios de muertos sino de vivos" (Mc 12, 27). Pero hay más: Jesús liga la fe en la resurrección a la fe en su propia persona: "Yo soy la resurrección y la vida" (Jn 11, 25). Es el mismo Jesús el que resucitará en el último día a quienes hayan creído en Él (Jn 5, 24-25; 6, 40) y hayan comido su cuerpo y bebido su sangre (Jn 6, 54). En su vida pública ofrece ya un signo y una prenda de la resurrección devolviendo la vida a algunos muertos (Mc 5, 21-42; Lc 7, 11-17; Jn 11), anunciando así su propia Resurrección que, no obstante, será de otro orden. De este acontecimiento único, Él habla como del "signo de Jonás" (Mt 12, 39), del signo del Templo (Jn 2, 19-22): anuncia su Resurrección al tercer día después de su muerte (Mc 10, 34). Ser testigo de Cristo es ser "testigo de su Resurrección" (Hch 1, 22; 4, 33), "haber comido y bebido con él después de su Resurrección
  • 29. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 29 de entre los muertos" (Hch 10, 41). La esperanza cristiana en la resurrección está totalmente marcada por los encuentros con Cristo resucitado. Nosotros resucitaremos como Él, con Él, por Él. Desde el principio, la fe cristiana en la resurrección ha encontrado incomprensiones y oposiciones (Hch 17, 32; 1 Co 15, 12-13). "En ningún punto la fe cristiana encuentra más contradicción que en la resurrección de la carne" (San Agustín, Enarratio in Psalmum 88, 2, 5).  Cómo resucitan los muertos: ¿Qué es resucitar? En la muerte, separación del alma y el cuerpo, el cuerpo del hombre cae en la corrupción, mientras que su alma va al encuentro con Dios, en espera de reunirse con su cuerpo glorificado. Dios en su omnipotencia dará definitivamente a nuestros cuerpos la vida incorruptible uniéndolos a nuestras almas, por la virtud de la Resurrección de Jesús. ¿Quién resucitará? Todos los hombres que han muerto: "los que hayan hecho el bien resucitarán para la vida, y los que hayan hecho el mal, para la condenación" (Jn 5, 29; Dn 12, 2). ¿Cómo? Cristo resucitó con su propio cuerpo: "Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo" (Lc 24, 39); pero Él no volvió a una vida terrenal. Del mismo modo, en Él "todos resucitarán con su propio cuerpo, del que ahora están revestidos" (Concilio de Letrán IV: DS 801), pero este cuerpo será "transfigurado en cuerpo de gloria" (Flp 3, 21), en "cuerpo espiritual" (1 Co 15, 44): «Pero dirá alguno: ¿cómo resucitan los muertos? ¿Con qué cuerpo vuelven a la vida? ¡Necio! Lo que tú siembras no revive si no muere. Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano..., se siembra corrupción, resucita incorrupción [...]; los muertos resucitarán incorruptibles. En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad (1 Cor 15,35-37. 42. 53). Este "cómo ocurrirá la resurrección" sobrepasa nuestra imaginación y nuestro entendimiento; no es accesible más que en la fe. Pero nuestra participación en la Eucaristía nos da ya un anticipo de la transfiguración de nuestro cuerpo por Cristo: «Así como el pan que viene de la tierra, después de haber recibido la invocación de Dios, ya no es pan ordinario, sino Eucaristía, constituida por dos cosas, una terrena y otra celestial, así nuestros cuerpos que participan en la eucaristía ya no son corruptibles, ya que tienen la esperanza de la resurrección» (San Ireneo de Lyon,Adversus haereses, 4, 18, 4-5). ¿Cuándo? Sin duda en el "último día" (Jn 6, 39-40. 44. 54; 11, 24); "al fin del mundo". En efecto, la resurrección de los muertos está íntimamente asociada a la Parusía de Cristo: «El Señor mismo, a la orden dada por la voz de un arcángel y por la trompeta de Dios, bajará del cielo, y los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar» (1 Ts4, 16).  