1. Iglesia católica
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La Iglesia católica, cuyo nombre oficial es Iglesia Católica Apostólica Romana, es la
iglesia cristiana más grande delmundo, [1] con 1.166 millones de bautizados,[2] el 17,40%
de la población mundial,según los datos recogidos por el Anuario Pontificio de 2010
referentes al año 2008.[3] Su sede se encuentra en la Ciudad del Vaticano, y está
encabezada por el Papa, que recibe el trato honorífico de Su Santidad. El actual Papa es
Benedicto XVI, nombre adoptado por el Cardenal electo Joseph Ratzinger.
La Iglesia católica se conoce como Iglesia católica apostólica romana o como Iglesia
católica romana; fuera del Catolicismo se hace esta distinción por aquellos que
sostienen que las iglesias de la Comunión Anglicana y las Iglesias Ortodoxas se
reconocen a sí mismas como parte de la "Iglesia, una, santa, católica y apostólica" del
Credo y que también son católicas (tanto en sentido etimológico como en todo el
contenido del término) si bien no es la única diferencia el no estar bajo la autoridad del
Papa, o bien se trata de personas procedentes de países en los que el habla ha adoptado
esta expresión debido al uso intenso por parte de comunidades relevantes de anglicanos
y otros protestantes y de ortodoxos. Sin embargo, existen Iglesias en plena comunión
con el obispo de Roma que, al tener tradiciones litúrgicas distintas, no añaden el
término "Romana". Por lo tanto, para englobar a las Iglesias orientales católicas y la
Iglesia Católica Romana se usará el término más general Iglesia Católica, tal como está
en el título del artículo.
2. En los países en los que el culto católico es mayoritario, a la Iglesia católica se le
conoce normalmente con el término la Iglesia, término que en países como Suecia se
aplicaría a la iglesia nacional luterana, o en Rumania, Bulgaria, Montenegro, Serbia,
Georgia, Rusia, Albania, Etiopía, Armenia, la ex República Yugoslava de Macedonia o
Grecia, a la Iglesia Católica Apostólica Ortodoxa.
Según una larga tradición, existen otros términos para referirse a la Iglesia católica, tales
como Sacramento de Cristo, Pueblo de Dios, Cuerpo místico de Cristo, Esposa de
Cristo, Jerusalén de arriba, edificación de Dios,[4] Barca de Pedro o Nave de salvación.
[5]
La Iglesia católica tiene su sede central en Roma, a la que se denomina Sede Apostólica,
relacionada con la Sede está el Estado de la Ciudad del Vaticano (Status Civitatis
Vaticanæ, en latín y oficialmente; Stato della Città del Vaticano, en italiano), un
enclave dentro de la ciudad de Roma, en la República Italiana. El Vaticano es un estado
independiente y reconocido internacionalmente. Si bien el Estado Vaticano está
estrechamente ligado a la Sede Apostólica, se trata de entidades distintas, ya que el Estado
Vaticano es un poder temporal, mientras que la Sede Apostólica se entiende como poder
espiritual para los católicos.
Etimología
La palabra «Iglesia» ["ἐκκλησία" (ekklesia), del griego "ἐk-kαλεῖν"(ek-kalein) - 'llamar
fuera'] significa 'convocación'. Designa asambleas del pueblo (cf. Hch 19, 39), de
carácter religioso. Es el término frecuentemente utilizado en el texto griego del Antiguo
Testamento para designar la asamblea del pueblo elegido en la presencia de Dios, sobre
todo cuando se trata de la asamblea del Sinaí, en donde Israel recibió la Ley y fue
constituido por Dios como su pueblo santo (cf. Éxodo 19; 5, 1. 3). Dándose a sí misma
el nombre de "Iglesia", la primera comunidad de los que creían en Cristo se reconoce
heredera de aquella asamblea. En ella, Dios "convoca" a su Pueblo desde todos los
confines de la tierra. El término "Kiriaké", del que se deriva las palabras "church" en
inglés, y "Kirche" en alemán, significa "la que pertenece al Señor".[6]
El término «católico» proviene del griego καθολικός (katholikós), que significa
'universal'. Ignacio de Antioquía da en el año 110 el testimonio más antiguo de este
nombre: "Que la muchedumbre se reúna allí donde haya un Obispo, al modo como la
Iglesia Católica está allí donde está Cristo".[7] En los tres primeros siglos de la Iglesia
los cristianos decían "cristiano es mi nombre, católico es mi apellido".[8] Posteriormente
se usó el término "católico", para distinguirse de otros grupos cristianos cuyas doctrinas
diferían de la línea principal (como los gnósticos).
Teológicamente el término "iglesia" designa al pueblo creyente que Dios llama y reune
de todas partes para formar la "asamblea" de todos aquellos, que por la fe y el Bautismo,
han sido hechos "hijos de Dios",[9] "miembros de Cristo"[10] y "templo del Espíritu
Santo".[11] [12]
Características
3. La Eucaristía (de rito oriental).
La Iglesia católica se ve a sí misma y se proclama como la encargada por Jesucristo para
ayudar a recorrer el camino espiritual hacia Dios viviendo el amor recíproco y por
medio de la administración de los sacramentos (bautismo, eucaristía, confirmación,
penitencia, matrimonio, orden sacerdotal y unción de los enfermos), a través de los
cuales Dios otorga la gracia al creyente.
La Iglesia católica se concibe a sí misma como la única Iglesia fundada por Cristo, y por
tanto, la única auténtica frente a las demás iglesias y denominaciones cristianas que han
surgido históricamente después de ella.[13]
La Iglesia católica considera que tiene encomendada la misión de elaborar, impartir y
propagar la enseñanza cristiana, así como la de cuidar de la unidad de los fieles. Debe
también disponer la gracia de los sacramentos a sus fieles por medio del ministerio de
sus sacerdotes. Además, la Iglesia católica se manifiesta como una estructura piramidal,
en la que debe cuidar de mantener la unidad de todos los fieles y su obediencia a la
doctrina oficial.
La autoridad para enseñar o Magisterio de la Iglesia basa sus enseñanzas en la
Revelación,que está expresada tanto en las Sagradas Escrituras como en la Sagrada
Tradición.
