Este documento describe la formación geológica de la isla de Tenerife. Se formó hace unos 30 millones de años debido a la actividad volcánica en la zona. Tiene tres áreas principales: el macizo antiguo de Anaga en el noreste, el macizo de Teno en el noroeste, y el edificio central que incluye las Cañadas y el Pico Teide, el punto más alto. El pico Teide es un volcán enorme de 3,718 metros que sigue en actividad. La isla ha ido tomando su forma
1. Juan J. Martínez Sánchez
Pasado y Presente de las Islas Canarias
Tenerife
act
CABILDO DE TENERIFE
1995
2. Aula de Cultura
Patronato Insular de Turismo
Cabildo de Tenerife
Coordinación editorial: Marco Antonio Temes Rial.
Titulo: Pasado y presente de las Islas Canarias. Tenerife.
Primera edición: 1995.
Autor: Juan José Martínez Sánchez.
Diseño, maquetación y cuidado de la edición: Mila Ruiz.
Fotografía: Mila Ruiz.
Cubierta: Mila Ruiz.
Impresión: Litografía A. Romero, S. A.
Responsable de la edición digital: José Cristóbal Martín ( soyelcisne@gmail.com )
ISBN: 84-87340-56-3
Depósito legal: TF. 1.857-1995
3. índice
Presentación 9
Prólogo 11
I n t r o d u c c i ó n 13
Medio geográfico 16
Formación del relieve insular, Suelos, Clima, Aguas,
Vegetación, Fauna, La Naturaleza y el hombre
Población 46
Los guanches, Población tras la conquista, El fenómeno
de la emigración, Poblamiento actual, Origen de algunos
pueblos, La vivienda
E c o n o m í a 78
T r a n s p o r t e y comunicaciones 86
H e c h o s históricos 90
Conquista de Tenerife, Derrota del almirante Nelson,
La desamortización, La esclavitud, La masonería en
Tenerife
Aspectos artísticos 106
El arte gótico y renacentista, Arte barroco,
El neoclasicismo, Siglo XX
Instituciones 122
El Cabildo, La Real Sociedad Económica de Amigos del
País de Tenerife, La Capitanía General, La Iglesia,
La Universidad
Manifestaciones de la cultura p o p u l a r 142
La lucha canaria, La artesanía, Fiestas populares,
La devoción a la Virgen de la Candelaria, El folklore,
Cocina popular
4. Personajes célebres 158
José de Anchieta, José de Viera y Clavijo, Tomás de Iriarte,
Agustín de Bethencourt y Molina, Teobaldo Power, Óscar
Domínguez.
Visitantes ilustres 176
Jean de Bethencourt, George Glassn Alejandro Hlumboldt,
Bory de Saint Vincent, Von Langsdorff, Sabino Berthelot,
Jules Leclercq, R. Verneau, Rev. Chas W. Thomas, Dulce
María Loynaz.
Itinerarios 2 0 0
1. Santa Cruz de Tenerife, 2. La Laguna. 3. La Orotava y
el Puerto de la Cruz. 4. Garachico y Punta de Teno,
5. Masca-Acantilado de los Gigantes, 6. Anaga y
Taganana, 7. Las Cañadas y el Pico Teide
Tablas 221
Bibliografía 227
Mapa de Tenerife 230
5. Presentación
Los Consejeros de las Áreas de Cultura y Turismo del Cabildo de
Tenerife habíamos detectado que no existía una publicación que, a través
de su lectura, nos diese una síntesis, una imagen lo más completa posible
de Tenerife, diferente de la que nos pudiesen dar, por una parte, los folletos
de promoción turística y, por otra, las obras especializadas.
Esta idea fue alimentada de manera decisiva por el Proyecto «Alisios»,
desarrollado por los alumnos de Bachillerato del Valle de la Orotava,
dirigidos por profesores del mismo, cuyo objetivo último era el de
profundizar en el conocimiento mutuo de nuestros estudiantes con sus
iguales de países americanos de habla hispana: Méjico, Venezuela, Cuba.
Se pretendía un conocimiento de la realidad auténtica y de la visión que se
tenía de nuestra tierra y viceversa, fuera de las aportadas desde la relación
oficial y que han dado lugar a tantos tópicos. Al solicitarnos información
sobre nuestra Isla quedaba patente el problema ya insinuado al comienzo
de esta presentación. Es el profesor Dr. Juan Martínez Sánchez el que de
forma clara e incisiva ha venido planteando esta necesidad que, por fin, se
va a convertir en realidad.
Para los consejeros patrocinadores de esta publicación, el vacío
detectado se llena plenamente y el lector que se acerque a las páginas de
este libro se formará una imagen bastante completa de Tenerife. Conocerá
los datos más relevantes de la Isla y sus características físicas, sociales,
culturales, demográficas, políticas y económicas, entre otras.
Q u e r e m o s a g r a d e c e r s i n c e r a m e n t e al autor, el cariño que
desinteresadamente ha puesto para que este libro vea la luz. Para los
Consejeros de Turismo y Cultura del Cabildo de Tenerife la satisfacción de
poder contribuir a un mayor y mejor conocimiento de nuestra Isla.
Francisco Marcos Hernández Marcos Brito Gutiérrez
Consejero de Turismo y Transportes Consejero de Cultura,
Educación y Deportes
9 Tenerife
6. Prólogo
Difícil me resulta hilvanar las ideas de este prólogo. La razón es simple:
estas líneas suelen ser obra del autor del libro; pero cuando ese autor es
consciente que la «paternidad» de la obra es compartida aumenta la
responsabilidad.
Veamos: Loli Borges me ayudó en los temas musical y de cocina; Juan
Manuel y Rubén Martínez trabajaron en los temas de fauna y lucha canaria,
respectivamente; Alberto Sebastián colaboró con el texto sobre la Masonería;
Domingo Eulogio Méndez contribuyó con la biografía de Viera; Paco Perrero
( d e s d e su « d o r a d o exilio» de París y Nueva York) nos c e d i ó las
interesantísimas postales antiguas que ilustran el libro; José Luis Prieto
hizo el Arte y los Itinerarios, ha leído los originales, aportando correcciones
e ideas; y Mila Ruiz, aparte de su tarea «oficial» de diseño y maquetación,
ha hecho las fotos y ha puesto toda su voluntad, muchísimo tiempo y
bastante de su capacidad al servicio de esta publicación.
¿Qué queda para mí? Pues todo lo demás y algo importante como la
idea de la publicación con su inherente finalidad de contribuir a la difusión
cultural.
Tras varios decenios dedicado a la enseñanza oficial, va confirmándose
en mí la idea de que la proyección de la cultura popular obliga a establecer
nuevas vías de conexión que complementen, o aún superen, el tradicional
y rutinario academicismo de los centros docentes.
En nuestro tiempo no se podía pedir un terreno más propicio para
esta tarea que el que nos ofrece el turismo. Miles de personas, muchas de
ellas con ansias de saber, todas con la curiosidad por las «novedades
culturales». Campo abonadísimo para aprovechar esta motivación y difundir
entre ellos unos conocimientos, sencillos, sí (según grupos y circunstancias),
pero con un mínimo rigor científico.
Visitan nuestra Geografía, nuestros monumentos, nuestros museos,...
y ese c o n t a c t o directo con esas realidades d e b e aprovecharse para
fundamentar un conocimiento sólido y real de nuestra oferta: Tenerife.
En la actualidad esta tarea la llevan, de forma más voluntariosa que
cualificada (en su mayoría), los guías de turismo. Pero ni a ellos se les ofrece
una bibliografía adecuada a su labor.
11 Tenerife
7. Algo similar o c u r r e con n u e s t r o s e s t u d i a n t e s . C u a n d o les
r e c o m e n d a m o s la b ú s q u e d a de i n f o r m a c i ó n s o b r e algún t e m a se
e n c u e n t r a n , o con trabajos científicos de i n d u d a b l e valía en libros
voluminosos y caros, o con folletos de escasa información y calidad.
Con este libro sobre Tenerife intentamos ampliar el escaso n ú m e r o
de obras asequibles para amplias capas sociales.
Pero el motivo concreto, puntual, que me impulsó a llevar a realidad
la idea (tanto tiempo latente) de esta obra, es un tanto curioso. Se lo cuento:
En agosto de 1993 fui invitado, por la Dirección de la Oficina de
Turismo de España en México (me encontraba en este país en tareas
profesionales), a dar una charla sobre las Islas Canarias, a Directores de
Agencias de Viaje mexicanos.
Sintetizar, en una hora, la Geografía e Historia de Canarias es tarea
imposible. Me pareció más conveniente tomar como «modelo» una isla,
Tenerife, y aportar de las demás las analogías o contrastes más llamativos.
Al terminar mi intervención, un buen número de los asistentes me
pidió bibliografía sobre Canarias y, más concreta, sobre Tenerife. ¡Vaya
aprieto, el mío! Los folletos turísticos allí existentes, insuficientes; las
«grandes obras» de Geografía o Historia de Canarias, inútil recomendarlas.
Tal vez para sacarme del apuro, una bondadosa y, además, linda
mexicana, de esas de ojos de mar profunda y, como todas, de voz pausada,
melodiosa, cautivadora, me dice:
«Qué bueno sería, maestro Juan, que esta charla que nos ha brindado
la imprimiera ahorita, con las ilustraciones que nos ha ofrecido, y así
p o d r í a m o s disfrutar del placer de conocer mejor y q u e r e r más esas
maravillosas Islas Canarias».
Era obligado atender el deseo de la encantadora dama con este libro
sobre Tenerife.
Ya estamos trabajando en el «Pasado y Presente» de las demás Islas,
de cada una de ellas. Será una colección de siete libros de similares
características, pero con «personalidad insular».
Abril de 1995.
Tenerife 12
8.
9. Origen de las islas
Las Islas Canarias c o m e n z a r o n a formarse a partir de m e d i a d o s
de la Era Terciaria, h a c e unos 30 millones de años, c o i n c i d i e n d o c o n
el desplazamiento de la placa-continente africano, su c h o q u e c o n
E u r o p a , y la formación de los relieves Alpinos.
Estas alteraciones en el Planeta T i e r r a d i e r o n l u g a r a seísmos
s o b r e la actual z o n a de Canarias, la a p a r i c i ó n de g r a n d e s grietas-
fallas, el n a c i m i e n t o de volcanes y, c o m o corolario, el s u r g i m i e n t o
de las Islas.
Así, la isla de Tenerife es un macizo m o n t a ñ o s o e m e r g i d o , c o n
alineación NE-SO q u e desde la zona costera, casi toda acantilada, va
elevándose hasta culminar en el Pico Teide, el más alto de Canarias y
de España, con 3.718 metros.
Tenerife 14
12. Formación del relieve insular
La actual isla de Tenerife se fue moldeando, a partir de la
acumulación de materiales volcánicos, en una primera fase geológica
que duró alrededor de dos millones de años; si bien sus características
permanecían aún distintas con respecto a las de la actualidad.
Tras un período de calmas volcánicas, volvió otra vez la actividad
en su zona central, dando lugar a la aparición de las Cañadas y del
Pico Teide hasta ir adquiriendo paulatinamente su apariencia actual.
Ello no es óbice para que los fenómenos de erosión, por una parte, y
los volcánicos, por otra, afecten aún a las formas de relieve insulares.
Como resultado de todo este largo proceso, la estructura de la
isla quedó integrada por dos macizos antiguos (Anaga y Teno) y el
edificio central (Cañadas-Pico Teide).
Estratos geológicos.
Izaña.
El macizo de Anaga.
Está situado en el extremo nordeste. Presenta un aspecto
antiguo, erosionado, con cumbres de poca elevación (1.024 metros
en el Pico del Inglés), acantilados en toda la zona costera y barrancos
17 Medio geográfico
13. muy encajados con pequeñas playas en su desembocadura.
Las erupciones volcánicas posteriores a la Era Terciaria han sido
más bien escasas en esta zona.
Montañas de Anaga.
Macizo de Teno.
Ocupa el noroeste de la isla, limitado por el mar y por materiales
de erupciones del edificio central.
Carente igualmente de erupciones volcánicas desde hace unos
cinco millones de años, ofrece las características propias de los relieves
antiguos: reducción de su volumen, barrancos encajados, escasa altura
de sus cumbres (1.342 metros en m o n t a ñ a Gala), acantilados
impresionantes (los Gigantes), plataformas costeras (en Teno Bajo) y
escasez de playas.
Tenerife 18
15. Edificio central.
Constituye lo más destacado, desde el punto de vista geológico y
del propio relieve de la isla.
