El documento presenta una entrevista con el lingüista Noam Chomsky donde discute cómo la teoría lingüística puede contribuir al estudio de la inteligencia humana y la naturaleza. Chomsky argumenta que el lenguaje refleja propiedades innatas de la inteligencia humana y que debe existir una gramática universal subyacente a todas las lenguas. También discute la relación entre el lenguaje y la sociedad, concluyendo que aunque el vocabulario puede reflejar estructuras sociales, la gramática central no se ve afectada por cambios
La independencia de México único resistencia y consumación
Reportaje a-chomsky
1. Entrevista a Avram Noam Chomsky
Los estudios lingüísticos han sufrido unas innovaciones tan profundas, han despertado
tal interés y han recogido aportaciones científicas tan importantes que ya puede hablarse
de una auténtica "revolución". El interés por las cuestiones del lenguaje, en progreso
desde el siglo XIX, ha aumentado considerablemente a partir de los trabajos de F. de
Saussure, E. Sapir y L. Bloomfield, ya en el siglo XX. Los trabajos de Noam Chomsky,
una de las figuras más eminentes de la lingüística-
contemporánea, han impulsado las
investigaciones del lenguaje hacia caminos de exactitud y de precisión que hasta la
fecha no habían sido conseguidos. De su concepción del lenguaje, de la conexión de las
lenguas con su realidad social y del progreso que las investigaciones lingüísticas pueden
proporcionar para un mejor conocimiento de la estructura de la inteligencia humana,
hablamos con el ilustre profesor.
¿De qué modo puede contribuir la teoría lingüística a la investigación de los
procesos mentales y al estudio de la naturaleza humana?
En el campo de la teoría lingüística se pretende encontrar una respuesta al problema
de cómo una persona es capaz de adquirir el conocimiento de su lengua. Este
conocimiento puede ser definido como una estructura especial, como un sistema de
reglas que una persona ha logrado dominar.
Así, al responder a esta pregunta se nos plantean dos cuestiones: a) ¿Cuál es el
sistema de reglas que domina una persona y que le permite utilizar su lengua con toda
la libertad con que suele hacerlo? b) El segundo problema consiste en averiguar qué
fundamento existe en la naturaleza humana para asimilar este sistema especial de reglas,
teniendo en cuenta el hecho evidente de que se halla al alcance de cualquiera. Creo que
la conclusión más adecuada que puede deducirse es que el sistema de reglas que asimila
un niño normal es extremadamente rico, abstracto y distante en su naturaleza de los
datos inmediatos de la experiencia. Si esto es cierto para la gran mayoría de nuestros
conocimientos, todavía lo es más en el caso del lenguaje, Esta certeza significa que el
investigador de la naturaleza humana se enfrenta con un gravísimo problema cuando
tiene que explicar cómo un sistema de reglas extraordinariamente rico y articulado de
manera tan compleja es asimilado por un niño sobre la base de una experiencia muy
fragmentaria.
Este problema no consiste, en absoluto, en explicar cómo se desarrollan los hábitos
sobre la base del aprendizaje ni tampoco cómo se asimilan las generalizaciones sobre la
base de la inducción; por el contrario, el problema se parece mucho más al que, en
muchos aspectos, se plantea a un hombre de ciencia que es capaz de crear una teoría
científica (un rico y complejo sistema de reglas) sobre la base de una experiencia
fragmentaria y en desorden. Somos conscientes de que no existe ningún medio para
lograrlo. Ahora bien, si los niños son capaces de conseguirlo, deben hallarse dotados,
como parte de su naturaleza humana, de la capacidad de asimilar precisamente estos
sistemas y no otros de tipo diferente. Si continuamos la investigación por este camino,
podremos adelantar una serie de ideas totalmente razonables y pormenorizadas acerca
de la naturaleza intrínseca de la inteligencia del ser humano. En realidad, creo que la
cuestión tal vez pueda plantearse con mayor claridad si se recurre a una comparación
que procede del género denominado "ciencia ficción". Imaginemos que un científico
marciano aterriza en nuestro planeta y que, por un prolongado espacio de tiempo, se
dedica a investigar la conducta de los seres humanos, sin tener prejuicio alguno, ajeno a
cualquier sistema de valores ideológicos y desconocedor de la historia y del
pensamiento filosófico y tradicional: un científico al que únicamente preocupara
averiguar cómo son los seres humanos. Pues bien, es posible pensar que descubriera que
un ser humano adquiere, por ejemplo, tres modos o sistemas distintos de conocimiento.
