SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 138
Descargar para leer sin conexión
ANTÍGONA: HISTORIA Y DRAMA




GERSON STEPHEN GÓEZ GONZÁLEZ




          FILÓSOFO
   UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA




              1
“La tragedia es la
    representación de una
   expiación, pero no es la
    mísera expiación de un
sistema Ático en rompimiento
  con una estructura social,
organizada por bribones, para
   necios. La figura trágica
 representa la expiación del
 pecado original y eterno de
     esta figura y de sus
compañeros de infortunio: del
  pecado de haber nacido”.

      Samuel Beckett.




               2
A María Eugenia González, mi madre; Alba
Rosa Quintero, mi abuela; y mis
agradecimientos al profesor Jairo Alarcón.




 3
TABLA DE CONTENIDO




                                                                                                                    Pág.




RESUMEN ............................................................................................................... 6

PRÓLOGO............................................................................................................... 7

INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 14

ACLARACIÓN A LAS FUENTES ...................................................................... 17

1. ESTRUCTURA DEL DRAMA ......................................................................... 20

2. EL DRAMA DE ANTÍGONA .......................................................................... 33

3. EL PAPEL DE LOS ORÁCULOS ................................................................. 44

4. LOS CONTRARIOS: ELEMENTOS DE LA DYNAMIS TRÁGICA .............. 52

5. EL ORDEN ...................................................................................................... 60

6. LA CONDICIÓN HUMANA ............................................................................. 68

7. EROS ................................................................................................................ 85

8. LA HERENCIA MALDITA .............................................................................. 97

9. LA POSTERIDAD .......................................................................................... 109

GLOSARIO .......................................................................................................... 122

GENEALOGÍA TEBANA .................................................................................... 125

LA POSTERIDAD DE EDIPO........................................................................... 126



                                                            4
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................... 127

BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA ......................................................................... 131

REVISTAS ........................................................................................................... 135

CIBERGRAFÍA .................................................................................................... 137




                                                           5
RESUMEN




Platón en el Fedro 245a, y en el Lisis 214a, reconoce a los poetas como
“padres de nuestro saber”, y esto se debe al profundo conocimiento que
los mitos contienen en sí, plasmado magistralmente en el teatro gracias al
ingenio poético de los tres maestros de la tragedia griega, Esquilo, Sófocles
y Eurípides.




La   tragedia   griega   era   desde    antaño     (y   sigue   siendo),   un    referente
importante para la reflexión filosófica; prueba de ello son la amplia cantidad
de interpretaciones que sobre las obras conservadas, y la búsqueda de
más, que termina revelando unos cuántos fragmentos, de este género
poético, que han habido y muy seguramente continuarán habiendo.




El objeto de estudio del presente trabajo es la condición humana en la
Antígona de Sófocles, drama que la contiene en su vastedad; dicho tema
se presta para el análisis de otros subtemas de gran relevancia para el
estudio de esta obra, como los son el destino y la libertad, los contrarios,
el Eros, la historia, etc.




Palabras    clave: prudencia,    oráculo,       libertad,   Eros,   maldición,     orden,
esperanza, Hado.




                                            6
PRÓLOGO




La Antígona de Sófocles es a lo largo de la historia, una de las tragedias
del arte teatral clásico griego más conocidas. Compuesta no sólo en y para
su época, la Atenas del siglo V a.C., sino también, sin saberlo, para la
posteridad, pues aún en los tiempos actuales su contenido permanece
vigente. La grandeza del gran poeta lírico nacido en Colono, tierra amada a
la que le dedica una obra al final de su vida, el segundo de sus “Edipo”,
el Edipo en Colono, pieza de gran belleza literaria e importancia para la
saga familiar del ciclo Tebano, que se completa con Los siete contra Tebas
de Esquilo, aunque varía y en ciertas partes da más información, con
Eurípides.




Cargada de un profundo sentimiento poético, Antígona, la obra de la lucha
y vida eterna, contiene en sí y lega a la posteridad el enfrentamiento dual
de dos poderes, por un lado, el de los derechos divinos, dados por los
dioses     al   hombre   para   con   el   hombre,   encarnados   en   Antígona   y
defendidos por ella; y por otro, las leyes humanas, dadas por el hombre
para él mismo con el Estado, representadas e igualmente protegidas por
Creonte.




Frederich Nietzsche en su estudio sobre la tragedia griega, habla de la
conjunción perfecta de dos espíritus, el Apolíneo y el Dionisiaco, como
elementos constitutivos del drama Ático. La fuerza de la razón, de la
mesura, del arte, contenida en la divinidad solar, que por sí sola lleva una
vida carente de emociones, totalmente enclaustrada en la ciencia, y que
deviene al hombre de ésta, en comunión con el poder festivo, orgiástico del


                                           7
dios del vino, que por su cuenta es un puro barbarismo, devino el Coro, y
por ende la tragedia. El Coro es un personaje dual, pertenece a la obra
como la voz conjunta del pueblo, actuando como tal en ella, y a la vez es
un espectador, un adorno externo a la acción dramática, que comenta,
explica, modera, da continuidad a    la historia.




Esta obra que no deja de fascinar a las diferentes épocas y mentes que la
conocen, tiene demasiadas temáticas y problemas dignos del análisis más
minucioso   posible.   Encarnando   lo   que   podría   verse   como   el   espíritu
dionisiaco de la historia, está la joven Antígona, la niña rebelde, que lucha
por defender las leyes no escritas de los dioses, pero plasmadas en todos
los seres humanos; mientras que por el otro lado, está el gobernante a
cargo, Creonte, representación de la pura       razón apolínea, enfocada a la
política. La lucha entre estos dos personajes tan opuestos, desencadena en
desgracia, pero tal y como al final de su existencia, el racionalista
Eurípides, asesino de la tragedia para Nietzsche, optó por escribir una obra
dedicada al dios Dionisio, y como el final de la vida del Caballero Hidalgo,
su fiel escudero terminó por dejarse seducir por el encanto de su ser, se
“quijotizó”, así mismo, el firme rey termina siendo seducido por el encanto y
la razón de su oponente.




La pugna entre los contrarios sostiene y da movimiento a la obra trágica;
en una época donde la mujer no gozaba de muchas libertades, surge la
Antígona de Sófocles, como expresión de la libertad. El carácter de la
joven, su lucha, su historia, circundada por elementos que reflejan un
sentimiento “precristiano”, llama la atención a la vez que forja los senderos
para una vida en cuya esencia sus palabras, determinación y acciones,
retumban. Antígona es poesía, es su voz, es revolución, es su carácter; sin


                                         8
ella no habría ninguna de las dos en la obra, y después de ella, como dice
José María Pemán en su prólogo a la traducción realizada para la editorial Salvat,
“la literatura”. Creonte es la voz del orden, de la ley, su regente y juez,
sin él no habría lucha en la historia, y, después de él, “el derecho político”.
La dualidad de estos dos seres opuestos entre sí, forja las líneas de la
vida que todo ser comparte consigo y con su prójimo ante el Estado.




La piedad o compasión que Ismene expresa ante su hermana capturada,
deseando acompañarla en su castigo; la lucha solitaria de Antígona por
defender los derechos de su hermano a ser sepultado, mientras carga con
el peso de una maldición heredada de antaño, como un “pecado original”;
el drama de un gobernante que busca perdurar en el poder, y que es
desafiado por una fuerza menor, que logra aplastar, aunque éste crece
hasta absorberlo; el dolor de un amante sin su amada, y de una madre
sin sus hijos; todo esto refleja la condición humana, la misma que
magistralmente Sófocles pudo concentrar en una obra en la que en cada
una de sus páginas, de sus palabras, en cada uno de los hechos y
sucesos, no puede lograr menos que maravillar a un lector, y ante una
buena representación como debió de ser en su momento y se espera
lograr en la actualidad, a un espectador.




Amor, noción complicada y con pocas evidencias al interior de una obra
como Antígona; ciertamente es un Eros el que guía a la joven en su
accionar, visto por escuelas del pensamiento como la psicoanalítica, como
un deseo incestuoso, como una pulsión de muerte para Lacan, pues para
él, Polinices es el objeto del amor de su hermana, de su deseo, y ya para
él, todo deseo es pulsión de muerte, es por ello que Antígona la busca;
es, en la propuesta que en este escrito y muchos autores hacen, sin entrar


                                        9
en críticas, algo que, aunque no niega ni priva al lector la posibilidad de
interpretar el amor de la niña, como lo ve el psicoanálisis, en realidad es
más inocente, más puro, porque es un Eros fraternal que busca el bien
para el ser querido, su debido entierro, el restablecimiento de su honor.
Carecen los personajes de la Antígona de un Eros de ensueño, la
magnificencia de la obra no necesita de estos romanticismos de novela;
cada personaje ama, a su manera, pero ama. Ismene y Hemón reflejan
más fácilmente este sentimiento, inclusive de ello da cuenta el Coro; de
Ismene, cuando se presenta en escena llorando por su hermana; de
Hemón, con el canto que hace al Eros, tomado por los interpretes de ello,
como una oda dedicada al joven enamorado, propuesta que en este trabajo
se expone de otra manera, a saber, que Eros no es algo tan particular
que aguarda hasta el final de la obra para aparecer en ella por el joven
amante, sino más bien algo general, que todos los personajes poseen, en
mayor o menor media, y además, tiene carne y hueso, no de hombre, sino
de mujer, pues las características de este terrible conquistador de los
corazones humanos se ven explicitas en el ser de Antígona. Por su parte,
sin duda, porque no puede quedar excluido, está Creonte, el gobernante
rígido, que sólo expresa su Eros al final de la historia, cuando la desgracia
se cierne sobre él, como su desdichada esposa también lo hace, en los
breves momentos en que aparece en escena, y en especial, cuando está
fuera de ella.




Difícil es Eros de exponer, más en una obra donde los personajes parecen
no sentirlo, pues la ambigüedad de su ser se presta perfectamente para
ello, tal y como sucede con la moral.




                                     10
Destino o libertad. El edicto contra Polinices, mencionado al final de Los
siete contra Tebas de Esquilo, dúdese o no de su autenticidad, pero ahí
está, es comunicado por Antígona a su hermana Ismene al comienzo de la
historia, en el Prólogo. Ante el rechazo a darle apoyo a su causa, Antígona
decide obrar sola, inicia la lucha por el hermano, el enfrentamiento con el
Hado, el destino. Si la decisión es vista como una muestra de libertad,
aunque ello se puede cuestionar, las expresiones que pretenden la vida,
sobrevivir, de Ismene, y la muestra de que ella sobrevive, puestas en tela
de juicio por las palabras previas de su hermana a ser enterrada viva, al
afirmar que ella es la última descendiente viva de su padre (v. 895 y 941),
sin que se conozca realmente qué sucede con su hermana, son muestra
de que el destino trágico de la familia puede ser evitado, de una libertad a
partir de la prudencia que aunque sin duda termina, como es el caso de
Antígona y sus familiares muertos, sucumbiendo al destino, por lo menos
se presenta la búsqueda y una opción o posible solución, al interrogante
por la sumisión o no al implacable e inmodificable Hado, acompañada de
otra noción igualmente fascinante, vinculada con el origen prometeico del
ser humano, la esperanza.




La historia y sus variantes, difícil de sistematizar y unir en una sola
redacción, por las diversas versiones que de ello hay, fascinantes por ello,
pues de ser simplemente un mito, con un sólo rostro, importante, más no
trascendente, no sería tan comentado y expuesto por diversos autores
antiguos.




La forma de su composición dramática, que refleja el genio poético de un
hombre      tan   virtuoso   como   lo    fue   Sófocles,   exaltado   por   sus
contemporáneos, estudiado y amado aún hoy en día, capaz de plasmar en


                                         11
su Antígona, algo tan valioso como lo es la condición humana, llena de
sentimientos, virtudes, dogmas, todo esto y mucho más, en ese complejo
ser, cargado de máscaras y prejuicios, llamado hombre. La condición
humana en su vastedad fascina increíblemente al autor de este trabajo,
está abarcada en este maravilloso mito, -y en general pero en menor
medida, en los demás-, hecho drama, que goza de la forma del teatro y
deleita con su representación. El temor a la muerte, a yacer insepulto, al
destino, la búsqueda de la libertad (el deseo de ella), el amor, la moral, la
historia, los intereses, las leyes, las costumbres, la justicia, son algunos de
los temas que ocupan el pensamiento del ser humano y que llenan su
condición de ser arrobado al mundo. La pregunta por el hombre, el qué es,
ocupada también por el pensamiento de los griegos, y formulada por ellos
mucho antes de la cuestión antropológica, derivada de la triple pregunta
Kantiana por el qué se debe hacer, el qué se puede conocer y el qué se
cabe esperar, fue expresada maravillosamente por la Esfinge, cuando ante
sus posibles víctimas, cantaba su inmenso interrogante: “¿qué ser provisto
de voz es de cuatro patas, de dos y de tres?”, siendo ello, el hombre. De
todos los temas mencionados      algunos cuentan con un capítulo dedicado a
ellos, los demás, no carentes de importancia, también son tratados, en un
menor espacio sí, pero en lo posible, con la mayor claridad, concisión y
respeto, son expuestos.




Maravilla eterna es, sin duda, el enigma por el ser, incognoscible por su
gran complejidad, tema especial y principal de este trabajo, por estar
magnamente plasmado en la obra de Antígona, en el pensamiento de este
autor cautivado por ella, más que en ninguna otra, de ahí que este escrito,
tan difícil de articular y redactar por la indecisión inicial sobre cuál era el
tema   más   importante   o   mejor   para   trabajar,   haya   visto   la   luz,   la




                                       12
reconciliación y solución, a partir de ello, la condición humana; de ahí que
también todo lo demás, todos los temas, lleven a ella.




Estas y más, como se ha dicho, son algunas de las temáticas que de esta
obra se desprenden, y que pueden ser analizados, lo cual, página tras
página, se pretende hacer con la mayor claridad, no sólo del lenguaje, sino
de la exposición misma de los problemas a lo largo de su desarrollo, tal y
como lo hace el gran poeta vencedor en la batalla de Salamina en torno
al año 480 a.C., contra los Persas, posiblemente a la edad de 17. Esta
batalla, posterior a la de las Termopilas, donde ocurrió el famoso y valioso
enfrentamiento de Leónidas y sus espartanos contra Jerges y sus persas,
en pro de la libertad de Grecia, representó eso, la liberación de un pueblo,
de una cultura, que nos fue heredada para nuestra gran fortuna, así
mismo, Antígona, cuando se revela contra ese inmenso poder, y muere,
pero vence, revive en la historia la batalla final de los espartanos y su rey,
como también la victoria de la que Sófocles pudo ser participe, al lado de
Esquilo, en Salamina, de una fuerza pequeña contra una mayor, por la
libertad, razón y gloria del ser humano y de las eras venideras. De esta
manera, la unión de Grecia para esta batalla, y posterior a ella, la lucha
de una niña Antígona y de un joven Sófocles, retumban en la obra y en el
poeta de Colono, así como también en nosotros, pues la historia de la
joven refleja la naturaleza humana.




                                      13
INTRODUCCIÓN




La misión de trabajar una obra dramatúrgica tan ampliamente estudiada por
diversas escuelas del pensamiento, más que redundar sobre sus temas y
conclusiones, es proponer una visión en lo posible nueva, que tal como la
obra, forme parte de un conjunto que, en la medida de que la dificultad
del trabajo y de la pretensión misma lo permita, sea una.




Para lograr tal fin, en los primeros capítulos se realiza una exposición de
la construcción dramatúrgica de la obra, detallada en todo lo posible; la
traducción que sirve como texto guía, aunque se han consultado otras, es
la de Assela Alamillo, elaborada por ella para la editorial Gredos, aunque
para los fines del comienzo de este trabajo, tan pretensioso, hubo que
elaborar un Glosario que aparecerá al final de este estudio, y que gracias a
la compañía de otras traducciones elaboradas con su respectiva exposición
de la estructura dramática, en comparación con las definiciones ofrecidas en
este   Glosario,   sirvió,   luego   para    corroborar   las   variantes   en   las
presentaciones del corpus de la tragedia, como las ofrecidas por Julián
Motta Salas y por Jean y Mayotte Bollack, -ajustándose la de estos dos
últimos más que la de Assela Alamillo a lo que es la división adecuada de
la composición de la obra y los intereses de ésta, acordes con el
significado y orden de las partes que la componen-, para organizar la más
correcta presentación de la estructura dramática de la obra, que se expone
en los primeros capítulos de este trabajo.




Se continúa con una reconstrucción histórica de la familia, en dos capítulos,
elaborada con una amplia exposición de notas al margen, sin llevar la


                                        14
pretensión de presumir erudición,            sino más bien            con la finalidad        de
presentar lo que en el texto y la linealidad de su lectura no puede
agregarse, como lo es el exponer algunas de las variantes míticas que
sobre el mismo tema hubo.




Los siguientes cinco capítulos del trabajo presentan, con una intención muy
difícil de cumplir, varios de los problemas que se encuentran en la tragedia,
congeniando en muchos casos las interpretaciones ofrecidas con las de
antaño, aunque también rechaza en varios casos a las mismas tradiciones
del pensamiento, sin entrar en conflicto con el desarrollo de este estudio, ni
violar el texto base por servir a intereses hermenéuticos.




Concluyendo con la obra se abre un capítulo adicional que ofrece al lector
el conocimiento de lo que se siguió a la familia, que por las tragedias
conservadas,       se    puede     pensar   que   termina     allí,   que   no   tiene       más
descendencia, pero que según historiadores y mitólogos posteriores, de la
Grecia y Roma antiguas, perdura. Aunque la parte que se expondrá es la
de la descendencia directa de Edipo, pues ésta se divide en dos a partir
de Autesión, quien tiene dos hijos, un varón llamado Cresfontes Teras,
cuyo linaje será el que se expondrá en este capítulo final, por ser, como
se   ha   dicho,    el   directo    de   Edipo,   pues   el    otro    corresponde       a   los
descendientes de Argea, hermana de Teras, cuyos descendientes, por ser
ella mujer, necesariamente pierden el vínculo directo con el hijo de Layo,
aunque tendrán gran influencia en la historia de sus parientes lejanos,
como se mencionará en su momento.




                                             15
Se siguen, para concluir, dos árboles genealógicos, uno para la familia
conocida hasta las tragedias, más sus ancestros que se remontan hasta las
divinidades, y otro para lo que se sigue a la familia, su posteridad no
conocida, bien porque no se haya escrito una obra, o varias al respecto,
algo muy poco probable, dada la información que sobre ello se tiene por
historiadores y mitólogos, por lo que es más posible que sencillamente no
se hayan conservado los textos. Cabe agregar al respecto que hay ciertos
familiares que se agregarán en el primer árbol genealógico, como Electra,
hermana de Cadmo, según Pausanias; e Ilirio, hijo de Cadmo, según
Apolodoro, cuya información sólo es expuesta por estos autores.




Finalmente,   la   bibliografía,   cuidadosamente   dividida   entre   bibliografía
principal, bibliografía secundaria, revistas y enlaces de internet, que sirvieron
respectivamente como fuente de información para la elaboración de este
trabajo.




                                        16
ACLARACIÓN A LAS FUENTES




Redactar adecuadamente un texto no es tarea sencilla, más aún cuando
una de las pretensiones es dar cuenta, de manera ordenada y clara, de
toda una historia narrada por distintos autores, y por ello variada.




Son tres capítulos, dos forman parte de la historia conocida, de la cual dan
cuenta   en   parte    los tragediógrafos;      el tercero,   parte     de una       historia
lamentablemente perdida, es construido a partir de los datos históricos
proporcionados    por    historiadores    reconstructores     del     mito,   y   por    ello
mitólogos, antiguos.




Además de lo narrado por Esquilo, primer tragediógrafo conocido como tal,
que configuró el género, pese a que los orígenes de éste se remontan a
otros personajes griegos, como Tespis; Sófocles, gran promotor de El Ciclo
Tebano, aunque no el único, pero sí el más importante, por la sencillez y
el gran encanto poético de su narrativa; Eurípides, tercero, por edad y
reconocimiento de entre los tres grandes del teatro griego; que sirvieron,
indudablemente como base primordial             e indispensable para la construcción
de los dos primeros, de tres, que narran la historia de la familia de La
casa de Tebas; además de ellos, para la elaboración coherente de una
reconstrucción   histórica,   sirvieron   como     base   autores      posteriores      como
Apolodoro, Pausanias, vitales para la redacción de dichos capítulos, y casi
los únicos y principales del tercero; Ovidio y Diodoro, entre otros más
recientes, en menor medida.




                                           17
Del tercer capítulo, como se ha dicho, sus principales testigos, cuyo
testimonio permite conocer lo posterior a lo conocido de El Ciclo Tebano,
son Apolodoro por su Biblioteca, y Pausanias por su Descripción de Grecia,
en varios de sus libros.




La narrativa de estos tres capítulos, dos que están al inicio de este trabajo,
y uno que está cerca del final del mismo, está excedida de notas al pie
de página, que dan cuenta de lo que en el texto como tal no podría tener
lugar sin afectarlo. La lectura de estos capítulos, en especial de los dos
primeros, por lo desconocido del tercero, que sólo exigen la debida
referencia del lugar u obra de dónde salió, puede ser hecha perfectamente
sin ver las notas, ellas están ahí como base enciclopédica e informativa de
otras variantes del tema a tratar. Por este motivo, el trabajo a exponer
queda eximido de la mirada maliciosa de un juez crítico, que piense en
que la intención del autor es presumir erudición.




Vale decir, que como regalo, la información genealógica en las notas al pie
de página de estos tres capítulos, es recogida en dos árboles genealógicos,
separados debida y cuidadosamente, como las fuentes de donde son
extraídos.




En los capítulos posteriores, libres de cualquier intención de reconstruir y
narrar una historia, porque ya se ha hecho en los capítulos mencionados,
la cantidad de notas disminuye abismalmente, sólo aparecen en la medida
de lo justo y de lo que la memoria puede dar cuenta en el momento de la
redacción, pues las bases bibliográficas que se consultaron también es
extensa, para aclarar algún dato, o informar de que lo dicho no es una


                                     18
revelación del autor, sino que también hay otros pensadores sobre el tema
que lo han notado.




Tómense entonces, estimado lector, las notas al pie de página, su exceso
y carencia de ello, como algo bueno; dispénsese a su autor, si su
intención, por su incapacidad de incorporar lo dicho en cada nota al
margen en el texto como tal, para no afectarlo con datos que son
contradictorios, pero, que con el deseo de dar cuenta de ello, las agrega
como notas marginales para que quizá, sólo quizá, ante la posibilidad o
imposibilidad    del   lector,    eternamente     indefinido   y   posiblemente   nunca
conocido,   de    leerlas   sin   que   afecten    su   comprensión,    enriquezca   su
conocimiento al respecto, siendo ello algo grato para este autor, quizá
tedioso para aquél que no puede ignorarlas sin afectar su comprensión,
quedándole vedado el valorar la intención aquí expuesta.




                                           19
1. ESTRUCTURA DEL DRAMA




Antígona está compuesta por un prólogo (1-99); un párodo (100-161) con
anapestos (110-116, 127-134, 141-147, 155-161); cinco episodios (162-331;
384-581; 631-780; 806-943; 988-1114), con anapestos los primeros dos y el
cuarto (155-161, 526-530, 817-822, 834-838, 929-930), más un kommós
(806-875) y un épodo (876-882); cinco estásimos (332-383; 582-630; 781-
805; 944-987; 1115-1154), con anapestos los primeros tres (376-383, 626-
630, 801-805), el quinto estásimo es un hipoquerma que hace las veces de
estásimo; un éxodo (1155-1352) con un kommós (1261-1276), y un epílogo
(1347-1353).




Prólogo 1-99




Inicia a la madrugada del día siguiente en que ambos hermanos, Polinices,
uno de los siete comandantes del ejército Argivo, y Eteocles, rey de
Tebeas y uno de los siete comandantes del ejército Tebano, se dan mutua
muerte en combate. A raíz de esto, Creonte se convierte en el nuevo rey,
y ordena que Eteocles, que murió en defensa de la ciudad, sea enterrado
con todos los honores, mientras a Polinices, que murió como un traidor,
asediando a su tierra madre, le condena a permanecer insepulto, para que
los perros y las aves rapaces le devoren; de igual modo, prohíbe que lo
lloren. A raíz de este edicto, Antígona convoca a su hermana Ismene para
que hablen fuera del palacio, donde luego de contarle lo que piensa hacer,
apelando a la lealtad familiar, le pide que la acompañe en su obrar,
enterrar al condenado; pero Ismene, perfecta personificación de la esencia y
posición de la mujer Ateniense de la época, se rehúsa a ayudarla,


                                     20
intentando convencerla de desistir de sus intenciones, en vano, cuando
luego de apelar a la memoria (v. 49-57), expone la condición de ambas y
su posible destino (v. 58-64), lo cual, sólo consigue molestar a Antígona,
quien ve en las palabras de su hermana pretextos que le producen
desafecto, y que decide ignorar para continuar con sus intenciones.




Párodo 100-161 (Anapestos 110-116, 127-134, 141-147, 155-161)




Compuesto por dos estrofas y dos antistrofas, narra, en voz del Coro, que
se presenta desconociendo el edicto de Creonte, el regocijo que se siente
por la reciente victoria de Tebas frente a Argos el día anterior al actual,
mientras piensa ir de noche      a celebrar dionisiacamente (v. 148-154).
Además de ello, se mencionan los símbolos patrios de ambas tierras en
disputa, de Tebas, el dragón, de Argos, el águila, más una primera alusión
a Creonte como nuevo rey (v. 155-158).




Primer episodio 162-331




Se presenta Creonte como nuevo rey de Tebas, luego de salir del palacio
rodeado de su escolta, éste, apelando a la lealtad civil, contraria a la
lealtad familiar a la que Antígona apela ante su hermana, agradece al Coro
por la misma que ha tenido con los antiguos gobernantes (v. 165-174), y
luego de exponer en su discurso, de una manera sublime, su profunda
sabiduría del poder, del gobernante (v. 175-183), donde trata la importancia
del bienestar público sobre el privado, informa al Coro, hasta entonces
ignorante de su edicto, sus deseos de enterrar honrosamente a Eteocles, y


                                     21
dejar insepulto a Polinices, para que sea devorado por los perros y las
aves de rapiña. Aunque no está de acuerdo con la decisión de Creonte, el
Coro lo acepta, sumiso.




