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PREMIO ANUAL FLORENCIO FIORINI

FUNDACIÓN FLORENCIO FIORINI             UNIVERSIDAD DEL SALVADOR



           AÑO 1997 - AVANCES EN GASTROENTEROLOGÍA




AVANCES EN EL CONOCIMIENTO DE LA ETIOFISIOPATOGENIA DE


 LA PANCREATITIS AGUDA INDUCIDA POR CÁLCULOS BILIARES



               Y SU IMPLICANCIA TERAPÉUTICA




 Hernández CA, Amuchástegui RL, Jover Clos RJ, Pizarro P, Bísaro L.
2

                                                          ÍNDICE




CARÁTULA................................................................................................................1

ÍNDICE.......................................................................................................................2

RESUMEN ................................................................................................................5

1.-            INTRODUCCIÓN.......................................................................................7

1.1.-           Antecedentes...........................................................................................7

1.1.1.-         Disposición anatómica del confluente bilio-pancreático.....................7

1.1.2.-         pancreatitis aguda biliar por oclusión del Wirsung.............................9

1.1.3.-         Pancreatitis aguda biliar por reflujo bilio-pancreático.......................10

1.1.4.-         Pancreatitis aguda biliar por reflujo duodeno-pancreático...............11

1.1.5.-         Pancreatitis aguda biliar por oclusión colédoco-Wirsungiana.........13

1.1.6.-         Pancreatitis aguda biliar por reflujo pancreo-biliar..........14

1.2.-           Motivo del estudio.................................................................................17

2.-             PACIENTES Y MÉTODOS......................................................................18

2.1.-           Pacientes................................................................................................18

2.2.-           Métodos.................................................................................................19

2.2.1.-         Colangiometría intra-operatoria...........................................................20

2.2.2.-         Colangiometría post-operatoria...........................................................21

2.2.3.-         Determinación de enzimas pancreáticas en bilis del drenaje en “T”21

3.-             RESULTADOS........................................................................................23

3.1.-           Colangiometría......................................................................................23
3

3.2.-         Actividad de enzimas pancreáticas en bilis del drenaje en “T”.........24

3.3.-         Valores de reserva alcalina y pH en bilis del drenaje en “T”.............26

4.-           DISCUSIÓN............................................................................................27

4.1.-         Factores y mecanismos etiofisiopatogénicos más propuestos........27

4.1.1.-       Disposición anatómica del confluente bilio-pancreático...................27

4.1.2.-       Pancreatitis aguda biliar por reflujo bilio-pancreático.......................30

4.1.3.-       Pancreatitis aguda biliar por oclusión del Wirsung...........................33

4.1.4.-       Pancreatitis aguda biliar por oclusión colédoco-Wirsungiana.........40

4.1.5.-       Pancreatitis aguda biliar por reflujo duodeno-pancreático...............43

4.1.6.-       Pancreatitis aguda biliar por reflujo pancreo-biliar..........45

4.1.6.1.      Discusión de los antecedentes más relevantes..................................45

4.1.6.2.-     Discusión de los resultados de nuestro trabajo.................................52

4.1.6.3.-     Teoría de la pancreatitis aguda por reflujo pancreo-biliar.................55

4.1.6.4.-     Consideraciones terapéuticas emergentes.........................................60

4.1.6.4.1.- Tratamiento preventivo de la enfermedad...........................................60

4.1.6.4.2.- Tratamiento oportuno de la enfermedad de inicio.............................63

4.1.6.4.2.1.- Antecedentes......................................................................................63

4.1.6.4.2.1.1.- Obstrucción ductal y cálculos biliares...........................................63

4.1.6.4.2.1.2.- Obstrucción ductal y evolución de la enfermedad........................63

4.1.6.4.2.2.- Tratamiento.........................................................................................65

5.-           BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................68
4

                                       RESUMEN


Hace mas de 300 años que asociamos a la pancreatitis aguda con la litiasis biliar.

Aquí se presenta nueva evidencia y contra-evidencia etiofisiopatogénica sobre los

factores   que   con    mayor    frecuencia    han   sido   responsabilizados   por   el

desencadenamiento del ataque de pancreatitis aguda inducida por cálculos biliares:

disposición anatómica del confluente bilio-pancreático, oclusión Wirsungiana,

oclusión colédoco-Wirsungiana, reflujo bilio-pancreático, reflujo duodeno-pancreático

y reflujo pancreo-biliar, junto con consideraciones terapéuticas emergentes de estos

hechos.


En un conjunto de 36 pacientes con conducto bilio-pancreático común y litiasis biliar

divididos en tres grupos, determinamos: Grupo A (n=24, litiasis vesicular); diámetro

funcional del conducto bilio-pancreático común por colangiometría intra-operatoria

(controles). Grupo B (n=6, litiasis coledociana); idem al grupo A por colangiometría

post-operatoria más la actividad de amilasa, iso-amilasa tipo P, lipasa, tripsina,

concentración de tripsinógeno, reserva alcalina y pH en bilis del drenaje en “T”, en

condiciones basales y post-estimulación con comida de prueba. Grupo C (n=6,

pancreatitis aguda biliar); idem al grupo B.


En el grupo C el paso de cálculos por el conducto bilio-pancreático común estenosa

su diámetro funcional promedio de 0,80 mm a 0,47 mm (p< 0.001). Ésto genera un

reflujo masivo de jugos pancreáticos post-estimulación directamente desde el

páncreas hacia el árbol biliar a través de una unión bilio-pancreática permeable. Al

no pasar por duodeno el reflujo contiene tripsinógeno pero no tripsina. Además el

jugo pancreático alcaliniza la bilis llevándola a un pH entre 7,9 a 8,1.
5

La fuerte estasis a que da lugar la estenosis funcional del conducto bilio-pancreático

común disminuye la llegada de bilis y de jugo pancreático a duodeno lo que aumenta

la secreción de colecistoquinina. Ésto produce hipersecreción e hipertensión bilio-

pancreáticas ductales, disminución de la actividad del sistema retículo endotelial

hepático, aumento en la concentración de la enteroquinasa activa de origen portal

eliminada por la bilis y aumento del pH biliar.


El tripsinógeno del reflujo páncreo-biliar, que queda atrapado durante tiempo

suficiente dentro del árbol biliar junto con la bilis alcalina que contiene enteroquinasa

de origen portal, se transforma en tripsina, altera la bilis y la mezcla de ambos

lesiona las mucosas. La tripsina así generada contacta con el tripsinógeno intra-

pancreático a través de la unión bilio-pancreática permeable y la activación progresa

retrógradamente sin necesidad de un verdadero reflujo          hasta el interior de los

ácinos. Allí la pancreatitis aguda inducida por cálculos biliares arranca.


El tratamiento oportuno de la estenosis del conducto bilio-pancreático común elimina

el reflujo pancreo-biliar experimental y clínico, previniendo y/o abortando la

enfermedad.


El peso de la evidencia aquí presentada sugiere firmemente que el reflujo pancreo-

biliar constituye un co-factor crítico en la génesis del mecanismo responsable de la

mayoría de las pancreatitis agudas inducidas por cálculos biliares en el ser humano.
6

                                    1.- INTRODUCCIÓN


1.1.- Antecedentes. La primera publicación que asocia a la pancreatitis aguda con

la litiasis biliar data de 1681 1. Desde entonces se discute sobre cuáles son los

factores y mecanismos etiofisiopatogénicos involucrados en el inicio del ataque de
                                                                         2
pancreatitis aguda inducida por cálculos biliares (P.A.B.)                . A continuación

resumimos los antecedentes de aquellos que con mayor frecuencia han sido

propuestos como responsables durante los últimos 100 años.


1.1.1.- Disposición anatómica del confluente bilio-pancreático. En el 50% de los

seres humanos normales el conducto biliar principal y el conducto pancreático

principal se unen en la papila de Vater antes de entrar juntos al duodeno 3. El

conducto bilio-pancreático común (C.B.P.C.) resultante, con una longitud normal

promedio de 5 mm y un diámetro funcional promedio de 0,80 mm, constituye la parte

mas estrecha a través de la cuál ambos sistemas ductales deben descargar sus

secreciones al intestino 4, 5 (Fig. I).




                                                    Fig. I.- Estructura anatómica de la
                                                    encrucijada bilio-pancreática y del conducto
                                                    bilio-pancreático     común       (C.B.P.C.).
                                                    1) Colédoco (diámetro 5 mm, presión 12 cm
                                                    de H2O), 2) Wirsung (diámetro 2mm,
                                                    presión 23 cm de H2O), 3) C.B.P.C. (largo
                                                    5 mm, diámetro 0,80 mm), 4) Páncreas,
                                                    5) Duodeno. Esta figura y similares se han
                                                                                91
                                                    inspirado en K. Morgenroth .




En los pacientes portadores de patología litiásica biliar importante la cifra de aquellos
                                          4, 5
que tienen C.B.P.C. supera el 90%            . En pacientes con P.A.B., la presencia de
7

                              76
C.B.P.C. es una constante       . Hay acuerdo en que la asociación del C.B.P.C. con

cálculos biliares representa un factor de alto riesgo para la ocurrencia de P.A.B. 6.

También hay acuerdo en que el tránsito de cálculos a través del C.B.P.C. puede
                                   7
desencadenar la enfermedad         . En revisiones endoscópicas o quirúrgicas muy

precoces se encuentran cálculos en la zona del C.B.P.C. en la mayoría de los casos

de P.A.B. pero varios días después sólo hay un 3% 8. En los pacientes donde no se

los encuentra es posible recuperar litos de características vesiculares de la vía biliar

principal, del intestino o de las heces 9. El pasaje de cálculos por el C.B.P.C. es

frecuente durante los cólicos biliares o luego de litotripsia por ondas de choque

extra-corpóreas pero solo produce síntomas de P.A.B. entre el 0,3 al 3% de los

enfermos10. Los síntomas se originan cuando los cálculos estenosan el C.B.P.C. por
                                                                      11, 12
sí mismos o por la inflamación que su paso a duodeno produce                   , ocasionando a

nivel bilio-pancreático ductal una alteración hidro-dinámica relevante y prolongada.

Esta alteración podrá o no conducir luego al inicio del ataque de P.A.B 5. Los

cálculos que quedan por largo tiempo dentro de la vesícula biliar, si no migran a

través del C.B.P.C. estenosándolo, no pueden iniciar la secuencia fisio-patogénica
                                                 13
responsable de la producción de P.A.B.            . El barro biliar y la colesterolosis

constituyen factor de riesgo cierto para la P.A.B. dado que pueden ocasionar por sí
                                       14, 15
mismos estenosis del C.B.P.C.               . La colesterolosis papilar a forma adeno-

miomatosa es parte de las afecciones asociadas a las colecistosis hiperplásticas y

puede producir, como manifestación hipertrófica e hiperplástica degenerativa no

inflamatoria que caracteriza a este grupo de enfermedades, una estenosis del

C.B.P.C. capaz de generar P.A.B.92. Por el contrario la colecisto-pancreatitis cefálica

por vía linfo-hematógena 16 (Fig. II) y la pancreatitis cefálica por reflujo biliar a través

de pequeños conductillos pancreáticos que drenan directamente al colédoco retro o
8

                      17
intra-pancreático          (Fig. III) aparecen como mecanismos fisio-patogénicos poco

probables.




Fig. II (izquierda).- Colecisto-pancreatitis cefálica por vía linfo-hematógena. Esta figura está inspirada
              16
en W. Hess .

 Fig III (derecha).- Pancreatitis cefálica por reflujo bilio-pancreático a través de pequeños conductillos
terciarios que drenan directamente al colédoco proximal, debido a un cálculo coledociano
                                                                          17
suprapapilar impactado. Esta figura está inspirada en L. F. Holländer .




En definitiva, la importancia que le cabe en el origen de la P.A.B. a la presencia de

un C.B.P.C. asociado con cálculos biliares que han ocasionado una estenosis
                                                                4, 5
significativa de su diámetro funcional es indiscutida              .


1.1.2.- P.A.B. por oclusión del Wirsung proximal. En el curso de 1901 Eugene

Lindsay Opie, por entonces joven patólogo del Johns Hopkins Hospital de Baltimore

en E.E.U.U. de Norte América, publicó por separado el informe de dos autopsias de

pacientes fallecidos por pancreatitis aguda necro-hemorrágica de origen biliar. En el

primer caso, el menos conocido, un cálculo ubicado en el colédoco había ocluido el

orificio de salida del Wirsung, sin ocluir la vía biliar principal. De esta manera la

secreción pancreática exócrina se veía absolutamente imposibilitada de abandonar

el páncreas a través de su salida natural 18 (Fig. IV). Acorde con ésto propuso a la
9




Fig. IV .- Cálculo coledociano que comprime extrínsecamente la salida del Wirsung sin ocluir
completamente a la vía biliar principal.




disminución o anulación de la secreción pancreática por obstáculo mecánico como

principal factor desencadenante de la P.A.B.. Esta hipótesis inicial, rápidamente

olvidada, ha sido retomada con entusiasmo en la actualidad por algunos grupos de

investigadores 19, 20.


1.1.3.- P.A.B. por reflujo bilio-pancreático. En el examen post-mortem del

segundo caso Opie encontró un pequeño cálculo impactado en la papila de Vater

(C.B.P.C.) y por detrás de él al conducto colédoco y al conducto de Wirsung

ampliamente comunicados entre sí a través de la unión bilio-pancreática. A esta
                                                      21
situación patológica la denominó erróneamente              “canal común” y sugirió que a
10

                                                                          22
través de él la bilis podría haber penetrado en el páncreas                    (Fig. V). Acorde con

ésto propuso




Fig. V .- Pequeño cálculo impactado en la papila de Vater. Por detrás de él, el conducto colédoco y el
conducto de Wirsung están ampliamente comunicados entre sí a través de la unión biliopancreática.
Esta situación anátomo- funcional patológica fue denominada por Opie, de manera poco feliz, como
“canal común”. Además sugirió que a través de este “camino” la bilis podría penetrar en el páncreas
desencadenando la P.A.B.




al reflujo de bilis hacia el páncreas como el principal factor desencadenante de la

P.A.B. Su segunda propuesta alcanzó inmediata aceptación y a casi 100 años de
                                                      23
formulada todavía es mantenida por algunos                 a pesar de la evidencia experimental

y clínica aportada en su contra 24, 25.


1.1.4.- P.A.B. por reflujo duodeno-pancreático. La ligadura experimental del

duodeno, por encima y por debajo de la papila de Vater, produce un asa cerrada que
11

puede elevar la presión intra-duodenal lo suficiente como para que su contenido

pase retrógradamente a través del C.B.P.C. insuficiente ingresando al colédoco y al

páncreas (Fig. VI).




Fig. VI .- Reflujo duodeno-pancreático por hiperpresión endo-duodenal e Incompetencia del C.B.P.C.




Acorde con ésto se propuso que el reflujo del contenido duodenal a través de un

esfínter incompetente podría ser el evento principal desencadenante de la P.A.B. El

contacto previo de la enteroquinasa duodenal aseguraría la activación de las

proteasas pancreáticas y la posterior regurgitación de la mezcla de secreciones

hacia el páncreas sería potencialmente mucho más peligrosa que un reflujo
                              26, 27
exclusivamente de bilis            . Aceptada de manera parcial, esta propuesta fue

desestimada definitivamente por estudios experimentales y clínicos de reciente

publicación 4, 24.
12

1.1.5.- P.A.B. por oclusión por separado del Wirsung y del colédoco proximales

antes de la unión bilio-pancreática. El Opossum norteamericano es el único

animal de laboratorio que desarrolla pancreatitis aguda necro-hemorrágica después
                                                  19
de la ligadura prolongada de su largo C.B.P.C.     . La ligadura por separado del

colédoco o del Wirsung del opossum no la produce pero sí el cierre simultáneo de
                    28
ambos conductos      . Acorde con ésto se propuso a la obstrucción simultánea de

ambos conductos, antes del C.B.P.C., como el principal evento desencadenante de

la pancreatitis en este modelo (Fig. VII).




                                                   Fig. VII .- Distintas posibilidades
                                                   experimentales de oclusión por
                                                   ligaduras del árbol bilio-pancreático
                                                   del Opossum (Didelphis Virginiana).
                                                   Cabezas de flecha : 1) A nivel del
                                                   hepático común,         2) A nivel del
                                                   Wirsung proximal, 3) A nivel del
                                                   C.B.P.C. proximal, 4) 1 + 2.
                                                   X : Ligadura del cístico que excluye a
                                                   la vesícula biliar como reservorio
                                                   durante la experiencia. GB : vesícula
                                                   biliar. Esta figuras y similares están
                                                                              19
                                                   inspiradas en M. M. Lerch .




El posible mecanismo subyacente de este fenómeno podría ser la estimulación de la

secreción pancreática exócrina y la caída del sistema retículo endotelial (S.R.E.)
                                                                             29, 30, 31, 32
hepático que ocurre después de la ligadura del conducto biliar principal                      .

Hace poco tiempo ha aparecido evidencia clínica que invalida la extrapolación de

estos resultados experimentales al ser humano, salvo en lo que concierne a la caída
13

del S.R.E. hepático y al incremento de la enteroquinasa de origen portal eliminada
                                                                               4, 33, 95, 96, 97, 98.
activa hacia la bilis, luego de la oclusión de la vía biliar principal


1.1.6.- P.A.B. por reflujo pancreo-biliar. Grupos significativos de pacientes

con C.B.P.C. y hépato-coledocitis, cistiquitis, colecistitis, colecistitis filtrantes,

hepatitis, P.A.B., terminación bilio-pancreática común extra-esfintérica congénita con

quiste de colédoco y carcinoma temprano del árbol biliar, registraron una actividad

muy alta de fermentos pancreáticos en la bilis de la vía biliar principal y de la
                  34, 35
vesícula biliar            . Acorde con ésto se propuso al reflujo pancreo-biliar (R.P.B.)

como probable factor desencadenante de estas afecciones por acción enzimática

(Fig. VIII).




      Fig. VIII .- Reflujo páncreo-biliar (R.P.B.) a través de la unión biliopancreática permeable.
14

Esta teoría, discutida sin generar demasiada adhesión, fue considerada durante
                                                        16
mucho tiempo como un mecanismo de excepción              . Más tarde se demostró que el

R.P.B. es un hecho que ocurre con frecuencia significativa en grupos de pacientes

con C.B.P.C. y enfermedad litiásica biliar de distinto grado al examinar durante el

post-operatorio normal la bilis proveniente de un drenaje en “T” colocado en su vía

biliar principal, en condiciones basales y post-estimulación con comida de prueba. La

magnitud del R.P.B. estuvo en relación directa con la gravedad de la patología que

motivó la operación siendo sorprendente en la P.A.B., menor en la litiasis

coledociana y casi inexistente en la litiasis vesicular 4. En la P.A.B. se registró, en la

bilis de drenaje en “T”, gran actividad de amilasas e iso-amilasas tipo P y alta

concentración de tripsinógeno sin tripsina, preferentemente post-estimulación con

comida de prueba (Tablas 1 y 2, modificadas de 4 ).



 25


 20                                                          Tabla 1 .- Actividad amilolítica
                                                             medida antes y después de la
                                        amilasa basal        estimulación con comida de prueba.
 15                                                          Los valores de amilasa en el grupo A
                                                             (pacientes después de cirugía por
 10                                     amilasa post-        litiasis vesicular) y en el grupo B
                                        estimulación         (pacientes después de la remoción de
                                                             cálculos del hepatocolédoco) están
  5
                                                             dados en una escala lineal, mientras
                                                             que los datos en el grupo C
  0                                                          (pacientes después de P.A.B.) son
       1    2   3    4    5    6                             tan altos que su representación se
                                                             hace en una escala logarítmica.
15


                                                       1          2         3          4         5

Tripsina basal (U/ml)                                   -         -          -         -          -

Tripsinógeno basal (U/ml)                               -       48-0         -         -          -

Tripsina post-estimulación (U/ml)                       -         -          -         -          -

Tripsinógeno post-estimulación (U/ml)                162-0     299-0      485-0      48-0      81-0

Tabla 2 .- Tripsinógeno inactivo y tripsina activada en bilis del drenaje en “T”. Valores denotando la
actividad de tripsinógeno y tripsina en el fluido proveniente del drenaje en “T” en pacientes del grupo
C. Los valores basales provienen de muestras recolectadas luego de una noche de ayuno y antes de
que se diera la comida de prueba. Los valores post-estimulación indican la actividad en las muestras
tomadas entre los 20 y 60 minutos después de la comida de prueba.