Se trata de una gran construcción volcánica de forma cónica,
con un diámetro de unos 40 kilómetros de base y 3.718 metros de
altura (Pico Teide).
Está compuesto de materiales volcánicos muy complejos que han
ido surgiendo en momentos distintos: formación de la Caldera antigua,
formación de la Caldera actual y levantamiento del Pico Teide.
El edificio de la Caldera antigua se levantó en la 2ª fase o ciclo
volcánico (hace unos 2 millones de años) sobre una base de gran
altitud (más de 1.500 metros) hasta llegar a alcanzar la altura de unos
5.000 metros.
Pico Teide
Tenerife 20
16. En el seno de tan e n o r m e mole insular central debieron
producirse importantes fenómenos volcánicos hasta que la gran
cantidad de materiales emitidos provocó el hundimiento del edificio
existente, dando paso a las Cañadas actuales.
Éstas configuran una gran depresión de 12 x 17 km. de diagonal,
de paredes abruptas que se fueron rellenando con materiales de
sucesivas erupciones. En su seno se crearon nuevos volcanes (Pico
Viejo y Teide), se produjeron emisiones de lava que cubrieron las
paredes volcánicas y se formó el cono actual (Pico Teide), hace unos
1.000 años.
De esta manera quedó conformado el relieve de Tenerife que
conocemos ahora.
Erupciones históricas en Tenerife.
Las erupciones anteriores al siglo XV no han sido localizadas.
Se apoyan en relatos histórico-literarios, confirmados por científicos
de nuestro tiempo.
A ñ o Zona F o r m a c i o n e s Duración
1430 Valle de T a o r o
o de la Orotava
M o n t a ñ a de las Arenas
M o n t a ñ a de los Frailes
M o n t a ñ a de las Gañanías
D e s c o n o c i d a
1492 Ladera S O . d e Pico
Viejo
Montaña Reventada D e s c o n o c i d a
1704
1705
Sur de la Isla (Valle
d e G ü í m a r )
Volcán de Fasnia
Montaña -Ajenas
8 días
24 días
1 7 0 6 N o r o e s t e de la Isla
(Garachico)
Volcán de M o n t a ñ a Negra 9 días
1798 Cañadas-Teide Narices del T e i d e o Chahorra 92 días
1909 O e s t e d e Tenerife Volcán Chinyero 10 días
21 Medio geográfico
17. Suelos
Los suelos de la Isla, muy variados, están integrados por:
• Materiales volcánicos puros.
• Estructuras volcánicas que han aflorado a la superficie:
escudos basálticos, conos, coladas y campos de lava. Son
suelos totalmente estériles.
• Cenizas volcánicas y lápilli (piedra pómez o picón, en
Canarias) que cubren igualmente una buena parte de
su superficie total, especialmente en el Sur. También
son improductivos.
• Materiales volcánicos alterados.
• Suelos arcillosos muy fértiles. Son consecuencia de la
facilidad con que las rocas volcánicas, tipo basalto, se
alteran y descomponen bajo la humedad que abunda
en la zona Norte.
Los fenómenos de arrastre de materiales por las aguas
de lluvia, producen la acumulación de los mismos en
las laderas más suaves de los valles o en las llanuras: valle
de la Orotava, vega de La Laguna, laderas de Acentejo y
Tacoronte, valle de Güímar y otros valles más estrechos
en el sur de la Isla.
• Finalmente, otro tipo de suelo imposible para el cultivo
es el formado por las rocas volcánicas. Ocupan áreas
dispersas.
Tenerife 22
18. Campos de lava en las Cañadas
23 Medio geográfico
Detalle de un campo de lavaLápilli
19. Clima
El clima de Tenerife está afectado, como el de toda la región,
por los siguientes factores generales:
• Latitud (27-29° Norte).
• Corriente fría de Canarías.
• Proximidad a África.
• Insularidad.
La latitud sitúa al archipiélago bajo el efecto del anticiclón de
Las Azores durante todo el año.
En el transcurso del verano, los vientos procedentes de ese
anticiclón (los Alisios), influyen en el clima de las islas más
occidentales, al concentrar las nubes en una altura próxima a los mil
metros -lo que da lugar al fenómeno conocido como «mar de nubes»-
favoreciendo la humedad en la zona de Barlovento.
La corriente marina fría de Canarias, proveniente de los mares
del Atlántico Norte, mantiene la temperatura de las aguas algo más
fresca de lo que correspondería a la latitud del lugar.
La proximidad a África propicia el «tiempo sur», de altas
temperaturas (hasta 40°) y polvo en suspensión. Suele durar unos
días y se produce en otoño y verano especialmente.
La insularidad actúa también como condicionante en cuanto
que la enorme masa acuática que rodea las islas se erige en válvula
reguladora de la temperatura y la presión atmosférica.
Son estos factores, junto con el relieve, los que determinan la
gran variedad climática, o microclimas, de que goza la isla. De entre
ellos destacamos:
Tenerife 24
20. Mar de nubes sobre el Valle de la Orotava
Zona Sur.
Todo el sur de Tenerife presenta cierta uniformidad climática.
Las temperaturas son bastante regulares a lo largo del año (con una
media en torno a los 20°) y con oscilaciones no exageradas (diferencias
entre las máximas y las mínimas de unos 25°).
Las precipitaciones son escasas (alrededor de 150 mm. al año),
y se concentran en la primavera y el otoño.
La nubosidad suele ser rara, pero los vientos, en cambio, soplan
durante todas las estaciones.
Zona de Santa Cruz de Tenerife.
Se caracteriza por unas temperaturas medias muy estables en todo
momento: unos 21° de media en el mes más frío y 28° en el más cálido.
25 Medio geográfico
21. Las lluvias aparecen en primavera, otoño e invierno pero son de
muy poca intensidad: unos 250 mm. anuales.
La escasez de precipitaciones, las elevadas temperaturas y el
propio emplazamiento de la ciudad, hacen que la estancia en ella sea
muy grata en invierno, agradable en primavera y otoño y menos
atractiva en algunos días del verano, de excesivo calor.
Zona de Anaga.
El macizo de Anaga, escasamente p o b l a d o , ofrece u n a s
temperaturas frescas la mayor parte del año. La formación de nubes-
niebla, pegadas a las laderas norte de los montes, dan lugar a unas
temperaturas de entre 15 a 18°, que sólo se superan en los días de
claro sol y en laderas orientadas al Sur.
Las precipitaciones, que no sobrepasan los 500 mm., son
suficientes para mantener un alto índice de humedad favorecida por
la lluvia horizontal (la niebla baja condensa agua en las hojas de los
árboles).
Zona de La Laguna-Rodeos.
De todas las zonas pobladas del Norte, tal vez sea ésta la que
ofrece un clima más inhóspito para el hombre.
Las precipitaciones se producen a lo largo de todo el año,
excepto en verano que son poco frecuentes. En cambio, la nubosidad
y las densas nieblas no respetan ni los meses del estío. En algunas
áreas las precipitaciones anuales pueden alcanzar los 600 mm. En La
Laguna hay unos 220 días nubosos al año.
Las temperaturas son más irregulares que en el resto de la Isla,
con veranos frescos y muchos días desapacibles en el resto del año
(lluvias, viento, frío).
Tenerife 26
22. Zona Norte.
• Área costera.
En alturas inferiores a los 500 metros, las condiciones climáticas
s o n excepcionales: temperaturas medias en torno a los 20°, con
oscilaciones muy pequeñas (el mes más cálido tiene una media de
unos 24-25° y el más frío de 14-15°); precipitaciones regulares, excepto
en verano, que pueden llegar a los 500 mm.; vientos escasos, aunque
fuertes cuando se producen y con cierto peligro para la agricultura.
27 Medio grográfico
Niebla en el monte
de la Esperanza
Formación de
nubes-niebla en las
montañas de Anaga
23. •Área de medianías.
Se sitúa en torno a los mil metros de altura. Las temperaturas
son moderadas, si bien en los meses de invierno y primavera
descienden considerablemente pudiendo bajar hasta los 0-5°, aunque
por muy poco tiempo. Las precipitaciones se producen en invierno,
primavera y otoño, con cierta abundancia, llegando a los 600-800 mm.
Aunque en verano descienden, se mantiene el ambiente de alta
humedad debido al «mar de nubes», provocado por los vientos Alisios,
y a la lluvia horizontal.
• Zona de alta montaña.
Comprende la cordillera Dorsal, Izaña, Cañadas del Teide y
demás alturas superiores a los mil metros. Las temperaturas son frías,
con una media para enero de unos 4° y para agosto de unos 15°. En
los días claros de cualquier estación, y especialmente en verano, se
pueden alcanzar los 25-30°.
Las precipitaciones, más abundantes en invierno, llegan a
superar los 500 mm. y muchas veces son en forma de nieve.
La dinámica de los vientos es uno de los rasgos distintivos de
esta zona. Soplan en todas las estaciones y direcciones.
Izaña-Cañadas del Teide tienen unas 3.300 horas de sol al año,
con unos 118 días despejados. Tal situación privilegiada ha permitido
la instalación de un observatorio meteorológico y astrofísico
internacional en esta zona.
Tenerife 28
24. Observatorio Astrofísico de Izaña
Aguas
En un medio donde los nacientes son muy escasos, el problema
del agua, tanto para el consumo humano como para el uso agrícola,
es uno de los más graves. En la búsqueda de soluciones ha puesto el
hombre isleño todo su ingenio.
En Tenerife, la mayoría de los nacimientos se localizaban en el
Norte y unos pocos en el Sur, si bien todos poseían muy escaso caudal.
Ya desde el siglo XIX se hizo necesario incrementar el volumen
de agua disponible. En unos lugares, como Santa Cruz, para el
consumo humano; en otros, como el Valle de La Orotava, para el
regadío de nuevos cultivos (la platanera).
29 Medio geográfico
25. Las rocas basálticas forman grandes depósitos naturales en el
subsuelo. En algunos de ellos se almacena el agua de lluvias que, tan
fácilmente, se filtra en el terreno volcánico. La localización y llegada
hasta estos depósitos se hace a través de galerías horizontales abiertas
en las laderas de las montañas.
Esquema de galería
Para excavar una galería se precisa: un capital (casi siempre
privado y, en parte, aportado por campesinos a través de acciones de
escaso valor), un trabajo de perforación (muy duro y no bien
remunerado), la ofrenda a algún santo patrón para rogar suerte en el
empeño, y contar con el azar. Todo unido dio muchas veces sus frutos:
el agua.
Un agua que ya fluye sin parar y que había que almacenar para
su utilización en los momentos necesarios. Nacen así los estanques, la
gran mayoría de reducida capacidad (entre 50 y l00m3
).
En 1900 había en Tenerife 15 kilómetros de galerías con un
caudal de 160 litros por segundo; en 1980 eran 1.453 que manaban
5.643 litros por segundo.
Tenerife 30
26. Estanque en terreno de platanera. Los Realejos
Ni la perforación de pozos llevada a cabo en los últimos años, ni
la política de construcción de embalses a cargo del Cabildo insular,
han quitado protagonismo a las galerías y estanques, que continúan
siendo elementos inconfundibles del paisaje agrícola de Tenerife.
Vegetación
Al estar íntimamente ligada al suelo y al clima, la diversidad de
aquél y la variedad de éste, dan como resultado una gran riqueza de
especies vegetales.
Esta variedad y abundancia se ha visto afectada por la agricultura,
el pastoreo, los asentamientos poblacionales, las obras públicas, la
introducción de especies foráneas, etc.
Pese a todo, Tenerife presenta una importante y atractiva masa
vegetal y un número de endemismos (unos cien) que hacen de la Isla
un paraíso para los botánicos y amantes de la naturaleza.
31 Medio geográfico
27. Interesa agrupar las zonas vegetales por pisos para su estudio:
Piso de plantas xerófilas.
Ocupa la zona costera. Las escasas lluvias y elevadas temperaturas
favorecen la existencia de plantas muy adaptadas a la sequedad
(xerófilas): tabaibas y cardones son las más típicas. Áreas importantes
de esta vegetación existen en Anaga, costa sur (entre Granadilla y
Güímar) y zona costera de la Matanza de Acentejo.
Entre la costa y los quinientos metros de altura, se dan, como
especies principales, las sabinas, las palmeras, el acebuche y el mocan.
Zona muy afectada por las roturaciones para la agricultura,
presenta pocas áreas representativas. Teno, Anaga y varios barrancos
de la Isla acogen estas especies. Sólo la palmera se deja ver en cualquier
lugar, pero aislada o en agrupaciones pequeñas.
