La guerra Franco-Prusiana se desarrolló entre 1870 y 1871 y resultó en una victoria alemana liderada por Prusia sobre Francia. El conflicto fue provocado por el canciller prusiano Otto von Bismarck para eliminar la influencia francesa en Alemania y completar la unificación alemana bajo el liderazgo prusiano. A pesar de algunas victorias iniciales, los franceses fueron derrotados en varias batallas clave y su emperador Napoleón III fue capturado en la batalla de Sedan, lo que l
1. GUERRA FRANCO-PRUSIANA
INTRODUCCIÓN
Guerra Franco-prusiana, conflicto bélico que tuvo lugar desde julio de 1870
hasta mayo de 1871, en el que Francia fue derrotada por los estados alemanes
liderados por Prusia.
La razón que realmente desencadenó el conflicto fue el afán del dirigente
prusiano Otto von Bismarck por conseguir la supremacía de Prusia dentro de
Alemania y, como paso previo para la consecución del objetivo principal —la
unificación alemana—, eliminar la influencia de Francia sobre el futuro Estado
alemán, constituido en medio del fragor de la guerra el 1 de enero de 1871 bajo
la denominación de II Imperio Alemán. Por otro lado, Napoleón III, emperador
de los franceses desde 1852, pretendía recuperar el prestigio perdido en su
país y en el extranjero como consecuencia de los numerosos reveses
diplomáticos sufridos, y más concretamente por la expansión y el aumento del
poder de Prusia después de la derrota del Imperio Austriaco en la Guerra
Austro-prusiana de 1866. Además, la fuerza militar de Prusia, que ya se había
evidenciado durante la guerra con Austria, constituía una amenaza para el
dominio de Francia sobre el continente europeo.
ACONTECIMIENTOS PREVIOS
La causa directa que dio lugar a la Guerra Franco-prusiana fue la presentación
en 1869 de la candidatura de Leopoldo, príncipe de Hohenzollern-Sigmaringen,
como aspirante al trono de España, vacante debido al destronamiento de la
reina Isabel II por la revolución de 1868. Leopoldo había aceptado esta
propuesta persuadido por Bismarck. El gobierno francés, alarmado ante la
posibilidad de una alianza entre Prusia y España a raíz de la ocupación del
trono español por un miembro de la familia Hohenzollern (a la que pertenecía el
propio rey prusiano Guillermo I) amenazó a Prusia con declararle la guerra en
el caso de que no se retirara la candidatura de Leopoldo. El embajador francés
destinado en Berlín, el conde Vincent Benedetti, fue enviado al balneario de
Ems (en el noroeste de Alemania, en el actual estado de Renania-Palatinado),
donde se encontraba el rey prusiano Guillermo I. La misión del diplomático era
solicitar al monarca de Prusia que ordenara al príncipe Leopoldo retirar su
candidatura. Guillermo I, pese a la indignación que le acarreó esta petición, dio
permiso a Benedetti para que mandara un telegrama a Leopoldo. No fue
posible comunicarse con éste, pero su padre, el príncipe Carlos Antonio, envió
una respuesta en la que accedía a la retirada de la candidatura en nombre de
su hijo.
El gobierno de Napoleón III, aún insatisfecho, decidió humillar a Prusia, incluso
a riesgo de provocar una guerra. Antoine Agénor, duque de Gramont y ministro
de Asuntos Exteriores francés, exigió que Guillermo I entregara una carta
personal en la que presentara sus disculpas a Napoleón III y prometiera que no
2. se volvería a presentar la candidatura del príncipe de Hohenzollern en futuras
ocasiones. Guillermo I se entrevistó con Benedetti en Ems y rechazó las
peticiones francesas. Ese mismo día, Bismarck obtuvo la autorización de
Guillermo I para hacer público el comunicado, conocido como el “telegrama de
Ems”, que contenía las demandas de Francia y la negativa de Prusia a
cumplirlas. Bismarck modificó este documento de manera que agravara el
resentimiento de los franceses y los alemanes. El político prusiano era
consciente de que esta acción desencadenaría una guerra con toda seguridad,
pero sabía que Prusia estaba preparada; además, contaba con el efecto
psicológico que tendría la declaración de guerra por parte de Francia para la
adhesión de los estados alemanes del sur a la causa prusiana, con lo que se
llevaría a cabo la fase final de la unificación de Alemania.