A continuación, se presenta un Guardián, quien, tras mucho vacilar, por
temor a las consecuencias, se presenta ante Creonte y le informa de las
malas noticias, que alguien desconocido esparció un polvo seco, fino, sobre
el   cadáver   de   Polinices,    y   le   rindió   los   debidos   ritos    (v.    245-247),
marchándose sin dejar huella. Esto enfurece a tal punto a Creonte que
cree que unos conspiradores que están en contra de él y de su decreto,
financiaron tal acción. Luego de exponer su pensar frente al dinero y sus
consecuencias en y para el ser humano (v. 295-303), despide al Guardián,
amenazándolo con que nada bueno le espera a él y a sus compañeros, si
no descubren pronto al transgresor de la ley contra Polinices; acto seguido,
Creonte acusa al Guardián de haberse dejado sobornar, por lo que ambos,
confrontando sus posturas, se defienden y critican, algo de lo que el
Guardián sale bien librado, entregándose al final, al destino y la merced de
los dioses (v. 327-331).




Primer estásimo 332-383 (Anapestos 376-383)




Dedicado el Coro a exaltar al ser humano por sus mañas, el ser más
asombroso      de   cuanto       existe,   capaz     de    gobernarlo       todo,    aunque
inmediatamente resalta que pese a sus mañas, es incapaz de escapar a la
muerte; que posee grandes habilidades, inimaginables, que puede encaminar
al bien o al mal, condenando a este último, el que obra mal, al destierro,




                                            22
deseando que nunca le acompañe: “¡que no llegue a sentarse junto a mi
hogar ni participe de mis pensamientos el que haga esto!” (v. 373-375).
Después, el Coro manifiesta su dolor, luego de reconocer a Antígona,
capturada por el Guardián.




Segundo episodio 384-581 (Anapestos 526-530)




Antígona es expuesta por el Guardián, quien narra cómo y qué hizo para
capturarla, a la vez que se atribuye todo el mérito, ante Creonte; éste
último   le   pregunta   a   la   joven   si    tiene   conocimiento   del   edicto   que
recientemente decretó, recibiendo no sólo una respuesta afirmativa, sino
también una magistral defensa (v. 449-452), para su obrar, sintiendo pesar
de no hacerlo. A raíz de esto el Corifeo exalta su carácter en relación con
sus orígenes, lo cual molesta a Creonte, que encuentra ahora dos faltas en
Antígona, violar la ley y estar orgullosa de ello, lo que lo aferra más en su
decisión de no ceder, pues perdería poder, virilidad (v. 484-485), frente a
un ser política y socialmente inexistente.




La historia continúa y ninguno de los dos, Creonte y Antígona, cede; la
joven sigue revelando su carácter, piensa y obra distinto a los demás (v.
510-511), porque afirma haber nacido para amar, no, como su opuesto,
para odiar (v. 523).




A continuación, Ismene es traída por dos esclavos; ella, sufriendo por la
situación de su hermana, se atribuye una parte de la culpa, con el fin de
compartir el destino de Antígona, aunque ésta, firme en su decisión, le


                                           23
niega tal posibilidad, pues obró sola y no quiere que ahora Ismene se
atribuya algo que no hizo, por amar sólo de palabra, no de acto, lo que
para Antígona no es amor (v. 543). Ismene obra así por temor a quedar
sola (v. 548 y 566), pero al serle negado esto, opta por defender a
Antígona, apelando al hecho de que es la prometida de Hemón, hijo de
Creonte (v. 568), lo que también hace el Corifeo (v. 574), en vano, pues la
decisión está tomada, la ley debe cumplirse y Antígona debe morir; por
ello, sin más, Creonte ordena encerrar a las hermanas, confiando en que
presas, les es imposible huir, pues “incluso los más animosos intentan huir
cuando ven a Hades cerca de su vida” (v. 580-581).




Segundo estásimo 582-630 (Anapestos 626-630)




Compuesto por dos estrofas y dos antistrofas, narra con dolor, cómo se
pierde la esperanza de terminar con la maldición de los Labdácidas, al
estar Antígona condenada, un destino que sólo terminará cuando todos los
descendientes de Edipo mueran. Aunque no se menciona a           Creonte, se
hacen muy sugerentes las críticas a éste, cuando, mediante una sentencia
se dice: “lo malo llega a parecer bueno a aquel cuya mente conduce una
divinidad hacia el infortunio, y durante muy poco tiempo actúa fuera de la
desgracia” (v. 622-625).




Los dioses juegan un papel muy importante al ser los guías, conductores
sin tregua, hacia el infortunio, la consumación del destino de una maldición.
Se anuncia la presencia de Hemón.




                                     24
Tercer episodio 631-780




Se presenta Hemón ante su padre, con la intención de salvar a Antígona,
en ello se refleja la gran pericia de Sófocles, al poner en voz de Hemón,
no a un amante dolido, desesperado y molesto, por el destino que Creonte
ordena para Antígona, sino, a un joven tranquilo, cauteloso en su hablar,
pues procura ser respetuoso y fiel a su padre, mientras, con sutileza lo
critica e informa de la situación en que se halla la ciudad, la cual apoya a
Antígona.




La sutileza y el apoyo de Hemón, en un inicio hacen sentir a Creonte
orgulloso, pues continúa creyendo que su causa o proceder es el correcto,
el justo, porque Antígona ha obrado con anarquía, el peor de los males (v.
672-677), y que su hijo, a pesar de estar comprometido con la joven, no
ha perdido la cabeza por amor a ella, sino que apoya a su padre, lo cual
para Creonte es lo que se debe hacer, pues “al que la ciudad designa se
le debe obedecer en lo pequeño, en lo justo y en lo contrario” (v. 666-
667).




A causa de la férrea decisión de Creonte a ceder y perdonar a Antígona,
y del empeño de Hemón en interceder por ella, Creonte comienza a ver un
enemigo     en   su   hijo,   se   siente   amenazado,       y   responde   a   ello   con
amenazas.    Ante     esta    conducta      de    Creonte,   Hemón,   enfurecido,      sale
precipitadamente.




                                             25
Acto seguido, el Corifeo pregunta a Creonte si aún pretende dar muerte a
ambas hermanas, respondiendo este último que no, sólo a Antígona,
ocultándola viva “en una pétrea cueva, ofreciéndole el alimento justo, para
que sirva de expiación sin que la ciudad entera quede contaminada” (v.
774-776), confiando que con ello, la joven entienda que “es trabajo inútil
ser respetuoso con los asuntos de Hades” (v. 780), mostrando así su falta
de respeto y desafío con los dioses infernales, más, un cambio en su
decisión frente a la manera de castigar a la niña, prefiriendo en vez de
lapidarla   públicamente,   como   antes    había   decretado   hacer   con   quien
transgrediera su ley (v. 36-37), enterrarla viva y alimentarla, para así, tanto
él como la ciudad queden libres de culpa.




Tercer estásimo 781-805




Compuesto por una estrofa y una antistrofa, es un bello canto donde se
exalta y evoca a Eros, sus capacidades y alcances; el amor como la
fuerza que enloquece a quien lo posee y, como el culpable de la disputa
entre Hemón y Creonte, por la joven transgresora de la ley; todo producto
de Afrodita.




El Coro siente lastima por Antígona, dirigiéndose a su encierro pétreo.




Cuarto episodio 806-943 (Anapestos 801-805, 817-822, 834-838, 929-930;
Kommós 806-875; épílogo 876-882)




                                       26
Este episodio está compuesto de dos partes; la primera, es un Kommós en
donde Antígona, dialogando con el Corifeo, se lamenta por su vida y
destino; esta parte llega hasta el verso 882, y está constituida por tres
estrofas y tres antistrofas, con anapestos, más un épodo. En esta parte,
Antígona, conducida por dos esclavos, le comunica a los ciudadanos de
Tebas que se dirige a su destino, pero que irá viva al Hades, “a la orilla
del río Aqueronte”, sin casarse. En ello, se compara con Níobe. Aunque el
Coro intenta consolarla, hablándole de la forma en que se dirige al Hades
y de la fama de que goza y gozará pues, “aún muriendo es glorioso oír y
decir que has alcanzado un destino compartido con los dioses en vida y,
después, en la muerte” (v. 817-822 y 836-838).




Ahora, cerca de entrar en la tumba pétrea, Antígona lamenta su destino y
el de su familia, la maldición y lamentos renovados, su nacimiento, la boda
de su hermano, y su muerte en vida sin casarse; recibiendo un extraño
consuelo del Corifeo, porque aunque éste le reconoce respeto por su
piedad, le dice que no se puede transgredir la autoridad del gobernante, y
que ella obró impulsivamente.




Como despedida, Antígona manifiesta que nadie la acompaña en su dolor,
deplora su destino, ni la llora.




En la segunda parte, sale Creonte del palacio, ordena el pronto encierro de
Antígona, y manifiesta su pureza y la de su familia, frente a la joven
mancillada. Por su parte, Antígona, evitando hablar de Ismene, se presenta
a sí misma como “la única que queda de las hijas de los reyes”; justifica


                                    27
su obrar frente al fallecido, insepulto, pues sólo habría hecho lo que hizo
por él porque , “si un esposo muere, otro podría tener, y un hijo de otro
hombre si hubiera perdido uno, pero cuando el padre y la madre están
ocultos en el Hades, no podría jamás nacer un hermano” (v. 908-912), un
hermano del que además antes ha dicho a su hermana, que ama y la
ama, y a quien debe honrar pues se pasa más tiempo con los muertos
que con los vivos. Por esto, y aunque por obrar con piedad es juzgada
como impía, Antígona comienza a cuestionarse, desde su obrar y su
castigo, hasta a quién puede apelar, concluyendo que si obró en contra de
los dioses, admitirá su error, de lo contrario, maldice, les desea un mal
semejante al suyo a sus verdugos; después es encerrada.




Cuarto estásimo 944-987




Está compuesto por dos estrofas y dos antistrofas, donde, con Antígona
encerrada, el Coro compara a los miembros vivos de la Casa real de
Tebas, con antiguos personajes de sangre real, lo cual nos ofrece no sólo
una visión presente, sino también, una visión anticipada de lo que sucederá
a la familia.




Quinto episodio 988-1114




Entra Tiresias, guiado por un joven. Se presenta ante Creonte, quien hasta
ese momento ha confiado en el buen juicio del adivino, mas, ello cambia
una vez que el anciano le comenta las malas noticias, de un funesto
destino que se aproxima a raíz del edicto proferido, y de su empeño en


                                    28
sostenerlo porque, con ello el nuevo rey ve en el anciano a un mercenario
que   obra   en   contra   suya,   en   favor   de   los   injustos,   pidiéndole   que
recapacite pues todos erramos, pero es de sabios, sensatos, corregir, y
ordena por ello el entierro de Polinices, pues no sirve castigar a un
muerto, y, vaticinando grandes y terribles desgracias, como que pronto,
Creonte, a raíz de su error para con Antígona y su hermano, pagará por
sus muertes con uno de sus hijos; asimismo las Erinias, poderosas e
infatigables vengadoras del Hades, lo acecharán, lo harán sufrir, y poco
después, las ciudades cuyos cadáveres tuvieron el destino que Creonte
decretó para Polinices, permanecieron insepultos para ser devorados por los
perros y las aves de rapiña, se aliarán contra él. Dicho todo lo anterior,
Tiresias, ante la obstinación a ceder por parte de Creonte, decide dar por
terminado el acalorado discurso que sostuvo con éste, y marcharse para
que así el insensato obre según su voluntad, y así aprenda al sufrir.




Se presenta el Corifeo, anunciando la partida del adivino, recordando que él
nunca predijo falsedades.




La presencia del Corifeo y sus palabras tienen un efecto hasta ahora no
logrado, y en apariencia imposible, hacen que Creonte recapacite, pues, con
dolor, frente al dilema de la situación de hecho, entre sufrir o ceder, decide
pedir consejo al Corifeo, quien le aconseja lo mismo que Hemón y Tiresias,
enterrar a Polinices y liberar a Antígona (v. 1100-1101), pronto, pues los
dioses castigan rápido (V. 1103-1104).




Se presenta ahora un Creonte distinto, agobiado, que desiste de su orden,
porque “no se debe luchar en vano contra el destino” (V. 1106), y ordena


                                         29
tomar hachas e ir donde yace Polinices, mientras él se dirige donde
Antígona para estar presente en su liberación del mismo modo como lo
estuvo en su encierro; un Creonte que ahora, cambiando de opinión, de
creencia, teme que     “lo mejor sea cumplir las leyes establecidas por los
dioses   mientras   dure   la   vida”   (v.    1113-1114).   Antígona   se   convierte
entonces en la gran vencedora.




Hipoquerma o quinto estásimo 1115-1154




Compuesto por dos estrofas y dos antistrofas, es un canto alegre, donde
se invoca al gran dios de la festividad, que habita y protege la ciudad de
Tebas, Baco (Dionisio), como purificador, expiador, de la desgracia (v. 1137-
1154), advirtiéndose con ello un gran contraste entre la situación actual del
Coro con el de antes, cuando pensaba invocar a Dionisio, pero para
celebrar la reciente victoria de la ciudad de Tebas (v. 148-154). Aunque el
canto está motivado por el arrepentimiento de Creonte, al decidir enterrar a
Polinices y liberar a Antígona, es muy tarde ya, la catástrofe se aproxima.




Éxodo 1155-1353 (Kommós 1261-1276; Epílogo 1347-1353)




Se presenta un mensajero, portador de malas noticias, para informar que
Hemón se ha suicidado por causa de su padre. Aparece Eurídice, esposa
de Creonte y madre de Hemón, escucha que algo malo ha sucedido, no
tiene idea de qué fue, pero quiere saberlo sin importar de qué se trate. El
Mensajero accede a repetir lo dicho, sin omitir detalle; le dice a la reina,
que acompañó al rey hasta lo alto de la llanura, donde yacía aún


                                          30
destrozado por los perros, sin obtener compasión, el cuerpo de Polinices (v.
1196-1198); le suplicaron a Hécate y Plutón que contuvieran su cólera,
fueran piadosos, lavaron el cuerpo con agua purificada, cremaron lo que
quedaba de él y le cubrieron con un túmulo de tierra.




Luego de rendir honores al cuerpo de Polinices entran a la cueva donde
está encerrada Antígona. Creonte escucha la voz de su hijo, y ordena a
los Criados revisar si es él en efecto. Tras revisar, encuentran a Antígona
muerta, de una manera similar a su madre, suicidada por ahorcamiento, y
a su prometido a su lado, vivo, lamentando lo sucedido, pero, una vez que
observa a su padre, le escupe e intenta asesinarlo con su espada, mas,
como falla, enfurecido consigo la usa para suicidarse. Agonizando, estrecha
en un abrazo a Antígona y muere a su lado, hecho que pudo haberse
evitado, si Creonte hubiera ido en primer lugar a liberar a la joven, como
había dicho, en vez de desviarse para rendirle los ritos funerarios al
cadáver de Polinices.




Sin pronunciar palabra tras escuchar al Mensajero, Eurídice se retira, entra
al palacio. Este silencio de la reina inquieta al Corifeo, quien ve en ello
algo   funesto.   Aunque   igualmente   inquieto,   el   Mensajero   piensa   algo
diferente, que la reina se retiró a sufrir sola su perdida, y ya que goza de
cordura, no cometerá un error, aun así, propone al Corifeo entrar al
palacio, para despejar las dudas.




Aparece Creonte, y con él, se inicia un diálogo compuesto por tres estrofas
y tres antistrofas donde, él mismo se culpa por todo, por sus errores y por
la muerte de su hijo, pero también culpa a un dios por su crueldad y


                                        31
desgracia, la misma que aumenta una vez que el Mensajero regresa del
palacio, portando la noticia de la muerte de Eurídice, por mano propia,
hiriéndose con un cuchillo bajo el hígado, maldiciendo a su esposo antes
de morir. Este último golpe destroza a Creonte, quien sin más, pues lo ha
perdido todo, quedándole sólo la culpa, sintiéndose como nadie, desea que
lo lleven lejos, pidiendo repetidamente la muerte, sin encontrar consuelo
pues, el Mensajero lo culpa por todas las muertes, y el Corifeo, le dice
como primera de dos sentencias, que no suplique “ahora nada. Cuando la
desgracia está marcada por el destino, no existe liberación alguna para los
mortales.” (v. 1337-1338). Como segunda, y que se podría denominar como
la máxima de la obra, que “la cordura es el primer paso de la felicidad.
No hay que cometer impiedades contra los dioses. Las palabras arrogantes
de los que se jactan en exceso, tras devolverles en pago grandes golpes,
les enseñan en la vejez la cordura” (v. 1348-1353).




                                    32
2. EL DRAMA DE ANTÍGONA




Descendiente de Cadmo y heredera de la maldición de los Labdácidas, de
La     Casa de     Tebas,    Antígona,    en    compañía    de   su   hermana      Ismene,
constituye     la última ramificación maldita de la descendencia de Edipo, en
unión con su esposa y madre Yocasta.




El drama de Antígona se remonta mucho más atrás de la historia que lleva
su nombre, escrita por Sófocles; va más atrás del suicidio por ahorcamiento
de su abuela y madre Yocasta, y del enceguecimiento y destierro de su
padre y hermano Edipo, en Edipo Rey1; de la dramática y misteriosa
muerte del mismo en Edipo en Colono; del mutuo asesinato de sus dos
hermanos, Eteocles y Polinices, en aquella querella en donde los ejércitos
de Argos, comandado por Polinices, y de Tebas, bajo el mando de
Eteocles, se enfrentaron, narrado por Esquilo en Los siete contra Tebas,
cuyos sucesos, aunque brevemente informados en la historia de Antígona
(v. 100-154), constituyen el eje central sobre el cual gira toda la historia de
la joven.




El     drama     de     Antígona   se    remonta    mucho     más     atrás   de    dichos
acontecimientos, lo hace hasta Agenor, semidiós, hijo de Libia2 y Poseidón,

1
     Su nombre original es Edipo tirano (       oσς ηύραννoς), porque en griego, la palabra
Týrannos guardaba ambos significados, el de rey y el de tirano, como gobernante, así se
ve por ejemplo en Homero, cuando en la Odisea XVIII 85, se refiere a Équeto.
2
     Libia es hija de Épafo, hijo de Zeus e Ío, y de Menfis, hija de Nilo; hermana de Tebe,
de la cual se deriva el nombre de Tebas, y de Lisianasa. Con Poseidón además de
Agenor, tiene a Belo.



                                               33
cuya hija, Europa, fue seducida por Zeus, quien tomando la forma de un
toro blanco la llevó hasta la isla de Creta, donde se unió a ella luego de
revelarle su identidad, concibiendo como fruto de dicha unión a Radamantis,
Minos3 y Sarpedón. Ante la desaparición de Europa, Agenor envía a sus
hijos, Fénix, Cílix y Cadmo en su búsqueda, prohibiéndoles regresar sin
ella; en ello además les acompañan su madre Telefasa, y Taso, hijo de
Poseidón, pero al ser incapaces de lograr su cometido deciden no regresar
a su hogar, y en cambio se establecen en diferentes regiones, cuyos
nombres llevan: Fenicia, por Fénix; Cilicia, por Cílix; mientras que, Taso,
Cadmo y su madre, vivieron en la región de Tracia, donde, en una isla,
Taso fundó una ciudad con su nombre4. Tras la muerte y posterior entierro
de Telefasa, Cadmo va al oráculo de Delfos5 para consultar por su

3
    Tras vencer en una lucha con sus hermanos por el amor de un muchacho llamado
Mileto, hijo de Apolo y Aria, aunque tal vez haya sido por Atimnio, hijo de Zeus y
Casiopea. Luego de la muerte de su padrastro Asterio, Minos se convierte en rey de
Creta y se casa con Pasífae, hija de Helios y Perseide, con quien concibe cuatro hijos,
Deucalión, Androgeo, Glauco y Catreo, y cuatro hijas, Acale, Jenódice y Fedra, Ariadna,
con quien se casa el héroe Teseo, asesino de Asterio, no el padre adoptivo de Minos,
sino el llamado Minotauro, que significa “el toro de Minos”, hijo fruto del amor zoofílico de
Pasífae con un toro, en castigo de Poseidón a Minos por no sacrificar al bello animal que
la deidad le otorgó con la promesa de aquél de sacrificarlo en su honor y que lo afirmaba
como rey. Derrotados, Radamantis, más tarde, huye a Beocia y desposa a Alcmena tras la
muerte de su esposo Anfitrión, con quien en una misma noche luego de acostarse con su
esposo Anfitrión, concibe a Ificles, y con Zeus disfrazado de Anfitrión, a Heracles; Mileto
por su parte, funda una ciudad con su nombre en Caria; Sarpedón gobierna en Licia, tras
aliarse con Cílix en la batalla contra ellos (Apolodoro: Biblioteca III 1,2-3; Robert Graves:
Los mitos griegos, I: 88. Minos y sus hermanos). Tras su muerte, Minos gobierna en el
Hades como uno de los tres jueces, en compañía de su hermano Radamantis, que es
otro juez.
4
    Apolodoro, Op. Cit., III 1.
5
    El Oráculo de Delfos era el santuario más famoso e importante de Grecia; era tal su
importancia, que, además de ser muy citado en las tragedias, se le consideraba incluso
como el ombligo del mundo, como se puede ver en Los siete contra Tebas de Esquilo (v.



                                             34
hermana; luego de consultarlo, éste le responde que cese de su búsqueda
pues no la hallará, en cambio le aconseja fundar una ciudad, justo en el
punto donde una vaca, que debía hallar y seguir, que porta el signo de
una luna llena en cada uno de sus costados, cayera agotada. Donde cae
el animal, Cadmo, obedeciendo al Oráculo, funda una ciudad, Tebas, donde
erige una imagen de Atenea, pero que, buscando agua sagrada para
sacrificar al animal en honor a la diosa, envió a sus hombres, sin saberlo,
a un terrible destino, pues casi todos perecieron al ir por el agua a la
fuente de Castalia, perteneciente a Ares, custodiada por un Dragón6, al que


746-747). Este oráculo estaba regido por Apolo. Sobre este oráculo de Apolo, hay tres
versiones, una de Esquilo, que narra que perteneció antes a la titán Gea, “la primera
adivina”, después a Temis, su hija, y por último a Febe, otra de sus hijas, que le
obsequió el oráculo a Apolo cuando nació (Esquilo: Euménides 1-9); la segunda, es de
Pausanias, que, aunque concuerda con Esquilo en que perteneció primero a Gea, agrega
que ésta nombró como su profetisa a Dafnis o Dafne, una de las ninfas que viven en el
monte, enamorada de Apolo, de la que se deriva la función del Laurel en el culto de esta
deidad, pues la etimología de Dafnis o Dafne significa “Laurel”, (una de las dos ramas,
pues la otra es el olivo, con que se coronaba a los mensajeros que traían buenas
noticias, como se puede ver en Edipo rey (v. 84); el laurel era colocado en los altares por
los suplicantes y retirada de allí una vez que su suplica era satisfecha; también, era el
árbol sagrado de Apolo); difiere en dos cosas, en la primera, que es la tercera versión,
cita un poema de Museo, hijo de Antiofemo, llamado Eumolpia, donde se dice que el
oráculo era compartido por Gea y Poseidón, cuyo servidor en los oráculos y profecías era
Pircón; en la segunda, en que Temis, es la que es la que le entrega el oráculo a Apolo,
y que éste le dio a Caluria a Poseidón, a cambio de su parte del oráculo. (Pausanias:
Descripción de Grecia X 5,5-6).
6
    Apolodoro, Op. Cit., III 4. Según Ovidio, no es un dragón, sino una gran serpiente de
piel azulada, coronada por una cresta de oro, hija de Ares, de ahí también la furia del
dios contra Cadmo, con su cuerpo lleno de veneno, ojos ardientes, tres lenguas y tres
filas de dientes, más un cuerpo tan largo como “el de la serpiente que separa la Osa
Mayor de la Osa Menor” (Ovidio: Metamorfosis III 26-130). El dragón, sin mención de su
posible parentesco con Ares, como guardían de la fuente, es mencionado por Pausanias
en Descripción de Grecia IX 10,5. Independiente de si hay o no relación familiar entre la



                                            35
más adelante en venganza por sus hombres, Cadmo asesina, por lo que
Ares furioso exige un castigo para el verdugo de su Bestia, siendo Cadmo
condenado a servir durante un año perpetuo, equivalente a ocho años7, al
belicoso dios. Antes de ser condenado, tras haber asesinado al Dragón de
Ares, Atenea le aconseja a Cadmo que entierre los dientes de la Criatura,
de los que nacen los Espartos (Espartanos), u hombres sembrados8, de los
cuales sólo sobrevivieron cinco tras una intensa batalla fratricida: Udeo,
Peloro, Hiperenor, Ctonio y Equión9.




