1. Redes sociales – Redes
alternativas
Igor Sádaba Rodríguez
Tweets don’t overthrow gusto la presencia telemática de cara a nues-
governments: people do tra proyección de ocio y/o profesional. Sin
(Evgeny Morozov) embargo, los términos utilizados (tanto “re-
des sociales” como “medios sociales”) pueden
Desde hace unos pocos años, la presencia de resultar confusos o ambiguos. A pesar de que
las autodenominadas Redes Sociales (social se consideran formados por “vínculos débiles”
networks) se ha vuelto incuestionable e in- (caracterizados por el contacto poco frecuen-
contestable. Una de las más exitosas, Face- te, la falta de cercanía emocional y una corta
book, se creó en la versión norteamericana o inexistente historia de favores recíprocos),
en 2004 con la idea de conectar a antiguos este sistema enredado de lazos variados ha
alumnos universitarios, extendiéndose poste- ido tomando cuerpo hasta aparentemente sus-
riormente a otros espacios extraacadémicos tituir o representar nuestra sociabilidad coti-
y, en los años siguientes (a partir de 2007), a diana. No se puede negar a estas alturas que
otros países. Desde entonces, Facebook, un un conjunto de micro-intercambios informati-
espacio web de contactos e intercambio de vos puede suponer de alguna manera un tipo
información entre supuestos “amigos virtua- de relación, aunque dista de la tradicional no-
les” es la segunda página más visitada de todo ción de amistad que siempre se ha utilizado
Internet (tras Google) y acapara más de 500 (vínculo fuerte, sostenido en el tiempo, for-
millones de usuarios. La demografía de una mado por un intercambio y una reciprocidad
“Red Social” así es tan compleja y variada que estables).
se ha convertido en una especie de continen-
te virtualizado donde las personas reproducen Usando una terminología más precisa, estas re-
de una manera peculiar sus relaciones offline des de contactos o “agendas interactivas onli-
mediante comunicaciones y mensajes online. ne”, más allá de su funcionalidad cotidiana y
del tipo de sociabilidad débil que genera, dista
No obstante, tras Facebook, sigue una larga mucho de las clásicas redes sociales. Tradicio-
lista de espacios digitales de encuentro, canje nalmente, éstas eran cimentadas desde la ma-
y comunicación electrónica (Twitter, Linkedin, terialidad del tiempo vivido y no desde las in-
Hi5, Xing, etc.) donde podemos extender ad teracciones mediadas por ordenador. Eso, nos
infinitum nuestras listas de contactos, alargar debería llevar a matizar, y plantear que este
sin cesar nuestras agendas y agrupar diversas tipo de colecciones de contactos son un ser-
direcciones o cuentas de correo en grupos vicio de redes comerciales (empresas privadas
de afinidad. Estas madejas de identidades, que se benefician de nuestra capacidad para
2 nombres, nicks, contactos, apodos, conoci- incorporar conocidos en listados interminables)
dos de conocidos, fans de lo mismo, anónimos con un claro objetivo de ocio y movilidad pro-
con quienes se comparten emociones y expe- fesional/laboral. No es una crítica frontal, ni
riencias, etc. forman un híbrido extraño, un siquiera un descrédito a las potencialidades
engendro formado por correspondencias que que este tipo de capital relacional o “popula-
pareciera representar el contexto relacio- ridad virtual” puedan tener. Pero no dejan de
nal de nuestro “yo virtual”. A través de la ser versiones comunicativas de una carrera por
construcción de “perfiles” podemos diseñar al recolectar usuarios afines o por cosechar teji-
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2. dos de conocidos con múltiples grados de in- click sobre los iconos principales de agendas y
teracción. Además, una mirada terriblemente bitácoras. Como si las redes comerciales hu-
tecnologista se ha instalado en la opinión pú- bieran eclipsado a las redes alternativas. La
blica, imaginando esta suerte de “asociaciones sensación que queda tras leer los mass media
débiles” a través de acumulación de links como occidentales es que, sin la ayuda del progreso
si estuvieran por encima del encuentro físico, técnico capitaneado por Facebook y Twitter
como si las redes online existieran al margen y o los blogs nacientes, los aletargados árabes
antes de las redes offline, como si sustituyeran hubieran sido incapaces de levantarse contra
a las antiguas redes sociales. sus dictadores particulares. Hay, nuevamen-
te, un énfasis excesivo en el soporte, en la
Por otro lado, y en otro orden de cosas, la his- estructura canalizadora de la comunicación y
toria de los movimientos sociales es también una minimización de la capacidad popular por
una historia de movilización de redes sociales elegir estrategias conscientemente.
