El monólogo de un sicario cuenta la historia de cómo se involucró en el mundo criminal desde joven al juntarse con pandilleros para ganar respeto. Describe su ascenso en el mundo del narcotráfico, llegando a trabajar para carteles colombianos y mudándose a Estados Unidos donde continúa con sus actividades ilegales. Actualmente se encuentra en el corredor de la muerte esperando su ejecución por haber asesinado a un policía estadounidense. Expresa arrepentimiento por el camino que tomó y extraña a
MONÓLOGO DE UN SICARIO: LA HISTORIA DE UN SICARIO COLOMBIANO EN ESTADOS UNIDOS
1. MONÓLOGO DE UN SICARIO<br />Todo empezó como una vaina simple, un deseo, una curiosidad, quería ser alguien y para serlo debía parecérmele a alguien ¿A quién? Bueno, no lo tenía claro entonces, no voy a decir que sabía a quién me le quería parecer, sólo estaba buscando y aparecieron ellos, los chicos malos de la cuadra. Otros pelados de mí se burlaban y hasta me cascaban, de ellos no, nadie se reía de ellos cuando pasaban por donde jugábamos nosotros los que éramos sanos. Ahora me parece fulera esa comparación entre sanos y malos, sano viene a ser guevón y malo es malo. Así de simple, no soy muy bueno para esto de hacer comparaciones, a lo bien que no, me da cierta pereza pensar, es mejor actuar ¿Haciendo qué? Ahh, eso es lo de menos, algo aparece, ahora no puedo actuar, por eso hablo solo como un bobo. ¿Si pillan qué algo aparece pa’ hacer? Aunque sea hablar solo como un bobo, siempre algo aparece, como cuando sin saber de donde aparecieron los chicos malos y me enseñaron a ser como ellos y a hacer cosas que no conocía y que hicieron que la otra gente me respetara, no fue fácil pero les probé finura cuando tumbé a aquel man que los estaba azarando. Después no hubo tiempo ni modo de patrasearme, ya lo hecho, hecho estaba, el man ya estaba cargando tierra y yo tenía mi primer morraco encima y ya dejaron de mariquiarme montándomela y poniéndome apodos. Los sanos se cagaban del miedo cuando me veían y esa cuca, la Yurly Jazbleidy, tan picadita que era y miren que la aterricé con nomás pedírselo un sola vez. <br />A lo bien que les probé a todos incluida mi cucha que siempre quería abrirme los pepos sobre cómo era esto de la vida. Cuando me le aparecí con el televisor grandote no se la creía y las siguientes semanas se la pasó invitando a mis tíos y primos a que fueran a la casa, sólo pa’ mostrarles que yo le había comprado tele de veintinueve pulgadas. Lo más bacano fue cuando desterré a mi padrastro de la jaus, ese man no servía pa’ nada y mantenía empeñándole la plancha y la licuadora a la cucha pa’ irse a soplar, si hasta se le fumó el par de areticos de oro que mi padrecito, que en paz descanse, le había regalado luego de la vuelta que coronó y por la que luego le dieron piso. A la pichurria de mi padrastro no lo volví a ver desde cuando quitaron el Cartucho, a lo mejor ya está en el otro toldo y mi cucho se las debe estar cobrando por haber sido tan barro con mi mamá, quien lo manda a meterse a bruto. Pobre man, no deja de darme pesar, ¿Pa’ qué pensar en eso? Tengo mejores cosas de qué acordarme y también peores. La Cindy ¿Qué estará haciendo la Cindy? Me da nota que ahora que no puedo volver se consiga una pinta que las haga sufrir a ella y a la niña. Mi niña pobrecita mi niña y yo que le tenía prometido llevarle hartos regalos pa’ esta navidad, como ahora hace un año que armamos tremenda rumba en la cuadra y hubo guaro ventiado y música de mi compadre Chente y Johnny Rivera. ”Esto no es vida, no, no, no, esto no es vida, si esto no es vida entonces que es la vida…” Aquí no se consigue de esa buena melodía y eso que se las pican de súper adelantados, gringos de mierda. <br />En el barrio no se las creían cuando les dije que me iba a volver internacional, se quedaron con la boca abierta cuando les mostré los pasajes a la yunais y en primera clase papá y nada de andar de mula, no señor, yo había sido contratado por la gente de Medellín con todo y que soy rolo, el mejor pistoloco de Tabogo y yo creo que de todo el país porque si esos manes de Medallo me llamaron a mí y no a uno de los de allá, que son tan duros, debió ser porque les parecí el mejor ¿Eso ya qué importa? Lástima que no haya un man de esos que escriben para contarle mi historia y que hiciera un libro y luego una película