Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
Evolucion latin-castellano-apuntes bachillerato
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ETIMOLOGÍA Y EVOLUCIÓN DEL LATÍN AL CASTELLANO (MORFOLOGÍA Y FONÉTICA)
Según el DRAE, la etimología es el «origen de las palabas, razón de su existencia, de su significación y de su forma» y la «especialidad lingüística que estudia el origen de las palabras consideradas en dichos aspectos.» Es decir, la etimología estudia el étimo (griego ἔτυμον «verdadero») o palabra originaria de la que procede otra. Para que una palabra proceda de otra deben darse dos condiciones básicas:
a) Formal: la palabra derivada debe poder explicarse a partir del étimo de acuerdo con los principios de evolución fonética de la lengua a la que pertenece, es decir, debe existir una relación fonética entre el étimo y el resultado.
b) Semántica: la palabra derivada debe tener un significado igual al del étimo o explicable a partir del significado de este por medio de algún principio de evolución semántica: metáfora, metonimia, etc.
Dado que se trata de una lengua romance, la mayoría de los étimos del castellano pertenece al latín. No obstante, el vocabulario técnico y científico es mayoritariamente, como en el resto de las lenguas modernas, de origen griego.
El estudio de la etimología no solo facilita el conocimiento del significado de cada palabra, sino que nos permite relacionar palabras que pertenecen a la misma familia. Así, por ejemplo, se hace evidente que filial tiene que ver con hijo cuando se sabe que hijo es el derivado etimológico en castellano de filium.
DIFERENTES TIPOS DE PALABRAS DE ACUERDO CON SU ETIMOLOGÍA
Según el momento de la historia en que se hayan adoptado, el grado de evolución que han sufrido y la variante de lengua latina en la que se originaron, las palabras castellanas que proceden del latín se dividen en latinismos, cultismos, semicultismos o voces patrimoniales.
Latinismos: palabras o frases tomadas directamente del latín que se han consagrado culturalmente como expresiones apropiadas de determinadas ideas. No han sufrido ninguna evolución fonética y proceden de la variante literaria culta del latín. Han entrado en castellano en diferentes momentos de su historia. Han experimentado adaptaciones gráficas a las convenciones del castellano, pero no morfológicas. (Ej.: in memoriam, etcétera.)
Cultismos: Son palabras tomadas de la variante culta literaria del latín clásco en épocas recientes de la historia del castellano para designar realidades nuevas o específicas o simplemente para generar variantes cultas castellanas de palabras muy usadas. Han experimentado un número mínimo de evoluciones fonéticas, lo que hace que se parezcan mucho formalmente al término latino del que proceden. (Ej.: delicado, cátedra.)
Patrimoniales: Son las palabras que proceden directamente de forma natural del latín popular o vulgar y que constituyen la base de la formación de la lengua romance. Desde la época antigua se han transformado siguiendo las reglas de evolución fonética y morfológica características del castellano. (Ej.: delgado, cadera.)
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Semicultismos: Son las palabras que han interrumpido su evolución fonética en algún punto y han quedado a medio camino entre los cultismos y las voces patrimoniales. (Ej.: siglo < saeculum, que de ser patrimonial sería *sejo y de ser cultismo sería *século)
Doblete: Es el par formado por una voz patrimonial y un cultismo o semicultismo, cuando ambas palabras proceden por diversos procesos del mismo vocablo latino. (Ej.: cátedra y cadera < cathedra.)
REGLAS DE EVOLUCIÓN MORFOLÓGICA
En la flexión nominal la principal evolución que debemos tener presente es la eliminación de todos los casos salvo el acusativo. Por ello todos los sustantivos, adjetivos o pronombres del castellano procederán de la forma latina de acusativo.
En cuanto al género, en la evolución al castellano se ha perdido el neutro. Los sustantivos neutros singulares de la 2ª declinación pasaron al género masculino (vinum > vino) y los plurales al femenino singular (fata > hada). Los neutros de la 3ª se han repartido entre los otros dos géneros (pectus > pecho, roborem > roble, pero cyma > cima, y lactem > leche).
También es significativa la creación del artículo a partir del demostrativo ille > el.
