Nutrición y rendimiento escolar (Alimentación)

Asignatura Datos del alumno Fecha
Apellidos: SAERA GALLÉN
Alimentación,
14/02/2011
higiene y educación
Nombre: JOAQUÍN

Actividades

Nutrición y rendimiento escolar

Numerosos estudios han relacionado el papel de la alimentación en el rendimiento
escolar, pero la gran mayoría de ellos no han podido confirmar científicamente que esta
relación sea directa.

Realiza un análisis pormenorizado sobre la relación hay entre la alimentación-nutrición
y el rendimiento escolar.

Para ello, busca artículos de prensa, estudios científicos y otras fuentes de
información que demuestren que determinados hábitos en la alimentación
benefician en el rendimiento escolar.

Determinar qué variables nutricionales y nutrientes condicionan que el rendimiento
escolar del niño sea bajo.

TEMA 10 – Actividades 1

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ÍNDICE

Primera Actividad
Búsqueda de artículos

Hábitos saludables para iniciar las clases 5-7

Con sobrepeso el 80% de los niños veracruzanos 8-9

La alimentación afecta el rendimiento escolar 10-12

Influencia de los hábitos alimenticios en el rendimiento escolar 13-27

Segunda Actividad
Explicar la influencia de la alimentación-nutrición sobre el rendimiento
escolar, reflejada en los cuatro artículos

Conclusiones del primer artículo:«Hábitos saludables para iniciar las clases» 28

Conclusiones del segundo artículo: «Con sobrepeso el 80% de los niños
veracruzanos» 28

Conclusiones del tercer artículo: «La alimentación afecta el rendimiento
escolar» 29

Conclusiones del cuarto artículo: «Influencia de los hábitos alimenticios en el
rendimiento escolar» 29-35


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Tercera Actividad

Variables nutricionales y nutrientes que condicionan el rendimiento
escolar. Indicaciones para alcanzar buenos hábitos alimenticios.

Conclusiones del primer artículo: «Hábitos saludables para iniciar las clases»
36-37

Conclusiones del segundo artículo: «Con sobrepeso el 80% de los niños
veracruzanos» 37

Conclusiones del tercer artículo: «La alimentación afecta el rendimiento
escolar» 37-38

Conclusiones del cuarto artículo: «Influencia de los hábitos alimenticios en el
rendimiento escolar» 38-40


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Buscar artículos de prensa, estudios científicos y otras fuentes de
información que demuestren que determinados hábitos en la
alimentación benefician en el rendimiento escolar.

PRIMER ARTÍCULO

Hábitos saludables para iniciar las clases

Nutricionistas recomiendan para los más chicos una alimentación
basada en el equilibrio y la variedad

Se acerca el comienzo de las clases y con él, una oportunidad quizás única en el
año para ordenar la dieta de los chicos hacia hábitos más saludables. Una
aspiración nada ligera cuando se estima que en la Provincia uno de cada cuatro
chicos en edad escolar tiene sobrepeso. En este marco, los nutricionistas
destacan que la clave para una buena alimentación está en la variedad y en el
equilibrio entre los distintos grupos de alimentos. Y consideran un factor crucial
a la creatividad de los padres para hacer que los alimentos sanos no se tornen
rutinarios para los chicos, a través del ensayo de nuevas combinaciones y
sabores.

Las vacaciones suelen estar asociadas a la flexibilización de las rutinas de los
hogares y el campo de la alimentación es uno de los que se ve afectados por esa
realidad.

Así, los alimentos que ingieren los chicos durante el receso suele ser más ricos
en grasas y la cantidad y frecuencia de comidas diarias se desordena. En ese
marco, el retorno de las clases representa un momento clave para recuperar o
adoptar hábitos alimentarios más sanos.

CLAVES

Los nutricionistas destacan que combinar equilibrio y variedad, respetar las
cuatro comidas (más algunas colaciones los días en que los chicos desarrollan
mucha actividad física) y asignar una importancia mayor al muchas veces
descuidado desayuno, resultan algunos de los consejos a tener en cuenta para
mejorar la alimentación de los menores, alejar el fantasma del sobrepeso
infantil y favorecer un mejor rendimiento escolar.

Los datos oportunamente difundidos por los especialistas en nutrición infantil


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del Instituto de Investigaciones Pediátricas Profesor Fernández Vietri,
dependiente del Ministerio de Salud y la Comisión de Investigaciones
Científicas, indican que lo importante es que en la dieta diaria de los escolares
estén presentes todos los grupos de alimentos. Esto es: frutas, verduras,
cereales, aquellos con proteínas de origen animal, carnes, huevos y lácteos.

Para empezar, el desayuno, ese gran olvidado, debe ser considerado una pieza
clave en el armado de una alimentación sana. La recomendación de los
nutricionistas es que contenga lácteos, cereales y frutas, tratando de recurrir a
distintas propuestas, dentro de las posibilidades económicas de cada familia,
que motiven a los chicos hacia unos hábitos alimenticios más saludables. Para
esto, es útil, sostienen los expertos, estar atentos a la variación estacional del
precio de las distintas frutas, para garantizar que no falten en la mesa en ningún
momento del año.

Equilibrio y variedad vuelven a ser palabras claves cuando se habla del almuerzo
y la cena, teniendo en cuenta una premisa básica: que salvo que los chicos hayan
hecho mucho esfuerzo físico durante el día, es conveniente que la cena sea más
liviana que el almuerzo.

La recomendación apunta a la presencia de verduras harinas y carnes en al
menos una de las dos comidas (contemplando que cuando se habla de carne no
se hace alusión solamente a la vacuna, sino que también puede ser de pollo,
pescado o cerdo). Algunos ejemplos que combinan gran variedad de estos
elementos son los woks que suman arroz, pollo y vegetales o las ensaladas con
pastas y verduras. Pero también la polenta o un sandwich de pollo son opciones
consideradas válidas.

Un punto de cuidado es la merienda escolar. En los últimos años se han
multiplicado los esfuerzos tendientes a montar kioscos saludables que limiten el
consumo de golosinas, fomentando paralelamente el de frutas y verduras. En
todo caso, la recomendación de los especialistas con respecto a las golosinas
apunta a limitar sin prohibir, pero promoviendo al mismo tiempo que los chicos
consuman en la merienda frutas, barras de cereal, cereales en bolsitas sin azúcar
o pochoclo.

Desde su página web, el Ministerio de Salud promueve 10
pasos para que los propios chicos conozcan cómo alimentarse sanamente.

Entre esas recomendaciones se cuenta la de sumar colores a la dieta , ya que


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cuanto más colores se comen más vitaminas y minerales se incorporan al
organismo. La clave para sumar esos colores está en consumir todos los días
frutas y verduras.

Para fortalecer huesos y corazón, la recomendación apunta a consumir tres
vasos o tazas de leche o yogur por día, priorizando siempre los descremados.

Entre esos consejos dedicados a los chicos aparece otra vez la recomendación de
prestar atención -y sobre todo no saltear- el desayuno, ya que esa comida es la
que ayuda a aumentar la concentración, y la memoria y aporta mayor capacidad
mental y física no sólo para estudiar, sino también para jugar.

En cuanto al pan, se recomienda a los alumnos preferirlo antes que a las
galletitas, sobre todo si se trata de pan con salvado.

Los cereales y legumbres merecen un capítulo aparte. Está recomendado ingerir
un plato chico de pastas, polenta, fideos, arroz, lentejas, garbanzos, porotos o
soja entre 4 y 7 veces por semana.

Tomar mucha agua, no repetir el plato principal (y comer una fruta o un yogur o
un flan si todavía persiste el hambre) y ponerle poca sal a todas las comidas, son
otras de las recomendaciones que figuran en el portal.

El objetivo de estas advertencias es mejorar la calidad de la nutrición entre los
chicos, ya que entre los problemas que se detectan en las escuelas se encuentran
el sobrepeso y la falta de hierro.

Un estudio a cargo del ministerio de salud provincial reveló en 2010 que uno de
cada cuatro chicos en edad escolar está excedido de peso y de entre ellos la
mitad alcanza niveles de obesidad.

El dato surgió de un relevamiento realizado en 2009 por la cartera sanitaria
bonaerense y la dirección de Cultura y Educación sobre 138.000 alumnos de
escuelas primarias y secundarias de la Provincia.