En primer lugar, el individuo en cuestión ha adquirido el conocimiento de su lengua;
más tarde, el del comportamiento de los objetos en el espacio físico y, por último, el de
la física contemporánea. El científico de Marte ha descubierto estos hechos gracias a
2. diversos experimentos y observaciones; así, por ejemplo, para darse cuenta de que una
persona ha adquirido el conocimiento relativo al comportamiento de los objetos en el
medio físico, le bastaría registrar que puede coger con sus manos una pelota u otro obje-
to semejante. De la misma manera, el científico marciano puede proseguir su
investigación con el fin de determinar lo que ha asimilado el individuo: ¿Cuál es el
modo de adquisición del lenguaje? ¿Cuál el del espacio físico? ¿Cuál el de la física
contemporánea?
Imaginemos ahora que, al profundizar en la investigación, constata que el niño, en
general, asimila los dos primeros modos de conocimiento, el del lenguaje y el del
comportamiento de los objetos en el espacio físico, y que, además, los asimila con una
gran rapidez, independientemente de su inteligencia; no necesita ningún aprendizaje
especial; no se trata de una cuestión de enseñanza: su saber, los modos o sistemas de
conocimiento que asimila se fundan en un número extremadamente reducido de
evidencias, equiparables entre si.
El científico marciano se percataría, si fuera un buen científico, de que las cosas
ocurren de manera muy diferente en el caso del tercer sistema, es decir, en el de la
adquisición o asimilación de la física contemporánea. Este conocimiento sólo lo asimila
gente muy especializada, que trabaja muy intensamente para conseguirlo y sigue un
riguroso proceso de aprendizaje. Si no posee este aprendizaje, si la información no se le
presenta de una forma muy organizada, poco podrá aprender sobre estos problemas de
la física. Más tarde, si investigara desde un punto de vista histórico, descubriría que di-
cho sistema de conocimiento se ha desarrollado como un tipo de producto cultural, a
través de muchas generaciones de individuos y mediante la intervención de muchos
genios, que la adquisición de tal sistema no era, de ningún modo, un logro natural del
hombre. Supongamos que entonces pidiera una explicación de este hecho. Pues bien, se
nos puede ocurrir, como explicación, que el conocimiento de la física es un sistema
mucho más complejo que el conocimiento del comportamiento de los objetos en el
medio físico y que el conocimiento de la lengua materna, y eso podría explicar la clase
de diferencia que existe entre estos tipos de conocimientos. Sin embargo, esta
explicación parece ser totalmente falsa, pues el conocimiento de la física (el sistema de
la teoría física) no es, en modo alguno, más complejo que el sistema de la gramática
inglesa. Para ser exactos, ocurre exactamente lo contrario: el sistema de la gramática
inglesa parece ser mucho más intrincado en sus conexiones internas que la complejidad
de leyes que informan la teoría física, al menos en la medida en que nos es conocida.
De hecho, hay que ser muy prudente al utilizar nociones de manera simplista al
describir la teoría, pero, en la medida en que tales nociones poseen algún sentido, no
parece existir ninguna diferencia crítica entre las tres teorías. Ahora bien, el científico
que observara estos tres sistemas no sería capaz de predecir cuál de ellos podría ser
asimilado más rápidamente por un organismo arbitrario en una reducida cantidad de
tiempo. Al advertir dicha circunstancia, si se tratara de un científico lúcido, llegaría
inmediatamente a la conclusión de que la estructura del conocimiento del lenguaje y la
del conocimiento del espacio físico son, probablemente, una propiedad del organismo.
Esto es, el organismo asimila tan rápidamente estos complejos sistemas porque ya los
conoce. Es decir, los adquiere de la misma manera que aprende cómo actuar y cómo
alimentarse, cómo andar, etc.; en realidad, no "aprende" nada. No es algo que le haya
sido enseñado; simplemente, implica que posee una capacidad innata desarrollada bajo
la interacción con el medio ambiente. El conocimiento de la física, por el contrario, no
opera de igual modo. No poseemos un conocimiento de la física ya constituido en
nuestro cerebro, por eso debemos esforzarnos por des cubrir en qué consiste dicho
conocimiento. Probablemente, esto explica cómo ocurren las cosas; pero también
significa que si uno desea averiguar la naturaleza de la inteligencia humana, deberá
estudiar los productos intelectuales complejos (por ejemplo, el lenguaje o las teorías
acerca del espacio físico) que, indudablemente, reflejan en su propia estructura
características de la naturaleza de la inteligencia.