Cardón Tabaiba
Tenerife 32
28. Bosque de laurisilva. Las Mercedes
Piso de laurisilva.
Entre los quinientos y los mil metros se desarrolla una de las
formaciones más destacadas de Tenerife: la laurisilva. El laurel, muy
exigente en humedad, llega a formar bosques en el norte de la Isla,
donde las precipitaciones son abundantes y se produce la lluvia
horizontal: Taganana, Las Mercedes, Monte del Agua (los Silos), etc.
El área de la laurisilva se va degradando al reducirse la humedad,
tanto en su parte superior como inferior. Aparece entonces el fayal-
brezal como formación vegetal. Entre esta formación aparecen
numerosos castaños, en algunas zonas del Norte.
Piso de pinar.
Entre los mil cien y dos mil metros de altitud, ocupa casi toda la
zona montañosa de Tenerife. El ejemplar más abundante es el pino
33 Medio geográfico
29. canario, muy adaptable a cualquier terreno, soporta bien los cambios
de temperatura y se recupera fácilmente tras el fuego.
La propiedad pública de los montes y una racional explotación
han permitido que Tenerife pueda ofrecer hoy un importante bosque
de pinos.
Piso de retamar.
Se ubica en alunas superiores a los dos mil metros. Sus especies
más representativas son la retama y el codeso. Ambas se presentan en
las Cañadas de Teide asociadas a otros endemismos como la margarita,
la hierba pajonera o el tajinaste.
Mención especial merece la violeta del Teide, que vive en torno
a los tres mil metros de altura y se ha convertido en el símbolo de los
endemismos de Tenerife.
Tajinaste Retama y Codeso
Tenerife 34
30. Fauna
Tenerife, 1.000 años antes de Cristo:
«Un g r a n r o e d o r del t a m a ñ o d e u n g a t o e x p l o r a
minuciosamente el terreno circundante a una de esas pozas que
salpican los fondos de barranco tras los meses de lluvia. Por fin
e n c o n t r ó lo q u e buscaba y, apoyada sobre sus robustas patas
posteriores, esta especie de rata gigante alcanza a devorar las hojas
de una mata arbustiva que cuelga de la pared.
Un poco más arriba, en aquel andén iluminado por el tibio
sol de la mañana, un macizo corpachón de reptil empieza a reaccionar
al estímulo del calor. Se trata de un auténtico goliat comparado con
otros lagartos; su cuerpo supera el metro se longitud. A pesar de su
i m p r e s i o n a n t e c o r p u l e n c i a s e c o m p o r t a c o m o u n pacífico
vegetariano».
Parece una descripción realizada en las islas Galápagos, incluso
existe coincidencia en la presencia, hace un millón de años, de tortugas
de más de 100 Kg. deambulando por Tenerife. No son casualidades;
reptiles y roedores son unos buenos «viajeros» oceánicos, capaces de
sobrevivir varios días sobre improvisadas balsas naturales formadas
por ramas y troncos de árboles arrastrados durante las crecidas de los
ríos continentales.
El brazo de mar entre las islas y el continente Africano se ha
convertido en un obstáculo insalvable para numerosos mamíferos.
Sólo los murciélagos, de los que se conocen seis especies en Tenerife,
superaron con facilidad la barrera oceánica gracias a sus dotes
voladoras. El vuelo en regate de estos duendecillos alados ha pasado
35 Medio geográfico
31. a ser un raro espectáculo en los crepúsculos tinerfeños. El uso
incontrolado de insecticidas en los cultivos ha m e r m a d o las
poblaciones de los cazadores de insectos. Entre los murciélagos de la
isla destaca el murciélago rabudo, que puede alcanzar el tamaño de
un mirlo, siendo por lo tanto el más corpulento. Amigo de riscos y
acantilados, al anochecer puede ser audible el sonido que emite para
ecolocalizar a sus presas, una especie de «tic-tic».
Más pequeño que el rabudo, el orejudo es un habitante de todo
tipo de cuevas.
Musarañita (Foto: Col. «Fauna de las islas Canarias». Consejería de Educación.
Gobierno de Canarias)
Si bien la existencia de murciélagos en la isla es comprensible,
más enigmática es, en cambio, la presencia de otros mamíferos
insectívoros como el erizo y la musarañita. Se especula con una posible
introducción asociada al hombre en ambos casos, muy probablemente
Tenerife 36
32. involuntaria. La musarañita ha sido el último mamífero descrito en la
isla, más bien redescubierto puesto que ya Viera y Clavijo la
mencionaba en su Diccionario de Historia Natural. No es de extrañar
que pase desapercibida esta especie de «ratoncillo con trompa», poco
mayor que un grillo y que no pesa los dos gramos: se trata del mamífero
más pequeño de Europa. La vitalidad de la musarañita es endiablada;
no se está quieta un m o m e n t o . Para m a n t e n e r este acelerado
metabolismo necesita un aporte continuo de alimentos, llegando a
capturar saltamontes y pequeños reptiles que la superan en tamaño.
Buho Chico (Foto: Col. «Fauna de las islas Canarias». Consejería de Educación.
Gobierno de Canarias)
El resto de mamíferos presentes en Tenerife ha tenido al hombre
como cómplice en su introducción. Los conejos se trajeron a raíz de
la conquista castellana y fue tal su propagación que llegaron a
convertirse en una plaga, azote de viñas y otros cultivos. Actualmente
37 Medio geográfico
33. la cacería del conejo es una actividad que goza de gran afición en la
isla, ayudando a mantener estables las poblaciones del prolífico roedor.
Para ayudar al cazador no hay nada como el infatigable podenco
canario, un perro capaz de arrojarse a un bardo de zarzas o de
perseguir al conejo sobre ariscos mal países que desollarían a cualquier
otro perro.
El interés cinegético fue el que motivó que se soltaran a
comienzos de los años 70 los muflones en la cumbre de Tenerife. Esta
especie de oveja salvaje se ha aclimatado perfectamente y hoy día su
número supera el centenar de ejemplares. Pero la presencia de
grandes mamíferos no es nueva en las montañas de la isla. A principios
de este siglo aún deambulaban cabras salvajes entre el Teide y Pico
Viejo, descendientes de las antiguas manadas que se mantenían sueltas
en la cumbre desde el tiempo de los Guanches. Otro animal que sirvió
de ayuda al indígena y se asilvestró fue el perro. Jaurías de perros
salvajes proliferaron mientras guanches y castellanos combatían.
Cebados con los cuerpos de los campos de batalla llegaron a ser un
serio peligro para rebaños y personas. La situación creada determinó
que el propio Cabildo dictara ordenanzas para la erradicación de estos
perros, otorgando primas y contratando cazadores profesionales.
El océano en torno a la Isla nos d e p a r a sorpresas tan
espectaculares como la presencia estable de marsopas, e incluso, en
determinadas épocas del año, el paso de grandes ballenas. De tiempo
en tiempo, alguno de estos enormes mamíferos vara en la costa.
Si no tan adaptados como peces y cetáceos, hay otros animales
que también viven ligados al océano. Se trata de aves que son capaces
de sobrevivir un año en alta mar sin necesidad de pisar tierra firme.
Estamos hablando de pardelas, petreles y paiños.
Tenerife 38
34. Las aves rapaces han sido consideradas como competidoras por
el hombre: el gincho, la aguililla, el gavilán. Ahora, en un contexto
económico donde el peso de la vida rural se ha reducido, las
poblaciones de algunas rapaces experimentan incrementos que
convierten las siluetas de cernícalos, gavilanes y aguilillas en una
estampa común del campo tinerfeño. La otra cara del destino es la
suerte que corrieron el milano real y el guirre, desaparecidos en los
últimos veinte años. Se trataba de rapaces que tenían en la carroña su
principal fuente de alimentación. La desaparición de las manadas de
cabras en la cumbre y, en el caso del milano, la persecución humana,
determinaron el triste final de ambas especies.
El guirre. (Foto: Nicolás Martín)
39 Medio geográfico
35. Tenerife es la isla de Canarias con un mayor número de especies
de aves nidificantes. Han sido censadas 57, alguna de las cuales apenas
lleva diez años en la isla como el estornino pinto. Incluso el
omnipresente, en pueblos y campos, gorrión moruno hace un siglo
era un desconocido en Tenerife. Interesantes son el pinzón azul,
habitante de los pinares, o las misteriosas palomas de la laurisilva.
Paloma turqué
(Foto: N. Martín )
Perenquén
(Foto: Col. "Fauna de
las islas Canarias".
Consejería de
Educación. Gobierno
de Canarias)
Tenerife 40
36. Los reptiles se han adaptado perfectamente al medio insular:
lagarto, lisa (eslizón) y p e r e n q u é n (salamanquesa), presentan
diferentes razas en el archipiélago. En Tenerife nos los encontramos
desde la costa hasta la cumbre. El caso más singular es la presencia de
algunos lagartos en el mismo pico del Teide, a más de 3.500 metros
de altura. Aquí comparten hábitat, en uno de los puntos más inhóspitos
de la isla, con una peculiar comunidad de invertebrados especializados
en devorar los restos de animalillos que las corrientes de aire
transportan hasta lo más alto de la isla. Todo un símbolo de como, a
veces, las más maravillosas enseñanzas nos las ofrecen pequeños seres,
actores secundarios para el público en la representación del gran
teatro de la vida.
El guanche realizó un aprovechamiento sistemático del medio
y su fauna. Todavía se conservan en puntos de la costa los restos de
miles de conchas pertenecientes a moluscos que sirvieron de alimento
a los antiguos pobladores de la isla. Estos concheros pueden llegar a
ser enormes, de varias decenas de metros de longitud. Observándolos
con detenimiento se comprueba la presencia de un tipo de lapa
distinta a la actual, de concha más aguda y gran tamaño.
La pesca permitió al indígena explotar los ricos recursos marinos.
Con anzuelos fabricados en hueso capturaban aquellas especies
p r o p i a s del área infralitoral c o m o viejas, salemas, sargos...
Probablemente aprovechaban el paso del bonito, construyendo a tal
efecto los grandes anzuelos que es posible contemplar en los museos.
Hoy día la sobreexplotación pesquera ha empobrecido mucho
nuestro mar.
41 Medio geográfico
38. La naturaleza y el hombre
En las páginas anteriores hemos podido comprobar cómo la
naturaleza ha sido generosa con la Isla de Tenerife: anclada en pleno
océano Atlántico, elevada con majestuosidad, acariciada por un suave
clima, cubierta de una variada y frondosa vegetación... Unas
condiciones naturales tan privilegiadas, en resumen, que deberían
haber impuesto el máximo respeto al hombre-habitante de ella.
Pero esto no parece haber sido así. Primero las roturaciones
para plantaciones de caña de azúcar, luego para viñedo, después para
diversos cultivos y finalmente las talas para madera, carbón, etc.
produjeron un primer impacto serio en el ecosistema.
Manifestación del descontrol urbanístico que abunda en la Isla
43 Medio geográfico
39. Nada comparable, no obstante, con lo ocurrido en los últimos
años, durante los cuales, una demografía incontrolada, la especulación
del suelo, la falta de planificaciones adecuadas y el descontrol en la
ocupación del mismo han alterado gravemente la fisonomía natural,
especialmente en algunas zonas, hasta aproximarse a un punto de no
retorno.
Los incendios forestales (64 entre 1990 y 1991 que afectaron a
una superficie de 244 Has.) son otro elemento a añadir y no de escasa
entidad.
Diversos sectores de la sociedad se están movilizando, junto con
Instituciones como el Cabildo, en pro de una protección más efectiva
del medio ambiente. Se necesita para ello un importante cambio de
mentalidad junto con un control más efectivo de los intereses creados.
Un modelo de acción ciudadana, en pro de la defensa del medio
ambiente, lo ha constituido el área del Rincón en el Municipio de la
Orotava, donde la iniciativa popular consiguió paralizar un proyecto
de urbanización en que se había empeñado la Corporación Municipal,
mediante una propuesta de Ley que califica la zona como protegida
de interés paisajístico.
Superficie forestal y titularidad:
Hectáreas
Total
Comunidad
Autónoma
Estado Municipios Particulares Libre
disposición
146.085 1.166 2.018 28.285 91.087 23.529
Pistas forestales: 950 kms.
Tenerife 44
42. Los guanches
El primer problema que se nos plantea al hablar de los habitantes
de la Isla de Tenerife es el origen de sus primitivos pobladores: los
guanches.