Luego de cumplir con su castigo, Cadmo se casa con Harmonía, diosa, hija
de Ares y Afrodita, boda a la que asisten todos los dioses10 y de cuya
unión nacieron cuatro hijas, Autónoe11, Ino12, Ágave13 y Sémele14, y dos

bestia y la bélica deidad, Eurípides en las Fenicias 931-936, dice que esta última odia a
los Cadmeos por la muerte del reptil.
7
     Apolodoro, Op. Cit., III 4,2.
8
     Eurípides: Fenicias 938-941. De estos dientes del dragón, Atenea guarda algunos, que
son los que más adelante, en el mito del Vellocino de oro, sembrará el héroe Jasón,
como parte del desafío impuesto por Eetes, padre de Medea y Rey de Colcos, con la
promesa de entregarle el Vellocino.
9
     Apolodoro, Op. Cit., III. 4,1; Pausanias, Op. Cit., IX 5,3. También Ovidio habla de esto,
con la diferencia de que él sólo menciona de los cinco Espartos, a Equión, (Ovidio, Op.
Cit., III 26). Equión será el esposo de Ágave, una de las hijas de Cadmo y Harmonía, y
a su descendencia, tres generaciones más adelante, pertenecerán Creonte y Yocasta.
10
     Pausanias, Op. Cit., III 18,12; Eurípides: Fenicias 822.
11
     Autónoe tiene con Aristeo, a Acteón, Criado por el centauro Quirón y adiestrado por el
mismo en el arte de al caza, fue devorado por sus perros al ser convertido en ciervo por
haber visto desnuda a Artemisa mientras se bañaba. (Ovidio, Op. Cit., 138-252; Apolodoro,
Op. Cit., III 4,4; Pausanias, Op. Cit., IX 2,3). En la misma parte referida de Apolodoro, el
autor expone otra versión de la historia, la de Acusilao, para el cual la muerte de Acteón
no fue producto de Artemisa, sino de Zeus, furioso porque el joven pretendía a Sémele;
mientras que Pausanias, igual, en la misma parte citada, mencionando la versión de
Estesícoro de Hímera, concuerda en una parte con la segunda versión planteada por



                                                36
Apolodoro, dice que Acteón murió para impedir su boda con Sémele, pero no por obra de
Zeus, sino de Artemisa, y no convertido en ciervo, sino cubierto con una de dicho animal,
por la diosa. Por otra parte, según Eurípides en las Bacantes 339-342, dice que el motivo
de tan cruel final para Acteón, se debió a que se jactaba de ser mejor en la caza que
Artemisa.
12
     Ino, esposa de Atamante, tuvo de él dos hijos, Learco y Melicertes, muertos a manos
de su propio padre; es una deidad marina también llamada Leucótea; protege a Dionisio
de la furia de Hera; convenció a su esposo para que sacrificara a sus dos hijos, Frixo y
Hele, nacidos de su anterior esposa, Néfele, mas, antes de ser sacrificados, son salvados
por un carnero con la piel del vellocino de oro enviado por Zeus (Pausanias, Op. Cit., IX
34,5 y 7); como deidad es alabada, incluso, en el camino desde Étilo hasta Talamas, hay
un santuario de ella y un oráculo, al que se consulta durmiendo, y en ello, en sueños, la
diosa revela todo lo que se quiere saber. (Pausanias, Op. Cit., III 26,1).
13
     Ágave, hermana de Sémele, es una de las bacantes, las mujeres que rinden culto al
hijo de su hermana, Dionisio, guardando además, los secretos de dicho culto con alto
recelo, hasta tal punto, que Ágave es capaz de asesinar a su propio hijo, Penteo,
enloquecida por Dionisio, como castigo por espiarlas en medio del ritual, y por ser impío
con la deidad. La manera de asesinar de las Bacantes, aunque es bastante cruel, está
perfectamente relacionada con la muerte del mismo dios al que rinden culto, pues
descuartizan a su víctima, del mismo modo en que la deidad adorada lo fue de bebé.
Sobre este tema, Eurípides escribe una tragedia, Las Bacantes, también lo hace Teócrito,
en su poema con el mismo nombre, Las Bacantes; al parecer, según cuenta José María
Lucas De Dios (Sófocles: Fragmentos. BCG Págs. 79-80), Sófocles también escribió una
obra con el mismo nombre de la que no se conserva ningún fragmento, más allá de una
didascalia encontrada en el papiro de Oxirrinco 2256, fr. 3; de igual manera, al parecer,
trató el mismo tema Esquilo en su obra también perdida, Penteo. La muerte de Penteo
también es narrada en las Fenicias 1043-1147, de Eurípides, donde se dice además, que
Ágave confundió a su hijo con un león, mientras que en otra versión, del mismo destino
de la víctima, la Metamorfosis 701-731, de Ovidio, se dice que lo tomó por un jabalí; por
su parte, sin especificar, Apolodoro dice en su Biblioteca III 5,2, que con una fiera; según
este último autor en la misma obra, una muerte similar a la de Penteo, como castigo por
la misma impiedad de éste con Dionisio, recibe Lábdaco (5,5).
14
     Sémele en unión con Zeus tuvo a Dionisio, (Pausanias, Op. Cit., IX 5,2), a causa de
esto, engañada por Hera que, furiosa por la infidelidad de su esposo se le aparece como
su nodriza Béroe, le pide a Zeus que se le presente en la forma como estuvo en la boda



                                             37
hijos, Polidoro15 e Ilirio16; como obsequios a su unión, la joven recibe por
parte de su madre un collar de oro elaborado por Hefesto, que daba una
belleza irresistible; mientras que, por parte de Atenea, una túnica o peplo
dorada que daba dignidad divina. Pese a la unión humana y divina ambos
esposos estaban malditos, por un lado, el de Harmonía, por el odio de
Hefesto, por ser el fruto de la infidelidad de su esposa con su hermano;
por el otro, el de Cadmo, por Ares, al no perdonar el asesinato de su
Bestia17. A causa de tal maldición, con los años Cadmo tuvo que renunciar
a su reino, cediéndoselo a su nieto Penteo, hijo de Ágave y Equión, tras
cuya muerte fue sustituido por Lábdaco, hijo de Polidoro y padre de Layo.
Este último, bisnieto de Cadmo, rey de Tebas, esposo de Yocasta18 y




con su esposa, (Ovidio, Op. Cit., III 273-298), muriendo de terror ante su presencia, por lo
que el dios extrae de su cuerpo a su hijo y lo cose a su muslo hasta que nace.
(Apolodoro, Op. Cit., III 4,3). Según Eurípides Sémele muere por un rayo, apresurándose
entonces el nacimiento de Dionisio, por lo que Zeus lo cose a su muslo hasta que la
Moira cumplió el plazo. (Eurípides: Bacantes 1-4; 610; 88-104; 243-246; 286-291; 520-529).
Según el orfismo, Dionisio no es hijo de Sémele y Zeús, sino del dios, de manera
incestuosa, con su hija Perséfone, como se puede ver en el himno XXX. A Dionisio.
15
     Apolodoro, Op. Cit., III 4,2; Hesíodo: Teogonía 975-978.
16
     Ilirio es el hijo más joven de Cadmo y Harmonía, nace en Iliria, tiempo después de
que los Ilirios fueran vencidos por el ejército comandado por sus padres. (Apolodoro, Op.
Cit., III 5,4).
17
     Sobre el odio de Ares a Cadmo y su descendencia por asesinar a su Dragón, véase
Eurípides: Fenicias 930-936.
18
     Homero en la Odisea, por voz de Odiseo, la llama Epicasta (Homero: Odisea XI 271-
280). Asimismo la nombra en dos ocasiones Pausanias en Descripción de Grecia, en la
primera (IX 5,10-11), donde se ven las dos versiones de un mismo nombre, (Yocasta=
Epicasta), citando a Homero, para sustentar una creencia que tiene sobre el origen de los
hijos de Edipo; en la segunda (IX 26,3), para exponer otra hipótesis que tiene acerca de
la Esfinge. De igual manera, Apolodoro en su Biblioteca reconoce ambas versiones del
mismo nombre (III 5,7).



                                               38
padre de Edipo, una vez que fue desterrado de su reino19, el de las siete
puertas20, y recibido en Pisa por Pélope, se enamora del hijo de aquél,
Crisipo, un niño reconocido por su gran belleza, y lo rapta una vez que su
destierro fue anulado. A raíz de ello Pélope maldice a Layo, aunque
cuando se dirige hacia Tebas para recuperar a su hijo, este último es
asesinado21.




A causa del hecho impío de Layo, Hera, protectora de la familia, envía a
la terrible Esfinge22 para que azote a la ciudad de Tebas, de dos maneras,



19
     Layo es desterrado de Tebas por Lico; este último, hermano de Nicteo, llegó en su
compañía a Tebas        huyendo de Eubea por haber asesinado al hijo de Ares y Dotis,
Flegias. Por su amistad con Penteo, obtuvieron la ciudadanía Tebana. Nicteo, tras la
muerte de Polidoro, crió a su hijo Lábdaco, aún siendo un niño, pero se suicidó por causa
de su hija Antíope, al quedar en cinta de Zeus, por lo que Lico le reemplazó en el
cuidado de Lábdaco hasta que creció y pudo gobernar,         pero, como éste murió poco
tiempo después, le encomendó de nuevo a quien fue su tutor, Lico, criar a su hijo, Layo,
pero, en esta segunda ocasión, no cedió el poder, y Layo tuvo que huir, hasta que Zeto
y Anfión vencieron en batalla a Lico, unieron las dos ciudades de Tebas, la Ogigia y la
Cadmea durante su gobierno, y Layo recuperó su poder tras sus muertes. (Pausanias, Op.
Cit., IX 5,4-7; Apolodoro, Op. Cit., III 5,5-7).
20
     Epíteto de Tebas, debido a la arquitectura misma de la ciudad; también es llamada la
rica en carros. Según cuenta Pausanias, Op. Cit., (IX 18,5-6), la ciudad de Tebas era muy
rica porque los tebanos trajeron los huesos de Héctor desde Troya, según se los pidió un
oráculo, y los enterraron junto a la fuente llamada Edipodia, denominada así porque en
ella se lavó Edipo las manos luego de asesinar a su padre.
21
     Sobre la muerte de Crisipo, según varias versiones de diferentes autores, Layo es
inocente, un ejemplo de esto se encuentra en Pausanias, Op. Cit., VI 20,7, donde
Hipodamía se retira de Pisa, lugar en el que gobierna con Pélope, hacia Midea en la
Argólide, pues éste, su esposo, está muy molesto con ella a causa del deceso de su hijo.
22
     La Esfinge era una bestia con cuerpo de león, en su cola, pecho y patas; cara de
mujer y alas.



                                                   39
devorando a todo aquel que es incapaz de resolver su enigma 23, el mismo
que le enseñaron las Musas, y por ello lo canta, por lo que recibe el
epíteto de “la cruel cantora” 24; y esterilizando las tierras, destruyendo los
cultivos, por lo que la ciudad pasaba hambre25.




23
     Sobre el enigma de la Esfinge, véase El enigma de la Esfinge, contenido en la
traducción de las tragedias de Sófocles que realiza Assela Alamillo para la editorial Gredos
pág. 309: “Existe sobre la tierra un ser bípedo y cuadrúpedo, que tiene sólo una voz, y
es también trípode. Es el único que cambia su aspecto de cuantos seres se mueven por
tierra, por el aire o en el mar. Pero, cuando anda apoyado en más pies, entonces la
movilidad en sus miembros es mucho más débil”. También hay una alusión, más corta, a
este enigma en Apolodoro: “¿qué ser provisto de voz es de cuatro patas, de dos y de
tres?”. (Apolodoro, Op. Cit., III 5,8).
24
     Sófocles: Edipo Rey 37; Apolodoro, Op. Cit., III 5,8.
25
     Es interesante lo que dice Pausanias acerca de la Esfinge; según él, sobre ella se
cuentan tres cosas; la primera es la más popular, que cantaba un enigma, y quien no lo
sabía responder, era devorado; la segunda, es que se dedicaba al pillaje, la piratería, con
su fuerza naval, en el mar de Antedón, hasta que Edipo llegó desde Corinto con un
ejército mayor y la aniquiló; la tercera, tan desconocida como llamativa, es que era hija
ilegitima de Layo, por lo que le reveló a su padre lo que el Oráculo de Delfos le predijo
a Cadmo tiempo ha, para que cesara la búsqueda de su hermana y se encaminara a la
fundación de Tebas; este secreto revelado a su padre, es de mucha importancia, porque
resulta que sólo sus verdaderos hijos, debían conocerlo, digo hijos, porque, según el autor,
Layo tuvo varios con unas concubinas, éstos se acercaban a la Esfinge para reclamar su
trono, pero ésta, con engaños, para ver la legitimidad de su linaje y lo justo de su
reclamo, les pedía que le dijeran lo que el Oráculo le predijo a Cadmo, algo que deberían
saber siendo hijos de Layo, pero, como fallaban, eran asesinados; esto duró hasta que
llegó Edipo, informado previamente por un sueño, y solucionó su enigma. (Pausanias, Op.
Cti., IX 26,2-4). Esta tercera información sobre la Esfinge es de mucho valor en cuanto a
variación mítica porque, según ello, la maldición lanzada a Layo por Pélope, sólo aplicaba
para el hijo que tendría con su legítima esposa, Yocasta. Según Apolodoro en su
Biblioteca 5,8, la Esfinge es hija de Equidna y Tifón, mientras que para Hesíodo en la
Teogonía 327-328, lo es de la Quimera y de Orto.



                                               40
En busca de cómo solucionar el enigma de la Esfinge, Layo parte de
Tebas rumbo a Delfos para consultar al Oráculo, en ello, en el camino
Esquiste26, donde se cruzaban dos caminos, se encuentra con un Edipo
errante, con el que tras un altercado termina muerto27.




El enigma de la Esfinge es resuelto por Edipo 28, por lo que aquella,
atormentada, se arroja desde el monte Ficio, donde estaba ubicada, cerca
de la ciudad de Tebas, y destrozándose en el valle de abajo. A causa de
esto Edipo es proclamado como nuevo rey de Tebas, y se casa con
Yocasta, como premio otorgado a quien librara a la ciudad de la Esfinge,
desconociendo que es su madre, y que su viudez se debe a que su
esposo fue asesinado por un desconocido aún libre, quien a medida que


26
     En este camino que significa “encrucijada”, apropiadamente llamado así por el cruce de
los caminos; se dice que en él yacen enterrados los cuerpos de Layo y sus dos criados
muertos, por obra del rey de Platea, Damasístrato. (Pausanias, Op. Cit., X 5,3-4;
Apolodoro, Op. Cit., III 5,8).
27
     Hay dos versiones sobre este funesto encuentro, la primera es de Sófocles en Edipo
rey 795-800, Edipo se encuentra con su padre después de consultar al oráculo y conocer
su destino; la segunda es de Eurípides en las Fenicias 35-38, tanto Edipo, aún sin
conocer su destino por voz de Febo, como Layo, que de manera interesante no va a
consultar por el problema con la Esfinge, sino porque quiere saber si su hijo aún vive, se
encuentran mientras van a Delfos.
28
     Sobre la respuesta de Edipo, véase la solución del enigma, contenida en la traducción
de las tragedias de Sófocles que realiza Assela Alamillo para la editorial Gredos pág. 309:
“Escucha, aun cuando no quieras, musa de mal agüero de los muertos, mi voz, que es el
fin de tu locura. Te has referido al hombre, que, cuanto se arrastra por tierra, al principio,
nace del vientre de la madre como indefenso cuadrúpedo y, al ser viejo, apoya su bastón
como un tercer pie, cargando el cuello doblado por la vejez”. También, en Apolodoro:
“Edipo, habiéndolo oído, encontró la solución y dijo que el enigma propuesto por la
Esfinge se refería al hombre, que de niño es cuadrúpedo, en la madurez bípedo y en la
vejez usa como tercer sostén el bastón” (Apolodoro, Op. Cit., III 5,8).



                                             41
avanza el drama de Edipo rey, se sabrá que fue Edipo, quien, cuando se
encontraba errante, porque acababa de conocer su funesto destino e
intentaba evitarlo, lo asesina, sin saber que con ello comenzaba a realizar
lo que el Oráculo le predijo, no sólo a él, sino también a su padre, Layo.




Tras la muerte de Layo y descubierto Edipo como su asesino, enceguecido
y desterrado, éste, de nuevo errante, ahora guiado por su hija Antígona,
como lo vemos en el Edipo en Colono, llega hasta el bosque de las
Euménides29,      en   Colono,    perseguido      por   las   mismas.        Allí,   una   vez
informado de dónde se encuentra, por voz de un habitante de la región,
Edipo, consciente de que el final de su vida se acerca, pide al hombre
que llame al rey de la ciudad de Ática, Teseo, quien, tras un diálogo entre
Edipo y el Coro, y posteriormente con su hija Ismene, llega y le ofrece su
protección, la misma que le es muy útil para recuperar a su hija de las
manos de Creonte, el mismo que después de haber venido a pedir a
Edipo que regresara a su lado a Tebas, y fue rechazado, opta por llevarlo
a la fuerza, raptando a sus hijas, pues está predicho por el Oráculo de
Delfos que quien posea el cuerpo de Edipo tendrá grandes beneficios en
una guerra futura entre Tebas y Ática, mas, el moribundo, se niega a
volver a su patria como venganza, mientras sus hijos obtienen de él sólo
la tierra donde caerán muertos30. Finalmente, tras rechazar a su hijo y
escapar de las manos de su tío y cuñado, Edipo, acompañado por sus
hijas y por Teseo, se adentra en el bosque, donde luego de dejar a las

29
     Las Euménides también son llamadas Erinias. Sófocles: Edipo en Colono (v. 43);
Esquilo: Euménides. Estas deidades, personificaciones de la venganza, nacieron según
Hesíodo en su Teogonía (v. 185), de la sangre de Urano, tras haber sido castrado por su
hijo Cronos.
30
     Sófocles: Edipo en Colono (v. 789-791). Esta misma maldición se la recuerda Edipo a
su hijo Polinices, (v. 1370-1380), rechazando tajantemente a sus suplicas.



                                             42
jóvenes para continuar hacia su destino en compañía de su protector, le da
a éste unas últimas instrucciones antes de morir, de un modo siniestro31.
Con su padre muerto e impedidas por decisión del mismo a permitirles ver
su tumba, Antígona pide a Teseo les permita a ella y a su hermana,
regresar a su tierra natal, Tebas, para intentar impedir la muerte que se
cierne sobre sus hermanos32, situación imposible de evitar pero que a la
larga, desembocará en el drama de Antígona.




31
     Sobre la muerte de Edipo, hay otra versión, en la que se narra que no fue enterrado
en Colono, como sugiere Sófocles, sino en Tebas, (Esquilo: Los siete contra Tebas 1004;
Hesíodo: Fragmentos     192; Homero: Ilíada XXIII 679-680). Algo similar, pues no está
explicito,   se podría pensar en Antígona, cuando la joven, lamentándose, recuerda a sus
familiares fallecidos, entre los que menciona a su padre, Edipo, mientras dice que les
rindió libaciones sobre sus tumbas, (Sófocles: Antígona 898-902), lo que, si bien no deja
claro que la tumba de Edipo está en Tebas, si hace evidente una contradicción en tanto
que la joven conoce el lugar donde yace su padre, contrario a lo que se dice en Edipo
en Colono.
32
     Sófocles: Edipo en Colono 1770-1772.



                                            43
3. EL PAPEL DE LOS ORÁCULOS




Con un rostro divino en la antigua Grecia, Apolo, el Oráculo suele
manifestarse y exponer un destino, por lo cual es respetado, reconocido y
consultado; odiado si de alguna forma atenta u obra contra el poder, como
se ve en el caso del intermediario Tiresias frente a Edipo o a Creonte;
amado si vaticina grandes bienes.




El Oráculo en lo trágico busca siempre un bien para quien lo consulta,
exponiendo el mal, aunque en ello sólo logra lo contrario, desatarlo. Su
papel es desequilibrante, da un rumbo a la historia a la par que puede
originarla. Representa la omnipotencia del destino y su inevitabilidad.




Ha de recordarse a un Layo maldito, sin hijos, cuya consulta al Oráculo le
reveló que de tener un hijo éste le sucedería asesinándolo, manchando de
sangre toda su descendencia33 y tomando por reina a su propia madre, lo
cual lo lleva, con el fin de evitar tan funesto destino, a rehusar el cariño
de su esposa, Yocasta, mas, embriagado se acuesta con ella, concibiendo


33
     La predicción del oráculo a Layo fue la siguiente: “¡Oh, soberano de Tebas de buenos
caballos, no siembres el surco de hijos a despecho de los dioses! Porque, si engendras
un hijo, el que nazca te matará, y toda tu familia se cubrirá de sangre”. (Eurípides:
Fenicias 13-20).   Otra forma de la predicción del oráculo a Layo, la presenta Assela
Alamillo en su traducción de las tragedias de Sófocles para la editorial Gredos: “Layo, hijo
de Lábdaco, suplicas una próspera descendencia de hijos. Te daré el hijo que deseas.
Pero está decretado que dejes la vida a manos de tu hijo. Así lo consintió Zeus Crónida,
accediendo a las funestas maldiciones de Pélope cuyo hijo querido raptaste. Él imprecó
contra ti todas estas cosas” (Sófocles: Tragedias. BCG págs. 308-309).



                                            44
un hijo34, por lo que Layo, en un nuevo intento por evitar su destino,
ordena que el recién nacido sea asesinado35, pero el verdugo en acto
piadoso decide dejarlo en manos de un campesino, quien enterado de la
falta de un heredero en la familia real que gobierna sus tierras, Corinto, en
la región del Istmo, decide entregarlo a la reina Mérope, esposa de Pólibo,
quien tras esconderse en unos arbustos finge dar a luz al niño36.




Los años transcurren sin inconvenientes hasta que en un festín un plebeyo
le dice a Edipo que no se parece a Pólibo, dándole a entender que no
guardan parentesco; esto hace que el joven consulte a sus padres en
busca de la verdad, mas, ante la negativa de aquellos a darle una
respuesta, decide ir a Delfos a consultar al Oráculo, el mismo que tras
echarlo le vaticina su destino, asesinar a su padre y casarse con su
madre, por lo que Edipo, tratando de evitar que la predicción de Loxias 37
se realice, decide vagar tras el rumbo de una estrella. En ello, errante, se

34
     Eurípides: Fenicias (v. 21-22); Apolodoro, Op. Cit., III 5,7. Según Diodoro Sículo en su
Biblioteca histórica (IV 64,1), Layo se olvida del Oráculo, por lo que termina engendrando
a Edipo.
35
     El temor humano a la sucesión del poder por parte del padre frente a una nueva
generación, representada por su hijo, visto en esta parte, tiene sus antecedentes más
famosos en las historias de Urano, Cronos y Zeus, relatada por Hesíodo en su Teogonía
(v. 155-210, 453-506, 617-885).
36
     Puede verse en este punto, a partir de una pequeña labor de mitología comparada, un
paralelo exacto con la historia de Moisés.
37
     Epíteto de Apolo; también es llamado Flechador, porque al igual que su hermana
Artemis, tiene como arma un arco; Febo, por Febe, hija de Gea y Urano, que le entrega
el oráculo de Delfos; Delio, por la isla de Delos, donde fue dado a luz por Leto; Peán,
personificando el adjetivo; Liceo, es posible que esté relacionado etimológicamente con
Licia o con la luz que como oráculo o divinidad solar puede representar, pero también
puede ser con Lobo; Sanador, porque tenía facultades curativas, también puede ser por su
vínculo paterno con Asclepio; etc.



                                              45
encuentra en el cruce de dos caminos con un anciano en un coche, al
que asesina tras un altercado, Layo, su padre. Más tarde, luego de llegar
a Tebas y resolver el enigma de la Esfinge, Edipo es proclamado rey y se
casa con la reina viuda, Yocasta, con la que tiene cuatro hijos, Eteocles y
Polinices, Antígona e Ismene38, cumpliendo así lo que el Oráculo le predijo,
y a su padre.


38
     Hay otra versión a la dada por los tragediógrafos, en donde se narra que posterior a la
muerte de Yocasta, la segunda esposa de Edipo se llama Euriganea, hija de Hiperfante,
con quien él tuvo sus cuatro hijos, los mismos que más adelante los tragediógrafos le
atribuirán a Yocasta; Pausanias sustenta su creencia de que Yocasta no es la madre de
los hijos de Edipo, en tres autores; en primer lugar, en la Odisea XI 271-274, de Homero,
pues éste no menciona que ella haya tenido hijos; en segundo lugar, se basa en que hay
otra obra donde se expone lo mismo, la Edipodia, que se le ha atribuido a Cinetón; por
último, en una pintura de Onasias en Platea, donde se muestra a Euriganea abatida por
la batalla entre sus hijos. (Pausanias, Op. Cit., IX 5,10-11); por su parte, Apolodoro está
abierto a ambas opciones, tanto la de que Yocasta sea la madre de los hijos de Edipo,
como la de que sea Euriganea. (Apolodoro, Op. Cit., 5,8-9). Esta versión pretende eliminar
el problema del incesto madre-hijo que hay entre Yocasta y Edipo, el mismo que según
otra versión, ofrecida por el escolio 13 a las Fenicias de Eurípides, es negado, pues,
según éste, Layo tuvo por primera esposa a una mujer llamada Euriclea, hija de Ecfante,
de la que nació Edipo, y que, tras su muerte, Layo, viudo, se casó con Yocasta,
eliminándose así el problema del incesto al interior de la familia de los Lábdacidas, siendo
ello posiblemente, una versión elaborada tardíamente con tal finalidad; de esta segunda
versión, de la que por falta de la escoliasta a las Fenicias de Eurípides no puedo
corroborar, sólo puedo decir que la narra muy bien referenciada José Bermejo en su obra
Mito y parentesco en la Grecia arcaica, Pág. 92; este autor, en la página siguiente de la
misma obra mencionada, además de exponer la otra posibilidad ya dicha referente a
Euriganea,    con   menos   referencias   de   las    aquí   utilizadas,   pero   con   otras   aún   no
consultadas, ofrece de nuevo algo de mucho interés, recurriendo a las escoliastas, en este
caso, la 53 a las Fenicias de Eurípides, en donde informa que Edipo tras casarse con
Yocasta, tuvo con ella dos hijos: Frastor y Láonites, asesinados por Minios y Ergino; de lo
que se sigue que, tras morir Yocasta, Edipo tendrá dos esposas, Euriganea, hija de
Hiperfante, y posteriormente, Atimedusa, hija de Estenelo.



                                                 46
Luego de una plaga que azota a Tebas, Creonte, enviado por Edipo a
consultar el Oráculo de Delfos, regresa para informar que éste ha dicho
que la causa de los males actuales se debe al asesinato de Layo, sin
castigo al culpable, por lo que el asesino debe ser expulsado de la ciudad.
Esto provoca que Edipo, molesto, maldiga y condene al destierro al impío,
mientras emprende una campaña para descubrirlo, que culmina cuando se
revela que es él mismo, lo que además provoca que su madre, Yocasta,
se    suicide,        por    lo   que,        incapaz        de    tolerarlo,     se      enceguece,      y   en
cumplimiento a la ley de exilio ordenada por él mismo, se destierra.