EL COMIENZO DE LA GUERRA
Francia declaró la guerra a Prusia el 19 de julio de 1870. Los estados alemanes
del sur se unieron inmediatamente al rey Guillermo I para formar un frente
común contra Francia, cumpliendo así lo establecido en los tratados firmados
con Prusia. Los franceses sólo fueron capaces de movilizar 200.000 hombres;
los alemanes, sin embargo, reclutaron en poco tiempo un ejército de unos
400.000 soldados. Todas las fuerzas alemanas se encontraban bajo el mando
supremo del rey Guillermo I, que contaba con el gran estratega Helmuth von
Moltke como jefe de su Estado Mayor. Tres ejércitos alemanes —comandados
respectivamente por el general Karl Friedrich von Steinmetz, el príncipe
Federico Carlos y el príncipe heredero Federico Guillermo, que posteriormente
sucedería brevemente a su padre al frente de Prusia y del Imperio con el
nombre de Federico III— se dirigieron a Francia.
El primer combate terminó el 2 de agosto con la victoria de Francia, que
expulsó a un pequeño destacamento prusiano de la ciudad de Sarrebruck
(Saarbrücken), próxima a la frontera franco-alemana. Sin embargo, las tropas
francesas, al frente de las cuales se encontraba Edme Patrice Maurice Mac-
Mahon, fueron derrotadas en las batallas más importantes, que tuvieron lugar
en Weissenburg (4 de agosto), Wörth (6 de agosto) y Spichern (6 de agosto),
todas ellas en la región de Alsacia. Mac-Mahon recibió la orden de replegarse
sobre Châlons-sur-Marne (en la actualidad Châlons-en-Champagne). Se
decidió que Achille-François Bazaine, que estaba al mando de las tropas
francesas situadas al este de la ciudad de Metz, debía permanecer en esa
posición y conservarla a toda costa. Estas órdenes dejaron divididas a las
fuerzas francesas, que no volvieron a reunirse ni a recuperar la libertad de
acción. El 12 de agosto, Napoleón III entregó el mando supremo de los
ejércitos franceses a Bazaine, que fue totalmente derrotado en las batallas de
Vionville (15 de agosto) y Gravelotte (18 de agosto) y tuvo que permanecer en
Metz, donde fue sitiado por dos ejércitos alemanes. Fue entonces cuando se le
ordenó a Mac-Mahon liberar esta ciudad, pero fue sorprendido por los
alemanes, que derrotaron a sus tropas en Beaumont el 30 de agosto, después
3. de lo cual el militar francés decidió que su ejército se retirara a la ciudad de
Sedan.
LA BATALLA DE SEDAN Y LA CAPTURA DE NAPOLEÓN III
La batalla decisiva de la guerra comenzó en Sedan la mañana del 1 de
septiembre de 1870. Mac-Mahon fue gravemente herido alrededor de las siete
de la mañana, y el general Emmanuel Félix de Wimpffen quedó al frente de las
tropas una hora y media después. La batalla se prolongó hasta las cuatro de la
tarde, cuando Napoleón III, que había llegado a Sedan, asumió el mando. El
Emperador francés, al tomar conciencia de la desesperada situación en que se
encontraba, ordenó que se enarbolara la bandera blanca. Los términos de la
rendición se negociaron durante la noche; al día siguiente, Napoleón III, junto
con 83.000 hombres, capituló ante los alemanes.
Cuando se supo en París la noticia de la captura del Emperador, se produjo
una rebelión, se disolvió la Asamblea Nacional y se proclamó la III República
(aunque se suele también fijar la fecha de su nacimiento en 1875, cuando tuvo
lugar la aprobación de la Constitución). Estrasburgo, uno de los últimos puntos
en los que los franceses confiaban detener el avance alemán, se rindió antes
de finales de septiembre, con lo que París se encontraba totalmente rodeada.
Léon Gambetta, el jefe del nuevo gobierno francés, protagonizó una
espectacular huida en globo el 7 de octubre, y junto con su principal ayudante
estableció un gobierno provisional en la ciudad de Tours. Desde allí, ambos
organizaron la formación y equipamiento de 36 divisiones militares. No
obstante, todas las acciones de estas tropas fracasaron y finalmente fueron
conducidas a Suiza, donde se las desarmó y apresó.