Resucitados con Cristo: Si es verdad que Cristo nos resucitará en "el último día", también lo es, en cierto modo, que nosotros ya hemos resucitado con Cristo. En efecto, gracias al Espíritu Santo, la vida cristiana en la tierra es, desde ahora, una participación en la muerte y en la Resurrección de Cristo: «Sepultados con él en el Bautismo, con él también habéis resucitado por la fe en la acción de Dios, que le resucitó de entre los muertos. Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios» (Col 2, 12; 3, 1). Unidos a Cristo por el Bautismo, los creyentes participan ya realmente en la vida celestial de Cristo resucitado (cf. Flp 3, 20), pero esta vida permanece "escondida [...] con Cristo en Dios" (Col 3, 3) "Con él nos ha resucitado y hecho sentar en los cielos con Cristo Jesús" (Ef 2, 6). Alimentados en la Eucaristía con su Cuerpo, nosotros pertenecemos ya al Cuerpo de Cristo. Cuando resucitemos en el último día también nos "manifestaremos con él llenos de gloria" (Col 3, 4). Esperando este día, el cuerpo y el alma del creyente participan ya de la dignidad de ser "en Cristo"; donde se basa la exigencia del respeto hacia el propio cuerpo, y también
  • 30. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 30 hacia el ajeno, particularmente cuando sufre: «El cuerpo es para el Señor y el Señor para el cuerpo. Y Dios, que resucitó al Señor, nos resucitará también a nosotros mediante su poder. ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros de Cristo? No os pertenecéis Glorificad, por tanto, a Dios en vuestro cuerpo» (1 Co 6, 13-15. 19- 20). II. Revelación progresiva de la Resurrección: La resurrección de los muertos fue revelada progresivamente por Dios a su Pueblo. La esperanza en la resurrección corporal de los muertos se impuso como una consecuencia intrínseca de la fe en un Dios creador del hombre todo entero  Morir en Cristo Jesús: Para resucitar con Cristo, es necesario morir con Cristo, es necesario "dejar este cuerpo para ir a morar cerca del Señor" (2 Co 5,8). En esta "partida" (Flp 1,23) que es la muerte, el alma se separa del cuerpo. Se reunirá con su cuerpo el día de la resurrección de los muertos (Credo del Pueblo de Dios)  La muerte: "Frente a la muerte, el enigma de la condición humana alcanza su cumbre". En un sentido, la muerte corporal es natural, pero por la fe sabemos que realmente es "salario del pecado" (Rm 6, 23; cf. Gn 2, 17). Y para los que mueren en la gracia de Cristo, es una participación en la muerte del Señor para poder participar también en su Resurrección (cf. Rm 6, 3-9; Flp 3, 10-11). La muerte es el final de la vida terrena. Nuestras vidas están medidas por el tiempo, en el curso del cual cambiamos, envejecemos y como en todos los seres vivos de la tierra, al final aparece la muerte como terminación normal de la vida. Este aspecto de la muerte da urgencia a nuestras vidas: el recuerdo de nuestra mortalidad sirve también para hacernos pensar que no contamos más que con un tiempo limitado para llevar a término nuestra vida.  La muerte es consecuencia del pecado: Intérprete auténtico de las afirmaciones de la Sagrada Escritura (Gn 2, 17; 3, 3; 3, 19; Sb 1, 13; Rm 5, 12; 6, 23) y de la Tradición, el Magisterio de la Iglesia enseña que la muerte entró en el mundo a causa del pecado del hombre. Aunque el hombre poseyera una naturaleza mortal, Dios lo destinaba a no morir. Por tanto, la muerte fue contraria a los designios de Dios Creador, y entró en el mundo como consecuencia del pecado (Sb 2, 23-24). "La muerte temporal de la cual el hombre se habría liberado si no hubiera pecado", es así "el último enemigo" del hombre que debe ser vencido (1 Co 15, 26).  La muerte fue transformada por Cristo:. Jesús, el Hijo de Dios, sufrió también la muerte, propia de la condición humana. Pero, a pesar de su angustia frente a ella (Mc 14, 33-34; Hb 5, 7-8), la asumió en un acto de sometimiento total y libre a la voluntad del Padre. La obediencia de Jesús transformó la maldición de la muerte en bendición (Rm 5, 19-21).  