REGLAS DE EVOLUCIÓN FONÉTICA
Debemos tener en cuenta dos precisiones sobre la actuación de estas reglas.
a) No son leyes que se cumplan siempre inevitablemente.
b) No actúan necesariamente de forma continuada, sino que tras un periodo determinado pueden perder su vigencia.
c) No actúan todas a la vez sobre la misma palabra. Por ello el orden de actuación de las reglas es a veces necesario para explicar las evoluciones de palabras concretas.
VOCALES
Cambio de timbre (apofonía)
Vocal i
-La ī en final de palabra se abrió en e. En el resto de posiciones no sufrió ninguna modificación. (Ej.: dīxī > dije)
-La ĭ se abrió en e en todas las posiciones. (Ej.: ĭntrare > entrar; brevĭtatem > brevedad)
Vocal e
-La ē conserva casi siempre el timbre e. (Ej.: habēre > haber)
-La ĕ átona conserva su timbre e, pero la ĕ tónica diptonga en ie: (Ej.: patrĕm > padre, tĕrram > tierra)
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Excepciones:
-La ē también pasó a i en varios contextos:
a) en hiato, como en los imperfectos. (Ej.: ridebam > reía)
b) por influencia de algunos tipos de yod1. (Ej.: vindemiam > vendimia)
-La ĕ tónica ante -ellum o -ellam, tras diptongar, volvió a monoptongar en i: (Ej.: castellum > castiello > castillo; sellam > siella > silla).
-La ĕ tónica en contacto con yod no diptongó y conservó su timbre e. (Ej.: pectu > pecho)
-La ĕ átona evolucionó a i: :
b) cuando queda en hiato con la vocal tónica tras la pérdida de consonante intervocálica, dando lugar al diptongo /ei/ (<ey>). (Ej.: legĕm > ley)
c) en infinitivos de la 3ª conjugación. (Ej.: adducere > aducir)
Vocal a
-La vocal ā o ă conserva el timbre a. (Ej.: fāmăm > fama)
Excepción:
-La a en contacto con el grupo palatal yod en cualquiera de sus formas, se cierra en e. (Ej.: solitarium > soltero)
Vocal o
-La ō conserva el timbre o. (Ej.: vōcem > voz)
-La ŏ átona conserva su timbre o, pero la ŏ tónica diptonga en ue. (Ej.: dŏlōrem > dolor; pŏrtam > puerta)
Excepciones:
-La ŏ tónica seguida en contacto con yod dejó de diptongarse. (Ej.: foliam > hoja; podium > poyo; octo > ocho; oculum > ojo.)
-A veces el diptongo ue procedente de ŏ tónica se reduce a e. (Ej.: frontem > fruente > frente)
-A veces por influjo de yod o evoluciones secundarias, la ō pasó a u. (Ej.: cognatum > cuñado)
Vocal u
-La ū conserva el timbre u salvo en sílaba final, en la que se abrió un grado en o. (Ej.: fūmum > humo; manūs > manos)
-La ŭ siempre se abrió un grado en o. (Ej.: sŭmus > somos)
Excepciones:
1 Llamamos yod a la i semiconsonántica, es decir, seguida de otra vocal: en este caso, la i en vindemiam.
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-Por influjo de yod o evoluciones secundarias, la ŭ conservó su timbre u. (Ej.: rubeum > rubio.)
Diptongos
A diferencia del castellano, en latín sólo se consideran diptongos tres grupos vocálicos: ae, au y oe.
-El diptongo au monoptongó en o, incluso cuando procedía del grupo al+ consonante. (Ej.: aurum > oro; alterum > otro). Excepción: el diptongo au seguido de consonante velar y u pierde el segundo elemento. (Ej.: augustum > agosto.)
