Lección 7 | Primarios | Vasijas de barro | Escuela Sabática
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Vasijas de barro
Referencias: Jeremías El ministerio de curación, p. 374.
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MI Juancito le gustaba hacer cosas con arcilla JA y jugar con masa; era muy suave y blanda. Modelaba autltos, gente y tazones; la arcilla en manos de Juancito llegaba a transformarse en lo que él quería. A un hombre de la Biblia le gustaba trabajar con arcilla también. Quizá sucedió así...
Mientras levantaba el extremo de un paño húmedo, el artista cortó un trozo de una gran masa de arcilla; lo lanzó sobre la rueda de alfarero y se sentó. Recogió su manto hasta las rodillas. Entonces, arriba, abajo, arriba, abajo, su pie comenzó a mover el pedal y la rueda comenzó a girar.
En las manos del alfarero, la arcilla parecía cobrar vida propia. Una vez aplastada, le hizo un centro hueco y costados
suaves; hundió sus manos rápidamente en un envase con agua y continuó trabajando. Casi amorosamente, comenzó a angostar un largo cuello; en el frente formó un pico. Entonces, la rueda fue aminorando la velocidad, hasta que se detuvo.
El alfarero trenzó algunos pedazos de arcilla suave y los ajustó firmemente en un costado de la vasija, para hacer una manija. Con una sonrisa feliz, retiró su creación de la rueda, apoyándola cuidadosamente en el estante para el secado. Lo que una vez era un trozo de arcilla, había llegado a ser un hermoso jarro.
El alfarero miró hacia la calle transitada. Los clientes se detenían para observarlo mientras trabajaba. Algunos compraron jarros para agua o harina; pero el alfarero siguió trabajando. Su masa de arcilla fresca no duraría mucho.
Cortó otro trozo de la masa. Como lo había hecho antes, lo arrojó sobre la rueda; girando y girando, arriba y abajo. Mientras los costados de un jarro de agua se levantaban entre sus manos, su atención se dirigió a un hombre que lo estaba observando. El alfarero levantó su vista y sonrió; pero en ese instante los costados del jarro cayeron en el centro, y entonces detuvo la rueda.
-Oh, discúlpeme -dijo el hombre tapándose la boca con sus manos.
El alfarero hizo un gesto con la mano en el aire.
-No es nada -dijo-. Lo arreglo en un minuto.
El hombre se presentó:
-Mí nombre es Jeremías. Fui enviado aquí por Dios para observar su trabajo.
El alfarero pareció interesado.
3. Queridos padres: Recuerden que los maestros de Escuela Sabática enseñarán esta lección en la fecha señalada. Los alumnos deberán estudiarla y hacer las actividades prácticas después, durante la semana que comienza a partir de ese sábado.
Mensaje
Dios me sostiene en sus manos y me modela.
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-La hermosa arcilla -dijo él- es tan fácil de arreglar, que si queda muy fina en un lugar o si encuentro defectos mientras la voy modelando, la amaso otra vez y comienzo de nuevo; algunas veces eso la vuelve aún más suave que antes. Yo siempre trato de lograr que la arcilla tome la mejor forma.
-Entonces, los errores se pueden arreglar -añadió Jeremías.
-Así es: yo puedo darle forma y volver a hacerlo hasta que quede exactamente como debe ser. Cuando quedo conforme, sé otros la
Versículo para memoriiar
"Jehová, tú eres nuestro padre; nosotros barro, y tú el que nos formaste,- así que obra de tus manos somos todos nosotros"
(Isaías 64:8).
encontrarán hermosa y útil también.
Jeremías asintió.
-Su trabajo es hermoso -dijo, y se quedó observando ai alfarero por unos minutos más.
Entonces, admiró los objetos que estaban en exposición una vez más: había pequeñas lámparas de aceite para un dormitorio; jarros de todos ios tamaños para crema, leche o agua; grandes envases para guardar aceitunas o cereales, o para enfriar agua. Todo estaba hecho con el mismo material, por el mismo creador. Sin embargo, cada uno era un poquito diferente; cada uno tenía un propósito especial.