Acorde con ésto se propuso que el pasaje de cálculos a través del árbol biliar

produce estenosis y no insuficiencia del esfínter de Oddi lo que facilita la

regurgitación masiva de jugo pancreático dentro del árbol biliar sin pasar por

duodeno, a través de una unión bilio-pancreática permeable.


En definitiva, la luz del sistema biliar queda llena de una mezcla de bilis y jugo

pancreático y los sistemas biliar y pancreático unidos entre sí con su salida común

hacia duodeno muy estrechada. Si estas condiciones potencialmente explosivas se

mantienen existe la posibilidad que dentro del árbol biliar se produzca la activación

del tripsinógeno atrapado causando lesión aguda de la mucosa (Fig. IX).
16




Fig. IX .- Lesión de la mucosa del árbol biliar producida por contacto prolongado con la mezcla de bilis
y fermentos pancreáticos activos, traídos por el R.P.B. y mantenidos por la estasis que genera la
estenosis funcional del C.B.P.C. La elevada concentración de fermentos activos y de sales biliares a
nivel vesicular favorece la primo ocurrencia de lesiones en el colecisto. B : bilis. P : fermentos
pancreáticos activos en el árbol biliar. (P) : Fermentos pancreáticos inactivos dentro del Wirsung. Esta
                                                    93
figura y similares están inspiradas en U. Veronesi .

Pero además es altamente probable que esta acción enzimática deletérea pueda

propagarse a través de la unión bilio-pancreática permeable hasta el interior mismo
                                                                           19
del páncreas acinar, lugar donde la P.A.B. arranca                           . La hipótesis que

responsabiliza al R.P.B. como principal factor patogénico en el inicio del ataque de la

mayoría de las P.A.B.’s aparece para muchos grupos de investigadores como la más

probable. No solamente está soportada por suficientes estudios experimentales sino
                                                                                4, 5, 11, 12, 24, 34, 35, 36, 37,
también, lo que es mas importante, por clara evidencia clínica
38, 95, 96, 97, 98.




1.2.- Motivo del estudio.


Presentar nueva evidencia y contra-evidencia sobre los factores y mecanismos

etiofisiopatogénicos que con mayor frecuencia han sido propuestos como
17

responsables del inicio del ataque de P.A.B., junto con sólidos fundamentos

terapéuticos emergentes de estos hechos.
18

                            2.- PACIENTES Y MÉTODOS


2.1.- Pacientes. Entre 1989 y 1992, 420 pacientes con desórdenes en su tracto bilio-

pancreático fueron tratados con cirugía a cielo abierto en nuestros hospitales. 36 de

ellos, portadores de C.B.P.C. y litiasis biliar, fueron seleccionados para participar en

este estudio. En ninguno de los casos existían antecedentes de alcoholismo ni

tampoco de patología, operación o manipulación diagnóstica previa alguna sobre la

zona bilio-pancreática. El estudio recibió la aprobación del comité de ética local y los

pacientes, luego de dar su consentimiento por escrito, fueron divididos en tres

grupos: Grupo A (n=24), pacientes con litiasis vesicular sin clínica, laboratorio,

radiología o evidencia morfológica de cálculos en la vía biliar principal ni de P.A.B.
                                                              39. 40
En ellos fue realizada una colangiometría intra-operatoria             para determinar el

diámetro funcional promedio del C.B.P.C. en ausencia de enfermedad papilar. Este

grupo sirvió de control. Grupo B (n=6), pacientes luego de la remoción quirúrgica de

cálculos de su vía biliar principal, sin P.A.B. En el 7mo. día del post-operatorio se

practicó una colangiometría utilizando para ello el drenaje en “T”. Además se

recolectaron muestras de bilis basal y post-estimulación con comida de prueba (400

kcal. compuesta por 38% de carbohidratos, 41% de lípidos, 21% de proteínas y 250

ml de agua), determinando en ellas la actividad de la amilasa pancreática, iso-

amilasa tipo P, lipasa, tripsina, concentración de tripsinógeno, reserva alcalina y pH.

Grupo C (n=6), pacientes operados luego de un ataque reciente de P.A.B. (definida

por síntomas clínicos y concentraciones de amilasa pancreática en suero siete veces

por encima del límite normal superior). La P.A.B. fue tomada como evidencia del

pasaje de cálculos a través del C.B.P.C. 7. Todos los pacientes de este grupo se

habían recuperado completamente de su P.A.B. solo con tratamiento clínico. La

cirugía fue una terapéutica electiva realizada durante la misma admisión hospitalaria.
19

El intervalo entre el comienzo de la P.A.B. y el estudio fue de 12 días de promedio.

En el momento del estudio los valores de amilasa en sangre y orina habían

retornado     a   su   rango   normal.   La   colangiometría   post-operatoria       y    las

determinaciones en muestras de bilis fueron realizadas de la misma manera que en

el grupo B.


2.2..- Métodos. Para medir el diámetro funcional del C.B.P.C. nosotros hemos
                                                   39, 40
utilizado colangiometría intra y post-operatoria        . Ambas permiten medir el flujo

en ml/min que admite el C.B.P.C.,- la parte mas estrecha de la salida bilio-

pancreática hacia duodeno -, cuando una solución fisiológica a 37oC de temperatura

inyectada dentro del hépato-colédoco a presión hidrostática constante de 30 cm de

H2O cruza el C.B.P.C. en dirección duodenal. Cuando más pequeño es el diámetro

funcional del C.B.P.C. más alta es la resistencia que ofrece y más bajo el flujo que

permite a la corriente líquida y a la inversa. Primero medimos con colangiometría “in

vitro” el flujo que admiten una serie de capilares de vidrio de 5 mm de longitud y de

diferentes diámetros internos entre 0,2 y 1,0 mm. Ésto nos permitió determinar la

curva experimental emergente de la correspondencia entre el flujo y el diámetro de

cada uno de ellos (Tabla 3).




                                                                Tabla      3.     -    Curva
                                                                experimental de flujo de
                                                                solución fisiológica a 30 cm
                                                                de    H2O       de    presión
                                                                hidrostática tomada en
                                                                capilares de vidrio de 5
                                                                mm      de      longitud    y
                                                                diferentes luces internas
                                                                entre 0,2 y 1,0          mm.
                                                                                5
                                                                Modificada de .
20

Luego utilizamos esta curva para conocer los diferentes diámetros funcionales de los

C.B.P.C.’s cuyos flujos determinamos con colangiometría durante cada cirugía o

post-operatorio. Con ésto no queremos decir que los diámetros reales obtenidos de

esta manera sean iguales a aquellos obtenidos en los capilares de vidrio de flujo

correspondiente sino que se comportan funcionalmente de manera equivalente, todo

lo que nos permite afirmar que con la colangiometría intra y post-operatoria estamos

midiendo correctamente el diámetro funcional del C.B.P.C. Por lo demás, antes de

que este estudio comenzara, revisamos nuestra experiencia en colangiometría

desde 1973. Las determinaciones llevadas a cabo bajo las mismas condiciones

anestésicas y de procedimiento a las utilizadas en este trabajo no alteraron

significativamente la similitud entre los valores colangiométricos intra y post-

operatorios tomados en el mismo paciente, en grupos similares a los A, B y C. Los

estudios post-operatorios realizados en sujetos similares a los del grupo A se

hicieron a través de un drenaje en “T” colocado por estrictas razones clínicas.

Ninguno de estos pacientes sufrió una extensión de su operación por alguna razón

relacionada con el estudio. Por todos estos fundamentos consideramos que la

comparación de los resultados colangiométricos entre los tres grupos ha sido ética y

técnicamente correcta.

                                           39, 40
2.2.1.- Colangiometría intra-operatoria         . Descripta anteriormente, lo haremos

brevemente aquí: una cánula de 1,5 mm de diámetro interno y 1,9 mm de diámetro

externo fue insertada en la vía biliar principal a través del conducto cístico unida a

una probeta graduada por medio de un conector standard. Todo el sistema estaba

lleno de solución fisiológica a 37oC de temperatura. Tan pronto como el nivel del

líquido del recipiente se colocara a la altura de la línea axilar media el conector fue

abierto y el nivel líquido fue levantado despacio hasta enrasarle a 30 cm de altura
21

por encima de dicha línea. A medida que el líquido iba penetrando suavemente y de

manera progresiva en el árbol biliar el nivel fue mantenido, asegurando una presión

hidrostática constante de 30 cm de columna de H2O. Cuando el flujo fue estable

procedimos a medir los mililitros por minuto de solución fisiológica que pasaron a

través del C.B.P.C. en dirección duodenal. Luego se midió la presión residual 3 9.

                                             39, 40
2.2.2.- Colangiometría post-operatoria            . Descripta anteriormente, lo será

sucintamente aquí: en el 6to. día de post-operatorio fueron instilados 250 ml de

solución fisiológica a temperatura corporal en el árbol biliar a través del drenaje en

“T” (30 cm H2O de presión hidrostática) para remover detritus e incrustaciones de la

pared del tubo. El paciente fue mantenido durante esa noche en ayunas y a la

mañana siguiente se le instilaron otros 250 ml de solución fisiológica, en las mismas

condiciones que el día anterior. Luego la colangiometría fue realizada igual que en el

procedimiento intra-operatorio pero utilizando el drenaje en “T”.


2.2.3.- Determinación basal y post-estimulación con comida de prueba en bilis

del drenaje en “T” de la actividad de amilasas pancreáticas, iso-amilasas tipo

P, lipasas, tripsina, concentración de tripsinógeno, reserva alcalina y pH 4.

Descripta anteriormente, lo será brevemente aquí: luego de haber registrado la

presión residual cada paciente fue rotado desde la posición supina 45 grados hacia

su lado derecho y los fluidos del drenaje en “T” fueron dejados escurrir libremente.

Después de 60 min. se recolectó una muestra basal (2 ml) enfriada en hielo. El

paciente fue retornado a la posición supina y el orificio del extremo distal del drenaje

llevado a nivel de la papila de Vater (línea axilar media), adhiriendo el tubo a la piel

en posición adecuada para facilitar la posterior recolección de la muestra post-

estimulación. Sin cambiar de posición el paciente fue entonces alimentado con una

comida de prueba standard de 400 kcal. (38% carbohidratos, 41% grasas, 21%
22

proteínas en 250 ml de H2O). El fluido del drenaje fue descartado durante los

siguientes 20 min. y luego recolectado refrigerado con hielo durante 40 min. La
                                          41
actividad de la alfa-amilasa fue medida        y la iso-amilasa tipo P determinada por

medio de un kit de prueba comercial (Phadebas, Pharmacia, Freiburg, Alemania). La

actividad de la lipasa fue medida por el método de Cherry y Crandall (modificado).

Para distinguir entre un reflujo directo de jugo pancreático a través del C.B.P.C.

dentro del árbol biliar en oposición a la regurgitación del jugo pancreático desde el

duodeno, medimos el tripsinógeno pancreático inactivo y la tripsina activada por la

enteroquinasa de las células de la mucosa duodenal como se describe

previamente42. Además se determinó la reserva alcalina y el pH de las muestras.

Todos los datos fueron recolectados y comparados estadísticamente por el análisis

de la variancia. Solo fueron consideradas significativas las diferencias de p< 0.001.
23

                                  3.- RESULTADOS


3.1.- Colangiometría.


La colangiometría intra-operatoria en el grupo A (litiasis vesicular únicamente)

revela un flujo medio normal de 36 ml/min (D.S. ± 1,91), una presión residual media

normal de 11,35 cm de H2O (D.S. ± 0,26) y un diámetro funcional promedio normal

del C.B.P.C. de 0,80 mm (D.S. ± 0,026). Estos resultados son similares a aquellos
                                     39
publicados previamente por Brücke         y sirven como grupo de control.


La colangiometría post-operatoria en el grupo B (litiasis de la vía biliar principal sin

P.A.B.) mostró un flujo medio normal de 35,5 ml/min (D.S. ± 3,22), una presión

residual media normal de 11,73 cm de H2O (D.S. ± 0,90) y un diámetro medio

funcional normal del C.B.P.C. de 0,80 mm        (D.S. ± 0,046).


La colangiometría post-operatoria del grupo C (litiasis biliar con P.A.B. reciente)

mostró un flujo medio patológico de 13 ml/min (D.S. ± 1,95), una presión residual

media patológica de 16,66 cm de H2O             (D.S. ± 0,69) y un diámetro funcional

promedio patológico del C.B.P.C. de 0,47 mm (D.S. ± 0,0036).


Todos los resultados de las medidas colangiométricas presentan una diferencia

estadísticamente significativa de p< 0,001 en el grupo C ( pacientes con pasaje de

cálculos por el C.B.P.C. y P.A.B. reciente) cuando se los compara contra los grupos

A y B (Tabla 4).
24


                                                   Grupo A             Grupo B            Grupo C

Flujo (ml/min)                                         36                 35,5               13a

Presión residual (cm de H2O)                         11,35               11,73             16,16a

Diámetro funcional del C.B.P.C.(mm)                   0,80                0,80              0,47a



Tabla 4 .- Medidas colangiométricas. Valores colangiométricos medios correlativos entre flujo de
solución fisiologica, presión residual y diámetro funcional del C.B.P.C. en el grupo control A (intra-
operatorio ; pacientes con litiasis vesicular ; n=24), grupo B (post-operatorio ; pacientes después de la
remoción de cálculos de la vía biliar principal ; n=6) y grupo C (post-operatorio ; pacientes
                                               a                         5
recuperados de una P.A.B. reciente ; n=6). p < 0,001. Modificado de .




3.2.- Actividad de las enzimas pancreáticas en bilis del drenaje en “T”.


Solamente en el grupo C el incremento de hasta mas de 100 veces en exceso en la

actividad de la amilasa basal y especialmente post-estimulación con comida de

prueba demuestra, en la bilis del tubo en “T” del grupo con P.A.B. reciente, la

existencia de una gran concentración de jugo pancreático regurgitado masivamente

dentro del árbol biliar. Las importantes diferencias observadas en los valores de la
                                                                             4
amilasa son similares a aquellas previamente reportadas                          (Tabla 5). Casi la

totalidad de la actividad amilásica está representada por la iso-amilasa de tipo P 4.

En las mismas condiciones la lipasa pancreática acompaña a la amilasa con

incrementos en su actividad de hasta mas de 20 veces en exceso particularmente
                        5
post-estimulación             (Tabla 6). Igualmente el tripsinógeno incrementa su

concentración hasta         mas de 100 veces en exceso con respecto a lo máximo

permitido para la tripsina con la técnica de determinación en contenido duodenal.

Por el contrario la investigación de la tripsina activada por la enteroquinasa de las
                                                                                              4
células de la mucosa duodenal dió en todos los casos resultados negativos                         (Tabla

7).
25


     25
                x 1000 UI/l

     20



     15
                                                                        amilasa basal
                                                                        amilasa post-estimulación
     10



        5



        0
                1       2      3         4         5        6


     25
                U/%

     20



     15
                                                                         lipasa basal
                                                                         lipasa post-estimulación
     10



        5



        0
                1       2       3        4         5         6


  500
            U/ml

  400



  300                                                                     tripsinógeno basal


  200
                                                                          tripsinogeno post-
                                                                          estimulación

  100



    0
            1          2       3         4         5         6




Tablas 5, 6 y 7 .- Valores de actividad basal y post-estimulación con comida de prueba de amilasa,
lipasa y tripsinógeno en bilis del drenaje en “T” del grupo C (séptimo día del post-operatorio, después
de la remisión reciente de una P.A.B.), buscando un reflujo directo de jugo pancreático hacia el árbol
                                                                                 4  5
biliar a través de una comunicación bilio-pancreática permeable. Modificado de y .
26

3.3..- Valores de reserva alcalina y pH en bilis del drenaje en “T”.-


En el grupo C el pH de la bilis post-estimulación osciló entre 7,9 y 8,1 43, 95, 96, 97, 98.
27

                                    4.- DISCUSION


4.1.- De los factores y mecanismos etiofisiopatogénicos más frecuentes

propuestos como responsables del inicio del ataque de P.A.B.


4.1.1.- Disposición anatómica del confluente bilio-pancreático. La primera

descripción sobre las características de las vías biliares extra-hepáticas se la

debemos a Andrés Vesalio quien la formuló con toda prolijidad en el año 1543 en su

obra “De Corporis Humani Fabrica”. Allí hizo mención a cerca de la existencia de una

“membrana” en el orificio final del colédoco que dificultaba el flujo de la bilis e
                                            44
impedía el reflujo del contenido duodenal    . 100 años después Wirsung descubrió el
                                  45
conducto principal del páncreas        y en seguida Glisson en su “Anatomia Hepatis”

publicada en 1681 mostró la existencia de un anillo de fibras musculares rodeando la
                                                                                        46
porción terminal del colédoco, cuya función sería similar a la del elevador del ano         .
                                                                                       47
Recién en 1879 Gage realizó la primera descripción del mecanismo esfinteriano               y

finalmente Oddi en 1887, por entonces estudiante de 4to. año de medicina, realizó

un estudio muy completo del esfínter en numerosas especies animales y en el

hombre utilizando cortes histológicos transversales y sagitales, por indicación de su
                     48
maestro Marcacci       . Ya graduado Oddi, fisiólogo, efectuó aportes sobre el

funcionamiento de la región esfinteriana, la existencia de células ganglionares

nerviosas en la papila, la existencia de un centro nervioso medular que rige su
                                                                     49
funcionamiento, la presión intra-biliar y sus modificaciones, etc.    . A finales del Siglo

XIX, Claudio Bernard ya se ocupaba del “relleno biliar” de las vías pancreáticas

observado en ajusticiados por ahorcamiento 50 pero fue Eugene Lindsay Opie quien,

a comienzos de este siglo abrió un largo capítulo aún en discusión, a cerca del

posible papel del reflujo bilio-pancreático como factor trascendente en la patogenia

de la P.A.B. 18. De las investigaciones a cerca del desarrollo embrionario de la región
28

realizadas por Boyden se desprende que el tabique que a nivel de la papila de Vater

separa al colédoco del Wirsung, avanza hacia el poro biliar a medida que el embrión

se acerca al 9no. mes. En el feto a término el tabique puede llegar al poro biliar y de

esta manera los conductos colédoco y Wirsung desembocarán en el duodeno por

separado pero también puede ocurrir que su desarrollo se detenga a diferentes

distancias del poro dando las distintas variantes anatómicas de desembocadura

observadas en el adulto normal 51 (Fig. X a, b y c).




                            Fig. X a .- El colédoco y el Wirsung ingresan al duodeno por
                            separado. El tabique entre ambos se ha desarrollado
                            embriológicamente hasta el poro biliar. No hay C.B.P.C. Esta
                            conformación se da aproximadamente en el 50% de la población
                            normal, en menos del 10% de los enfermos con litiasis de la vía
                            biliar principal y excepcionalmente en los enfermos con P.A.B.




                            Fig. X b .- El colédoco y el Wirsung ingresan al duodeno a través de
                            un C.B.P.C. muy corto. El tabique no ha llegado al poro biliar pero
                            ha quedado muy cerca de él (terminación poco frecuente.