ACTIVIDAD FISICA

Además de la alimentación sana, se recomienda que por lo menos tres días por
semana los chicos hagan algún tipo de actividad física, como complemento, ya
que se trata de un elemento tan importante como la propia dieta. Lo ideal es que
la promuevan los padres y sirva, además, para que
el chico socialice

Fuente informativa: «El Día», diario argentino
Enlace: http://www.eldia.com.ar/edis/20110213/educacion0.htm


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SEGUNDO ARTÍCULO

Con sobrepeso el 80% de los niños veracruzanos

El jefe del área de Nutrición del Hospital General de Alta Especialidad de
Veracruz, Roberto Carlos Muñoz Joachín, aseguró que en la entidad hay una
gran cantidad de niños con problema de sobrepeso

Escrito por SPI/ElGolfo.Info
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Veracruz, Ver.- El 80 por ciento de los niños veracruzanos
enfrentan problemas de sobrepeso, y ello coloca a Veracruz en el
primer lugar a nivel nacional en obesidad infantil, afirmó el jefe del
área de Nutrición del Hospital General de Alta Especialidad de
Veracruz, Roberto Carlos Muñoz Joachín.

Como parte de las acciones para combatir este problema, dijo que se
atendieron en el último año un promedio de 11 mil 760 niños en edad
pre-escolar, y se ha confirmado que el 77 por ciento tienen graves
problemas de nutrición como es el sobrepeso, y un alto porcentaje
de estos infantes provienen de los municipios de Medellín de Bravo,
Bocal del Río, Veracruz, Tlalixcoyan, entre los principales.

En entrevista, Muñoz Joachín subrayó que la obesidad infantil es un
problema donde tienen que intervenir los padres, al precisar que un


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mal hábito alimenticio, generará un bajo rendimiento escolar en los
niños.

Agregó que el programa contra la obesidad infantil que se inició en
las escuelas, tendrá resultados si los padres de familia coadyuvan en
las acciones y vigilan que sus hijos consuman alimentos nutritivos.

Muñoz Joachín indicó que los problemas de obesidad reducen la
calidad de vida en las personas y, como ejemplo, un niño con
problemas de obesidad en la actualidad, podría desarrollar
problemas de diabetes a la edad de 25 años.

“Los niños que tienen 7 años de edad actualmente, pueden tener
problemas de diabetes a la edad de 25 años, que es algo preocupante
ya que sabemos que esto está sumado al síndrome metabólico
porque un niño con problemas de obesidad actualmente parte de
que se desarrollan problemas de resistencia a la insulina y son niños
que van a tener más problemas”, refirió.

Reitero que el problema se puede combatir no solo con acciones de
parte del gobierno sino con un cambio de actitud de los padres de
familia, quienes deben aprender a alimentar sanamente a sus hijos,
pues no hay una cultura de la alimentación sana en el país.

“Se dice la obesidad es una epidemia, pero la epidemia es causada
por el comportamiento de las sociedades y eso es lo que está pasando
actualmente”, concluyó.

Fuente informativa: «El Golfo», diario mexicano
Enlace: http://www.elgolfo.info/0/vnc/nota.vnc?id=55599


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TERCER ARTÍCULO

La alimentación afecta el rendimiento escolar

Myriam Grajales-Hall (951) 827-4397

25 de agosto del 2004

SAN JOAQUIN-(UC)— Al prepararse para el
regreso a clases, es importante pensar en cómo
mejorar la alimentación de los hijos, un factor
muy importante para su desempeño escolar. Los
padres tienen muchas oportunidades durante el
día para influir en lo que comen sus hijos y deben
aprovecharlas para ayudarles a establecer buenos
hábitos alimenticios que fomentarán la buena
Foto de alta resolución al
salud de por vida.
final.

“Aún deficiencias alimenticias menores pueden afectar a largo plazo el
desarrollo, desempeño y relaciones interpersonales de los niños”, apunta Patti
Wooten Swanson, consejera en nutrición y ciencias de la familia y del
consumidor de Extensión Cooperativa de la Universidad de California. A
continuación la especialista brinda sugerencias para mejorar la alimentación de
los niños de edad escolar.

Vea que inicien el día con un buen desayuno.

Varias investigaciones indican que la falta del desayuno puede afectar el
desempeño intelectual de los niños. Ofrezca a los suyos alimentos de varios
grupos de alimentos para que sea un desayuno bien balanceado. Ofrezca jugo
100% de fruta, algo de fruta, leche con poca grasa, yogur o queso. Puede hacer
licuados de fruta, jugo o leche y yogur con poca grasa. Si sus hijos no disfrutan
estos alimentos para desayunar, ofrézcales un burrito, ensalada de fruta o un
sándwich de mantequilla de cacahuate o de maní.


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Incluya alimentos ricos en calcio.

El calcio es uno de los ingredientes más importantes para la buena alimentación
de los niños, pues es esencial para el desarrollo de huesos fuertes y sanos. Si sus
hijos consumen suficiente calcio en la niñez y adolescencia, pueden disminuir su
riesgo de tener problemas más adelante por huesos frágiles o sufrir de
osteoporosis. Entre las fuentes alimenticias con más calcio se encuentran la
leche con poca grasa o sin grasa, yogur y queso así como las espinacas, brócoli y
berza. Anime a sus hijos a beber leche en vez de sodas o bebidas para
deportistas.

Ayude a que sus hijos coman un almuerzo saludable.

Ya sea que sus hijos lleven su almuerzo o lo compren en la escuela, es
importante que coman alimentos saludables. Los padres, quienes cuidan a los
niños, los maestros y administradores escolares pueden ayudar a mejorar la
alimentación de los niños hablando con ellos acerca de los alimentos saludables
y dando un buen ejemplo. Pueden también crear un ambiente que fomente los
buenos hábitos alimenticios ofreciendo alternativas nutritivas además de
hamburguesas y “nachos”.

Ofrezca bocadillos saludables.

Cuando sus hijos regresan de la escuela y quieren un bocadillo, ofrézcales yogur
con poca grasa, fruta fresca y galletas tipo pretzel en vez de darles bebidas
gaseosas, papas fritas o dulces. Los alimentos azucarados no sólo contienen
menos nutrientes sino que pueden dañar los dientes. Trate de ofrecerles
bocadillos como melón, mango, mandarinas o piña, así como palomitas de maíz


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sin mantequilla, panecillos estilo bagel, semillas de girasol o “pepitas” y
almendras. La carne de res con poca grasa y el pavo son también alternativas
buenas, como lo es el queso con poca grasa.

Establezca los hábitos para una vida saludable.

Aprender acerca de la importancia de la buena alimentación desde que son
pequeños ayudará a que sus hijos establezcan costumbres alimenticias
saludables para toda la vida y les permita disfrutar de buena salud, tanto en la
niñez y adolescencia como en la vida adulta. La combinación de una
alimentación balanceada con la actividad física ayudará a mantener a sus hijos
sanos y libres de enfermedades.

Aproveche el inicio de clases para enseñar a sus hijos acerca de la importancia
de nutrirse bien y de hacer ejercicio. ¡Vele por su futuro!

Haga clic en la foto (School Lunch)

Fuente informativa: UCCE (University of California Cooperative Extension)
Enlace:
http://ucce.ucdavis.edu/datastore/datastoreview/showpage.cfm?usernumber=
1504&surveynumber=199


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CUARTO ARTÍCULO

“INFLUENCIA DE LOS HÁBITOS ALIMENTICIOS EN EL RENDIMIENTO
ESCOLAR"

2010
Fabio Jesús Tejeda Pech
Ing. Civil
UNIVERSIDAD VERACRUZANA
03/11/2010

INDICE

Contenido
INTRODUCCION. 3
JUSTIFICACIÓN 4
ANTECEDENTES 5
EL DESAYUNO, FUNDAMENTAL PARA EL DESARROLLO DEL NIÑO. 5
DESNUTRICIÓN Y DESARROLLO COGNOSCITIVO DEL NIÑO. 5
NUTRICION Y RENDIMIENTO ESCOLAR 5
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA. 5
OBJETIVO GENERAL 5
OBJETIVOS PARTICULARES 5
HIPÓTESIS. 5
OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES 5
MARCO CONCEPTUAL. 5
MARCO TEORICO. 5
RECOMENDACIONES PARA UNA ALIMENTACIÓN SANA. 5
CONCLUSION 5
REFERENCIAS. 5

INTRODUCCION.

Actualmente en la mayoría de la población infantil de edad escolar es observable
el desarrollo de una serie de malos hábitos alimenticios, como el aumento en el
consumo de comida chatarra y procesada, mientras que la comida casera y los
alimentos de origen natural parecen estar siendo erradicados de nuestras
mesas. Al parecer, las nuevas generaciones no está al tanto de estas opciones
alimenticias, que podrían ayudarles a lograr un mejor desempeño, tanto en la
escuela como en su vida diaria.