Atributos de la Iglesia católica
De acuerdo al Catecismo de la Iglesia católica, ésta es Una, Santa, Católica y
Apostólica. Estos cuatro atributos, inseparablemente unidos entre sí, indican rasgos
esenciales de la Iglesia y de su misión.[14]
Los católicos profesan su fe en los cuatro atributos (o notas) de la Iglesia a través del
Credo de los Apóstoles y del Credo Niceno-Constantinopolitano. Las notas de la Iglesia
son Dogma de Fe, estas son según la enseñanza oficial:
Unidad: La Iglesia es "una" debido a su origen, Dios mismo. Dios es uno según la
doctrina católica. Es una debido a su Fundador, Cristo. El apóstol San Pablo, en su
Primera Carta a los Corintios, hace referencia a la Iglesia como "Cuerpo de Cristo": Las
partes del cuerpo son muchas, pero el cuerpo es uno; por muchas que sean las partes,
todas forman un solo cuerpo.[15] En otra carta, también Pablo enseña sobre este atributo:
Mantengan entre ustedes lazos de paz y permanezcan unidos en el mismo espíritu. Un
solo cuerpo y un mismo espíritu, pues ustedes han sido llamados a una misma vocación
4. y una misma esperanza. Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y
Padre de todos, que está por encima de todos, que actúa por todos y está en todos.[16]
Cristo mismo enseña y ruega por esta unidad de su Iglesia: Que todos sean uno, como
tú, Padre, estás en mí y yo en ti. Que ellos también sean uno en nosotros, para que el
mundo crea que tú me has enviado.[17]
Santidad: la Iglesia católica, a pesar de los pecados y faltas de cada uno de sus
miembros que aún peregrinan en la Tierra, es en sí misma "santa" pues "Santo" es su
fundador y "santos" son sus fines y objetivos. Asimismo, es santa mediante sus fieles,
ya que ellos realizan una acción santificadora, especialmente aquellos que han
alcanzado un alto grado de virtud y se hallan canonizados por la misma Iglesia. La
Iglesia católica contiene la plenitud de los medios de santificación y salvación. Es Santa
porque sus miembros están llamados a ser santos.[18]
Catolicidad: con el significado de "universal" la Iglesia es "católica" en cuanto busca
anunciar la Buena Nueva y recibir en su seno a todos los seres humanos, de todo tiempo
y en todo lugar, que acepten su doctrina y reciban el Bautismo; dondequiera que se
encuentre uno de sus miembros, allí está presente la Iglesia católica. También es
"católica" porque Cristo está presente en ella, lo que implica que recibe de Él la plenitud
de los medios de salvación.[19]
Apostolicidad: la Iglesia católica fue fundada por Cristo sobre el fundamento de Pedro
y los demás apóstoles.[20] Todo el Colegio Apostólico goza de autoridad y poder siempre
que esté en comunión con Pedro y sus sucesores;[21] Pedro y los demás Apóstoles tienen
en el Papa y los Obispos a sus sucesores, que ejercen la misma autoridad y el mismo
poder que en su día ejercieron los primeros, que fueron elegidos e instituidos por Cristo.
[22]
También es "apostólica" porque guarda y transmite las enseñanzas oídas a los
apóstoles.[23]
Estos atributos se encuentran en todas las Iglesias particulares que engloba la Iglesia
católica, que son las Iglesias particulares de la Iglesia Católica Romana (Rito Latino) y
las Iglesias Rituales Autónomas (Ritos Orientales); todas ellas tienen en común los
mencionados atributos o características esenciales y la autoridad suprema del Sumo
Pontífice como vicario de Cristo en la Tierra.
La Iglesia católica se considera a sí misma como heredera de la tradición y la doctrina
de la iglesia primitiva fundada por Jesucristo y, por lo tanto, como la única
representante legítima de Cristo en la tierra. Mediante la figura de los obispos, sucesores
sin interrupción de los apóstoles, cumple con el mandato de Jesús de cuidar de su
ovejas.[24]
5. Asunción de la Virgen, Tiziano, Santa María dei Frari (Venecia). Una creencia que
separa al catolicismo del resto del cristianismo son los Dogmas Marianos.
Doctrina esencial
La característica más sobresaliente y genuina para distinguir a los católicos es su
aceptación de todos los concilios ecuménicos de la historia (desde el Concilio de Éfeso
hasta el Concilio Vaticano II). También es muy notable la posición que ocupa el obispo
de Roma. Este recibe el título de Papa y se le considera no sólo obispo de su diócesis
sino Obispo de la Iglesia católica entera, es decir, Pastor y Doctor de todos los
cristianos debido a que es considerado el sucesor de San Pedro.[25] Su elección ha ido
variando a lo largo de la historia; desde el siglo XI es elegido por el colegio cardenalicio
en el cónclave. El Papa actual es Benedicto XVI (que sería el Papa número 265).
El Papa goza en la Iglesia católica de un estatus de jerarquía suprema, poseyendo el
primado sobre todos los demás obispos y la plenitud de la potestad de régimen (como se
denomina en la Iglesia católica al poder legislativo, ejecutivo y judicial), la cual puede
ejercer de forma universal, inmediata y suprema sobre todos y cada uno de los pastores
y de los fieles católicos. La autoridad del obispo de Roma, su jerarquía dentro del
Magisterio de la Iglesia católica es reconocida solo por los católicos, y no así por los
cristianos no católicos, y fue expuesta en diversos momentos de la historia y de modo
especial en el Concilio Vaticano I.
Otras partes de la doctrina católica, sobresalientes y distintivas en relación al resto de
los cristianos, son la creencia en el Dogma de la Inmaculada Concepción, y en la
6. Asunción de María, madre de Jesús, así como la fe en la autoridad espiritual efectiva de
la Iglesia católica para perdonar pecados y remitir las penas temporales debidas por
ellos, mediante el Sacramento de la Penitencia y las indulgencias.
Otro Dogma de fe sobresaliente en la Iglesia católica es la creencia en la Eucaristía, y en
su Transubstanciación ya que el pan y el vino presentados en el Altar se transforman
realmente en el cuerpo y en la sangre de Cristo.[26]
Estructura organizativa
La Iglesia católica tiene miembros en todos los países de la Tierra, aunque su
proporción en la población varía desde una mayoritaria en algunos a casi nula en otros.