                            Fig. X c .- El colédoco y el Wirsung ingresan al duodeno a través de
                            un C.B.P.C. de 5 mm de longitud y 0,80 mm de sección promedio.
                            Esta conformación se da aproximadamente en el 50 % de la
                            población normal, en más del 90% de los enfermos con litiasis de la
                            vía biliar principal y en casi la totalidad de enfermos con P.A.B.
29

En ellos las terminaciones por separado o a través de un C.B.P.C. se dan

aproximadamente por partes iguales 3. Muy diferente es la situación cuando se

analizan los tipos de terminación bilio-pancreática en pacientes que padecen de

patología litiásica biliar importante como son la litiasis de la vía biliar principal y la

P.A.B. En este grupo la incidencia de la terminación en duodeno por medio de un

C.B.P.C. supera el 90% de los casos los que, al ser comparados contra la incidencia

del C.B.P.C. en adultos normales, arrojan una diferencia con significación estadística
                     4, 5
de p< 0,001             . Resulta obvio que en base a este hecho se pueda inferir la

importancia de la presencia del C.B.P.C. como factor anatómico con-causal en

cuanto a la patogenia de la P.A.B. y a la de las formas complicadas de la litiasis

biliar4-5. Como parte del confluente bilio-pancreático analizaremos más adelante la

significación que podría tener el conducto de Santorini como vía de descompresión
                                                                                           52
del sistema bilio-pancreático ductal estásico cuando está unido al Wirsung                   .

Quedaría por determinar la importancia del C.B.P.C. en la patogenia de otras

enfermedades en las que se los considera junto con el R.P.B. como factores con-

causales críticos: el carcinoma originado en las células de la mucosa del árbol biliar

de niños con terminación bilio-pancreática extra-esfintérica congénita y quiste de
            35
colédoco         y las denominadas hépato-coledocitis, cistiquitis, colecistitis, colecistitis
                                                                                  34
filtrantes y hepatitis, todas consideradas de origen enzimático por R.P.B.          . Aunque

no son motivo de este estudio, la convicción de distintos grupos de investigadores

sobre la responsabilidad que le cabe al C.B.P.C. como vía ductal portadora del

R.P.B. presente en todas ellas también refuerza el concepto de que el C.B.P.C.

constituye un partícipe necesario en la fisio-patogenia de la gran mayoría de las
            34, 35
P.A.B.’s.         . Aún quedarían otras grandes preguntas sobre este particular cuya

respuesta trasciende largamente, por ahora, el motivo de nuestro trabajo : ¿tienen el

C.B.P.C. y su asociado el R.P.B., participación en la génesis de ciertos tipos de
30

                  34
litiasis biliar    ?, ¿qué es primero, la litiasis biliar y luego el R.P.B. a través del
                                16
C.B.P.C., o a la inversa          ?,   ¿en un C.B.P.C. patológico por terminación bilio-

pancreática extra-esfintérica congénita, es el R.P.B. factor crónico con-causal

importante en la génesis del quiste de colédoco y/o del cáncer originado en la

mucosa del árbol biliar que con tanta frecuencia se pueden observar en estos casos
35
  ?, etc. Creemos sinceramente que la profundización de conocimientos sobre la

demostrada asociación entre el C.B.P.C. y el R.P.B. puede traer respuestas a éstas

y a otras situaciones aún sin resolver.


4.1.2.- P.A.B. por reflujo bilio-pancreático. A pesar de que es universalmente

aceptado que el pasaje de cálculos a través del árbol biliar puede causar

pancreatitis7          el mecanismo por medio del cual las piedras desencadenan la

enfermedad aún está bajo controversia 2. La teoría de Opie que describe el reflujo de

bilis dentro del páncreas como el evento crítico en la P.A.B. ha sido comunmente
            23
aceptada      . De todas maneras trabajos clínicos y experimentales han discutido la
                                                                                  20
condición del reflujo bilio-pancreático como evento principal en la P.A.B.         . El hecho

de que algunas veces durante la P.A.B. no hay cálculos presentes en el C.B.P.C.

promueve discusión sobre el origen de la enfermedad 6. Además la longitud media
                                                 3
del C.B.P.C. es de aproximadamente 5 mm              y podría estar ocluido por un cálculo lo

suficientemente largo como para cerrar la comunicación bilio-pancreática y de ésta
                                                      6
forma impedir el reflujo entre ambos sistemas             (Fig. XI). Aún así si un cálculo mas

pequeño impactado en el C.B.P.C. crease una situación anatómica similar al “canal

común” descripto por Opie y si la bilis hubiese efectivamente regurgitado dentro del
                                                                                   20
páncreas, ella sería absolutamente inocua para el conducto pancreático                  (Fig. V).

Cuando en modelos experimentales se ha perfundido bilis estéril a través del

conducto pancreático a presiones fisiológicas no se han producido lesio-
31




           Fig. XI .- Cierre de la unión bilio-pancreática por cálculo de longitud suficiente.




      20
nes    . De todas maneras, en caso de una estenosis del C.B.P.C. producida por un

cálculo o por la inflamación que su paso por el conducto ocasionó la presión
                                                                                                 24, 25
secretoria del páncreas excedería con largueza a la presión secretoria biliar                         ,

siendo la consecuencia de este hecho un reflujo de jugo pancreático hacia el árbol

biliar a través de la unión bilio-pancreática permeable, en lugar de un reflujo de bilis
                      4, 5, 16, 36, 37, 38
hacia el páncreas                            . Si la estenosis del C.B.P.C. dura este gradiente

presor es mantenido por lo menos entre 12 y 24 horas. Con el transcurso del tiempo

las presiones entre ambos sistemas ductales tienden a equilibrarse y con ello cesa el

flujo de jugo pancreático hacia el árbol biliar. Los sistemas líquidos quedan en

equilibrio y en íntimo contacto entre sí a través de la unión bilio-pancreática
            24
permeable     . Cualquier alteración de este equilibrio favorece la re-instalación de un
32

                                                                                24
reflujo que seguirá el sentido indicado por el gradiente presor producido         . En la

mayoría de los pacientes los cálculos causantes de la lesión pasan rápidamente a

duodeno pudiendo dejar por detrás una estenosis funcional del C.B.P.C. de carácter
               12
inflamatorio    . La estenosis funcional así como el propio cálculo pueden determinar

el atrapamiento de la bilis mezclada con el jugo pancreático dentro del árbol biliar,

además de la persistencia del reflujo de jugo pancreático hacia el colédoco, dado

que la secreción pancreática se ve impedida de fluir libremente hacia duodeno

debiendo dirigirse hacia la vía biliar principal que le ofrece menor resistencia presora
5
. En estas circunstancias es evidente que aproximadamente durante las primeras

12 a 24 horas será factible la permanente regurgitación de jugos pancreáticos hacia

el árbol biliar y no de bilis hacia el páncreas, si la unión bilio-pancreática se mantiene

permeable. Ésto se produce dado el sentido que el gradiente presor mantiene

mientras la potencia secretora pancreática no colapse por agotamiento o por avance
               24
de la P.A.B.        . Ese tiempo es mas que suficiente para que arranque la primo-lesión
                                                                                  19
de la P.A.B. que como sabemos se inicia a nivel de los ácinos pancreáticos           . Mas

adelante avanzaremos en la discusión de los mecanismos que están involucrados

en el inicio de este evento patogénico y, en definitiva, veremos que ningún

argumento es suficiente para soportar la noción de que el reflujo de bilis dentro del

páncreas es en verdad crítico para el desencadenamiento de la P.A.B. en el ser

humano 6. Al margen del problema de la patogenia deseamos agregar que la

denominación “canal común”, popularizada como descripción de una situación

anátomo-funcional patológica en la zona del confluente bilio-pancreático, es para
                                21
nuestro concepto errónea         . El conducto biliar principal y el conducto pancreático

principal se unen entre sí dentro de la papila de Vater por medio de una

comunicación orificial. A partir de ese punto se genera un conducto bilio-pancreático

común de 5 mm de longitud y 0,80 mm de diámetro funcional promedio, cuya
33

                                                                                    3, 39
desembocadura en duodeno constituye el poro biliar de la carúncula mayor                . No
                                                     21
existen “canales”, solo existen conductos             . No existe una comunicación bilio-

pancreática patológica en forma de “canal” sino que se trata de una comunicación

orificial entre ambos sistemas 3. Por lo tanto llamar “canal común” a la situación

anátomo-funcional patológica caracterizada por la presencia de un cálculo

impactado en la zona papilar que ocluye al C.B.P.C., dejando libre a la comunicación

bilio-pancreática orificial y a ambos sistemas ductales ampliamente comunicados
           16, 36, 37, 38                                               21
entre sí                    , es como mínimo un error de nomenclatura    . Lamentablemente

este error ha inducido deformaciones conceptuales que creemos son en parte

responsables de la demora sufrida durante casi 100 años en la clarificación

etiofisiopatogénica. Para colmo el término ha sido acuñado con carácter definitivo en

el INDEX MEDICUS quien de esta manera participa del equívoco, manteniéndolo.

Por lo tanto, creemos sinceramente que se debería eliminar la utilización del término

“canal común” (C.C.) tal como en la práctica internacional se acostumbra,

manteniendo las denominaciones de conducto biliar principal (C.B.P.), conducto

pancreático principal (C.P.P.), unión bilio-pancreática (U.B.P.) y conducto bilio-

pancreático común (C.B.P.C.) o sus sinónimos, en todos los idiomas 53.


4.1.3.- P.A.B. por oclusión del Wirsung proximal. La disminución o anulación de

la secreción pancreática producida por un cálculo que comprima o cierre

exclusivamente la desembocadura del conducto pancreático principal sin ocluir el

conducto biliar principal fue la primera propuesta patogénica sobre la P.A.B.
                               18
formulada por Opie              . Si bien esta “teoría del flujo pancreático disminuido” fue

rápidamente olvidada por la inmediata popularidad que alcanzó su segunda
                                       22
propuesta del “canal común”              , en el último decenio fue retomada por distintos
                                                                                    6, 20
grupos de investigadores que con gran entusiasmo han intentado reflotarla                   . La
34

figura (Fig. IV) muestra con claridad que en el ser humano con una situación

anátomo-funcional similar a la primera propuesta de Opie existe una imposibilidad

absoluta para que la secreción pancreática exócrina siga su camino natural a través

del C.B.P.C. hacia duodeno. Una manera aunque insuficiente de salvar esa

obstrucción sería a través del conducto secundario de Santorini que normalmente

desemboca en la carúncula menor, siempre que los sistemas pancreáticos ductales

principal y secundario estuviesen comunicados entre sí 52 (Fig. XII). Pero el mismo




Fig. XII .- Conducto secundario de Santorini en comunicación con el conducto dominante de Wirsung
y con la luz duodenal, a nivel de la carúncula menor. La seccion del conducto va disminuyendo hacia
su extremo proximal, pudiendo llegar a obliterarse antes de desembocar en el duodeno. En el 29% de
los casos, o no está en comunicación con el Wirsung o lo está pero su extremo proximal está cerrado.
En el texto ponemos en duda su capacidad de drenar la secreción bilio-pancreática básica (2500 ml
en 24 horas) con efectividad, en caso de obstrucción del C.B.P.C. asociado con P.A.B. Esta figura
                                 94
está inspirada en W. F. Rienhoff .



Opie presentó en 1910 sus observaciones sobre el conducto de Santorini realizadas

en el curso de 100 autopsias, determinando de que solo el 69% de los casos

presentaban un conducto pancreático secundario permeable hasta la carúncula
35

menor y además conectado al conducto pancreático principal. Por añadidura en los

69 casos antedichos había una notable disminución de la sección del conducto

pancreático secundario cerca de su extremo duodenal, haciendo dudar sobre la

capacidad de esta vía para actuar como válvula efectiva de descompresión en el

caso de estasis ductal del sistema pancreático. Esta capacidad se ve aún más

comprometida cuando la oclusión es a nivel del C.B.P.C. en cuyo caso el volumen a

desagotar por esa tortuosa vía se incrementa significativamente por la suma de la
                                                       54
secreción hepática a la pancreática, ambas estásicas    . Durante la obstrucción del

Wirsung aislada con conducto biliar principal libre tampoco es posible que la

secreción exócrina ingrese al árbol biliar ya que el obstáculo está ubicado

definitivamente antes de la unión bilio-pancreática, salvo por la eventual existencia

de pequeños conductillos pancreáticos que desagüen directamente en el colédoco
                            17
retro o intra-pancreático    , pudiendo en ese caso descargar una pequeña cantidad

de jugo al árbol biliar que se mantiene completamente permeable y alcanzar el

duodeno a su través (Fig. III). Pero en definitiva, la “teoría del flujo pancreático

disminuido” de Opie postula que la secreción queda atrapada dentro del páncreas

sin poder acceder a los sistemas ductales con los que la glándula está directa o

indirectamente conectada. Estos hechos están en contra de la posibilidad de que en

este caso se produzca cualquier tipo de reflujo significativo que viniendo del

duodeno o de la vía biliar pueda ingresar al páncreas o, por el contrario, que

saliendo del páncreas pueda ingresar al árbol biliar. En el terreno experimental

existen innumerables trabajos científicos llevados a cabo en animales habituales de

laboratorio que demuestran que la oclusión prolongada del Wirsung aislado,

manteniendo el conducto biliar principal permeable, produjo solamente una
                                                                       55
pancreatitis leve y, a la larga, una atrofia del páncreas exócrino      . La misma

maniobra practicada en el Opossum Americano (Didelphis Virginiana) también
36

                                                                                    28
desemboca al cabo de 7 días en una pancreatitis intersticial moderada                    aunque

existen algunos grupos de investigadores que han observado en este caso hasta un

14% de necrosis en las células acinares, único hecho que soporta en ese modelo
                                                 19
experimental a la primera propuesta de Opie        . En el ser humano la obstrucción

exclusiva del Wirsung observada durante el curso de distintas patologías, maniobras

quirúrgicas programadas o accidentes quirúrgicos, generalmente conduce a la atrofia

de la parte acinar de la glándula con un cuadro de pancreatitis crónica asociado o no

a diabetes. Ocasionalmente se relatan pancreatitis graves en pacientes en estas
                                                                         56
circunstancias o similares pero ellas constituyen la excepción             . La pancreatitis

aguda observada en el curso del post-operatorio de pacientes portadores de

drenajes en “T” que tienen su rama inferior larga, trans-papilar, no constituyen

P.A.B.’s   sino pancreatitis agudas originadas por cuerpos extraños no litiásicos

ubicados en el confluente bilio-pancreo-duodenal 57 (Fig. XIII), los que al igual que




                                                      Fig XII .- Drenaje externo de la vía biliar
                                                      principal con un tubo en “T” de rama
                                                      inferior larga, transpapilar. Actúa como
                                                      cuerpo extraño no litiásico alterando la
                                                      hidro-dinámica y la bacteriología de la
                                                      zona.      Las     pancreatitis    agudas
                                                      observadas durante su utilización no son
                                                      P.A.B.’s.
37

otros como los parasitarios 16, no deben ser considerados dentro de las P.A.B.’s. No

 obstante nos parece altamente improbable que una rama trans-papilar larga de un

     drenaje en “T” pueda ocluir exclusivamente al orificio de salida del conducto

pancreático principal sin influenciar significativamente al C.B.P.C. Es completamente

 evidente que al transcurrir la rama larga del drenaje por él alterará la dinámica y la

bacteriología de la zona, la que queda en comunicación directa y permanente con la

luz intestinal. Esto invalida los argumentos de quienes postulan a este tipo de casos

  como soporte de la “teoría del flujo pancreático disminuido” la que sostiene que la

oclusión aislada del Wirsung, con vía biliar principal permeable, constituye el evento

fisio-patogénico crítico de la P.A.B. 19. Deseamos agregar que recientemente ha sido

    publicado un caso de P.A.B. necro-hemorrágica con pseudo-quiste de cola de

    páncreas ocurrida en un paciente con un drenaje en “T” clásico de su vía biliar

 principal, producida luego de que se le impactara un pequeño cálculo residual en el

 C.B.P.C.,durante el post-operatorio 36 (Fig. XIV). En este paciente, en el que esta-




Fig. XIV .- P.A.B. necro-hemorrágica con seudoquiste de cola de páncreas producido por pequeño
cálculo residual enclavado en el C.B.P.C. durante el post-operatorio inmediato. La bilis obtenida del
drenaje en “T” confirmó la existencia de un R.P.B. masivo al detectarse en ella una actividad
amilolítica de 49.000 U/l. Después de la papilo-esfinterotomía parcial endoscópica (sección de
C.B.P.C.), el R.P.B. desapareció y el paciente se recuperó rápidamente.
38

ba efectivamente prevenida por el drenaje la obstrucción y la hipertensión ductal

biliares y el reflujo de bilis hacia el páncreas, se detectó una enorme regurgitación de

jugo pancreático hacia el árbol biliar (R.P.B.) con una actividad de 49.000 U/l de

amilasa pancreática en la bilis obtenida del tubo en “T” sin aspirar. Después de la

papilotomía parcial endoscópica (sección del C.B.P.C.) se produjo la eliminación del

cálculo impactado en el C.B.P.C. y con ello una caída dramática de la actividad

amilolítica en la bilis del drenaje acompañado de una recuperación clínica y de

laboratorio completas. Otro post-operatorio con una situación similar al anterior pero

en el que no se había producido un verdadero impacto del cálculo también mostró

una alta actividad amilolítica en bilis del drenaje mientras duró la obstrucción (pocas
                                                                   36
horas), la que no alcanzó a producir síntomas de P.A.B.              . Ninguno de estos casos

o similares pueden ser esgrimidos como ejemplos de una oclusión exclusiva del

orificio de salida del conducto pancreático principal con vía biliar principal permeable

como han sido propuestos por algunos autores en respaldo de la primera teoría de
       19
Opie    . Por el contrario, en ambos casos el obstáculo se encontraba en el C.B.P.C.

y la comunicación bilio-pancreática era absolutamente permeable. Ésto fue lo que

posibilitó la ocurrencia de una regurgitación masiva de jugos pancreáticos hacia la

vía biliar principal producida por la prevalencia de la presión ductal pancreática por

sobre su similar hepática y a que ambos sistemas ductales tenían su salida hacia

duodeno cerrada por un cálculo localizado en el C.B.P.C. y no en el orificio de salida
              4, 5, 16, 36, 37, 38
del Wirsung                          . El peso de la prueba clínica que revisamos concuerda en

general con la de la experiencia en animales de laboratorio. La relativa dualidad que

se aprecia en este terreno frente a los resultados de algunos grupos de

investigadores que reportaron necrosis de hasta un 14% en las células acinares del

opossum a los 7 días de la ligadura del conducto de Wirsung con vía biliar principal
            19
permeable        es para nosotros de escasa significación. De todas maneras, siempre
39

es necesario considerar cuidadosamente la conveniencia de extrapolar resultados

científicos experimentales al ser humano, rigiendo la obligación de requerir para su

confirmación la prueba y contra-prueba clínica que los avale. Por ello queremos decir

aquí que la comparación que se hace entre la situación anátomo-funcional del
                                                                                          19, 29
aparato ductal bilio-pancreo-duodenal del opossum con el del ser humano                            nos

parece absolutamente impropia. (Fig. XV a y Fig. XV b).




Fig. XV a (izquierda).- Esquema del árbol bilio-pancreático del opossum (Didelphis Virginiana). Unión
bilio-pancreática extra-esfintérica con un C.B.P.C. de entre 20 y 30 mm de longitud, con alta
resistencia al flujo bilio-pancreático. Ésto sólo es comparable con los niños que tienen una anomalía
congénita con unión bilio-pancreática extra-esfintérica que les ocasiona un R.P.B. crónico con
inflamación de la mucosa, quiste hépatocoledociano y cáncer de la vía biliar. GB : vesícula biliar.