Con esta investigación se pretende mostrar un panorama de la problemática del
bajo rendimiento en el ámbito escolar debido a una inadecuada alimentación,
ofreciendo las alternativas con las que los profesores pueden contar para
inculcar en su alumnado buenos y correctos hábitos alimenticios e higiénicos.


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Hoy por hoy, el tema de la alimentación es tratado por la escuela a través de las
ciencias naturales desde un enfoque higienista y dietista, bajo el estudio
académico fisiológico y apoyado en textos escolares.

Podemos mencionar que algunos de los problemas de alimentación son: la
incorporación de alimentos extraños a nuestro medio y costumbres, exceso de
azúcares refinados, los cuales afectan indirectamente a la capacidad de
aprendizaje del infante, porque durante el recreo consumen altas cantidades de
glucosa, lo que provoca que tengan exceso de energía y por lo tanto, al entrar al
aula no prestan atención lo que conlleva a un aprendizaje significativo nulo.

Por otro lado se encuentran los niños que tienen una alimentación
deficiente y no logran concentrarse en las actividades que realizan, presentando
fatiga, desgano, apatía, etc., derivando también el bajo nivel de comprensión de
textos estudiados y, por consiguiente, a un alto índice de reprobación.

JUSTIFICACIÓN

El análisis de la influencia de los malos hábitos alimenticios en el bajo
rendimiento escolar, es necesario para los padres y maestros de los niños que
están estudiando el nivel básico porque se ha observado en diversos casos que
los infantes presentan fatiga, falta de concentración, déficit de calidad en
trabajos escolares, poca actividad en el aula, creatividad deficiente, lo que los
lleva a lograr un bajo rendimiento académico. Y así mismo es conveniente para
crear nuevas técnicas educativas que fomenten a la correcta alimentación,
incrementando las herramientas para que toda la familia tenga los hábitos
alimenticios adecuados según sus edades.

Es importante mencionar que el apoyo de especialistas en alimentación
(nutricionistas) es determinante en el desarrollo del proyecto, ya que éste nos
permite estudiar las cantidades convenientes de nutrientes que debe consumir
cada infante, procurando así promover las dietas balanceadas ya establecidas,
del mismo modo fomentar la aplicación de reglas en los diversos colegios para
evitar el consumo excesivo de comida chatarra, ya que ésta provoca un aumento
en el índice de obesidad, que hoy en día se presenta en los infantes.

Los factores económicos y sociales condicionan la compra de alimentos de baja
calidad nutricional, ya que los padres de bajos recursos no cuentan con las
posibilidades de adquirir productos nutritivos y sólo consumen comidas con un
alto nivel de carbohidratos y glúcidos, por ejemplo, es más factible comprar una
bolsa de papas fritas que comprar los ingredientes de un platillo adecuado a su
edad; por otro lado se presentan los padres con un alto status que pueden
proveer a los infantes de los alimentos que ellos quieren, no los que necesitan,
estando en esta categoría: hamburguesas, hot dogs, pizza, papas a la francesa,
etc.


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En la actualidad la sociedad se rige por un imaginario colectivo, el cual dicta que
las personas deben tener una apariencia delgada, lo que los orilla a dejar de
comer para poder tener la figura adecuada, y no piensan en las consecuencias
que esto conlleva, una de ellas es la anemia que en casos graves desemboca en
leucemia; y aunque casi todos logran mantener su peso dentro de los límites
normales para su estatura, algunos niños sufren trastornos de alimentación de
graves consecuencias físicas y psíquicas. A esto hay que agregarle que los niños
pasados de peso debido a una alimentación alta en carbohidratos, son
molestados y agredidos por sus compañeros tachándolos de “gorditos”; lo que
provoca que dichos niños presenten baja autoestima e inseguridad logrando así
la falta de participación y, a su vez, a la introspección del alumno en el aula.

Los especialistas en dietas y nutrición indican que la primera comida del día
guarda una estrecha relación con la capacidad de aprendizaje y rendimiento
escolar de los niños. Sin embargo, éstos toman habitualmente un segundo
desayuno a media mañana en la escuela debido a que realizan un primer
desayuno insuficiente. Sólo consumen panes y dulces industriales, con poca
opción para las frutas. Se ha comprobado que un niño con hambre no responde
de manera adecuada ya que en vez de preocuparse por aprender, se distrae
pensando en cómo satisfacer su necesidad de alimentarse.

ANTECEDENTES

El conocimiento que se tiene sobre nutrición y desarrollo cognoscitivo del niño,
carece de datos experimentales suficientes que permitan establecer con certeza,
la interrelación que existe entre desnutrición y rendimiento intelectual del niño
en la edad escolar.
Casi todos los estudios de nutrición realizados en niños de edad escolar, se
basan fundamentalmente en la apreciación del crecimiento corporal, mediante
mediciones de peso y talla, que al ser comparadas con poblaciones de referencia,
permiten establecer con bastante aproximación si existe un crecimiento físico
normal, o por el contrario, un retardo o una aceleración en la velocidad del
crecimiento.
En lo que respecta a nutrición y rendimiento intelectual del niño escolar,
todavía existen grandes vacíos de conocimiento, debido quizá a la complejidad
de los factores comprometidos (genéticos, hereditarios, ambientales,
psicosociales, educativos y nutricionales), que dificultan su evaluación e
interpretación y, por tanto, el diseño de investigaciones relevantes sobre el
tema.
Factores que influyen en la nutrición y el rendimiento académico.

EL DESAYUNO, FUNDAMENTAL PARA EL DESARROLLO DEL NIÑO.
Dada la importancia del desayuno, parece ser que la sociedad no está
concienciada en la importancia del mismo, ya que como demuestran diversos
estudios, entre ellos uno promovido por Sodexho “un 12% de los niños
españoles no desayunan habitualmente y solo un 30% lo hace bien”. Entre las
causas destacan una falta de tiempo, la pereza de levantarse media hora antes


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de marchar para el colegio, la monotonía producida al ingerir siempre los
mismos alimentos, la falta de apetito a horas tempranas y la dificultad para
preparar algo que les guste y a la vez sea adecuado y sano, son obstáculos para
que los estudiantes no desayunen bien”, dice María Alfonso, dietista y
nutricionista de Florida Internacional University.
Además el tiempo recomendable a la hora de realizar el desayuno son 15
minutos, mientras una encuesta realizada por el Instituto de Omega 3 de la
Fundación Puleva “un 22% de las madres asegura que sus hijos/as desayunan
en menos de 5 minutos”, y según el citado estudio anterior llevado a cabo por la
Sodexho “un 35% de los niños/as dedica menos de 10 minutos a desayunar”.
En la edad escolar es importante el aporte en vitaminas A, B, y C, presentes
principalmente en el desayuno, ya que después de 10 a 12 horas de ayuno
necesitan la energía de los alimentos para realizar sus actividades.
Un desayuno ideal debe contener raciones de los grupos básicos de los
alimentos:
Hidratos de carbono: galletas, pan, cereales, tostadas, bollos, hidratos de
carbono de absorción lenta que aportan energía y vitaminas.
Lácteos: leche o yogurt por su contenido en proteínas y calcio, vitamina A y B.
Zumos: contiene agua, vitaminas y minerales.
Proteínas: queso, jamón, con función plástica.

Para que un desayuno sea equilibrado, deben estar presentes como mínimo
los siguientes grupos de alimentos:
Cereales: proporcionan hidratos de carbono que aportan energía, vitaminas y
minerales. Los cereales integrales aportan, además, fibra.
Lácteos: contienen proteínas de calidad, calcio, vitaminas Ay D, y vitaminas del
grupo B.
Frutas: aportan hidratos de carbono, agua, vitaminas, minerales y fibra.
Derivados cárnicos: jamón cocido o serrano, fiambres poco grasos (de pollo o de
pavo).
GRUPOS
DE
ALIMENTOS
Otros. Azúcar, mermelada, miel, etc. aportan hidratos de carbono con función
energética.
Verduras
Cereales / Pastas

Proteínas
Lácteos
Frutas
Grasas

Aunque no necesariamente todos los niños/as necesitan tomar un suplemento
a media mañana, en algunas circunstancias esta pequeña colación se hace
imprescindible, sobretodo en alumnos que hacen deporte, en periodos de


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estirón o en niños hiperactivos. Lo importante es que este aporte alimenticio no
esté compuesto por alimentos “basura” o chucherías.
Algunos de los alimentos adecuados para esta colación serían:
Un bocadillo de queso y una mandarina.
Leche u otro lácteo acompañado de una fruta.
Zumo y sándwich de jamón y queso suave.

