Introducción:Los objetivos de Desarrollo Sostenible
PINTURA NEOCLÁSICA
1.
2. BASES TEÓRICAS DEL NEOCLASICISMO
EN PINTURA
• El Neoclasicismo fue un intento de someter la
creación artística a reglas racionales con
modelos de validez universal.
• Rechaza los efectos ilusionistas y los excesos
imaginativos de la tradición barroca y rococó,
que censura por ser un arte irracional y
moralmente reprobable.
• Representa la segunda oleada recuperadora
de la antigüedad greco-latina, en la que se
inspiraron.
• Winckelmann, en Historia del Arte de la
Antigüedad (1764), y Lessing, en Sobre los
Límites en la Pintura y la Poesía (1766),
defienden la superioridad del arte clásico
(especialmente el griego), en el que se habría
alcanzado la perfección. Al artista le
correspondería recuperar “la nobleza de la
simplicidad y la grandeza de la calma”, típicas
del clasicismo.
• Las excavaciones en Pompeya y Herculano
recuperaron esculturas y pinturas que
sirvieron como referencia histórica, aunque la
escasez inicial de modelos pictóricos dificultó
la elaboración de una estética neoclásica en
pintura basada en la arqueología.
Anton von Maron, Retrato de Johann Winckelmann (1768)
3. Anton Rafael Mengs (1728-1779) llevó por primera vez las teorías neoclásicas a la pintura en el techo de la Villa Albani de
Roma. En su “Parnaso” (1761) renunció a los efectos coloristas y compositivos del Barroco, para realizar una pintura en la
que sobresale la simetría y la razón, la perfección de las formas de la escultura antigua y los valores de la pintura de Rafael.
Anton Rafael Mengs, El Parnaso (1761)
4. CARACTERÍSTICAS DE LA
PINTURA NEOCLÁSICA
• Predilección por la temática del mundo clásico, las
figuras desnudas y los contenidos ideológicos,
heroicos y moralizantes.
• Predominio del dibujo frente al color, y uso de
colores puros para precisar sus contornos; una luz
fría da solemnidad al conjunto.
• Aplicación estricta de la perspectiva lineal,
situando a los personajes en un plano único (como
en los relieves clásicos).
• Pretendió trasladar la coherencia compositiva
racional a la nueva situación revolucionaria y ello se
refleja en sus temas: clásicos, históricos y
mitológicos, con constantes referencias a la
libertad y a los sentimientos, que darían paso al
Romanticismo.
Anton Rafael Mengs, Perseo y Andrómeda (1774-79)
5. JACQUES-LOUIS DAVID (1748-1825)
Buscó la inspiración en los modelos
escultóricos y mitológicos griegos,
basándose en su austeridad y severidad,
algo que cuadraba con el clima moral de
los últimos años del antiguo régimen.
Más tarde David llegó a ser un activo
participante en la Revolución francesa,
siendo el líder de las artes bajo la
República. Encarcelado tras la caída de
Robespierre, más tarde se alineó con el
régimen de Napoleón Bonaparte. Fue en
esta época cuando desarrolló su 'Estilo
Imperio', notable por el uso de colores
cálidos al estilo veneciano.
Jacques-Louis David, El Dolor y los Lamentos de Andrómaca
sobre el cuerpo de Héctor (1783)
7. Fondo arquitectónico clásico (toscano) sin adornos
para no distraer la acción principal en primer plano
(el fuerte claroscuro también contribuye a llamar
la atención sobre el primer término iluminado
y relegar la zona de penumbra)
Cada arco de medio punto
engloba a un grupo de personajes
Personajes femeninos
dominan líneas curvas:
abatimiento, desesperación,
“pathos”
Unidad del cuadro
fragmentada en dos escenas
para lograr una visión
sincrética: la parte heroica
(el juramento) y la parte trágica
(el dolor de las mujeres)
Personajes masculinos desarrollan
líneas verticales, están erguidos,
músculos tensos y están inscritos
en un cuadrado (reflejan el
Ethos, el sacrificio cívico)
Figuras formadas
con triángulos que
dan estabilidad
Belleza ideal
en anatomías
de inspiración
clásica
Manto rojo
del padre atrae
atención sobre él
Composición clara y equilibrada
(principio de simetría,
compensación de masas, etc.)