Con      Edipo en           el exilio,        la     tercera generación de                la familia    de    los
Lábdacidas, sus hijos, Eteocles y Polinices, malditos por su padre e
historia, están condenados a disputarse a muerte la posesión del reino de
Tebas; Polinices, buscando recuperar un derecho que por naturaleza es
suyo, mas, por ambición de su hermano gemelo, Eteocles, no posee, el
reinado que en un inicio ambos pactaron que sería dividido en partes
iguales con periodos de gobierno intercambiables cada año, donde ambos
tendrían la posibilidad de reinar; acuerdo que Eteocles rompió cuando
cumplió su año de mandato, condenando a su hermano al destierro, por lo
que ahora, tiempo ha, se encuentra en la situación de defensor de la
ciudad, encarando con su ejército a su hermano y a los suyos39. El
39
     El ejército Argivo estaba conformado por siete guerreros: Tideo, Capaneo, Eteoclo,
Hipomedonte, Parteponeo, el adivino Anfiarao, y Polinices, hijo de Edipo. En el ejército
contrario, el Tebano, estaban: Melanipo, Polifontes, Megareo, hijo de Creonte, Hiperbio,
Áctor, Lástenes, y Eteocles, hijo de Edipo. El orden de los combates y las puertas donde
se realizaron fue: Tideo y Melanipo, en la puerta uno, llamada Preto; Capaneo contra
Polifontes en la puerta dos (Electra); Eteoclo contra Megareo o Meneceo, siendo este
último   igual   al    nombre     de     su        abuelo   paterno,   en   la   puerta    tres   (Puerta-Nueva);
Hipomedonte contra Hiperbio en la puerta cuatro (Onca-Atenea); Parteponeo contra Áctor



                                                            47
Oráculo aquí, no es algo cuya presencia se da en el presente, sino en el
pasado, recordado constantemente aquella previsión de la maldición a Layo,
quien fue advertido tres veces por Febo de no tener un hijo pues éste lo

en la puerta Cinco (Bóreas); Anfiarao contra Lástenes en la puerta seis (Homolide); y en
la puerta siete [sin nombre] Polinices contra Eteocles. (Esquilo: Los siete contra Tebas 377-
673). Por otra parte, Pausanias, aunque concuerda con que son siete las puertas de
Tebas, las nombra de distinta manera, exponiendo a su vez,      el por qué de sus nombres,
siendo entonces, que la puerta llamada Electra, es denominada así por una homónima
hermana de Cadmo, cerca de esta puerta murió Capaneo fulminado por un rayo de Zeus;
la de Preto o Prétide según Pausanias, por un ciudadano llamado igual; esta puerta
conduce a Calcis, y cerca de ella están las tumbas de Melanipo y Tideo, entre otros dos
desconocidos (Pausanias, Op. Cit., IX 18,1-2); la Homolide u Homoloide según el mismo
autor, porque cuando los Tebanos comandados por Laodamante, hijo de Eteocles, fueron
vencidos por los Epigonos, entre los cuales estaba Tersandro, hijo de Polinices, escaparon
a una montaña llamada Homole, nombre con el cual se denominó la puerta por la que
regresaron a la ciudad; en las demás puertas, se separan rotundamente Pausanias y
Esquilo en cómo llaman a las puertas, pues Pausanias, nombra a las otras cuatro, como
Neista, porque en esta puerta,     inventó Anfión una cuerda musical, específicamente, la
inferior de la lira llamada Nete, pero puede ser, según otra versión que cuenta el autor,
que se deba al hermano de Anfión, llamado Neis; (cerca de esta puerta, está la tumba
del hijo de Creonte muerto en la batalla contra los Argivos, Meneceo, sobre la cual crece
una fruta que al romperse su corteza estando en la madurez, se encuentra algo parecido
a la sangre, y cerca de la misma, lucharon y murieron los hijos de Edipo, por lo que esta
puerta se relaciona con la que Esquilo llama sin nombre, quedando como recuerdo de su
lucha, una columna con un escudo de piedra sobre ella [Pausanias, Op. Cit., IX 25,1-2]);
Hipsista, porque junto a ella hay un santuario dedicado a Zeus, llamado también Hipsisto
(Altísimo); las otras dos restantes, son llamadas, una Crenea, y la otra Ogigia, de las que,
aunque no dice por qué se llaman así, de la primera porque está perdida su información
en el texto, mientras que de la segunda, simplemente nada se dice, pero, puede ser,
basándome en que el autor dice que es la más antigua, que su nombre se deba a
Ógigo, un antiguo rey de Tebas, que además es nombrado por Esquilo en Los siete
contra Tebas 322, y por el que la ciudad también recibía el epíteto de Ogigia, antes de
que Cadmo y los suyos llegaran y establecieran la ciudad de Tebas como tal, la Tebas
clásica, con sus siete puertas. (Pausanias: Descripción de Grecia IX 8, 4-7). Sobre la
formación de Tebas, véase: Pausanias, Op. Cit., IX 5,1-7; Apolodoro, Op. Cit., III 5,5-7.



                                             48
asesinaría y traería la ruina a la ciudad, mas, como esto no se cumplió, y
Layo      contra    su   voluntad     tuvo    un     descendiente,   la   maldición   por   la
transgresión a tal orden de Apolo perdura hasta la tercera generación, la
actual de los hijos de Edipo40. Sumándose a la maldición histórica de la
casa de Tebas, que ahora recae sobre los hijos de Edipo, se agrega la
que este último profirió contra aquellos, debido, según algunos, al mal trato
que le dieron antes de expulsarlo de la ciudad, como lo fue el encerrarlo
para ocultar sus infortunios, lo que sólo produjo que Edipo les lanzara su
primera maldición, repartir su herencia con espada en mano41, donde ambos
se darían mutua muerte, heredando la tierra en la que caerían muertos, lo
que además no les dejaría descansar, pues tal obra no puede ser
expiada42; y el haberle dado huesos en lugar de carne en un banquete
donde enfurecido por tal hecho, los maldijo; según otros, las maldiciones de
Edipo contra sus hijos se deben a que las lanzó enfurecido ante el engaño
producido por las palabras de su nueva esposa, Astimedusa43, quien le dijo

40
     Esquilo: Los siete contra Tebas (v. 743-747).
41
     Eurípides: Fenicias 63-69. Por esta causa, atemorizados, los hijos de Edipo, acuerdan
sucederse en el trono durante periodos intercalables de un año, teniendo como primera
oportunidad de gobernar, Eteocles, mientras, por temor a cumplir la maldición de su padre,
Polinices se exilia a la tierra de Argos, donde se casa con Egialea, hija de Adrasto, rey
de Argos, a quien, una vez que cumplido el lapso de un año, y tras la muerte de Edipo,
Polinices pide ayuda militar para recuperar lo que por derecho es suyo, su reinado de
Tebas, pues su hermano, una vez cumplido el tiempo acordado previamente, se negó a
ceder el gobierno de Tebas, y en cambió, lo desterró nuevamente. Eurípides: Fenicias (v.
70-80); Pausanias, Op. Cit., IX 5,12; Robert Graves: Los mitos griegos, 2: 106. Los siete
contra Tebas.
42
     Esquilo: Los siete contra Tebas (v. 682-683); esto mismo lo predice el Coro en 735-739,
pues lo sucedido se confirma        a partir de 805, y por ello, no descansarían ni vivos, ni
muertos.
43
     Pierre Grimal: Diccionario de mitología Griega y Romana Pág. 57; esto lo toma de los
Escolios a la Ilíada IV 376; también habla de ello José Bermejo en su sobra Mito y
parentesco en la Grecia arcaica, pág. 93.



                                                49
que sus hijos la pretendían. Finalmente, la maldición desemboca con el
enfrentamiento de ambos hermanos ante la puerta séptima, elegida por
Apolo,     aún   empecinado      en   castigar    a   la   estirpe   de    Layo    por    la
desobediencia de éste.




Como la tercera generación, la de los hijos de Edipo, no termina con la
muerte de éstos44, pues como aquél no tuvo sólo varones, vemos ahora
cómo las Erinias vengadoras, encargadas de llevar a cabo la maldición, se
ciernen sobre el otro rostro de la familia, el femenino, representado por las
dos hermanas, Antígona e Ismene, esta última, por su carácter voluble,
sumiso, no tiene una gran participación en la historia, desaparece con
rapidez, y su muerte, aunque nunca es realizada, es simbólica, condenada
a permanecer sin el amor de los suyos, rechazada por su hermana, quien
con verdadero amor filial lucha por una causa noble, defender un derecho
familiar, la ley de los dioses, dándole las debidas libaciones a su hermano
condenado a yacer insepulto, lo cual una vez descubierto desata la furia
del gobernante, que en un acto de Hybris se niega a aceptar que el que
atentó contra su patria sea sepultado, y ordena posteriormente que la joven
capturada sea enterrada viva en una tumba pétrea. El Oráculo se presenta
mediado por Tiresias, quien le aconseja a Creonte ceder a su decisión,
informándole de la gravedad y el castigo de sus faltas, pero aquél, aún
reacio a cambiar de parecer, se mantiene firme en su palabra hasta que es
44
     La fuerza del destino, conductor silencioso de los hermanos a la muerte, es plasmada
en el arca de Cípselo, donde, en uno de sus cinco lados, el cuarto, Polinices aparece
caído sobre una de sus rodillas, con una Cer, horrible acompañante de los héroes en el
momento de su muerte, en su espalda, mientras frente a él, se dirige su hermano.
(Pausanias, Op. Cit., V 19,6). La descripción e historia completa del arca, contenidas en la
misma obra aquí citada, que se encuentra en el templo de Hera en Olimpia, y que fue
posiblemente creada por Eumelo de Corinto, comienza a partir de V 17,5 y llega hasta V
19,10.



                                            50
demasiado tarde, el caos se posa sobre su familia, por lo que luego de la
muerte de la joven condenada, con lo que finalmente cesa la maldición de
los Labdácidas45, se suicidan Hemón46 y su madre Eurídice.




45
     Esta maldición tiene una particularidad muy especial, y es que su cumplimiento como
castigo ante la impiedad e irracionalidad de los personajes, por lo que la prudente y
sensible Ismene parece estar eximida de ella, pudiendo continuar con vida; de una manera
similar puede verse la serena muerte de Edipo en Edipo en Colono, tras haber superado
la desgracia, logrando así, en su vejez, vivir sabia y prudentemente, sin más castigo,
siendo un buen ejemplo de aquella máxima con la que finaliza el Corifeo la historia de
Antígona (v. 1347-1353).
46
     Contrario a lo planteado por los tragediógrafos, Sófocles en Antígona, y Eurípides en
las Fenicias, sobre Hemón como prometido de Antígona; para Apolodoro en la Biblioteca III
5,8, Hemón es la última víctima de la Esfinge, lo que impediría cualquier posibilidad de un
compromiso con la hija de Edipo, pues ésta aún no había nacido.



                                            51
4. LOS CONTRARIOS: ELEMENTOS DE LA DYNAMIS TRÁGICA




¿Es posible una tragedia sin contrarios?




En absoluto, estos incitan a actuar, dinamizan la historia. Aunque cuentan
con múltiples rostros al interior de la tragedia, Antígona, Ismene, Polinices,
Eteocles, Creonte, Hemón, el Guardián, El Coro, Tiresias; sus principales,
son sus dos grandes protagonistas, Antígona y Creonte. Estos personajes,
en medio de la lucha constante entre sus argumentos y personalidades,
dan el movimiento y el carácter trágico a la obra, sin el cual, la misma
carecería de valor y terminaría pronto.




Antígona e Ismene, hermanas de sangre, enemigas de pensamiento, de
causa, ambas, contrapuestas entre sí, reflejan una lucha cultural, en medio
de una    sociedad que    privaba de derecho y libertad a las mujeres,
sometiéndolas al yugo masculino. Ante la pasional Antígona, se contrapone
la realista Ismene, sumisa, encarnando a la mujer de su época, la Atenas
del Siglo V a.C., temerosa de violar el edicto del nuevo gobernante,
Creonte, por lo que niega a su hermana el apoyo que le solicita para dar
sepultura a su hermano Polinices, negación que, en lugar de reprimir el
deseo de la desamparada, la impulsa a obrar, arrobándose sola ante un
hecho que le será castigado con la muerte, como ella bien sabe, pero que,
a su vez, le dará fama y eternidad por la nobleza de su acción,
encarnando el espíritu libre, que no sólo contraría a su hermana, y con ello
a la mujer Ateniense de entonces, sino que también, representa el héroe
trágico Sofocleo que, solitario, lucha contra una adversidad que lo rebasa,
para resultar vencedor, pese a su desgraciado fin.


                                      52
Esta resolución de Antígona nos presenta un choque de poderes, por un
lado, está Creonte que, muertos Edipo y sus hijos, se presenta como
nuevo gobernante de Tebas que, tras tomar el poder que por derecho
debería ser de Antígona, busca legitimarse, condenando a Polinices, muerto
como traidor de la ciudad, tras asediarla, a permanecer sin sepultura,
llevando a la muerte a todo aquel que intente rendirle los debidos ritos
funerarios; este edicto provoca en Antígona, el otro poder, una fuerte
reacción de rechazo y desobediencia, propio de su carácter, impulsándola a
obrar contra la ley del gobernante, la escrita, pero no contra la no escrita
de los dioses, la de la costumbre, mucho más antigua e importante que la
de los hombres, dando entonces, en la medida de sus posibilidades, un
entierro simbólico a su hermano, con lo que desata la furia de Creonte,
que al ver su desafío, sin cambiar de decisión, pero si de forma de
castigo, condena a la joven a muerte, sin que ésta se retracte o suplique
por su vida, hasta que se ahorca en su tumba pétrea, momento para el
que quien la condenó, arrepentido e impotente, se ve alcanzado por la
desgracia que su condena trae sobre sí y su familia.




A nivel argumentativo Antígona parece tener varias contradicciones, tomadas
en algunos casos como errores de construcción de la obra, aunque tras
una lectura minuciosa se ve que no hay cupo para tales interpretaciones
pues son sucesos perfectamente aceptables.




De las contradicciones en la forma de ser de los personajes, como el
Guardián, quien tras prometerse no volver con Creonte terminó haciéndolo
una vez que atrapó a Antígona, como se expondrá más ampliamente en un
capítulo posterior; la fragilidad demostrada por Antígona una vez que se
dirige a su lecho luctuoso, tras haberse presentado a lo largo de sus


                                     53
diálogos como una mujer fuerte, decidida y firme; el arrepentimiento de
Ismene acompañado de su compasión y deseo de morir, después de ser
capturada su hermana, la misma a la que le negó su ayuda para con el
joven insepulto, pero con la que quería compartir su trágico final, negando
su muestra inicial por conservar la vida; el cambio de Hemón, de devoto
hacia el padre a enemigo acérrimo del mismo, luego de conocer la muerte
de su prometida; la decisión final de Creonte de perdonar a Antígona y a
Polinices por sus faltas contra él y la ciudad, según su visión de la
situación. Estos cambios, tan contradictorios a simple vista, no son fortuitos,
son      un   agregado     magistral    que    enriquece      los    caracteres    de    dichos
personajes y por ende a la obra misma.




Ahora bien, hay tres contradicciones, aparentes errores en la construcción
de la obra, que llaman particularmente la atención y que, como se ha
dicho, no deben ser tomadas como tales en un plano negativo, es decir,
como un error, como bien propone Walter Kaufmann, en acuerdo a lo que
se plantea47.




En primer lugar están las capacidades mismas de Antígona, que en un
inicio, tras ser rechazada por su hermana, decidió obrar sola para darle
entierro a su hermano, simbólico, como se ve por las palabras del
Guardián (v. 245-247), donde manifiesta que alguien, sin definir sexo,
aunque Creonte se lo a tribuye a un hombre indefinido en los versos
siguientes,      cubrió     el   cuerpo       de    Polinices       con   un      fino   polvo,
desapareciéndose son ser sepultado, simplemente cubierto para “evitar la
impureza” (v. 257). Tras marcharse el Guardián, y darse el primer estásimo,


47
     KAUFMANN, Walter. Tragedia y filosofía, págs. 335-338.



                                               54
el Guardián regresa, ahora, para informar que capturó al perpetrador del
edicto del gobernante, Antígona, tras ser descubierta, una vez que vio a su
hermano nuevamente descubierto, prorrumpiendo “en sollozos y tremendas
maldiciones para los que habían sido autores de esta acción” (v. 427-428),
preparándose para rendirle las debidas libaciones al cuerpo nuevamente
expuesto. La contradicción en este punto se presenta en el interrogante de
por qué regresó a ver a su hermano, como dice Kaufmann: “se nos deja
libres para imaginarnos que volvió para ver si había logrado proteger el
cuerpo de los perros y las aves, o bien con la prisa se había olvidados de
hacer la libaciones tradicionales”48. Sea cual fuere lo sucedido con el
cuerpo, la motivación de la joven, acorde a su naturaleza y respeto por las
costumbres, es su amor filial, conductor de su accionar, impulsor de su
lucha, guía y defensor de sus palabras para con los hombres y los dioses.




La segunda contradicción del argumento está en el castigo. Está prescrito
que para quien viole el edicto de Creonte, le sea dada la “muerte por
lapidación en la ciudad” (v. 37-38). La amenaza de la muerte no basta
para refrenar a Antígona,   ni le hace demostrar miedo frente a ella en
ningún momento de la obra, ni siquiera cuando es capturada y confrontada
por su tío. Después de esta escena tan célebre en la disputa de la historia
entre ambos personajes tan opuestos entre sí, del cantar a la desgracia del
coro y el enfrentamiento padre-hijo sostenido por Creonte y Hemón, el
Corifeo pregunta a su rey cuál será la muerte que le dará a Antígona (v.
772), y éste le responde: “la llevaré allí donde la huella de los hombres
esté ausente y la ocultaré viva en una pétrea caverna, ofreciéndole el
alimento justo, para que sirva de expiación sin que la ciudad entera quede
contaminada” (v. 773-777). La contradicción aquí expresada, como se ve, es
perfectamente dispensable, Creonte no desiste de la idea de asesinar a la
48
     Ibíd. Pág. 335.


                                    55
niña, pero sí de su castigo, sólo que su intención es evitar mancillar a la
ciudad y a sí mismo, busca protegerse de dicha impiedad, como muestra
sus intereses personales, y a su pueblo, como afirma y pretende sostener
y usar como escudo a lo largo de la historia, tema que se tratará más
adelante. El hecho de su irreflexión, de su negativa a ceder en su decisión,
y la violación a las leyes divinas que ello implica y que Antígona encarna
y defiende, lo dejan indiscutiblemente en la situación de culpable y por ello
debe pagar fuertemente, como se verá tras el suicidio de la joven.




El tercer error es visto en los diálogos de la joven en comparación a los
de su tío, porque una vez desaparecida Antígona definitivamente de escena,
y sus diálogos concluidos, la obra continúa, y así Creonte habla más que
ella, siendo entonces, por su presencia oratoria, el personaje principal,
aunque es la grandeza de la causa de la hija de Edipo y su dolor, lo que
la sitúa en el puesto protagónico de la historia.




“Creonte: (…) ¿Sabías que había sido decretado por un edicto que no se
podía hacer esto?




Antígona: Lo sabía. ¿Cómo no iba a saberlo? Era manifiesto.




Creonte: ¿Y, a pesar de ello, te atreviste a transgredir estos decretos?




Antígona: No fue Zeus el que lo ha mandado publicar, ni la Justicia que
vive con los dioses de abajo la que fijó tales leyes para los hombres. No


                                      56
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.
Antígona. historia y drama.

Más contenido relacionado

La actualidad más candente (20)

Mural de esquilo
Mural de esquiloMural de esquilo
Mural de esquilo
 
The life of agamemnon
The life of agamemnonThe life of agamemnon
The life of agamemnon
 
SóFocles
SóFoclesSóFocles
SóFocles
 
Saffo
SaffoSaffo
Saffo
 
La iliada
La iliadaLa iliada
La iliada
 
Lisístrata
LisístrataLisístrata
Lisístrata
 
Terenzio
TerenzioTerenzio
Terenzio
 
Virgilio Def
Virgilio DefVirgilio Def
Virgilio Def
 
The Iliad
The Iliad The Iliad
The Iliad
 
Sophocles : An Outline Introduciton
Sophocles : An Outline IntroducitonSophocles : An Outline Introduciton
Sophocles : An Outline Introduciton
 
Drama (History from Greek to Medieval)
Drama (History from Greek to Medieval)Drama (History from Greek to Medieval)
Drama (History from Greek to Medieval)
 
Kitto
KittoKitto
Kitto
 
La literatura medieval. poesía trovadoresca, cantigas, jarchas
La literatura medieval. poesía trovadoresca, cantigas, jarchasLa literatura medieval. poesía trovadoresca, cantigas, jarchas
La literatura medieval. poesía trovadoresca, cantigas, jarchas
 
Frankenstein Presentation: Writing Introductions
Frankenstein Presentation: Writing IntroductionsFrankenstein Presentation: Writing Introductions
Frankenstein Presentation: Writing Introductions
 
Libro de buen amor
Libro de buen amorLibro de buen amor
Libro de buen amor
 
00 letteratura latina - origini della cultura
00   letteratura latina - origini della cultura00   letteratura latina - origini della cultura
00 letteratura latina - origini della cultura
 
Proemio iliade
Proemio iliadeProemio iliade
Proemio iliade
 
Teatro español siglo xvii
Teatro español siglo xviiTeatro español siglo xvii
Teatro español siglo xvii
 
Purgatorio, canto I
Purgatorio, canto IPurgatorio, canto I
Purgatorio, canto I
 
Historiografía romana
Historiografía romanaHistoriografía romana
Historiografía romana
 

Similar a Antígona. historia y drama.

11ª tragedias griegas 2017
11ª tragedias griegas 201711ª tragedias griegas 2017
11ª tragedias griegas 2017SANDRA ESTRELLA
 
COMENTARIO A MEDEA PARA CLASvvngfngfngjnghjE.pdf
COMENTARIO A MEDEA PARA CLASvvngfngfngjnghjE.pdfCOMENTARIO A MEDEA PARA CLASvvngfngfngjnghjE.pdf
COMENTARIO A MEDEA PARA CLASvvngfngfngjnghjE.pdf2014elotroyo
 
Rajatabla de luis britto garcia
Rajatabla de luis britto garciaRajatabla de luis britto garcia
Rajatabla de luis britto garciaVictoria Monsalve
 
EL INFORMAL N°1 (Revista de estudiantes de antropología UNT 2011/2012)
EL INFORMAL N°1 (Revista de estudiantes de antropología UNT 2011/2012)EL INFORMAL N°1 (Revista de estudiantes de antropología UNT 2011/2012)
EL INFORMAL N°1 (Revista de estudiantes de antropología UNT 2011/2012)Pável Aguilar Dueñas
 
El Corredor Mediterraneo
El Corredor MediterraneoEl Corredor Mediterraneo
El Corredor MediterraneoIsa Rezmo
 
Origen del treatro- la tragedia griega
Origen del treatro- la tragedia griegaOrigen del treatro- la tragedia griega
Origen del treatro- la tragedia griegaSANDRA ESTRELLA
 
11° per 1° clase n°1 per1-origen del treatro- la tragedia griega
11° per 1° clase n°1 per1-origen del treatro- la tragedia griega11° per 1° clase n°1 per1-origen del treatro- la tragedia griega
11° per 1° clase n°1 per1-origen del treatro- la tragedia griegaSANDRA ESTRELLA
 
Cristina Peri Rossi - Condición de Mujer
Cristina Peri Rossi - Condición de MujerCristina Peri Rossi - Condición de Mujer
Cristina Peri Rossi - Condición de MujerWilliam Ludeña Ignacio
 
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primavera
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primaveraCasona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primavera
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primaveraLara López
 
Prohibido suicidarse en primavera de alejandro casona
Prohibido suicidarse en primavera de alejandro casonaProhibido suicidarse en primavera de alejandro casona
Prohibido suicidarse en primavera de alejandro casonaKimberly Murillo
 
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primavera
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primaveraCasona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primavera
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primaveraLara López
 
Prohibido+suicidarse+en+primavera+de+alejandro+casona
Prohibido+suicidarse+en+primavera+de+alejandro+casonaProhibido+suicidarse+en+primavera+de+alejandro+casona
Prohibido+suicidarse+en+primavera+de+alejandro+casonaProfe. Rredaccion Al Solano
 
Literatura medieval: La Divina comedia de Dante Alighieri
Literatura medieval: La Divina comedia de Dante AlighieriLiteratura medieval: La Divina comedia de Dante Alighieri
Literatura medieval: La Divina comedia de Dante AlighieriMaite Lirio Cisneros
 
Comentario de el tragaluz (1)
Comentario de el tragaluz (1)Comentario de el tragaluz (1)
Comentario de el tragaluz (1)iesrc
 
Casona, alejandro prohibido suicidarse en primavera
Casona, alejandro   prohibido suicidarse en primaveraCasona, alejandro   prohibido suicidarse en primavera
Casona, alejandro prohibido suicidarse en primaveraSobeida Vite
 

Similar a Antígona. historia y drama. (20)

11ª tragedias griegas 2017
11ª tragedias griegas 201711ª tragedias griegas 2017
11ª tragedias griegas 2017
 
COMENTARIO A MEDEA PARA CLASvvngfngfngjnghjE.pdf
COMENTARIO A MEDEA PARA CLASvvngfngfngjnghjE.pdfCOMENTARIO A MEDEA PARA CLASvvngfngfngjnghjE.pdf
COMENTARIO A MEDEA PARA CLASvvngfngfngjnghjE.pdf
 
Rajatabla de luis britto garcia
Rajatabla de luis britto garciaRajatabla de luis britto garcia
Rajatabla de luis britto garcia
 
Guia de Analisis. Edipo Rey!!
Guia de Analisis. Edipo Rey!!Guia de Analisis. Edipo Rey!!
Guia de Analisis. Edipo Rey!!
 
