1. CRÍTICA DE LA RAZÓN O INTELECCIÓN DE LO REAL
Los modos de atribución de sentido y significado a lo aprehendido o
percibido no son invariables como se observa en el caso de la mecánica
cuántica que como indica Zubiri es la prueba de que lo real no siempre es
cuerpo.
Indudablemente, lo cósico no lo comprende todo en su significación
estricta, ya que lo personal, por ejemplo, es un modo de realidad con
características físicas, pero también inmateriales que no son reducibles a
una interpretación exclusivamente materialista.
Que la razón pueda entenderse como un canon o medida racional o lógica
de la realidad es una posibilidad que puede ser analizada. Ciertamente con
Epicuro surgió el concepto de canon, y tuvo quizás su expresión máxima
con la teoría del conocimiento kantiana, sobre todo en lo referente a su
análisis de la razón.
En clara contraposición a la abstracción especulativa propia del idealismo
alemán de Kant, Hegel, etc, la intención de Zubiri es dar carácter de
concreción al canon, ya que escribe que lo hemos inteligido previamente al
inteligir lo real en el campo de realidad.
Considero que ambos planteamientos sobre lo que es el canon son
aceptables, porque representan distintas formas de entender la realidad
desde premisas diferentes. Que el canon entendido como razón es dinámico
como afirma Zubiri, me parece evidente, porque la realidad es cambiante y,
por tanto, su intelección y conceptuación debe adaptarse a este hecho.
También lo emocional, estético y metafórico puede ser analizado, valorado
y conceptualizado por el canon de la razón.
Que la razón es esencialmente búsqueda como sostiene Zubiri es, a mi
juicio, irrefutable porque la curiosidad y el deseo de investigar forman
parte de lo más característico de la cognición y, por tanto, de la intelección
de lo fenoménico.
La provisionalidad de la razón afirmada por Zubiri es indudablemente
coherente, ya que, por ejemplo, los nuevos descubrimientos de la ciencia
orientan el enfoque de la razón en ciertos casos por nuevas direcciones.
Zubiri niega rotundamente la justificación y validez de la logificación de la
intelección que plantea la consideración del inteligir exclusivamente como
afirmación predicativa. La comprensión de la razón como algo absoluto,
expresión del razonamiento no valora los aspectos contingentes y relativos
de la realidad natural y humana. Por tanto, esta perspectiva y valoración de
la razón afirmada por Parménides, Platón, Aristóteles y Leibniz junto con
otros filósofos no reconoce adecuadamente la significación de la realidad
físicamente aprehensible en la configuración de las ideaciones humanas.
De este modo la filosofía zubiriana reafirma que la intelección es sentiente
y no lógica.
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2. Que el lógos logifique la inteligencia en forma de dialéctica en la filosofía
de Hegel es algo claramente inconsistente para Zubiri. Los argumentos que
elabora en su refutación del procedimiento dialéctico hegeliano son
coherentes aunque discutibles y matizables. El desarrollo especulativo del
concepto propuesto por Hegel con el dinamismo de la razón representado
por la tesis, antítesis y síntesis produce unos resultados especulativos
autojustificados en el propio movimiento del concepto que elimina todas
las contradicciones posibles o pensables.
La problematicidad de los conceptos no deriva de la identificación de lo
real con la razón como pensaba Hegel, sino del inevitable problematismo
de la realidad como acertadamente señala el propio Zubiri. Ciertamente
pienso que no todo lo real es racional. Otra cuestión bien diferente es que a
través de la razón se pueda justificar abstractamente por inclusión o por
otro procedimiento lógico o formal cualquier proposición. Algo que pone
en duda o cuestiona la supuesta necesidad dialéctica hegeliana desde, al
menos, una perspectiva externa al idealismo. También está en la misma
línea Charles Taylor cuando afirma que nadie cree en realidad en su tesis
ontológica central acerca de que el universo es depositado por el Espíritu
cuya esencia es la necesidad racional. Pensar como Kant que la razón es
totalización lógica de la organización de la experiencia presupone la
explícita negación de la dinamicidad de lo real. Por tanto, considero que no
es coherente encerrar la realidad en un conjunto cerrado y limitado de
categorizaciones lógicas rígidas.
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