Fig. XV b (derecha).- Esquema del árbol bilio-pancreático del ser humano normal. Unión bilio-
pancreática intra-esfintérica con C.B.P.C. de 5mm de longitud, 0,80 mm de luz interior y sin R.P.B.




En el Didelphis Virginiana la unión bilio-pancreática es extra-esfintérica por lo que la

longitud del C.B.P.C. alcanza entre 20 y 30 mm. superando en cuatro a seis veces la

longitud que tiene el del ser humano 3. Tampoco concuerdan las secciones de los

conductos correspondientes, ni sus longitudes, ni las dimensiones corporales de

ambas especies. La única consideración en cuanto a similitud de los C.B.P.C.’s que

se podría establecer entre ambos es en lo que hace al C.B.P.C. de los antedichos
40

niños con terminación bilio-pancreática común extra-esfintérica congénita. En ellos al

igual que en el opossum, el largo C.B.P.C. generado por la unión de ambos

conductos fuera de la pared duodenal ofrece una resistencia al flujo bilio-pancreático

para llegar a duodeno equiparable con una verdadera estenosis funcional a su nivel.

Esta estenosis funcional favorece la regurgitación crónica masiva de la secreción

exócrina dentro del árbol biliar, dado el fuerte predominio presor-secretor del
                             24
páncreas sobre el hígado       . Para el opossum esta situación es normal y no le

produce daño alguno pero para el niño que padece de esta malformación congénita,

el R.P.B. crónico que soporta es capaz de generar hipertrofia, hiperplasia,

metaplasia, quiste congénito de colédoco y cáncer, todo a partir de las alteraciones

que los fermentos pancreáticos regurgitados durante largo tiempo ocasionan a las

células de la mucosa y a los conductos del árbol biliar 35. Estos hechos nos obligan a

considerar anátomo-fisio-patogénicamente diferentes a los sistemas ductales bilio-

pancreáticos del ser humano y del opossum entre sí y de esta manera declarar

carente de soporte científico la simple extrapolación de resultados entre ambas
           19, 29
especies        . Por supuesto que ésto también incluye a los argumentos en favor de

la “teoría de la disminución del flujo pancreático” que han surgido de la utilización de
                                                                                   18, 19,
este modelo experimental para intentar explicar la fisio-patogenia de la P.A.B.
20, 28
     . En definitiva creemos que no existe argumento suficiente para soportar la

noción de que la disminución o la cesación de la secreción pancreática por obstáculo

mecánico, con conservación de la permeabilidad del conducto biliar principal, pueda

constituir en verdad un evento crítico en el desencadenamiento de la P.A.B.
41

4.1.4.- P.A.B. por oclusión por separado del Wirsung y del colédoco proximales

antes de la unión bilio-pancreática. El animal de laboratorio conocido como

Opossum Americano (Didelphis Virginiana) fue elegido como base de este modelo

experimental de pancreatitis dado que posee un conducto pancreático principal y un

conducto biliar principal únicos, junto con un C.B.P.C. que como ya dijimos puede

ser similar pero no igual al que tiene el ser humano. En diferentes procedimientos

experimentales llevados a cabo en este animal de laboratorio ha sido reportado que

la ligadura del extremo proximal del C.B.P.C. durante 7 días produce una severa

pancreatitis, lo que también se obtiene aunque con menor severidad con la

obstrucción simultánea del conducto pancreático y del conducto biliar principales,

inmediatamente antes de la unión bilio-pancreática. En consecuencia el factor

patogénico fundamental de este modelo de pancreatitis aguda sería la obstrucción

simultánea del tracto biliar y del pancreático sin que exista ninguna posibilidad de

reflujo biliar hacia el interior del páncreas, de reflujo pancreático hacia el interior de la
                                                                                    18, 19, 20, 28
vía biliar principal, ni de regurgitación del contenido duodenal hacia ambos

(Fig. XVI). Para que una situación clínica pueda ocasionar una P.A.B. de

características




                                                       Fig. XVI .- Esquema del árbol bilio-
                                                       pancreático de un modelo de
                                                       pancreatitis aguda experimental en el
                                                       Opassum. Las cabezas de flecha
                                                       indican los puntos de ligadura del
                                                       colédoco y del Wirsung : 1) a nivel del
                                                       hepático común, 2) a nivel del Wirsung
                                                       proximal. X : ligadura del cístico para
                                                       excluir a la vesícula biliar como
                                                       reservorio durante la experiencia.
42

similares a la propuesta por este modelo, debería tratarse como mínimo de una

litiasis biliar que ocluyese por una parte al colédoco y por otra al Wirsung proximales,

al comienzo de su esfínter propio y antes de la unión bilio-pancreática. (Fig. XVII).

Otra posibilidad sería que en un paciente con una obstrucción proximal de su

conducto pancreático principal por litiasis, fibrosis, quirogenia o neoplasia

pancreáticas, se produjese la obstrucción brusca de la vía biliar principal por litiasis

billar, al comienzo de su esfínter propio y antes de la unión bilio-pancreática. (Fig.

XVIII). La hipertensión biliar, la caída de la actividad del S.R.E. hepático y el

aumento significativo de la enteroquinasa biliar activa de origen portal, a causa




                                            Fig. XVII .- Litiasis supra-papilares que ocluyen
                                            ambos conductos antes de la unión bilio-
                                            pancreática.




                                             Fig. XVIII .- Estenosis del Wirsung proximal
                                             por obstrucción mecánica crónica, a la que se
                                             le agrega una litiasis supra-papilar que ocluye
                                             súbitamente el colédoco proximal.
43

                    29, 95, 96, 97, 98
der la colestasis                        y la hipertensión e hipersecreción pancreáticas
                                                      29
generadas por la obstrucción del Wirsung                , serían parte del mecanismo

responsable de este modelo clínico que, como el anterior y si es que existen,

carecerían en lo absoluto de significación estadística          en la patogenia de las

P.A.B.’s. Además ya hemos formulado nuestra objeción a extrapolar los resultados

del modelo de pancreatitis en elopossum al ser humano, declarando este hecho

como carente del soporte científico necesario en base a las pruebas aportadas
                                                                           18
durante la discusión de la primera de las teorías propuesta por Opie            (P.A.B. por

disminución de la secreción pancreática). Pero fundamentalmente queremos decir

que la demostración de la regurgitación masiva de enzimas pancreáticas dentro de

la bilis del conducto biliar principal encontrada en pacientes con C.B.P.C. y P.A.B.,

desestima definitivamente la posibilidad de que la teoría de la doble oclusión

propuesta en el modelo experimental aludido tenga significación para el ser humano.

En nuestro estudio se establece claramente que en la P.A.B.             la estenosis del

C.B.P.C. genera un R.P.B. masivo que llega a la vía biliar principal directamente

desde el páncreas sin pasar por duodeno, a través de una unión bilio-pancreática

permeable. Si el colédoco o el Wirsung estuviesen ocluidos, la ocurrencia del R.P.B.
                                                                                   4, 5, 34, 35
detectado en la bilis de la vía biliar del ser humano hubiese sido imposible

Por todo ello desestimamos a la            oclusión simultánea de ambos conductos por

separado, descripta en el modelo de pancreatitis del opossum, como posible factor

crítico en la patogenia de la P.A.B. del ser humano.


4.1.5.- P.A.B. por reflujo duodeno-pancreático. La teoría de que el reflujo del

contenido del duodeno dentro del páncreas desencadena la P.A.B. se ha basado

durante mucho tiempo en estudios experimentales con modelos de pancreatitis

producidos en animales de laboratorio con cierre mecánico del asa duodenal, por
44

                                               26, 27
debajo y por encima de la papila de Vater               (Fig. VI). La observación clínica

endoscópica de que el poro biliar de la papila aparece a veces como si estuviera
                                                                                   5
“babeando” insuficiente poco después de haber pasado un cálculo a su través            hizo

atractiva a esta hipótesis. De cualquier forma para que las proteasas pancreáticas

contenidas en el reflujo duodeno-pancreático sean activas debe producirse primero

su contacto con la enteroquinasa de las células de la mucosa duodenal, lo que
                                                                             58
transforma al tripsinógeno en tripsina iniciando la “cascada enzimática”       . Además

para que exista reflujo duodeno-pancreático debe existir previamente una

insuficiencia funcional del esfínter de Oddi que lo permita y no una estenosis, lo que

se lo impediría 26, 27. Al margen de estos argumentos la teoría del reflujo duodenal ya

no puede ser considerada por mas tiempo como válida entre otras cosas, por que el

modelo experimental basado en un asa intestinal cerrada no representa una

situación capaz de traducirse con alguna frecuencia como responsable de producir

pancreatitis en el ser humano. Su equivalente clínico, la pancreatitis como
                                                          38
consecuencia de la obstrucción del intestino delgado        , es en extremo rara. En los

estudios que han caracterizado a los modelos experimentales de asa cerrada se han

podido identificar eventos de características microbiológicas e isquémicas de dudosa
                                     38
significación en la P.A.B. clínica    . Pero más importante es el hecho de que en el

ser humano el pasaje de cálculos a través de la papila de Vater definitivamente

produce estenosis funcional del C.B.P.C. y no insuficiencia (Tabla 4), como

ocasionalmente ha sido sugerido por la presencia de un poro biliar “babeante”

detectado durante la inspección endoscópica5 . Esta estenosis genera una

regurgitación de jugos pancreáticos que llegan directamente al árbol biliar, a través

de una comunicación bilio-pancreática permeable, conteniendo tripsinógeno pero no

tripsina (Tablas 5, 6 y 7). Este hecho demuestra que el jugo pancreático regurgitado

jamás estuvo en contacto con la enteroquinasa de las células de la mucosa
45

duodenal. La mecánica que exigiría un supuesto reflujo duodeno-pancreático para

poder producir la P.A.B. obligaría al paso previo del tripsinógeno por la luz duodenal

y su consecuente contacto con la enteroquinasa hubiera clivado la cadena de sus

seis últimos aminoácidos, desdoblando al tripsinógeno en una molécula de tripsina

activa y en otra de TAB. El estudio del R.P.B. es totalmente claro al respecto ya que

únicamente muestra tripsinógeno inactivo y no tripsina activada por la enteroquinasa

duodenal, lo que descarta definitivamente al reflujo duodeno-pancreático como factor
                                                                       4, 5
patogénico crítico para la ocurrencia de la P.A.B., en el ser humano      .




4.1.6.- P.A.B. por reflujo pancreo-biliar.


4.1.6.1.- Discusión de los antecedentes mas relevantes.


En 1910 Clairmont y von Haberer reportaron un caso de peritonitis biliar sin

perforación, sugiriendo que se podría haber producido por una alteración en la

permeabilidad de las paredes biliares aunque sin ofrecer explicación alguna sobre su
             59
patogenia     . Blad propuso mas tarde que estos casos inusuales podrían responder

a la presencia de fermentos pancreáticos en el sistema biliar los que asociados con

una acción bacteriana digerirían los coloides de la bilis liberando sus pigmentos,

quienes en razón de algún proceso desconocido podrían pasar a través de cualquier
              60
membrana          . Recién en 1913 Normann publica por primera vez dos casos de

pancreatitis aguda en los que había fermentos pancreáticos en la bilis obtenida por
                                      61
el drenaje de una coledocostomía        . En 1924 Schoenbauer inyectó jugo pancreático

en la vesícula excluida del perro produciendo colecistitis agudas de diverso grado de
             62
intensidad        . En el mismo año Drury, Mc Master y Rous provocaron la formación de
                                                                                   63
cálculos en el perro por alcalinización de la bilis vesicular, normalmente ácida    . En
46

1929 Westphal inyectó jugo duodenal humano dentro del conducto biliar principal del

perro, habiendo determinado previamente su actividad tríptica y amilolítica y además

habiéndolo pasado por un filtro Berkefelt para asegura la ausencia de bacterias,
                                                                                          64
procedimiento con el que obtuvo importantes lesiones de la pared vesicular                 .

Durante el mismo año          este autor demostró también la presencia de una gran

cantidad de fermentos pancreáticos en la bilis obtenida del drenaje externo de vías
                                 65
biliares principales dilatadas    . También en 1929 Balo y Ballon reportaron cuatro

casos de autopsias en los que una estenosis edematosa de la zona papilar, sin la

presencia de cálculos, fue encontrada responsable de la ictericia y de la retención de
                                                                                          66
jugos pancreáticos encontrados en el interior del árbol biliar de estos pacientes          .

En 1932 Zucker, Newburger y Berg demostraron un aumento en la actividad

amilolítica en la bilis de perros sometidos a ligadura de sus conductos pancreáticos
67
 . En 1933 Popper demostró la existencia de fermentos pancreáticos en la vesícula

biliar de una serie de enfermos operados por colelitiasis, tumores de páncreas y

pancreatitis aguda, con un claro predominio de la actividad enzimática en este último
                         68
grupo sobre los demás      . En 1934 Dragstedt, Haymond y Ellis llamaron la atención

sobre una serie de factores que podrían explicar la producción de colecistitis aguda
                                                               69
debida a la presencia de fermentos pancreáticos en la bilis      . En 1936 Colp, Gerber

y Doubilet llegan a la conclusión de que el reflujo de fermentos pancreáticos dentro

del árbol biliar es de significación patológica solamente cuando existe un bloqueo
                                                                              70
prolongado de la “ampolla” en asociación con otras condiciones                     . En 1937

Feldman, Morrison, Carr y Krantz encontraron que los cálculos biliares del hombre,

que disuelven fácilmente en la bilis vesicular ácida del perro, no lo hacen en la
                                                                              71
vesícula biliar del perro con bilis alcalinizada por drenaje biliar externo    . Durante el

mismo año Wolfer llamó la atención a cerca de la importancia del C.B.P.C. y del

R.P.B. que éste permite responsabilizándolos de muchos casos de colecistitis y
47

               72
colelitiasis    . En 1939 este mismo autor vuelve a insistir sobre el tema sosteniendo

que en caso de existir una obstrucción orgánica o funcional a nivel de la papila de

Vater la presión se eleva dentro del conducto biliar principal pero, como la presión de

secreción pancreática la supera, el nivel de jugo pancreático va ascendiendo por el

árbol biliar hasta alcanzar el hígado. Durante todo ese tiempo la mucosa de la

vesícula biliar ha ido concentrando su contenido permitiendo que cada vez más

cantidad de la mezcla de bilis con fermentos pancreáticos, presente dentro del
                                                                  73
conducto biliar principal, penetre en su interior lesionándola      . En 1940 Bisgard y

Baker propusieron que las enzimas pancreáticas se pueden volver activas dentro del

árbol biliar del perro dando lugar a efectos nocivos en la pared de la vesícula y

también a la formación de cálculos74. También lograron producir litiasis vesicular en

cabras mediante la ligadura temporal del colédoco distalmente a su unión con el

conducto pancreático, haciendo posible de esa manera el R.P.B. al que postularon
                                                74
como responsable del origen de la litiasis       . En 1942 Aronson produjo litiasis biliar

en la vesícula de un perro sometido a una páncreato-colédoco-colecisto-
                                                                                   75
anastomosis presumiendo la importancia del R.P.B. en este experimento                . En

1942 Popper encontró fermentos pancreáticos en 16 de 18 vesículas biliares de

enfermos con pancreatitis aguda y únicamente en unos pocos encontró bilis en el

páncreas. Al 89% de los pacientes de este grupo le adjudicó la tenencia de un

C.B.P.C. postulando al R.P.B. como responsable de la pancreatitis. Argumentó que

dado que la presión secretora del páncreas era superior a la del hígado y que

simultáneamente se había comprobado la estenosis del C.B.P.C. con activación de

las enzimas pancreáticas en las vías biliares, dicha activación continuaría luego
                                          76,   77
dentro del conducto del páncreas                     . En 1948 Bockus afirma que las

modificaciones en el pH de la bilis tienen un papel preponderante en la génesis de la
                                     78
mayoría de los cálculos biliares       . También dice durante el mismo año que la
48

pancreatitis tiene tendencia a estenosar la porción distal del colédoco y la región
                                                   78
ampular favoreciendo la formación de cálculos        . En 1957 Elliot, Williams y Zollinger

publicaron sus sugestivas experiencias en perros sobre resistencia pancreática a la

perfusión intra-Wirsungiana de una mezcla de bilis y jugos pancreáticos ricos en

enzimas, incubados durante 6 o más horas, a presiones fisiológicas. La bilis de la

mezcla pierde su natural opalescencia, se oscurece, disminuye su viscosidad y es

aceptada con facilidad por el páncreas durante la perfusión. Si la mezcla se

conformaba por partes iguales se producía rápidamente una pancreatitis aguda
                                                          79
necro-hemorrágica con el 100% de mortalidad                . Además sostuvieron que

produciendo una oclusión del C.B.P.C. las presiones secretorias pancreáticas

ductales suben a niveles entre 40 y 80 cm de columna de agua y en el colédoco a

presiones entre 25 y 30 cm. Ésto genera un manifiesto R.P.B. que cesa al llegar a un

equilibrio presor de alrededor de 30 cm entre las 12 y las 24 horas de producida la

oclusión. En estas condiciones las variaciones de la presión intra-abdominal pueden

alterar el sentido del gradiente presor dirigiendo a su vez el sentido del reflujo.

Finalmente sugirieron aunque sin explicarlo que la activación del tripsinógeno del

R.P.B. es factible en ambiente biliar y en ausencia de enteroquinasas, atacando

luego la tripsina activa al resto de los pro-fermentos, anti-fermentos y a la mucina de

los epitelios biliares, desnudándolos y permitiendo su primo-lesión por parte de las
                            79
agresivas sales biliares         . También en 1957 Wangensteen sugirió que un C.B.P.C

estenótico, al producir estasis biliar (y pancreática), puede ser un importante factor
                            79
causal de litiasis biliar    . En 1963 Hess reitera el concepto de que las papilitis

estenosantes afectan preferentemente al extremo distal del esfínter de Oddi
             16
(C.B.P.C.)    . En 1977 Bradley y Nebel informaron que la presión del esfínter de

Oddi   obtenida    por      manometría      endoscópica   retrógrada   trans-papilar   fue

significativamente mayor en pacientes con pancreatitis aguda y pancreatitis
49

                                                 80
recurrentes que en los grupos controles             . Desde 1969 a la fecha Bablit, Komi, Oi,

Kimura, Nagata, Yamaguchi, Iwai y Aoki entre otros, se ocuparon extensamente del
                                                                          81, 82
colédoco quístico congénito y sus complicaciones (Fig. XIX)                    . En 1979 Viaggio,

Iza, Ciardullo y Evens, con la discusión de Couceiro, Quirós y




 Fig. XIX .- Terminación bilio-pancreática común extra-esfintérica congénita y quiste hépato-
coledociano. R.P.B. crónico que genera hipertrofia, hiperplasia, metaplasia, displasia y cáncer en las
células de la mucosa del arbol biliar.


