2. HUEVOS
Además de contener más de 12 vitaminas y minerales, los
huevos tienen mucha proteína, la cual es esencial para tu
embarazo. Las células del cuerpo de tu bebé, que ahora crecen
y se multiplican a una velocidad asombrosa, están hechas de
proteínas. Además, tu propio organismo necesita proteínas para
el crecimiento y la reparación de los órganos que también se
desarrollan en tu cuerpo, como la placenta, el útero y los senos.
Los huevos también son ricos en colina, un nutriente esencial
para el crecimiento de tu bebé y la salud de su cerebro, y que a
la vez ayuda a prevenir defectos del tubo neural.
Además, puedes comprar huevos que contengan ácidos grasos
omega-3, que son importantes para el desarrollo del cerebro y la
visión de tu bebito. (Las marcas que contienen omega-3 lo traen
impreso en la caja.)
3.
Además de sanos, los huevos son baratos, fáciles y
rápidos de preparar, y muy versátiles. Cuando te falte
tiempo o energía para cocinar, un par de huevos duros o
una rica tortilla de huevos (a la que puedes agregarle
algunas verduritas) son siempre una excelente opción.
Sólo asegúrate de cocinarlos bien y evitar las comidas y
postres que contengan huevos crudos, los cuales podrían
contener bacterias que pueden causar infecciones y hasta
provocar un parto prematuro.
4. SALMÓN
El salmón no sólo es un alimento rico en proteínas de muy
buena calidad, sino que es también una excelente fuente
de ácidos grasos omega-3. Comparado con otros
pescados, tiene la ventaja de contener bajas cantidades de
metilmercurio, un químico presente en alta concentración
en muchos pescados grandes (pez espada, caballa del
atlántico, blanquillo camello, tiburón) y que es peligroso
para el sistema nervioso en desarrollo de un bebé.
5. FRIJOLES (ALUBIAS, JUDÍAS)
Negros, blancos, pintos, lentejas, garbanzos... ¡cuántas deliciosas
opciones tenemos de estas legumbres llenas de fibra y proteínas!
Ya sabes lo importante que son las proteínas para un embarazo
sano, y ahora te presentamos a tu nuevo aliado durante los nueve
meses de espera: la fibra. Durante el embarazo los intestinos se
vuelven un poquito perezosos, aumentando la posibilidad de que
padezcas estreñimiento y hemorroides. El consumo de fibras ayudará
a prevenir y aminorar estos dos problemas.
Los frijoles, además de tener un alto nivel de fibra, son ricos en hierro y
folato (el folato es la vitamina B9 que se encuentra en los alimentos, y
el ácido fólico es la forma artificial del folato que se toma en
vitaminas, píldoras etc), calcio y zinc.
6. CAMOTE (BATATA, BONIATO)
El color anaranjado de la batata o camote viene de los carotenoides
que contienen, y que nuestro organismo transforma en vitamina A.
Otros vegetales anaranjados y rojos, como la zanahoria, los chiles y
pimientos (ajíes), también son ricos en carotenoides. Nuestro
organismo convierte los carotenoides de los vegetales en esta vitamina
a medida que lo necesitamos, o sea que no hay riesgo de ingerir
cantidades excesivas de vitamina A.
Los camotes también son una buena fuente de vitamina C, folato y
fibras. Y, al igual que los frijoles, son muy económicos y versátiles (y
también muy ricos como botanas o meriendas). Cocínalos al vapor o al
horno, y dales un toque de sabor con un poco de mojo, ajo, aceite de
oliva o hierbas frescas. Úsalos en sopas y guisos junto con papas
comunes o en lugar de éstas.
7. AVENA
La avena es un grano integral muy rico en fibra. Es una excelente fuente de energía y también
es rica en vitamina B1, magnesio, proteína y fósforo, entre otros nutrientes.
Pruébala como cereal de desayuno, con leche y frutas, o úsala molida en la preparación de
galletas, pastelitos y bollos tipo "muffins". La avena es el ingrediente principal de la granola
(avena tostada con frutas secas), la cual combina muy bien con el yogur natural.