Todo esto tiene que ir también relacionado en función del gasto calórico del
niño según la actividad física que realice y del gasto calórico del metabolismo
basal.
A continuación se presenta una tabla con los principales gastos energéticos para
algunas de las actividades físicas más conocidas.
ACTIVIDAD | GASTO ENERGÉTICO | ACTIVIDAD | GASTO
ENERGÉTICO |
Dormir | 0,018 | Jugar a baloncesto| 0,14 |
Estudiar | 0,028 | Jugar al frontón | 0,152 |
De pie | 0,029 | Jugar al squash | 0,152 |
Comer | 0.03 | Jugar al voleibol | 0,12 |
Tumbado | 0,023 | Jugar a la petanca | 0,052 |
Bajar escaleras | 0,097 | Hacer montañismo | 0,147 |
Subir escaleras | 0,254 | Remar | 0,09 |
Tocar el piano | 0,038 | Nadar | 0,173 |
Montar a caballo | 0,107 | Esquiar | 0,152 |
Montar en bicicleta | 0,012 | Correr (8-10 Km / h) | 0,151 |
Jugar al tenis | 0,109 | Correr (5 Km. / h) | 0,063 |
Jugar al fútbol | 0,137 | Pasear | 0,038 |
Jugar al Ping-pong | 0,056 | Jugar al golf | 0,08 |
En un estudio llevado a cabo en el Colegio Público del Estado de México de
Educación Primaria cuya muestra se concreta en la presente tabla:
Grado | Niños | Niñas |
Primero | 20 | 20 |
Segundo | 20 | 20 |
Tercero | 20 | 20 |
Total | 60 | 60 |

Se obtuvieron los siguientes resultados:

Tabla [ 1 ]. Ítem de frecuencia cuándo desayunan los niños/as.

Tabla [ 2 ]. Ítem qué suelen comer los niños/as en el desayuno

Tabla [ 3 ]. Ítem cuánto tiempo le dedican al desayuno.

DESNUTRICIÓN Y DESARROLLO COGNOSCITIVO DEL NIÑO.


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Las ideas que se tenían sobre la acción mortífera de la desnutrición en época
temprana de la vida y su efecto en el desarrollo del cerebro, evolucionaron
considerablemente desde mediados de la década de 1960.

Hasta esa época, se temía que la desnutrición sufrida durante ciertos períodos
sensitivos de la vida, sobre todo al comienzo del desarrollo del niño, produciría
cambios irreversibles en el cerebro, acompañados probablemente de retardo
mental y trastornos en las funciones cerebrales.

Se sabe ahora, que la mayoría de los cambios en el crecimiento de las
estructuras cerebrales eventualmente se recuperan en alguna medida, aunque
perduran las alteraciones en el cerebelo. Siempre y cuando se tenga una
adecuada alimentación en el infante.

Sin embargo, recientes investigaciones neurofarmacológicas han revelado
cambios duraderos, aunque no permanentes, en la función neural receptora del
cerebro, como resultado de un episodio temprano de malnutrición energético-
proteica.
Estos últimos hallazgos indican que los tipos de comportamiento y funciones
cognoscitivas alteradas por la desnutrición, están estrechamente relacionados
con el déficit cognoscitivo.

El rango de vulnerabilidad por edad, de los efectos de la desnutrición a largo
plazo, puede ser mucho mayor de lo que se había sospechado y aún se
desconoce el nivel mínimo de desnutrición que es necesario para producir estas
alteraciones de largo término.

Gran parte de los estudios sobre desnutrición y retardo mental se han realizado
en niños de edad preescolar, al reconocerse el papel esencial de la nutrición en
el crecimiento y desarrollo físico del niño.

Por esta razón, es pertinente referirse a una de las más importantes
investigaciones internacionales sobre el tema. El estudio longitudinal sobre
nutrición y crecimiento infantil, realizado en cuatro comunidades rurales de
Guatemala por el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP)
en los años 1969-1977.

Esta investigación aportó valiosa información sobre el efecto positivo de la
suplementación alimentaria en el desarrollo físico y cognoscitivo del menor de 3
años, pero no mostró impacto sobre el crecimiento del niño entre los 3 y 7 años
de vida. El suplemento nutricional o «atole» (grupo experimental) consistió en
una mezcla de alto valor calórico y proteico que se suministró a las madres
durante todo el embarazo y a los niños.

Después de diez años (1988-1997), el INCAP realizó un estudio transversal en
una muestra de 2,220 individuos pertenecientes al estudio inicial, aún


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residentes en las comunidades originales, dirigido a evaluar los efectos que tuvo
las mejorías de la nutrición en los primeros años de vida, sobre sus condiciones
actuales (físicas y de capacidad cognoscitiva-funcional) como adolescentes y
adultas.

Para evaluar el componente de conducta y comportamiento, se obtuvo una
muestra de 639 individuos entre 3 y 9 años de edad, a quienes se hicieron
mediciones sobre manejo de información, inteligencia, competencia funcional y
logros educativos (pruebas de procesamiento de información).

Después de analizar varias hipótesis alternativas, se concluyó que los cambios
dietéticos producidos por la suplementación alimentaria, dan la explicación más
sólida a las diferencias positivas observadas en la capacidad cognoscitiva.

Se concluye que la mejoría del estado nutricional en los primeros años de vida
tiene importantes efectos a largo plazo en la adolescencia y la edad adulta, lo
cual por inferencia podría considerarse como un factor favorable en el
desempeño y rendimiento intelectual del niño en la edad escolar.

NUTRICION Y RENDIMIENTO ESCOLAR

Los niños de edad escolar no presentan, en general, una enfermedad elevada
por causa de la desnutrición. Han pasado los años de mayor riesgo en la primera
infancia. La velocidad de crecimiento es más lenta que en los primeros cinco
años de vida y son capaces de consumir todos los alimentos que componen la
dieta familiar. De ordinario, han adquirido un alto nivel de inmunidad, por lo
menos contra algunas de las infecciones y parasitosis más comunes.
Sin embargo, los escolares de familias de bajos ingresos están a menudo mal
alimentados y presentan signos de malnutrición, incluyendo índices
antropométricos por debajo de los promedios nacionales, con baja talla o
insuficiencia ponderal para la estatura y poca grasa subcutánea, aunque sin
síntomas suficientes para justificar su asistencia a un servicio de salud.

Por esta razón, los niños de edad escolar se deben incluir en encuestas
transversales sobre nutrición o realizar estudios longitudinales para evaluar su
crecimiento y desarrollo, mediante la ficha de salud que incluya
determinaciones sucesivas del peso y la estatura de cada alumno. Cuando estos
datos existen y son dignos de crédito, su análisis puede aportar información útil
sobre el estado nutricional de la población escolar de un país o región.

Las mediciones básicas recomendadas en los escolares son el peso, la estatura, y
el perímetro braquial. Los resultados se expresan para cada sexo y edad hasta el
cumpleaños más próximo.

Como el crecimiento del escolar es relativamente lento, se requiere un intervalo
más largo para demostrar un incremento significativo y mensurable en las


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mediciones antropométricas. En general, entre los 5 y 10 años de edad el peso
aumenta en 10% y la estatura en 5 cm anualmente.

Es usual que los índices antropométricos se utilicen para evaluar el estado
nutricional del niño en el momento de su ingreso a la escuela, como parte de los
servicios de higiene escolar que vigilan su salud y promueven estilos de vida
saludable en la familia y la comunidad.

Asimismo, estos índices sirven para descubrir grupos expuestos a riesgo de
desnutrición, que se pueden beneficiar con programas de complementación
alimentaria (restaurantes, desayunos o almuerzos escolares), y para evaluar su
eficacia en la prevención y corrección de los problemas identificados.
Por otra parte, varios países latinoamericanos realizan los llamados «censos de
talla escolar,» pues toman a este grupo como indicador de la situación
nutricional de una población respecto a prevalencia de desnutrición crónica, que
se manifiesta entre otros indicadores, con un retardo de crecimiento para la
talla en el niño de edad escolar.

La desnutrición se acompaña frecuentemente de deficiencia de algunos
micronutrientes (especialmente hierro y vitamina A), lo cual hace imperativo
incluir su evaluación sistemática en aquellas regiones o países donde se sabe
que son más prevalentes.

Esto es sobre todo cierto en el caso del hierro, cuya deficiencia se ha asociado
con trastornos en el desarrollo cognoscitivo y neurointegrativo de niños en edad
preescolar y escolar.