Mazzariello, hicieron la 24ava. publicación argentina de un caso de quiste

coledociano, en la que se hace referencia al concepto patogénico que sostenían a

esa fecha algunos autores japoneses de que esta enfermedad se debería a una falla

en la recanalización del colédoco en el embrión, lo que daría lugar a la dilatación
                     83
quística aludida       . Pero durante el mismo año Todani, Tabuchi, Watanabe y

Kabayashi ya comunicaron la ocurrencia de un carcinoma en la pared de un quiste
                                               84
congénito del conducto biliar principal          . Mientras tanto, entre 1982 y 1984 Terry,

Grant, Talbot y Hermon-Taylor, publicaban sus observaciones experimentales y
50

clínicas sobre la comprobación de la existencia de enteroquinasas activas de

origen portal en la bilis animal y humana, su relación con la caída del S.R.E.

por colestasis y la pancreatitis aguda 96, 97, 98. Kinoshita en 1984 y Sameshima en

1987 continuaron informarmando respectivamente sobre cambios morfológicos en la

vesícula biliar de pacientes con terminación bilio-pancreática común extra-esfintérica

y quiste coledociano congénitos como son la hiperplasia y la metaplasia de la

mucosa y la coexistencia con carcinoma, los que fueron atribuidos a la regurgitación
                                                                          85, 86
de jugo pancreático hacia el tracto biliar registrada en estos enfermos        . En 1991

Shimada, Yanagisawa y Nakayama informaron que la unión entre el conducto

pancreático y el colédoco por fuera de la pared duodenal donde no existe

mecanismo esfintérico alguno, permite la mezcla permanente de bilis y jugo

pancreático dentro del tracto biliar. En estos casos la longitud del C.B.P.C. que

genera la unión tan precoz de ambos conductos estaba significativamente

aumentada. Ésto facilitaba aún mas la producción del R.P.B. al ocasionar una

verdadera estenosis funcional del C.B.P.C. por delante de la unión bilio-pancreática

extra-esfintérica anómala. En estas circunstancias los cambios producidos en la bilis

por los fermentos pancreáticos contenidos en el R.P.B. han sido sospechados de

tener significación etiológica en distintas enfermedades. La fosfolipasa A2 contenida

en el R.P.B., al actuar sobre la fosfatidil colina biliar, produce una considerable

concentración de liso-fosfatidil colina la que es conocida por su efectos cito-tóxicos.

Este exceso crónico de liso-fosfatidil colina en permanente contacto con la mucosa

del árbol biliar da oportunidad para que se produzca daño celular con hipertrofia,
                                                                                     81
hiperplasia y metaplasia del epitelio, además de otras patologías asociadas            .

Durante ese mismo año Iwai, Yanagihara, Tokiwa, Shimotake y Kahamura informan

que 25 de 26 pacientes con dilatación coledociana congénita tenían una unión ductal

pancreático-coledociana anormal extra-esfintérica. Por ello consideraron que la
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AVANCES EN EL CONOCIMIENTO DE LA ETIOFISIOPATOGENIA DE LA PANCREATITIS AGUDA INDUCIDA POR CÁLCULOS BILIARES Y SU IMPLICANCIA TERAPÉUTICA