Romeyer
RomeyerRomeyer
Romeyer
 
La tragedia
La tragedia La tragedia
La tragedia
 
EL INFORMAL N°1 (Revista de estudiantes de antropología UNT 2011/2012)
EL INFORMAL N°1 (Revista de estudiantes de antropología UNT 2011/2012)EL INFORMAL N°1 (Revista de estudiantes de antropología UNT 2011/2012)
EL INFORMAL N°1 (Revista de estudiantes de antropología UNT 2011/2012)
 
El Corredor Mediterraneo
El Corredor MediterraneoEl Corredor Mediterraneo
El Corredor Mediterraneo
 
Origen del treatro- la tragedia griega
Origen del treatro- la tragedia griegaOrigen del treatro- la tragedia griega
Origen del treatro- la tragedia griega
 
11° per 1° clase n°1 per1-origen del treatro- la tragedia griega
11° per 1° clase n°1 per1-origen del treatro- la tragedia griega11° per 1° clase n°1 per1-origen del treatro- la tragedia griega
11° per 1° clase n°1 per1-origen del treatro- la tragedia griega
 
EDIPO COI
EDIPO COIEDIPO COI
EDIPO COI
 
Cristina Peri Rossi - Condición de Mujer
Cristina Peri Rossi - Condición de MujerCristina Peri Rossi - Condición de Mujer
Cristina Peri Rossi - Condición de Mujer
 
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primavera
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primaveraCasona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primavera
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primavera
 
Prohibido suicidarse en primavera de alejandro casona
Prohibido suicidarse en primavera de alejandro casonaProhibido suicidarse en primavera de alejandro casona
Prohibido suicidarse en primavera de alejandro casona
 
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primavera
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primaveraCasona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primavera
Casona alejandro-prohibido-suicidarse-en-primavera
 
Prohibido+suicidarse+en+primavera+de+alejandro+casona
Prohibido+suicidarse+en+primavera+de+alejandro+casonaProhibido+suicidarse+en+primavera+de+alejandro+casona
Prohibido+suicidarse+en+primavera+de+alejandro+casona
 
Divina comedia
Divina comediaDivina comedia
Divina comedia
 
Literatura medieval: La Divina comedia de Dante Alighieri
Literatura medieval: La Divina comedia de Dante AlighieriLiteratura medieval: La Divina comedia de Dante Alighieri
Literatura medieval: La Divina comedia de Dante Alighieri
 
Comentario de el tragaluz (1)
Comentario de el tragaluz (1)Comentario de el tragaluz (1)
Comentario de el tragaluz (1)
 
Casona, alejandro prohibido suicidarse en primavera
Casona, alejandro   prohibido suicidarse en primaveraCasona, alejandro   prohibido suicidarse en primavera
Casona, alejandro prohibido suicidarse en primavera
 

Último

Día de la Madre Tierra-1.pdf día mundial
Día de la Madre Tierra-1.pdf día mundialDía de la Madre Tierra-1.pdf día mundial
Día de la Madre Tierra-1.pdf día mundialpatriciaines1993
 
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptx
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptxPresentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptx
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptxYeseniaRivera50
 
PINTURA ITALIANA DEL CINQUECENTO (SIGLO XVI).ppt
PINTURA ITALIANA DEL CINQUECENTO (SIGLO XVI).pptPINTURA ITALIANA DEL CINQUECENTO (SIGLO XVI).ppt
PINTURA ITALIANA DEL CINQUECENTO (SIGLO XVI).pptAlberto Rubio
 
libro para colorear de Peppa pig, ideal para educación inicial
libro para colorear de Peppa pig, ideal para educación iniciallibro para colorear de Peppa pig, ideal para educación inicial
libro para colorear de Peppa pig, ideal para educación inicialLorenaSanchez350426
 
FICHA DE MONITOREO Y ACOMPAÑAMIENTO 2024 MINEDU
FICHA DE MONITOREO Y ACOMPAÑAMIENTO  2024 MINEDUFICHA DE MONITOREO Y ACOMPAÑAMIENTO  2024 MINEDU
FICHA DE MONITOREO Y ACOMPAÑAMIENTO 2024 MINEDUgustavorojas179704
 
SISTEMA INMUNE FISIOLOGIA MEDICA UNSL 2024
SISTEMA INMUNE FISIOLOGIA MEDICA UNSL 2024SISTEMA INMUNE FISIOLOGIA MEDICA UNSL 2024
SISTEMA INMUNE FISIOLOGIA MEDICA UNSL 2024gharce
 
Tarea 5_ Foro _Selección de herramientas digitales_Manuel.pdf
Tarea 5_ Foro _Selección de herramientas digitales_Manuel.pdfTarea 5_ Foro _Selección de herramientas digitales_Manuel.pdf
Tarea 5_ Foro _Selección de herramientas digitales_Manuel.pdfManuel Molina
 
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...fcastellanos3
 
Instrucciones para la aplicacion de la PAA-2024b - (Mayo 2024)
Instrucciones para la aplicacion de la PAA-2024b - (Mayo 2024)Instrucciones para la aplicacion de la PAA-2024b - (Mayo 2024)
Instrucciones para la aplicacion de la PAA-2024b - (Mayo 2024)veganet
 
TUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO
TUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJOTUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO
TUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJOweislaco
 
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdf
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdfEstrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdf
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdfromanmillans
 
cuadernillo de lectoescritura para niños de básica
cuadernillo de lectoescritura para niños de básicacuadernillo de lectoescritura para niños de básica
cuadernillo de lectoescritura para niños de básicaGianninaValeskaContr
 
Los Nueve Principios del Desempeño de la Sostenibilidad
Los Nueve Principios del Desempeño de la SostenibilidadLos Nueve Principios del Desempeño de la Sostenibilidad
Los Nueve Principios del Desempeño de la SostenibilidadJonathanCovena1
 
Tema 8.- Gestion de la imagen a traves de la comunicacion de crisis.pdf
Tema 8.- Gestion de la imagen a traves de la comunicacion de crisis.pdfTema 8.- Gestion de la imagen a traves de la comunicacion de crisis.pdf
Tema 8.- Gestion de la imagen a traves de la comunicacion de crisis.pdfDaniel Ángel Corral de la Mata, Ph.D.
 
PROGRAMACION ANUAL DE MATEMATICA 2024.docx
PROGRAMACION ANUAL DE MATEMATICA 2024.docxPROGRAMACION ANUAL DE MATEMATICA 2024.docx
PROGRAMACION ANUAL DE MATEMATICA 2024.docxEribertoPerezRamirez
 
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdf
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdfEstrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdf
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdfAlfredoRamirez953210
 
Manejo del Dengue, generalidades, actualización marzo 2024 minsa
Manejo del Dengue, generalidades, actualización marzo 2024 minsaManejo del Dengue, generalidades, actualización marzo 2024 minsa
Manejo del Dengue, generalidades, actualización marzo 2024 minsaLuis Minaya
 

Último (20)

La luz brilla en la oscuridad. Necesitamos luz
La luz brilla en la oscuridad. Necesitamos luzLa luz brilla en la oscuridad. Necesitamos luz
La luz brilla en la oscuridad. Necesitamos luz
 
Día de la Madre Tierra-1.pdf día mundial
Día de la Madre Tierra-1.pdf día mundialDía de la Madre Tierra-1.pdf día mundial
Día de la Madre Tierra-1.pdf día mundial
 
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptx
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptxPresentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptx
Presentación de Estrategias de Enseñanza-Aprendizaje Virtual.pptx
 
PINTURA ITALIANA DEL CINQUECENTO (SIGLO XVI).ppt
PINTURA ITALIANA DEL CINQUECENTO (SIGLO XVI).pptPINTURA ITALIANA DEL CINQUECENTO (SIGLO XVI).ppt
PINTURA ITALIANA DEL CINQUECENTO (SIGLO XVI).ppt
 
libro para colorear de Peppa pig, ideal para educación inicial
libro para colorear de Peppa pig, ideal para educación iniciallibro para colorear de Peppa pig, ideal para educación inicial
libro para colorear de Peppa pig, ideal para educación inicial
 
FICHA DE MONITOREO Y ACOMPAÑAMIENTO 2024 MINEDU
FICHA DE MONITOREO Y ACOMPAÑAMIENTO  2024 MINEDUFICHA DE MONITOREO Y ACOMPAÑAMIENTO  2024 MINEDU
FICHA DE MONITOREO Y ACOMPAÑAMIENTO 2024 MINEDU
 
Aedes aegypti + Intro to Coquies EE.pptx
Aedes aegypti + Intro to Coquies EE.pptxAedes aegypti + Intro to Coquies EE.pptx
Aedes aegypti + Intro to Coquies EE.pptx
 
SISTEMA INMUNE FISIOLOGIA MEDICA UNSL 2024
SISTEMA INMUNE FISIOLOGIA MEDICA UNSL 2024SISTEMA INMUNE FISIOLOGIA MEDICA UNSL 2024
SISTEMA INMUNE FISIOLOGIA MEDICA UNSL 2024
 
Tarea 5_ Foro _Selección de herramientas digitales_Manuel.pdf
Tarea 5_ Foro _Selección de herramientas digitales_Manuel.pdfTarea 5_ Foro _Selección de herramientas digitales_Manuel.pdf
Tarea 5_ Foro _Selección de herramientas digitales_Manuel.pdf
 
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
Estas son las escuelas y colegios que tendrán modalidad no presencial este lu...
 
Instrucciones para la aplicacion de la PAA-2024b - (Mayo 2024)
Instrucciones para la aplicacion de la PAA-2024b - (Mayo 2024)Instrucciones para la aplicacion de la PAA-2024b - (Mayo 2024)
Instrucciones para la aplicacion de la PAA-2024b - (Mayo 2024)
 
TUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO
TUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJOTUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO
TUTORIA II - CIRCULO DORADO UNIVERSIDAD CESAR VALLEJO
 
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdf
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdfEstrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdf
Estrategia de Enseñanza y Aprendizaje.pdf
 
cuadernillo de lectoescritura para niños de básica
cuadernillo de lectoescritura para niños de básicacuadernillo de lectoescritura para niños de básica
cuadernillo de lectoescritura para niños de básica
 
Los Nueve Principios del Desempeño de la Sostenibilidad
Los Nueve Principios del Desempeño de la SostenibilidadLos Nueve Principios del Desempeño de la Sostenibilidad
Los Nueve Principios del Desempeño de la Sostenibilidad
 
Tema 8.- Gestion de la imagen a traves de la comunicacion de crisis.pdf
Tema 8.- Gestion de la imagen a traves de la comunicacion de crisis.pdfTema 8.- Gestion de la imagen a traves de la comunicacion de crisis.pdf
Tema 8.- Gestion de la imagen a traves de la comunicacion de crisis.pdf
 
PPTX: La luz brilla en la oscuridad.pptx
PPTX: La luz brilla en la oscuridad.pptxPPTX: La luz brilla en la oscuridad.pptx
PPTX: La luz brilla en la oscuridad.pptx
 
PROGRAMACION ANUAL DE MATEMATICA 2024.docx
PROGRAMACION ANUAL DE MATEMATICA 2024.docxPROGRAMACION ANUAL DE MATEMATICA 2024.docx
PROGRAMACION ANUAL DE MATEMATICA 2024.docx
 
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdf
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdfEstrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdf
Estrategias de enseñanza - aprendizaje. Seminario de Tecnologia..pptx.pdf
 
Manejo del Dengue, generalidades, actualización marzo 2024 minsa
Manejo del Dengue, generalidades, actualización marzo 2024 minsaManejo del Dengue, generalidades, actualización marzo 2024 minsa
Manejo del Dengue, generalidades, actualización marzo 2024 minsa
 

Antígona. historia y drama.