Predominio del dibujo sobre el
color, con contornos nítidos.
8. Las mujeres representan el
ámbito doméstico, la pasión
descontrolada, por eso se
dejan abatir por los sentimientos
de tristeza y desesperación.
Personajes concebidos
como un friso, sin apenas
desarrollo en perspectiva
El padre, centro de la composición
mira las espadas, para destacar que
el juramento es más importante
que sus hijos
Pese a que los juramentos se hacían en lugares públicos ante
el pueblo, David elige el interior de la vivienda familiar para
resaltar que por la Patria hay que sacrificarlo todo.
Los hombres representan lo
público, por eso deben dominar
sus sentimientos y afrontar
su misión y trascender del
espacio privado
Frente a frivolidad del Rococó
se usan temas de la Antigüedad
para ensalzar valores cívicos.
Cambia el papel social del artista.
Incorrecciones históricas:
espadas medievales, dos de los
hijos levantan el brazo izquierdo
en lugar del derecho para jurar
9. JACQUES-LOUIS DAVID, La Muerte de Sócrates (1787)
David refleja el momento en que Sócrates, encarcelado por sus ideas, elige el suicidio antes que renunciar a ellas.
Con serenidad, el filósofo se dispone a beber el veneno de la copa que le trae un discípulo, mientras otros, en claro
contraste, muestran su desesperación. Compuesto a manera de friso y con el color aplicado por zonas, este lienzo
refleja, tanto en la técnica como en el tema, el compromiso del artista con la sociedad.
10. JACQUES-LOUIS DAVID
Los Lictores devuelven a Bruto los cuerpos de sus hijos (1789)
Los contrastes de luz dan dramatismo a
la escena: La desesperación del grupo de
mujeres entrelazadas, cuya luminosidad
les da el protagonismo, indica el interés
de David por la manifestación del dolor.
Una vez más se opone la serenidad
masculina a la sensibilidad femenina.
12. Dibujo en tinta marrón y negra sobre papel para hacer
un grabado con el que sufragar la obra a gran escala
(la suscripción popular para su realización fue un fracaso)
Características generales:
predominio del dibujo, composición
equilibrada, gestos teatrales,
exaltación patriótica, etc.
División de la obra en dos planos: el inferior con
abundancia de figuras, el superior destaca a los
lados de las desnudas paredes personajes que dan
vivacidad al cuadro con el movimiento de cortinajes.
Gran abundancia de retratos,
sin embargo los derroteros de
la revolución hizo que muchos
de los protagonistas
de la escena no salieran.
Ya no se utiliza un tema de la
Antigüedad para ensalzar los
valores cívicos, sino que se
plasman temas de la época
Todos los brazos (líneas de fuerza)
conducen hacia el presidente Bailly,
como reflejo de la voluntad común.
Se significa en el extremo inferior
derecho el rechazo de Martin d`Auch
Volumen cúbico
puro encuadra
la escena
13. JACQUES-LOUIS DAVID
El asesinato de Marat (1793)
Marat fue miembro del Club de los Cordeliers durante la
Revolución francesa y ayudó a consolidar el período del
Terror elaborando «listas negras» hasta ser finalmente
apuñalado en su bañera por la girondina Charlotte
Corday en 1793. David quiso reflejar su humildad en el
cajón de madera que utilizaba como escritorio. La obra
está realizada a partir de un boceto y se aprecian las
influencias de Miguel Ángel (Piedad del Vaticano) y
Caravaggio (Entierro de Cristo). Esto se explica por el
intento de identificación de la figura de Marat con la de
Cristo. Esto sólo es una teoría, pero si nos fijamos en la
figura de Marat, vemos como la sábana blanca podría
simular el sudario de Cristo tras su muerte. Por otra
parte no existe ningún motivo religioso: tras la muerte
queda el vacío (vemos como en la parte superior del
cuadro de la obra se refleja la nada). Y por último
destacar el dibujo sobre el color.