  • 1. PREMIO ANUAL FLORENCIO FIORINI FUNDACIÓN FLORENCIO FIORINI UNIVERSIDAD DEL SALVADOR AÑO 1997 - AVANCES EN GASTROENTEROLOGÍA AVANCES EN EL CONOCIMIENTO DE LA ETIOFISIOPATOGENIA DE LA PANCREATITIS AGUDA INDUCIDA POR CÁLCULOS BILIARES Y SU IMPLICANCIA TERAPÉUTICA Hernández CA, Amuchástegui RL, Jover Clos RJ, Pizarro P, Bísaro L.
  • 2. 2 ÍNDICE CARÁTULA................................................................................................................1 ÍNDICE.......................................................................................................................2 RESUMEN ................................................................................................................5 1.- INTRODUCCIÓN.......................................................................................7 1.1.- Antecedentes...........................................................................................7 1.1.1.- Disposición anatómica del confluente bilio-pancreático.....................7 1.1.2.- pancreatitis aguda biliar por oclusión del Wirsung.............................9 1.1.3.- Pancreatitis aguda biliar por reflujo bilio-pancreático.......................10 1.1.4.- Pancreatitis aguda biliar por reflujo duodeno-pancreático...............11 1.1.5.- Pancreatitis aguda biliar por oclusión colédoco-Wirsungiana.........13 1.1.6.- Pancreatitis aguda biliar por reflujo pancreo-biliar..........14 1.2.- Motivo del estudio.................................................................................17 2.- PACIENTES Y MÉTODOS......................................................................18 2.1.- Pacientes................................................................................................18 2.2.- Métodos.................................................................................................19 2.2.1.- Colangiometría intra-operatoria...........................................................20 2.2.2.- Colangiometría post-operatoria...........................................................21 2.2.3.- Determinación de enzimas pancreáticas en bilis del drenaje en “T”21 3.- RESULTADOS........................................................................................23 3.1.- Colangiometría......................................................................................23
  • 3. 3 3.2.- Actividad de enzimas pancreáticas en bilis del drenaje en “T”.........24 3.3.- Valores de reserva alcalina y pH en bilis del drenaje en “T”.............26 4.- DISCUSIÓN............................................................................................27 4.1.- Factores y mecanismos etiofisiopatogénicos más propuestos........27 4.1.1.- Disposición anatómica del confluente bilio-pancreático...................27 4.1.2.- Pancreatitis aguda biliar por reflujo bilio-pancreático.......................30 4.1.3.- Pancreatitis aguda biliar por oclusión del Wirsung...........................33 4.1.4.- Pancreatitis aguda biliar por oclusión colédoco-Wirsungiana.........40 4.1.5.- Pancreatitis aguda biliar por reflujo duodeno-pancreático...............43 4.1.6.- Pancreatitis aguda biliar por reflujo pancreo-biliar..........45 4.1.6.1. Discusión de los antecedentes más relevantes..................................45 4.1.6.2.- Discusión de los resultados de nuestro trabajo.................................52 4.1.6.3.- Teoría de la pancreatitis aguda por reflujo pancreo-biliar.................55 4.1.6.4.- Consideraciones terapéuticas emergentes.........................................60 4.1.6.4.1.- Tratamiento preventivo de la enfermedad...........................................60 4.1.6.4.2.- Tratamiento oportuno de la enfermedad de inicio.............................63 4.1.6.4.2.1.- Antecedentes......................................................................................63 4.1.6.4.2.1.1.- Obstrucción ductal y cálculos biliares...........................................63 4.1.6.4.2.1.2.- Obstrucción ductal y evolución de la enfermedad........................63 4.1.6.4.2.2.- Tratamiento.........................................................................................65 5.- BIBLIOGRAFÍA.......................................................................................68
  • 4. 4 RESUMEN Hace mas de 300 años que asociamos a la pancreatitis aguda con la litiasis biliar. Aquí se presenta nueva evidencia y contra-evidencia etiofisiopatogénica sobre los factores que con mayor frecuencia han sido responsabilizados por el desencadenamiento del ataque de pancreatitis aguda inducida por cálculos biliares: disposición anatómica del confluente bilio-pancreático, oclusión Wirsungiana, oclusión colédoco-Wirsungiana, reflujo bilio-pancreático, reflujo duodeno-pancreático y reflujo pancreo-biliar, junto con consideraciones terapéuticas emergentes de estos hechos. En un conjunto de 36 pacientes con conducto bilio-pancreático común y litiasis biliar divididos en tres grupos, determinamos: Grupo A (n=24, litiasis vesicular); diámetro funcional del conducto bilio-pancreático común por colangiometría intra-operatoria (controles). Grupo B (n=6, litiasis coledociana); idem al grupo A por colangiometría post-operatoria más la actividad de amilasa, iso-amilasa tipo P, lipasa, tripsina, concentración de tripsinógeno, reserva alcalina y pH en bilis del drenaje en “T”, en condiciones basales y post-estimulación con comida de prueba. Grupo C (n=6, pancreatitis aguda biliar); idem al grupo B. En el grupo C el paso de cálculos por el conducto bilio-pancreático común estenosa su diámetro funcional promedio de 0,80 mm a 0,47 mm (p< 0.001). Ésto genera un reflujo masivo de jugos pancreáticos post-estimulación directamente desde el páncreas hacia el árbol biliar a través de una unión bilio-pancreática permeable. Al no pasar por duodeno el reflujo contiene tripsinógeno pero no tripsina. Además el jugo pancreático alcaliniza la bilis llevándola a un pH entre 7,9 a 8,1.
  • 5. 5 La fuerte estasis a que da lugar la estenosis funcional del conducto bilio-pancreático común disminuye la llegada de bilis y de jugo pancreático a duodeno lo que aumenta la secreción de colecistoquinina. Ésto produce hipersecreción e hipertensión bilio- pancreáticas ductales, disminución de la actividad del sistema retículo endotelial hepático, aumento en la concentración de la enteroquinasa activa de origen portal eliminada por la bilis y aumento del pH biliar. El tripsinógeno del reflujo páncreo-biliar, que queda atrapado durante tiempo suficiente dentro del árbol biliar junto con la bilis alcalina que contiene enteroquinasa de origen portal, se transforma en tripsina, altera la bilis y la mezcla de ambos lesiona las mucosas. La tripsina así generada contacta con el tripsinógeno intra- pancreático a través de la unión bilio-pancreática permeable y la activación progresa retrógradamente sin necesidad de un verdadero reflujo hasta el interior de los ácinos. Allí la pancreatitis aguda inducida por cálculos biliares arranca. El tratamiento oportuno de la estenosis del conducto bilio-pancreático común elimina el reflujo pancreo-biliar experimental y clínico, previniendo y/o abortando la enfermedad. El peso de la evidencia aquí presentada sugiere firmemente que el reflujo pancreo- biliar constituye un co-factor crítico en la génesis del mecanismo responsable de la mayoría de las pancreatitis agudas inducidas por cálculos biliares en el ser humano.
  • 6. 6 1.- INTRODUCCIÓN 1.1.- Antecedentes. La primera publicación que asocia a la pancreatitis aguda con la litiasis biliar data de 1681 1. Desde entonces se discute sobre cuáles son los factores y mecanismos etiofisiopatogénicos involucrados en el inicio del ataque de 2 pancreatitis aguda inducida por cálculos biliares (P.A.B.) . A continuación resumimos los antecedentes de aquellos que con mayor frecuencia han sido propuestos como responsables durante los últimos 100 años. 1.1.1.- Disposición anatómica del confluente bilio-pancreático. En el 50% de los seres humanos normales el conducto biliar principal y el conducto pancreático principal se unen en la papila de Vater antes de entrar juntos al duodeno 3. El conducto bilio-pancreático común (C.B.P.C.) resultante, con una longitud normal promedio de 5 mm y un diámetro funcional promedio de 0,80 mm, constituye la parte mas estrecha a través de la cuál ambos sistemas ductales deben descargar sus secreciones al intestino 4, 5 (Fig. I). Fig. I.- Estructura anatómica de la encrucijada bilio-pancreática y del conducto bilio-pancreático común (C.B.P.C.). 1) Colédoco (diámetro 5 mm, presión 12 cm de H2O), 2) Wirsung (diámetro 2mm, presión 23 cm de H2O), 3) C.B.P.C. (largo 5 mm, diámetro 0,80 mm), 4) Páncreas, 5) Duodeno. Esta figura y similares se han 91 inspirado en K. Morgenroth . En los pacientes portadores de patología litiásica biliar importante la cifra de aquellos 4, 5 que tienen C.B.P.C. supera el 90% . En pacientes con P.A.B., la presencia de
  • 7. 7 76 C.B.P.C. es una constante . Hay acuerdo en que la asociación del C.B.P.C. con cálculos biliares representa un factor de alto riesgo para la ocurrencia de P.A.B. 6. También hay acuerdo en que el tránsito de cálculos a través del C.B.P.C. puede 7 desencadenar la enfermedad . En revisiones endoscópicas o quirúrgicas muy precoces se encuentran cálculos en la zona del C.B.P.C. en la mayoría de los casos de P.A.B. pero varios días después sólo hay un 3% 8. En los pacientes donde no se los encuentra es posible recuperar litos de características vesiculares de la vía biliar principal, del intestino o de las heces 9. El pasaje de cálculos por el C.B.P.C. es frecuente durante los cólicos biliares o luego de litotripsia por ondas de choque extra-corpóreas pero solo produce síntomas de P.A.B. entre el 0,3 al 3% de los enfermos10. Los síntomas se originan cuando los cálculos estenosan el C.B.P.C. por 11, 12 sí mismos o por la inflamación que su paso a duodeno produce , ocasionando a nivel bilio-pancreático ductal una alteración hidro-dinámica relevante y prolongada. Esta alteración podrá o no conducir luego al inicio del ataque de P.A.B 5. Los cálculos que quedan por largo tiempo dentro de la vesícula biliar, si no migran a través del C.B.P.C. estenosándolo, no pueden iniciar la secuencia fisio-patogénica 13 responsable de la producción de P.A.B. . El barro biliar y la colesterolosis constituyen factor de riesgo cierto para la P.A.B. dado que pueden ocasionar por sí 14, 15 mismos estenosis del C.B.P.C. . La colesterolosis papilar a forma adeno- miomatosa es parte de las afecciones asociadas a las colecistosis hiperplásticas y puede producir, como manifestación hipertrófica e hiperplástica degenerativa no inflamatoria que caracteriza a este grupo de enfermedades, una estenosis del C.B.P.C. capaz de generar P.A.B.92. Por el contrario la colecisto-pancreatitis cefálica por vía linfo-hematógena 16 (Fig. II) y la pancreatitis cefálica por reflujo biliar a través de pequeños conductillos pancreáticos que drenan directamente al colédoco retro o
  • 8. 8 17 intra-pancreático (Fig. III) aparecen como mecanismos fisio-patogénicos poco probables. Fig. II (izquierda).- Colecisto-pancreatitis cefálica por vía linfo-hematógena. Esta figura está inspirada 16 en W. Hess . Fig III (derecha).- Pancreatitis cefálica por reflujo bilio-pancreático a través de pequeños conductillos terciarios que drenan directamente al colédoco proximal, debido a un cálculo coledociano 17 suprapapilar impactado. Esta figura está inspirada en L. F. Holländer . En definitiva, la importancia que le cabe en el origen de la P.A.B. a la presencia de un C.B.P.C. asociado con cálculos biliares que han ocasionado una estenosis 4, 5 significativa de su diámetro funcional es indiscutida . 1.1.2.- P.A.B. por oclusión del Wirsung proximal. En el curso de 1901 Eugene Lindsay Opie, por entonces joven patólogo del Johns Hopkins Hospital de Baltimore en E.E.U.U. de Norte América, publicó por separado el informe de dos autopsias de pacientes fallecidos por pancreatitis aguda necro-hemorrágica de origen biliar. En el primer caso, el menos conocido, un cálculo ubicado en el colédoco había ocluido el orificio de salida del Wirsung, sin ocluir la vía biliar principal. De esta manera la secreción pancreática exócrina se veía absolutamente imposibilitada de abandonar el páncreas a través de su salida natural 18 (Fig. IV). Acorde con ésto propuso a la
  • 9. 9 Fig. IV .- Cálculo coledociano que comprime extrínsecamente la salida del Wirsung sin ocluir completamente a la vía biliar principal. disminución o anulación de la secreción pancreática por obstáculo mecánico como principal factor desencadenante de la P.A.B.. Esta hipótesis inicial, rápidamente olvidada, ha sido retomada con entusiasmo en la actualidad por algunos grupos de investigadores 19, 20. 1.1.3.- P.A.B. por reflujo bilio-pancreático. En el examen post-mortem del segundo caso Opie encontró un pequeño cálculo impactado en la papila de Vater (C.B.P.C.) y por detrás de él al conducto colédoco y al conducto de Wirsung ampliamente comunicados entre sí a través de la unión bilio-pancreática. A esta 21 situación patológica la denominó erróneamente “canal común” y sugirió que a
  • 10. 10 22 través de él la bilis podría haber penetrado en el páncreas (Fig. V). Acorde con ésto propuso Fig. V .- Pequeño cálculo impactado en la papila de Vater. Por detrás de él, el conducto colédoco y el conducto de Wirsung están ampliamente comunicados entre sí a través de la unión biliopancreática. Esta situación anátomo- funcional patológica fue denominada por Opie, de manera poco feliz, como “canal común”. Además sugirió que a través de este “camino” la bilis podría penetrar en el páncreas desencadenando la P.A.B. al reflujo de bilis hacia el páncreas como el principal factor desencadenante de la P.A.B. Su segunda propuesta alcanzó inmediata aceptación y a casi 100 años de 23 formulada todavía es mantenida por algunos a pesar de la evidencia experimental y clínica aportada en su contra 24, 25. 1.1.4.- P.A.B. por reflujo duodeno-pancreático. La ligadura experimental del duodeno, por encima y por debajo de la papila de Vater, produce un asa cerrada que
  • 11. 11 puede elevar la presión intra-duodenal lo suficiente como para que su contenido pase retrógradamente a través del C.B.P.C. insuficiente ingresando al colédoco y al páncreas (Fig. VI). Fig. VI .- Reflujo duodeno-pancreático por hiperpresión endo-duodenal e Incompetencia del C.B.P.C. Acorde con ésto se propuso que el reflujo del contenido duodenal a través de un esfínter incompetente podría ser el evento principal desencadenante de la P.A.B. El contacto previo de la enteroquinasa duodenal aseguraría la activación de las proteasas pancreáticas y la posterior regurgitación de la mezcla de secreciones hacia el páncreas sería potencialmente mucho más peligrosa que un reflujo 26, 27 exclusivamente de bilis . Aceptada de manera parcial, esta propuesta fue desestimada definitivamente por estudios experimentales y clínicos de reciente publicación 4, 24.
  • 12. 12 1.1.5.- P.A.B. por oclusión por separado del Wirsung y del colédoco proximales antes de la unión bilio-pancreática. El Opossum norteamericano es el único animal de laboratorio que desarrolla pancreatitis aguda necro-hemorrágica después 19 de la ligadura prolongada de su largo C.B.P.C. . La ligadura por separado del colédoco o del Wirsung del opossum no la produce pero sí el cierre simultáneo de 28 ambos conductos . Acorde con ésto se propuso a la obstrucción simultánea de ambos conductos, antes del C.B.P.C., como el principal evento desencadenante de la pancreatitis en este modelo (Fig. VII). Fig. VII .- Distintas posibilidades experimentales de oclusión por ligaduras del árbol bilio-pancreático del Opossum (Didelphis Virginiana). Cabezas de flecha : 1) A nivel del hepático común, 2) A nivel del Wirsung proximal, 3) A nivel del C.B.P.C. proximal, 4) 1 + 2. X : Ligadura del cístico que excluye a la vesícula biliar como reservorio durante la experiencia. GB : vesícula biliar. Esta figuras y similares están 19 inspiradas en M. M. Lerch . El posible mecanismo subyacente de este fenómeno podría ser la estimulación de la secreción pancreática exócrina y la caída del sistema retículo endotelial (S.R.E.) 29, 30, 31, 32 hepático que ocurre después de la ligadura del conducto biliar principal . Hace poco tiempo ha aparecido evidencia clínica que invalida la extrapolación de estos resultados experimentales al ser humano, salvo en lo que concierne a la caída
  • 13. 13 del S.R.E. hepático y al incremento de la enteroquinasa de origen portal eliminada 4, 33, 95, 96, 97, 98. activa hacia la bilis, luego de la oclusión de la vía biliar principal 1.1.6.- P.A.B. por reflujo pancreo-biliar. Grupos significativos de pacientes con C.B.P.C. y hépato-coledocitis, cistiquitis, colecistitis, colecistitis filtrantes, hepatitis, P.A.B., terminación bilio-pancreática común extra-esfintérica congénita con quiste de colédoco y carcinoma temprano del árbol biliar, registraron una actividad muy alta de fermentos pancreáticos en la bilis de la vía biliar principal y de la 34, 35 vesícula biliar . Acorde con ésto se propuso al reflujo pancreo-biliar (R.P.B.) como probable factor desencadenante de estas afecciones por acción enzimática (Fig. VIII). Fig. VIII .- Reflujo páncreo-biliar (R.P.B.) a través de la unión biliopancreática permeable.
  • 14. 14 Esta teoría, discutida sin generar demasiada adhesión, fue considerada durante 16 mucho tiempo como un mecanismo de excepción . Más tarde se demostró que el R.P.B. es un hecho que ocurre con frecuencia significativa en grupos de pacientes con C.B.P.C. y enfermedad litiásica biliar de distinto grado al examinar durante el post-operatorio normal la bilis proveniente de un drenaje en “T” colocado en su vía biliar principal, en condiciones basales y post-estimulación con comida de prueba. La magnitud del R.P.B. estuvo en relación directa con la gravedad de la patología que motivó la operación siendo sorprendente en la P.A.B., menor en la litiasis coledociana y casi inexistente en la litiasis vesicular 4. En la P.A.B. se registró, en la bilis de drenaje en “T”, gran actividad de amilasas e iso-amilasas tipo P y alta concentración de tripsinógeno sin tripsina, preferentemente post-estimulación con comida de prueba (Tablas 1 y 2, modificadas de 4 ). 25 20 Tabla 1 .- Actividad amilolítica medida antes y después de la amilasa basal estimulación con comida de prueba. 15 Los valores de amilasa en el grupo A (pacientes después de cirugía por 10 amilasa post- litiasis vesicular) y en el grupo B estimulación (pacientes después de la remoción de cálculos del hepatocolédoco) están 5 dados en una escala lineal, mientras que los datos en el grupo C 0 (pacientes después de P.A.B.) son 1 2 3 4 5 6 tan altos que su representación se hace en una escala logarítmica.
  • 15. 15 1 2 3 4 5 Tripsina basal (U/ml) - - - - - Tripsinógeno basal (U/ml) - 48-0 - - - Tripsina post-estimulación (U/ml) - - - - - Tripsinógeno post-estimulación (U/ml) 162-0 299-0 485-0 48-0 81-0 Tabla 2 .- Tripsinógeno inactivo y tripsina activada en bilis del drenaje en “T”. Valores denotando la actividad de tripsinógeno y tripsina en el fluido proveniente del drenaje en “T” en pacientes del grupo C. Los valores basales provienen de muestras recolectadas luego de una noche de ayuno y antes de que se diera la comida de prueba. Los valores post-estimulación indican la actividad en las muestras tomadas entre los 20 y 60 minutos después de la comida de prueba. Acorde con ésto se propuso que el pasaje de cálculos a través del árbol biliar produce estenosis y no insuficiencia del esfínter de Oddi lo que facilita la regurgitación masiva de jugo pancreático dentro del árbol biliar sin pasar por duodeno, a través de una unión bilio-pancreática permeable. En definitiva, la luz del sistema biliar queda llena de una mezcla de bilis y jugo pancreático y los sistemas biliar y pancreático unidos entre sí con su salida común hacia duodeno muy estrechada. Si estas condiciones potencialmente explosivas se mantienen existe la posibilidad que dentro del árbol biliar se produzca la activación del tripsinógeno atrapado causando lesión aguda de la mucosa (Fig. IX).
  • 16. 16 Fig. IX .- Lesión de la mucosa del árbol biliar producida por contacto prolongado con la mezcla de bilis y fermentos pancreáticos activos, traídos por el R.P.B. y mantenidos por la estasis que genera la estenosis funcional del C.B.P.C. La elevada concentración de fermentos activos y de sales biliares a nivel vesicular favorece la primo ocurrencia de lesiones en el colecisto. B : bilis. P : fermentos pancreáticos activos en el árbol biliar. (P) : Fermentos pancreáticos inactivos dentro del Wirsung. Esta 93 figura y similares están inspiradas en U. Veronesi . Pero además es altamente probable que esta acción enzimática deletérea pueda propagarse a través de la unión bilio-pancreática permeable hasta el interior mismo 19 del páncreas acinar, lugar donde la P.A.B. arranca . La hipótesis que responsabiliza al R.P.B. como principal factor patogénico en el inicio del ataque de la mayoría de las P.A.B.’s aparece para muchos grupos de investigadores como la más probable. No solamente está soportada por suficientes estudios experimentales sino 4, 5, 11, 12, 24, 34, 35, 36, 37, también, lo que es mas importante, por clara evidencia clínica 38, 95, 96, 97, 98. 1.2.- Motivo del estudio. Presentar nueva evidencia y contra-evidencia sobre los factores y mecanismos etiofisiopatogénicos que con mayor frecuencia han sido propuestos como
  • 17. 17 responsables del inicio del ataque de P.A.B., junto con sólidos fundamentos terapéuticos emergentes de estos hechos.
  • 18. 18 2.- PACIENTES Y MÉTODOS 2.1.- Pacientes. Entre 1989 y 1992, 420 pacientes con desórdenes en su tracto bilio- pancreático fueron tratados con cirugía a cielo abierto en nuestros hospitales. 36 de ellos, portadores de C.B.P.C. y litiasis biliar, fueron seleccionados para participar en este estudio. En ninguno de los casos existían antecedentes de alcoholismo ni tampoco de patología, operación o manipulación diagnóstica previa alguna sobre la zona bilio-pancreática. El estudio recibió la aprobación del comité de ética local y los pacientes, luego de dar su consentimiento por escrito, fueron divididos en tres grupos: Grupo A (n=24), pacientes con litiasis vesicular sin clínica, laboratorio, radiología o evidencia morfológica de cálculos en la vía biliar principal ni de P.A.B. 39. 40 En ellos fue realizada una colangiometría intra-operatoria para determinar el diámetro funcional promedio del C.B.P.C. en ausencia de enfermedad papilar. Este grupo sirvió de control. Grupo B (n=6), pacientes luego de la remoción quirúrgica de cálculos de su vía biliar principal, sin P.A.B. En el 7mo. día del post-operatorio se practicó una colangiometría utilizando para ello el drenaje en “T”. Además se recolectaron muestras de bilis basal y post-estimulación con comida de prueba (400 kcal. compuesta por 38% de carbohidratos, 41% de lípidos, 21% de proteínas y 250 ml de agua), determinando en ellas la actividad de la amilasa pancreática, iso- amilasa tipo P, lipasa, tripsina, concentración de tripsinógeno, reserva alcalina y pH. Grupo C (n=6), pacientes operados luego de un ataque reciente de P.A.B. (definida por síntomas clínicos y concentraciones de amilasa pancreática en suero siete veces por encima del límite normal superior). La P.A.B. fue tomada como evidencia del pasaje de cálculos a través del C.B.P.C. 7. Todos los pacientes de este grupo se habían recuperado completamente de su P.A.B. solo con tratamiento clínico. La cirugía fue una terapéutica electiva realizada durante la misma admisión hospitalaria.
  • 19. 19 El intervalo entre el comienzo de la P.A.B. y el estudio fue de 12 días de promedio. En el momento del estudio los valores de amilasa en sangre y orina habían retornado a su rango normal. La colangiometría post-operatoria y las determinaciones en muestras de bilis fueron realizadas de la misma manera que en el grupo B. 2.2..- Métodos. Para medir el diámetro funcional del C.B.P.C. nosotros hemos 39, 40 utilizado colangiometría intra y post-operatoria . Ambas permiten medir el flujo en ml/min que admite el C.B.P.C.,- la parte mas estrecha de la salida bilio- pancreática hacia duodeno -, cuando una solución fisiológica a 37oC de temperatura inyectada dentro del hépato-colédoco a presión hidrostática constante de 30 cm de H2O cruza el C.B.P.C. en dirección duodenal. Cuando más pequeño es el diámetro funcional del C.B.P.C. más alta es la resistencia que ofrece y más bajo el flujo que permite a la corriente líquida y a la inversa. Primero medimos con colangiometría “in vitro” el flujo que admiten una serie de capilares de vidrio de 5 mm de longitud y de diferentes diámetros internos entre 0,2 y 1,0 mm. Ésto nos permitió determinar la curva experimental emergente de la correspondencia entre el flujo y el diámetro de cada uno de ellos (Tabla 3). Tabla 3. - Curva experimental de flujo de solución fisiológica a 30 cm de H2O de presión hidrostática tomada en capilares de vidrio de 5 mm de longitud y diferentes luces internas entre 0,2 y 1,0 mm. 5 Modificada de .