  • 1. ANTÍGONA: HISTORIA Y DRAMA GERSON STEPHEN GÓEZ GONZÁLEZ FILÓSOFO UNIVERSIDAD DE ANTIOQUIA 1
  • 2. “La tragedia es la representación de una expiación, pero no es la mísera expiación de un sistema Ático en rompimiento con una estructura social, organizada por bribones, para necios. La figura trágica representa la expiación del pecado original y eterno de esta figura y de sus compañeros de infortunio: del pecado de haber nacido”. Samuel Beckett. 2
  • 3. A María Eugenia González, mi madre; Alba Rosa Quintero, mi abuela; y mis agradecimientos al profesor Jairo Alarcón. 3
  • 4. TABLA DE CONTENIDO Pág. RESUMEN ............................................................................................................... 6 PRÓLOGO............................................................................................................... 7 INTRODUCCIÓN ................................................................................................... 14 ACLARACIÓN A LAS FUENTES ...................................................................... 17 1. ESTRUCTURA DEL DRAMA ......................................................................... 20 2. EL DRAMA DE ANTÍGONA .......................................................................... 33 3. EL PAPEL DE LOS ORÁCULOS ................................................................. 44 4. LOS CONTRARIOS: ELEMENTOS DE LA DYNAMIS TRÁGICA .............. 52 5. EL ORDEN ...................................................................................................... 60 6. LA CONDICIÓN HUMANA ............................................................................. 68 7. EROS ................................................................................................................ 85 8. LA HERENCIA MALDITA .............................................................................. 97 9. LA POSTERIDAD .......................................................................................... 109 GLOSARIO .......................................................................................................... 122 GENEALOGÍA TEBANA .................................................................................... 125 LA POSTERIDAD DE EDIPO........................................................................... 126 4
  • 5. BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................... 127 BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA ......................................................................... 131 REVISTAS ........................................................................................................... 135 CIBERGRAFÍA .................................................................................................... 137 5
  • 6. RESUMEN Platón en el Fedro 245a, y en el Lisis 214a, reconoce a los poetas como “padres de nuestro saber”, y esto se debe al profundo conocimiento que los mitos contienen en sí, plasmado magistralmente en el teatro gracias al ingenio poético de los tres maestros de la tragedia griega, Esquilo, Sófocles y Eurípides. La tragedia griega era desde antaño (y sigue siendo), un referente importante para la reflexión filosófica; prueba de ello son la amplia cantidad de interpretaciones que sobre las obras conservadas, y la búsqueda de más, que termina revelando unos cuántos fragmentos, de este género poético, que han habido y muy seguramente continuarán habiendo. El objeto de estudio del presente trabajo es la condición humana en la Antígona de Sófocles, drama que la contiene en su vastedad; dicho tema se presta para el análisis de otros subtemas de gran relevancia para el estudio de esta obra, como los son el destino y la libertad, los contrarios, el Eros, la historia, etc. Palabras clave: prudencia, oráculo, libertad, Eros, maldición, orden, esperanza, Hado. 6
  • 7. PRÓLOGO La Antígona de Sófocles es a lo largo de la historia, una de las tragedias del arte teatral clásico griego más conocidas. Compuesta no sólo en y para su época, la Atenas del siglo V a.C., sino también, sin saberlo, para la posteridad, pues aún en los tiempos actuales su contenido permanece vigente. La grandeza del gran poeta lírico nacido en Colono, tierra amada a la que le dedica una obra al final de su vida, el segundo de sus “Edipo”, el Edipo en Colono, pieza de gran belleza literaria e importancia para la saga familiar del ciclo Tebano, que se completa con Los siete contra Tebas de Esquilo, aunque varía y en ciertas partes da más información, con Eurípides. Cargada de un profundo sentimiento poético, Antígona, la obra de la lucha y vida eterna, contiene en sí y lega a la posteridad el enfrentamiento dual de dos poderes, por un lado, el de los derechos divinos, dados por los dioses al hombre para con el hombre, encarnados en Antígona y defendidos por ella; y por otro, las leyes humanas, dadas por el hombre para él mismo con el Estado, representadas e igualmente protegidas por Creonte. Frederich Nietzsche en su estudio sobre la tragedia griega, habla de la conjunción perfecta de dos espíritus, el Apolíneo y el Dionisiaco, como elementos constitutivos del drama Ático. La fuerza de la razón, de la mesura, del arte, contenida en la divinidad solar, que por sí sola lleva una vida carente de emociones, totalmente enclaustrada en la ciencia, y que deviene al hombre de ésta, en comunión con el poder festivo, orgiástico del 7
  • 8. dios del vino, que por su cuenta es un puro barbarismo, devino el Coro, y por ende la tragedia. El Coro es un personaje dual, pertenece a la obra como la voz conjunta del pueblo, actuando como tal en ella, y a la vez es un espectador, un adorno externo a la acción dramática, que comenta, explica, modera, da continuidad a la historia. Esta obra que no deja de fascinar a las diferentes épocas y mentes que la conocen, tiene demasiadas temáticas y problemas dignos del análisis más minucioso posible. Encarnando lo que podría verse como el espíritu dionisiaco de la historia, está la joven Antígona, la niña rebelde, que lucha por defender las leyes no escritas de los dioses, pero plasmadas en todos los seres humanos; mientras que por el otro lado, está el gobernante a cargo, Creonte, representación de la pura razón apolínea, enfocada a la política. La lucha entre estos dos personajes tan opuestos, desencadena en desgracia, pero tal y como al final de su existencia, el racionalista Eurípides, asesino de la tragedia para Nietzsche, optó por escribir una obra dedicada al dios Dionisio, y como el final de la vida del Caballero Hidalgo, su fiel escudero terminó por dejarse seducir por el encanto de su ser, se “quijotizó”, así mismo, el firme rey termina siendo seducido por el encanto y la razón de su oponente. La pugna entre los contrarios sostiene y da movimiento a la obra trágica; en una época donde la mujer no gozaba de muchas libertades, surge la Antígona de Sófocles, como expresión de la libertad. El carácter de la joven, su lucha, su historia, circundada por elementos que reflejan un sentimiento “precristiano”, llama la atención a la vez que forja los senderos para una vida en cuya esencia sus palabras, determinación y acciones, retumban. Antígona es poesía, es su voz, es revolución, es su carácter; sin 8
  • 9. ella no habría ninguna de las dos en la obra, y después de ella, como dice José María Pemán en su prólogo a la traducción realizada para la editorial Salvat, “la literatura”. Creonte es la voz del orden, de la ley, su regente y juez, sin él no habría lucha en la historia, y, después de él, “el derecho político”. La dualidad de estos dos seres opuestos entre sí, forja las líneas de la vida que todo ser comparte consigo y con su prójimo ante el Estado. La piedad o compasión que Ismene expresa ante su hermana capturada, deseando acompañarla en su castigo; la lucha solitaria de Antígona por defender los derechos de su hermano a ser sepultado, mientras carga con el peso de una maldición heredada de antaño, como un “pecado original”; el drama de un gobernante que busca perdurar en el poder, y que es desafiado por una fuerza menor, que logra aplastar, aunque éste crece hasta absorberlo; el dolor de un amante sin su amada, y de una madre sin sus hijos; todo esto refleja la condición humana, la misma que magistralmente Sófocles pudo concentrar en una obra en la que en cada una de sus páginas, de sus palabras, en cada uno de los hechos y sucesos, no puede lograr menos que maravillar a un lector, y ante una buena representación como debió de ser en su momento y se espera lograr en la actualidad, a un espectador. Amor, noción complicada y con pocas evidencias al interior de una obra como Antígona; ciertamente es un Eros el que guía a la joven en su accionar, visto por escuelas del pensamiento como la psicoanalítica, como un deseo incestuoso, como una pulsión de muerte para Lacan, pues para él, Polinices es el objeto del amor de su hermana, de su deseo, y ya para él, todo deseo es pulsión de muerte, es por ello que Antígona la busca; es, en la propuesta que en este escrito y muchos autores hacen, sin entrar 9
  • 10. en críticas, algo que, aunque no niega ni priva al lector la posibilidad de interpretar el amor de la niña, como lo ve el psicoanálisis, en realidad es más inocente, más puro, porque es un Eros fraternal que busca el bien para el ser querido, su debido entierro, el restablecimiento de su honor. Carecen los personajes de la Antígona de un Eros de ensueño, la magnificencia de la obra no necesita de estos romanticismos de novela; cada personaje ama, a su manera, pero ama. Ismene y Hemón reflejan más fácilmente este sentimiento, inclusive de ello da cuenta el Coro; de Ismene, cuando se presenta en escena llorando por su hermana; de Hemón, con el canto que hace al Eros, tomado por los interpretes de ello, como una oda dedicada al joven enamorado, propuesta que en este trabajo se expone de otra manera, a saber, que Eros no es algo tan particular que aguarda hasta el final de la obra para aparecer en ella por el joven amante, sino más bien algo general, que todos los personajes poseen, en mayor o menor media, y además, tiene carne y hueso, no de hombre, sino de mujer, pues las características de este terrible conquistador de los corazones humanos se ven explicitas en el ser de Antígona. Por su parte, sin duda, porque no puede quedar excluido, está Creonte, el gobernante rígido, que sólo expresa su Eros al final de la historia, cuando la desgracia se cierne sobre él, como su desdichada esposa también lo hace, en los breves momentos en que aparece en escena, y en especial, cuando está fuera de ella. Difícil es Eros de exponer, más en una obra donde los personajes parecen no sentirlo, pues la ambigüedad de su ser se presta perfectamente para ello, tal y como sucede con la moral. 10
  • 11. Destino o libertad. El edicto contra Polinices, mencionado al final de Los siete contra Tebas de Esquilo, dúdese o no de su autenticidad, pero ahí está, es comunicado por Antígona a su hermana Ismene al comienzo de la historia, en el Prólogo. Ante el rechazo a darle apoyo a su causa, Antígona decide obrar sola, inicia la lucha por el hermano, el enfrentamiento con el Hado, el destino. Si la decisión es vista como una muestra de libertad, aunque ello se puede cuestionar, las expresiones que pretenden la vida, sobrevivir, de Ismene, y la muestra de que ella sobrevive, puestas en tela de juicio por las palabras previas de su hermana a ser enterrada viva, al afirmar que ella es la última descendiente viva de su padre (v. 895 y 941), sin que se conozca realmente qué sucede con su hermana, son muestra de que el destino trágico de la familia puede ser evitado, de una libertad a partir de la prudencia que aunque sin duda termina, como es el caso de Antígona y sus familiares muertos, sucumbiendo al destino, por lo menos se presenta la búsqueda y una opción o posible solución, al interrogante por la sumisión o no al implacable e inmodificable Hado, acompañada de otra noción igualmente fascinante, vinculada con el origen prometeico del ser humano, la esperanza. La historia y sus variantes, difícil de sistematizar y unir en una sola redacción, por las diversas versiones que de ello hay, fascinantes por ello, pues de ser simplemente un mito, con un sólo rostro, importante, más no trascendente, no sería tan comentado y expuesto por diversos autores antiguos. La forma de su composición dramática, que refleja el genio poético de un hombre tan virtuoso como lo fue Sófocles, exaltado por sus contemporáneos, estudiado y amado aún hoy en día, capaz de plasmar en 11
  • 12. su Antígona, algo tan valioso como lo es la condición humana, llena de sentimientos, virtudes, dogmas, todo esto y mucho más, en ese complejo ser, cargado de máscaras y prejuicios, llamado hombre. La condición humana en su vastedad fascina increíblemente al autor de este trabajo, está abarcada en este maravilloso mito, -y en general pero en menor medida, en los demás-, hecho drama, que goza de la forma del teatro y deleita con su representación. El temor a la muerte, a yacer insepulto, al destino, la búsqueda de la libertad (el deseo de ella), el amor, la moral, la historia, los intereses, las leyes, las costumbres, la justicia, son algunos de los temas que ocupan el pensamiento del ser humano y que llenan su condición de ser arrobado al mundo. La pregunta por el hombre, el qué es, ocupada también por el pensamiento de los griegos, y formulada por ellos mucho antes de la cuestión antropológica, derivada de la triple pregunta Kantiana por el qué se debe hacer, el qué se puede conocer y el qué se cabe esperar, fue expresada maravillosamente por la Esfinge, cuando ante sus posibles víctimas, cantaba su inmenso interrogante: “¿qué ser provisto de voz es de cuatro patas, de dos y de tres?”, siendo ello, el hombre. De todos los temas mencionados algunos cuentan con un capítulo dedicado a ellos, los demás, no carentes de importancia, también son tratados, en un menor espacio sí, pero en lo posible, con la mayor claridad, concisión y respeto, son expuestos. Maravilla eterna es, sin duda, el enigma por el ser, incognoscible por su gran complejidad, tema especial y principal de este trabajo, por estar magnamente plasmado en la obra de Antígona, en el pensamiento de este autor cautivado por ella, más que en ninguna otra, de ahí que este escrito, tan difícil de articular y redactar por la indecisión inicial sobre cuál era el tema más importante o mejor para trabajar, haya visto la luz, la 12
  • 13. reconciliación y solución, a partir de ello, la condición humana; de ahí que también todo lo demás, todos los temas, lleven a ella. Estas y más, como se ha dicho, son algunas de las temáticas que de esta obra se desprenden, y que pueden ser analizados, lo cual, página tras página, se pretende hacer con la mayor claridad, no sólo del lenguaje, sino de la exposición misma de los problemas a lo largo de su desarrollo, tal y como lo hace el gran poeta vencedor en la batalla de Salamina en torno al año 480 a.C., contra los Persas, posiblemente a la edad de 17. Esta batalla, posterior a la de las Termopilas, donde ocurrió el famoso y valioso enfrentamiento de Leónidas y sus espartanos contra Jerges y sus persas, en pro de la libertad de Grecia, representó eso, la liberación de un pueblo, de una cultura, que nos fue heredada para nuestra gran fortuna, así mismo, Antígona, cuando se revela contra ese inmenso poder, y muere, pero vence, revive en la historia la batalla final de los espartanos y su rey, como también la victoria de la que Sófocles pudo ser participe, al lado de Esquilo, en Salamina, de una fuerza pequeña contra una mayor, por la libertad, razón y gloria del ser humano y de las eras venideras. De esta manera, la unión de Grecia para esta batalla, y posterior a ella, la lucha de una niña Antígona y de un joven Sófocles, retumban en la obra y en el poeta de Colono, así como también en nosotros, pues la historia de la joven refleja la naturaleza humana. 13
  • 14. INTRODUCCIÓN La misión de trabajar una obra dramatúrgica tan ampliamente estudiada por diversas escuelas del pensamiento, más que redundar sobre sus temas y conclusiones, es proponer una visión en lo posible nueva, que tal como la obra, forme parte de un conjunto que, en la medida de que la dificultad del trabajo y de la pretensión misma lo permita, sea una. Para lograr tal fin, en los primeros capítulos se realiza una exposición de la construcción dramatúrgica de la obra, detallada en todo lo posible; la traducción que sirve como texto guía, aunque se han consultado otras, es la de Assela Alamillo, elaborada por ella para la editorial Gredos, aunque para los fines del comienzo de este trabajo, tan pretensioso, hubo que elaborar un Glosario que aparecerá al final de este estudio, y que gracias a la compañía de otras traducciones elaboradas con su respectiva exposición de la estructura dramática, en comparación con las definiciones ofrecidas en este Glosario, sirvió, luego para corroborar las variantes en las presentaciones del corpus de la tragedia, como las ofrecidas por Julián Motta Salas y por Jean y Mayotte Bollack, -ajustándose la de estos dos últimos más que la de Assela Alamillo a lo que es la división adecuada de la composición de la obra y los intereses de ésta, acordes con el significado y orden de las partes que la componen-, para organizar la más correcta presentación de la estructura dramática de la obra, que se expone en los primeros capítulos de este trabajo. Se continúa con una reconstrucción histórica de la familia, en dos capítulos, elaborada con una amplia exposición de notas al margen, sin llevar la 14
  • 15. pretensión de presumir erudición, sino más bien con la finalidad de presentar lo que en el texto y la linealidad de su lectura no puede agregarse, como lo es el exponer algunas de las variantes míticas que sobre el mismo tema hubo. Los siguientes cinco capítulos del trabajo presentan, con una intención muy difícil de cumplir, varios de los problemas que se encuentran en la tragedia, congeniando en muchos casos las interpretaciones ofrecidas con las de antaño, aunque también rechaza en varios casos a las mismas tradiciones del pensamiento, sin entrar en conflicto con el desarrollo de este estudio, ni violar el texto base por servir a intereses hermenéuticos. Concluyendo con la obra se abre un capítulo adicional que ofrece al lector el conocimiento de lo que se siguió a la familia, que por las tragedias conservadas, se puede pensar que termina allí, que no tiene más descendencia, pero que según historiadores y mitólogos posteriores, de la Grecia y Roma antiguas, perdura. Aunque la parte que se expondrá es la de la descendencia directa de Edipo, pues ésta se divide en dos a partir de Autesión, quien tiene dos hijos, un varón llamado Cresfontes Teras, cuyo linaje será el que se expondrá en este capítulo final, por ser, como se ha dicho, el directo de Edipo, pues el otro corresponde a los descendientes de Argea, hermana de Teras, cuyos descendientes, por ser ella mujer, necesariamente pierden el vínculo directo con el hijo de Layo, aunque tendrán gran influencia en la historia de sus parientes lejanos, como se mencionará en su momento. 15
  • 16. Se siguen, para concluir, dos árboles genealógicos, uno para la familia conocida hasta las tragedias, más sus ancestros que se remontan hasta las divinidades, y otro para lo que se sigue a la familia, su posteridad no conocida, bien porque no se haya escrito una obra, o varias al respecto, algo muy poco probable, dada la información que sobre ello se tiene por historiadores y mitólogos, por lo que es más posible que sencillamente no se hayan conservado los textos. Cabe agregar al respecto que hay ciertos familiares que se agregarán en el primer árbol genealógico, como Electra, hermana de Cadmo, según Pausanias; e Ilirio, hijo de Cadmo, según Apolodoro, cuya información sólo es expuesta por estos autores. Finalmente, la bibliografía, cuidadosamente dividida entre bibliografía principal, bibliografía secundaria, revistas y enlaces de internet, que sirvieron respectivamente como fuente de información para la elaboración de este trabajo. 16
  • 17. ACLARACIÓN A LAS FUENTES Redactar adecuadamente un texto no es tarea sencilla, más aún cuando una de las pretensiones es dar cuenta, de manera ordenada y clara, de toda una historia narrada por distintos autores, y por ello variada. Son tres capítulos, dos forman parte de la historia conocida, de la cual dan cuenta en parte los tragediógrafos; el tercero, parte de una historia lamentablemente perdida, es construido a partir de los datos históricos proporcionados por historiadores reconstructores del mito, y por ello mitólogos, antiguos. Además de lo narrado por Esquilo, primer tragediógrafo conocido como tal, que configuró el género, pese a que los orígenes de éste se remontan a otros personajes griegos, como Tespis; Sófocles, gran promotor de El Ciclo Tebano, aunque no el único, pero sí el más importante, por la sencillez y el gran encanto poético de su narrativa; Eurípides, tercero, por edad y reconocimiento de entre los tres grandes del teatro griego; que sirvieron, indudablemente como base primordial e indispensable para la construcción de los dos primeros, de tres, que narran la historia de la familia de La casa de Tebas; además de ellos, para la elaboración coherente de una reconstrucción histórica, sirvieron como base autores posteriores como Apolodoro, Pausanias, vitales para la redacción de dichos capítulos, y casi los únicos y principales del tercero; Ovidio y Diodoro, entre otros más recientes, en menor medida. 17
  • 18. Del tercer capítulo, como se ha dicho, sus principales testigos, cuyo testimonio permite conocer lo posterior a lo conocido de El Ciclo Tebano, son Apolodoro por su Biblioteca, y Pausanias por su Descripción de Grecia, en varios de sus libros. La narrativa de estos tres capítulos, dos que están al inicio de este trabajo, y uno que está cerca del final del mismo, está excedida de notas al pie de página, que dan cuenta de lo que en el texto como tal no podría tener lugar sin afectarlo. La lectura de estos capítulos, en especial de los dos primeros, por lo desconocido del tercero, que sólo exigen la debida referencia del lugar u obra de dónde salió, puede ser hecha perfectamente sin ver las notas, ellas están ahí como base enciclopédica e informativa de otras variantes del tema a tratar. Por este motivo, el trabajo a exponer queda eximido de la mirada maliciosa de un juez crítico, que piense en que la intención del autor es presumir erudición. Vale decir, que como regalo, la información genealógica en las notas al pie de página de estos tres capítulos, es recogida en dos árboles genealógicos, separados debida y cuidadosamente, como las fuentes de donde son extraídos. En los capítulos posteriores, libres de cualquier intención de reconstruir y narrar una historia, porque ya se ha hecho en los capítulos mencionados, la cantidad de notas disminuye abismalmente, sólo aparecen en la medida de lo justo y de lo que la memoria puede dar cuenta en el momento de la redacción, pues las bases bibliográficas que se consultaron también es extensa, para aclarar algún dato, o informar de que lo dicho no es una 18
  • 19. revelación del autor, sino que también hay otros pensadores sobre el tema que lo han notado. Tómense entonces, estimado lector, las notas al pie de página, su exceso y carencia de ello, como algo bueno; dispénsese a su autor, si su intención, por su incapacidad de incorporar lo dicho en cada nota al margen en el texto como tal, para no afectarlo con datos que son contradictorios, pero, que con el deseo de dar cuenta de ello, las agrega como notas marginales para que quizá, sólo quizá, ante la posibilidad o imposibilidad del lector, eternamente indefinido y posiblemente nunca conocido, de leerlas sin que afecten su comprensión, enriquezca su conocimiento al respecto, siendo ello algo grato para este autor, quizá tedioso para aquél que no puede ignorarlas sin afectar su comprensión, quedándole vedado el valorar la intención aquí expuesta. 19
  • 20. 1. ESTRUCTURA DEL DRAMA Antígona está compuesta por un prólogo (1-99); un párodo (100-161) con anapestos (110-116, 127-134, 141-147, 155-161); cinco episodios (162-331; 384-581; 631-780; 806-943; 988-1114), con anapestos los primeros dos y el cuarto (155-161, 526-530, 817-822, 834-838, 929-930), más un kommós (806-875) y un épodo (876-882); cinco estásimos (332-383; 582-630; 781- 805; 944-987; 1115-1154), con anapestos los primeros tres (376-383, 626- 630, 801-805), el quinto estásimo es un hipoquerma que hace las veces de estásimo; un éxodo (1155-1352) con un kommós (1261-1276), y un epílogo (1347-1353). Prólogo 1-99 Inicia a la madrugada del día siguiente en que ambos hermanos, Polinices, uno de los siete comandantes del ejército Argivo, y Eteocles, rey de Tebeas y uno de los siete comandantes del ejército Tebano, se dan mutua muerte en combate. A raíz de esto, Creonte se convierte en el nuevo rey, y ordena que Eteocles, que murió en defensa de la ciudad, sea enterrado con todos los honores, mientras a Polinices, que murió como un traidor, asediando a su tierra madre, le condena a permanecer insepulto, para que los perros y las aves rapaces le devoren; de igual modo, prohíbe que lo lloren. A raíz de este edicto, Antígona convoca a su hermana Ismene para que hablen fuera del palacio, donde luego de contarle lo que piensa hacer, apelando a la lealtad familiar, le pide que la acompañe en su obrar, enterrar al condenado; pero Ismene, perfecta personificación de la esencia y posición de la mujer Ateniense de la época, se rehúsa a ayudarla, 20
  • 21. intentando convencerla de desistir de sus intenciones, en vano, cuando luego de apelar a la memoria (v. 49-57), expone la condición de ambas y su posible destino (v. 58-64), lo cual, sólo consigue molestar a Antígona, quien ve en las palabras de su hermana pretextos que le producen desafecto, y que decide ignorar para continuar con sus intenciones. Párodo 100-161 (Anapestos 110-116, 127-134, 141-147, 155-161) Compuesto por dos estrofas y dos antistrofas, narra, en voz del Coro, que se presenta desconociendo el edicto de Creonte, el regocijo que se siente por la reciente victoria de Tebas frente a Argos el día anterior al actual, mientras piensa ir de noche a celebrar dionisiacamente (v. 148-154). Además de ello, se mencionan los símbolos patrios de ambas tierras en disputa, de Tebas, el dragón, de Argos, el águila, más una primera alusión a Creonte como nuevo rey (v. 155-158). Primer episodio 162-331 Se presenta Creonte como nuevo rey de Tebas, luego de salir del palacio rodeado de su escolta, éste, apelando a la lealtad civil, contraria a la lealtad familiar a la que Antígona apela ante su hermana, agradece al Coro por la misma que ha tenido con los antiguos gobernantes (v. 165-174), y luego de exponer en su discurso, de una manera sublime, su profunda sabiduría del poder, del gobernante (v. 175-183), donde trata la importancia del bienestar público sobre el privado, informa al Coro, hasta entonces ignorante de su edicto, sus deseos de enterrar honrosamente a Eteocles, y 21
  • 22. dejar insepulto a Polinices, para que sea devorado por los perros y las aves de rapiña. Aunque no está de acuerdo con la decisión de Creonte, el Coro lo acepta, sumiso. A continuación, se presenta un Guardián, quien, tras mucho vacilar, por temor a las consecuencias, se presenta ante Creonte y le informa de las malas noticias, que alguien desconocido esparció un polvo seco, fino, sobre el cadáver de Polinices, y le rindió los debidos ritos (v. 245-247), marchándose sin dejar huella. Esto enfurece a tal punto a Creonte que cree que unos conspiradores que están en contra de él y de su decreto, financiaron tal acción. Luego de exponer su pensar frente al dinero y sus consecuencias en y para el ser humano (v. 295-303), despide al Guardián, amenazándolo con que nada bueno le espera a él y a sus compañeros, si no descubren pronto al transgresor de la ley contra Polinices; acto seguido, Creonte acusa al Guardián de haberse dejado sobornar, por lo que ambos, confrontando sus posturas, se defienden y critican, algo de lo que el Guardián sale bien librado, entregándose al final, al destino y la merced de los dioses (v. 327-331). Primer estásimo 332-383 (Anapestos 376-383) Dedicado el Coro a exaltar al ser humano por sus mañas, el ser más asombroso de cuanto existe, capaz de gobernarlo todo, aunque inmediatamente resalta que pese a sus mañas, es incapaz de escapar a la muerte; que posee grandes habilidades, inimaginables, que puede encaminar al bien o al mal, condenando a este último, el que obra mal, al destierro, 22
  • 23. deseando que nunca le acompañe: “¡que no llegue a sentarse junto a mi hogar ni participe de mis pensamientos el que haga esto!” (v. 373-375). Después, el Coro manifiesta su dolor, luego de reconocer a Antígona, capturada por el Guardián. Segundo episodio 384-581 (Anapestos 526-530) Antígona es expuesta por el Guardián, quien narra cómo y qué hizo para capturarla, a la vez que se atribuye todo el mérito, ante Creonte; éste último le pregunta a la joven si tiene conocimiento del edicto que recientemente decretó, recibiendo no sólo una respuesta afirmativa, sino también una magistral defensa (v. 449-452), para su obrar, sintiendo pesar de no hacerlo. A raíz de esto el Corifeo exalta su carácter en relación con sus orígenes, lo cual molesta a Creonte, que encuentra ahora dos faltas en Antígona, violar la ley y estar orgullosa de ello, lo que lo aferra más en su decisión de no ceder, pues perdería poder, virilidad (v. 484-485), frente a un ser política y socialmente inexistente. La historia continúa y ninguno de los dos, Creonte y Antígona, cede; la joven sigue revelando su carácter, piensa y obra distinto a los demás (v. 510-511), porque afirma haber nacido para amar, no, como su opuesto, para odiar (v. 523). A continuación, Ismene es traída por dos esclavos; ella, sufriendo por la situación de su hermana, se atribuye una parte de la culpa, con el fin de compartir el destino de Antígona, aunque ésta, firme en su decisión, le 23
  • 24. niega tal posibilidad, pues obró sola y no quiere que ahora Ismene se atribuya algo que no hizo, por amar sólo de palabra, no de acto, lo que para Antígona no es amor (v. 543). Ismene obra así por temor a quedar sola (v. 548 y 566), pero al serle negado esto, opta por defender a Antígona, apelando al hecho de que es la prometida de Hemón, hijo de Creonte (v. 568), lo que también hace el Corifeo (v. 574), en vano, pues la decisión está tomada, la ley debe cumplirse y Antígona debe morir; por ello, sin más, Creonte ordena encerrar a las hermanas, confiando en que presas, les es imposible huir, pues “incluso los más animosos intentan huir cuando ven a Hades cerca de su vida” (v. 580-581). Segundo estásimo 582-630 (Anapestos 626-630) Compuesto por dos estrofas y dos antistrofas, narra con dolor, cómo se pierde la esperanza de terminar con la maldición de los Labdácidas, al estar Antígona condenada, un destino que sólo terminará cuando todos los descendientes de Edipo mueran. Aunque no se menciona a Creonte, se hacen muy sugerentes las críticas a éste, cuando, mediante una sentencia se dice: “lo malo llega a parecer bueno a aquel cuya mente conduce una divinidad hacia el infortunio, y durante muy poco tiempo actúa fuera de la desgracia” (v. 622-625). Los dioses juegan un papel muy importante al ser los guías, conductores sin tregua, hacia el infortunio, la consumación del destino de una maldición. Se anuncia la presencia de Hemón. 24