Es una organización jerárquica en la que el clero ordenado está dividido en obispos,
presbíteros y diáconos. El clero está organizado de forma jerárquica, pero tiene en
cuenta la comunión de los fieles. Cada miembro del clero depende de una autoridad
superior, pero la autoridad superior debe ejercer su gobierno teniendo en cuenta la
comunidad, a través de consultas, reuniones e intercambio de ideas.
Basílica de San Juan de Letrán, catedral de Roma y Madre y Cabeza de todas las
iglesias del Mundo, por su condición de sede del Romano Pontífice.
Territorialmente, la Iglesia católica se organiza en diócesis o Iglesias particulares, cada
una bajo la autoridad de un obispo; algunas de éstas, de mayor rango, son llamadas
arquidiócesis (o archidiócesis) y están bajo la autoridad de un arzobispo. En las iglesias
orientales católicas, estos distritos suelen llamarse eparquías y archieparquías,
respectivamente. En agosto de 2010, existen 2810 diócesis, de las cuales 623 son
arquidiócesis [1]. La diócesis de Roma, que incluye a la Ciudad del Vaticano, es la Sede
Papal. Asimismo, existen 9 Patriarcados (3 latinos y 6 de ritos orientales), 9 Exarcados
Patriarcales y 5 territorios dependientes de Patriarcas.
Algunos territorios, sin llegar a considerarse diócesis, funcionan en la práctica como
tales: son las prelaturas y abadías territoriales, regidas por un prelado o un abad,
respectivamente. Actualmente, existen 46 prelaturas territoriales, más del 80% en
América Latina (sobre todo en Brasil y Perú), y 11 abadías territoriales, principalmente
en Italia, así como 1 prelatura personal (la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei), con
sede en Italia, 35 ordinariatos militares y 8 ordinariatos para los fieles de ritos
orientales.
Las diócesis pueden agruparse en provincias eclesiásticas y éstas, a su vez, en regiones
eclesiásticas. La arquidiócesis que preside una provincia eclesiástica es llamada
7. metropolitana. En ocasiones, la provincia eclesiástica está conformada únicamente por
la arquidiócesis metropolitana. De las 623 arquidiócesis existentes, 541 son
metropolitanas, 4 son archieparquías mayores (una de ellas posee además 3 exarcados
archiepiscopales, en Ucrania) y las restantes 78 son llamadas arquidiócesis
archiepiscopales.
Los territorios en donde la organización de la Iglesia aún no es suficiente para erigir una
diócesis (o una eparquía) son dirigidos por un vicario (o exarca) y son llamados
vicariatos (o exarcados) apostólicos; actualmente existen 87 vicariatos apostólicos
(sobre todo en América; pero también en África y Asia) y 17 exarcados apostólicos
(sobre todo en Europa; pero también en América y Asia). Si la organización es muy
incipiente, se erigen prefecturas apostólicas (actualmente existen 39, casi las tres cuartas
partes en China). Por razones graves, se erigen administraciones apostólicas estables
(actualmente existen 8); además, existe la Administración Apostólica Personal de San
Juan María Vianney, en Brasil. En los territorios en que la Iglesia aún no ha penetrado
oficialmente, se organizan misiones independientes sui iuris (actualmente existen 9).
El gobierno de la Iglesia Católica reside en los obispos, a quienes ayudan los sacerdotes:
• Los obispos: se encargan de cada diócesis. Son ayudados por los presbíteros y
los diáconos. Ningún obispo, aunque haya sido nombrado cardenal, tiene
autoridad sobre otro, sino que cada uno depende directamente del Papa.
• Los cardenales: ayudan al Papa en la acción pastoral de la Iglesia Católica
universal y en la administración del Vaticano y la Curia Romana. Cuando el
Papa muere, eligen al sucesor en un cónclave. Colectivamente forman el Colegio
Cardenalicio. Los cardenales son elegidos personalmente por el Papa.
• El Papa: es electo por el Colegio de Cardenales, reunido en cónclave. En 1871,
el Concilio Vaticano I hizo énfasis particular sobre la ya existente doctrina de la
infalibilidad papal, lo cual ha generado hasta el día de hoy grandes polémicas. Él
desarrolla su ministerio coadyuvado por dos grupos de colaboradores: los
cardenales y el concilio ecuménico.
• El concilio ecuménico: asamblea de todos los obispos del mundo presidida por
el Papa, es convocado cuando hay que tomar las decisiones más importantes, en
materia de fe (dogmas) y de moral.
Los obispos de un país pueden organizarse en una conferencia episcopal (o asamblea de
Ordinarios, en Oriente), cuyos cargos son electivos entre los obispos de la misma
nación. También existen organizaciones inter-diocesanas que involucran a más de un
país. Tenemos así:
• 113 Conferencias Episcopales.
• 6 Asambleas de Ordinarios.
• 6 Sínodos Patriarcales, 1 por cada Iglesia Patriarcal (aquellas iglesias orientales
encabezadas por un Patriarcado).
• 4 Sínodos Archiepiscopales Mayores, 1 por cada Iglesia Archiepiscopal Mayor
(aquellas iglesias orientales encabezadas por una Archieparquía Mayor).
• 2 Concilios de Iglesias (ritos etíope y ruteno).
• 14 Conferencias Internacionales diversas.
Congregaciones y órdenes
8. Las órdenes religiosas no forman parte en cuanto órdenes de la jerarquía de la Iglesia
Católica, pero dependen del Papa y de los obispos de formas diversas. Ellas pueden ser
de dos tipos:
• Órdenes religiosas de derecho diocesano: dependen del obispo de la diócesis en
la que han sido reconocidas.
• Órdenes religiosas de derecho pontificio: dependen directamente del Papa,
aunque deben trabajar en comunión con los obispos de las diócesis en las que
actúan.