14. Escasez de elementos y los que hay
con una fuerte carga simbólica:
Cuchillo con el que fue asesinado cerca
de su mano caída que sostiene la pluma
(oposición barbarie frente a ideales ilustrados)
una simple caja vieja de pino le servía de
escritorio, las sábanas con remiendos, el
tapete verde que cubría la tabla que tenía
sobre la bañera (austeridad), un billete
de asignado con una nota para entregar a una
viuda con cinco hijos (generosidad)
La caja, un volumen cúbico perfecto
hace las funciones de lápida:
“A Marat, David. L`an Deux”
Simplicidad compositiva:
líneas geométricas ortogonales
estructuran la composición
y la dotan de una sensación
estática de intemporalidad
(verticales y horizontales)
Hay un recorrido con la sangre
desde la nota, el agua enrojecida,
la herida manando que llevan
hasta el cuchillo ensangrentado
Fuerte claroscuro
la opacidad del fondo
contrasta con la
Iluminación intensa del
político
A pesar de no ser
agraciado físicamente
David lo representa
con un desnudo heroico
15. En la mano la nota
con la que su asesina pretendía
llegar hasta él (nunca la leyó Marat,
es una licencia que se toma David).
Las manchas de sangre acentúan
el dramatismo
Tintero con pluma para significar la
labor intelectual de Marat
16. JACQUES-LOUIS DAVID, El Rapto de las Sabinas (1799)
David concibe este cuadro tras ser encarcelado por su colaboración con el Terror. El
momento elegido no es el rapto, sino el enfrentamiento posterior entre sabinos y romanos.
Las sabinas se interponen entre ambos, imponiendo la paz. Su significado político promueve
la idea de reconciliación entre los franceses tras los sangrientos hechos de la Revolución.
17. JACQUES-LOUIS DAVID
La coronación de Napoleón (1807)
Cuadro de enormes
proporciones (9’79 x 6’29)
David había elegido originalmente la
autocoronación de Napoleón, pero al
ser un tema espinoso al final eligió
la coronación de Josefina.
Infinidad de figuras
(más de doscientas )
muchas de las cuales
cambiaron de ubicación
durante la elaboración
del cuadro por indicación
del emperador y del jefe
de protocolo
Predominio de
la verticalidad que
empequeñece las figuras
(sensación de
monumentalidad
y grandiosidad)
18. JACQUES-LOUIS DAVID
Napoleón cruzando los Alpes (1801)
El rostro sereno
contrasta con lo agitado
de las líneas curvas en
que aparece envuelta
Atmósfera tormentosa
(azul grisáceo) contrasta con
tonos cálidos de Napoleón
Gran realismo
en los detalles
Contraste del lento y
fatigoso avance del
Ejército francés por el
paso de San Bernardo
y la actitud dinámica del caballo
Inscrito en las rocas
el nombre de Anibal, Carlomagno y
el propio Bonaparte
Crines, capa, crines y cola del caballo
impulsados por viento trasero siguen
dirección del brazo del emperador
(símbolo del triunfo)
Caballo en corveta agitado
en contraste con dominio
del emperador
Paisaje abrupto
en diagonal
19. ANTOINE-JEAN GROS (1771-1835)
Bonaparte en el Puente de Arcole
(1796)
Los discípulos de David fueron acusando cada
vez más las tendencias románticas,
conduciendo el rígido clasicismo del maestro
hacia tendencias agitadas y coloristas
inspiradas en Rubens.
Antoine-Jean Gros fue uno de sus alumnos
más aventajados. Conoció a Napoleón en Milán
en 1796, tras huir del Terror revolucionario. Le
siguió en su campaña de Italia y se convirtió en
su mayor admirador, dedicándole sus mejores
obras. Su primer retrato del futuro emperador
fue este lienzo, donde ya se aprecia el ímpetu y
la fogosidad propias del romanticismo.
