Beatriz experimentaba vacío y resistencia a recibir el amor de Dios debido a las circunstancias de su vida. Aunque su vida y la de su familia habían mejorado en algunas áreas, ella no sentía diferencia entre su vida anterior y actual. Sin embargo, cuando Dios manifestó su bondad y ella dispuso su corazón a creer, experimentó una adopción que transformó todo su ser. Ahora puede sentir el amor de Dios a diario y está convencida de que nada podrá separarla de Su amor, incluso en tiempos de aflicción.