Las congregaciones y órdenes religiosas son establecidas conforme a los tres votos
básicos de pobreza, castidad y obediencia. El origen de cada una se explica, según los
católicos, por una inspiración dada al fundador, que debe ser reconocida como auténtica
por la autoridades jerárquicas. Tal inspiración o carisma se concreta en constituciones
que valen sólo si son aprobadas por las autoridades jerárquicas, y según las cuales deben
vivir los miembros de cada orden o congregación. Después del renacimiento, los nuevos
movimientos fundados dejan de recibir el nombre orden y se llaman congregaciones.
No todas las congregaciones hacen el voto de pobreza, algunas hacen sólo un
compromiso de pobreza utilitaria.
Dentro de la Iglesia Católica se encuentran muchas órdenes religiosas monásticas de
frailes y monjas, así como también congregaciones e Institutos de vida religiosa. Sus
miembros suelen hacer los votos de obediencia, pobreza y castidad; de todos modos los
votos a realizar quedan a disposición de la cada institución. Todos ellos dedican sus
vidas enteramente a Dios. Otras prácticas religiosas incluyen el ayuno, la meditación, la
oración, la penitencia y la peregrinación.
La finalidad fundamental de los miembros de las órdenes y congregaciones es salvar su
propia alma y ser ejemplo salvífico para toda la sociedad con su pobreza, castidad y
obediencia, vividas conforme al carisma específico de la constitución de cada orden o
congregación.
Véanse también: Orden religiosa, Congregación religiosa, Institutos seculares y
Movimientos eclesiales
Iglesias católicas de rito oriental
9. Iglesias orientales católicas
Categorías
Iglesias patriarcales
Iglesia Católica Maronita
Iglesia Católica Copta
La división entre las iglesias de oriente y occidente Iglesia Católica Armenia
dio lugar a la existencia de comunidades de ritos Iglesia Católica Siria
orientales que se mantuvieron o entraron en plena Iglesia Católica Caldea
comunión con la iglesia de Roma, conservando su Iglesia Greco-Católica Melquita
liturgia, pero que en algunos casos se han latinizado Iglesias archiepiscopales
en algún grado. Algunas nunca han estado en cisma mayores
con la iglesia de Roma (como la iglesia Maronita y
Son similares a las patriarcales,
la ítalo-albanesa) y otras han surgido de divisiones
pero el Arzobispo Mayor, después
de las iglesias Ortodoxas o de las antiguas iglesias
de ser elegido por el Sínodo, debe
nacionales de oriente.
ser confirmado por el Papa antes
de ser entronizado.Iglesia Greco-
En el pasado fueron también llamadas uniatas pero
Católica Ucraniana
hoy el término es considerado despectivo e
Iglesia Greco-Católica Rumana
inexacto. Regularmente constituyen minorías en
Iglesia Católica Siro-Malabar
países donde su contraparte ortodoxa predomina
Iglesia Católica Siro-Malankara
(como en Grecia, Serbia, Bulgaria, Armenia y
Rusia), otras son minorías junto con sus Iglesias metropolitanas sui iuris
contrapartes ortodoxas en países donde predomina Los metropolitanos son elegidos
otra religión (melquitas en Siria, caldeos en Iraq, por el Papa a partir de una lista de
malankaras en la India, etc.) y otras no tienen tres candidatos enviada por el
contraparte en cisma con Roma (maronitas e ítalo- Concilio de obispos.Iglesia
albaneses), también debido a la migración muchos Católica Etíope
católicos orientales viven hoy en países Iglesia Católica Bizantina en
occidentales (Australia, América del Norte, América
Argentina, Brasil, Francia, etc). Iglesia Greco-Católica Eslovaca
Otras iglesias orientales sui iuris
Son consideradas iglesias sui iuris y están en un Iglesias con jerarquía propia:
plano de igualdad con el rito latino, como afirmó el Sin Sínodo ni Concilio de obispos
Concilio Vaticano II a través del documento ya que tienen una o dos diócesis,
Orientalium Ecclesiarum. Los fieles de estas sus jerarquías son elegidas por el
iglesias están fuera de las jurisdicciones de los obispo de Roma.Iglesia Católica
obispos latinos, excepto en los casos donde no Bizantina Búlgara
tengan una jurisdicción propia. De la misma manera Iglesia Católica Bizantina Húngara
los católicos latinos están fuera de las jurisdicciones Iglesia Católica Bizantina Ítalo-
de los obispos orientales, excepto en Eritrea, país Albanesa
donde no existe jerarquía latina, en parte de Etiopía, Iglesia Católica Bizantina Griega
en las diócesis siro-malabares que están fuera del Iglesia Católica Bizantina Rutena
estado de Kerala en la India y en algunas parroquias Iglesia Greco-Católica de la
de las eparquías ítalo-albanesas de Italia. Eparquía de Križevci
Iglesia Greco-Católica Macedonia
La organización eclesial de las iglesias orientales
católicas está gobernada por el Código de Cánones Iglesias sin jerarquía propia:
de las Iglesias Orientales, que fue promulgado por Tras finalizar la era comunista no
el papa Juan Pablo II el 18 de octubre de 1990 y se les ha nombrado todavía un
entró en vigor el 1 de octubre de 1991. obispo propio.
Las Iglesias patriarcales eligen su propio patriarca a Iglesia Católica Bizantina
través de su Sínodo patriarcal, el cual luego de ser Albanesa
elegido es inmediatamente proclamado y Iglesia Católica Bizantina Rusa
entronizado sin intervención del Papa a quien luego Iglesia Greco-Católica Bielorrusa
10. le remite la comunión eclesial En su propio territorio canónico sus obispos son elegidos
por el Sínodo Patriarcal tomándolos de una lista de candidatos previamente aprobada
por la Santa Sede. También los santos Sínodos pueden erigir diócesis dentro de su
territorio canónico, pero no en países occidentales.
En el caso de la Iglesia greco-católica rusa, los dos exarcados apostólicos existentes en
Rusia y China antes de las revoluciones marxistas en esos países no han sido aún
reactivados por la Santa Sede, dependiendo los fieles en Rusia de los obispos latinos y
ucranianos, en China la Iglesia continúa en las "catacumbas", las pocas parroquias
existentes en países occidentales dependen de obispos latinos.