-El diptongo ae monoptongó en e, aunque si se acentúa en latín, el resultado es ie. (Ej.: aedificare > edificar; caelum > cielo)
-El diptongo oe monoptongó en e. (Ej.: comoediam > comedia)
-La combinación de a + i también monoptongó en e. (Ej.: laicum > lego)
Creación de diptongos a partir de hiatos
-Una vía para eliminar los hiatos latinos fue su conversión en diptongos, lo cual a veces conllevaba cambio de timbre: oi > ui, oa > ua, eu > io, ui > ue. (Ej.: reginam > reína > reina; rubeum > rubio)
Desaparición de vocales:
Protónica y postónica (síncopa)
-En sílaba interior protónica y postónica de palabras de más de dos sílabas las vocales breves tienden a desaparecer provocando una síncopa. (Ej.: aperíre > abrir, nóbilem > noble)
Excepción:
-La a se conservó en algunas palabras o pasó a e por influencia de la yod. (Ej.: paradisum > paraíso; lactucam > *laituca > lechuga)
Finales (apócope)
-La vocal e final detrás de c, d, l, n, r, s y t desaparece provocando una apócope. (Ej.: lucem > luz; mercedem > merced; consulem > cónsul; finem > fin; dolorem > dolor; mensem > mes; virtutem > virtud.)
Excepción:
-Se conserva cuando la consonante anterior forma grupo con otra. (Ej.: patrem > padre)
Resolución de hiatos
-Otra forma de resolver los hiatos fue la eliminación de alguno de sus elementos, bien por sinéresis (contracción de las dos vocales en una sola sílaba), bien por pérdida de una de las dos vocales. (Ej.: videre > veer > ver; duodecim > doce)
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Aparición de vocales:
e protética
-La consonante s- inicial seguida de otra consonante desarrolla una vocal protética e. (Ej.: scutum > escudo)
Cuadro resumen:
interior
interior protónica y postónica
final
ī >
i
i
e
ĭ >
e
Ø
e
ē >
e
e
e
ě tónica >
ie
-
-
ě átona >
e
Ø
Ø (detrás de c, d, l, n, r, s y t)
ā / ă >
a
a
a
ō >
o
o
o
ŏ tónica >
ue (o, e)
-
-
ŏ átona >
o
Ø
o
ū >
u
u
o
ŭ >
o
Ø
o
ae >
e
e
e
ae tónico >
ie
-
-
oe >
e
e
e
au >
o
o
o
ai >
e
e
e
CONSONANTES
CONSONANTES SIMPLES:
Consonantes iniciales
a) La f inicial
Se aspiró primero (h- aspirada), y enmudeció después (a partir del siglo XVI), aunque la h- siguió escribiéndose. (Ej.: filium > hijo)
NOTA: cuando una f- inicial quedaba en interior de palabra como consecuencia de la adición de un prefijo, siguió considerándose inicial en algunas palabras y, por lo tanto, enmudeció igualmente. (Ej.: profiliare > prohijar)
Excepciones:
-La f inicial se mantuvo ante ŏ tónica (ue en castellano) y, menos regularmente, ante ĕ tónica (ie en castellano). (Ej.: fontem > fuente, feram > fiera.)
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b) La g inicial
-La consonante oclusiva velar sonora /g/ se conserva ante a y u. (Ej.: guttam > gota; gaudium> gozo.)
-Sin embargo enmudece ante e o i átonas (a veces dejando como resto gráfico una h) y se palataliza en y ante e tónica. (Ej.: germanum > hermano; gingivam > encía; generum > yerno.)
c) La s inicial
-La consonante s inicial palatalizó en algunas palabras y acabó en castellano confluyendo con la fricativa velar sorda /x/ <j>. (Ej.: saponem > xabon > jabón.)
d) La labiovelar sorda qu inicial
-Perdió el apéndice labial y quedó convertida en oclusiva velar sorda /k/ <qu/c>: (Ej.: quaerere > querer; quasi > casi.) En ocasiones esta /k/ pudo seguir evolucionando ante e/i y dar /θ/ <c>. (Ej.: quinque > cinco.)
-Cuando le seguía una a tónica, se mantiene la velar y se vocaliza el apéndice. (Ej.: quale > cual.)
e) La i semiconsonántica (seguida de vocal) inicial
-Ha tenido tres resultados:
a) Fricativa velar sorda /x/ <j> delante de u u o (también ante a en cultismos) (Ej.: iustum > justo; iocum > juego; iactantiam > jactancia.)
b) Palatal y delante de a, e tónicas. (Ej.: iacet > yace.)
c) Se ha perdido delante de a, e átonas. (Ej.: ianuarium > enero.)