¿Cree usted que el lenguaje refleja la sociedad?
Creo en la existencia de una relación entre el uso del lenguaje y la sociedad y,
posiblemente, incluso entre el carácter del lenguaje y las cuestiones de estructura social,
de interacción social. Pero, por lo que sé, no deben hacerse grandes generalizaciones
sobre este tema. Es decir, sólo es verdad en sus formas más elementales; por ejemplo,
3. en la naturaleza del vocabulario. Quiero decir que las palabras y el estilo reflejan
ciertamente determinadas estructuras sociales; por ejemplo, existen lenguas en que la
jerarquía social se institucionaliza en cierta manera en el uso lingüístico, aunque hay
niveles muy diferentes de institucionalización.
¿Cree usted que la estructura de una lengua puede quedar afectada por un cambio
revolucionario en la comunidad hablante?
Efectivamente, pero es muy difícil contestar a esta pregunta, excepto en las
modalidades elementales que ya he señalado: cuando la lengua posee una jerarquía de
uso. Cualquiera de ellas puede mantener una jerarquía determinada en cuanto función
social, aunque, en realidad, no se trata de una cuestión muy profunda, y es sabido que
tales estructuras se encuentran en lenguas como el japonés o el coreano. Si las
sociedades sufrieran un cambio radical y desaparecieran las estructuras jerárquicas, la
gente seguiría utilizando su lengua, si bien entonces no se produciría dicha
jerarquización.
Desde luego, una lengua puede utilizarse para expresar una ideología. Observe las
distintas lenguas: las hay que poseen unas características diferentes en relación con el
sexo, pues la de las mujeres es diferente de la de los hombres. De nuevo nos
encontramos con un fenómeno que muy probablemente se produce en cualquier lengua,
pero que resulta sorprendentemente cierto en muchas de ellas.
¿Es posible hallar una teoría general de la gramática que pueda ser adaptada a
todas las lenguas sin que esté basada necesariamente en elementos culturales?
Sí, así lo creo. Lógicamente, cabe deducirlo de las primeras consideraciones que va
he hecho. Es decir, si, tal como creo, es verdad que la estructura del lenguaje refleja
propiedades fundamentales de Ja naturaleza humana, cabe concluir que debe existir una
gramática universal, una teoría universal de la gramática, que es simplemente la teoría
de los rasgos intrínsecos de la inteligencia humana. Esta es, precisamente, una de las
muchas realizaciones de este sistema universal, aunque posea un rango muy especial.
¿Existe alguna relación entre su teoría lingüística y sus ideas políticas y sociales?
La pregunta cabe plantearla en dos niveles distintos: uno, en cuanto a las relaciones
históricas; el otro, relativo a las conceptuales. Ambos son extremadamente sutiles, si
bien creo que el más interesante es el nivel referente a las relaciones de orden
conceptual. Por un lado, creo que en él se inscriben, en cierto modo, mis propios puntos
de vista acerca de la naturaleza de la sociedad, de una sociedad justa, o bien acerca de
la naturaleza del cambio social. Por otra parte, mis puntos de vista sobre el lenguaje
ocupan una posición aparte. Uno puede tener razón y. a la vez, estar equivocado. No
puedo establecer una conexión adecuada entre ambos niveles. Desde otra perspectiva,
existe una vaga similitud, algunos lazos comunes que presiden ambos enfoques —a lo
que yo no concedería una excesiva importancia, ni espero que nadie se lo tome
demasiado en serio— aunque ambos se encuentren vinculados por un mismo concepto
de la naturaleza humana.
En el caso del lenguaje, creo que su característica más sorprendente es lo que en
ocasiones se ha denominado su aspecto creativo, es decir, el hecho de que poseemos
un rígido sistema de reglas y de restricciones a estas reglas que constituyen la base
para Ja libertad de la conducta. A menudo se cree, equivocadamente, que la libertad
aumenta cuando disminuyen las restricciones; cuanto menores sean las restricciones,
mayor será Ja libertad. Pero esto no puede ser cierto, pues significaría que, si no
hubiera restricciones, se disfrutaría de una libertad absoluta, lo que no es verdad en
un sentido muy desinteresado de la libertad. Entendemos por libertad la capacidad de
realizar actos significativos- Y la noción de acto significativo -bien en el dominio del
lenguaje o en el de la interacción social, bien en el arte o en cualquiera otra materia-
depende de los sistemas de reglas o normas que determinan las restricciones dentro
de las cuales se realiza la plenitud de sentido. Así, por ejemplo, en un estilo de arte
donde uñó puede hacer lo que se le antoje, no existe propiamente creación artística.