La Iglesia católica bizantina en América (aunque es parte de la Iglesia católica rutena, lo
mismo que el exarcado de la República Checa y la Eparquía de Mukachevo, constituye
una jurisdicción independiente, no existiendo en la práctica ningún órgano que reúna a
estas jurisdicciones rutenas, como tampoco existe para las jurisdicciones que
constituyen, por ejemplo, la Iglesia católica bizantina griega o la Iglesia católica ítalo-
albanesa).
En el caso de la iglesia albanesa, la Santa Sede ha reactivado la administración
apostólica del Sur de Albania que a pesar de ser catalogada como de rito oriental, tiene
un obispo latino y la mayoría de sus escasos fieles son también de este rito.
La iglesia bielorrusa es la más floreciente de las tres, pero debido a las diferencias con
el Patriarcado Ortodoxo de Moscú, la Santa Sede no le ha nombrado aún jerarquía,
dependiendo sus fieles directamente de la Congregación para la Iglesia Oriental.
Existió una pequeña comunidad católica bizantina georgiana, pero nunca fue erigida en
iglesia ni incluida en la lista oficial de ritos orientales publicada en el Anuario
Pontificio.
La Santa Sede ha erigido también cinco ordinariatos para los fieles de rito oriental
desprovistos de un ordinario de su propio rito; estos ordinariatos se encargan de la
atención espiritual de católicos orientales de ritos sin jerarquía organizada en la
Argentina, Francia, Austria, Polonia y Brasil, dependiendo de los arzobispos latinos de
Buenos Aires, París, Viena, Varsovia y Río de Janeiro respectivamente.
Historia
Edad Antigua
Según la doctrina católica, Jesús fundó una comunidad cristiana jerárquicamente
organizada y con autoridad, dirigida por los apóstoles (el primero de los cuales era San
Pedro). Posteriormente (según los Hechos de los apóstoles), los apóstoles y los primeros
seguidores de Jesús estructuraron una iglesia organizada. Una carta escrita poco después
del año 100 por san Ignacio de Antioquía a los de Esmirna (capítulo 8) es el texto más
antiguo que se conserva en el cual se usa el término ἡ καθολική ἐκκλησία (la Iglesia
católica o universal): "Allí donde aparezca el obispo, allí debe estar el pueblo; tal como
allí donde está Jesús, allí está la Iglesia Católica." De esta Iglesia él evidentemente
excluía a los herejes, contra los cuales usó palabras muy fuertes: "fieras en forma
11. humana - hombres a quienes no sólo no deberíais recibir, sino, si fuera posible, ni tan
sólo tener tratos con ellos" (capítulo 4). El mismo Ignacio de Antioquía testimonia la
existencia de una jerarquía de tres grados que consistía en obispos, presbíteros
(sacerdotes) y diáconos.[27] En el siglo III, san Cipriano, obispo de Cartago, habla de una
jerarquía monárquica de siete grados, en la cual la posición suprema la ocupaba el
obispo. En esta jerarquía el obispo de Roma ocupaba un lugar especial, en cuanto
sucesor de san Pedro.[28] [29]
Además, el que el obispo de Roma llegara a tener una importancia particularmente
grande, se debió, según algunos, por motivos políticos: Roma fue la capital del Imperio
Romano hasta que el Emperador Constantino I el Grande hizo de Constantinopla la
nueva capital, el 11 de mayo de 330[cita requerida]. Otros atribuyen esta importancia al
hecho, reconocido entonces por todos, que el obispo de Roma era sucesor de san Pedro,
a quien, según el Evangelio de Lucas 22:32, Jesús eligió para la misión de confirmar en
la fe a sus compañeros. Incluso en el primer siglo, cuando todavía vivía el Apóstol Juan,
el papa Clemente, obispo de Roma 89-97, escribió a la comunidad cristiana de Corinto
para resolver un problema interno de esa Iglesia particular.
Algunos autores han afirmado que no hay argumentos suficientes para confirmar que
Pedro haya sido obispo en Roma.[30] [31]
La tradición que San Pedro fue a Roma y ahí murió martirizado se basa también en esta
carta de san Clemente, que menciona su martirio (capítulo 5), en la carta de San Ignacio
de Antioquía a los Romanos ("No os mando nada, cosa que hicieron Pedro y Pablo." –
capítulo 4), y en la obra de c. 175-185 Contra las herejías (libro III, 1.3.1) de San
Ireneo de Lyon, donde dice: "Como sería demasiado largo enumerar las sucesiones de
todas las Iglesias en este volumen, indicaremos sobre todo las de las más antiguas y de
todos conocidas, la de la Iglesia fundada y constituida en Roma por los dos
gloriosísimos Apóstoles Pedro y Pablo, la que desde los Apóstoles conserva la
Tradición y «la fe anunciada» (Rom 1,8) a los hombres por los sucesores de los
Apóstoles que llegan hasta nosotros".
El Concilio de Nicea I (325) condenó el Arrianismo excluyendo de la Iglesia los
seguidores de esta opinión teológica. Otros Concilios también definieron más
precisamente la fe católica y excluyeron a otros grupos, en particular los Concilios de
Éfeso (431) y de Calcedonia (451)[cita requerida].
Véanse también: Cristianismo primitivo y Donación de Constantino
Edad Media
La Iglesia católica, en el siglo V, se había extendido por casi todo el territorio del
Imperio Romano (desde Hispania hasta Siria, con las zonas costeras del norte de
África). Posteriormente, se realizaron misiones hacia zonas del norte de Europa, que
llegaron hasta Irlanda, Gran Bretaña, Germania, y posteriormente zonas de
Escandinavia, Centroeuropa y las poblaciones eslavas del Este. Este largo proceso
abarca de los siglos V al XI. Buena parte de estas misiones, así como el trabajo de
recristianizar los territorios del antiguo Imperio Romano de Occidente, fue posible
gracias a los monasterios, sobre todo a los benedictinos.
12. La expansión de poblaciones convertidas al Islam llevó a un progresivo declive de las
poblaciones católicas del norte de África, que llegaría a ser casi completo en el mundo
moderno.