Al respecto se han barajado muchas hipótesis-teorías (origen
líbico-bereber, griego, romano...). La tesis que con mayor rigor
científico se mantiene hoy en día, es que fueron el Magreb y el Sahara
los focos de donde partieron hacia Canarias sus primeros habitantes.
¿Qué razones tuvieron esos hombres para desplazarse hacia el
Archipiélago canario? Nada se sabe con certeza. Pudieron ser causas
económico-naturales, como la desertización del Norte de África-
Sahara, o políticas las que propiciaron estos desplazamientos.
Se calcula que el número de habitantes de la Isla, en la época
previa a la conquista, se aproximaba a los treinta mil, concentrados
en diversos poblados distribuidos por toda la superficie insular
(aunque más numerosos en el Norte) y dedicados a la práctica de
una economía agrícola-ganadera.
El tipo de hábitat más común era el de cuevas. La mayoría de
ellas estaban situadas en la zona norte en torno a los 500 metros de
altura, por ser esa cota la que fija las mejores condiciones del clima-
suelo-vegetación para la economía agrícola-pastoril ya referida.
Tales habitáculos constituían refugios naturales que frecuentemente
se completaban con un muro de protección a la entrada.
Otro tipo de hábitat de superficie lo constituían las viviendas de
planta circular, ovalada o cuadrangular, adaptadas a las irregularidades
del terreno. Sus paredes se hacían de piedra seca y las cubiertas de
ramaje.
47 Población
43. Cueva en el barranco Agua de Dios. Tegueste.
(Foto: Col. Museo Arqueológico de Tenerife)
La organización social de los guanches tenía su base en la tribu,
que, a su vez, se dividía en «menceyatos». Los poblados eran las
unidades de relación social más elemental.
En la cúspide de la pirámide social figuraba el «Mencey». De él
dependían los escuderos o nobleza secundaria. Estos dos grupos eran
los propietarios del ganado y a ellos se supeditaba el tercer nivel social
o «villanos».
Las tierras eran repartidas por el mencey en usufructo, según
los servicios que cada cual le prestaba.
A la llegada de los conquistadores, Tenerife estaba dividida en
nueve menceyatos: Anaga, al este; Güímar, Abona y Adeje, al sur; Daute
al oeste y Tegueste, Tacoronte, Icod y Taoro, al norte.
Tenerife 48
44. El título de mencey era hereditario entre hermanos. El símbolo
de la transmisión de poderes era un hueso del mencey más antiguo.
Al besarlo, el heredero quedaba investido de toda autoridad.
Sus atribuciones eran muy variadas: civiles, militares, religiosas,
judiciales...
Existía entre los guanches una especie de órgano de poder
colegiado, el «tagoror» o consejo de ancianos. Estaba formado por
los personajes más destacados, bien por su parentesco con el mencey
o por su prestigio personal.
Entre sus recursos económicos destacaba principalmente la
ganadería, fundamentalmente cabras (llamadas «axa») y ovejas
(«haria»). El cerdo y el perro completaban la gama.
En cuanto a la agricultura, cultivaron el trigo, la cebada, las habas
y las arvejas. Las tareas agrícolas eran practicadas en función de las
diferencias sociales: el hombre preparaba la tierra para la siembra y
la mujer realizaba ésta y la recolección.
La producción agrícola proporcionaba parte importante de la
dieta alimentaria. Los granos, una vez tostados y molidos, se convertían
en gofio que se consumía mezclado con agua, leche o miel.
Molino.
(Foto: Col. Museo
Arqueológico.
Tenerife)
49 Población
45. Entre las manifestaciones culturales del pueblo guanche
debemos destacar la cerámica, de tipos muy variados en cuanto a
calidad y formas, y decoración escasa y muy simple. Un rasgo distintivo
de la cerámica tinerfeña de la zona de alta montaña es la presencia
de apéndices en gran n ú m e r o de piezas: mangos, vertederos,
mamelones.
Tipos de cerámica guanche.
(Foto: Col. Museo Arqueológico de Tenerife)
Tenerife 50
46. Acerca de su indumentaria, el historiador A. Espinosa nos cuenta:
«(...) estaba hecho de pieles de corderos o de ovejas gamuzadas,
a manera de un camisón sin pliegues, ni collar, ni mangas, cosido
con correas del mismo cuero, con mucha sutileza y primor tanto,
que no hay pellejero que tan bien adobe los cueros, ni que tan sutil
costura haga, que casi no se divisa, y esto sin tener agujas ni leznas,
sino con espinas de pescados o púas de palmas o de otros árboles.
Este vestido era abrochado por delante o por el lado, para poder
sacar los brazos, con correas de los mismos. Este género de vestidura
llamaron tamarco y era común a hombres y mujeres: salvo que las
mujeres, por honestidad, traían debajo del tamarco una como sayas
de cuero gamuzado que les cubría los pies... Este sólo era su traje de
grandes y menores, y éste les servía de cobertura para la vida y de
mortaja para la muerte.»
Sus creencias religiosas se articulaban alrededor de un dios
principal, que identificaban con el sol, junto al que aparecían fuerzas
protectoras y destructoras-demonios.
Se ha encontrado en la Isla representaciones pictóricas rupestres.
Los enterramientos se hacían mediante inhumación colectiva
en cuevas naturales. Los cuerpos se colocaban sobre cayados, tablones,
lajas de piedra, etc. En muchas ocasiones se cerraba la entrada de la
cueva con un muro de piedra para evitar la acción de las aves
c a r r o ñ e r a s ( g u i r r e y c u e r v o ) s o b r e los cadáveres. Estos se
acompañaban de vasijas que contenían los más diversos productos:
alimentos, adornos de conchas o huesos, espátulas de hueso...
En Tenerife estaba extendida la práctica de la momificación.
51 Población
47. Momia procedente de San Andrés. (Col. Museo Arqueológico. Tenerife)
Tenerife 52
Cueva de enterramiento. (Foto: Col. Museo Arqueológico de Tenerife)
48. Población tras la conquista
Con la conquista (terminada en 1496) la población aborigen
sufrió una gran merma. Esta disminución no fue compensada, en los
primeros tiempos del dominio español, por la llegada de personas de
otras procedencias.
Unos veinticinco años después de terminada la conquista, en
torno a 1520, Tenerife sumaba unos nueve mil habitantes de los que
unos dos mil quinientos eran guanches.
La llegada de inmigrantes (españoles, portugueses, italianos...)
y los altos saldos vegetativos, provocó que, a finales del siglo XVI, su
número ascendiera a unas veinte mil personas. La mitad de esta
población se concentraba entre La Laguna (capital de la Isla entonces)
y La Orotava. Los demás pueblos del Norte vieron también crecer la
tasa de sus moradores, mientras en el sur, por contra, escaseaba la
población.
Al iniciarse el siglo XVII, la Isla padeció la crisis del cultivo de la
caña de azúcar y la aparición de epidemias de alta mortalidad como
la fiebre amarilla o la viruela. A consecuencia de todo ello se redujo
el índice de crecimiento de la población.
Sin embargo, a lo largo del siglo aumentaron de forma
importante los pueblos del Norte (Tacoronte, Icod, La Rambla,
Buenavista, La Orotava, El Puerto de la Cruz...) mientras que la capital
(La Laguna) mantuvo un incremento mucho más reducido. Fue a lo
largo de la centuria cuando Santa Cruz comenzó su despegue
poblacional.
53 Población
49. Al final del mismo siglo, el número de habitantes de Tenerife
ascendía a unos cincuenta y cinco mil, con un aporte significativo de
algunas poblaciones del Sur como Güímar y Candelaria.
Durante el siglo XVIII tuvo lugar una nueva crisis agrícola, esta
vez en el cultivo de la vid, y el crecimiento de la población se estancó,
debido al flujo migratorio hacia América. Sólo en los últimos años se
apreció cierta recuperación. En el año 1790 había en la Isla 14.432
vecinos, lo que suponía unos 70.000 habitantes.
Los núcleos de población más importantes eran: La Orotava
con 7.544 moradores; Santa Cruz, con 7.201; La Laguna con 3.810;
Tacoronte, unos 4.000; Icod de los Vinos, unos 5.000; Puerto de la
Cruz, unos 4.500; Realejo de Arriba, unos 3.000; Güímar, unos 3.000;
Granadilla, unos 2.000, etc.
A partir de mediados del siglo XIX ya contamos con datos más
precisos sobre la población insular: en el año 1860 había en Tenerife
dos ciudades, cuatro villas, cuarenta y cinco lugares, setenta y ocho
aldeas y ochocientos noventa y cuatro caseríos. Ello nos da una clara
idea de la dispersión poblacional que será una de las características
más constantes.
Había en la Isla, en el citado año, 42.661 varones y 51.048 mujeres
que dan un total de 93.709 habitantes.
El nivel de instrucción, en los años centrales del siglo XIX, era:
Tenerife 54
50. Notas:
1. En el total de los que no sabían leer ni escribir están incluidos los niños
que aún no tenían edad escolar.
2. El total de los que sabían leer y escribir constituía el 10'6% de la población.
En la estructura de la población, por actividades económicas,
cabe señalar el predominio de los jornaleros del campo, que superaban
los veinte mil; le seguía el de los propietarios con más de ocho mil
individuos; los arrendatarios en torno a los tres mil; los militares unos
dos mil y los sirvientes, que eran mil setecientas veintiocho varones y
dos mil setecientas una mujeres. Como pobres de solemnidad
figuraban mil quinientas personas.
De los treinta y dos pueblos de la Isla, treinta tenían escuela de
niños y sólo dieciséis de niñas.
El Instituto provincial de La Laguna, de segunda enseñanza,
55 Población
51. contaba, en el referido año de 1860, con noventa y cuatro estudiantes;
la Escuela Normal de Maestros de 1.a Laguna tenía doce alumnos
matriculados; en la Escuela de Náutica, en Santa Cruz, había treinta y
cuatro y en la Academia provincial de Bellas Artes, también en Santa
Cruz, doscientos dos alumnos.
En las últimas décadas del siglo, el cultivo del plátano y del tomate
favoreció el desarrollo económico y provocó, como consecuencia
demográfica, un incremento de la natalidad. Este factor, junto a la
desaparición de las epidemias, favoreció el crecimiento poblacional
que llegó a los 138.000 habitantes, con una densidad de unos 70/
km2
, al comenzar el siglo XX.
Esta línea de crecimiento se mantuvo hasta mediados de la
centuria actual (en 1950 había en Tenerife unas 318.000 personas).
Superada la mitad de siglo, la natalidad aumenta y con unas
bajas tasas de mortalidad, el incremento poblacional se dispara,
llegando a duplicarse a principios de los noventa, con una densidad
de más de 300 personas/km2
.
Los aspectos destacados de la actual población insular son:
Dinámica de la población.
• Se mantienen unas elevadas tasas de natalidad, en relación
a otras regiones del Estado español (en torno al 18 por mil,
mientras la media española es de un 17 por mil).
• Una reducida mortalidad, de un 6 por mil (la media
española es de un 8 por mil).
• Un crecimiento natural cercano al 12 por mil, superior a la
media española.
• Un saldo migratorio positivo o de crecimiento poblacional.
Tenerife 56
52. Estructura de la población.
Por edades, para el año 1981, era la siguiente:
Edad
0 10 20 30 40 50 60 70
M i l e s
Los índices de población activa se han mantenido en Tenerife
en torno al 32% desde los años cincuenta, mientras que dicho
porcentaje para España se situaba en 3 ó 4 puntos por encima.
El predominio de los varones en la actividad laboral fue siempre
claro:
En torno a 1950 el porcentaje de varones activos era de un 62%
frente a un 8% de mujeres. Para 1981 el de varones disminuía hasta
un 48% y el de mujeres ascendía hasta un 14%.
La estructura por actividades económicas en 1981 era como
sigue:
57 Población
58. El problema del paro queda reflejado en las siguientes cifras
referidas a 1981:
Edad
Total desempleo: 28.379
Desempleo por sexo
63 Población
Mujeres
Varones
59. A t e n d i e n d o al nivel de instrucción, la población q u e d a
estructurada así, según datos de 1981:
0 20 40 60 80 100 120 140 160
Miles
Nota:
1. Total: 445.122. (No se incluyen los menores de 10 años).
2. Los alfabetizados lo son sin estudios oficiales.
El fenómeno de la emigración
Canarias fue, durante mucho tiempo, escala obligada para las
embarcaciones que hacían trayecto con América. En los puertos de
las Islas debían repostar y avituallarse para la larga travesía atlántica.
Muchos canarios aprovechaban esta circunstancia para viajar en ellos
al Nuevo Continente.