En la forma de arte en la que existen restricciones objetivas preestablecidas, es
posible desarrollar una actividad creativa y plena de sentido. Por tanto, hay una
interrelación entre las restricciones y la libertad creativa, lo que no significa que unas
se intensifiquen en tanto que la otra mengua. Pues bien, el lenguaje es un ejemplo
sorprendente de cómo actúan, mente en nuestro intercambio normal, expresa o
4. aportando otras nuevas, o induciendo a suscitar nuevos conceptos dentro de un
marco establecido de reglas y de principios, lo cual posibilita este proceso creativo.
Imagino que algo parecido ocurre al respecto con los demás aspectos de la conducta
y de la interacción humanas. No creo que nadie posea idea alguna sobre tal materia,
pero deberíamos ser capaces de descubrir, en principió, las leyes de la naturaleza
humana, las leyes que gobiernan nuestras acciones y nuestro funcionamiento en
cuanto criaturas sociales; después de haberlas asimilado o aprehendido, seríamos
capaces de investigar la forma en que la gente puede actuar libre y
significativamente para satisfacer sus propias necesidades intrínsecas y, tal vez más
adelante, podríamos llegar a imaginar las estructuras sociales que serían más
adecuadas a tal objeto.
Creo que los seres humanos tienen una necesidad esencial de realizar, de llevar a
cabo una obra creativa, productiva, en unas condiciones que ellos mismos, determinan
y que, a menudo, realizan en colaboración con sus semejantes. Ahora bien, cuando
existe tal colaboración, ésta se halla efectivamente prefijada y bajo el control de los
individuos participantes en dicho proceso. Si esto es así, entonces cualquier tipo de
jerarquía autoritaria, ya sea fascista, capitalista o socialista (siguiendo el modelo
soviético), viola propiedades intrínsecas, características inherentes a la naturaleza
humana. Por tanto, el cambio social se orientará propiamente hacia la supresión de tales
rasgos en toda sociedad que pretenda reflejar las características intrínsecas de la natu-
raleza humana.
¿Considera usted posible aislar el lenguaje de la sociedad?
En primer lugar, cuando consideramos el lenguaje como un todo limitado, efectuamos
una idealización, una abstracción. Cuando se estudia el lenguaje, o cualquier otra
materia semejante, uno debe abstraerlo de la realidad de la experiencia y de la vida, del
mundo, etc., e intentar escoger ciertos aspectos de esa realidad que poseen su propia
estructura intrínseca y pueden estudiarse aisladamente. De este modo estudiamos la
física o el lenguaje. Por el hecho de considerar el lenguaje como un todo integrado y
aislado, no debe llegarse a la conclusión de que lo sea efectivamente, que en el mundo
real se halle separado de otras muchas funciones; naturalmente, de ninguna manera es
así. El lenguaje es un sistema simbólico de comunicación. Esto es, nuestro uso del
lenguaje se halla estrechamente relacionado con las estructuras sociales, materia sobre
la que no vamos a plantear ninguna otra cuestión. Es muy posible que existan otras
estructuras con las mismas propiedades que el lenguaje y que puedan estar
estrechamente relacionadas con él. Sin embargo, desconocemos la razón de que no
exista ninguna teoría comparable en otras áreas de función emparentada, aunque
podemos descubrir la causa de que esto sea así. No sería extraño que descubriéramos
que la teoría de una persona acerca de la conducta o comportamiento de los objetos en
el espacio físico y su teoría del lenguaje, su conocimiento de su propia lengua, surgen,
en parte, de una forma interrelacionada, en que una influya sobre la otra, y que los
mismos mecanismos intelectuales colaboren a la creación de ambos sistemas. Si esto
fuese cierto, el lenguaje no constituiría un conjunto, un todo aislado.