Tras la caída de Napoleón, pintó para Luis XVIII,
aunque sin la grandeza heroica que le
caracterizaba, lo que le hizo despreciar el
romanticismo que antes había promovido, y
regresar a las normas clasicistas de su maestro.
Invadido por la melancolía, acabó suicidándose
en 1835.
20. ANTOINE-JEAN GROS, Napoleon recorriendo el campo de batalla de Eylau (1808)
Se trata de un cuadro ideológico. Rodeado de mariscales, Napoleón visita al amanecer el
desolado llano donde el día anterior se había librado una terrible batalla. Arrodillados junto a
su caballo, unos polacos y lituanos liberados acercan sus manos en actitud casi de unción. El
emperador, cuyo protagonismo ayudan a enfatizar las cabezas apartadas y agrupadas de los
militares a ambos lados de su figura, aparece con un dibujo más cuidado y más pálido.
Compasivo ante los estragos de la guerra, se carga de un pathos casi religioso en su gesto.
21. ANTOINE-JEAN GROS, Bonaparte visitando a los apestados de Jaffa (1804)
La obra se realizó buscando la propaganda política: la visita de
Napoleón a los apestados en 1799. La fuerza y la exaltación de
numerosos fragmentos ejecutados con extraordinaria sencillez,
especialmente en los rostros de los enfermos, hacen de este
cuadro el primer gran triunfo del romanticismo en la pintura.
22. ANNE-LOUIS GIRODET-TRIOSON (1767-1824)
El entierro de Atala (1808)
Pasó del taller de David a Roma,
donde comenzó a usar una luz
onírica y temas cada vez más
apartados de la tradición clásica.
La historia de Atala, que
Chateaubriand publicó en 1801,
le inspiró por su exotismo. El
tono melancólico y tierno, así
como el uso del claroscuro,
corresponden a una sensibilidad
prerromántica, que es con
frecuencia uno de los aspectos
más interesantes de la pintura
neoclásica.
23. ELISABETH VIGÉE-LE BRUN (1755-1842)
Retrato del Príncipe Henry Lubomirski como cupido (1789)
Esta artista fue pintora de la reina María Antonieta
desde 1779, aunque con la Revolución se refugia en
Italia, Viena y San Petersburgo, hasta 1802, año en que
regresa a París. Sus obras maestras son sus propios
retratos, en los que se representa con un aire ingenuo,
sensual y elegante. Llegó a pintar una veintena de
retratos de la reina, además de otros miembros de la
alta sociedad.
Autorretrato con su hija (1786)
24. MARIE GUILLEMINE BENOIST
(1768-1826)
Retrato de mujer negra (1800)
Inició su formación con Élisabeth Vigée-Le Brun en
1781, pasando al taller de Jacques-Louis David en
1786. Expuso por primera vez en 1791 en el Salón de
París, donde presentó un cuadro de asunto
mitológico, Psique despidiéndose de su familia. De la
misma época es La Inocencia entre el vicio y la virtud,
también inspirado en la mitología, adaptando el tema
de Hércules en la encrucijada y reflejando sus
inquietudes feministas, pues en él aparece el vicio en
forma de varón, papel tradicionalmente ligado a un
personaje femenino. A partir de 1793 comenzó a
desprenderse de la influencia de David, abandonando
los sujetos clásicos por la pintura de género. Su
carrera como pintora de éxito continuó en el Salón de
1800, en el que presentó su Retrato de una negra.
Este retrato de una criada de su cuñado, pintado sólo
seis años después de la abolición de la esclavitud, se
convertirá en un manifiesto a favor de la
emancipación de la mujer y las personas de raza
negra. El cuadro será adquirido por Luis XVIII para el
estado francés en 1818. En 1803 Napoleón, en aquél
momento Primer Cónsul, le encargó su retrato con
destino a la ciudad de Gante, recientemente
entregada a Francia por el Tratado de Lunéville. Un
año más tarde recibió una medalla de oro del Salón y
obtuvo una pensión gubernamental. También por
entonces abrió un taller exclusivamente para mujeres
a las que enseñaba pintura. Con la Restauración, su
marido el conde Benoist, monárquico convencido, fue
nombrado miembro del Consejo de Estado y ella, al
parecer, hubo de abandonar la pintura en la cumbre
de su carrera.