Un hecho posterior significó la división entre numerosas iglesias: el Gran Cisma entre
sus porciones de Occidente y Oriente (cuya iglesia, aún denominada como "Católica
Ortodoxa", pasaría a ser conocida solo por esta última palabra) ocurrido en el año 1054
a causa de las rivalidades entre los patriarcados de Roma y Constantinopla y,
teológicamente, alrededor de la cláusula filioque.
Durante los siglos XI y XIV se produce un gran desarrollo cultural gracias a la
institución de nuevas universidades eclesiásticas, centradas sobre todo en la teología,
pero también con facultades de artes, de derecho y, en algunos lugares, de medicina.
En el siglo XIII fueron fundadas y empezaron a desarrollarse las órdenes mendicantes,
que tuvieron un gran influjo en la vida religiosa de la sociedad.
Hacia finales del siglo XIV se produjo un cisma, conocido como Cisma de Occidente,
que afectó a la Iglesia católica desde 1378 hasta 1417, y que provocó fuertes tensiones y
el surgimientos de ideas de tipo conciliaristas, según las cuales un concilio podría tener
más autoridad que el Papa en algunos puntos. El conciliarismo fue condenado en el
concilio V de Letrán en 1516.
La Inquisición
El término Inquisición (latín: Inquisitio Haereticae Pravitatis Sanctum Officium') hace
referencia a varias instituciones dedicadas a la supresión de la herejía en el seno de la
Iglesia Católica. La Inquisición medieval, de la que derivan todas las demás, fue
fundada en 1184 en la zona de Languedoc (en el sur de Francia) para combatir las
herejías de los cátaros, albigenses y valdenses. En 1249, se implantó también en el reino
de Aragón (fue la primera Inquisición estatal). En la Edad Moderna, con la unión de
Aragón con Castilla, fue extendida a ésta con el nombre de Inquisición Española (1478 -
1821), bajo control directo de la monarquía hispánica, cuyo ámbito de acción se
extendió después a América. También fueron importantes la Inquisición portuguesa
(1536 - 1821) y la Inquisición romana (1542 - 1965), conocida también como Santo
Oficio.
Edad Moderna
La Iglesia católica afronta profundos cambios en la Edad Moderna. Por una parte, se
inicia una expansión de las misiones hacia algunas zonas de África y Asia y hacia
América desde los viajes y conquistas de españoles y portugueses. Por otro lado, se
viven fuertes tensiones internas y un deseo profundo de reforma.
La invención de la imprenta permitió una mayor difusión de la Biblia y de sus
traducciones, que empezaron a circular entre los católicos en diversos lugares.
El rechazo de la autoridad papal por causas de independencia política y económica y el
rechazo de Martín Lutero al hecho de que se cobrara dinero por las indulgencias,
provocó el surgimiento del protestantismo en 1517. En el mismo siglo XVI, empezó a
13. desarrollarse el calvinismo en Suiza, y luego se extendió rápidamente en otros países
europeos. Un importante cisma siguió con el surgimiento de la Iglesia Anglicana
(nacida del Acta de Supremacía inglesa en 1534).
Contrarreforma
La contrarreforma fue la respuesta a la reforma protestante de Martín Lutero, que había
debilitado a la Iglesia Católica. Denota el período de resurgimiento católico desde el
pontificado del Papa Pío IV en 1560 hasta el fin de la Guerra de los Treinta Años, en
1648. Sus objetivos fueron renovar la Iglesia Católica y evitar el avance de las doctrinas
protestantes.
Entre los años 1545 y 1563 se desarrolló el Concilio de Trento, con diversas etapas.
Antes y después del Concilio de Trento se fundaron diversas congregaciones religiosas
que buscaron promover una profunda renovación entre los católicos. Una de esas
congregaciones, que adquirió más tarde un gran desarrollo, fue la Compañía de Jesús.
Edad Contemporánea
El papa Juan Pablo II destacó por su apertura al diálogo entre religiones y su carisma
entre la juventud católica.
El papa Benedicto XVI, actualmente la cabeza de la Iglesia Católica, es considerado un
prominente teólogo.
• 1869: Concilio Vaticano I.
• 1870: desaparición de los Estados Pontificios.
• 1878: comienzo del Pontificado de León XIII.
• 1891: León XIII promulga la encíclica Rerum Novarum, primera encíclica social
de la Iglesia Católica, que trata del problema obrero.
14. • 1897: El papa León XIII promulga restricciones de uso de Biblias traducidas a
idiomas comunes en su Constitución Apostólica Officiorum.
• 1903: comienzo del pontificado de San Pío X.
• 1914: comienzo del pontificado de Benedicto XV.
• 1917: promulgación de un nuevo Código de Derecho Canónico.
• 1922: comienzo del pontificado de Pío XI.
• 1929: se firman los Pactos de Letrán, con lo cual nace el Estado soberano de la
Ciudad del Vaticano.
• 1939: inicio del pontificado de Pío XII.
• 1958: inicio del pontificado de Juan XXIII.
• 1962 - 1965: Concilio Vaticano II.
• 1963: inicio del Pontificado de Pablo VI, quien continua con el Concilio y la
obra de Juan XXIII.
• 1978: Año de los tres Papas muere Pablo VI (6 de agosto); se inicia el
pontificado de Juan Pablo I que sólo dura 33 días (26 de agosto - 28 de
septiembre); tras su muerte se celebra un segundo cónclave, que elige el 16 de
octubre a Juan Pablo II. Su pontificado se orienta especialmente a la puesta en
práctica de las conclusiones del Concilio Vaticano II y a viajes por numerosos
países.
• 1981: El 13 de mayo, el Papa Juan Pablo II sufre atentado en la Plaza de San
Pedro.
• 1983: promulgación del Código de Derecho Canónico con las actualizaciones
surgidas a partir del Concilio Vaticano II.
• 1992: se publica el Catecismo de la Iglesia Católica.
• 2000: jubileo del nuevo milenio, decretado y celebrado por Juan Pablo II, quien
pidió perdón por los errores de los "hijos de la Iglesia".
• 2005: se inicia el papado de Benedicto XVI. Propicia el diálogo ecuménico e
interreligioso, en continuidad con el Pontificado de Juan Pablo II, en comunión
con la Tradición de la Iglesia.
