1. Me llamo Suede, tengo 16 años y una hermana pequeña, María, de 10. Hace 6 años, vivía en una chabola con mi mamá, y ahora estoy encerrado en un sótano. La casa la habían construido con madera y barro seco en una calle poco frecuentada y abandonada, con el poquitito dinero que tenían, ya que aquí a las mujeres no las dejan trabajar y a mi papá, agricultor, no le pagan bien, pues era analfabeto y le engañaban a menudo. Un día, vinieron tres hombres y exigieron a mis papás que les pagaran 500.000 pesos al mes por el alquiler de la casa, diciendo que eran sus tierras. Ellos no tenían ese dinero, y entonces, uno de ellos sujetó a mi mamá y el otro la desvistió con violencia para luego violarla. Mi papá intentó impedirlo, pero el hombre restante lo acuchilló y lo mató. Cuando el hombre acabó con mi madre, se llevaron entre los tres el cuerpo de mi papá diciendo que volverían si no les daban nada por él. Nueve meses después, nací yo.
2. No tuve oportunidad alguna de ir a la escuela, ni tan siquiera de verla. Mi pueblo está a 54 kilómetros de cualquier parte, y desde pequeñito, ya trabajé. Cuando apenas cumplí los 4 añitos, ya cosía pantalones que llaman “vaqueros” en un taller sin techo que se inundaba cuando llovía con otros niños mayores que yo, y sus dueños eran los tres hombres que vinieron a mi casa. Así ellos no me pagaban nunca, y me veía obligado a robar en otras casas. Además, si cometía un error, me apartaban de los demás y me daban una paliza, por hacerles perder el tiempo y el dinero en una mierda como yo, decían. Tuve que tener otro trabajo limpiando las furgonetas de la gente y vendiendo polvitos blancos a los demás. Pero los hombres se cansaron de pegarme, y me echaron del taller un año después, por lo que vinieron a mi casa y trajeron a otro hombre con ellos. Por el dinero preguntaron, y no lo teníamos, por lo que me preguntaron a mí que si quería el trabajo de proxeneta. Yo acepté sin saber, y me mancharon la mano con algo negro y la estamparon en un papelito. El otro hombre cogió a mi mamá y se la llevó a un coche. Si sigues haciendo eso no pasa nada con el alquiler, me dijeron. Yo no sé lo que pasaba cada mes, cuando venía ese hombre y se la llevaba, pero cuando yo tenía 6 añitos, María nació de mi mamá.
3. Mi mamá ocultó a mi hermana todo lo que pudo, para que los hombres del alquiler no le hagan nada, decía. Trabajé muy duro por las dos, recorrí incluso los 54 kilómetros para llegar al mar y pedir trabajo en un petrolero, que pagan bien. Estuve en ese trabajo un año entero con las máquinas, y luego me echaron otra vez por que dijeron que venía el Gobierno. Volví a mi casa y María ya sabía caminar. Mi mamá estaba en el suelo, estás bien le pregunté y no me contestó, pero se levantó. Esto se repitió mucho, cada mes, cuando venían los hombres del alquiler, era peor. Yo estaba cansado ya, cuando cumplí 8 tenía mis dos trabajos de limpiar y vender, y mi mamá cuidaba a María de 2 añitos. Luego de tres meses me echaron de limpiar coches, que no era justo que un crío cobrase pesos por tan poco. Y con yo 9, me atacaron con un cuchillo para robarme los polvos blancos. Y me quedé sin ningún trabajo y sin dinero.
4. Mi mamá se murió por SIDA, yo tenía 10 y María 4. Los hombres del alquiler lo supieron y vinieron a casa al día siguiente. No pude esconder a María y la vieron, pero no le hicieron lo mismo que a mi mamá, muy chica dijo uno, mejor la vendemos dentro de tiempo. El chico trabaja bien, dijo otro, nos lo llevamos también. Nos sacaron de casa y nos ataron. Nos metieron en el maletero de un coche plateado y nos fuimos. Estoy encerrado en el sótano de un edificio blanco con tres pisos. Hay más chicos como yo, más mayores y también chicos. Nos tienen aquí, en Libertad, de Argentina, para construir motores de coches con máquinas que cortan y queman, y no hacen nada si uno se hace daño: se lo llevan de su puesto y traen a otro. A las niñas las tienen en el piso de arriba, las he visto alguna vez. Les dan de comer dos veces al día, una más que a nosotros. Todas van vestidas de blanco y a veces vienen hombres a verlas y se llevan a una cogida de la mano con un anillo en el dedo. Las casan con hombres extranjeros porque son chicas y guapas y vírgenes, me dijo un chico, y dan dinero. María está entre esas chicas, y se la llevaron hoy, también con un anillo en el dedo. Vino a verme corriendo y llorando, que no quiere irse con ese hombre malo, me dijo, pero uno de los hombres que nos vigila con las escopetas la separó de mí y se la dio al hombre.
5. Cuando nos encarcelaron otra vez en el sótano el chico me dijo que si enviaba una carta igual conseguía algo. Si lo haces, me dijo otro, no se la mandes a los Jefes, que ellos quieren el dinero. Mándaselos a los buenos, a las que nos intentan defender. Pido por favor, que si alguien encuentra estos papelitos que se los mande a la organización SAVE THE CHILDREN para que nos ayude. Soportamos muchas cosas y más de uno a muerto, las chicas lo pasan muy mal muy mal. Ya he mandado muchas pero no me hacen caso y las cosas no van a bien. Por favor, que alguien nos saque de aquí, y que me devuelva a mi hermanita María.