Sin embargo, la relación entre anemia y rendimiento escolar fue inversamente
proporcional a la prevalencia de la primera, lo que se pudo deber a la poca
sensibilidad del método utilizado (promedio de calificaciones académicas en el
momento del estudio).

En síntesis, aunque no hay datos experimentales concretos sobre la relación de
la nutrición con el rendimiento intelectual del niño escolar, sí se puede decir
enfáticamente que la desnutrición en los primeros años de vida puede afectar el
comportamiento y el rendimiento del niño en esta etapa de su vida.

Se ha sugerido que, en comparación con sus compañeros bien nutridos, el niño
mal alimentado casi siempre es indiferente, apático, desatento, con una
capacidad limitada para comprender y retener hechos, y con frecuencia se
ausenta de la escuela. Todo ello se refleja en el proceso de aprendizaje y en el
rendimiento escolar.

PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA.

Debido a la problemática que se ha presentado en el ámbito educativo básico,
acerca de los malos hábitos alimenticios y el bajo rendimiento escolar;


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realizamos la siguiente investigación para responder al cuestionamiento: ¿Cómo
influye la presencia de los malos hábitos alimenticios en los niños que cursan la
educación básica en la región de Coatzacoalcos Ver, para que se observe en ellos
un bajo rendimiento académico?

OBJETIVO GENERAL

Determinar los malos hábitos alimenticios, mediante el estudio de teorías y
consulta a especialistas (nutricionistas), para orientar tanto a padres como a
docentes acerca de este tema y así proponer actividades que mejoren el
aprovechamiento escolar.

OBJETIVOS PARTICULARES

Conceptualizar y operacionalizar las variables del proyecto.
Explicar las consecuencias de los hábitos alimenticios, por medio del estudio de
las teorías ya existentes.
Consultar a especialistas para informarnos acerca de una dieta balanceada
adecuada a la edad del infante.
Promover técnicas para la fomentación de hábitos alimenticios correctos

HIPÓTESIS.

Hi.
Los malos hábitos alimenticios en los niños de nivel básico fomentan el bajo

Ho.
Los malos hábitos alimenticios en los niños de nivel básico ayudan a mejorar el

Vd. Rendimiento escolar.
Vi. Hábitos alimenticios.

OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES

¿Qué es el rendimiento escolar?
Nivel de conocimiento de un alumno medido en una prueba de evaluación. En el
rendimiento académico intervienen además del nivel intelectual, variables de
personalidad y motivacionales, cuya relación con el rendimiento académico no
siempre es lineal.

¿Qué tipo de pruebas se aplican para medir el rendimiento escolar?
Las pruebas que se aplican son evaluaciones que pueden ser orales o escritas,
formadas por preguntas ya sean abiertas, de opción múltiple, de relacionar.

¿Qué factores intervienen en el rendimiento escolar?


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En el rendimiento escolar intervienen, además del nivel intelectual, variables de
personalidad (extraversión, introversión, ansiedad) y motivacionales, cuya
relación con el rendimiento no siempre es lineal, sino que está modulada por
factores como el nivel de escolaridad, sexo y aptitud. Otras variables que
influyen en el rendimiento son los intereses, hábitos de estudio, relación
profesor-alumno, autoestima, hábitos alimenticios, etc.

¿Qué es un hábito?
Es cualquier comportamiento repetido regularmente, que requiere de un
pequeño o ningún raciocinio y es aprendido, más que innato.

¿Qué es la alimentación?
Es un conjunto de acciones por medio de los cuales se le proporcionan
alimentos al organismo. Los alimentos proveen sustancias que denominamos
nutrientes los cuales necesitamos para el mantenimiento de la salud y la
prevención de enfermedades.

¿Qué es un hábito alimenticio?
Conjunto de costumbres que determinan el comportamiento del hombre en
relación con los alimentos y la alimentación. Incluye desde la manera como se
seleccionan los alimentos hasta la forma en que los consumen o los sirven a las
personas cuya alimentación está en sus manos. Los hábitos alimentarios son el
producto de la interacción entre la cultura y el medioambiente, los cuales se van
transmitiendo de una generación a otra.

¿Qué factores intervienen en los hábitos alimenticios?
Económico, cultural, social, situación geográfica.

MARCO CONCEPTUAL.
Hábito:
Un hábito se puede definir como una disposición estable que inclina a
determinadas acciones, haciéndolas más fáciles. Un hábito sólo se adquiere por
repetición de actos, porque produce un acostumbramiento y un fortalecimiento
que da facilidad para su acción propia. Los hábitos se adquieren con la práctica,
no hay otro modo.

Hábito alimenticio:
Conjunto de costumbres que determinan el comportamiento del hombre en
relación con los alimentos y la alimentación. Incluye desde la manera como se
seleccionan los alimentos hasta la forma en que los consumen o los sirven a las
personas cuya alimentación está en sus manos. Los hábitos alimentarios son el
producto de la interacción entre la cultura y el medioambiente, los cuales se van
transmitiendo de una generación a otra.

Nivel Básico:
Periodo escolar comprendido de entre los 3 y 12 años del infante,
correspondiendo a la educación preescolar y primaria.


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Rendimiento:
Operaciones que utilizan las calificaciones obtenidas por los alumnos en
relación con el número de horas dedicadas a esa materia, o en relación con los
métodos o tecnologías utilizados.

Rendimiento escolar:
Nivel de conocimientos de un alumno medido en una prueba de evaluación. En
el rendimiento escolar intervienen, además del nivel intelectual, otras factores
que influyen son las variables de personalidad, motivacionales, intereses,
hábitos de estudio, relación profesor-alumno, autoestima, hábitos alimenticios,
etc.
Estudio:
Es el ejercicio de adquisición, asimilación y comprensión para conocer o
comprender algo. Es también el resultado de una investigación donde se han
aplicado métodos y conocimiento. Adquisición de información, pero también
supone atención concentrada o acción deliberada para aprender un tema,
resolver problemas, progresar en una determinada materia a comprender.

Malos hábitos alimenticios:
Son acciones adquiridas a través de nuestra vida que aprendemos de las
costumbres familiares, los cuales afectan nuestra salud, porque no se tiene una
alimentación adecuada.

MARCO TEORICO.
“En la niñez, la falta de una alimentación adecuada incide negativamente en el
crecimiento, desarrollo y socialización de las personas.”

El cerebro, para desarrollar eficientemente sus funciones (entre otras,
pensamiento, inteligencia, sensaciones, memoria, imaginación y aprendizaje),
necesita básicamente dos moléculas: oxígeno y glucosa.
Esta última constituye el más abundante -y fisiológicamente más importante- de
los monosacáridos o azúcares simples (hidratos de carbono), siendo la única
fuente de energía en el sistema nervioso. Sólo en condiciones de ayuno
prolongado, el cerebro desarrolla la capacidad para utilizar además cuerpos
cetónicos, que son compuestos alternativos emergentes de un metabolismo
inusual de las grasas.
En cuanto a su evolución, el cerebro presenta una marcada aceleración de su
crecimiento en el último trimestre del embarazo y hasta casi los 2 años de edad,
por lo que es imprescindible otorgarle una correcta nutrición que le permita al
niño desplegar su máximo potencial tanto en términos de estructura
(crecimiento), como de función (desarrollo). Podemos reflexionar entonces que
un individuo puede alcanzar un nivel óptimo de su talento natural sólo si
acompaña su crecimiento y su aprendizaje con una alimentación correcta y
eficiente.
Contrario a la situación anteriormente planteada, y en la que además
habitualmente está presente la desnutrición, pueden observarse rasgos como:
atención disminuida, escaso rendimiento escolar, apatía, irritabilidad, atraso en