El sentido de la muerte cristiana: Gracias a Cristo, la muerte cristiana tiene un sentido positivo. "Para mí, la vida es Cristo y morir una ganancia" (Flp 1, 21). "Es cierta esta afirmación: si hemos muerto con él, también viviremos con él" (2 Tm 2, 11). La novedad esencial de la muerte cristiana está ahí: por el Bautismo, el cristiano está ya sacramentalmente "muerto con Cristo", para vivir una vida nueva; y si morimos en la gracia de Cristo, la muerte física consuma este "morir con Cristo" y perfecciona así nuestra incorporación a Él en su acto redentor: «Para mí es mejor morir en Cristo Jesús que reinar de un extremo a otro de la tierra. Lo busco a Él, que ha muerto por nosotros; lo quiero a Él, que ha resucitado por nosotros. Mi parto se aproxima. Dejadme recibir la luz pura; cuando yo llegue allí, seré un hombre» (San Ignacio de Antioquía, Romanos 6, 1-2). «Yo quiero ver a Dios y para verlo es necesario morir» (Santa Teresa de Jesús,Poesía, 7). «Yo no muero, entro en la vida» (Santa Teresa del Niño Jesús, Lettre (9 junio 1987). La visión cristiana de la muerte (1 Ts 4, 13-14) se expresa de modo
  • 31. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 31 privilegiado en la liturgia de la Iglesia: «La vida de los que en ti creemos, Señor, no termina, se transforma; y, al deshacerse nuestra morada terrenal, adquirimos una mansión eterna en el cielo. (Misal Romano, Prefacio de difuntos). La Iglesia nos anima a prepararnos para la hora de nuestra muerte ("De la muerte repentina e imprevista, líbranos Señor": Letanías de los santos), a pedir a la Madre de Dios que interceda por nosotros "en la hora de nuestra muerte" (Avemaría), y a confiarnos a san José, patrono de la buena muerte: «Habrías de ordenarte en toda cosa como si luego hubieses de morir. TEMA Nº 19 CREO EN LA VIDA ETERNA 1. EN EL JUICIO PARTICULAR:  En el N.T habla del Jucio Final en la 2da venida de Cristo, pero también asegura la existencia de la retribución inmediata después de la muerte de cada uno: Lc.16,22 “El buen ladrón” y las enseñanzas de San Pablo: IICor.5,6-10; Filp.1,21-23; Hb.9,27.  Los Concilios de Lyón, Florencia y Trento afirman que cada hombre después de morir, recibe en su alma inmortal su retribución eterna en un Juicio Particular, para luego ir, bien al purgatorio directamente a la bienaventuranza del cielo. 2. EL CIELO La vida perfecta con la Santísima Trinidad; está comunión de vida y de amor con ella, la Virgen María, Los Ángeles y los Bienaventurados se llaman: cielo. Cielo es la realización de las aspiraciones más profundas del hombre, el estado supremo y definitivo de dicha. Vivir en el cielo es “Estar con Cristo” Jn.14,3; Tes.4,17. El cielo es la comunidad de todos los que están incorporados a Cristo. La biblia nos habla del cielo utilizando imágenes: Vida, Luz, Banquete, Vino de Reino, Casa del Padre, Jerusalén, Celeste, Paraíso. “Lo que ni ojo vio, ni oído oyó, ni el corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que le aman” (1Cor.2,9) 3. EL PURGATORIO: Se llama así a la purificación final de los elegidos, como Doctrina de FE en los Concilios de Florentino y Trento, en base a la tradición de la Iglesia y a ciertos textos bíblicos. Por ejemplo: 1Cor.3,14-15; 1Pe. 1,6-7. Donde hace mención en la práctica de la oración por los difuntos, de la que ya habla el A.T en 2Mb.12,41-46. “Por eso mando a Judas Iscariote a hacer sacrificio expiatorio en favor de los muertos, para que quedaran liberados del pecado”