Esta era la lección que Dios había querido que Jeremías aprendiera; por eso había enviado a Jeremías para que observara el trabajo del alfarero. Ahora Jeremías podía explicar cómo Dios forma la vida de cada persona, y cómo toma los errores que cometemos y ios usa para lograr algo hermoso. En las manos de Dios, cada vida puede ser de servicio para otros.
4. YTYYYYYYT
■I
^ El alfarero de nuestra lección hacía hermosos jarrones. Den un paseo con tu familia y busquen cosas hermosas que Dios ha creado que comiencen con la letra J.
O Lean juntos el relato bíblico de la lección. Entonces, lean y comenten Isaías 64:?.
Antes de orar, canten “Anhelo ser limpio” iUimario Adventista, N° 254).
S
O Lee y habla acerca de Jeremías l?:5 y 6 con tu familia.
Apoya tu mano sobre un papel, traza el contorno con un lápiz y escribe las palabras de tu versículo para memorizar en diferentes colores, dentro de la silueta que dibujaste. Lee el versículo en voz alta. Coloca tu nombre en lugar de “nosotros”, y luego coloca el nombre de cada miembro de la familia en el versículo y lee- selo.
& Repite tu versículo para memorizar.
D _0_ G pJ
Durante el culto de familia, lean y comenten Jeremías l?:t al 4. Pide a alguien que te ayude a encontrar "arcilla" en una enciclopedia, y lee acerca de la ella.
Relata tres cosas que aprendiste.
AATl. $
Junto con tu familia, lean Lamentaciones 4:2. ¿Qué significa este versículo para ti?
O Fabrica un jarrito de arcilla con tus propias manos. Aquí te explicamos cómo hacerlo: Amasa la arcilla hasta que quede suave; forma una pelota, y empuja un pulgar en el centro, pero sin atravesarla. Coloca una mano debajo de la arcilla y usa la otra para darle forma con tus dedos mientras la haces girar: la abertura se irá agrandando y agrandando. Cuidadosamente, traza un dibujo en el costado; luego pon tu jarrito a secar.
TÁpTX^JLyT
£¡r Con tu familia, lean la oración de Jesús acerca de permitir que Dios lo modele en Mateo 26:42. ¿Cuándo hizo Jesús esta oración?
En la Escuela Sabática hiciste una taza o un plato para compartir con alguien: entrégalo hoy.
(Si no estuviste en la Escuela Sabática, traza un dibujo de una taza de arcilla o un plato.)
Mientras lo entregas, recuerda a esa persona que Jesús es el Alfarero y desea transformarnos a cada uno de nosotros en algo realmente especial.
Repite un versículo para memorizar sin ayuda.
^ Canta, con tu familia, “Ahora que soy niño” (AJ, N° 66).
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O Pide ayuda para fabricar un arco iris colgante en el cual exponer algunas de las promesas de Dios; dibújalo y coloréalo en un plato de papel. Dibuja cinco pequeñas nubes en papel blanco, recórtalas y escribe una de las siguientes frases en cada nube, transcribiendo los textos bíblicos señalados: (I) Dios cumple sus promesas; (2) Hechos 1:11; (3) Salmo <71:11; (4) Malaquías 3:6; (5) Salmo 50:15. Sujeta las nubes al plato de papel, para que cuelguen desde el fondo del arco iris, y cuélgalo donde todos lo puedan ver.
Durante el culto de familia, lean las promesas y cuenta lo que significan para ti.
Cuenta tu historia de la lección a tu familia durante la hora del culto. Muéstrales el jarrito que hiciste esta semana.
¿Cómo respondemos cuando Dios desea modelarnosP Canten juntos “Cúmplase, oh Cristo, tu voluntad” (Mutuario Adventista, N° 245). Entonces, repitan el versículo para memorizar como una oración.
(Aclaración: El orden del espectro del arco iris es: rojo, anaranjado, amarillo, verde, azul, índigo, violeta.)
AeertUe
J eremías comprendió que Dios nos forma, así como unalf arero le da forma una vasija de barro. Dios nos moldea en unaf orma especial para I levar a cabo un propósito especial para él.
Termina esta vasija de arcilla y decórala.