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la adquisición del lenguaje, mayor torpeza y timidez. Estas observaciones,
sumadas al atraso curricular y al retardo en la maduración psicofísica, son
síntomas que en los niños pueden sugerir carencias de principios nutritivos,
vitaminas, minerales y/u oligoelementos.
Un ejemplo concreto es la insuficiencia de hierro en el cerebro, que
determina fallas en la capacidad intelectual, con características definitivas, ya
que este mineral puede solamente ingresar al cerebro mientras está en proceso
de formación, causando daños irreparables en sus estructuras cognoscitivas.
Un segundo mineral para destacar es el Iodo, el cual resulta indispensable para
la elaboración de las hormonas tiroideas. Éstas constituyen un elemento
esencial para el desarrollo normal de las personas, provocando su deficiencia la
disminución del coeficiente intelectual.
La carencia de un tercer mineral, el Zinc, puede aparejar entre otros síntomas la
alteración de la conducta, manifestada mayoritariamente como apatía.
La carencia de Tiamina (una vitamina del grupo B) tiene entre sus síntomas
confusión, apatía, desorientación, pérdida de atención y concentración.
Un punto fundamental a lo largo de los procesos de desarrollo y de aprendizaje,
y al margen del ámbito nutricional, es el aspecto emocional de los niños.
Desde que el niño nace requiere ser atendido, tanto en sus necesidades
fisiológicas (alimentación, higiene, salud física) como afectivas (protección,
cariño, atención). En este sentido, cada niño adopta una manera propia de
comunicar a los padres y a los que lo rodean sus estados de ánimo y necesidades
(sed, hambre, dolor, calor). Por ende es fundamental cómo los adultos
decodifiquen estos mensajes, y los traduzcan en acciones tendientes a crear un
espacio de aprendizaje ameno y constructivo para ese nuevo ser.
La alimentación adecuada, armónica, completa y suficiente constituye un factor
condicionante en este proceso de continuo cambio y adaptación que ocurre en
cada uno de nosotros, cuya desatención puede provocar no sólo dificultades en
lo biológico sino también en lo social y en lo económico.
Seguir una dieta variada a los dos años tiene un gran efecto sobre el rendimiento
del niño en exámenes, tanto cognitivos como de rendimiento. Varios estudios
anteriores han sugerido que los niños que siguen dietas basadas en pocos tipos
de alimentos son más propensos a tener deficiencias en micronutrientes como el
hierro y el zinc.

Al examinar el desarrollo longitudinal de cerca de 1.300 niños se comparó la
variedad dietética a la edad de dos y ocho años con el rendimiento escolar a los
once, y se encontró una diferencia "sustancial" entre el rendimiento intelectual y
académico de los niños alimentados durante su infancia con alimentos variados
y ricos en energía y los que siguieron una dieta poco variada y pobre. Los niños
que crecieron con una dieta limitada (normalmente pescado, arroz y maíz)
obtuvieron puntuaciones académicas por debajo de la media, mientras que los
que siguieron una dieta variada (incluyendo más frutas y verduras) obtuvieron
una puntuación ligeramente por encima de la media. Los niños mal alimentados
que vieron mejorar la calidad de la dieta a los ocho años mostraban un aumento
en el rendimiento escolar, aunque no logran alcanzar la puntuación de los que
recibieron una dieta variada desde los dos años.


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El hecho de no tener un nivel de azúcar constante en la circulación sanguínea
provoca una disminución de la capacidad de concentración, de ahí la
importancia de respetar las comidas diarias. La mala alimentación también trae
como consecuencia somnolencia, cansancio y disminución de la capacidad de
hacer ejercicio físico, se cansan más fácilmente.

El problema del bajo rendimiento escolar a causa de una mala
alimentación, la cual es causada no por la poca cantidad de éstos sino por la
mala distribución entre los tres pilares de la alimentación, los lípidos, las
proteínas, los carbohidratos.

Se puede decir enfáticamente que la desnutrición en los primeros años de vida
puede afectar el comportamiento y el rendimiento del niño en esta etapa de su
vida.

Se ha sugerido que, en comparación con sus compañeros bien nutridos, el niño
mal alimentado casi siempre es indiferente, apático, desatento, con una
capacidad limitada para comprender y retener hechos, y con frecuencia se
ausenta de la escuela. Todo ello se refleja en el proceso de aprendizaje y en el

Durante la etapa preescolar, va madurando el gusto alimentario y el autocontrol
de la ingesta alimentaria. Se deben proporcionar alimentos sanos, permitiendo
a los niños controlar la calidad y selección de los mismos.

RECOMENDACIONES PARA UNA ALIMENTACIÓN SANA.

No todos los metabolismos funcionan de la misma manera, por eso es
importante estar bien informados sobre la mejor manera de llevar una
alimentación sana. Para esto, es fundamental respetar cada una de las comidas,
principalmente el desayuno, el que muchos jóvenes suelen obviar por motivos
de tiempo.

Durante el sueño disminuye el gasto metabólico, el organismo reposa y
gasta menos energía, pero al despertar el metabolismo aumenta intensamente,
por lo que hay que entregarle el 'combustible' para que funcione. Sin esto, hay
una disminución de los niveles de azúcar que llega al cerebro, por lo que se
reduce la capacidad de atención, de concentración, la fuerza muscular y la
capacidad de rendir en general.

Cuando se habla de desayuno, conviene diferenciar entre el primer desayuno y
el almuerzo a media mañana, en la escuela. Y por eso hay que tener en cuenta,
que durante la edad escolar los factores que influencian la conducta alimentaría
no sólo dependen de la familia, sino que también van a depender del medio
escolar dónde el niño pasa la mayor parte del día, de sus compañeros y amigos,
de la publicidad y medios de comunicación, especialmente la televisión.


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Un desayuno puede incluir toda clase de alimentos, aunque la cultura
alimentaria de una población marca las costumbres y selecciona aquellas que le
parecen propias de esta hora de la mañana. Puede ser muy diverso, pero es
bueno que asegure la ingesta de nutrientes energéticos (hidratos de carbono y
lípidos), estructurales (proteínas) y protectores (minerales y vitaminas). Se
aconseja preferentemente la tríada compuesta por lácteos, cereales y frutas o
zumos de fruta fresca, que se pueden complementar con otros alimentos
proteicos como huevos, jamón, etc., hasta llegar al 20 - 25% de las necesidades
energéticas diarias.

Un desayuno bien equilibrado permite evitar los fallos energéticos que
describen los profesores a lo largo de la mañana escolar. El niño disminuye su
atención y se dispersa cuando a media mañana el estómago comienza a
molestarle con contracciones de hambre por no haber desayunado
adecuadamente, la falta de alimento puede provocar cansancio, dolor de cabeza,
desgana y somnolencia, con lo que disminuye el rendimiento intelectual.

Es conveniente habituar a los niños desde pequeños. Para hacer un buen
desayuno es necesario dedicarle entre 15 y 20 minutos de tiempo, sentados en la
mesa, a ser posible en familia, en un ambiente relajado, para ello hay que
despertar al niño con suficiente tiempo, por lo que deberán cenar pronto e ir a
dormir a una hora apropiada la noche anterior, dejando el material escolar
preparado.

Algunos niños y niñas no son capaces de desayunar, por distintos motivos, y por
ello es muy importante que al menos almuercen, consiguiendo de este modo que
incluyan alimentos que son básicos para mantener el buen ritmo de crecimiento
y desarrollo, y para evitar la repercusión negativa del ayuno sobre el
rendimiento tanto físico como mental. Destacar que es importante que no falte
sobre todo en los grupos de riesgo: nivel socioeconómico bajo, marginación
social, niños enfermos, ya que aporta la ración de seguridad para muchos
nutrientes.
La familia y los educadores son los principales responsables de la formación de
hábitos y preferencias alimenticias de los niños, por esto deben promover y
fomentar hábitos alimentarios saludables y la práctica regular de ejercicio.
Los niños deben comenzar el día con un buen desayuno, ya que tras 10 ó 12
horas de ayuno necesitan la energía de los alimentos para realizar todas sus
actividades. El no desayunar produce fatiga e incluso desmayos en quienes
practican algún tipo de actividad física. Además, como se ha mencionado antes,
los menores que no desayunan tienen un bajo rendimiento escolar, pues el
cerebro no recibe la glucosa que es su principal combustible para un buen
funcionamiento.
De acuerdo a los especialistas, un buen desayuno debe incluir un lácteo bajo en
grasa (leche o yogurt); pan o cereales y fruta, que puede ser natural o preparada
(como jugo o ensalada).
Las colaciones en los colegios y jardines infantiles, deben ser variadas y en
porciones o cantidades pequeñas. Pueden incluir frutas frescas, leche


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semidescremada o descremada y derivados como yogurt o postres de leche,
semillas sin sal (maní, nueces, almendras), cereales (pan, hojuelas de maíz,
arroz inflado). Las cantidades deben variar según la edad y el estado nutricional
de cada niño.
No es bueno que los padres les den dinero a sus hijos, ya que lo más probable es
que compren alimentos calóricos. Por ello es recomendable prepararles en casa
la colación diaria.
Para poder tener un estado normal de salud, se deben seguir los siguientes
hábitos alimenticios:

* No saltarse comidas.
* Consumir un litro diario de leche o su equivalente en productos lácteos
(yogurt, quesillo, etc.).
* Comer tres frutas al día y, al menos, dos platos de verduras.
* Ingerir dos veces a la semana legumbres y pescado.
* Preferir las carnes con menos grasas y asadas o a la plancha.
* Asegurarse de que la mitad de las calorías diarias sean aportadas por
cereales o carbohidratos como pan, arroz, fideos, papas, mote, choclo, habas.