Con el progreso de la cultura, también podemos descubrir los cambios en la lengua. Así,
por ejemplo, la gente que vive inmersa en una cultura científica tiende a utilizar las
palabras con el tipo de significación que no utilizaría si viviera en una cultura no
científica. Si yo me refiero a algo, al agua, pongamos por caso, quiero significar que
posee una determinada microestructura, una cierta estructura interna oculta y que
conozco cuál es dicha estructura. Ahora bien, si descubriésemos algún nuevo producto
que se asemejara al agua, pero que no poseyera tal microestructura, probablemente
llegaríais a la conclusión de que no era agua. Por el contrario, si viviésemos inmersos
en una cultura pre-científica, creo que emplearíamos la palabra agua para significar
simplemente aquello que no posee sabor determinado alguno, que es incoloro, que
satisface la sed, etc. De hallar algo nuevo que se le pareciera, probablemente no nos
preocuparíamos demasiado en averiguar si poseía una microestructura. Pues bien, tal
vez sea ésta una diferencia fundamental entre los distintos modos de cómo utilizar y
entender las palabras en una cultura impregnada por la ciencia y en una cultura
precientífica. Así, a este respecto, incluso propiedades fundamentalísimas de la teoría
del significado pueden muy bien variar entre diferentes culturas, según la medida en que
el conocimiento científico sea una propiedad común. Creo que existen muchos factores
5. o elementos semejantes que revelan que el estudio del lenguaje no puede llevarse a cabo
si se le aísla de todo lo restante, de todo aquello que lo circunscribe. En este sentido, el
lenguaje no es un conjunto aislado.
¿Qué opina usted de la separación entre la lingüística y las restantes ciencias
conexas?
Creo que la mayor parte de los límites establecidos en este campo son artificiales y que
no existe ninguna razón particular para tener que aceptarlos. Por otro lado, anular toda
clase de deslindes equivale a dejar en una vía muerta cualquier esfuerzo intelectual. Por
ejemplo, no creo que puedan considerarse próximas ciertas actividades, como la
artística y la científica. Al hablar de límites artificiales me refiero a dos subdominios de
la ciencia (el de la lingüística y el de las ciencias afines), incluso a dos subdominios de
las ciencias humanas, como la psicología y la lingüística, o bien al estudio de la
percepción y del lenguaje, por ejemplo. Creo que lo más correcto es estudiar estas dos
materias aisladamente y descubrir las características de cada una de ellas, pues si se
insiste en estudiarlas conjuntamente sólo se obtendrá un resultado ininteligible y se
comprobará la imposibilidad de llevar a cabo tal esfuerzo. No obstante, me parece
también que sería igualmente erróneo insistir en que estos temas permanecen aparte, ya
que entre ellos existen interconexiones muy importantes. Ambos deberían ser
estudiados de modo global, pues de lo contrario, cada uno de ellos sólo sería entendido
parcialmente. Por eso, opino que la cuestión primordial es que ninguno de ambos temas
podría aprehenderse plenamente a no ser que uno y otro se estudiaran aparte, pero que
ambos resultarían mutilados en su- intelección de no ser investigados conjuntamente.
Cabe decir que no existe contradicción alguna entre ambos puntos de vista. Esto sólo
significa que, en nuestra indagación intelectual, construimos determinadas idea-
lizaciones y abstracciones útiles en ciertos casos para otros propósitos y para otros
problemas que los que se suscitan.
¿Qué opina usted sobre la teoría psicológica de tipo conductista?
A mi juicio, la explicación conductista, del tipo estímulo-respuesta, poco tiene que ver
con el lenguaje. Quiero decir que si usted toma cualquier conversación normal, por
ejemplo, la que ahora mantenemos, no hay forma de dar cuenta de lo que cualquiera de
nosotros dos hace sobre la base de cualquier historia de asociaciones del tipo estímulo-
respuesta. De hecho, toda la teoría conductista, en la medida en que la conozco, es pura
mitología. Nada tiene que ver con la ciencia; no tiene, desde luego, ninguna base
científica; no es más que una ideología particular o un tipo de mitología que no tiene
ninguna fuerza lógica, y que nunca se ha verificado en la investigación de cualquier
forma de conducta. Supongo, eso sí, que presenta cierto interés histórico. Ahora
bien, si usted se pregunta qué es la teoría estímulo-respuesta, no hallará otra
contestación que la que la define como una suposición apriorística en el dominio de las
ciencias humanas. No existe motivo alguno para tomarse en serio tal presupuesto
apriorístico. Así, por ejemplo, en la física, a nadie se le ocurriría permitir que alguien
afirmara, antes de llevar a cabo cualquier investigación, que las conclusiones tuvieran
que tener tal o cual carácter. La ciencia física sólo descubre algo a través de la auténtica
investigación.
Lo mismo sucede cuando se investiga el comportamiento de los seres humanos. El
presupuesto o suposición apriorística de que es posible explicarlo todo en términos de
estímulos y de respuestas es del todo arbitrario y, de hecho, en la medida de nuestro
saber, absolutamente falso.
¿No cree que la lingüística convertida en ciencia se aleja de la comprensión de la
mayoría de las personas?