  • 25. Tercer episodio 631-780 Se presenta Hemón ante su padre, con la intención de salvar a Antígona, en ello se refleja la gran pericia de Sófocles, al poner en voz de Hemón, no a un amante dolido, desesperado y molesto, por el destino que Creonte ordena para Antígona, sino, a un joven tranquilo, cauteloso en su hablar, pues procura ser respetuoso y fiel a su padre, mientras, con sutileza lo critica e informa de la situación en que se halla la ciudad, la cual apoya a Antígona. La sutileza y el apoyo de Hemón, en un inicio hacen sentir a Creonte orgulloso, pues continúa creyendo que su causa o proceder es el correcto, el justo, porque Antígona ha obrado con anarquía, el peor de los males (v. 672-677), y que su hijo, a pesar de estar comprometido con la joven, no ha perdido la cabeza por amor a ella, sino que apoya a su padre, lo cual para Creonte es lo que se debe hacer, pues “al que la ciudad designa se le debe obedecer en lo pequeño, en lo justo y en lo contrario” (v. 666- 667). A causa de la férrea decisión de Creonte a ceder y perdonar a Antígona, y del empeño de Hemón en interceder por ella, Creonte comienza a ver un enemigo en su hijo, se siente amenazado, y responde a ello con amenazas. Ante esta conducta de Creonte, Hemón, enfurecido, sale precipitadamente. 25
  • 26. Acto seguido, el Corifeo pregunta a Creonte si aún pretende dar muerte a ambas hermanas, respondiendo este último que no, sólo a Antígona, ocultándola viva “en una pétrea cueva, ofreciéndole el alimento justo, para que sirva de expiación sin que la ciudad entera quede contaminada” (v. 774-776), confiando que con ello, la joven entienda que “es trabajo inútil ser respetuoso con los asuntos de Hades” (v. 780), mostrando así su falta de respeto y desafío con los dioses infernales, más, un cambio en su decisión frente a la manera de castigar a la niña, prefiriendo en vez de lapidarla públicamente, como antes había decretado hacer con quien transgrediera su ley (v. 36-37), enterrarla viva y alimentarla, para así, tanto él como la ciudad queden libres de culpa. Tercer estásimo 781-805 Compuesto por una estrofa y una antistrofa, es un bello canto donde se exalta y evoca a Eros, sus capacidades y alcances; el amor como la fuerza que enloquece a quien lo posee y, como el culpable de la disputa entre Hemón y Creonte, por la joven transgresora de la ley; todo producto de Afrodita. El Coro siente lastima por Antígona, dirigiéndose a su encierro pétreo. Cuarto episodio 806-943 (Anapestos 801-805, 817-822, 834-838, 929-930; Kommós 806-875; épílogo 876-882) 26
  • 27. Este episodio está compuesto de dos partes; la primera, es un Kommós en donde Antígona, dialogando con el Corifeo, se lamenta por su vida y destino; esta parte llega hasta el verso 882, y está constituida por tres estrofas y tres antistrofas, con anapestos, más un épodo. En esta parte, Antígona, conducida por dos esclavos, le comunica a los ciudadanos de Tebas que se dirige a su destino, pero que irá viva al Hades, “a la orilla del río Aqueronte”, sin casarse. En ello, se compara con Níobe. Aunque el Coro intenta consolarla, hablándole de la forma en que se dirige al Hades y de la fama de que goza y gozará pues, “aún muriendo es glorioso oír y decir que has alcanzado un destino compartido con los dioses en vida y, después, en la muerte” (v. 817-822 y 836-838). Ahora, cerca de entrar en la tumba pétrea, Antígona lamenta su destino y el de su familia, la maldición y lamentos renovados, su nacimiento, la boda de su hermano, y su muerte en vida sin casarse; recibiendo un extraño consuelo del Corifeo, porque aunque éste le reconoce respeto por su piedad, le dice que no se puede transgredir la autoridad del gobernante, y que ella obró impulsivamente. Como despedida, Antígona manifiesta que nadie la acompaña en su dolor, deplora su destino, ni la llora. En la segunda parte, sale Creonte del palacio, ordena el pronto encierro de Antígona, y manifiesta su pureza y la de su familia, frente a la joven mancillada. Por su parte, Antígona, evitando hablar de Ismene, se presenta a sí misma como “la única que queda de las hijas de los reyes”; justifica 27
  • 28. su obrar frente al fallecido, insepulto, pues sólo habría hecho lo que hizo por él porque , “si un esposo muere, otro podría tener, y un hijo de otro hombre si hubiera perdido uno, pero cuando el padre y la madre están ocultos en el Hades, no podría jamás nacer un hermano” (v. 908-912), un hermano del que además antes ha dicho a su hermana, que ama y la ama, y a quien debe honrar pues se pasa más tiempo con los muertos que con los vivos. Por esto, y aunque por obrar con piedad es juzgada como impía, Antígona comienza a cuestionarse, desde su obrar y su castigo, hasta a quién puede apelar, concluyendo que si obró en contra de los dioses, admitirá su error, de lo contrario, maldice, les desea un mal semejante al suyo a sus verdugos; después es encerrada. Cuarto estásimo 944-987 Está compuesto por dos estrofas y dos antistrofas, donde, con Antígona encerrada, el Coro compara a los miembros vivos de la Casa real de Tebas, con antiguos personajes de sangre real, lo cual nos ofrece no sólo una visión presente, sino también, una visión anticipada de lo que sucederá a la familia. Quinto episodio 988-1114 Entra Tiresias, guiado por un joven. Se presenta ante Creonte, quien hasta ese momento ha confiado en el buen juicio del adivino, mas, ello cambia una vez que el anciano le comenta las malas noticias, de un funesto destino que se aproxima a raíz del edicto proferido, y de su empeño en 28
  • 29. sostenerlo porque, con ello el nuevo rey ve en el anciano a un mercenario que obra en contra suya, en favor de los injustos, pidiéndole que recapacite pues todos erramos, pero es de sabios, sensatos, corregir, y ordena por ello el entierro de Polinices, pues no sirve castigar a un muerto, y, vaticinando grandes y terribles desgracias, como que pronto, Creonte, a raíz de su error para con Antígona y su hermano, pagará por sus muertes con uno de sus hijos; asimismo las Erinias, poderosas e infatigables vengadoras del Hades, lo acecharán, lo harán sufrir, y poco después, las ciudades cuyos cadáveres tuvieron el destino que Creonte decretó para Polinices, permanecieron insepultos para ser devorados por los perros y las aves de rapiña, se aliarán contra él. Dicho todo lo anterior, Tiresias, ante la obstinación a ceder por parte de Creonte, decide dar por terminado el acalorado discurso que sostuvo con éste, y marcharse para que así el insensato obre según su voluntad, y así aprenda al sufrir. Se presenta el Corifeo, anunciando la partida del adivino, recordando que él nunca predijo falsedades. La presencia del Corifeo y sus palabras tienen un efecto hasta ahora no logrado, y en apariencia imposible, hacen que Creonte recapacite, pues, con dolor, frente al dilema de la situación de hecho, entre sufrir o ceder, decide pedir consejo al Corifeo, quien le aconseja lo mismo que Hemón y Tiresias, enterrar a Polinices y liberar a Antígona (v. 1100-1101), pronto, pues los dioses castigan rápido (V. 1103-1104). Se presenta ahora un Creonte distinto, agobiado, que desiste de su orden, porque “no se debe luchar en vano contra el destino” (V. 1106), y ordena 29
  • 30. tomar hachas e ir donde yace Polinices, mientras él se dirige donde Antígona para estar presente en su liberación del mismo modo como lo estuvo en su encierro; un Creonte que ahora, cambiando de opinión, de creencia, teme que “lo mejor sea cumplir las leyes establecidas por los dioses mientras dure la vida” (v. 1113-1114). Antígona se convierte entonces en la gran vencedora. Hipoquerma o quinto estásimo 1115-1154 Compuesto por dos estrofas y dos antistrofas, es un canto alegre, donde se invoca al gran dios de la festividad, que habita y protege la ciudad de Tebas, Baco (Dionisio), como purificador, expiador, de la desgracia (v. 1137- 1154), advirtiéndose con ello un gran contraste entre la situación actual del Coro con el de antes, cuando pensaba invocar a Dionisio, pero para celebrar la reciente victoria de la ciudad de Tebas (v. 148-154). Aunque el canto está motivado por el arrepentimiento de Creonte, al decidir enterrar a Polinices y liberar a Antígona, es muy tarde ya, la catástrofe se aproxima. Éxodo 1155-1353 (Kommós 1261-1276; Epílogo 1347-1353) Se presenta un mensajero, portador de malas noticias, para informar que Hemón se ha suicidado por causa de su padre. Aparece Eurídice, esposa de Creonte y madre de Hemón, escucha que algo malo ha sucedido, no tiene idea de qué fue, pero quiere saberlo sin importar de qué se trate. El Mensajero accede a repetir lo dicho, sin omitir detalle; le dice a la reina, que acompañó al rey hasta lo alto de la llanura, donde yacía aún 30
  • 31. destrozado por los perros, sin obtener compasión, el cuerpo de Polinices (v. 1196-1198); le suplicaron a Hécate y Plutón que contuvieran su cólera, fueran piadosos, lavaron el cuerpo con agua purificada, cremaron lo que quedaba de él y le cubrieron con un túmulo de tierra. Luego de rendir honores al cuerpo de Polinices entran a la cueva donde está encerrada Antígona. Creonte escucha la voz de su hijo, y ordena a los Criados revisar si es él en efecto. Tras revisar, encuentran a Antígona muerta, de una manera similar a su madre, suicidada por ahorcamiento, y a su prometido a su lado, vivo, lamentando lo sucedido, pero, una vez que observa a su padre, le escupe e intenta asesinarlo con su espada, mas, como falla, enfurecido consigo la usa para suicidarse. Agonizando, estrecha en un abrazo a Antígona y muere a su lado, hecho que pudo haberse evitado, si Creonte hubiera ido en primer lugar a liberar a la joven, como había dicho, en vez de desviarse para rendirle los ritos funerarios al cadáver de Polinices. Sin pronunciar palabra tras escuchar al Mensajero, Eurídice se retira, entra al palacio. Este silencio de la reina inquieta al Corifeo, quien ve en ello algo funesto. Aunque igualmente inquieto, el Mensajero piensa algo diferente, que la reina se retiró a sufrir sola su perdida, y ya que goza de cordura, no cometerá un error, aun así, propone al Corifeo entrar al palacio, para despejar las dudas. Aparece Creonte, y con él, se inicia un diálogo compuesto por tres estrofas y tres antistrofas donde, él mismo se culpa por todo, por sus errores y por la muerte de su hijo, pero también culpa a un dios por su crueldad y 31
  • 32. desgracia, la misma que aumenta una vez que el Mensajero regresa del palacio, portando la noticia de la muerte de Eurídice, por mano propia, hiriéndose con un cuchillo bajo el hígado, maldiciendo a su esposo antes de morir. Este último golpe destroza a Creonte, quien sin más, pues lo ha perdido todo, quedándole sólo la culpa, sintiéndose como nadie, desea que lo lleven lejos, pidiendo repetidamente la muerte, sin encontrar consuelo pues, el Mensajero lo culpa por todas las muertes, y el Corifeo, le dice como primera de dos sentencias, que no suplique “ahora nada. Cuando la desgracia está marcada por el destino, no existe liberación alguna para los mortales.” (v. 1337-1338). Como segunda, y que se podría denominar como la máxima de la obra, que “la cordura es el primer paso de la felicidad. No hay que cometer impiedades contra los dioses. Las palabras arrogantes de los que se jactan en exceso, tras devolverles en pago grandes golpes, les enseñan en la vejez la cordura” (v. 1348-1353). 32
  • 33. 2. EL DRAMA DE ANTÍGONA Descendiente de Cadmo y heredera de la maldición de los Labdácidas, de La Casa de Tebas, Antígona, en compañía de su hermana Ismene, constituye la última ramificación maldita de la descendencia de Edipo, en unión con su esposa y madre Yocasta. El drama de Antígona se remonta mucho más atrás de la historia que lleva su nombre, escrita por Sófocles; va más atrás del suicidio por ahorcamiento de su abuela y madre Yocasta, y del enceguecimiento y destierro de su padre y hermano Edipo, en Edipo Rey1; de la dramática y misteriosa muerte del mismo en Edipo en Colono; del mutuo asesinato de sus dos hermanos, Eteocles y Polinices, en aquella querella en donde los ejércitos de Argos, comandado por Polinices, y de Tebas, bajo el mando de Eteocles, se enfrentaron, narrado por Esquilo en Los siete contra Tebas, cuyos sucesos, aunque brevemente informados en la historia de Antígona (v. 100-154), constituyen el eje central sobre el cual gira toda la historia de la joven. El drama de Antígona se remonta mucho más atrás de dichos acontecimientos, lo hace hasta Agenor, semidiós, hijo de Libia2 y Poseidón, 1 Su nombre original es Edipo tirano ( oσς ηύραννoς), porque en griego, la palabra Týrannos guardaba ambos significados, el de rey y el de tirano, como gobernante, así se ve por ejemplo en Homero, cuando en la Odisea XVIII 85, se refiere a Équeto. 2 Libia es hija de Épafo, hijo de Zeus e Ío, y de Menfis, hija de Nilo; hermana de Tebe, de la cual se deriva el nombre de Tebas, y de Lisianasa. Con Poseidón además de Agenor, tiene a Belo. 33
  • 34. cuya hija, Europa, fue seducida por Zeus, quien tomando la forma de un toro blanco la llevó hasta la isla de Creta, donde se unió a ella luego de revelarle su identidad, concibiendo como fruto de dicha unión a Radamantis, Minos3 y Sarpedón. Ante la desaparición de Europa, Agenor envía a sus hijos, Fénix, Cílix y Cadmo en su búsqueda, prohibiéndoles regresar sin ella; en ello además les acompañan su madre Telefasa, y Taso, hijo de Poseidón, pero al ser incapaces de lograr su cometido deciden no regresar a su hogar, y en cambio se establecen en diferentes regiones, cuyos nombres llevan: Fenicia, por Fénix; Cilicia, por Cílix; mientras que, Taso, Cadmo y su madre, vivieron en la región de Tracia, donde, en una isla, Taso fundó una ciudad con su nombre4. Tras la muerte y posterior entierro de Telefasa, Cadmo va al oráculo de Delfos5 para consultar por su 3 Tras vencer en una lucha con sus hermanos por el amor de un muchacho llamado Mileto, hijo de Apolo y Aria, aunque tal vez haya sido por Atimnio, hijo de Zeus y Casiopea. Luego de la muerte de su padrastro Asterio, Minos se convierte en rey de Creta y se casa con Pasífae, hija de Helios y Perseide, con quien concibe cuatro hijos, Deucalión, Androgeo, Glauco y Catreo, y cuatro hijas, Acale, Jenódice y Fedra, Ariadna, con quien se casa el héroe Teseo, asesino de Asterio, no el padre adoptivo de Minos, sino el llamado Minotauro, que significa “el toro de Minos”, hijo fruto del amor zoofílico de Pasífae con un toro, en castigo de Poseidón a Minos por no sacrificar al bello animal que la deidad le otorgó con la promesa de aquél de sacrificarlo en su honor y que lo afirmaba como rey. Derrotados, Radamantis, más tarde, huye a Beocia y desposa a Alcmena tras la muerte de su esposo Anfitrión, con quien en una misma noche luego de acostarse con su esposo Anfitrión, concibe a Ificles, y con Zeus disfrazado de Anfitrión, a Heracles; Mileto por su parte, funda una ciudad con su nombre en Caria; Sarpedón gobierna en Licia, tras aliarse con Cílix en la batalla contra ellos (Apolodoro: Biblioteca III 1,2-3; Robert Graves: Los mitos griegos, I: 88. Minos y sus hermanos). Tras su muerte, Minos gobierna en el Hades como uno de los tres jueces, en compañía de su hermano Radamantis, que es otro juez. 4 Apolodoro, Op. Cit., III 1. 5 El Oráculo de Delfos era el santuario más famoso e importante de Grecia; era tal su importancia, que, además de ser muy citado en las tragedias, se le consideraba incluso como el ombligo del mundo, como se puede ver en Los siete contra Tebas de Esquilo (v. 34
  • 35. hermana; luego de consultarlo, éste le responde que cese de su búsqueda pues no la hallará, en cambio le aconseja fundar una ciudad, justo en el punto donde una vaca, que debía hallar y seguir, que porta el signo de una luna llena en cada uno de sus costados, cayera agotada. Donde cae el animal, Cadmo, obedeciendo al Oráculo, funda una ciudad, Tebas, donde erige una imagen de Atenea, pero que, buscando agua sagrada para sacrificar al animal en honor a la diosa, envió a sus hombres, sin saberlo, a un terrible destino, pues casi todos perecieron al ir por el agua a la fuente de Castalia, perteneciente a Ares, custodiada por un Dragón6, al que 746-747). Este oráculo estaba regido por Apolo. Sobre este oráculo de Apolo, hay tres versiones, una de Esquilo, que narra que perteneció antes a la titán Gea, “la primera adivina”, después a Temis, su hija, y por último a Febe, otra de sus hijas, que le obsequió el oráculo a Apolo cuando nació (Esquilo: Euménides 1-9); la segunda, es de Pausanias, que, aunque concuerda con Esquilo en que perteneció primero a Gea, agrega que ésta nombró como su profetisa a Dafnis o Dafne, una de las ninfas que viven en el monte, enamorada de Apolo, de la que se deriva la función del Laurel en el culto de esta deidad, pues la etimología de Dafnis o Dafne significa “Laurel”, (una de las dos ramas, pues la otra es el olivo, con que se coronaba a los mensajeros que traían buenas noticias, como se puede ver en Edipo rey (v. 84); el laurel era colocado en los altares por los suplicantes y retirada de allí una vez que su suplica era satisfecha; también, era el árbol sagrado de Apolo); difiere en dos cosas, en la primera, que es la tercera versión, cita un poema de Museo, hijo de Antiofemo, llamado Eumolpia, donde se dice que el oráculo era compartido por Gea y Poseidón, cuyo servidor en los oráculos y profecías era Pircón; en la segunda, en que Temis, es la que es la que le entrega el oráculo a Apolo, y que éste le dio a Caluria a Poseidón, a cambio de su parte del oráculo. (Pausanias: Descripción de Grecia X 5,5-6). 6 Apolodoro, Op. Cit., III 4. Según Ovidio, no es un dragón, sino una gran serpiente de piel azulada, coronada por una cresta de oro, hija de Ares, de ahí también la furia del dios contra Cadmo, con su cuerpo lleno de veneno, ojos ardientes, tres lenguas y tres filas de dientes, más un cuerpo tan largo como “el de la serpiente que separa la Osa Mayor de la Osa Menor” (Ovidio: Metamorfosis III 26-130). El dragón, sin mención de su posible parentesco con Ares, como guardían de la fuente, es mencionado por Pausanias en Descripción de Grecia IX 10,5. Independiente de si hay o no relación familiar entre la 35
  • 36. más adelante en venganza por sus hombres, Cadmo asesina, por lo que Ares furioso exige un castigo para el verdugo de su Bestia, siendo Cadmo condenado a servir durante un año perpetuo, equivalente a ocho años7, al belicoso dios. Antes de ser condenado, tras haber asesinado al Dragón de Ares, Atenea le aconseja a Cadmo que entierre los dientes de la Criatura, de los que nacen los Espartos (Espartanos), u hombres sembrados8, de los cuales sólo sobrevivieron cinco tras una intensa batalla fratricida: Udeo, Peloro, Hiperenor, Ctonio y Equión9. Luego de cumplir con su castigo, Cadmo se casa con Harmonía, diosa, hija de Ares y Afrodita, boda a la que asisten todos los dioses10 y de cuya unión nacieron cuatro hijas, Autónoe11, Ino12, Ágave13 y Sémele14, y dos bestia y la bélica deidad, Eurípides en las Fenicias 931-936, dice que esta última odia a los Cadmeos por la muerte del reptil. 7 Apolodoro, Op. Cit., III 4,2. 8 Eurípides: Fenicias 938-941. De estos dientes del dragón, Atenea guarda algunos, que son los que más adelante, en el mito del Vellocino de oro, sembrará el héroe Jasón, como parte del desafío impuesto por Eetes, padre de Medea y Rey de Colcos, con la promesa de entregarle el Vellocino. 9 Apolodoro, Op. Cit., III. 4,1; Pausanias, Op. Cit., IX 5,3. También Ovidio habla de esto, con la diferencia de que él sólo menciona de los cinco Espartos, a Equión, (Ovidio, Op. Cit., III 26). Equión será el esposo de Ágave, una de las hijas de Cadmo y Harmonía, y a su descendencia, tres generaciones más adelante, pertenecerán Creonte y Yocasta. 10 Pausanias, Op. Cit., III 18,12; Eurípides: Fenicias 822. 11 Autónoe tiene con Aristeo, a Acteón, Criado por el centauro Quirón y adiestrado por el mismo en el arte de al caza, fue devorado por sus perros al ser convertido en ciervo por haber visto desnuda a Artemisa mientras se bañaba. (Ovidio, Op. Cit., 138-252; Apolodoro, Op. Cit., III 4,4; Pausanias, Op. Cit., IX 2,3). En la misma parte referida de Apolodoro, el autor expone otra versión de la historia, la de Acusilao, para el cual la muerte de Acteón no fue producto de Artemisa, sino de Zeus, furioso porque el joven pretendía a Sémele; mientras que Pausanias, igual, en la misma parte citada, mencionando la versión de Estesícoro de Hímera, concuerda en una parte con la segunda versión planteada por 36
  • 37. Apolodoro, dice que Acteón murió para impedir su boda con Sémele, pero no por obra de Zeus, sino de Artemisa, y no convertido en ciervo, sino cubierto con una de dicho animal, por la diosa. Por otra parte, según Eurípides en las Bacantes 339-342, dice que el motivo de tan cruel final para Acteón, se debió a que se jactaba de ser mejor en la caza que Artemisa. 12 Ino, esposa de Atamante, tuvo de él dos hijos, Learco y Melicertes, muertos a manos de su propio padre; es una deidad marina también llamada Leucótea; protege a Dionisio de la furia de Hera; convenció a su esposo para que sacrificara a sus dos hijos, Frixo y Hele, nacidos de su anterior esposa, Néfele, mas, antes de ser sacrificados, son salvados por un carnero con la piel del vellocino de oro enviado por Zeus (Pausanias, Op. Cit., IX 34,5 y 7); como deidad es alabada, incluso, en el camino desde Étilo hasta Talamas, hay un santuario de ella y un oráculo, al que se consulta durmiendo, y en ello, en sueños, la diosa revela todo lo que se quiere saber. (Pausanias, Op. Cit., III 26,1). 13 Ágave, hermana de Sémele, es una de las bacantes, las mujeres que rinden culto al hijo de su hermana, Dionisio, guardando además, los secretos de dicho culto con alto recelo, hasta tal punto, que Ágave es capaz de asesinar a su propio hijo, Penteo, enloquecida por Dionisio, como castigo por espiarlas en medio del ritual, y por ser impío con la deidad. La manera de asesinar de las Bacantes, aunque es bastante cruel, está perfectamente relacionada con la muerte del mismo dios al que rinden culto, pues descuartizan a su víctima, del mismo modo en que la deidad adorada lo fue de bebé. Sobre este tema, Eurípides escribe una tragedia, Las Bacantes, también lo hace Teócrito, en su poema con el mismo nombre, Las Bacantes; al parecer, según cuenta José María Lucas De Dios (Sófocles: Fragmentos. BCG Págs. 79-80), Sófocles también escribió una obra con el mismo nombre de la que no se conserva ningún fragmento, más allá de una didascalia encontrada en el papiro de Oxirrinco 2256, fr. 3; de igual manera, al parecer, trató el mismo tema Esquilo en su obra también perdida, Penteo. La muerte de Penteo también es narrada en las Fenicias 1043-1147, de Eurípides, donde se dice además, que Ágave confundió a su hijo con un león, mientras que en otra versión, del mismo destino de la víctima, la Metamorfosis 701-731, de Ovidio, se dice que lo tomó por un jabalí; por su parte, sin especificar, Apolodoro dice en su Biblioteca III 5,2, que con una fiera; según este último autor en la misma obra, una muerte similar a la de Penteo, como castigo por la misma impiedad de éste con Dionisio, recibe Lábdaco (5,5). 14 Sémele en unión con Zeus tuvo a Dionisio, (Pausanias, Op. Cit., IX 5,2), a causa de esto, engañada por Hera que, furiosa por la infidelidad de su esposo se le aparece como su nodriza Béroe, le pide a Zeus que se le presente en la forma como estuvo en la boda 37
  • 38. hijos, Polidoro15 e Ilirio16; como obsequios a su unión, la joven recibe por parte de su madre un collar de oro elaborado por Hefesto, que daba una belleza irresistible; mientras que, por parte de Atenea, una túnica o peplo dorada que daba dignidad divina. Pese a la unión humana y divina ambos esposos estaban malditos, por un lado, el de Harmonía, por el odio de Hefesto, por ser el fruto de la infidelidad de su esposa con su hermano; por el otro, el de Cadmo, por Ares, al no perdonar el asesinato de su Bestia17. A causa de tal maldición, con los años Cadmo tuvo que renunciar a su reino, cediéndoselo a su nieto Penteo, hijo de Ágave y Equión, tras cuya muerte fue sustituido por Lábdaco, hijo de Polidoro y padre de Layo. Este último, bisnieto de Cadmo, rey de Tebas, esposo de Yocasta18 y con su esposa, (Ovidio, Op. Cit., III 273-298), muriendo de terror ante su presencia, por lo que el dios extrae de su cuerpo a su hijo y lo cose a su muslo hasta que nace. (Apolodoro, Op. Cit., III 4,3). Según Eurípides Sémele muere por un rayo, apresurándose entonces el nacimiento de Dionisio, por lo que Zeus lo cose a su muslo hasta que la Moira cumplió el plazo. (Eurípides: Bacantes 1-4; 610; 88-104; 243-246; 286-291; 520-529). Según el orfismo, Dionisio no es hijo de Sémele y Zeús, sino del dios, de manera incestuosa, con su hija Perséfone, como se puede ver en el himno XXX. A Dionisio. 15 Apolodoro, Op. Cit., III 4,2; Hesíodo: Teogonía 975-978. 16 Ilirio es el hijo más joven de Cadmo y Harmonía, nace en Iliria, tiempo después de que los Ilirios fueran vencidos por el ejército comandado por sus padres. (Apolodoro, Op. Cit., III 5,4). 17 Sobre el odio de Ares a Cadmo y su descendencia por asesinar a su Dragón, véase Eurípides: Fenicias 930-936. 18 Homero en la Odisea, por voz de Odiseo, la llama Epicasta (Homero: Odisea XI 271- 280). Asimismo la nombra en dos ocasiones Pausanias en Descripción de Grecia, en la primera (IX 5,10-11), donde se ven las dos versiones de un mismo nombre, (Yocasta= Epicasta), citando a Homero, para sustentar una creencia que tiene sobre el origen de los hijos de Edipo; en la segunda (IX 26,3), para exponer otra hipótesis que tiene acerca de la Esfinge. De igual manera, Apolodoro en su Biblioteca reconoce ambas versiones del mismo nombre (III 5,7). 38
  • 39. padre de Edipo, una vez que fue desterrado de su reino19, el de las siete puertas20, y recibido en Pisa por Pélope, se enamora del hijo de aquél, Crisipo, un niño reconocido por su gran belleza, y lo rapta una vez que su destierro fue anulado. A raíz de ello Pélope maldice a Layo, aunque cuando se dirige hacia Tebas para recuperar a su hijo, este último es asesinado21. A causa del hecho impío de Layo, Hera, protectora de la familia, envía a la terrible Esfinge22 para que azote a la ciudad de Tebas, de dos maneras, 19 Layo es desterrado de Tebas por Lico; este último, hermano de Nicteo, llegó en su compañía a Tebas huyendo de Eubea por haber asesinado al hijo de Ares y Dotis, Flegias. Por su amistad con Penteo, obtuvieron la ciudadanía Tebana. Nicteo, tras la muerte de Polidoro, crió a su hijo Lábdaco, aún siendo un niño, pero se suicidó por causa de su hija Antíope, al quedar en cinta de Zeus, por lo que Lico le reemplazó en el cuidado de Lábdaco hasta que creció y pudo gobernar, pero, como éste murió poco tiempo después, le encomendó de nuevo a quien fue su tutor, Lico, criar a su hijo, Layo, pero, en esta segunda ocasión, no cedió el poder, y Layo tuvo que huir, hasta que Zeto y Anfión vencieron en batalla a Lico, unieron las dos ciudades de Tebas, la Ogigia y la Cadmea durante su gobierno, y Layo recuperó su poder tras sus muertes. (Pausanias, Op. Cit., IX 5,4-7; Apolodoro, Op. Cit., III 5,5-7). 20 Epíteto de Tebas, debido a la arquitectura misma de la ciudad; también es llamada la rica en carros. Según cuenta Pausanias, Op. Cit., (IX 18,5-6), la ciudad de Tebas era muy rica porque los tebanos trajeron los huesos de Héctor desde Troya, según se los pidió un oráculo, y los enterraron junto a la fuente llamada Edipodia, denominada así porque en ella se lavó Edipo las manos luego de asesinar a su padre. 21 Sobre la muerte de Crisipo, según varias versiones de diferentes autores, Layo es inocente, un ejemplo de esto se encuentra en Pausanias, Op. Cit., VI 20,7, donde Hipodamía se retira de Pisa, lugar en el que gobierna con Pélope, hacia Midea en la Argólide, pues éste, su esposo, está muy molesto con ella a causa del deceso de su hijo. 22 La Esfinge era una bestia con cuerpo de león, en su cola, pecho y patas; cara de mujer y alas. 39
  • 40. devorando a todo aquel que es incapaz de resolver su enigma 23, el mismo que le enseñaron las Musas, y por ello lo canta, por lo que recibe el epíteto de “la cruel cantora” 24; y esterilizando las tierras, destruyendo los cultivos, por lo que la ciudad pasaba hambre25. 23 Sobre el enigma de la Esfinge, véase El enigma de la Esfinge, contenido en la traducción de las tragedias de Sófocles que realiza Assela Alamillo para la editorial Gredos pág. 309: “Existe sobre la tierra un ser bípedo y cuadrúpedo, que tiene sólo una voz, y es también trípode. Es el único que cambia su aspecto de cuantos seres se mueven por tierra, por el aire o en el mar. Pero, cuando anda apoyado en más pies, entonces la movilidad en sus miembros es mucho más débil”. También hay una alusión, más corta, a este enigma en Apolodoro: “¿qué ser provisto de voz es de cuatro patas, de dos y de tres?”. (Apolodoro, Op. Cit., III 5,8). 24 Sófocles: Edipo Rey 37; Apolodoro, Op. Cit., III 5,8. 25 Es interesante lo que dice Pausanias acerca de la Esfinge; según él, sobre ella se cuentan tres cosas; la primera es la más popular, que cantaba un enigma, y quien no lo sabía responder, era devorado; la segunda, es que se dedicaba al pillaje, la piratería, con su fuerza naval, en el mar de Antedón, hasta que Edipo llegó desde Corinto con un ejército mayor y la aniquiló; la tercera, tan desconocida como llamativa, es que era hija ilegitima de Layo, por lo que le reveló a su padre lo que el Oráculo de Delfos le predijo a Cadmo tiempo ha, para que cesara la búsqueda de su hermana y se encaminara a la fundación de Tebas; este secreto revelado a su padre, es de mucha importancia, porque resulta que sólo sus verdaderos hijos, debían conocerlo, digo hijos, porque, según el autor, Layo tuvo varios con unas concubinas, éstos se acercaban a la Esfinge para reclamar su trono, pero ésta, con engaños, para ver la legitimidad de su linaje y lo justo de su reclamo, les pedía que le dijeran lo que el Oráculo le predijo a Cadmo, algo que deberían saber siendo hijos de Layo, pero, como fallaban, eran asesinados; esto duró hasta que llegó Edipo, informado previamente por un sueño, y solucionó su enigma. (Pausanias, Op. Cti., IX 26,2-4). Esta tercera información sobre la Esfinge es de mucho valor en cuanto a variación mítica porque, según ello, la maldición lanzada a Layo por Pélope, sólo aplicaba para el hijo que tendría con su legítima esposa, Yocasta. Según Apolodoro en su Biblioteca 5,8, la Esfinge es hija de Equidna y Tifón, mientras que para Hesíodo en la Teogonía 327-328, lo es de la Quimera y de Orto. 40
