La Revolución Francesa ocurrió entre 1789 y 1799 y disolvió la monarquía absoluta en Francia. Esto llevó a la implantación de un nuevo gobierno liberal y a la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, que estableció la soberanía nacional y el derecho a votar. También se proclamó una constitución que limitaba el poder del rey y separaba los poderes legislativo, ejecutivo y judicial.