Consonantes oclusivas intervocálicas
a) Por un proceso de lenición (debilitamiento articulatorio) las consonantes oclusivas sordas entre vocales sonorizaron (p, t, c > b, d, g). (Ej.: caput > cabo; vitam > vida; lacum > lago).
b) Por ese mismo proceso, las consonantes oclusivas sonoras (b, d, g) entre vocales, en muchas palabras, desaparecieron. (Ej.: tenebat> tenía; foedum > feo; frigus >frío)
Consonante oclusiva velar sorda c delante de e o i.
-Delante de e o i, la consonante c (fonema /k/ en latín) se asibiló primero y se convirtió finalmente en castellano en el fonema fricativo dental sordo /θ/, pero sigue escribiéndose <c> (<z> en posición final). (Ej.: cenam > cena; audacem > audaz)
Consonante f intervocálica
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La consonante fricativa labiodental sorda /f/ sonorizó como las oclusivas y confluyó con la oclusiva labial /b/, lo que ha hecho fluctuar su grafía a lo largo de la historia. (Ej.: raphanum > rábano; profectum > provecho)
Semiconsonantes
a) La i semiconsonántica (seguida de vocal), que era fricativa palatal sonora, unas veces consolidó su carácter fricativo palatal, pero otras se perdió, como las oclusivas sonoras. (Ej.: maiorem > mayor; peiorem > peor.)
b) La u semiconsonántica (seguida de vocal), que era fricativa labiovelar sonora, unas veces se convirtió en fricativa labial y confluyó en castellano con el fonema oclusivo labial sonoro /b/, lo que ha provocado cierta confusión gráfica a lo largo de la historia de la lengua. (Ej.: vivere > vivir; advocatum > abogado.) Otras veces en posición intervocálica se perdió como las oclusivas sonoras. (Ej.: riuum > río.)
Consonantes oclusivas aspiradas griegas.
Las consonantes oclusivas aspiradas griegas φ, θ, χ se transcribieron en latín con los dígrafos ph, th y ch. Estas consonantes han evolucionado en castellano a la fricativa f, y a las oclusivas t y c/qu respectivamente. (Ej.: asphaltum > asfalto; Aegisthum > Egisto; Acherontem>Aqueronte.)
Consonante labiovelar /kw/ <qu>.
La consonante labiovelar sorda qu presenta diferentes resultados en función de su contexto fónico:
a) En posición inicial, ya la hemos mencionado en el bloque de las consonantes iniciales.
b) Entre vocales la oclusiva velar sonoriza en /g/ <g/gu> y el apéndice se convierte en vocal u o se pierde. (Ej.: aquam > agua; aquilam > águila.)
c) En otras posiciones simplemente pierde el apéndice velar, dando como resultado /k/ <qu/c>. (Ej.: quinque > cinco.)
d) En cultismos vocaliza el apéndice labial /ku/. (Ej.: aequanimem > ecuánime; quaestionem > cuestión.)
Consonantes finales
Todas las consonantes finales se perdieron. (Ej.: servum > siervo; sic > sí; non > no; caput > cabo)
Excepciones:
a) La m se ha mantenido en latinismos y en monosílabos, pero convertida en n. (Ej.: album; quem > quien, cum > con)
b) Las consonantes l y s finales se conservaron. (Ej.: mel > miel; amas > amas)
c) La r final a veces se conserva, y otras veces pasa por metátesis a interior. (Ej.: per > por; inter > entre)
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d) Muchas de las consonantes que se conservan en posición final en castellano no eran finales en latín, sino que han quedado en dicha posición al producirse la apócope de e final. (Ej.: pacem > paz; aetatem > edad; consulem > cónsul; legionem > legión; dolorem > dolor.)
Disimilaciones
a) parciales: un sonido o sílaba se transforman para diferenciarse en algún rasgo de otro afín que está cerca en la palabra. Algunos de los casos documentados son /n-m/ > /l-m/; /m-m/ > /n-m/; /m-n/ > /m-l/; /l-l/ > /l-r/; /r-r/ > /l-r/ o /r-l/; /ti-ti/ > /ti-θi/. (Ej.: animam > alma; communicare > comulgar; lilium > lirio; fragrantem > flagrante; solstitium > solsticio.)
b) totales: cuando un sonido o sílaba se suprime totalmente por la proximidad de otro de rasgos afines: /r-r/ > /r-Ø/ o /Ø-r/. (Ej.: proprium > propio; prostrare > postrar.)
