PARÁBOLA DEL BUEN PASTOR-CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Casa Templaria, 4 agosto 2014
1. Casa Templaria, 4 de agosto de 2014.
Mis queridas semillas,
Os mandamos todo el amor de la Casa Templaria, los perfumes de
lavanda, las frutas de Robert que con tanto
amor cultiva el jardín y el huerto, lleno de
fresas, de frutas, de uva, de higos, de
manzana, peras, melocotones,
albaricoques, ensaladas, tomates, ese
amor que solamente él sabe dar a esta
Casa de Dios.
Una vez llevaron a unos invidentes, invidentes son personas que
han nacido ciegas, que no ven, los llevaron para que por la primera vez
supieran qué es un elefante, cuál fue la sorpresa de esas personas
cieguitas, empezaron a tocarlo, los elefantes son unos animales
maravillosos, con una memoria extraordinaria, una amabilidad y una gran
dulzura, son pasivos, jamás atacarán al hombre si no se encuentran
amenazados, siempre manda la matriarca, siempre es una elefanta, la más
mayor que guía a toda la manada, la lleva a buscar el agua, a encontrar
las sales minerales, son cuevas donde el barro produce la sal, es
indispensable para la digestión y su salud, el estómago de todo humano y
animal necesita sus sales, sus piedras o sus hierbas.
Así que empezó la primera persona a tocar el elefante y se encontró
con la espalda, subió encima y dijo “¡Uyyy me siento como si fuera encima
de una mesa, de una madera, es tan ancha esta madera que parece que
estoy en una tavola!”. Otro cieguito tocó la pierna, la pata y dijo: “¡Uy
qué arrugada está la piel! la piel ésta parece un pergamino ¿qué será?
parece como un papel, pero muy fuerte, muy fuerte”. Otro le tocó el rabo
la cola del elefante y dijo “¡Uy! esto parece una cuerda de las que tenemos
en casa para atar los sacos”. Otro ciego alcanzó una oreja y dijo “¡Uy!
esta oreja es tan grande que parece un abanico, ¿podría ser para hacerme
aire si tengo calor?” Y otro ciego con las dos manos tocó la trompa del
elefante “¡Eureka! Esto que tengo en las manos debe de ser una manguera
para regar el huerto, el giardino, debe de salir agua por aquí ¡qué raro!”.
Y así fueron descubriendo cómo eran los elefantes, pero todos
habían descrito el mismo animal diferente, nadie había dicho como era
2. exactamente el elefante. El primero que si era una madera, el segundo que
era una cuerda, el tercero que era un abanico, el cuarto que era una
manguera para regar, el quinto si era un pergamino, tooodos fueron
diciendo lo que ellos percibían.
Mis semillas, así somos nosotros, cuando conocemos una persona
tenemos una visión y nos quedamos en ¡Qué bonita, tiene unos ojos, es
guapísima! ¡Qué cabello más largo! ¡Qué silueta más linda, qué esbelta,
qué delgadita, qué bien vestida! Si es un hombre ¡Qué viril! ¡Qué fuerte!
¡Qué tableta de chocolate!, etcétera, etcétera, por no decir las “curvas de
Beyoncé” que también son muy bonitas, pero ¿qué hay debajo de esa capa,
de esa imagen? Igual que el elefante, todos tenemos mil opiniones antes de
conocer y enseguida tiramos la piedra, enseguida, y nadie vemos la misma
Casa con los mismos ojos ¡¿Qué casualidad?!
La Casa de Dios ¿A qué sirve la Casa de Dios, que es la Casa
Templaria? a prepararse como
Maestros, a conocer todas las
profesiones, aprender a hacerlas,
a Daaaaaar y a recibir, a
Compartiiiiiiiir y a guardar y
sobretodo Agradecer a Dios de
tener esta oportunidad, de estar en
esta Sala donde están las vibraciones del Creador, de los Ángeles, de los
Iniciados y de todo el Cosmos.
Mis queridas semis, mis semillas, mis estrellas, abrir bien los ojos,
pero los del alma ¡cuidado! Los del alma y veréis más claro todas las
cosas. Si tenéis miedo cuando estáis en la cocina haciendo una crepe,
poner las manos, nuestra piel es como las colas de las lagartijas, se corta y
vuelve a crecer, pero la conciencia cuidado con ella, no os perdonará, lo
que hacéis aquí en esta Casa y en vuestra vida, lo hacéis Arriba, es un
gesto maravilloso.
¡Cómo os amo mis estrellas, cómo os amo mis semillas! Daría un
trocito de mi vida para quitaros vuestras penas, para quitaros vuestros
sufrimientos, para quitaros esa venda de los ojos, que pudierais ver con
claridad La Verdad que es sencilla, que está clara, sólo tiene 5, 6, 7
palabras, cariño, amor, dulzura, te amo, te doy y recibo, me das y
3. comparto, me has herido y quiero saber el ¿por qué?, ¡Ah! Tenías que
habérmelo dicho antes, ahora ya lo he comprendido, ahora sí te quiero,
eso es la Casa de Dios, la Casa Templaria.
Con todo mi amor,
La Jardinera