Es también importante que la mitad de los carbohidratos ingeridos en el día
sean ricos en fibra dietética.

CONCLUSION

REFERENCIAS.

Diccionario de las Ciencias de la Educación, Editorial Santillana, Madrid,
España, 1998, p.p. 258-346.
Lefrançois R. Guy, El Ciclo de la Vida, International Thomson Editores, México,
D.F., 2001, p.p. 184-212.
Santrock, John W., Psicología de la Educación, McGraw-Hill, México, 2002.

http://es.wikipedia.org/wiki/Estudio

http://dsguatemala.edu.gt/bibliokinder/12habitos.htm

http://www.nutrar.com/detalle.asp?ID=573

http://www.nutreymuevetuvida.uady.mx/articulos/articulos.php?id=107

Fuente informativa: Fabio Jesús Tejeda Pech, Universidad de Veracruz,
México
Enlace:
http://www.buenastareas.com/ensayos/Influencia-De-Los-H%C3%A1bitos-
Alimenticios-En/1139445.html


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Realizar un análisis pormenorizado sobre la relación que hay entre
la alimentación-nutrición y el rendimiento escolar.

 Del artículo primero, «Hábitos saludables para iniciar las clases»
extraemos las siguientes conclusiones:

- Los nutricionistas destacan que combinar equilibrio y variedad, respetar
las cuatro comidas y asignar una importancia mayor al desayuno favorece
un mejor rendimiento escolar.

- El desayuno ayuda a aumentar la concentración y la memoria, y aporta
mayor capacidad mental y física no sólo para estudiar, sino también para
jugar.

 Del artículo segundo, «Con sobrepeso el 80% de los niños
veracruzanos» sacamos las siguientes conclusiones:

- Muñoz Joachín subrayó que la obesidad infantil es un problema donde
tienen que intervenir los padres, al precisar que un mal hábito
alimenticio generará un bajo rendimiento escolar en los niños.


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 Del artículo tercero, «La alimentación afecta el rendimiento escolar»

- Al prepararse para el regreso a clases, es importante pensar en cómo
mejorar la alimentación de los hijos, un factor muy importante para su
desempeño escolar.

- “Aún deficiencias alimenticias menores pueden afectar a largo plazo el
desarrollo, desempeño y relaciones interpersonales de los niños”, apunta
Patti Wooten Swanson, consejera en nutrición y ciencias de la familia y
del consumidor de Extensión Cooperativa de la Universidad de
California.

- Varias investigaciones indican que la falta del desayuno puede afectar el
desempeño intelectual de los niños.

 Del artículo cuarto, «Influencia de los hábitos alimenticios en el
rendimiento escolar» sacamos las siguientes conclusiones:

- Los malos hábitos alimenticios en los niños de nivel básico fomentan el
bajo rendimiento escolar.

- La comida casera y los alimentos de origen natural podrían ayudar a
lograr un mejor desempeño, tanto en la escuela como en su vida diaria.


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- Con esta investigación se pretende mostrar un panorama de la
problemática del bajo rendimiento en el ámbito escolar debido a una
inadecuada alimentación, ofreciendo las alternativas con las que los
profesores pueden contar para inculcar en su alumnado buenos y
correctos hábitos alimenticios e higiénicos.

- Algunos de los problemas de alimentación son: la incorporación de
alimentos extraños a nuestro medio y costumbres, exceso de azúcares
refinados, los cuales afectan indirectamente a la capacidad de
aprendizaje del infante, porque durante el recreo consumen altas
cantidades de glucosa, lo que provoca que tengan exceso de energía y, por
lo tanto, al entrar al aula no prestan atención, lo que conlleva a un
aprendizaje significativo nulo.

- Por otro lado se encuentran los niños que tienen una alimentación
deficiente y no logran concentrarse en las actividades que realizan,
presentando fatiga, desgana, apatía, etc., derivando también el bajo nivel
de comprensión de textos estudiados y, por consiguiente, a un alto índice
de reprobación.

- El análisis de la influencia de los malos hábitos alimenticios en el bajo
rendimiento escolar es necesario para los padres y maestros de los niños
que están estudiando el nivel básico, porque se ha observado en diversos
casos que los infantes presentan fatiga, falta de concentración, déficit de
calidad en trabajos escolares, poca actividad en el aula y creatividad
deficiente, lo que los lleva a lograr un bajo rendimiento académico.


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- Los niños pasados de peso debido a una alimentación alta en
carbohidratos, son molestados y agredidos por sus compañeros
tachándolos de “gorditos”; lo que provoca que dichos niños presenten
baja autoestima e inseguridad logrando así la falta de participación y, a
su vez, la introspección del alumno en el aula.

- Los especialistas en dietas y nutrición indican que la primera comida del
día guarda una estrecha relación con la capacidad de aprendizaje y el
rendimiento escolar de los niños. Se ha comprobado que un niño con
hambre no responde de manera adecuada, ya que en vez de preocuparse
por aprender, se distrae pensando en cómo satisfacer su necesidad de
alimentarse.

- En la desnutrición, pueden observarse rasgos como: atención
disminuida, escaso rendimiento escolar, apatía, irritabilidad, atraso en la
adquisición del lenguaje, mayor torpeza y timidez.

- Seguir una dieta variada a los dos años tiene un gran efecto sobre el
rendimiento del niño en exámenes, tanto cognitivos como de
rendimiento. Varios estudios anteriores han sugerido que los niños que
siguen dietas basadas en pocos tipos de alimentos son más propensos a
tener deficiencias en micronutrientes como el hierro y el zinc.


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- Al examinar el desarrollo longitudinal de cerca de 1.300 niños se
comparó la variedad dietética a la edad de dos y ocho años con el
rendimiento escolar a los once. Los niños que crecieron con una dieta
limitada (normalmente pescado, arroz y maíz) obtuvieron puntuaciones
académicas por debajo de la media, mientras que los que siguieron una
dieta variada (incluyendo más frutas y verduras) obtuvieron una
puntuación ligeramente por encima de la media. Los niños mal
alimentados que vieron mejorar la calidad de la dieta a los ocho años
mostraban un aumento en el rendimiento escolar, aunque no logran
alcanzar la puntuación de los que recibieron una dieta variada desde los
dos años.

- El hecho de no tener un nivel de azúcar constante en la circulación
sanguínea provoca una disminución de la capacidad de concentración, de
ahí la importancia de respetar las comidas diarias. La mala alimentación
también trae como consecuencia somnolencia, cansancio y disminución
de la capacidad de hacer ejercicio físico.

- Se puede decir enfáticamente que la desnutrición en los primeros años de
vida puede afectar al comportamiento y el rendimiento del niño en esta
etapa de su vida.

- Se ha sugerido que, en comparación con sus compañeros bien nutridos,
el niño mal alimentado casi siempre es indiferente, apático, desatento,
con una capacidad limitada para comprender y retener hechos, y con
frecuencia se ausenta de la escuela. Todo ello se refleja en el proceso de
aprendizaje y en el rendimiento escolar.


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- Durante el sueño disminuye el gasto metabólico, el organismo reposa y
gasta menos energía, pero al despertar el metabolismo aumenta
intensamente, por lo que hay que entregarle el 'combustible' para que
funcione. Sin esto, hay una disminución de los niveles de azúcar que llega
al cerebro, por lo que se reduce la capacidad de atención, de
concentración, la fuerza muscular y la capacidad de rendir en general.

- Un desayuno bien equilibrado permite evitar los fallos energéticos que
describen los profesores a lo largo de la mañana escolar. El niño
disminuye su atención y se dispersa cuando a media mañana el estómago
comienza a molestarle con contracciones de hambre por no haber
desayunado adecuadamente, la falta de alimento puede provocar
cansancio, dolor de cabeza, desgana y somnolencia, con lo que disminuye
el rendimiento intelectual.

- El no desayunar produce fatiga e incluso desmayos en quienes practican
algún tipo de actividad física. Además, los menores que no desayunan
tienen un bajo rendimiento escolar, pues el cerebro no recibe la glucosa
que es su principal combustible para un buen funcionamiento.

- “En la niñez, la falta de una alimentación adecuada incide negativamente
en el crecimiento, desarrollo y socialización de las personas.”


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Además, me parece interesante incluir algunas afirmaciones que
se han hecho en este cuarto artículo:

- El conocimiento que se tiene sobre nutrición y desarrollo cognoscitivo del
niño, carece de datos experimentales suficientes que permitan establecer
con certeza, la interrelación que existe entre desnutrición y rendimiento
intelectual del niño en la edad escolar.