En los años siguientes a la conquista de la Isla, los tinerfeños
iban a América como soldados, si bien una vez terminada su etapa
Tenerife 64
Analfabetos
Alfabetizados
Con Primer Grado
Con Grado Medio
Superior-universitario
60. militar solían quedarse en aquellas tierras como colonos.
Posteriormente, en la segunda mitad del siglo XVI y principios
del XVII, la emigración se vio favorecida por el activo comercio con
América. En los años siguientes del XVII se redujo considerablemente
la salida debido a las mejores condiciones insulares con el cultivo de
la viña y el comercio del vino.
En el siglo XVIII, d e b i d o a la crisis vinícola, volvió a
incrementarse la corriente emigratoria con destino a Venezuela. A
principios de siglo ya eran canarios la mitad de los habitantes de
Caracas.
Los procedentes de Tenerife se dedicaron a la agricultura,
comercio en pequeña escala y otras actividades más arriesgadas como
el contrabando o la fabricación de aguardiente (ilegales ambas).
Hasta mediados del siglo XIX la emigración fue esporádica e
incontrolada. A partir de esa fecha, y tras la publicación de la Real
Orden Circular de 16 de Septiembre de 1853 que estableció la libertad
de emigrar (gran contradicción para las clases modestas), las salidas
al extranjero fueron, en su mayoría, oficiales, controladas.
Las razones por las que los tinerfeños dejaban su tierra eran de
variada índole:
• alta densidad de población para los recursos de la Isla.
• un modelo económico basado en la exportación.
• elevados precios y bajos salarios.
• atracción de los países americanos.
• eludir el servicio militar.
La mayoría de aquéllos que emigraban eran varones, jóvenes,
solteros y, en gran porcentaje, analfabetos. Los lugares
preferentemente elegidos eran Cuba y Venezuela.
65 Población
61. Las penalidades del emigrante comenzaban desde el mismo
momento en que embarcaba. El siguiente texto, citado por Julio
Hernández, experto conocedor del tema, es suficientemente
elocuente al respecto:
«Antonio Hernández Ruiz, natural de Icod, de 19 años, soltero,
y Víctor Hernández Hernández, natural del Realejo Bajo, de 18 años
y también soltero, manifiestan que fueron a Venezuela en el velero
«La Fama» a fines de 1890 o principios del 91. Declaran igualmente
que vinieron juntos en el viaje. Antonio Hernández nos dice que
hubo de pagar una onza de oro en el Puerto de la Orotava al
consignatario D. Antonio Petera; en cambio Víctor Hernández dio
al consignatario cuatro duros ya que era lo único que tenía... Al entrar
a bordo el capitán les preguntó si tenían documentos y al responderle
que no. ordenó que se escondieran en la bodega hasta que pasara el
registro. En la bodega iban también muchos canarios escondidos
entre las pipas de vino y las patatas. Sobre la comida dicen que era
bien mala, añadiendo que no les dieron para dormir ni almohada,
ni manta, ni nada... Y que una vez llegados a la Guaira estuvieron
fondeados veinticuatro botas y los marineros bajaron también, pero
no con el traje de marino sino de paisano, como los demás.
Evidentemente la tripulación viajaba de forma clandestina».
Tras llegar a su destino, inmediatamente comenzaba la
explotación del emigrante a través de los «contratos».
Pese a todas estas dificultades, y con muchos sacrificios, los
hombres de Tenerife contribuyeron con su esfuerzo al desarrollo de
los países Iberoamericanos, especialmente los mencionados Cuba y
Venezuela.
Tenerife 66
62. (Colección postales antiguas: F. Ferrero)
Para valorar cuantitativamente la emigración tinerfeña pueden
servirnos estos datos tomados del profesor Julio Hernández:
Entre los años 1848 a 1895 salieron de La Laguna:
Varones 1.694
Mujeres 900
Total 2.594
De ellos, los solteros venían a ser doble número que los casados,
y los analfabetos eran, en número, más de diez veces superiores a los
que sabían leer.
La Orotava proporcionó el siguiente número de emigrantes
entre 1850 y 1892:
Varones 1.566
Mujeres 999
Total 2.565
Los solteros fueron 706, mientras los casados no llegaban a 400.
El resto de los pueblos de la Isla contribuyeron al saldo migratorio
con unas mil doscientas personas.
67 Población
63. Durante el siglo XX la corriente emigratoria se mantuvo
constante, salvo en los momentos de graves crisis económicas o
políticas como la Primera Guerra Mundial o la Guerra Civil Española,
en que se agudizó.
La opresión política y las penalidades económicas hicieron que
desde los años cuarenta a los sesenta, la emigración adquiriera cotas
especialmente elevadas, y se orientara sobre todo hacia Venezuela,
que disfrutaba en esos momentos de los beneficios de la explotación
petrolífera.
En el quinquenio 1955-60 salieron de Tenerife más de treinta
mil personas, cifra que se redujo en casi diez mil para el quinquenio
siguiente, en que ya había comenzado el desarrollo turístico. La salida
se va contrayendo desde entonces hasta quedar reducida a unos cientos
anuales en la década de los ochenta.
Lo que no varió mucho fue el tipo de emigrante, en cuanto a
edad, sexo o nivel cultural; ni tampoco se ha perdido con el paso de
los años el afán aventurero (casi siempre obligado) de la emigración
clandestina.
Poblamiento actual
Está condicionado principalmente por los factores físicos. La
climatología, el relieve y el suelo, orientan el poblamiento de la Isla y
lo distribuyen en tres grandes zonas diferenciadas:
• Zona de alturas superiores a los mil metros, con muy escasa
población. Como excepción símbolo, nos encontramos con
el caso del pueblo de Vilaflor que está situado a mil
cuatrocientos metros de altura.
Tenerife 68
64. • Vertiente Sur, con muy reducida ocupación humana. Las
características que ofrece esta zona es de población
concentrada en pequeños núcleos rurales o pueblos de unos
pocos miles de habitantes.
• Vertiente Norte, con una gran densidad de población y
núcleos de importancia (La Laguna, La Orotava, Los
Realejos, etc.) que se extienden de manera dispersa e
irregular hasta enlazar con el municipio colindante.
En 1991, Tenerife acogía 685.582 habitantes, con una
densidad de 306'64 hab./km2
Origen de algunos pueblos
Granadilla
Ubicada en el sur de la Isla, hubieron de pasar muchos años tras
la conquista antes de que se iniciara su construcción.
Z o n a d e G r a n a d i l l a
69 Población
65. El antiguo reino guanche de Abona fue cedido por el
conquistador Fernández de Lugo a Suárez de Quemada.
Debido a la aridez del terreno, no fue fácil encontrar labradores
que quisieran poblar la zona, por lo que su población, escasa y
diseminada, continuó dedicándose al pastoreo.
A finales del siglo XVI, el historiador Fray Alonso de Espinosa
expone que en Granadilla habita «gente honrada»
La historia de Granadilla como «lugar» está unida a un personaje:
el portugués Gonzalo González que, tras casarse con María Estévez Perera,
se establece en el «lugar, adquiriendo grandes extensiones de terreno».
La Real Audiencia de Canarias confirma esas posesiones en 1573.
En la creación de un pueblo no podía faltar la iglesia como
símbolo religioso comunitario. D.Gonzalo la costeó, y tomó el nombre
de S. Antonio de Padua. Su construcción data de los años setenta del
siglo XVI.
Convento de San Francisco
Tenerife 70
66. C u a n d o la misma se erige en Iglesia parroquial, en 1617,
podemos decir que Granadilla ya es un pueblo, que se confirma como
tal al crearse el convento franciscano en 1665.
Es desde principios del siglo XVII cuando cuenta ya con un
alcalde, y para finales de la centuria con quinientos habitantes.
El historiador Viera y Clavijo dijo en 1776:
«Está el lugar situado en un vallecillo, mirando al mediodía;
piso desigual pero t e m p e r a m e n t o apacible; es tierra fértil en trigo
que ha solido dar el ciento por uno; hay crías de ganado y de seda.
La Iglesia es de buena fábrica, con cura, provisión de Obispo y un
c o n v e n i o de San Francisco de o c h o religiosos. C o m p r e n d e la
jurisdicción 1.046 personas, algunas en los pagos y tiene cuatro
ermitas».
Un lugar llamado Orotava
El 15 de Mayo de 1506, Ortiz de Zarate fue desde La Laguna a
«La Orotava», en donde los vecinos de la isla de Tenerife y otras
personas tenían tierras de regadío y cañaverales de azúcar, para medir
y confirmar a los que fueren vecinos. Al día siguiente, ya en «La
Orotava», el reformador tuvo noticia de que el agua que llegaba a
esta zona procedía de la montaña, pero nadie sabía el lugar exacto.
Ortiz de Zárate se hizo informar de dos medidores que le habían
acompañado desde La Laguna y del acequiero orotavense Pedro Gil
y fueron hasta el lugar de nacimiento, calculando que nacían unas
seis «hazadas» y sólo llegaban a «La Orotava» tres «hazadas» y media.
Hemos puesto varias veces el nombre de «La Orotava» entre comillas;
y es que realmente no existía todavía ese «lugar» o «poblado» sino
algunas casas señoriales de los primeros pobladores, ricos o modestos,
71 Población
67. y dispersos habitáculos para los colonos.
Una idea clara de la problemática de la vivienda en aquellos
tiempos nos la da el siguiente hecho: El 23 de mayo de 1506 se
presentaron ante el reformador varios vecinos de la zona de La Orotava
con un escrito en el que decían: tenemos necesidad de casas para nuestra
morada y habitación sin la cual no podemos vivir ni administrar nuestras haciendas;
hasta ahora no nos han dado solares convenientes en que podamos edificar casas
que sean de nuestra propiedad. Sabrá Vd. que en este lugar algunas personas tienen
necesidad de hacerse sus casas; pero los que tienen las mayores extensiones de
tierras no quieren darlas como solares, sino venderlas; suplicamos que remedie
esta situación.
El reformador atendió la petición y, considerando que el lugar
podía estar mucho mejor poblado de lo que estaba, mandó que, desde
el último ingenio de azúcar sobre la sierra hasta la parte alta de los
cañaverales o cabezadas de estas tierras, no se hiciesen repartimientos,
que se daba por terreno público donde los vecinos pudieran hacer
sus casas dentro de esos límites. Sería la zona donde hoy se encuentra
La Orotava.
El mismo mes de mayo, el día 29, el Reformador, a petición de
varias personas hizo repartimiento de solares para casas. Dispuso que
cada solar tuviera una superficie de unos 30m. de fachada por 60m.
de profundidad: también puso un plazo para que hiciesen las plazas,
¡antes del día de S. Juan de ese mismo año!; dio poder a Diego de
Mesa, Regidor de la Isla, para que señalara las calles de la nueva aldea:
La Orotava.
Estamos ante el nacimiento de La Orotava a la vida de
comunidad. Una iglesia-capilla, algunas casas señoriales y varias casas
de vecinos formando así una población organizada. La Orotava es ya
Tenerife 72
69. un «poblado», una «aldea» o «un lugar», con las características propias
de este tipo de comunidades. Unos cien vecinos forman la población.
Tienen su alcalde pedáneo en la persona de Alonso Pérez de
Navarrete, que depende, a todos los efectos, del Cabildo de La Laguna,
el cual le nombra. Las funciones de estos primeros alcaldes pedáneos
eran judiciales con atribuciones para conocer en primera instancia
en asuntos civiles y la instrucción de primeras diligencias en lo criminal.
En el año 1561, La Orotava tiene 526 vecinos, que forman una
población de 2.575 personas. Sigue dependiendo para todo del Cabildo
Lagunero; pero el ya importante núcleo de población va tomando
conciencia y organizándose; se celebran reuniones «concejos o cabildos
abiertos» para tratar de todos los asuntos públicos; estas reuniones
eran presididas por el alcalde y de las mismas daban fe los escribanos.
A mediados del siglo XVI habían aparecido a su vez otros dos
lugares de cierta importancia dependientes de La Orotava; eran el
Puerto y el pago de Higa o La Perdoma. En ambos se nombraba un
alcalde pedáneo supeditado al de La Orotava.
Dice el historiador Viera y Clavijo a propósito de La Orotava del
S.XVI: Taganana era famosa por sus huertas, Tejina e Icod por sus
vinos. Tacoronte por sus granos, Los Realejos por sus frutos e historia,
Garachico por su comercio... La Orotava era famosa por todo eso y
por su nobleza.