(alternativas) en un sentido clásico. Los mo-
vimientos políticos se han alimentado siempre Egipto, Túnez, Bahréin, Libia, Siria, etc. son
de los tejidos sociales, de los sistemas de cono- etapas de una larga lista de países que han
cidos, de las inquietudes afines entrelazadas, sido testigos del potencial de los modernos
de demandas compartidas y comunicadas, de medios digitales para catalizar y movilizar
intercambio de experiencias vividas. Y, parti- las redes alternativas en torno a temas polí-
cularmente, desde los años 1990, muchos mo- ticos. Como es sabido, ya en 2008, en Túnez,
vimientos sociales han hecho uso de la comuni- por ejemplo, se habían sucedido una serie de
cación digital y de la “red de redes” (Internet) acontecimientos y huelgas (con hasta 4 muer-
como soporte para su actividad (centro de ope- tos) en las minas de fosfatos que no habían
raciones y estructura organizativa) y acción de prosperado. Actualmente, es cierto, Túnez
protesta (repertorio de acción). Es decir, se posee unos 10,3 millones de habitantes de los
ha ido produciendo cierta convergencia entre cuales 3,6 usan Internet (una tasa de penetra-
el orden comunicativo y la participación políti- ción algo más alta que los países de su entor-
ca no convencional, entre el esqueleto tecno- no) y con 1,4 millones de cuentas abiertas en
comunicativo y las redes alternativas de acción Facebook. Además, sabemos que entre 2003 y
barrial, local, nacional e internacional de acti- 2011 han aumentado los teléfonos móviles en
vistas y militantes cada vez más mundializados. ese país un 34%, llegando a más de 8 millones
La interacción entre ambas ha sido un intere- y medio de unidades en uso (International Te-
sante fenómeno de retroalimentación y simbio- lecommunication Union). Incluso la oposición
sis entre lo técnico y lo político. en Egipto se calcula que ha estado utilizando
los “medios sociales” desde el movimiento de
Hibridación entre tecnologías y personas la ‘Kifaya’ en 2004. Ello ha conducido a al-
gunas personas a asegurar taxativamente que
Los recientes acontecimientos registrados en este incremento era la prueba del ocho de que
toda la franja árabe, desde Egipto a Túnez, solo mediante una batería mediática digital
pasando por otros tantos países y emiratos, es posible tener éxito en las arenas políticas
ha vuelto a poner en juego esta idea, en oca- (gracias a que las redes telemáticas están fue-
siones indefinida, de redes sociales tecnoló- ra de la órbita del poder). Los antecedentes 3
gicas. Sin embargo, la mayoría de análisis, de este tipo de insurrecciones mediáticas son
por cierto los de fuentes occidentales a más numerosísimos: el uso de los SMSs en Filipinas
señas, han abordado las revueltas popula- en 2001 para expulsar al presidente Estrada o
res siempre desde una óptica determinista y en España en marzo de 2004 tras los atenta-
confusa, anunciando la liberación de las ma- dos islamistas para protestar contra el gobier-
sas a golpe de mouse, mediante llamadas de no o las así llamadas ‘Twitter Revolutions’ en
teléfonos móviles o celulares, a causa de los Moldavia y en Irán en 2009. Lo cierto es que
videos de Youtube o por el arte de un doble ya en su momento, hubo decenas de debates
marzo 2011
3. sobre si las revoluciones van a ser televisadas nes de información. O, el solapamiento y la
o tweeteadas a partir de ahora o no y sobre sinergia entre las redes sociales alternativas
las conclusiones que pueden sacarse de casos (culturales y políticas) y las redes mediáticas
específicos y concretos. digitales. El punto medio de equilibro nunca
debería aceptar que es posible tener éxito hoy
Lo único evidente es que los movimientos so- en día siendo ajeno a todo ente comunicativo
ciales o alternativos actuales son cada vez más (tecnopesimismo) pero tampoco asumir su ca-