  • 32. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 32 San Juan Crisóntomo dice: “Si los hijos de Job fueron purificados por el sacrificio de su Padre (Jb.1,5). ¿Por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven consuelo?. No dudemos en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestra plegarias por ellos”. 4. EL INFIERNO: Morir en pecado mortal sin estar arrepentido rechazando el amor misericordioso de Dios, significa permanecer separados de Él para siempre y por nuestra propia y libre elección, A esa autoexclusión Jesús le llama, infierno, gehena, fuego eterno, tinieblas exteriores donde habrá llanto y rechinar de dientes, etc. Existen muchos textos bíblicos: Mt.5,22-29; 13,41-50: Mc.9,43-48; Mt.25,4) Dios no predestina a nadie al infierno, al contrato “Quiere que nadie parezca sino que todos lleguen a la conversión” (2Pe,3,9). 5. JUICIO FINAL El juicio Final sucederá cuando vuelva Cristo Glorioso, resucitaran todos los muertos, justos y pescadores (Hch.24,15) uno para la vida y otros para la condenación (Jn.5,28-29; Mt.25,31-46). Entonces se revelara hasta sus últimas consecuencias todo lo que cada uno haya hecho de bien o haya dejado de hacer (Jn.12,49). El mensaje de Juicio Final llama a la conversión y a la esperanza en los cielos nuevos y las tierra nueva, en que el reino llegara a su plenitud y los justos reinaran para siempre con Cristo en un mundo renovado, 2Pe.3,13; Ap.21,1.5; 1Cor.15,22. AMÉN= CREO Y CONFÍO Así pues, el "Amén" final del Credo recoge y confirma su primera palabra: "Creo". Creer es decir "Amén" a las palabras, a las promesas, a los mandamientos de Dios, es fiarse totalmente de El que es el Amén de amor infinito y de perfecta fidelidad. La vida cristiana de cada día será también el "Amén" al "Creo" de la Profesión de fe de nuestro Bautismo. Que tu símbolo sea para ti como un espejo. Mírate en él: para ver si crees todo lo que declaras creer. Y regocíjate todos los días en tu fe (San Agustín).
  • 33. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 33 LO QUE DEBEMOS HACER TEMA Nº01 QUE NOS DICE EL CATECISMO En el punto 2157 el Catecismo de la Iglesia Católica dice ''El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz, "en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén". El bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia del Señor que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en las tentaciones y en las dificultades'' QUE ES LA SEÑAL DE LA CRUZ Es un Signo y un Símbolo, a la vez que un Sacramental. LO QUE NO ES LA SEÑAL DE LA CRUZ  Pese a que este signo conlleve un poder sobrenatural intrínseco, no se trata de un gesto ''mágico''. No debe ser utilizado como una práctica supersticiosa.  Independientemente de que nos identifique, no lo utilizamos como una señal de reconocimiento entre los cristianos. Se emplea exclusivamente en nuestra relación individual con Dios; no es cosa para usarse ''entre personas''.  La Señal de la Cruz hasta puede revelar al ''destinatario'' de nuestra oración, pero no es una oración en sí. Una cosa no substituye a la otra. Los ruegos van mejor en las preces. LA DIFERENCIA ENTRE SANTIGUAR, SIGNAR Y PERSIGNAR SIGNO Señal que nos revela sensorialmente una realidad y que nos remite a su percepción intelectual. SÍMBOLO Es algo creado para deliberadamente expresar perceptivamente o representar de forma concisa. Ejemplo: el Símbolo de los Apóstoles (Credo). SANTIGUARSE ''En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo''. Invocamos a la Santísima Trinidad, al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, mediante una cruz que la hacemos y sentimos sobre nosotros, es manifestar una actitud de humildad y respeto frente a la Santísima Trinidad al expresarle nuestra reverencia, adoración y amor. LA SEÑAL DE LA CRUZ SIGNARSE SANTIGUARSE PERSIGNARSE