Número de católicos
Situación Actual
Según el Anuario Pontificio 2010, el número de bautizados en el mundo en el año 2008,
último contabilizado, era de 1.166 millones.[32]
Por ejemplo en España, un país tradicionalmente católico en la que la mayoría de las
personas son bautizadas al poco tiempo de nacer, según la libre elección de sus padres
(aunque sin que los hijos pequeños hayan podido ejercer su libre elección, que queda
pospuesta a la edad adulta), se desprende de la encuesta realizada por el Centro de
Investigaciones Sociológicas (CIS) en mayo de 2010 (preguntas 46 y 46a) que el
número de personas que se declara católica es del 73,7%, y de este porcentaje el 56,8%
declara que no asiste a las celebraciones religiosas.
La Iglesia católica cuenta como católicos a todos los bautizados en la Iglesia con sus
derechos y deberes, y que no hayan hecho acto formal de defección de ella. Para la
Iglesia Católica quien no practica como católico sigue formando parte de ella. Pero
celebrar otros sacramentos no es lo que les hace católicos, sino el bautismo. También
15. considera católicos a los que viven de modo imperfecto, como pecadores con
posibilidad de conversión:
Jesús les dijo: «No son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos. No he
venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, para que se conviertan».
Lucas 5,31-32
Es posible abandonar la Iglesia mediante «un acto formal» de defección llamado
Apostasía, cumpliendo con la manifestación formal de la voluntad de realizar tal acto
ante la autoridad eclesiástica competente. Aún habiendo realizado declaración de
apostasía, conforme al derecho canónico, el vínculo sacramental de pertenencia a la
Iglesia dado por el bautismo permanece, dado el carácter sacramental del bautismo, que
para los católicos, es indeleble en el sentido de que sigue existiendo su unión con Cristo.
Conforme al Código de Derecho Canónico (cánones del 865 al 869), hay casos en los
que el bautismo sería ilícito (lo cual no quita la validez) y otros en los que sería inválido
(lo cual significa que nunca se produjo el bautismo), por lo que la persona interesada
puede proceder a solicitar la nulidad o ilegalidad de su bautismo fundamentándose en la
forma que fue bautizada, por tanto, esta unión con Cristo también puede quedar
revocada. Esta es una de las fórmulas utilizadas para que el interesado pueda cambiar de
religión.
A pesar de ello, la Iglesia Católica ofrece una fuerte oposición y resistencia a que las
personas interesadas puedan libremente ejercer los derechos a la Apostasía y a la
Libertad Religiosa[33] lo cual iría contra lo expresado en la Carta Internacional de
Derechos Humanos, Carta de Derechos Fundamentales de la Unión Europea, y en el
caso de otros países, en sus Leyes Fundamentales de Libertad Religiosa. Una prueba de
tal oposición se encuentra en España, donde existen numerosas actuaciones por vía
judicial y de la Agencia Española de Protección de Datos.
Como ejemplo, valga decir que a fecha 15 de octubre de 2008 existían en España el
siguiente número de resoluciones administrativas (relativas sólo al derecho a la
Apostasía) [34] , tanto publicadas como pendientes:
• 532 Resoluciones publicadas (de las cuales 189 han sido recurridas).
• 17 Resoluciones pendientes de publicación (de las cuales 1 ha sido recurrida).
• 108 Procedimientos de Tutela de Derechos pendientes de Resolución.
Quienes han dejado la fe católica, pueden volver, si lo desean, a la Iglesia, y existen
programas y grupos que buscan facilitar el retorno al catolicismo.[35]
La excomunión es una pena medicinal, una medida cuyo fin es la conversión, no la
expulsión. Por eso sólo inhabilita para tomar parte de lleno en las actividades de la
comunidad, pero el excomulgado sigue siendo considerado miembro de la Iglesia
Católica.
Algunos críticos opinan que quienes no aceptan todos los principios del catolicismo no
deberían llamarse católicos, los que no realizan el acto formal de defección pueden con
total libertad personal considerarse todavía dentro de la Iglesia Católica, al igual que
aquellos católicos cuyas infidelidades intelectuales y morales son mucho menos
notables y otros que se declaran católicos sólo como una etiqueta de identidad cultural.
16. La doctrina de la Iglesia Católica exige de los fieles la aceptación del Magisterio (la
doctrina oficial), siendo delito de herejía "la negación pertinaz, después de recibido el
bautismo, de una verdad que ha de creerse con fe divina y católica, o la duda pertinaz
sobre la misma" (canon 751 del Código de Derecho Canónico). Actualmente, sólo se
inician acciones disciplinarias contra los teólogos católicos que defienden, con cierta
influencia, ideas alternativas en esos terrenos, privándolos de la autoridad de enseñar
con el título de profesores de teología católica, pero no respecto a los fieles comunes,
por mucha que sea su relevancia pública, contra los cuales puede aplicar sólo penas
espirituales.
En Alemania 1,78 millones de católicos, con una declaración hecha delante de la
autoridad civil y reconocida por los obispos, han «salido de la Iglesia Católica» desde
1990 para evitar el impuesto eclesiástico (que de promedio se eleva a 9 % de la renta
imponible): 143.500 en 1990, 192.766 en 1992, 168.244 en 1995, 101.252 en 2004, año
en el cual 141.567 protestantes hicieron el mismo paso.[2]
En otros países, mientras generalmente las personas se alejan de la Iglesia Católica sin
desear cortar formalmente su conexión con ella, algunas asociaciones de ateos o
escépticos y algunos grupos protestantes animan a entregar declaraciones de apostasía o
herejía. Sólo con la carta circular del Pontificio Consejo para la Interpretación de los
Textos Legislativos del 13 de marzo de 2006 se hizo totalmente claro el procedimiento
eclesiástico a seguir en estos casos.
Distribución en el mundo
Mapa que muestra el porcentaje de católicos en los diferentes países (Colores
aproximados).
El número total de católicos, si se toman como tales a los bautizados, es de más de mil
millones en el mundo, concentrándose en los continentes de Europa y América y en
países en vías de desarrollo. En los últimos años, ha habido un aumento de católicos con
respecto a la población en África [3].