tecno-dependientes o comunicativo-depen- pacidad independiente de conducir las revuel-
dientes y que, en general, la opinión pública tas (tecnooptimismo). Abordar el fenómeno
tiende a necesitar explicaciones deterministas, desde una cierta perspectiva de combinación
cerradas, completas, drásticas. Esa es la razón y complementariedad evita el tan frecuente
por la que miríadas de gurúes, visionarios y ter- (en sus versiones light y sutiles) determinismo
tulianos han corrido velozmente a ponerle la tecnológico. Por tal, se entiende una lógica
medalla a los dispositivos técnicos o comercia- que sigue otorgando a la tecnología capacidad
les como autores materiales de los disturbios de acción y autonomía plena. Se asume con
y sublevaciones en el mundo árabe. Es cierto facilidad e ingenuidad que la técnica dirige la
que los protagonistas de las revoluciones acae- historia, que el talento ingenieril es el causan-
cidas en las últimas semanas han tenido acceso te de los cambios sociales y que descansa en
a recursos que habían sido inaccesibles para el interior de los artefactos una brújula que
movimientos anteriores. Muchos de ellos, han guía los acontecimientos.
sido jóvenes, nativos digitales socializados en
la era Internet y con altas tasas de uso digi- Son las redes simultáneas de activistas y tec-
tal con respecto a generaciones precedentes. nología o la conjunción de revuelta popular
Pero también ha existido un descontento acu- con usos estratégicos de los nuevos medios di-
mulado, una presencia en la calle constante (un gitales los protagonistas reales de los motines
repertorio de acción variado), una combinación que hemos presenciado. Los nuevos medios
de participantes y movimientos diversos, un re- digitales son más bien un indicador útil, pero
chazo a las medidas neoliberales auspiciadas no un líder o predicador del cambio político.
por gobiernos occidentales, un hartazgo colec- Los recursos mediáticos se han transformado
tivo frente a la autoridad y el saqueo corrupto, desde hace ya unas décadas en un factor crí-
un aumento de los niveles de desempleo y mar- tico en los modos de hacer política pero no
ginalidad de gran parte de la población, etc. en las palancas causales o bálsamos milagro-
La utilización de estos nuevos recursos técnicos sos. Las nuevas tecnologías no solo refuerzan
(y el conocimiento de cómo maximizar su uso viejas prácticas y antiguas estructuras de par-
sociopolítico, más importante aún) ha formado ticipación sino que colaboran en la creación
parte de las herramientas que han ayudado a de una nueva cultura participativa alternativa
tambalear y derribar los regímenes menciona- (no necesariamente mejor para todo tiempo
dos. Pero no han sido los teléfonos móviles, y lugar). Una lección hemos aprendido de
ni los posts en los blogs o los tweets enviados estos fenómenos: realmente las redes socia-
desde la plaza Tahrir los encargados de ejecu- les (personas) pueden llegar, en momentos y
tarlos. El grado de contribución de teléfonos, lugares dados, a fluir por las redes sociales
4 mensajes o SMS, convocatorias por Facebook y (tecnológicas), hibridándose de forma es-
blogs es todavía objeto de disputa y acaloradas pectacular. Pero, es un cóctel que necesita
discusiones. de todos sus ingredientes.
Seguramente la realidad sea algo más com- Igor Sádaba es profesor en el departamento
pleja y deberíamos intentar comprender la de sociología IV de la Universidad
Complutense de Madrid. Ha investigado
hibridación conjunta entre tecnologías y per-
las relaciones entre nuevas tecnologías y
sonas; la formación de redes sociotécnicas con movimientos sociales, y ha participado de
militantes y medios, con humanos y conexio- algunos medios de comunicación alternativos.
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