En el dominio de la lingüística, las ideas generales, en la medida que sean realmente
válidas, se hallan al alcance de cualquier individuo, sin que se requiera ningún
aprendizaje especial. No creo que en la lingüística se tropiece con las profundas
dificultades u obstáculos que se encuentran en otras áreas del saber en las que se
requiere una particular especialización. Quiero decir que, aparte de ciertos dominios
científicos, como determinadas áreas de la física y una gran parte de las matemáticas, no
conozco investigaciones intelectuales que realmente rebasen la capacidad de un profano
inteligente para entenderlas en sus líneas esenciales. Ahora bien, esto no quiere decir
6. que cualquiera pueda llevar a cabo investigaciones profundas en cada campo. No, no es
eso. Quiero decir tan sólo que, en cierto modo, la intelección o comprensión dentro de
otro campo no ha alcanzado efectivamente aquella suerte de profundidad que requieren
las especializaciones o e aprendizaje necesario para apreciar la naturaleza esencial de lo
que han descubierto.
¿Cree usted que puede salvarse el abismo existente entre el carácter abstracto y el uso
efectivo del lenguaje?
Sí, ciertamente. Creo que tal abismo puede salvarse y que, en gran medida, trabajar
en el campo de la gramática generativa es encontrarse muy cerca del hecho observado,
efectivo, aunque, naturalmente, se produzca una determinada abstracción. Sin embargo,
en el área de nuestro estudio existen muchos fenómenos que no se sitúan en tales
términos; por ejemplo, los fenómenos que pertenecen al campo de la sociolingüística.
De todos modos, creo que este abismo, en aspectos muy determinados, puede ser
salvado.
¿Cuál es el significado de las formas no lingüísticas de comunicación?
Si se refiere a los gestos, preferiría no responder. Los gestos gozan de unas
características especiales de las que no tengo nada que decir. No creo que se obtenga
ningún esclarecimiento sobre dicha cuestión partiendo del estudio del lenguaje, pues no
existen demasiadas posibilidades de establecer una semiótica general, de establecer una
teoría general de tipo científico. Por una vez, no creo que el lenguaje sea real, necesaria
o primariamente, un sistema de comunicación.
Pero el lenguaje es un medio de comunicación...
Es un buen medio de comunicación. Sin embargo, a menudo no lo es tanto, como
sabe bien todo el mundo a partir de su experiencia personal. Que existen muchas
posibilidades de que fracase la comunicación, es algo bien cierto; pero creo que el
hecho más decisivo es que la característica esencial del lenguaje no es la de ser un
medio de comunicación.
7. que cualquiera pueda llevar a cabo investigaciones profundas en cada campo. No, no es
eso. Quiero decir tan sólo que, en cierto modo, la intelección o comprensión dentro de
otro campo no ha alcanzado efectivamente aquella suerte de profundidad que requieren
las especializaciones o e aprendizaje necesario para apreciar la naturaleza esencial de lo
que han descubierto.
¿Cree usted que puede salvarse el abismo existente entre el carácter abstracto y el uso
efectivo del lenguaje?
Sí, ciertamente. Creo que tal abismo puede salvarse y que, en gran medida, trabajar
en el campo de la gramática generativa es encontrarse muy cerca del hecho observado,
efectivo, aunque, naturalmente, se produzca una determinada abstracción. Sin embargo,
en el área de nuestro estudio existen muchos fenómenos que no se sitúan en tales
términos; por ejemplo, los fenómenos que pertenecen al campo de la sociolingüística.
De todos modos, creo que este abismo, en aspectos muy determinados, puede ser
salvado.
¿Cuál es el significado de las formas no lingüísticas de comunicación?
Si se refiere a los gestos, preferiría no responder. Los gestos gozan de unas
características especiales de las que no tengo nada que decir. No creo que se obtenga
ningún esclarecimiento sobre dicha cuestión partiendo del estudio del lenguaje, pues no
existen demasiadas posibilidades de establecer una semiótica general, de establecer una
teoría general de tipo científico. Por una vez, no creo que el lenguaje sea real, necesaria
o primariamente, un sistema de comunicación.
Pero el lenguaje es un medio de comunicación...
Es un buen medio de comunicación. Sin embargo, a menudo no lo es tanto, como
sabe bien todo el mundo a partir de su experiencia personal. Que existen muchas
posibilidades de que fracase la comunicación, es algo bien cierto; pero creo que el
hecho más decisivo es que la característica esencial del lenguaje no es la de ser un
medio de comunicación.