25. JEAN-AUGUSTE-DOMINIQUE INGRES
(1780-1867)
La Bañista de Valpinçon (1808)
Ingres encarna el nuevo clasicismo resultante de la
absorción de elementos románticos, que cambia el ideal
de la antigüedad romana por el del Alto Renacimiento de
Rafael. Él representará la corriente clasicista racional
frente a la irracional romántico-rubensiana de Delacroix,
agitada y colorista.
Hacia 1800 se distanció de su maestro David, debido a su
simpatía por los Primitifs, pintores que proclamaban una
vuelta al arte anterior a Fidias, teniendo como ideal la
pintura de los vasos griegos, por lo que reivindicaron una
línea abstracta, alejada del claroscuro, que tuvo sus
representantes en Blake o Flaxman. Su estilo desarrolló
así un clasicismo romántico muy personal.
De su larga estancia en Roma nos han quedado una serie
de desnudos femeninos en los que el artista experimenta
su manera de ver la naturaleza. En esta ocasión, la mujer,
sentada de espaldas, gira la cabeza, y parece observar
algo, ausente del espacio visual, con claras referencias a
Chardin. Una tenue luz, que Ingres pronto abandonará,
modela suavemente la espalda femenina y nos ofrece una
desproporcionada anatomía, a través de un preciso
dibujo.
26. JEAN-AUGUSTE-DOMINIQUE INGRES, La Gran Odalisca (1814)
De sus desnudos femeninos realizados durante su estancia en Roma destaca éste, de inspiración tizianesca y complicada
torsión del alargado cuerpo, concebido en un solo plano, cargado de fría sensualidad, la cabeza con recuerdos de Rafael.
Fue encargado en 1813 por Carolina Murat, hermana de Napoleón y reina de Nápoles, como compañero de otro desnudo
femenino, destruido a raíz de la Restauración por supuesto ultraje a la moral.
27. INGRES Monsieur Riviere
(1805)
Mademoiselle Riviere
(1805)
Cuando se exhibió este cuadro en el Salón de 1806 recibió críticas negativas
por la clara precisión del dibujo y de la ejecución pictórica, casi exenta de
claroscuro. Junto a los libros, sobre la mesa, aparece un grabado de la
Virgen de la Silla, claro homenaje a Rafael.
Para hacer sus retratos, Ingres se basaba en el dibujo, del que
extraía posibilidades para captar la psicología del personaje.
Asimismo, sigue las premisas de Holbein el Joven y la fluida y
pura línea de John Flaxman.
28. JEAN-AUGUSTE-DOMINIQUE INGRES
Monsieur Bertin (1832)
El dominio de Ingres para lograr la
captación psicológica del personaje se
aprecia en los numerosos dibujos
preparatorios, donde hay dudas antes de
la elección de la postura.
Louis-François Bertin, hombre de
negocios y fundador del Journal de
Debats, uno de los periódicos más
conservadores de Francia, aparece como
símbolo de la burguesía triunfante.
29. INGRES, Apoteosis de Homero (1827)A partir de 1825, Ingres se empecinó en convertirse
en la encarnación de los ideales que representaban a
Rafael y el Renacimiento romano. Regresó a Italia,
donde pintó esta obra, que pretendió emular la
Escuela de Atenas de Rafael, pero resulta rígida,
afectada y académica.
30. JOSÉ DE MADRAZO, La Muerte de Viriato (1818)
Considerado como la mayor figura del neoclasicismo español, Madrazo comenzó su carrera en Madrid con Gregorio Ferro, a través del cual
recibió la influencia de Mengs. Posteriormente se trasladó a París, donde fue discípulo de David, y a Roma, donde tuvo contactos con el escultor
Canova. Su pintura, de acendrado espíritu “davidiano”, tocó todos los géneros, siendo un excepcional retratista, sobrio y elegante.