A principios del siglo XVII, y pese a la crisis del azúcar, La Orotava
seguía siendo un lugar próspero. El cultivo de la caña había sido
sustituido por la viña. Los vinos del Valle se exportaban a alto precio
tanto a Europa como a América. La agricultura era una importantísima
fuente de ingresos y el Puerto se había convertido en un destacado
centro comercial.
Tenerife 74
70. A mediados de ese siglo, según el padrón realizado por el
obispado de Canarias, La Orotava contaba con 1.582 casas y 5.782
habitantes, más 2.085 del Puerto. Un total de 7.867 personas.
La Orotava fue declarada «Villa exenta», en virtud de Real
Provisión de 1 de- Diciembre de 1650 que confirmaba: «eximo, saco,
libro y divido y separo a vos el dicho lugar de La Orotava. y a los demás del distrito
de Taoro de la jurisdicción de mi corregidor y su Teniente General de la Ciudad
de La Laguna, y al dicho lugar de La Orotava le hago Villa. Mi corregidor puede
nombrar un Teniente letrado que asista en La Orotava y demás lugares del distrito
de Taoro de todas las causas civiles y criminales. Dicho teniente ha de ser natural
de La Orotava o del distrito de Taoro...»
El 1 de Mayo de 1651 el Capitán General de Canarias entregó la
Vara de la justicia como Alcalde al licenciado D. Luis González Román.
La vivienda
Las diferencias sociales se manifiestan de m u c h a s formas; p e r o
d o n d e quizás más c l a r a m e n t e se aprecian sea en la vivienda, sobre
t o d o en t i e m p o pasado.
Se construyen en Tenerife, desde la conquista, unas viviendas
modestas, de materiales pobres, de r e d u c i d o espacio. Son las viviendas
populares. También se edifican grandes mansiones, de materiales más
seleccionados, con varios espacios habitables. Son las casas señoriales.
75 Población
V i v i e n d a s p o p u l a r e s
Muchas de estas construcciones a p a r e c e n aisladas en el m e d i o
rural, dispersas, adaptadas de una forma armónica, casi natural, al
paisaje en el q u e se ubican.
71. La más singular y antigua de estas viviendas es la choza.
Construida con paredes de piedra y cubierta de paja, representa, hoy,
una reliquia histórica. Aún quedan algunos ejemplos en las medianías
del Valle de la Orotava, si bien actualmente no son habitadas.
El tipo de vivienda más generalizado es la casa terrera,
generalmente de una sola planta, de formas muy variadas para
adaptarse al terreno y a las condiciones climáticas del lugar. Las
dependencias indispensables, y muchas veces únicas, son la cocina,
dormitorio, establo y lugar de aperos-cosechas. Los modestos, cuidados
y floridos patios dan un aire de fina sensibilidad a la vivienda.
Cuando el campesino quiere resguardarse de las duras condiciones
del medio geográfico y como para aunar esfuerzos en su dura tarea
diaria, agrupa su vivienda con otras formando los típicos Caseríos.
Los más importantes son el de Masca, en el Oeste, el Lomo de
las Bodegas, en Anaga e Ifonche en Adeje.
Casas señoriales
El proceso de conquista de Tenerife favoreció el asentamiento
de grandes hacendados, quienes salpicaron la geografía insular de
Chozas pajizas de
principios de siglo.
(Col.: F.Ferrero)
Tenerife 76
72. mansiones, que unas veces se nos ofrecen aisladas, en el ámbito rural,
y otras formando parte de los pueblos-ciudades.
Las ubicadas en el campo cuentan con las dependencias
suficientes para atender todas las necesidades de la vida familiar,
cultural, campesina, religiosa... Desde bodegas a capilla, pasando por
amplias cocinas, salones, graneros, etc.
Cuando se sitúan en la ciudad, predomina en ellas lo urbano
(fachadas, patios adornados, salones) sobre lo rural (establos, bodegas,
zonas de aperos).
Los materiales de las viviendas típicas tradicionales son la piedra-
barro (mampostería) de sus gruesas paredes, el basalto en esquinas y
lugares básicos de la estructura, la toba volcánica, la madera de pino-
tea y la teja árabe. La cal y la arena completan esta gama de materiales.
Casa terrera en el Guincho.
Los Realejos.
77 Población
73.
74. Una vez terminada la conquista de Tenerife se distribuyeron las
tierras y las aguas entre quienes habían participado en la misma, según
su mayor o menor apoyo económico y militar. De esta manera,
aparecen las grandes concentraciones de la propiedad agraria (el
término «grande» es relativo, dada la extensión de la Isla, cuyas áreas
de tierra no pueden compararse con los latifundios andaluces o
americanos de la época).
Los nuevos p r o p i e t a r i o s se vieron obligados a cultivar
determinados productos para la exportación. Eran las condiciones
climáticas las que permitían este sistema de producción especializada.
Las tierras no aptas para semejantes cultivos se dedicaron al
autoabastecimiento. De esta forma aparecieron los dos «modelos»
económicos de la Isla: exportador y de abastecimiento local.
Los cultivos para la exportación eran:
• La caña de azúcar. Se producía en las zonas bajas de los
valles de 1a Orotava, Güímar, Guerra y la Isla Baja. Precisaba
de una elevada capitalización y su producción estaba muy
condicionada por la demanda exterior.
• La viña. Se cultivaba en las zonas medias del Norte:
Tacoronte, Acentejo, Orotava, Icod de los vinos... Precisaba
de menos capital para su explotación, y su comercio era
más regular que el de la caña de azúcar. Inglaterra era el
principal consumidor-importador.
Los cultivos para autoconsumo los constituían los cereales, el
millo, las papas y variados productos hortofrutícolas. Precisaban de
poca capitalización; las fincas eran de reducido tamaño y trabajadas,
casi todas, en régimen de medianería.
79 Economía
75. Ocupaban las zonas de altitud media (entre quinientos y mil
metros). Eran tierras de secano, si bien la humedad garantizaba los
cultivos. En el Sur se daban algunas zonas localizadas de cultivo de
cereales.
Junto a la economía agrícola aparecía la comercial, basada en
los citados productos de exportación, y en la importación de todo
tipo de manufacturas.
Tenerife se relacionaba con Europa y América a través de los
puertos de la Orotava (hoy Puerto de la Cruz) y de Garachico, en el
norte.
A finales del siglo XVIII y principios del XIX este modelo
económico sufrió un cambio, motivado por la reducción de las
exportaciones de vino y la independencia de los países americanos.
Tenerife 80
Vid Caña de azúcar
(Col. postales: F. Ferrero.)
76. Terreno de plataneras en el Rincón. La Orotava.
El año de 1852 fue clave en la historia económica de Tenerife y
de Canarias. En él se establece el Régimen de Puertos Francos para
las Islas con libertad para importar y exportar. Como consecuencia se
internacionaliza la economía del Archipiélago.
Aparece un nuevo producto de exportación: el plátano, que
pronto ocupa grandes áreas de terreno, antes dedicadas a la viña o a
la caña de azúcar. Las zonas del valle de La Orotava, Valle Guerra, Isla
Baja, etc. se convierten en uniformes superficies de platanera.
Casas comerciales inglesas se establecen en el Puerto de la Cruz,
Santa Cruz y el Sur de la Isla.
Los antiguos puertos norteños resultaban insuficientes para el
nuevo volumen de tráfico, por lo que se incrementa notablemente el
de Santa Cruz (que había empezado a operar desde principios del
81 Economía
77. siglo XVII) hasta adquirir pronto rango internacional destacado (en
1890 operan en él 1.828 buques que se incrementan a 5.000 en 1912).
Junto al plátano adquiere importancia el cultivo del tomate,
también para la exportación, y la papa, que pasó a convertirse en el
alimento básico de los isleños.
Tras la Primera Guerra Mundial, y como consecuencia de la
misma, se redujo la exportación del plátano, lo que provocó una crisis
económica y social que tuvo como consecuencia la emigración de
contingentes importantes de población hacia Cuba y Venezuela.
La situación de crisis se prolongó hasta los años cincuenta, en
que de nuevo se relanza la demanda nacional y europea de plátanos.
También el tomate cultivado en el Sur se recupera. Y las medianías
continúan siendo el sector que abastece de los productos de consumo
diario a la población.
Queda así organizada un estructura económica que llegará hasta
nuestros días:
S e c t o r e x p l o t a d o r p l a t a n e r o , con propiedades de tierra de
considerable extensión (de 10 a 50 Has), ubicado en los espacios
tradicionales citados antes; con necesidad de capitalización para tierras
y aguas, y bajos salarios para los trabajadores.
En el año 1991 Tenerife produjo un total de 158.553 Tms. de
plátanos, cuyo destino-consumo era el siguiente:
Consumo local 11.243 Tms.
Mercado nacional 146.930 Tms.
Mercado extranjero 380 Tms.
Total 158.553 Tms.
Tenerife 82
78. De la crisis del sector en los últimos años nos dan cuenta las
siguientes cifras de producción:
Miles de Tms.
Sector tomatero, en régimen de aparcería (el propietario
aporta la tierra, el agua, los abonos, y el campesino su fuerza de
trabajo), con los problemas tradicionales a la hora del reparto de la
producción.
Sector de autoconsumo, con producción de papas, cereales,
viña, etc. y con una ganadería, complementaria en las tareas agrícolas
y fundamental en la alimentación (leche, queso, carne, etc.).
A partir de los años sesenta la economía de la Isla comienza a
girar alrededor de un nuevo «producto»: el turismo.
Éste tiene su origen en los viajeros que visitaron las Islas desde
su integración en la corona de Castilla. Estas visitas de extranjeros
tomaron nuevo impulso con los empleados de las casas comerciales
instalados en el Puerto de la Cruz a finales del siglo XIX y llegó a ser
una actividad económica de primer orden cuando apareció el turismo
masivo, atraído por el clima y la naturaleza privilegiada.
83 Economía
250
200
150
100
50
0
1986 1987 1988 1989 1990 1991
Año
79. La alteración que produjo el turismo en la economía tradicional
se comprueba en los siguientes hechos:
• Necesidad de construir instalaciones hoteleras, lo que atrajo
la mano de obra agrícola hacia el sector de la construcción,
con el consiguiente abandono de las tareas del campo.
• La mejora de salarios de esta nueva actividad elevó el nivel
de vida y produjo una demanda de todo tipo de productos
de consumo que hubo que importar.
• Mejoró considerablemente el comercio, aunque no siempre
con efectos positivos, pues se hacía más fácil importar que
producir.
• La superficie de producción agrícola se estancó en todo el
Norte y en todos los sectores productivos.
• Aparecieron otros cultivos de exportación como flores y
plantas ornamentales.
• Se desarrolló el cultivo de la platanera en el Sur de la Isla,
con mejor clima invernal para producir y exportar en esa
época al mercado hispano-europeo.
Los aspectos más destacados de la nueva economía basada en el
sector servicios-turismo son:
• En el año 1970 visitaron Tenerife unos trescientos mil
turistas, que se elevaron a más de un millón, cinco años
después. En 1985 se aproximan a los dos millones y en el
año 1992 se superan los tres millones trescientos mil
visitantes.
• En el año 1992 Tenerife oferta un total de 62.339 plazas
hoteleras y 73.179 extra hoteleras. Un total de 135.518
plazas.
Tenerife 84
80. • El Puerto de la Cruz fue el principal foco de atracción
turística desde el siglo XIX y mantuvo su primacía hasta la
década de los ochenta.
• A partir de entonces adquiere gran importancia el Sur de
Tenerife, con más horas de sol que el Norte y con una
infraestructura hotelera más moderna.
Puerto de la Cruz
Los efectos del sector turístico en la economía insular son muy
variados: apertura a otras culturas, creación de empleo, mimetismo
de formas de vida, deterioro del medio ambiente, necesidad de
importar parte de los productos consumidos por los propios turistas,
mejoras en la infraestructura de carreteras, etc.
El papel que las fuentes de energía (especialmente el petróleo)
juegan en la economía actual es importantísimo. Su incidencia se
hace notar aún más cuando la producción es nula y el consumo se
incrementa sin cesar como ocurre en Tenerife, hasta un total de
1.771.188 Tms. en 1991, cantidad que hay que importar en su
totalidad.
85 Economía
81.
82. Las Islas Canarias, en general, y Tenerife en particular, presentan
unas características muy propias de su situación geográfica y su relieve,
en cuanto a sus transportes-comunicaciones.
La carencia de vías férreas y fluviales hace que sólo las carreteras
comuniquen entre sí los lugares habitados de la isla. Una red de
calzadas bien entramada y bastante compleja, si se tiene en cuenta el
costo por Km2
debido al abrupto relieve y la propia dificultad de los
trazados.
