Este documento presenta una alegoría sobre las manos izquierda y derecha para ilustrar la sabiduría de la no discriminación. Narra cómo la mano derecha escribía poemas mientras la izquierda no lo hacía, pero ambas se respetaban. Cuando la derecha lastimó a la izquierda con un martillo, la cuidó cariñosamente porque sabían que estaban unidas y se complementaban la una a la otra.