  • 20. 20 Luego utilizamos esta curva para conocer los diferentes diámetros funcionales de los C.B.P.C.’s cuyos flujos determinamos con colangiometría durante cada cirugía o post-operatorio. Con ésto no queremos decir que los diámetros reales obtenidos de esta manera sean iguales a aquellos obtenidos en los capilares de vidrio de flujo correspondiente sino que se comportan funcionalmente de manera equivalente, todo lo que nos permite afirmar que con la colangiometría intra y post-operatoria estamos midiendo correctamente el diámetro funcional del C.B.P.C. Por lo demás, antes de que este estudio comenzara, revisamos nuestra experiencia en colangiometría desde 1973. Las determinaciones llevadas a cabo bajo las mismas condiciones anestésicas y de procedimiento a las utilizadas en este trabajo no alteraron significativamente la similitud entre los valores colangiométricos intra y post- operatorios tomados en el mismo paciente, en grupos similares a los A, B y C. Los estudios post-operatorios realizados en sujetos similares a los del grupo A se hicieron a través de un drenaje en “T” colocado por estrictas razones clínicas. Ninguno de estos pacientes sufrió una extensión de su operación por alguna razón relacionada con el estudio. Por todos estos fundamentos consideramos que la comparación de los resultados colangiométricos entre los tres grupos ha sido ética y técnicamente correcta. 39, 40 2.2.1.- Colangiometría intra-operatoria . Descripta anteriormente, lo haremos brevemente aquí: una cánula de 1,5 mm de diámetro interno y 1,9 mm de diámetro externo fue insertada en la vía biliar principal a través del conducto cístico unida a una probeta graduada por medio de un conector standard. Todo el sistema estaba lleno de solución fisiológica a 37oC de temperatura. Tan pronto como el nivel del líquido del recipiente se colocara a la altura de la línea axilar media el conector fue abierto y el nivel líquido fue levantado despacio hasta enrasarle a 30 cm de altura
  • 21. 21 por encima de dicha línea. A medida que el líquido iba penetrando suavemente y de manera progresiva en el árbol biliar el nivel fue mantenido, asegurando una presión hidrostática constante de 30 cm de columna de H2O. Cuando el flujo fue estable procedimos a medir los mililitros por minuto de solución fisiológica que pasaron a través del C.B.P.C. en dirección duodenal. Luego se midió la presión residual 3 9. 39, 40 2.2.2.- Colangiometría post-operatoria . Descripta anteriormente, lo será sucintamente aquí: en el 6to. día de post-operatorio fueron instilados 250 ml de solución fisiológica a temperatura corporal en el árbol biliar a través del drenaje en “T” (30 cm H2O de presión hidrostática) para remover detritus e incrustaciones de la pared del tubo. El paciente fue mantenido durante esa noche en ayunas y a la mañana siguiente se le instilaron otros 250 ml de solución fisiológica, en las mismas condiciones que el día anterior. Luego la colangiometría fue realizada igual que en el procedimiento intra-operatorio pero utilizando el drenaje en “T”. 2.2.3.- Determinación basal y post-estimulación con comida de prueba en bilis del drenaje en “T” de la actividad de amilasas pancreáticas, iso-amilasas tipo P, lipasas, tripsina, concentración de tripsinógeno, reserva alcalina y pH 4. Descripta anteriormente, lo será brevemente aquí: luego de haber registrado la presión residual cada paciente fue rotado desde la posición supina 45 grados hacia su lado derecho y los fluidos del drenaje en “T” fueron dejados escurrir libremente. Después de 60 min. se recolectó una muestra basal (2 ml) enfriada en hielo. El paciente fue retornado a la posición supina y el orificio del extremo distal del drenaje llevado a nivel de la papila de Vater (línea axilar media), adhiriendo el tubo a la piel en posición adecuada para facilitar la posterior recolección de la muestra post- estimulación. Sin cambiar de posición el paciente fue entonces alimentado con una comida de prueba standard de 400 kcal. (38% carbohidratos, 41% grasas, 21%
  • 22. 22 proteínas en 250 ml de H2O). El fluido del drenaje fue descartado durante los siguientes 20 min. y luego recolectado refrigerado con hielo durante 40 min. La 41 actividad de la alfa-amilasa fue medida y la iso-amilasa tipo P determinada por medio de un kit de prueba comercial (Phadebas, Pharmacia, Freiburg, Alemania). La actividad de la lipasa fue medida por el método de Cherry y Crandall (modificado). Para distinguir entre un reflujo directo de jugo pancreático a través del C.B.P.C. dentro del árbol biliar en oposición a la regurgitación del jugo pancreático desde el duodeno, medimos el tripsinógeno pancreático inactivo y la tripsina activada por la enteroquinasa de las células de la mucosa duodenal como se describe previamente42. Además se determinó la reserva alcalina y el pH de las muestras. Todos los datos fueron recolectados y comparados estadísticamente por el análisis de la variancia. Solo fueron consideradas significativas las diferencias de p< 0.001.
  • 23. 23 3.- RESULTADOS 3.1.- Colangiometría. La colangiometría intra-operatoria en el grupo A (litiasis vesicular únicamente) revela un flujo medio normal de 36 ml/min (D.S. ± 1,91), una presión residual media normal de 11,35 cm de H2O (D.S. ± 0,26) y un diámetro funcional promedio normal del C.B.P.C. de 0,80 mm (D.S. ± 0,026). Estos resultados son similares a aquellos 39 publicados previamente por Brücke y sirven como grupo de control. La colangiometría post-operatoria en el grupo B (litiasis de la vía biliar principal sin P.A.B.) mostró un flujo medio normal de 35,5 ml/min (D.S. ± 3,22), una presión residual media normal de 11,73 cm de H2O (D.S. ± 0,90) y un diámetro medio funcional normal del C.B.P.C. de 0,80 mm (D.S. ± 0,046). La colangiometría post-operatoria del grupo C (litiasis biliar con P.A.B. reciente) mostró un flujo medio patológico de 13 ml/min (D.S. ± 1,95), una presión residual media patológica de 16,66 cm de H2O (D.S. ± 0,69) y un diámetro funcional promedio patológico del C.B.P.C. de 0,47 mm (D.S. ± 0,0036). Todos los resultados de las medidas colangiométricas presentan una diferencia estadísticamente significativa de p< 0,001 en el grupo C ( pacientes con pasaje de cálculos por el C.B.P.C. y P.A.B. reciente) cuando se los compara contra los grupos A y B (Tabla 4).
  • 24. 24 Grupo A Grupo B Grupo C Flujo (ml/min) 36 35,5 13a Presión residual (cm de H2O) 11,35 11,73 16,16a Diámetro funcional del C.B.P.C.(mm) 0,80 0,80 0,47a Tabla 4 .- Medidas colangiométricas. Valores colangiométricos medios correlativos entre flujo de solución fisiologica, presión residual y diámetro funcional del C.B.P.C. en el grupo control A (intra- operatorio ; pacientes con litiasis vesicular ; n=24), grupo B (post-operatorio ; pacientes después de la remoción de cálculos de la vía biliar principal ; n=6) y grupo C (post-operatorio ; pacientes a 5 recuperados de una P.A.B. reciente ; n=6). p < 0,001. Modificado de . 3.2.- Actividad de las enzimas pancreáticas en bilis del drenaje en “T”. Solamente en el grupo C el incremento de hasta mas de 100 veces en exceso en la actividad de la amilasa basal y especialmente post-estimulación con comida de prueba demuestra, en la bilis del tubo en “T” del grupo con P.A.B. reciente, la existencia de una gran concentración de jugo pancreático regurgitado masivamente dentro del árbol biliar. Las importantes diferencias observadas en los valores de la 4 amilasa son similares a aquellas previamente reportadas (Tabla 5). Casi la totalidad de la actividad amilásica está representada por la iso-amilasa de tipo P 4. En las mismas condiciones la lipasa pancreática acompaña a la amilasa con incrementos en su actividad de hasta mas de 20 veces en exceso particularmente 5 post-estimulación (Tabla 6). Igualmente el tripsinógeno incrementa su concentración hasta mas de 100 veces en exceso con respecto a lo máximo permitido para la tripsina con la técnica de determinación en contenido duodenal. Por el contrario la investigación de la tripsina activada por la enteroquinasa de las 4 células de la mucosa duodenal dió en todos los casos resultados negativos (Tabla 7).
  • 25. 25 25 x 1000 UI/l 20 15 amilasa basal amilasa post-estimulación 10 5 0 1 2 3 4 5 6 25 U/% 20 15 lipasa basal lipasa post-estimulación 10 5 0 1 2 3 4 5 6 500 U/ml 400 300 tripsinógeno basal 200 tripsinogeno post- estimulación 100 0 1 2 3 4 5 6 Tablas 5, 6 y 7 .- Valores de actividad basal y post-estimulación con comida de prueba de amilasa, lipasa y tripsinógeno en bilis del drenaje en “T” del grupo C (séptimo día del post-operatorio, después de la remisión reciente de una P.A.B.), buscando un reflujo directo de jugo pancreático hacia el árbol 4 5 biliar a través de una comunicación bilio-pancreática permeable. Modificado de y .
  • 26. 26 3.3..- Valores de reserva alcalina y pH en bilis del drenaje en “T”.- En el grupo C el pH de la bilis post-estimulación osciló entre 7,9 y 8,1 43, 95, 96, 97, 98.
  • 27. 27 4.- DISCUSION 4.1.- De los factores y mecanismos etiofisiopatogénicos más frecuentes propuestos como responsables del inicio del ataque de P.A.B. 4.1.1.- Disposición anatómica del confluente bilio-pancreático. La primera descripción sobre las características de las vías biliares extra-hepáticas se la debemos a Andrés Vesalio quien la formuló con toda prolijidad en el año 1543 en su obra “De Corporis Humani Fabrica”. Allí hizo mención a cerca de la existencia de una “membrana” en el orificio final del colédoco que dificultaba el flujo de la bilis e 44 impedía el reflujo del contenido duodenal . 100 años después Wirsung descubrió el 45 conducto principal del páncreas y en seguida Glisson en su “Anatomia Hepatis” publicada en 1681 mostró la existencia de un anillo de fibras musculares rodeando la 46 porción terminal del colédoco, cuya función sería similar a la del elevador del ano . 47 Recién en 1879 Gage realizó la primera descripción del mecanismo esfinteriano y finalmente Oddi en 1887, por entonces estudiante de 4to. año de medicina, realizó un estudio muy completo del esfínter en numerosas especies animales y en el hombre utilizando cortes histológicos transversales y sagitales, por indicación de su 48 maestro Marcacci . Ya graduado Oddi, fisiólogo, efectuó aportes sobre el funcionamiento de la región esfinteriana, la existencia de células ganglionares nerviosas en la papila, la existencia de un centro nervioso medular que rige su 49 funcionamiento, la presión intra-biliar y sus modificaciones, etc. . A finales del Siglo XIX, Claudio Bernard ya se ocupaba del “relleno biliar” de las vías pancreáticas observado en ajusticiados por ahorcamiento 50 pero fue Eugene Lindsay Opie quien, a comienzos de este siglo abrió un largo capítulo aún en discusión, a cerca del posible papel del reflujo bilio-pancreático como factor trascendente en la patogenia de la P.A.B. 18. De las investigaciones a cerca del desarrollo embrionario de la región
  • 28. 28 realizadas por Boyden se desprende que el tabique que a nivel de la papila de Vater separa al colédoco del Wirsung, avanza hacia el poro biliar a medida que el embrión se acerca al 9no. mes. En el feto a término el tabique puede llegar al poro biliar y de esta manera los conductos colédoco y Wirsung desembocarán en el duodeno por separado pero también puede ocurrir que su desarrollo se detenga a diferentes distancias del poro dando las distintas variantes anatómicas de desembocadura observadas en el adulto normal 51 (Fig. X a, b y c). Fig. X a .- El colédoco y el Wirsung ingresan al duodeno por separado. El tabique entre ambos se ha desarrollado embriológicamente hasta el poro biliar. No hay C.B.P.C. Esta conformación se da aproximadamente en el 50% de la población normal, en menos del 10% de los enfermos con litiasis de la vía biliar principal y excepcionalmente en los enfermos con P.A.B. Fig. X b .- El colédoco y el Wirsung ingresan al duodeno a través de un C.B.P.C. muy corto. El tabique no ha llegado al poro biliar pero ha quedado muy cerca de él (terminación poco frecuente. Fig. X c .- El colédoco y el Wirsung ingresan al duodeno a través de un C.B.P.C. de 5 mm de longitud y 0,80 mm de sección promedio. Esta conformación se da aproximadamente en el 50 % de la población normal, en más del 90% de los enfermos con litiasis de la vía biliar principal y en casi la totalidad de enfermos con P.A.B.
  • 29. 29 En ellos las terminaciones por separado o a través de un C.B.P.C. se dan aproximadamente por partes iguales 3. Muy diferente es la situación cuando se analizan los tipos de terminación bilio-pancreática en pacientes que padecen de patología litiásica biliar importante como son la litiasis de la vía biliar principal y la P.A.B. En este grupo la incidencia de la terminación en duodeno por medio de un C.B.P.C. supera el 90% de los casos los que, al ser comparados contra la incidencia del C.B.P.C. en adultos normales, arrojan una diferencia con significación estadística 4, 5 de p< 0,001 . Resulta obvio que en base a este hecho se pueda inferir la importancia de la presencia del C.B.P.C. como factor anatómico con-causal en cuanto a la patogenia de la P.A.B. y a la de las formas complicadas de la litiasis biliar4-5. Como parte del confluente bilio-pancreático analizaremos más adelante la significación que podría tener el conducto de Santorini como vía de descompresión 52 del sistema bilio-pancreático ductal estásico cuando está unido al Wirsung . Quedaría por determinar la importancia del C.B.P.C. en la patogenia de otras enfermedades en las que se los considera junto con el R.P.B. como factores con- causales críticos: el carcinoma originado en las células de la mucosa del árbol biliar de niños con terminación bilio-pancreática extra-esfintérica congénita y quiste de 35 colédoco y las denominadas hépato-coledocitis, cistiquitis, colecistitis, colecistitis 34 filtrantes y hepatitis, todas consideradas de origen enzimático por R.P.B. . Aunque no son motivo de este estudio, la convicción de distintos grupos de investigadores sobre la responsabilidad que le cabe al C.B.P.C. como vía ductal portadora del R.P.B. presente en todas ellas también refuerza el concepto de que el C.B.P.C. constituye un partícipe necesario en la fisio-patogenia de la gran mayoría de las 34, 35 P.A.B.’s. . Aún quedarían otras grandes preguntas sobre este particular cuya respuesta trasciende largamente, por ahora, el motivo de nuestro trabajo : ¿tienen el C.B.P.C. y su asociado el R.P.B., participación en la génesis de ciertos tipos de
  • 30. 30 34 litiasis biliar ?, ¿qué es primero, la litiasis biliar y luego el R.P.B. a través del 16 C.B.P.C., o a la inversa ?, ¿en un C.B.P.C. patológico por terminación bilio- pancreática extra-esfintérica congénita, es el R.P.B. factor crónico con-causal importante en la génesis del quiste de colédoco y/o del cáncer originado en la mucosa del árbol biliar que con tanta frecuencia se pueden observar en estos casos 35 ?, etc. Creemos sinceramente que la profundización de conocimientos sobre la demostrada asociación entre el C.B.P.C. y el R.P.B. puede traer respuestas a éstas y a otras situaciones aún sin resolver. 4.1.2.- P.A.B. por reflujo bilio-pancreático. A pesar de que es universalmente aceptado que el pasaje de cálculos a través del árbol biliar puede causar pancreatitis7 el mecanismo por medio del cual las piedras desencadenan la enfermedad aún está bajo controversia 2. La teoría de Opie que describe el reflujo de bilis dentro del páncreas como el evento crítico en la P.A.B. ha sido comunmente 23 aceptada . De todas maneras trabajos clínicos y experimentales han discutido la 20 condición del reflujo bilio-pancreático como evento principal en la P.A.B. . El hecho de que algunas veces durante la P.A.B. no hay cálculos presentes en el C.B.P.C. promueve discusión sobre el origen de la enfermedad 6. Además la longitud media 3 del C.B.P.C. es de aproximadamente 5 mm y podría estar ocluido por un cálculo lo suficientemente largo como para cerrar la comunicación bilio-pancreática y de ésta 6 forma impedir el reflujo entre ambos sistemas (Fig. XI). Aún así si un cálculo mas pequeño impactado en el C.B.P.C. crease una situación anatómica similar al “canal común” descripto por Opie y si la bilis hubiese efectivamente regurgitado dentro del 20 páncreas, ella sería absolutamente inocua para el conducto pancreático (Fig. V). Cuando en modelos experimentales se ha perfundido bilis estéril a través del conducto pancreático a presiones fisiológicas no se han producido lesio-
  • 31. 31 Fig. XI .- Cierre de la unión bilio-pancreática por cálculo de longitud suficiente. 20 nes . De todas maneras, en caso de una estenosis del C.B.P.C. producida por un cálculo o por la inflamación que su paso por el conducto ocasionó la presión 24, 25 secretoria del páncreas excedería con largueza a la presión secretoria biliar , siendo la consecuencia de este hecho un reflujo de jugo pancreático hacia el árbol biliar a través de la unión bilio-pancreática permeable, en lugar de un reflujo de bilis 4, 5, 16, 36, 37, 38 hacia el páncreas . Si la estenosis del C.B.P.C. dura este gradiente presor es mantenido por lo menos entre 12 y 24 horas. Con el transcurso del tiempo las presiones entre ambos sistemas ductales tienden a equilibrarse y con ello cesa el flujo de jugo pancreático hacia el árbol biliar. Los sistemas líquidos quedan en equilibrio y en íntimo contacto entre sí a través de la unión bilio-pancreática 24 permeable . Cualquier alteración de este equilibrio favorece la re-instalación de un
  • 32. 32 24 reflujo que seguirá el sentido indicado por el gradiente presor producido . En la mayoría de los pacientes los cálculos causantes de la lesión pasan rápidamente a duodeno pudiendo dejar por detrás una estenosis funcional del C.B.P.C. de carácter 12 inflamatorio . La estenosis funcional así como el propio cálculo pueden determinar el atrapamiento de la bilis mezclada con el jugo pancreático dentro del árbol biliar, además de la persistencia del reflujo de jugo pancreático hacia el colédoco, dado que la secreción pancreática se ve impedida de fluir libremente hacia duodeno debiendo dirigirse hacia la vía biliar principal que le ofrece menor resistencia presora 5 . En estas circunstancias es evidente que aproximadamente durante las primeras 12 a 24 horas será factible la permanente regurgitación de jugos pancreáticos hacia el árbol biliar y no de bilis hacia el páncreas, si la unión bilio-pancreática se mantiene permeable. Ésto se produce dado el sentido que el gradiente presor mantiene mientras la potencia secretora pancreática no colapse por agotamiento o por avance 24 de la P.A.B. . Ese tiempo es mas que suficiente para que arranque la primo-lesión 19 de la P.A.B. que como sabemos se inicia a nivel de los ácinos pancreáticos . Mas adelante avanzaremos en la discusión de los mecanismos que están involucrados en el inicio de este evento patogénico y, en definitiva, veremos que ningún argumento es suficiente para soportar la noción de que el reflujo de bilis dentro del páncreas es en verdad crítico para el desencadenamiento de la P.A.B. en el ser humano 6. Al margen del problema de la patogenia deseamos agregar que la denominación “canal común”, popularizada como descripción de una situación anátomo-funcional patológica en la zona del confluente bilio-pancreático, es para 21 nuestro concepto errónea . El conducto biliar principal y el conducto pancreático principal se unen entre sí dentro de la papila de Vater por medio de una comunicación orificial. A partir de ese punto se genera un conducto bilio-pancreático común de 5 mm de longitud y 0,80 mm de diámetro funcional promedio, cuya
  • 33. 33 3, 39 desembocadura en duodeno constituye el poro biliar de la carúncula mayor . No 21 existen “canales”, solo existen conductos . No existe una comunicación bilio- pancreática patológica en forma de “canal” sino que se trata de una comunicación orificial entre ambos sistemas 3. Por lo tanto llamar “canal común” a la situación anátomo-funcional patológica caracterizada por la presencia de un cálculo impactado en la zona papilar que ocluye al C.B.P.C., dejando libre a la comunicación bilio-pancreática orificial y a ambos sistemas ductales ampliamente comunicados 16, 36, 37, 38 21 entre sí , es como mínimo un error de nomenclatura . Lamentablemente este error ha inducido deformaciones conceptuales que creemos son en parte responsables de la demora sufrida durante casi 100 años en la clarificación etiofisiopatogénica. Para colmo el término ha sido acuñado con carácter definitivo en el INDEX MEDICUS quien de esta manera participa del equívoco, manteniéndolo. Por lo tanto, creemos sinceramente que se debería eliminar la utilización del término “canal común” (C.C.) tal como en la práctica internacional se acostumbra, manteniendo las denominaciones de conducto biliar principal (C.B.P.), conducto pancreático principal (C.P.P.), unión bilio-pancreática (U.B.P.) y conducto bilio- pancreático común (C.B.P.C.) o sus sinónimos, en todos los idiomas 53. 4.1.3.- P.A.B. por oclusión del Wirsung proximal. La disminución o anulación de la secreción pancreática producida por un cálculo que comprima o cierre exclusivamente la desembocadura del conducto pancreático principal sin ocluir el conducto biliar principal fue la primera propuesta patogénica sobre la P.A.B. 18 formulada por Opie . Si bien esta “teoría del flujo pancreático disminuido” fue rápidamente olvidada por la inmediata popularidad que alcanzó su segunda 22 propuesta del “canal común” , en el último decenio fue retomada por distintos 6, 20 grupos de investigadores que con gran entusiasmo han intentado reflotarla . La
  • 34. 34 figura (Fig. IV) muestra con claridad que en el ser humano con una situación anátomo-funcional similar a la primera propuesta de Opie existe una imposibilidad absoluta para que la secreción pancreática exócrina siga su camino natural a través del C.B.P.C. hacia duodeno. Una manera aunque insuficiente de salvar esa obstrucción sería a través del conducto secundario de Santorini que normalmente desemboca en la carúncula menor, siempre que los sistemas pancreáticos ductales principal y secundario estuviesen comunicados entre sí 52 (Fig. XII). Pero el mismo Fig. XII .- Conducto secundario de Santorini en comunicación con el conducto dominante de Wirsung y con la luz duodenal, a nivel de la carúncula menor. La seccion del conducto va disminuyendo hacia su extremo proximal, pudiendo llegar a obliterarse antes de desembocar en el duodeno. En el 29% de los casos, o no está en comunicación con el Wirsung o lo está pero su extremo proximal está cerrado. En el texto ponemos en duda su capacidad de drenar la secreción bilio-pancreática básica (2500 ml en 24 horas) con efectividad, en caso de obstrucción del C.B.P.C. asociado con P.A.B. Esta figura 94 está inspirada en W. F. Rienhoff . Opie presentó en 1910 sus observaciones sobre el conducto de Santorini realizadas en el curso de 100 autopsias, determinando de que solo el 69% de los casos presentaban un conducto pancreático secundario permeable hasta la carúncula
  • 35. 35 menor y además conectado al conducto pancreático principal. Por añadidura en los 69 casos antedichos había una notable disminución de la sección del conducto pancreático secundario cerca de su extremo duodenal, haciendo dudar sobre la capacidad de esta vía para actuar como válvula efectiva de descompresión en el caso de estasis ductal del sistema pancreático. Esta capacidad se ve aún más comprometida cuando la oclusión es a nivel del C.B.P.C. en cuyo caso el volumen a desagotar por esa tortuosa vía se incrementa significativamente por la suma de la 54 secreción hepática a la pancreática, ambas estásicas . Durante la obstrucción del Wirsung aislada con conducto biliar principal libre tampoco es posible que la secreción exócrina ingrese al árbol biliar ya que el obstáculo está ubicado definitivamente antes de la unión bilio-pancreática, salvo por la eventual existencia de pequeños conductillos pancreáticos que desagüen directamente en el colédoco 17 retro o intra-pancreático , pudiendo en ese caso descargar una pequeña cantidad de jugo al árbol biliar que se mantiene completamente permeable y alcanzar el duodeno a su través (Fig. III). Pero en definitiva, la “teoría del flujo pancreático disminuido” de Opie postula que la secreción queda atrapada dentro del páncreas sin poder acceder a los sistemas ductales con los que la glándula está directa o indirectamente conectada. Estos hechos están en contra de la posibilidad de que en este caso se produzca cualquier tipo de reflujo significativo que viniendo del duodeno o de la vía biliar pueda ingresar al páncreas o, por el contrario, que saliendo del páncreas pueda ingresar al árbol biliar. En el terreno experimental existen innumerables trabajos científicos llevados a cabo en animales habituales de laboratorio que demuestran que la oclusión prolongada del Wirsung aislado, manteniendo el conducto biliar principal permeable, produjo solamente una 55 pancreatitis leve y, a la larga, una atrofia del páncreas exócrino . La misma maniobra practicada en el Opossum Americano (Didelphis Virginiana) también
  • 36. 36 28 desemboca al cabo de 7 días en una pancreatitis intersticial moderada aunque existen algunos grupos de investigadores que han observado en este caso hasta un 14% de necrosis en las células acinares, único hecho que soporta en ese modelo 19 experimental a la primera propuesta de Opie . En el ser humano la obstrucción exclusiva del Wirsung observada durante el curso de distintas patologías, maniobras quirúrgicas programadas o accidentes quirúrgicos, generalmente conduce a la atrofia de la parte acinar de la glándula con un cuadro de pancreatitis crónica asociado o no a diabetes. Ocasionalmente se relatan pancreatitis graves en pacientes en estas 56 circunstancias o similares pero ellas constituyen la excepción . La pancreatitis aguda observada en el curso del post-operatorio de pacientes portadores de drenajes en “T” que tienen su rama inferior larga, trans-papilar, no constituyen P.A.B.’s sino pancreatitis agudas originadas por cuerpos extraños no litiásicos ubicados en el confluente bilio-pancreo-duodenal 57 (Fig. XIII), los que al igual que Fig XII .- Drenaje externo de la vía biliar principal con un tubo en “T” de rama inferior larga, transpapilar. Actúa como cuerpo extraño no litiásico alterando la hidro-dinámica y la bacteriología de la zona. Las pancreatitis agudas observadas durante su utilización no son P.A.B.’s.