En la actualidad existen dos autovías: una que va desde Santa
Cruz a la zona turística del Sur (Aeropuerto Reina Sofía-Los Cristianos-
Las Américas) y otra que une la capital con la zona poblada del Norte,
hasta La Orotava (en obras de prolongación hasta Los Realejos).
El resto de las carreteras, en general bien pavimentadas, ofrecen
la posibilidad de acceder a los distintos pueblos por más de una vía
(sobre todo en el Norte).
La densa red de pistas forestales y senderos hacen accesible al
visitante la gran mayoría de los interesantes lugares tinerfeños.
Pese a su carácter insular, la comunicación marítima entre los
lugares costeros es prácticamente nula.
Es la propia insularidad la que «obliga» a proyectarse hacia fuera:
al resto de España y al extranjero. En este sentido, el mar siempre fue
vía de unión para los isleños. En nuestro tiempo, la aviación va
sustituyendo al transporte marítimo. Tenerife, por mar y aire, se
mantiene vital, en progreso, gracias a los aportes económicos y
culturales que le llegan por esas sendas.
El papel del puerto de Santa Cruz es esencial para la vida insular
como prueban los siguientes datos, referidos al año 1991:
87 Transporte y comunicaciones
83. Número total de pasajeros 548.122
Buques mercantes 6.432
Número de contenedores 164.704
Toneladas de Registro Bruto 40.811.920
Con estos datos, ocupa el segundo lugar entre todos los de
España, por el número de buques que operan en él, por toneladas de
registro bruto y por el volumen de las tareas de avituallamiento, y el
tercer lugar por el número de pasajeros.
En cuanto a Aeropuertos, Tenerife cuenta con dos: Los Rodeos
en el Norte y el Reina Sofía en el Sur.
El de los Rodeos, en funcionamiento desde el año 1942, fue
durante mucho tiempo el único de la Isla. Por sus condiciones de
emplazamiento (altura, clima), y pese a las continuas mejoras que en
él se hacían, no podía soportar el intenso tráfico turístico.
Gran parte del tráfico aéreo se desvió hacia el Aeropuerto Sur;
pero los Rodeos siguió funcionando. Dedicado con preferencia a los
vuelos regulares y al tráfico interinsular, cumple una importante
misión, como nos muestran los datos referidos a 1993:
Vuelos Nacionales Regulares Aviones Pasajeros
Entradas 12.310 694.730
Salidas 12.296 709.014
Total 24.606 1.403.744
El Aeropuerto del Sur «Reina Sofía» opera desde el año 1978.
Los datos referidos a 1993 son:
Tenerife 88
84. Vuelos Nacionales Aviones Pasajeros
Regulares 8.050 718.441
No regulares 12.116 1.103.024
Vuelos Internacionales
Regulares 1.761 314.661
No regulares 29.942 4.807.682
Total 51.869 6.843.808
Si tenemos en consideración que en el año 1986 el número de
aviones que operaron en Tenerife fue de 37.098, con 4.730.481
pasajeros, llegaremos a la conclusión del papel destacado de los
transportes-comunicaciones en la vida insular, con un incremento tan
considerable en los últimos siete años.
Visión parcial de la autopista del Norte
89 Transporte y comunicaciones
85.
86. La conquista de Canarias por parte de los europeos tuvo sus
antecedentes en los viajes realizados por navegantes de ese continente
durante los siglos XIII y XIV.
• El italiano-genovés Lancelotto Malocello llega a Lanzarote
en 1312.
• Una expedición italo-portuguesa arriba a las Islas, sobre el
año 1341, y se hace la primera descripción del Archipiélago
y sus habitantes. Las Islas son, a partir de ese momento,
lugar c o n o c i d o y un atractivo para c o m e r c i a n t e s y
exploradores.
• El Papa Clemente VI se interesa por las Islas y nombra como
«soberano» de las mismas al infante de Castilla don Luis de
la Cerda (en 1344). Se desea acabar con el paganismo de
los isleños.
• En el año 1351 se crea el Obispado de La Fortuna. Un año
después se organiza una nueva expedición, mitad comercial,
mitad evangelizadora, con el apoyo de la corona de Aragón
que muestra, desde entonces, su interés por Canarias.
• A finales de siglo, en 1393, los castellanos prepararon otra
expedición, con navegantes andaluces y vascos, que llegaría
hasta Lanzarote.
• La llegada de los n o r m a n d o s (franceses) J e a n de
Bethencourt y Gadifer de la Salle, y el homenaje que el año
1402 rinden al rey de Castilla Enrique III, abre el período
de la conquista de las islas por los europeos.
91 Hechos históricos
87. Conquista de Tenerife
Hasta 1477 Las Canarias permanecieron bajo el dominio de los
señores feudales. En este tiempo los «dueños» de todas las islas, los
señores legítimos, eran Diego García de Herrera y su esposa Inés
Peraza.
Es en ese mismo año de 1477, cuando los Reyes Católicos
conciertan con el referido matrimonio la cesión a la Corona de los
derechos sobre las tres islas aún no conquistadas: Gran Canaria, La
Palma y Tenerife. A partir de ese acuerdo la dominación de dichas
islas va a ser una empresa de la Corona.
En base a estos derechos adquiridos, los Reyes Católicos llegan
a un acuerdo con Pedro de Vera, para la conquista de Gran Canaria.
Otro contrato del mismo estilo se firma entre los Reyes y Alonso
Fernández de Lugo para la conquista de Tenerife y La Palma. El año
del acuerdo es 1492. Entre las promesas relacionadas con el contrato,
los Reyes le ofrecen, si lleva a cabo la conquista, el cargo de gobernador,
el poder administrar justicia, repartir tierras...
En el año 1493, terminó la conquista de La Palma y Lugo viaja a
la Península a ofrecer a los Reyes su triunfo. Va acompañado de varios
reyezuelos indígenas que sirven de «testigos» de su obra y van a prestar
a los Católicos monarcas, pleitesía y reverencia.
Los Reyes se encontraban en Zaragoza para asistir a las Cortes
de Aragón y en este lugar recibieron a Lugo y a sus acompañantes.
Fue en dicha ciudad, y en Diciembre de 1493, donde se firmaron las
«Capitulaciones» o contrato entre Lugo y los Reyes para la definitiva
conquista de la Isla tinerfeña. El contenido de las mismas se va a ir
desarrollando en años sucesivos a medida que lo va requiriendo el
Tenerife 92
88. proceso conquistador. Por medio de Reales Cédulas se va dando
cuerpo legal a lo acordado en Zaragoza. Veamos el contenido de
algunas de las más importantes: Se concede a Lugo la gobernación
de la Isla; se concreta la organización político-administrativa del nuevo
territorio; el «cabildo» que habría de constituirse acataría las decisiones
de Lugo, ante el cual deberían prestar juramento sus componentes;
Lugo, junto con un delegado del rey, llevaría a cabo el repartimiento
de la isla; se poblaría de trescientos vecinos dando a cada uno según
su calidad personal, y comprometiéndose los pobladores a tener su
casa habitada con mujer e hijos por un tiempo mínimo de cinco años;
todos los gastos de transporte de las tropas, alimentos, ganado, etc.
correrían a cargo de la Corona; se garantizaba la libertad de los
guanches siempre que fueran fieles y ayudaran a la conquista.
En unos diez meses calculaba Lugo que ocuparía la Isla, en la
que esperaba obtener buenas ganancias con la toma de esclavos,
ganados y productos como la orchilla (planta tintórea).
En Sevilla hizo el reclutamiento de soldados, entre los que
figuraban algunos naturales de las islas que habían sido llevados a
Andalucía. Estas fuerzas se aumentaron en Gran Canaria hasta llegar
a un total de dos mil doscientos hombres (los doscientos de a caballo)
para afrontar la conquista de Tenerife que, como sabemos, estaba
dividida en nueve menceyatos guanches.
Por estos años se había producido la evangelización del Sur de
la Isla y los menceyes de Güímar, Abona, Adeje, y Anaga se convirtieron
en «bandos de paz» aliados con el conquistador.
La p r i m e r a incursión de éste fue el a ñ o 1494, c u a n d o
desembarcó en Añazo, levantó el Real de Santa Cruz y fortificó la
zona.
93 Hechos históricos
89. Desembarco de Lugo, de Gumersindo Robayna (Foto: Alejandro Delgado)
Intentó, luego, acuerdos con los menceyes del Norte, tal y como
los había alcanzado con los del Sur; pero fueron rechazados. El peligro
de la invasión unió a todos los menceyes (Tegueste, Tacoronte, Taoro,
Dante, Icod) que se aprestaron a la lucha.
Un Lugo desafiante se interna en la Isla, por el Norte, y tras
pasar por la vega de La Laguna, penetra en el irregular terreno de la
zona de Acentejo. Allí esperaban los guanches al ejército invasor, en
una muy buena situación estratégica, y con valentía y astucia infringen
una severa derrota a las tropas de Lugo. Fue la batalla de «La Matanza
de Acentejo».
Los restos del maltrecho ejército, unos trescientos hombres,
regresaron al real de Añazo y de allí reembarcaron hacia Gran Canaria.
Tenerife 94
90. Había que volver a empezar: nuevos recursos económicos, nuevos
soldados, nueva estrategia militar.
Los nuevos recursos económicos los consigue Lugo vendiendo
sus propiedades y formando sociedad con otros comerciantes a quienes
ofrece beneficios de la conquista.
El nuevo ejército lo recluta cuidando que sean soldados
veteranos, capaces de una lucha dura como la que se avecina.
La estrategia es mejorada al establecer una cabeza de puente,
entre el Real y el interior, que sirva de apoyo a las batallas y de refugio
en caso de perder alguna de ellas.
El año 1495 Lugo vuelve a desembarcar en Añazo y edifica dos
torres-fortaleza. El aprovisionamiento, por parte de los «bandos de
paz», facilita la tarea de adentrarse y establecer un nuevo fuerte-
campamento en La Laguna.
Los guanches, envalentonados por la anterior victoria, se lanzan
a lucha en campo abierto en la vega de La Laguna. Allí fueron
dispersados y abatidos por la caballería de los españoles. En esta batalla
murió Bencomo, jefe de los guanches y mencey de Taoro. Este hecho
ocurrió a finales de 1495.
Tras esta victoria, y una vez recuperadas las fuerzas, el ejército
conquistador reemprendió la campaña. Avanzó hasta el menceyato
de Taoro, en el valle de La Orotava, sin encontrar resistencia. Allí
sentó Lugo el llamado Real, dando origen al actual pueblo de Los
Realejos.
Los guanches hacen, mientras tanto, un esfuerzo supremo para
reorganizarse y poder enfrentarse de nuevo al ejército invasor. Buscan
un terreno adecuado, muy próximo al que les dio la anterior victoria.
Pero las fuerzas de uno y otro bando eran ahora muy distintas, así
95 Hechos históricos
91. como la moral de los que luchaban. Se produce el combate y los
castellanos vencen claramente: será la «Victoria de Acentejo».
A partir de ese momento ya las tropas de Lugo se limitan a
terminar con algunos pequeños núcleos de resistencia, sobre todo
para conseguir esclavos y ganado.
El 25 de julio de 1496 celebran, Fernández de Lugo y los suyos,
la rendición de los menceyes del Norte. Para conmemorar el hecho
hicieron levantar la iglesia de Santiago apóstol en el Realejo Alto.
Derrota del almirante Nelson
Las consecuencias de la Revolución francesa de 1789 llegaron
también a Canarias y más concretamente a Tenerife.
España había entrado en guerra con Inglaterra y una flota
Actual iglesia de Santiago Apóstol
en Los Realejos, construida sobre
la original.
Tenerife 96
92. inglesa, al mando del almirante Horacio Nelson preparó el ataque a
Santa Cruz.
Con estas palabras pidió Nelson la rendición de la plaza:
«Tengo el h o n o r de participaros que he venido aquí a exigiros
la inmediata entrega de la fragata «Príncipe de Asturias», procedente
de Manila y con destino a Cádiz, que pertenece a la Compañía de
Filipinas, con su cargamento completo y, asimismo, las demás cargas
que se hayan desembarcado en Tenerife y no sean para el consumo
de sus habitantes. Y mi mayor deseo es que ningún isleño sufra las
consecuencias de mi petición. Ofrezco las siguientes honrosas
condiciones q u e espero sean admitidas; pero si las rechazáis, todos
los horrores de la guerra serán a vuestra cuenta, pues Santa Cruz
será d e s t r u i d a y las d e m á s plazas de esta isla b o m b a r d e a d a s ,
imponiéndoles u n a fuerte contribución».