El resto de las consonantes simples
Se conservan. (Ej.: dolorem > dolor; ferum > fiero; honorem > honor.)
GRUPOS CONSONÁNTICOS:
Modificación de los fonemas del grupo consonántico:
Consonante oclusiva sorda o fricativa f + r o l
En estos grupos la oclusiva sorda sufrió el mismo proceso de lenición que en posición intervocálica: sonorización de las consonantes sordas. La f evolucionó a b en este contexto. (Ej.: Aprilem > abril; petram > piedra; lacrimam > lágrima; africum > ábrego.)
Asimilación entre las consonantes que integran un mismo grupo.
El grupo mt, normalmente procedente de la síncopa de vocal interior, evolucionó a nd por asimilación progresiva de la nasal labial a la dental y asimilación regresiva de la oclusiva sorda a la nasal sonora. (Ej.: limitare > *lim’tar > lindar.)
Simplificación del grupo consonántico:
Consonante oclusiva sonora b o g + r o l
En estos grupos la oclusiva sonora sufrió el mismo proceso de lenición que en posición intervocálica y tendió a desaparecer con la consiguiente simplificación del grupo. (Ej.: integrum > entero)
Excepciones:
En posición inicial los grupos bl y gl unas veces pierden la consonante inicial y otras, se mantienen sin cambios. (Ej.: blastimare > lastimar; globellum > lobillo; blandum > blando; globum > globo.)
Simplificación por asimilación de elementos consonánticos.
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La mayoría de los procesos de asimilación entre consonantes que integran un grupo en interior de palabra concluyeron con procesos de simplificación en castellano: mb > mm > m; ns > s; rs > s; ps > s; xs (/kss/) > x (/ks/); st+cons. > s+cons.; pt > t. (Ej.: palumba > paloma; desponsare > desposar; ursum > oso; ipse > ese; exsequias > exequias; postpositum > pospuesto; aptare > atar.)
Simplificación de consonantes geminadas.
Un caso especial de simplificación es el de los grupos formados por consonantes geminadas que se convirtieron en un fonema único en castellano. (Ej.: cuppam > copa; sagitta > saeta; occultare > ocultar; affectus > afecto; summum > sumo.)
Excepciones:
-La l y la n geminadas (/ll/, /nn/) generalmente se palatalizaron, pasando a ll (/ʎ/) y ñ (/ɲ/), respectivamente. (Ej.: gallinam /gallinam/ > gallina /gaʎina/; annum /annum/> año /aɲo/)
-La doble -rr- se mantiene como vibrante múltiple /ȓ/ (Ej.: terram > tierra)
Simplificación por palatalización.
Además de las consonantes geminadas ll y nn, que ya hemos descrito, también se convirtieron en fonema palatal en castellano los siguientes grupos consonánticos latinos:
-Los grupos iniciales pl, cl, fl > ll (/ʎ/). (Ej.: plenum > lleno; clavem > llave; flammam > llama.)
Excepciones: -El grupo fl a veces pierde la f. (Ej.: flaccidum > lacio.)
-Los grupos pl, cl, fl en interior de palabra precedidos por otra consonante evolucionaron hasta el fonema africado del castellano ch (/ĉ/). (Ej.: amplum > ancho.)
-Los grupos interiores mn, nn, nd, ng, gn > ñ (/ɲ/), incluso cuando procedían de síncopa. (Ej.: autumnum > otoño; cannam > caña; grunditum > gruñido; tangere > tañer; pugnum > puño; dominum > *domnum > dueño.)
Simplificación del grupo /ks/.
El grupo formado por un fonema velar y un fonema silbante /ks/ (grafía latina <x>) tuvo una evolución especial, con un primer proceso de palatalización y una posterior fricativización, que lo ha convertido en castellano en fricativo velar sordo /x/ (grafía castellana actual <j>). (Ej.: Alexandriam > Alejandría.)
