2. Hay dos períodos durante los cuales los
niños pueden hacer sus tareas:
inmediatamente después del colegio o
antes de comida.
Limite las distracciones. Basta decir algo
como: “Una vez que empiezas a hacer la
tarea, no paras hasta que la termines, así que
anda al baño ahora y come algo ahora”.
3. Esté cerca, no encima. Los hijos debieran
hacer las tareas solos, pero usted los puede
acompañar.
No les dé las respuestas, pero sí haga
preguntas. De esa manera fomentará en ellos
la curiosidad y el amor por el conocimiento.
4. Crear un ambiente de estudio en casa.
Mantener una estrecha colaboración con los
profesores.
Orientación a los hijos en las rutinas diarias.
Animación a realizar las tareas del colegio.
5. Claras y específicas.
Explicación del sentido de la norma para el
bienestar del niño.
Ajustadas a la edad y al desarrollo evolutivo
del niño/a.
Comprobar si se ha cumplido la norma o no
para recompensar o sancionar la conducta.
6. Evitar situaciones de hambre y sueño.
Establecer normas razonables, claras y
coherentes.
Las reglas deben ser siempre las mismas
independientemente de dónde y con quién
esté.
Reforzar los comportamientos positivos.
Animarle para que hable de lo que siente e
indicarle formas adecuadas para expresar su
ira o frustración.
7. Si el niño recibe nuestra atención cuando está
tranquilo no acudirá a los berrinches.
Modelar alternativas a la rabieta, evitando
discutir o gritar delante del niño/a.
Fomentar la autonomía y ofrecer opciones.
Avisar con tiempo cuando se produzcan
cambios de actividades para que pueda
hacerse a la idea.
En las fases iniciales utilizar la distracción
desviando su atención hacia otra actividad u
objeto.
8. Describir la conducta con un lenguaje no
valorativo. “Los juguetes no están recogidos
aún”, en lugar de, “eres un desastre”.
Explicar la razón por la que tiene que cambiar su
conducta. Exprésalo simple y directamente. “Me
preocupo si no haces tus tareas”
Reconocer sus sentimientos. “Se que estás
enfadado”.
Formular lo que se espera de el/ella. “Necesito
que me ayudes ahora”.
9. Ignorando la rabieta.
Prestando atención a situaciones alternativas
(colaboración, obediencia, sorprenderles
cuando se portan bien, etc.).
Evitar que utilicen la rabieta para eludir las
obligaciones.
Mantener una actitud de calma y serenidad.
10. Darle un cachete, solo ayudará a que
empeore la rabieta.
Gritarle, solo conseguiremos que suban el
tono y gritar aún más.
Ceder al capricho, equivale a premiarle por el
berrinche.
Intentar razonar con el niño/a porque no nos
escuchará.