  • 41. En busca de cómo solucionar el enigma de la Esfinge, Layo parte de Tebas rumbo a Delfos para consultar al Oráculo, en ello, en el camino Esquiste26, donde se cruzaban dos caminos, se encuentra con un Edipo errante, con el que tras un altercado termina muerto27. El enigma de la Esfinge es resuelto por Edipo 28, por lo que aquella, atormentada, se arroja desde el monte Ficio, donde estaba ubicada, cerca de la ciudad de Tebas, y destrozándose en el valle de abajo. A causa de esto Edipo es proclamado como nuevo rey de Tebas, y se casa con Yocasta, como premio otorgado a quien librara a la ciudad de la Esfinge, desconociendo que es su madre, y que su viudez se debe a que su esposo fue asesinado por un desconocido aún libre, quien a medida que 26 En este camino que significa “encrucijada”, apropiadamente llamado así por el cruce de los caminos; se dice que en él yacen enterrados los cuerpos de Layo y sus dos criados muertos, por obra del rey de Platea, Damasístrato. (Pausanias, Op. Cit., X 5,3-4; Apolodoro, Op. Cit., III 5,8). 27 Hay dos versiones sobre este funesto encuentro, la primera es de Sófocles en Edipo rey 795-800, Edipo se encuentra con su padre después de consultar al oráculo y conocer su destino; la segunda es de Eurípides en las Fenicias 35-38, tanto Edipo, aún sin conocer su destino por voz de Febo, como Layo, que de manera interesante no va a consultar por el problema con la Esfinge, sino porque quiere saber si su hijo aún vive, se encuentran mientras van a Delfos. 28 Sobre la respuesta de Edipo, véase la solución del enigma, contenida en la traducción de las tragedias de Sófocles que realiza Assela Alamillo para la editorial Gredos pág. 309: “Escucha, aun cuando no quieras, musa de mal agüero de los muertos, mi voz, que es el fin de tu locura. Te has referido al hombre, que, cuanto se arrastra por tierra, al principio, nace del vientre de la madre como indefenso cuadrúpedo y, al ser viejo, apoya su bastón como un tercer pie, cargando el cuello doblado por la vejez”. También, en Apolodoro: “Edipo, habiéndolo oído, encontró la solución y dijo que el enigma propuesto por la Esfinge se refería al hombre, que de niño es cuadrúpedo, en la madurez bípedo y en la vejez usa como tercer sostén el bastón” (Apolodoro, Op. Cit., III 5,8). 41
  • 42. avanza el drama de Edipo rey, se sabrá que fue Edipo, quien, cuando se encontraba errante, porque acababa de conocer su funesto destino e intentaba evitarlo, lo asesina, sin saber que con ello comenzaba a realizar lo que el Oráculo le predijo, no sólo a él, sino también a su padre, Layo. Tras la muerte de Layo y descubierto Edipo como su asesino, enceguecido y desterrado, éste, de nuevo errante, ahora guiado por su hija Antígona, como lo vemos en el Edipo en Colono, llega hasta el bosque de las Euménides29, en Colono, perseguido por las mismas. Allí, una vez informado de dónde se encuentra, por voz de un habitante de la región, Edipo, consciente de que el final de su vida se acerca, pide al hombre que llame al rey de la ciudad de Ática, Teseo, quien, tras un diálogo entre Edipo y el Coro, y posteriormente con su hija Ismene, llega y le ofrece su protección, la misma que le es muy útil para recuperar a su hija de las manos de Creonte, el mismo que después de haber venido a pedir a Edipo que regresara a su lado a Tebas, y fue rechazado, opta por llevarlo a la fuerza, raptando a sus hijas, pues está predicho por el Oráculo de Delfos que quien posea el cuerpo de Edipo tendrá grandes beneficios en una guerra futura entre Tebas y Ática, mas, el moribundo, se niega a volver a su patria como venganza, mientras sus hijos obtienen de él sólo la tierra donde caerán muertos30. Finalmente, tras rechazar a su hijo y escapar de las manos de su tío y cuñado, Edipo, acompañado por sus hijas y por Teseo, se adentra en el bosque, donde luego de dejar a las 29 Las Euménides también son llamadas Erinias. Sófocles: Edipo en Colono (v. 43); Esquilo: Euménides. Estas deidades, personificaciones de la venganza, nacieron según Hesíodo en su Teogonía (v. 185), de la sangre de Urano, tras haber sido castrado por su hijo Cronos. 30 Sófocles: Edipo en Colono (v. 789-791). Esta misma maldición se la recuerda Edipo a su hijo Polinices, (v. 1370-1380), rechazando tajantemente a sus suplicas. 42
  • 43. jóvenes para continuar hacia su destino en compañía de su protector, le da a éste unas últimas instrucciones antes de morir, de un modo siniestro31. Con su padre muerto e impedidas por decisión del mismo a permitirles ver su tumba, Antígona pide a Teseo les permita a ella y a su hermana, regresar a su tierra natal, Tebas, para intentar impedir la muerte que se cierne sobre sus hermanos32, situación imposible de evitar pero que a la larga, desembocará en el drama de Antígona. 31 Sobre la muerte de Edipo, hay otra versión, en la que se narra que no fue enterrado en Colono, como sugiere Sófocles, sino en Tebas, (Esquilo: Los siete contra Tebas 1004; Hesíodo: Fragmentos 192; Homero: Ilíada XXIII 679-680). Algo similar, pues no está explicito, se podría pensar en Antígona, cuando la joven, lamentándose, recuerda a sus familiares fallecidos, entre los que menciona a su padre, Edipo, mientras dice que les rindió libaciones sobre sus tumbas, (Sófocles: Antígona 898-902), lo que, si bien no deja claro que la tumba de Edipo está en Tebas, si hace evidente una contradicción en tanto que la joven conoce el lugar donde yace su padre, contrario a lo que se dice en Edipo en Colono. 32 Sófocles: Edipo en Colono 1770-1772. 43
  • 44. 3. EL PAPEL DE LOS ORÁCULOS Con un rostro divino en la antigua Grecia, Apolo, el Oráculo suele manifestarse y exponer un destino, por lo cual es respetado, reconocido y consultado; odiado si de alguna forma atenta u obra contra el poder, como se ve en el caso del intermediario Tiresias frente a Edipo o a Creonte; amado si vaticina grandes bienes. El Oráculo en lo trágico busca siempre un bien para quien lo consulta, exponiendo el mal, aunque en ello sólo logra lo contrario, desatarlo. Su papel es desequilibrante, da un rumbo a la historia a la par que puede originarla. Representa la omnipotencia del destino y su inevitabilidad. Ha de recordarse a un Layo maldito, sin hijos, cuya consulta al Oráculo le reveló que de tener un hijo éste le sucedería asesinándolo, manchando de sangre toda su descendencia33 y tomando por reina a su propia madre, lo cual lo lleva, con el fin de evitar tan funesto destino, a rehusar el cariño de su esposa, Yocasta, mas, embriagado se acuesta con ella, concibiendo 33 La predicción del oráculo a Layo fue la siguiente: “¡Oh, soberano de Tebas de buenos caballos, no siembres el surco de hijos a despecho de los dioses! Porque, si engendras un hijo, el que nazca te matará, y toda tu familia se cubrirá de sangre”. (Eurípides: Fenicias 13-20). Otra forma de la predicción del oráculo a Layo, la presenta Assela Alamillo en su traducción de las tragedias de Sófocles para la editorial Gredos: “Layo, hijo de Lábdaco, suplicas una próspera descendencia de hijos. Te daré el hijo que deseas. Pero está decretado que dejes la vida a manos de tu hijo. Así lo consintió Zeus Crónida, accediendo a las funestas maldiciones de Pélope cuyo hijo querido raptaste. Él imprecó contra ti todas estas cosas” (Sófocles: Tragedias. BCG págs. 308-309). 44
  • 45. un hijo34, por lo que Layo, en un nuevo intento por evitar su destino, ordena que el recién nacido sea asesinado35, pero el verdugo en acto piadoso decide dejarlo en manos de un campesino, quien enterado de la falta de un heredero en la familia real que gobierna sus tierras, Corinto, en la región del Istmo, decide entregarlo a la reina Mérope, esposa de Pólibo, quien tras esconderse en unos arbustos finge dar a luz al niño36. Los años transcurren sin inconvenientes hasta que en un festín un plebeyo le dice a Edipo que no se parece a Pólibo, dándole a entender que no guardan parentesco; esto hace que el joven consulte a sus padres en busca de la verdad, mas, ante la negativa de aquellos a darle una respuesta, decide ir a Delfos a consultar al Oráculo, el mismo que tras echarlo le vaticina su destino, asesinar a su padre y casarse con su madre, por lo que Edipo, tratando de evitar que la predicción de Loxias 37 se realice, decide vagar tras el rumbo de una estrella. En ello, errante, se 34 Eurípides: Fenicias (v. 21-22); Apolodoro, Op. Cit., III 5,7. Según Diodoro Sículo en su Biblioteca histórica (IV 64,1), Layo se olvida del Oráculo, por lo que termina engendrando a Edipo. 35 El temor humano a la sucesión del poder por parte del padre frente a una nueva generación, representada por su hijo, visto en esta parte, tiene sus antecedentes más famosos en las historias de Urano, Cronos y Zeus, relatada por Hesíodo en su Teogonía (v. 155-210, 453-506, 617-885). 36 Puede verse en este punto, a partir de una pequeña labor de mitología comparada, un paralelo exacto con la historia de Moisés. 37 Epíteto de Apolo; también es llamado Flechador, porque al igual que su hermana Artemis, tiene como arma un arco; Febo, por Febe, hija de Gea y Urano, que le entrega el oráculo de Delfos; Delio, por la isla de Delos, donde fue dado a luz por Leto; Peán, personificando el adjetivo; Liceo, es posible que esté relacionado etimológicamente con Licia o con la luz que como oráculo o divinidad solar puede representar, pero también puede ser con Lobo; Sanador, porque tenía facultades curativas, también puede ser por su vínculo paterno con Asclepio; etc. 45
  • 46. encuentra en el cruce de dos caminos con un anciano en un coche, al que asesina tras un altercado, Layo, su padre. Más tarde, luego de llegar a Tebas y resolver el enigma de la Esfinge, Edipo es proclamado rey y se casa con la reina viuda, Yocasta, con la que tiene cuatro hijos, Eteocles y Polinices, Antígona e Ismene38, cumpliendo así lo que el Oráculo le predijo, y a su padre. 38 Hay otra versión a la dada por los tragediógrafos, en donde se narra que posterior a la muerte de Yocasta, la segunda esposa de Edipo se llama Euriganea, hija de Hiperfante, con quien él tuvo sus cuatro hijos, los mismos que más adelante los tragediógrafos le atribuirán a Yocasta; Pausanias sustenta su creencia de que Yocasta no es la madre de los hijos de Edipo, en tres autores; en primer lugar, en la Odisea XI 271-274, de Homero, pues éste no menciona que ella haya tenido hijos; en segundo lugar, se basa en que hay otra obra donde se expone lo mismo, la Edipodia, que se le ha atribuido a Cinetón; por último, en una pintura de Onasias en Platea, donde se muestra a Euriganea abatida por la batalla entre sus hijos. (Pausanias, Op. Cit., IX 5,10-11); por su parte, Apolodoro está abierto a ambas opciones, tanto la de que Yocasta sea la madre de los hijos de Edipo, como la de que sea Euriganea. (Apolodoro, Op. Cit., 5,8-9). Esta versión pretende eliminar el problema del incesto madre-hijo que hay entre Yocasta y Edipo, el mismo que según otra versión, ofrecida por el escolio 13 a las Fenicias de Eurípides, es negado, pues, según éste, Layo tuvo por primera esposa a una mujer llamada Euriclea, hija de Ecfante, de la que nació Edipo, y que, tras su muerte, Layo, viudo, se casó con Yocasta, eliminándose así el problema del incesto al interior de la familia de los Lábdacidas, siendo ello posiblemente, una versión elaborada tardíamente con tal finalidad; de esta segunda versión, de la que por falta de la escoliasta a las Fenicias de Eurípides no puedo corroborar, sólo puedo decir que la narra muy bien referenciada José Bermejo en su obra Mito y parentesco en la Grecia arcaica, Pág. 92; este autor, en la página siguiente de la misma obra mencionada, además de exponer la otra posibilidad ya dicha referente a Euriganea, con menos referencias de las aquí utilizadas, pero con otras aún no consultadas, ofrece de nuevo algo de mucho interés, recurriendo a las escoliastas, en este caso, la 53 a las Fenicias de Eurípides, en donde informa que Edipo tras casarse con Yocasta, tuvo con ella dos hijos: Frastor y Láonites, asesinados por Minios y Ergino; de lo que se sigue que, tras morir Yocasta, Edipo tendrá dos esposas, Euriganea, hija de Hiperfante, y posteriormente, Atimedusa, hija de Estenelo. 46
  • 47. Luego de una plaga que azota a Tebas, Creonte, enviado por Edipo a consultar el Oráculo de Delfos, regresa para informar que éste ha dicho que la causa de los males actuales se debe al asesinato de Layo, sin castigo al culpable, por lo que el asesino debe ser expulsado de la ciudad. Esto provoca que Edipo, molesto, maldiga y condene al destierro al impío, mientras emprende una campaña para descubrirlo, que culmina cuando se revela que es él mismo, lo que además provoca que su madre, Yocasta, se suicide, por lo que, incapaz de tolerarlo, se enceguece, y en cumplimiento a la ley de exilio ordenada por él mismo, se destierra. Con Edipo en el exilio, la tercera generación de la familia de los Lábdacidas, sus hijos, Eteocles y Polinices, malditos por su padre e historia, están condenados a disputarse a muerte la posesión del reino de Tebas; Polinices, buscando recuperar un derecho que por naturaleza es suyo, mas, por ambición de su hermano gemelo, Eteocles, no posee, el reinado que en un inicio ambos pactaron que sería dividido en partes iguales con periodos de gobierno intercambiables cada año, donde ambos tendrían la posibilidad de reinar; acuerdo que Eteocles rompió cuando cumplió su año de mandato, condenando a su hermano al destierro, por lo que ahora, tiempo ha, se encuentra en la situación de defensor de la ciudad, encarando con su ejército a su hermano y a los suyos39. El 39 El ejército Argivo estaba conformado por siete guerreros: Tideo, Capaneo, Eteoclo, Hipomedonte, Parteponeo, el adivino Anfiarao, y Polinices, hijo de Edipo. En el ejército contrario, el Tebano, estaban: Melanipo, Polifontes, Megareo, hijo de Creonte, Hiperbio, Áctor, Lástenes, y Eteocles, hijo de Edipo. El orden de los combates y las puertas donde se realizaron fue: Tideo y Melanipo, en la puerta uno, llamada Preto; Capaneo contra Polifontes en la puerta dos (Electra); Eteoclo contra Megareo o Meneceo, siendo este último igual al nombre de su abuelo paterno, en la puerta tres (Puerta-Nueva); Hipomedonte contra Hiperbio en la puerta cuatro (Onca-Atenea); Parteponeo contra Áctor 47
  • 48. Oráculo aquí, no es algo cuya presencia se da en el presente, sino en el pasado, recordado constantemente aquella previsión de la maldición a Layo, quien fue advertido tres veces por Febo de no tener un hijo pues éste lo en la puerta Cinco (Bóreas); Anfiarao contra Lástenes en la puerta seis (Homolide); y en la puerta siete [sin nombre] Polinices contra Eteocles. (Esquilo: Los siete contra Tebas 377- 673). Por otra parte, Pausanias, aunque concuerda con que son siete las puertas de Tebas, las nombra de distinta manera, exponiendo a su vez, el por qué de sus nombres, siendo entonces, que la puerta llamada Electra, es denominada así por una homónima hermana de Cadmo, cerca de esta puerta murió Capaneo fulminado por un rayo de Zeus; la de Preto o Prétide según Pausanias, por un ciudadano llamado igual; esta puerta conduce a Calcis, y cerca de ella están las tumbas de Melanipo y Tideo, entre otros dos desconocidos (Pausanias, Op. Cit., IX 18,1-2); la Homolide u Homoloide según el mismo autor, porque cuando los Tebanos comandados por Laodamante, hijo de Eteocles, fueron vencidos por los Epigonos, entre los cuales estaba Tersandro, hijo de Polinices, escaparon a una montaña llamada Homole, nombre con el cual se denominó la puerta por la que regresaron a la ciudad; en las demás puertas, se separan rotundamente Pausanias y Esquilo en cómo llaman a las puertas, pues Pausanias, nombra a las otras cuatro, como Neista, porque en esta puerta, inventó Anfión una cuerda musical, específicamente, la inferior de la lira llamada Nete, pero puede ser, según otra versión que cuenta el autor, que se deba al hermano de Anfión, llamado Neis; (cerca de esta puerta, está la tumba del hijo de Creonte muerto en la batalla contra los Argivos, Meneceo, sobre la cual crece una fruta que al romperse su corteza estando en la madurez, se encuentra algo parecido a la sangre, y cerca de la misma, lucharon y murieron los hijos de Edipo, por lo que esta puerta se relaciona con la que Esquilo llama sin nombre, quedando como recuerdo de su lucha, una columna con un escudo de piedra sobre ella [Pausanias, Op. Cit., IX 25,1-2]); Hipsista, porque junto a ella hay un santuario dedicado a Zeus, llamado también Hipsisto (Altísimo); las otras dos restantes, son llamadas, una Crenea, y la otra Ogigia, de las que, aunque no dice por qué se llaman así, de la primera porque está perdida su información en el texto, mientras que de la segunda, simplemente nada se dice, pero, puede ser, basándome en que el autor dice que es la más antigua, que su nombre se deba a Ógigo, un antiguo rey de Tebas, que además es nombrado por Esquilo en Los siete contra Tebas 322, y por el que la ciudad también recibía el epíteto de Ogigia, antes de que Cadmo y los suyos llegaran y establecieran la ciudad de Tebas como tal, la Tebas clásica, con sus siete puertas. (Pausanias: Descripción de Grecia IX 8, 4-7). Sobre la formación de Tebas, véase: Pausanias, Op. Cit., IX 5,1-7; Apolodoro, Op. Cit., III 5,5-7. 48
  • 49. asesinaría y traería la ruina a la ciudad, mas, como esto no se cumplió, y Layo contra su voluntad tuvo un descendiente, la maldición por la transgresión a tal orden de Apolo perdura hasta la tercera generación, la actual de los hijos de Edipo40. Sumándose a la maldición histórica de la casa de Tebas, que ahora recae sobre los hijos de Edipo, se agrega la que este último profirió contra aquellos, debido, según algunos, al mal trato que le dieron antes de expulsarlo de la ciudad, como lo fue el encerrarlo para ocultar sus infortunios, lo que sólo produjo que Edipo les lanzara su primera maldición, repartir su herencia con espada en mano41, donde ambos se darían mutua muerte, heredando la tierra en la que caerían muertos, lo que además no les dejaría descansar, pues tal obra no puede ser expiada42; y el haberle dado huesos en lugar de carne en un banquete donde enfurecido por tal hecho, los maldijo; según otros, las maldiciones de Edipo contra sus hijos se deben a que las lanzó enfurecido ante el engaño producido por las palabras de su nueva esposa, Astimedusa43, quien le dijo 40 Esquilo: Los siete contra Tebas (v. 743-747). 41 Eurípides: Fenicias 63-69. Por esta causa, atemorizados, los hijos de Edipo, acuerdan sucederse en el trono durante periodos intercalables de un año, teniendo como primera oportunidad de gobernar, Eteocles, mientras, por temor a cumplir la maldición de su padre, Polinices se exilia a la tierra de Argos, donde se casa con Egialea, hija de Adrasto, rey de Argos, a quien, una vez que cumplido el lapso de un año, y tras la muerte de Edipo, Polinices pide ayuda militar para recuperar lo que por derecho es suyo, su reinado de Tebas, pues su hermano, una vez cumplido el tiempo acordado previamente, se negó a ceder el gobierno de Tebas, y en cambió, lo desterró nuevamente. Eurípides: Fenicias (v. 70-80); Pausanias, Op. Cit., IX 5,12; Robert Graves: Los mitos griegos, 2: 106. Los siete contra Tebas. 42 Esquilo: Los siete contra Tebas (v. 682-683); esto mismo lo predice el Coro en 735-739, pues lo sucedido se confirma a partir de 805, y por ello, no descansarían ni vivos, ni muertos. 43 Pierre Grimal: Diccionario de mitología Griega y Romana Pág. 57; esto lo toma de los Escolios a la Ilíada IV 376; también habla de ello José Bermejo en su sobra Mito y parentesco en la Grecia arcaica, pág. 93. 49
  • 50. que sus hijos la pretendían. Finalmente, la maldición desemboca con el enfrentamiento de ambos hermanos ante la puerta séptima, elegida por Apolo, aún empecinado en castigar a la estirpe de Layo por la desobediencia de éste. Como la tercera generación, la de los hijos de Edipo, no termina con la muerte de éstos44, pues como aquél no tuvo sólo varones, vemos ahora cómo las Erinias vengadoras, encargadas de llevar a cabo la maldición, se ciernen sobre el otro rostro de la familia, el femenino, representado por las dos hermanas, Antígona e Ismene, esta última, por su carácter voluble, sumiso, no tiene una gran participación en la historia, desaparece con rapidez, y su muerte, aunque nunca es realizada, es simbólica, condenada a permanecer sin el amor de los suyos, rechazada por su hermana, quien con verdadero amor filial lucha por una causa noble, defender un derecho familiar, la ley de los dioses, dándole las debidas libaciones a su hermano condenado a yacer insepulto, lo cual una vez descubierto desata la furia del gobernante, que en un acto de Hybris se niega a aceptar que el que atentó contra su patria sea sepultado, y ordena posteriormente que la joven capturada sea enterrada viva en una tumba pétrea. El Oráculo se presenta mediado por Tiresias, quien le aconseja a Creonte ceder a su decisión, informándole de la gravedad y el castigo de sus faltas, pero aquél, aún reacio a cambiar de parecer, se mantiene firme en su palabra hasta que es 44 La fuerza del destino, conductor silencioso de los hermanos a la muerte, es plasmada en el arca de Cípselo, donde, en uno de sus cinco lados, el cuarto, Polinices aparece caído sobre una de sus rodillas, con una Cer, horrible acompañante de los héroes en el momento de su muerte, en su espalda, mientras frente a él, se dirige su hermano. (Pausanias, Op. Cit., V 19,6). La descripción e historia completa del arca, contenidas en la misma obra aquí citada, que se encuentra en el templo de Hera en Olimpia, y que fue posiblemente creada por Eumelo de Corinto, comienza a partir de V 17,5 y llega hasta V 19,10. 50
  • 51. demasiado tarde, el caos se posa sobre su familia, por lo que luego de la muerte de la joven condenada, con lo que finalmente cesa la maldición de los Labdácidas45, se suicidan Hemón46 y su madre Eurídice. 45 Esta maldición tiene una particularidad muy especial, y es que su cumplimiento como castigo ante la impiedad e irracionalidad de los personajes, por lo que la prudente y sensible Ismene parece estar eximida de ella, pudiendo continuar con vida; de una manera similar puede verse la serena muerte de Edipo en Edipo en Colono, tras haber superado la desgracia, logrando así, en su vejez, vivir sabia y prudentemente, sin más castigo, siendo un buen ejemplo de aquella máxima con la que finaliza el Corifeo la historia de Antígona (v. 1347-1353). 46 Contrario a lo planteado por los tragediógrafos, Sófocles en Antígona, y Eurípides en las Fenicias, sobre Hemón como prometido de Antígona; para Apolodoro en la Biblioteca III 5,8, Hemón es la última víctima de la Esfinge, lo que impediría cualquier posibilidad de un compromiso con la hija de Edipo, pues ésta aún no había nacido. 51
  • 52. 4. LOS CONTRARIOS: ELEMENTOS DE LA DYNAMIS TRÁGICA ¿Es posible una tragedia sin contrarios? En absoluto, estos incitan a actuar, dinamizan la historia. Aunque cuentan con múltiples rostros al interior de la tragedia, Antígona, Ismene, Polinices, Eteocles, Creonte, Hemón, el Guardián, El Coro, Tiresias; sus principales, son sus dos grandes protagonistas, Antígona y Creonte. Estos personajes, en medio de la lucha constante entre sus argumentos y personalidades, dan el movimiento y el carácter trágico a la obra, sin el cual, la misma carecería de valor y terminaría pronto. Antígona e Ismene, hermanas de sangre, enemigas de pensamiento, de causa, ambas, contrapuestas entre sí, reflejan una lucha cultural, en medio de una sociedad que privaba de derecho y libertad a las mujeres, sometiéndolas al yugo masculino. Ante la pasional Antígona, se contrapone la realista Ismene, sumisa, encarnando a la mujer de su época, la Atenas del Siglo V a.C., temerosa de violar el edicto del nuevo gobernante, Creonte, por lo que niega a su hermana el apoyo que le solicita para dar sepultura a su hermano Polinices, negación que, en lugar de reprimir el deseo de la desamparada, la impulsa a obrar, arrobándose sola ante un hecho que le será castigado con la muerte, como ella bien sabe, pero que, a su vez, le dará fama y eternidad por la nobleza de su acción, encarnando el espíritu libre, que no sólo contraría a su hermana, y con ello a la mujer Ateniense de entonces, sino que también, representa el héroe trágico Sofocleo que, solitario, lucha contra una adversidad que lo rebasa, para resultar vencedor, pese a su desgraciado fin. 52
  • 53. Esta resolución de Antígona nos presenta un choque de poderes, por un lado, está Creonte que, muertos Edipo y sus hijos, se presenta como nuevo gobernante de Tebas que, tras tomar el poder que por derecho debería ser de Antígona, busca legitimarse, condenando a Polinices, muerto como traidor de la ciudad, tras asediarla, a permanecer sin sepultura, llevando a la muerte a todo aquel que intente rendirle los debidos ritos funerarios; este edicto provoca en Antígona, el otro poder, una fuerte reacción de rechazo y desobediencia, propio de su carácter, impulsándola a obrar contra la ley del gobernante, la escrita, pero no contra la no escrita de los dioses, la de la costumbre, mucho más antigua e importante que la de los hombres, dando entonces, en la medida de sus posibilidades, un entierro simbólico a su hermano, con lo que desata la furia de Creonte, que al ver su desafío, sin cambiar de decisión, pero si de forma de castigo, condena a la joven a muerte, sin que ésta se retracte o suplique por su vida, hasta que se ahorca en su tumba pétrea, momento para el que quien la condenó, arrepentido e impotente, se ve alcanzado por la desgracia que su condena trae sobre sí y su familia. A nivel argumentativo Antígona parece tener varias contradicciones, tomadas en algunos casos como errores de construcción de la obra, aunque tras una lectura minuciosa se ve que no hay cupo para tales interpretaciones pues son sucesos perfectamente aceptables. De las contradicciones en la forma de ser de los personajes, como el Guardián, quien tras prometerse no volver con Creonte terminó haciéndolo una vez que atrapó a Antígona, como se expondrá más ampliamente en un capítulo posterior; la fragilidad demostrada por Antígona una vez que se dirige a su lecho luctuoso, tras haberse presentado a lo largo de sus 53
  • 54. diálogos como una mujer fuerte, decidida y firme; el arrepentimiento de Ismene acompañado de su compasión y deseo de morir, después de ser capturada su hermana, la misma a la que le negó su ayuda para con el joven insepulto, pero con la que quería compartir su trágico final, negando su muestra inicial por conservar la vida; el cambio de Hemón, de devoto hacia el padre a enemigo acérrimo del mismo, luego de conocer la muerte de su prometida; la decisión final de Creonte de perdonar a Antígona y a Polinices por sus faltas contra él y la ciudad, según su visión de la situación. Estos cambios, tan contradictorios a simple vista, no son fortuitos, son un agregado magistral que enriquece los caracteres de dichos personajes y por ende a la obra misma. Ahora bien, hay tres contradicciones, aparentes errores en la construcción de la obra, que llaman particularmente la atención y que, como se ha dicho, no deben ser tomadas como tales en un plano negativo, es decir, como un error, como bien propone Walter Kaufmann, en acuerdo a lo que se plantea47. En primer lugar están las capacidades mismas de Antígona, que en un inicio, tras ser rechazada por su hermana, decidió obrar sola para darle entierro a su hermano, simbólico, como se ve por las palabras del Guardián (v. 245-247), donde manifiesta que alguien, sin definir sexo, aunque Creonte se lo a tribuye a un hombre indefinido en los versos siguientes, cubrió el cuerpo de Polinices con un fino polvo, desapareciéndose son ser sepultado, simplemente cubierto para “evitar la impureza” (v. 257). Tras marcharse el Guardián, y darse el primer estásimo, 47 KAUFMANN, Walter. Tragedia y filosofía, págs. 335-338. 54
  • 55. el Guardián regresa, ahora, para informar que capturó al perpetrador del edicto del gobernante, Antígona, tras ser descubierta, una vez que vio a su hermano nuevamente descubierto, prorrumpiendo “en sollozos y tremendas maldiciones para los que habían sido autores de esta acción” (v. 427-428), preparándose para rendirle las debidas libaciones al cuerpo nuevamente expuesto. La contradicción en este punto se presenta en el interrogante de por qué regresó a ver a su hermano, como dice Kaufmann: “se nos deja libres para imaginarnos que volvió para ver si había logrado proteger el cuerpo de los perros y las aves, o bien con la prisa se había olvidados de hacer la libaciones tradicionales”48. Sea cual fuere lo sucedido con el cuerpo, la motivación de la joven, acorde a su naturaleza y respeto por las costumbres, es su amor filial, conductor de su accionar, impulsor de su lucha, guía y defensor de sus palabras para con los hombres y los dioses. La segunda contradicción del argumento está en el castigo. Está prescrito que para quien viole el edicto de Creonte, le sea dada la “muerte por lapidación en la ciudad” (v. 37-38). La amenaza de la muerte no basta para refrenar a Antígona, ni le hace demostrar miedo frente a ella en ningún momento de la obra, ni siquiera cuando es capturada y confrontada por su tío. Después de esta escena tan célebre en la disputa de la historia entre ambos personajes tan opuestos entre sí, del cantar a la desgracia del coro y el enfrentamiento padre-hijo sostenido por Creonte y Hemón, el Corifeo pregunta a su rey cuál será la muerte que le dará a Antígona (v. 772), y éste le responde: “la llevaré allí donde la huella de los hombres esté ausente y la ocultaré viva en una pétrea caverna, ofreciéndole el alimento justo, para que sirva de expiación sin que la ciudad entera quede contaminada” (v. 773-777). La contradicción aquí expresada, como se ve, es perfectamente dispensable, Creonte no desiste de la idea de asesinar a la 48 Ibíd. Pág. 335. 55
  • 56. niña, pero sí de su castigo, sólo que su intención es evitar mancillar a la ciudad y a sí mismo, busca protegerse de dicha impiedad, como muestra sus intereses personales, y a su pueblo, como afirma y pretende sostener y usar como escudo a lo largo de la historia, tema que se tratará más adelante. El hecho de su irreflexión, de su negativa a ceder en su decisión, y la violación a las leyes divinas que ello implica y que Antígona encarna y defiende, lo dejan indiscutiblemente en la situación de culpable y por ello debe pagar fuertemente, como se verá tras el suicidio de la joven. El tercer error es visto en los diálogos de la joven en comparación a los de su tío, porque una vez desaparecida Antígona definitivamente de escena, y sus diálogos concluidos, la obra continúa, y así Creonte habla más que ella, siendo entonces, por su presencia oratoria, el personaje principal, aunque es la grandeza de la causa de la hija de Edipo y su dolor, lo que la sitúa en el puesto protagónico de la historia. “Creonte: (…) ¿Sabías que había sido decretado por un edicto que no se podía hacer esto? Antígona: Lo sabía. ¿Cómo no iba a saberlo? Era manifiesto. Creonte: ¿Y, a pesar de ello, te atreviste a transgredir estos decretos? Antígona: No fue Zeus el que lo ha mandado publicar, ni la Justicia que vive con los dioses de abajo la que fijó tales leyes para los hombres. No 56