  • 37. 37 otros como los parasitarios 16, no deben ser considerados dentro de las P.A.B.’s. No obstante nos parece altamente improbable que una rama trans-papilar larga de un drenaje en “T” pueda ocluir exclusivamente al orificio de salida del conducto pancreático principal sin influenciar significativamente al C.B.P.C. Es completamente evidente que al transcurrir la rama larga del drenaje por él alterará la dinámica y la bacteriología de la zona, la que queda en comunicación directa y permanente con la luz intestinal. Esto invalida los argumentos de quienes postulan a este tipo de casos como soporte de la “teoría del flujo pancreático disminuido” la que sostiene que la oclusión aislada del Wirsung, con vía biliar principal permeable, constituye el evento fisio-patogénico crítico de la P.A.B. 19. Deseamos agregar que recientemente ha sido publicado un caso de P.A.B. necro-hemorrágica con pseudo-quiste de cola de páncreas ocurrida en un paciente con un drenaje en “T” clásico de su vía biliar principal, producida luego de que se le impactara un pequeño cálculo residual en el C.B.P.C.,durante el post-operatorio 36 (Fig. XIV). En este paciente, en el que esta- Fig. XIV .- P.A.B. necro-hemorrágica con seudoquiste de cola de páncreas producido por pequeño cálculo residual enclavado en el C.B.P.C. durante el post-operatorio inmediato. La bilis obtenida del drenaje en “T” confirmó la existencia de un R.P.B. masivo al detectarse en ella una actividad amilolítica de 49.000 U/l. Después de la papilo-esfinterotomía parcial endoscópica (sección de C.B.P.C.), el R.P.B. desapareció y el paciente se recuperó rápidamente.
  • 38. 38 ba efectivamente prevenida por el drenaje la obstrucción y la hipertensión ductal biliares y el reflujo de bilis hacia el páncreas, se detectó una enorme regurgitación de jugo pancreático hacia el árbol biliar (R.P.B.) con una actividad de 49.000 U/l de amilasa pancreática en la bilis obtenida del tubo en “T” sin aspirar. Después de la papilotomía parcial endoscópica (sección del C.B.P.C.) se produjo la eliminación del cálculo impactado en el C.B.P.C. y con ello una caída dramática de la actividad amilolítica en la bilis del drenaje acompañado de una recuperación clínica y de laboratorio completas. Otro post-operatorio con una situación similar al anterior pero en el que no se había producido un verdadero impacto del cálculo también mostró una alta actividad amilolítica en bilis del drenaje mientras duró la obstrucción (pocas 36 horas), la que no alcanzó a producir síntomas de P.A.B. . Ninguno de estos casos o similares pueden ser esgrimidos como ejemplos de una oclusión exclusiva del orificio de salida del conducto pancreático principal con vía biliar principal permeable como han sido propuestos por algunos autores en respaldo de la primera teoría de 19 Opie . Por el contrario, en ambos casos el obstáculo se encontraba en el C.B.P.C. y la comunicación bilio-pancreática era absolutamente permeable. Ésto fue lo que posibilitó la ocurrencia de una regurgitación masiva de jugos pancreáticos hacia la vía biliar principal producida por la prevalencia de la presión ductal pancreática por sobre su similar hepática y a que ambos sistemas ductales tenían su salida hacia duodeno cerrada por un cálculo localizado en el C.B.P.C. y no en el orificio de salida 4, 5, 16, 36, 37, 38 del Wirsung . El peso de la prueba clínica que revisamos concuerda en general con la de la experiencia en animales de laboratorio. La relativa dualidad que se aprecia en este terreno frente a los resultados de algunos grupos de investigadores que reportaron necrosis de hasta un 14% en las células acinares del opossum a los 7 días de la ligadura del conducto de Wirsung con vía biliar principal 19 permeable es para nosotros de escasa significación. De todas maneras, siempre
  • 39. 39 es necesario considerar cuidadosamente la conveniencia de extrapolar resultados científicos experimentales al ser humano, rigiendo la obligación de requerir para su confirmación la prueba y contra-prueba clínica que los avale. Por ello queremos decir aquí que la comparación que se hace entre la situación anátomo-funcional del 19, 29 aparato ductal bilio-pancreo-duodenal del opossum con el del ser humano nos parece absolutamente impropia. (Fig. XV a y Fig. XV b). Fig. XV a (izquierda).- Esquema del árbol bilio-pancreático del opossum (Didelphis Virginiana). Unión bilio-pancreática extra-esfintérica con un C.B.P.C. de entre 20 y 30 mm de longitud, con alta resistencia al flujo bilio-pancreático. Ésto sólo es comparable con los niños que tienen una anomalía congénita con unión bilio-pancreática extra-esfintérica que les ocasiona un R.P.B. crónico con inflamación de la mucosa, quiste hépatocoledociano y cáncer de la vía biliar. GB : vesícula biliar. Fig. XV b (derecha).- Esquema del árbol bilio-pancreático del ser humano normal. Unión bilio- pancreática intra-esfintérica con C.B.P.C. de 5mm de longitud, 0,80 mm de luz interior y sin R.P.B. En el Didelphis Virginiana la unión bilio-pancreática es extra-esfintérica por lo que la longitud del C.B.P.C. alcanza entre 20 y 30 mm. superando en cuatro a seis veces la longitud que tiene el del ser humano 3. Tampoco concuerdan las secciones de los conductos correspondientes, ni sus longitudes, ni las dimensiones corporales de ambas especies. La única consideración en cuanto a similitud de los C.B.P.C.’s que se podría establecer entre ambos es en lo que hace al C.B.P.C. de los antedichos
  • 40. 40 niños con terminación bilio-pancreática común extra-esfintérica congénita. En ellos al igual que en el opossum, el largo C.B.P.C. generado por la unión de ambos conductos fuera de la pared duodenal ofrece una resistencia al flujo bilio-pancreático para llegar a duodeno equiparable con una verdadera estenosis funcional a su nivel. Esta estenosis funcional favorece la regurgitación crónica masiva de la secreción exócrina dentro del árbol biliar, dado el fuerte predominio presor-secretor del 24 páncreas sobre el hígado . Para el opossum esta situación es normal y no le produce daño alguno pero para el niño que padece de esta malformación congénita, el R.P.B. crónico que soporta es capaz de generar hipertrofia, hiperplasia, metaplasia, quiste congénito de colédoco y cáncer, todo a partir de las alteraciones que los fermentos pancreáticos regurgitados durante largo tiempo ocasionan a las células de la mucosa y a los conductos del árbol biliar 35. Estos hechos nos obligan a considerar anátomo-fisio-patogénicamente diferentes a los sistemas ductales bilio- pancreáticos del ser humano y del opossum entre sí y de esta manera declarar carente de soporte científico la simple extrapolación de resultados entre ambas 19, 29 especies . Por supuesto que ésto también incluye a los argumentos en favor de la “teoría de la disminución del flujo pancreático” que han surgido de la utilización de 18, 19, este modelo experimental para intentar explicar la fisio-patogenia de la P.A.B. 20, 28 . En definitiva creemos que no existe argumento suficiente para soportar la noción de que la disminución o la cesación de la secreción pancreática por obstáculo mecánico, con conservación de la permeabilidad del conducto biliar principal, pueda constituir en verdad un evento crítico en el desencadenamiento de la P.A.B.
  • 41. 41 4.1.4.- P.A.B. por oclusión por separado del Wirsung y del colédoco proximales antes de la unión bilio-pancreática. El animal de laboratorio conocido como Opossum Americano (Didelphis Virginiana) fue elegido como base de este modelo experimental de pancreatitis dado que posee un conducto pancreático principal y un conducto biliar principal únicos, junto con un C.B.P.C. que como ya dijimos puede ser similar pero no igual al que tiene el ser humano. En diferentes procedimientos experimentales llevados a cabo en este animal de laboratorio ha sido reportado que la ligadura del extremo proximal del C.B.P.C. durante 7 días produce una severa pancreatitis, lo que también se obtiene aunque con menor severidad con la obstrucción simultánea del conducto pancreático y del conducto biliar principales, inmediatamente antes de la unión bilio-pancreática. En consecuencia el factor patogénico fundamental de este modelo de pancreatitis aguda sería la obstrucción simultánea del tracto biliar y del pancreático sin que exista ninguna posibilidad de reflujo biliar hacia el interior del páncreas, de reflujo pancreático hacia el interior de la 18, 19, 20, 28 vía biliar principal, ni de regurgitación del contenido duodenal hacia ambos (Fig. XVI). Para que una situación clínica pueda ocasionar una P.A.B. de características Fig. XVI .- Esquema del árbol bilio- pancreático de un modelo de pancreatitis aguda experimental en el Opassum. Las cabezas de flecha indican los puntos de ligadura del colédoco y del Wirsung : 1) a nivel del hepático común, 2) a nivel del Wirsung proximal. X : ligadura del cístico para excluir a la vesícula biliar como reservorio durante la experiencia.
  • 42. 42 similares a la propuesta por este modelo, debería tratarse como mínimo de una litiasis biliar que ocluyese por una parte al colédoco y por otra al Wirsung proximales, al comienzo de su esfínter propio y antes de la unión bilio-pancreática. (Fig. XVII). Otra posibilidad sería que en un paciente con una obstrucción proximal de su conducto pancreático principal por litiasis, fibrosis, quirogenia o neoplasia pancreáticas, se produjese la obstrucción brusca de la vía biliar principal por litiasis billar, al comienzo de su esfínter propio y antes de la unión bilio-pancreática. (Fig. XVIII). La hipertensión biliar, la caída de la actividad del S.R.E. hepático y el aumento significativo de la enteroquinasa biliar activa de origen portal, a causa Fig. XVII .- Litiasis supra-papilares que ocluyen ambos conductos antes de la unión bilio- pancreática. Fig. XVIII .- Estenosis del Wirsung proximal por obstrucción mecánica crónica, a la que se le agrega una litiasis supra-papilar que ocluye súbitamente el colédoco proximal.
  • 43. 43 29, 95, 96, 97, 98 der la colestasis y la hipertensión e hipersecreción pancreáticas 29 generadas por la obstrucción del Wirsung , serían parte del mecanismo responsable de este modelo clínico que, como el anterior y si es que existen, carecerían en lo absoluto de significación estadística en la patogenia de las P.A.B.’s. Además ya hemos formulado nuestra objeción a extrapolar los resultados del modelo de pancreatitis en elopossum al ser humano, declarando este hecho como carente del soporte científico necesario en base a las pruebas aportadas 18 durante la discusión de la primera de las teorías propuesta por Opie (P.A.B. por disminución de la secreción pancreática). Pero fundamentalmente queremos decir que la demostración de la regurgitación masiva de enzimas pancreáticas dentro de la bilis del conducto biliar principal encontrada en pacientes con C.B.P.C. y P.A.B., desestima definitivamente la posibilidad de que la teoría de la doble oclusión propuesta en el modelo experimental aludido tenga significación para el ser humano. En nuestro estudio se establece claramente que en la P.A.B. la estenosis del C.B.P.C. genera un R.P.B. masivo que llega a la vía biliar principal directamente desde el páncreas sin pasar por duodeno, a través de una unión bilio-pancreática permeable. Si el colédoco o el Wirsung estuviesen ocluidos, la ocurrencia del R.P.B. 4, 5, 34, 35 detectado en la bilis de la vía biliar del ser humano hubiese sido imposible Por todo ello desestimamos a la oclusión simultánea de ambos conductos por separado, descripta en el modelo de pancreatitis del opossum, como posible factor crítico en la patogenia de la P.A.B. del ser humano. 4.1.5.- P.A.B. por reflujo duodeno-pancreático. La teoría de que el reflujo del contenido del duodeno dentro del páncreas desencadena la P.A.B. se ha basado durante mucho tiempo en estudios experimentales con modelos de pancreatitis producidos en animales de laboratorio con cierre mecánico del asa duodenal, por
  • 44. 44 26, 27 debajo y por encima de la papila de Vater (Fig. VI). La observación clínica endoscópica de que el poro biliar de la papila aparece a veces como si estuviera 5 “babeando” insuficiente poco después de haber pasado un cálculo a su través hizo atractiva a esta hipótesis. De cualquier forma para que las proteasas pancreáticas contenidas en el reflujo duodeno-pancreático sean activas debe producirse primero su contacto con la enteroquinasa de las células de la mucosa duodenal, lo que 58 transforma al tripsinógeno en tripsina iniciando la “cascada enzimática” . Además para que exista reflujo duodeno-pancreático debe existir previamente una insuficiencia funcional del esfínter de Oddi que lo permita y no una estenosis, lo que se lo impediría 26, 27. Al margen de estos argumentos la teoría del reflujo duodenal ya no puede ser considerada por mas tiempo como válida entre otras cosas, por que el modelo experimental basado en un asa intestinal cerrada no representa una situación capaz de traducirse con alguna frecuencia como responsable de producir pancreatitis en el ser humano. Su equivalente clínico, la pancreatitis como 38 consecuencia de la obstrucción del intestino delgado , es en extremo rara. En los estudios que han caracterizado a los modelos experimentales de asa cerrada se han podido identificar eventos de características microbiológicas e isquémicas de dudosa 38 significación en la P.A.B. clínica . Pero más importante es el hecho de que en el ser humano el pasaje de cálculos a través de la papila de Vater definitivamente produce estenosis funcional del C.B.P.C. y no insuficiencia (Tabla 4), como ocasionalmente ha sido sugerido por la presencia de un poro biliar “babeante” detectado durante la inspección endoscópica5 . Esta estenosis genera una regurgitación de jugos pancreáticos que llegan directamente al árbol biliar, a través de una comunicación bilio-pancreática permeable, conteniendo tripsinógeno pero no tripsina (Tablas 5, 6 y 7). Este hecho demuestra que el jugo pancreático regurgitado jamás estuvo en contacto con la enteroquinasa de las células de la mucosa
  • 45. 45 duodenal. La mecánica que exigiría un supuesto reflujo duodeno-pancreático para poder producir la P.A.B. obligaría al paso previo del tripsinógeno por la luz duodenal y su consecuente contacto con la enteroquinasa hubiera clivado la cadena de sus seis últimos aminoácidos, desdoblando al tripsinógeno en una molécula de tripsina activa y en otra de TAB. El estudio del R.P.B. es totalmente claro al respecto ya que únicamente muestra tripsinógeno inactivo y no tripsina activada por la enteroquinasa duodenal, lo que descarta definitivamente al reflujo duodeno-pancreático como factor 4, 5 patogénico crítico para la ocurrencia de la P.A.B., en el ser humano . 4.1.6.- P.A.B. por reflujo pancreo-biliar. 4.1.6.1.- Discusión de los antecedentes mas relevantes. En 1910 Clairmont y von Haberer reportaron un caso de peritonitis biliar sin perforación, sugiriendo que se podría haber producido por una alteración en la permeabilidad de las paredes biliares aunque sin ofrecer explicación alguna sobre su 59 patogenia . Blad propuso mas tarde que estos casos inusuales podrían responder a la presencia de fermentos pancreáticos en el sistema biliar los que asociados con una acción bacteriana digerirían los coloides de la bilis liberando sus pigmentos, quienes en razón de algún proceso desconocido podrían pasar a través de cualquier 60 membrana . Recién en 1913 Normann publica por primera vez dos casos de pancreatitis aguda en los que había fermentos pancreáticos en la bilis obtenida por 61 el drenaje de una coledocostomía . En 1924 Schoenbauer inyectó jugo pancreático en la vesícula excluida del perro produciendo colecistitis agudas de diverso grado de 62 intensidad . En el mismo año Drury, Mc Master y Rous provocaron la formación de 63 cálculos en el perro por alcalinización de la bilis vesicular, normalmente ácida . En
  • 46. 46 1929 Westphal inyectó jugo duodenal humano dentro del conducto biliar principal del perro, habiendo determinado previamente su actividad tríptica y amilolítica y además habiéndolo pasado por un filtro Berkefelt para asegura la ausencia de bacterias, 64 procedimiento con el que obtuvo importantes lesiones de la pared vesicular . Durante el mismo año este autor demostró también la presencia de una gran cantidad de fermentos pancreáticos en la bilis obtenida del drenaje externo de vías 65 biliares principales dilatadas . También en 1929 Balo y Ballon reportaron cuatro casos de autopsias en los que una estenosis edematosa de la zona papilar, sin la presencia de cálculos, fue encontrada responsable de la ictericia y de la retención de 66 jugos pancreáticos encontrados en el interior del árbol biliar de estos pacientes . En 1932 Zucker, Newburger y Berg demostraron un aumento en la actividad amilolítica en la bilis de perros sometidos a ligadura de sus conductos pancreáticos 67 . En 1933 Popper demostró la existencia de fermentos pancreáticos en la vesícula biliar de una serie de enfermos operados por colelitiasis, tumores de páncreas y pancreatitis aguda, con un claro predominio de la actividad enzimática en este último 68 grupo sobre los demás . En 1934 Dragstedt, Haymond y Ellis llamaron la atención sobre una serie de factores que podrían explicar la producción de colecistitis aguda 69 debida a la presencia de fermentos pancreáticos en la bilis . En 1936 Colp, Gerber y Doubilet llegan a la conclusión de que el reflujo de fermentos pancreáticos dentro del árbol biliar es de significación patológica solamente cuando existe un bloqueo 70 prolongado de la “ampolla” en asociación con otras condiciones . En 1937 Feldman, Morrison, Carr y Krantz encontraron que los cálculos biliares del hombre, que disuelven fácilmente en la bilis vesicular ácida del perro, no lo hacen en la 71 vesícula biliar del perro con bilis alcalinizada por drenaje biliar externo . Durante el mismo año Wolfer llamó la atención a cerca de la importancia del C.B.P.C. y del R.P.B. que éste permite responsabilizándolos de muchos casos de colecistitis y
  • 47. 47 72 colelitiasis . En 1939 este mismo autor vuelve a insistir sobre el tema sosteniendo que en caso de existir una obstrucción orgánica o funcional a nivel de la papila de Vater la presión se eleva dentro del conducto biliar principal pero, como la presión de secreción pancreática la supera, el nivel de jugo pancreático va ascendiendo por el árbol biliar hasta alcanzar el hígado. Durante todo ese tiempo la mucosa de la vesícula biliar ha ido concentrando su contenido permitiendo que cada vez más cantidad de la mezcla de bilis con fermentos pancreáticos, presente dentro del 73 conducto biliar principal, penetre en su interior lesionándola . En 1940 Bisgard y Baker propusieron que las enzimas pancreáticas se pueden volver activas dentro del árbol biliar del perro dando lugar a efectos nocivos en la pared de la vesícula y también a la formación de cálculos74. También lograron producir litiasis vesicular en cabras mediante la ligadura temporal del colédoco distalmente a su unión con el conducto pancreático, haciendo posible de esa manera el R.P.B. al que postularon 74 como responsable del origen de la litiasis . En 1942 Aronson produjo litiasis biliar en la vesícula de un perro sometido a una páncreato-colédoco-colecisto- 75 anastomosis presumiendo la importancia del R.P.B. en este experimento . En 1942 Popper encontró fermentos pancreáticos en 16 de 18 vesículas biliares de enfermos con pancreatitis aguda y únicamente en unos pocos encontró bilis en el páncreas. Al 89% de los pacientes de este grupo le adjudicó la tenencia de un C.B.P.C. postulando al R.P.B. como responsable de la pancreatitis. Argumentó que dado que la presión secretora del páncreas era superior a la del hígado y que simultáneamente se había comprobado la estenosis del C.B.P.C. con activación de las enzimas pancreáticas en las vías biliares, dicha activación continuaría luego 76, 77 dentro del conducto del páncreas . En 1948 Bockus afirma que las modificaciones en el pH de la bilis tienen un papel preponderante en la génesis de la 78 mayoría de los cálculos biliares . También dice durante el mismo año que la
  • 48. 48 pancreatitis tiene tendencia a estenosar la porción distal del colédoco y la región 78 ampular favoreciendo la formación de cálculos . En 1957 Elliot, Williams y Zollinger publicaron sus sugestivas experiencias en perros sobre resistencia pancreática a la perfusión intra-Wirsungiana de una mezcla de bilis y jugos pancreáticos ricos en enzimas, incubados durante 6 o más horas, a presiones fisiológicas. La bilis de la mezcla pierde su natural opalescencia, se oscurece, disminuye su viscosidad y es aceptada con facilidad por el páncreas durante la perfusión. Si la mezcla se conformaba por partes iguales se producía rápidamente una pancreatitis aguda 79 necro-hemorrágica con el 100% de mortalidad . Además sostuvieron que produciendo una oclusión del C.B.P.C. las presiones secretorias pancreáticas ductales suben a niveles entre 40 y 80 cm de columna de agua y en el colédoco a presiones entre 25 y 30 cm. Ésto genera un manifiesto R.P.B. que cesa al llegar a un equilibrio presor de alrededor de 30 cm entre las 12 y las 24 horas de producida la oclusión. En estas condiciones las variaciones de la presión intra-abdominal pueden alterar el sentido del gradiente presor dirigiendo a su vez el sentido del reflujo. Finalmente sugirieron aunque sin explicarlo que la activación del tripsinógeno del R.P.B. es factible en ambiente biliar y en ausencia de enteroquinasas, atacando luego la tripsina activa al resto de los pro-fermentos, anti-fermentos y a la mucina de los epitelios biliares, desnudándolos y permitiendo su primo-lesión por parte de las 79 agresivas sales biliares . También en 1957 Wangensteen sugirió que un C.B.P.C estenótico, al producir estasis biliar (y pancreática), puede ser un importante factor 79 causal de litiasis biliar . En 1963 Hess reitera el concepto de que las papilitis estenosantes afectan preferentemente al extremo distal del esfínter de Oddi 16 (C.B.P.C.) . En 1977 Bradley y Nebel informaron que la presión del esfínter de Oddi obtenida por manometría endoscópica retrógrada trans-papilar fue significativamente mayor en pacientes con pancreatitis aguda y pancreatitis
  • 49. 49 80 recurrentes que en los grupos controles . Desde 1969 a la fecha Bablit, Komi, Oi, Kimura, Nagata, Yamaguchi, Iwai y Aoki entre otros, se ocuparon extensamente del 81, 82 colédoco quístico congénito y sus complicaciones (Fig. XIX) . En 1979 Viaggio, Iza, Ciardullo y Evens, con la discusión de Couceiro, Quirós y Fig. XIX .- Terminación bilio-pancreática común extra-esfintérica congénita y quiste hépato- coledociano. R.P.B. crónico que genera hipertrofia, hiperplasia, metaplasia, displasia y cáncer en las células de la mucosa del arbol biliar. Mazzariello, hicieron la 24ava. publicación argentina de un caso de quiste coledociano, en la que se hace referencia al concepto patogénico que sostenían a esa fecha algunos autores japoneses de que esta enfermedad se debería a una falla en la recanalización del colédoco en el embrión, lo que daría lugar a la dilatación 83 quística aludida . Pero durante el mismo año Todani, Tabuchi, Watanabe y Kabayashi ya comunicaron la ocurrencia de un carcinoma en la pared de un quiste 84 congénito del conducto biliar principal . Mientras tanto, entre 1982 y 1984 Terry, Grant, Talbot y Hermon-Taylor, publicaban sus observaciones experimentales y
  • 50. 50 clínicas sobre la comprobación de la existencia de enteroquinasas activas de origen portal en la bilis animal y humana, su relación con la caída del S.R.E. por colestasis y la pancreatitis aguda 96, 97, 98. Kinoshita en 1984 y Sameshima en 1987 continuaron informarmando respectivamente sobre cambios morfológicos en la vesícula biliar de pacientes con terminación bilio-pancreática común extra-esfintérica y quiste coledociano congénitos como son la hiperplasia y la metaplasia de la mucosa y la coexistencia con carcinoma, los que fueron atribuidos a la regurgitación 85, 86 de jugo pancreático hacia el tracto biliar registrada en estos enfermos . En 1991 Shimada, Yanagisawa y Nakayama informaron que la unión entre el conducto pancreático y el colédoco por fuera de la pared duodenal donde no existe mecanismo esfintérico alguno, permite la mezcla permanente de bilis y jugo pancreático dentro del tracto biliar. En estos casos la longitud del C.B.P.C. que genera la unión tan precoz de ambos conductos estaba significativamente aumentada. Ésto facilitaba aún mas la producción del R.P.B. al ocasionar una verdadera estenosis funcional del C.B.P.C. por delante de la unión bilio-pancreática extra-esfintérica anómala. En estas circunstancias los cambios producidos en la bilis por los fermentos pancreáticos contenidos en el R.P.B. han sido sospechados de tener significación etiológica en distintas enfermedades. La fosfolipasa A2 contenida en el R.P.B., al actuar sobre la fosfatidil colina biliar, produce una considerable concentración de liso-fosfatidil colina la que es conocida por su efectos cito-tóxicos. Este exceso crónico de liso-fosfatidil colina en permanente contacto con la mucosa del árbol biliar da oportunidad para que se produzca daño celular con hipertrofia, 81 hiperplasia y metaplasia del epitelio, además de otras patologías asociadas . Durante ese mismo año Iwai, Yanagihara, Tokiwa, Shimotake y Kahamura informan que 25 de 26 pacientes con dilatación coledociana congénita tenían una unión ductal pancreático-coledociana anormal extra-esfintérica. Por ello consideraron que la