Simplificación de grupos en los que interviene el fonema yod.
a) Consonantes oclusivas velar y dental sordas /k/ o /t/ + yod (e e i más otra vocal).
Seguidas de e/i + vocal, la consonante /k/ (grafías <c> y <ch> en latín) y la consonante /t/ (grafía <t> en latín), se asibilaron primero y se convirtieron finalmente en castellano en el fonema fricativo dental sordo /θ/ (grafías <c> / <z> en castellano). En muchos casos, a esta evolución le siguió la pérdida de la yod y consiguiente simplificación del grupo. En otros casos, la yod se conserva. (Ej.: minaciam > amenaza; calceare > calzar; brachium > brazo; malitiam > maleza; puteum > pozo; navigationem > navegación.)
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b) Consonantes oclusivas velar y dental sonoras /g/ o /d/ + yod (e e i más otra vocal).
Seguidas de e/i + vocal, las consonantes /g/ y /d/, sufrieron un proceso de palatalización que dio como resultado el fonema fricativo palatal sonoro /y/ (grafía <y> en castellano), con la consiguiente simplificación del grupo. (Ej.: fugio > huyo; podium > poyo; hodie > hoy.)
c) La consonante n + yod (e e i más otra vocal).
El grupo de n + yod se simplificó con palatalización de la nasal > ñ (/ɲ/). (Ej.: araneam > araña; seniorem > señor.)
d) La consonante l + yod (e e i más otra vocal)
El grupo l + yod se simplificó también por palatalización de la l, primero en ll (/ʎ/) y luego en j (/x/). Tenemos ejemplos de los dos estadios. (Ej.: humiliare > humillar; alienum > ajeno; taleare > tallar; paleam > paja.)
e) Grupos ct y ult:
También se considera dentro de las evoluciones provocadas por el fonema yod la ocurrida a los grupos ct y ult, dado que su primer elemento evolucionó a i, lo que provocó la palatalización de la oclusiva dental posterior hasta convertirse en ch (fonema /ĉ/ en castellano). (Ej.: noctem > noite > noche; cultellum > cuchillo.)
Excepciones:
En cultismos, además de la conservación del grupo, podemos encontrar la pérdida de la velar y la conservación de la dental. (Ej.: noctem > noctámbulo; delictum > delito.)
f) Grupos consonantes interiores producidos por síncopa de vocal.
Los grupos cl, gl, tl provocados por la síncopa de la vocal interior sufrieron el mismo proceso palatalizador que los grupos con yod, dando como resultado final el fonema fricativo velar sordo /x/ (grafía <j>). Cuando a los grupos cl, gl, tl les precedía otra consonante, el resultado fue el fonema africado /ĉ/ (grafía <ch>). (Ej.: acuculam > aguja; regulam > reja; vetulum > viejo; trunculum > troncho; cingulum > cincho.)
Creación de nuevas consonantes:
Epéntesis de consonantes
a) Los grupos mn (que por disimilación evolucionó a mr), mr y ml producidos por síncopa de una vocal intermedia se resolvieron mediante la introducción de una b epentética. (Ej.: faminem > hambre; rememorare > remembrar; tremulare > temblar.)
b) El grupo nr producido por síncopa de vocal intermedia se resolvió mediante la introducción de una d epentética. (Ej.: cinerare > cendrar.)
c) El grupo st generó en algunos casos a continuación una consonante r epentética. (Ej.: stellam > estrella.)
ADAPTACIONES DE GRAFÍAS QUE NO IMPLICAN CAMBIOS FONÉTICOS
La grafía latina <y>.
La grafía latina <y> ha pasado al castellano como <i>. (Ej.: Aegyptum > Egipto.)
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La <h> muda
La <h> que ya era muda en latín, no se escribió al principio en las lenguas romances, pero luego se restituyó para ser fieles a la ortografía original. Sin embargo, esto ha provocado muchas confusiones. (Ej.: abhorrescere > aborrecer; inflare > hinchar.)
Bibliografía:
Bello, M.V.-Martín, I.-Rodríguez, J.M.-Vaquero, J.I. (1996), VERBA, Ejercicios de etimología latina, Madrid.
Rubio, L.-González, T. (1990), Nueva gramática latina, Madrid.