- Casi todos los estudios de nutrición realizados en niños en edad escolar,
se basan fundamentalmente en la apreciación del crecimiento corporal,
mediante mediciones de peso y talla, que al ser comparadas con
poblaciones de referencia, permiten establecer con bastante
aproximación si existe un crecimiento físico normal, o por el contrario,
un retardo o una aceleración en la velocidad del crecimiento.

- En lo que respecta a nutrición y rendimiento intelectual del niño escolar,
todavía existen grandes vacíos de conocimiento, debido quizá a la
complejidad de los factores comprometidos (genéticos, hereditarios,
ambientales, psicosociales, educativos y nutricionales), que dificultan su
evaluación e interpretación y, por tanto, el diseño de investigaciones
relevantes sobre el tema.

- Se sabe que la mayoría de los cambios en el crecimiento de las
estructuras cerebrales eventualmente se recuperan en alguna medida,
aunque perduran las alteraciones en el cerebelo, siempre y cuando se
tenga una adecuada alimentación.


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- Recientes investigaciones neurofarmacológicas han revelado cambios
duraderos, aunque no permanentes, en la función neural receptora del
cerebro, como resultado de un episodio temprano de malnutrición
energético-proteica.

- El rango de vulnerabilidad por edad, de los efectos de la desnutrición a
largo plazo, puede ser mucho mayor de lo que se había sospechado, y aún
se desconoce el nivel mínimo de desnutrición que es necesario para
producir estas alteraciones de largo término.

- El estudio longitudinal sobre nutrición y crecimiento infantil, realizado
en cuatro comunidades rurales de Guatemala por el Instituto de
Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP) en los años 1969-1977,
concluye que la mejoría del estado nutricional en los primeros años de
vida tiene importantes efectos a largo plazo en la adolescencia y la edad
adulta, lo cual por inferencia podría considerarse como un factor
favorable en el desempeño y rendimiento intelectual del niño en la edad
escolar.

- En síntesis, aunque no hay datos experimentales concretos sobre la
relación de la nutrición con el rendimiento intelectual del niño escolar, sí
se puede decir enfáticamente que la desnutrición en los primeros años de
vida puede afectar el comportamiento y el rendimiento del niño en esta
etapa de su vida.

- Se ha sugerido que, en comparación con sus compañeros bien nutridos,
el niño mal alimentado casi siempre es indiferente, apático, desatento,
con una capacidad limitada para comprender y retener hechos, y con
frecuencia se ausenta de la escuela. Todo ello se refleja en el proceso de
aprendizaje y en el rendimiento escolar.


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Determinar qué variables nutricionales y nutrientes condicionan
que el rendimiento escolar del niño sea bajo.

 Del artículo primero, «Hábitos saludables para iniciar las clases»

- Los alimentos que ingieren los chicos durante el receso suelen ser más
ricos en grasas, y la cantidad y frecuencia de comidas diarias se
desordena. En este marco, el retorno de las clases representa un
momento clave para recuperar o adoptar hábitos alimentarios más sanos.

- Especialistas en nutrición infantil indican que lo importante es que en la
dieta diaria de los escolares estén presentes todos los grupos de
alimentos. Esto es: frutas, verduras, cereales, aquellos con proteínas de
origen animal, carnes, huevos y lácteos.

- El desayuno debe ser considerado una pieza clave en una alimentación
sana que contenga lácteos, cereales y frutas.

- Es conveniente que la cena sea más liviana que el almuerzo.

- La recomendación de los especialistas con respecto a las golosinas apunta
a limitar sin prohibir, pero promoviendo al mismo tiempo que los chicos
consuman en la merienda frutas, barras de cereal y cereales en bolsitas
sin azúcar.

- El Ministerio de Salud de California promueve pasos para que los propios
chicos conozcan cómo alimentarse sanamente:


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a) Consumir todos los días frutas y verduras.
b) Tomar mucha agua.
c) No repetir el plato principal
d) Ponerle poca sal a todas las comidas

- Se recomienda que por lo menos tres días por semana los chicos hagan
algún tipo de actividad física

 Del artículo segundo, «Con sobrepeso el 80% de los niños
veracruzanos» sacamos las siguientes conclusiones:

- Que los niños consuman alimentos nutritivos.

- El problema de los hábitos saludables se puede combatir con un cambio
de actitud de los padres de familia.

 Del artículo tercero, «La alimentación afecta el rendimiento escolar»

- Para un desayuno bien balanceado, ofrecer jugo 100% de fruta, algo de
fruta, leche con poca grasa, yogur o queso.

- Incluir alimentos ricos en calcio, pues es esencial para el desarrollo de
huesos fuertes y sanos.


Alimentación,
14/02/2011
Nombre: JOAQUÍN

- Ayudar a que los niños coman un almuerzo saludable, hablando con ellos
acerca de los alimentos saludables, dando un buen ejemplo y ofreciendo
alternativas nutritivas.

- Establecer los hábitos para una vida saludable, con la combinación de
una alimentación equilibrada con la actividad física.

 Del artículo cuarto, «Influencia de los hábitos alimenticios en el
rendimiento escolar» sacamos las siguientes conclusiones:

- Fomentar la aplicación de reglas en los diversos colegios para evitar el
consumo excesivo de comida chatarra, ya que ésta provoca un aumento
en el índice de obesidad.

- En la edad escolar es importante el aporte en vitaminas A, B, y C,
presentes principalmente en el desayuno, ya que, después de 10 a 12
horas de ayuno, los niños necesitan la energía de los alimentos para
realizar sus actividades.

- Un desayuno ideal debe contener:

a) Hidratos de carbono: galletas, pan, cereales, tostadas, bollos, hidratos de
carbono de absorción lenta que aportan energía y vitaminas.
b) Lácteos: leche o yogurt por su contenido en proteínas y calcio, vitamina A
y B.
c) Zumos: contiene agua, vitaminas y minerales.
d) Proteínas: queso, jamón, con función plástica.


Alimentación,
14/02/2011
Nombre: JOAQUÍN

- Para que un desayuno sea equilibrado, deben estar presentes como
mínimo los siguientes grupos de alimentos:

a) Cereales: proporcionan hidratos de carbono que aportan energía,
vitaminas y minerales. Los cereales integrales aportan, además, fibra.
b) Lácteos: contienen proteínas de calidad, calcio, vitaminas A y D, y
vitaminas del grupo B.
c) Frutas: aportan hidratos de carbono, agua, vitaminas, minerales y fibra.

- Se debe proporcionar alimentos sanos, permitiendo a los niños controlar
la calidad y selección de los mismos.

- Es fundamental respetar cada una de las comidas, principalmente el
desayuno.

- Un desayuno será bueno cuando asegure la ingesta de nutrientes
energéticos (hidratos de carbono y lípidos), estructurales (proteínas) y
protectores (minerales y vitaminas). Se aconseja preferentemente la
tríada compuesta por lácteos, cereales y frutas o zumos de fruta fresca,
que se pueden complementar con otros alimentos proteicos como
huevos, jamón, etc.

- Es conveniente habituar a los niños desde pequeños. Para hacer un buen
desayuno es necesario dedicarle entre 15 y 20 minutos de tiempo,
sentados en la mesa, a ser posible en familia, en un ambiente relajado;
para ello hay que despertar al niño con suficiente tiempo, por lo que
deberán cenar pronto e ir a dormir a una hora apropiada la noche
anterior, dejando el material escolar preparado.


Alimentación,
14/02/2011
Nombre: JOAQUÍN

- De acuerdo con los especialistas, un buen desayuno debe incluir un lácteo
bajo en grasa (leche o yogurt) y pan o cereales y fruta, que puede ser
natural o preparada (como jugo o ensalada).

- Para poder tener un estado normal de salud, se deben seguir los
siguientes hábitos alimenticios:

a) No saltarse las comidas.
b) Consumir un litro diario de leche o su equivalente en productos lácteos
(yogurt, quesillo, etc.).
c) Comer tres frutas al día y, al menos, dos platos de verduras.
d) Ingerir dos veces a la semana legumbres y pescado.
e) Preferir las carnes con menos grasas y asadas o a la plancha.
f) Asegurarse de que la mitad de las calorías diarias sean aportadas por
cereales o carbohidratos como pan, arroz, fideos, papas, mote, choclo,
habas.
g) Es también importante que la mitad de los carbohidratos ingeridos en el
día sean ricos en fibra dietética.


Nutrición y rendimiento escolar (Alimentación)

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