La devoción a María Auxiliadora se remonta a los primeros siglos de la Iglesia y cobró mayor importancia tras la victoria católica contra los turcos en 1571. El Papa San Pío V incluyó el título de María Auxilio de los Cristianos. Don Bosco fundó la orden de los Salesianos y las Hijas de María Auxiliadora, construyendo en 1862 la iglesia de María Auxiliadora en Turín dedicada a esta devoción, donde encargó un gran cuadro de María Auxiliadora.