como hicieron con la vida del viejo Pablo o la del Cara cortada ese. Habría sido bacano, a lo bien que sisas ¿y a todas estas qui’horas serán? Tengo ganas de fumarme un cosito pero aquí pailas, eso es lo me ha hecho sentir más mal, si pudiera armar una bichita o meterme un pase de perico, las cosas serían distintas y no se verían tan feas. Me está pasando igual que la vez que quise dejar el vicio, fue cuando estaba cuadrándome con Cindy, ella no quería nada conmigo porque algún sapo le fue con el chisme de que yo me trababa, que metida es la gente, me tocó pa’ no perderla internarme en esa puta clínica de rehabilitación y ahí era donde más metíamos, todas esas artesanías y maricaditas que nos enseñaron a hacer y que luego teníamos que vender en los buses no las íbamos fumando, la Cindy me iba a visitar los domingos y ahí fue cuando quedó en embarazo y ya no pudo decir nada, le tocó dejar que yo saliera para que le consiguiera todo lo que necesitaba o si no hasta a lo mejor hubiera podido yo dejar el vicio y no estaría hablando de esto, ni habría conocido los Estados Unidos, ni me habría dado la gran vida que me di, ni la Cindy hubiera tenido casa, ni carro propio, ni nada de la buena vida que le he venido dando, aunque a veces haya tenido que cascarle, claro que no tanto como le daba mi padrastro a mi cucha, yo nunca le puse los ojos negros, ni tuvieron que darle incapacidades, es más ni siquiera tuvo que trabajar, ella no puede decir que yo no fui un man firme y responsable. A las hembras hay que responderles bien y cuando toca que darles, que no sea en la cara, a lo bien, es cagada ese pedacito de que la mujer de uno ande por la calle con un ojo colombino y que todo el mundo se entere de que fue el marido el que la puso así. Yo una vez tumbé a una pinta por las manos que le daba a la mujer y eso que éramos amigos, pero que va, como puede ser amigo un man que masacra tan feo a la propia costilla, seguro que si yo le hubiera dado papaya me habría cascado también a mí, por eso me le adelanté. <br />Para hacer estas vueltas, a las que yo me dedico, se necesita que la gente sea seria y responsable, como los mafiosos italianos de las películas, por ejemplo en El Padrino había un man que le daba muy duro a la jermu y que luego mandó quiñar al propio cuñado porque lo encendió a bailados cuando se enteró de cómo le pegaba a su hermana. Después en el Padrino dos o tres, no me acuerdo bien en cual, Michael Corleone, se la cobró ¿Pero ya para qué? debió hacerlo antes de que matara al otro hermano, a esas ratas hay que darles antes de que muerdan, como yo hice con la pinta que les digo. La viuda luego me lo agradeció dándomelo, yo no quería, pero en vista de que ella insistió pues no hubo de otra, la Cindy después se enteró y armó tremendo pedo mechoneando a la viuda y me tocó ajuiciarlas a ambas porque parecían Tyson contra Pambelé, la viuda era Tyson por ser la más Kingkona, ahhhhh, esos tiempos fueron muy bacanos. Me sentía como El Padrino o como Pablo. Pa` evitar más líos, me tocó llevarme a la viuda a otro barrio donde le monté full apartamento y esta es la hora de que la Cindy está sana de que tengo dos hogares, no hace mucho, antes de estar aquí, le mandé un billete largo a la viuda para que se sostuviera mientras yo regresaba, bueno, por lo menos ahí tiene para que viva bien por unos meses.<br />Aquí en la yunais, se gana mucho billete, pa’ que voy a hablar lo que no es, pero así mismito toca andar con más cuidado, si uno se deja caer es más difícil tranzar a los tombos, a estos manes les pagan mejor que los colombianos y no comen de ni mierda, por eso estoy aquí, preguntándome si no hubiera sido mejor haber seguido siendo un chino sano y no haber fumado ni marihuana ni bazuco, porque creo que ahí fue donde empezó a fritarse este chicharrón que ahora dentro de poco me voy a tener que comer; Si, como venía diciendo, no me hubiera juntado, cuando era sardino, con los chicos malos, no habría metido droga, ni habría matado a nadie y menos hubiera podido llegar a los Estados Unidos, ni estaría ahora en esta celda, en el pabellón de la muerte, a pocos minutos de que vengan y me lleven para sentarme en la silla eléctrica por haber matado a ese tombo gringo que no quiso recibir el billete que le estaba ofreciendo.<br />Me da guayabo con la Cindy y con mi hijita.<br />