Las condiciones eran: entregar los fuertes a los británicos,
rendición de armas, entrega de caudales, se respetaría la religión
católica y sus ministros y se mantendrían las leyes y magistraturas
existentes.
Mientras se elaboraban y publicaban los documentos, Nelson
preparaba con detalle el asalto. Por su lado, las autoridades militares
de la isla, para quienes el ataque era inminente al no aceptar las
condiciones del almirante inglés, hacían lo mismo con la defensa.
El día 24 de Julio de 1797, a las siete y media de la tarde, la
escuadra inglesa inició el ataque con intenso bombardeo. Nelson
consiguió desembarcar en el muelle y se dispuso a tomar el castillo de
San Cristóbal.
La reacción de las fuerzas españolas fue inmediata, y sus
97 Hechos históricos
93. descargas de cañones y fusiles hicieron blanco en los atacantes, que
huyeron. El propio Nelson fue alcanzado por la metralla en su brazo
derecho.
El 25 de Julio continuó el acoso. Las fuerzas inglesas intentaron
atacar nuevamente y los isleños se defendieron con vigor, causando
grandes pérdidas al enemigo.
Nelson comprendió su fracaso y pidió una capitulación para
salvar a su flota del desastre.
El mismo 25 de Julio, reunidas las partes beligerantes, en Santa
Cruz, acuerdan: «Las tropas de S.M. Británica serán embarcadas con todas sus
armas y llevarán sus botes, que se han salvado...; en esta consideración se obligan
por su parte a no molestar al pueblo los navios de la escuadra británica que están
delante de él, ni a ninguna de las Islas Canarias, y los prisioneros se devolverán de
ambas partes».
Así se terminó esta aventura del renombrado almirante Nelson.
Histórico cañón «Tigre», utilizado contra el Escuadrón Inglés del
Almirante Nelson, el 25 de julio de 1797. (Col. postales: F. Ferrero)
Tenerife 98
94. La desamortización
Se trata de uno de los hechos más destacados de la política
española del siglo XIX, que tuvo gran repercusión en Canarias,
especialmente en Tenerife.
El clero, la corona y los municipios tenían grandes propiedades
inmuebles (tierras y edificios) que no se podían vender; estaban
vinculadas a perpetuidad a sus dueños.
La desamortización consistió en dictar unas leyes que permitían
la venta de dichas propiedades.
Su realización se llevó a cabo en diversas etapas: 1812 (Cortes
de Cádiz), 1820-23 (Trienio Liberal), 1834-37 (Mendizábal) y 1855
(Madoz).
Sus consecuencias fueron:
• Concentración de la propiedad en la Isla.
• Privatización de las propiedades municipales que a partir
de entonces ya no podrían ser aprovechadas por los
habitantes de los pueblos.
• Aprovechamiento de los numerosos edificios conventuales
para funciones públicas: escuelas, cárceles, ayuntamientos,
etc.
Los pueblos de Tenerife se vieron afectados por la desamortización
en la siguiente superficie:
La Guancha: unas 7.500 Has.
La Orotava: unas 5.000 Has.
Guía de Isora: unas 4.500 Has.
Los Realejos: unas 2.000 Has.
Fasnia: unas 2.000 Has.
99 Hechos históricos
95. Con la desamortización las grandes propiedades cambiaron de
dueño. Pasaron a mano de la nueva burguesía, pero no de los
campesinos que hubiera sido más conveniente para el desarrollo social.
La esclavitud
Terminada la conquista, Tenerife se incorporó al «mundo
civilizado», uno de cuyos aspectos sociales más destacados era el de la
esclavitud.
Varios pueblos padecieron los horrores de ese sistema y el hecho
de que el mismo fuera un hábito común de la sociedad, un «modelo»
universalizado, no quita fuerza al rechazo que nos debe producir. Las
víctimas fueron los guanches, los moriscos, los negros africanos y los
indioamericanos.
Cuando Fernández de Lugo acordó con los Reyes Católicos la
conquista de Tenerife, a los indígenas-guanches se les consideró
infieles y podrían constituir botín de guerra, ser tomados como
esclavos. Lugo toma como tales no sólo a los que le ofrecen resistencia
(los procedentes de los menceyatos del Norte) sino a muchos de los
que colaboraron con él en la conquista; para ello argumentaba que
no le obedecían tras la pacificación.
No sólo toma esclavos para sí, sino que procura pagar parte de
las deudas, contraídas para la conquista, con guanches esclavizados.
Es de elogiar la actitud de los guanches libres al prestar ayuda
a los esclavos de su raza, bien entablando pleitos sobre la injusticia
Tenerife 100
Güímar: unas 1.500 Has.
Resto de los pueblos: unas 2.500 Has.
96. del cautiverio o comprando a los esclavos para después darles la
libertad.
Pero el impulso económico que tomó la Isla tras la conquista,
exige no sólo los esclavos nativos sino los de otras procedencias. Llegan
así los esclavos moriscos, que vienen con sus dueños a instalarse aquí
procedentes de la Península.
Los esclavos más numerosos en Tenerife, fueron, durante mucho
tiempo, los procedentes de África: los negros. De la Isla parten
expediciones con la única finalidad de conseguir esta mercancía
humana. Los negociantes se valen de algún rehén moro para que les
sirva de enlace o de «guía profesional». Toda la costa africana, hasta
Guinea, padece estas incursiones, que nutren de mano de obra esclava
los ingenios azucareros de Tenerife.
Los menos numerosos son los esclavos amerindios. Unos,
acompañantes de las familias que los poseían, pasaron a Canarias;
otros, llegados directamente de América, dadas las intensas relaciones
de ésta con aquéllas; pero, como indica la profesora Manuela Marrero,
a quien seguimos en este apartado, los «indios aparecen fugazmente
en el mercado esclavista de la isla de Tenerife».
Los precios de cada esclavo eran muy variables y dependían de
la edad, sexo, fuerza, oferta-demanda, etc. El hombre de mediana
edad valía unos veinte mil maravedíes. (Para tener una referencia
con un producto alimenticio, una arroba -once kilos y medio- de azúcar
valía unos trescientos maravedíes).
Como ejemplo del lamentable tráfico humano reproducimos
los siguientes textos tomados de la citada autora:
«Bartolomé de Zamora y Catalina López, su mujer, venden a
J u a n Franco y a Catalina Fernández, su mujer, una esclava negra que
101 Hechos históricos
97. tienen en esta Isla, llamada Margarita, por precio de 24 fanegas de
trigo y 8.800 maravedíes en la m o n e d a de Canarias. Se obligan al
saneamiento de la esclava y afirman q u e no tiene n i n g u n a tacha
encubierta». 11 de diciembre de 1505.
«Fernando de Llerena, regidor, ahorra (libera) a su esclavo
Francisco Enebie, g u a n c h e del reino de Güímar, por los m u c h o s y
leales servicios que le hizo a él, a su mujer Ana Morales y a otras
personas por su m a n d a d o , y porque le dio 6 doblas de oro para q u e
lo ahorrase (liberase)». 4 de lebrero de 1506.
Gonzalo Rodríguez de Daute, vende a Juan Navarro dos esclavos
y una esclava, llamados J u a n Asate, de unos 22 años, Rodrigo y
Francisca, de unos 20 años. Los tres andan alzados por las montañas
y términos de la Isla. El precio de venta es de 30.000 maravedíes de
moneda canaria y 200 borregas de ganado ovejuno, que declara haber
recibido. 7 de enero de 1507.
El Adelantado dice que, como redimir cautivos es obra pía y
santa y más aún si es persona cristiana, da libertad a su esclavo Andrés,
natural de Berbería, que de moro se llamaba Hunetero, por ser
cristiano y convertido a la santa fe católica. Le da la libertad porque
quiere y es su propia voluntad y no porque le haya pagado ni hecho
servicio ni donaciones. 10 de septiembre de 1508.
«Jerónimo de Valdés en su testamento o r d e n a q u e su esclavo
Pedro el Guanche toque en suerte a su hija Beatriz de Valdés con
cargo que no lo ahorre (libere) bajo pena de maldición, ni lo venda,
pues si lo hiciere que lo pierda y pase J e r ó n i m o de Valdés, su hijo,
con el mismo cargo, y si no lo cumple, que pase a los otros herederos
con el mismo cargo». 4 de septiembre de 1510.
Tenerife 102
98. La masonería en Tenerife
Tenerife, y más concretamente los puertos de Santa Cruz y Puerto
de la Cruz, es en el siglo XVIII núcleo fundamental del comercio de
Canarias con Europa y América. Una destacada colonia extranjera,
integrada principalmente por ingleses e irlandeses, es la intermediaria
de las actividades mercantiles. Por los mencionados puertos se efectúan
las salidas de los productos de exportación, en especial los vinos, y
hacen su entrada las mercancías necesarias para el abastecimiento de
todo el archipiélago. Pero por ellos penetran también, a despecho de
los inquisidores, las novedades ideológicas en boga en Europa y
América del Norte.
La masonería especulativa tenía, desde el primer cuarto del siglo
XVIII, una notable difusión en Inglaterra y sus colonias
norteamericanas. Sera a través de los contactos mercantiles de Canarias
con esos territorios como se introduzcan en la francmasonería algunos
comerciantes de la Isla. Precisamente el irlandés Alejandro French,
residente en el Puerto de la Cruz, tendrá el dudoso honor de ser el
primero de España y sus colonias en ser juzgado por el Santo Oficio
por su condición de masón adquirida en una logia de Boston a donde
viajaba transportando vinos canarios.
Son contados, en su mayoría comerciantes extranjeros residentes
en la isla, los pertenecientes a dicha asociación a lo largo del siglo
XVIII. El miedo a la Inquisición frena la afiliación a logias extranjeras
de nuevos masones tinerfeños. No hay noticia de que en esta centuria
existiera logia alguna en Canarias.
En 1816, nace en Santa Cruz de Tenerife la primera logia canaria
conocida: «Comendadores del Teide». Fue fundada por el conde de
103 Hechos históricos
99. Saint-Laurent y se constituye con una base de iniciados de diferentes
procedencias. Pocos años después, en 1822, se crea un nuevo taller,
«Amistad», que tiene un mayor eco político y social. Tras el final del
Trienio liberal la persecución a la masonería desde el poder del Estado
español hace inviable el surgimiento de nuevas logias. A partir de la
«Gloriosa», en 1868, se produce la máxima expansión de la masonería
en Tenerife. Santa Cruz, La Laguna, La Orotava y Puerto de la Cruz
serán sedes de las logias «Teide», «Nueva Era», «Taoro», «Esperanza
de Orotava», «Hijos de Teide», «Nivaria», «Tinerfe» y «Fe Masónica».
En el primer tercio del siglo XX, la logia más importante de
Canarias será «Añaza», con sede en Santa Cruz, que llegó a construir
el templo masónico más importante de España y patrocinó un centro
de enseñanza de principios laicos y ferreriano (seguidor de las
doctrinas del pedagogo catalán Ferrer Guardia) donde fueron
educados numerosos alumnos.
Entre los personajes destacados de la vida política y cultural
tinerfeña que pertenecieron a la masonería hay que señalar, entre
otros, a Graciliano Afonso, José Murphy, Villalba Hervás, Jurado
Domínguez, Domingo Pérez Trujillo y Rubens Manchal. Estos dos
últimos, diputados a Cortes durante la II República.
En total, las diferentes logias tinerfeñas tuvieron, al menos, 814
afiliados. La labor principal desempeñada por la masonería en la Isla
fue de carácter filantrópico. Dentro de unos límites modestos (las
disponibilidades económicas nunca fueron abundantes) procuraron
ayudas a individuos o colectivos que sufrían de necesidades acuciantes.
La masonería tinerfeña, como el resto de la del Estado español,
adoptó una actitud marcadamente anticlerical, especialmente
antijesuítica, lo que la mantuvo en permanente confrontación con la
Tenerife 104
100. jerarquía eclesiástica.
Por lo que se refiere a la actividad política, se observaba entre
los afiliados, a título privado, una cierta preferencia por el
Republicanismo. De la abundante documentación disponible puede
deducirse la inexistencia de debates políticos en las logias y la no
determinación de consignas de apoyo o rechazo sistemático hacia
opciones políticas concretas. Los reglamentos prohibían
expresamente abordar este tipo de cuestiones.
Mausoleo masón
del Marqués de
La Quinta Roja.
La Orotava.
105 Hechos históricos