  • 34. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 34 TEMA Nº02 LOS MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS Este Decálogo que Moisés explicitó a su pueblo en el desierto, por expreso mandato de Dios, lo dejó grabado en unas tablillas de arcilla, al estilo de la escritura de aquel tiempo histórico. Ya antes de promulgar este decálogo "oficialmente" y por escrito, todo hombre, desde el primero que fue creado, hasta el último que llegará a la existencia, lo lleva grabado en su corazón, cual sello imborrable. Forma parte de su conciencia. Todos conocemos de manera clara la certidumbre lo que es bueno y lo que es malo. Primera parte de los mandamientos: “AMARAS AL SEÑOR TU DIOS CON TODO TU CORAZÓN, CON TODA TU ALMA Y CON TODAS TUS FUERZAS” Jesús resumió los deberes del hombre para con Dios en estas palabras: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente" (Mt 22,37; Lc 10,27), "...y con todas tus PERSIGNARSE Es la combinación de las dos señales anteriores, con la acción coordinada de signarse (tres cruces pequeñas) seguida por la de santiguarse (cruz grande). SIGNARSE “Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios nuestro” Esos enemigos a que se hace referencia habitan nuestro ser (malos pensamientos, soberbia, maledicencias, injurias, rencor, odio, envidia etc.). Al formar la primera cruz le rogamos a Dios que limpie o purifique nuestra mente para recibir y entender Su Palabra. Con la segunda cruz pedimos la purificación de nuestra boca para que con ella solo hablemos conforme las enseñanzas de la Palabra de Dios y propaguemos su Reino. Y, con la tercera, que purifique y convierta nuestro corazón para que este sinceramente abrigue y ame al contenido de la Palabra de Dios.
  • 35. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 35 fuerzas". Estas palabras siguen inmediatamente a la llamada solemne: "Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor" (Dt 6,4). Dios amó primero. El amor del Dios Único es recordado en la primera de las "diez palabras". Los mandamientos explicitan a continuación la respuesta de amor que el hombre está llamado a dar a su Dios 1. AMARÁS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS: El primer mandamiento nos pide que alimentemos y guardemos con prudencia y vigilancia nuestra fe y que rechacemos todo lo que se opone a ella. Hay diversas maneras de pecar contra la fe. La duda voluntaria respecto a la fe descuida o rechaza tener por verdadero lo que Dios ha revelado y que la Iglesia propone creer. La duda involuntaria designa la vacilación en creer, la dificultad de superar las objeciones ligadas a la fe o también la ansiedad suscitada por la oscuridad de ésta. Si es cultivada deliberadamente, la duda puede conducir a la ceguera del espíritu. 2. NO USAR EL NOMBRE DE DIOS EN VANO: El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor. Pertenece, como el primer mandamiento, a la virtud de la religión y regula más particularmente nuestro uso de la palabra en las cosas santas. Entre todas las palabras de la revelación hay una, singular, que es la revelación de su Nombre. Dios confía su nombre a los que creen en él; se revela a ellos en su misterio personal. El don del Nombre pertenece al orden de la confidencia y la intimidad. "El nombre del Señor es santo". Por eso el hombre no puede usar mal de él. Lo debe guardar en la memoria en un silencio de adoración amorosa (Za 2,17). No lo hará intervenir en sus propias palabras sino para bendecirlo, alabarlo y glorificarlo (Sal 29,2; 96,2; 113, 1-2). 3. SANTIFICAR LAS FIESTAS: El día del Señor es el día domingo, plenitud del sábado. El domingo se distingue expresamente del sábado, al que sucede cronológicamente cada semana, y cuya prescripción litúrgica reemplaza para los cristianos. Realiza plenamente, en la Pascua de Cristo, la verdad espiritual del sábado judío y anuncia el descanso eterno del hombre en Dios. Porque el culto de la ley preparaba el misterio de Cristo, y lo que se practicaba en ella prefiguraba algún rasgo relativo a Cristo (1 Co 10,11). Los que vivían según el orden de cosas antiguo han venido a la nueva esperanza, no observando ya el sábado, sino el día del Señor, en el que nuestra vida es bendecida por él y por su muerte (S. Ignacio de Antioquía). La celebración del domingo observa