EL SITIO DE PARÍS, LA CAPITULACIÓN DE FRANCIA Y LA OCUPACIÓN
ALEMANA
El mariscal Bazaine, con un ejército de 173.000 hombres, se rindió en Metz el
27 de octubre. Mientras tanto, París sufría el sitio y los bombardeos de los
alemanes. Sus ciudadanos tuvieron que iniciar el 19 de enero de 1871 las
negociaciones para la capitulación.
Un día antes, el 18 de enero, había tenido lugar el acontecimiento con el que
culminaban los constantes esfuerzos de Bismarck por llevar a cabo la
unificación alemana: Guillermo I, el rey de Prusia, fue coronado emperador de
Alemania en la galería de los Espejos del palacio de Versalles: había nacido el
II Imperio Alemán (II Reich para la historiografía alemana). La rendición oficial
de París tuvo lugar el 28 de enero y, a continuación, se pactó un armisticio de
tres semanas. La Asamblea Nacional francesa, elegida para negociar la paz, se
reunió en Burdeos el 13 de febrero y nombró a Adolphe Thiers jefe del poder
ejecutivo. En marzo, los parisinos se rebelaron contra la nueva Asamblea y
constituyeron el gobierno revolucionario de la Comuna de París. Se declararon
en contra del armisticio y lucharon cruentamente contra las tropas enviadas por
4. Thiers para suprimir la sublevación. La guerra civil se prolongó hasta mayo,
mes en el que se rindieron los revolucionarios.
El Tratado de Frankfurt, firmado el 10 de mayo de 1871, puso fin a la guerra
entre Francia y Alemania. En este documento se estipulaba que la provincia
francesa de Alsacia (a excepción de Belfort) y parte de Lorena (incluida Metz)
habían de pasar a manos del II Imperio Alemán; Francia debía pagar una
indemnización de guerra de 5.000 millones de francos-oro, y sería ocupada por
tropas alemanas hasta que completara el pago de la cantidad impuesta. Esta
onerosa obligación se cumplió en septiembre de 1873. Ese mismo mes, las
tropas alemanas abandonaron Francia, después de casi tres años de
ocupación, pero el problema surgido respecto al área fronteriza de Alsacia-
Lorena trajo consigo el nacimiento de una carrera de armamentos que presagió
futuros conflictos.
GUERRA AUSTRO-PRUSIANA
Guerra Austro-prusiana, también llamada guerra de las Siete Semanas;
conflicto militar (1866) entre Austria y Prusia, a partir del cual esta última se
convirtió en el Estado más poderoso de Alemania.
Este enfrentamiento fue provocado por el canciller de Prusia, Otto von
Bismarck. Prusia y Austria rivalizaban por conseguir el liderazgo de la
Confederación Germánica —compuesta por 39 estados— creada en el
Congreso de Viena de 1815, y Bismarck estaba decidido a vencer en esta
disputa. Dos años antes (1864), Austria y Prusia habían actuado aliadas en la
guerra de los Ducados, ocupando Schleswig y Holstein. De acuerdo con lo
establecido en la Convención de Gastein (1865) que puso fin a ésta, el ducado
de Holstein quedó bajo el dominio de Austria, y los de Schleswig y Lauenburg
bajo el poder de Prusia. No obstante, ninguno de los dos países se mostró
satisfecho con el acuerdo. Bismarck, aprovechando esta situación en beneficio
de sus objetivos, entorpeció la gestión de la administración austriaca de
Holstein y, cuando Austria protestó ante la Dieta de Frankfurt (principal
asamblea de la Confederación) el canciller prusiano (después de asegurarse la
neutralidad de las potencias europeas, en especial de Rusia, y de establecer
una alianza con el recién creado reino de Italia) envió tropas a ese ducado.
Hannover, Hesse-Kassel, Sajonia, Baviera, Württemberg y otros estados
alemanes, temerosos de los deseos expansionistas de Prusia, apoyaron a
Austria.
Cuando se inició la guerra, declarada por Austria el 14 de junio, el Ejército
prusiano no tardó en vencer gracias a su brillante estratega, el general Helmuth
von Moltke, que introdujo en el ejército prusiano moderno material bélico y que
hizo uso del ferrocarril como medio para el traslado y concentración de tropas.
El Ejército de Prusia conquistó Hannover y Hesse-Kassel, invadió Sajonia y