Comer cereales integrales durante el embarazo es importante porque éstos contienen mucha
fibra y nutrientes, incluyendo vitamina E, que protegen las células de nuestro
cuerpo.
Además de la avena, puedes incluir en tu alimentación el arroz integral, panes y tortillas hecho
con harinas integrales, la quinoa (que contiene mucha proteína) e incluso las palomitas de
maíz (¡sí, también son un cereal integral!; pero consúmelas sin mantequilla o aceite, y procura
no agregarles demasiada sal).
8. NUECES
Si no te gustan los huevos ni el pescado, pero quieres
asegurarte de consumir los ácidos grasos omega-3, tan
importantes para el desarrollo cerebral de tu pequeño, prueba
las nueces. Son una de las mejores fuentes vegetales de
omega-3, y te vendrá muy bien tener siempre a la mano esta
botana práctica y energética (además, combina muy bien tanto
con postres como con platillos salados).
Guárdalas en el congelador para que no se pongan rancias, y
disfrútalas solas, con uvas pasas o frutas, sobre
ensaladas, pastas y vegetales, o mezcladas con yogur.
9. YOGUR NATURAL
El yogur natural te ofrece los beneficios de la leche de una forma más
fácil de digerir y con la ventaja adicional de las culturas activas que
contiene (o probióticos) que ayudan con la digestión y pueden fortalecer
tus
defensas
naturales.
Es una excelente fuente de calcio, el cual es vital en tu dieta de futura
mamá. Si no consumes suficiente calcio durante el embarazo, tu
organismo lo extraerá de tus huesos y dientes para que no le falte este
mineral
a
tu
bebé.
El yogur natural es más sano que los que tienen sabor a frutas, los
cuales además de azúcar contienen más conservantes, sabores y
colorantes artificiales. Pero si lo prefieres dulce, prueba agregarle fruta
fresca
picada
o
endulzarlo
con
un
poco
de
miel.
10. LA COL, Y OTRAS VERDURAS DE HOJAS VERDES
OSCURAS
La col, tradicional o rizada, está cargada de vitaminas y
nutrientes, incluyendo las vitaminas A, C y K, así como del
importantísimo ácido fólico. También es rica en carotenoides, esenciales
para la salud de los ojos.
Para sacarles el mejor provecho a estas hortalizas, lo ideal es consumirlas
lo más frescas posibles, preparándolas sin demora al comprarlas, puesto
que conforme pasan los días disminuye su contenido nutritivo. También es
buena idea tener siempre una bolsita de espinacas o col picada en el
congelador para la preparación de diversos
platillos.
11. CARNES MAGRAS
Las carnes proveen grandes cantidades de proteína y hierro, dos
nutrientes
fundamentales
durante
el
embarazo.
Sin
embargo, dependiendo del corte, también pueden contener mucha
grasa. El truco está en elegir opciones más magras, como el
solomillo, y evitar las más grasosas (como muchas carnes
molidas, y también la piel de las aves).
Al comprar carne de res, elige los cortes sin grasa (de 95 a 98 por
ciento libre de grasa). Evita, sin embargo, los fiambres y las
salchichas, a no ser que se calienten hasta que estén humeantes.
Además de que son menos sanos, hay un pequeño riesgo de que
al consumirlos puedas transmitirle algunas bacterias o parásitos
dañinos al bebé, incluyendo el toxoplasma, o la salmonella.
12. FRUTAS Y VERDURAS DE COLORES VARIADOS
Al
consumir
una
variedad
de
frutas
y
verduras
anaranjadas, rojas, amarillas, moradas, verdes y blancas estarás
aportando a tu dieta (y la de tu bebé) una gran variedad de nutrientes.
Esto se debe a que los alimentos de diferentes colores son ricos en
diferentes vitaminas, minerales y antioxidantes.
Además, este arco iris nutritivo tiene otra importante ventaja: durante la
fase final del embarazo, el bebé está "probando" a través del líquido
amniótico todos los alimentos que tú consumes, dicen los expertos. Si tu
pequeño empieza a saborear una variedad de frutas y verduras sanas
desde antes de nacer, aumentará la probabilidad de que reconozca esos
sabores y los acepte más adelante.