la prescripción moral, inscrita en el corazón del hombre, de "Dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los hombres" (S. Tomás de Aquino). El culto dominical realiza el precepto moral de la Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu recoge celebrando cada semana al Creador y Redentor de su pueblo. Santificar los domingos y los días de fiesta exige un esfuerzo común. Cada cristiano debe evitar imponer sin necesidad a otro lo que le impediría guardar el día del Señor. Cuando las costumbres (deportes, restaurantes, etc.) y los compromisos sociales (servicios públicos, etc.) requieren de algunos un trabajo dominical, cada uno tiene la responsabilidad de un tiempo suficiente de descanso. Los fieles cuidarán con moderación y caridad evitar los excesos y las violencias
  • 36. CCCR - ESCUELA PARA CATEQUISTAS 2013 Página 36 engendrados a veces por espectáculos multitudinarios. A pesar de las presiones económicas, los poderes públicos deben asegurar a los ciudadanos un tiempo destinado al descanso y al culto divino. Los patronos tienen una obligación análoga respecto a sus empleados. Segunda parte de los mandamientos: “AMARÁS A TU PROJIMO COMO A TI MISMO” Jesús dice a sus discípulos: "Amaos los unos a los otros como yo os He amado" (Jn 13,34). En respuesta a la pregunta que le hacen sobre cuál es el primero de los mandamientos, Jesús responde: El primero es: “Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor, y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerza”. El segundo es: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. No existe otro mandamiento mayor que estos" (Mc 12,29-31). El apóstol S. Pablo lo recuerda: El que ama al prójimo ha cumplido la ley. En efecto, lo de: no adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás y todos los demás preceptos, se resumen en esta fórmula: amarás a tu prójimo como a ti mismo. La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud" (Rm 13,8-10). 1. HONRRAR A TU PADRE Y A TU MADRE: El cuarto mandamiento encabeza la segunda tabla. Indica el orden de la caridad. Dios quiso que, después de él, honrásemos a nuestros padres, a los que debemos la vida y que nos han transmitido el conocimiento de Dios. Estamos obligados a honrar y respetar a todos los que Dios, para nuestro bien, ha investido de su autoridad. Este precepto se expresa de forma positiva, indicando los deberes que se han de cumplir. Anuncia los mandamientos siguientes que contienen un respeto particular de la vida, del matrimonio, de los bienes terrenos, de la palabra. Constituye uno de los fundamentos de la doctrina social de la Iglesia. El cuarto mandamiento se dirige expresamente a los hijos en sus relaciones con sus padres, porque esta relación es la más universal. Se refiere también a las relaciones de parentesco con los miembros del grupo familiar. Exige que se dé honor, afecto y reconocimiento a los ancianos y antepasados. Finalmente se extiende a los deberes de los alumnos respecto a los maestros, de los empleados respecto a los patronos, de los subordinados respecto a sus jefes, de los ciudadanos respecto a su patria, a los que la administran o la gobiernan. 2. NO MATARÁS: "La vida humana es sagrada, porque desde su inicio comporta la acción creadora de Dios y permanece siempre en una especial relación con el Creador, su único fin. Sólo Dios es Señor de la vida desde su comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano inocente". El amor a sí mismo constituye un principio fundamental de la moralidad. Es, por tanto, legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio, incluso cuando se ve obligado a asestar a su agresor un golpe mortal. 3. NO COMETER ACTOS IMPUROS: La sexualidad afecta a todos los aspectos de la persona humana, en la unidad de su cuerpo y su alma. Concierne particularmente a la afectividad, la capacidad de amar y de