En el siglo XVII, la Nueva España dejó de ser un lugar de conquista y se convirtió en un país establecido, con la hacienda como su base económica principal. Las encomiendas, que habían sido fuente de abusos contra los indígenas, declinaron y fueron reemplazadas por otras instituciones como la hacienda. Debido a una gran epidemia, hubo escasez de mano de obra indígena para la producción y minería, por lo que el sistema de repartimiento y la hacienda ganaron importancia en la