En Europa, los bautizados como católicos son mayoritarios en la población de los
siguientes países: Andorra, Austria, Bélgica, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, España,
Francia, Gibraltar, Hungría, Irlanda, Italia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta,
Mónaco, Polonia, Portugal, San Marino. En Alemania, República Checa, Países Bajos,
Suiza, e Irlanda del Norte, están representados por números similares a los de los
protestantes.
17. En los países de habla inglesa y en general en la Mancomunidad Británica de Naciones
(en inglés, Commonwealth of Nations) el catolicismo no ha prosperado a raíz del
desencuentro histórico de Enrique VIII con la autoridad espiritual del Vaticano.
La mayor parte de la población de América Latina se considera católica en mayor o
menor grado, (exceptuando Cuba, en donde el catolicismo se extiende a poco más de la
mitad de la población). El país con mayor cantidad de católicos en el mundo es Brasil
(139,5 millones)
En Asia, los países católicos como Filipinas (antigua colonia española) y Timor Oriental
(antigua colonia portuguesa) están rodeados de países musulmanes; en otros, como
Líbano, sólo lo son la mitad de la población y en Palestina y Siria, hay pequeñas
minorías destacables, y algo menores aún en Corea, India, y Vietnam.
En África, el número de católicos superaría el 50% de la población en los siguientes
países: Angola, Burundi, Cabo Verde, Congo, Guinea Ecuatorial, Lesoto, Reunión,
Santo Tomé y Príncipe y Seychelles. El número total de católicos africanos, según el
Anuario Pontificio 2010, con datos referidos a 2008, sería de 173 millones.[36]
Compromiso social
Desde los tiempos de la Iglesia naciente la comunidad cristiana ha buscado
comprometerse socialmente, teniendo preferencia por los más necesitados.[37] Esto fue
reconocido por el Emperador Juliano el Apóstata (332-363), quien fue un fuerte
opositor de la Iglesia.[38] [39] La Iglesia Católica fue fundadora de los primeros hospitales,
asilos y orfanatos en la historia de Occidente desde la temprana edad media.[40] Las
primeras escuelas europeas nacieron de la labor de las Órdenes Religiosas, siendo las
universidades más célebres las fundadas por los Papas. En Europa, de las 52
universidades anteriores al año 1400, 40 fueron fundadas por los Papas, entre ellas las
de París, Montpellier, Oxford, Cambridge, Heidelberg, Leipzig, Colonia, Varsovia,
Cracovia, Vilna, Lovaina, Roma, Padua, Bolonia, Pisa, Ferrara, Alcalá, Salamanca y
Valladolid.[40]
La Iglesia católica actualmente cuenta con misioneros religiosos y laicos de ambos
sexos que realizan de forma regular obras sociales, tanto materiales como de apoyo
moral y espiritual.[41] En 1996, el Vaticano dedicó unos 5,2 millones de dólares a ayuda
humanitaria, sin contar con los aportes que hicieron privadamente los laicos y las
Órdenes Religiosas.[42]
En casi todas las diócesis del mundo, en los países donde le es permitido, la Iglesia
Católica lleva a cabo algún tipo de obra social. La cantidad de Fundaciones o Pastorales
parroquiales de ayuda abarcan estos campos: escuelas, dispensarios, centros de acogida
para niños y ancianos, hospitales, centros de rehabilitación de toda índole, leproserías,
etc.
Hacia finales del siglo XX, la Iglesia católica educaba en el Tercer Mundo a un millón
de universitarios, 96.000.000 en enseñanza media y 15.000.000 en la enseñanza
primaria.[43] La Compañía de Jesús educa en Hispanoamérica a más de un millón de
niños en las Escuelas Gratuitas de Promoción Popular "Fe y Alegría".[44]
18. En 1985 la Iglesia contaba alrededor del mundo con 45.562 jardines de infancia, con
3.786.723 de niños en ellos. De estos centros, 3.835 estaban en África, 5.331 en
América del Norte, 5.857 en Hispanoamérica, 6.654 en Asia, 23.566 en Europa y 319
en Oceanía. Este mismo año dirigía 78.160 escuelas primarias y elementales con
22.390.309 alumnos; atendía 6.056 hospitales, 12.578 ambulatorios, 781 leproserías,
10.467 Casas para ancianos, enfermos crónicos, inválidos y minusválidos, 6.351
consultorios familiares, 6.583 guarderías infantiles, 7.187 centros especiales de
educación o reeducación social y otros 23.003 centros asistenciales. [45]
Hacia el año 2000, la Iglesia administraba 408.637 parroquias y misiones, 125.016
escuelas primarias y secundarias, 1.046 Universidades, 5.853 Hospitales, 13.933 centros
de acogida para ancianos y discapacitados, 74.936 dispensarios, leproserías, enfermerías
y otras instituciones. En total, la Iglesia es responsable de la educación de 55.440.887
niños y jóvenes (más de 55 millones), y dispone de 687.282 centros sociales en todo el
mundo.[46]
La agrupación católica de mayor presencia mundial, con mayor número de obras, es
Cáritas, que realiza labores humanitarias y guía proyectos humanos, con presencia en
los 5 continentes. Cáritas España, por ejemplo, invirtió en 1999 más de 19.000.000.000
de pesetas en la lucha contra la pobreza.[47]
Los últimos Papas han mostrado un marcado interés por los crecientes problemas
sociales. Así, Juan Pablo II en una ocasión destinó 1.720.000 dólares a poblaciones
afectadas por calamidades y para proyectos de promoción cristiana; 1.313.000 a
comunidades indígenas, mestizas, afroamericanas y campesinos pobres de América
Latina; 1.800.000 para la lucha contra la desertificación y la carencia de agua en el
Sahel. Esto entre otras ayudas menores de cientos de miles de dólares dirigidas a
solucionar situaciones humanas críticas y estimular la solidaridad.[48]
Según datos del Anuario Pontificio dados a la luz en 2008, "las instituciones de
asistencia y de beneficencia de identidad católica, en todo el mundo, son más de
114.738; de éstas, 5.246 son hospitales; 17.530 son dispensarios; 577 son leproserías;
15.208 son residencias de ancianos, enfermos incurables y discapacitados.".[49]
El Vaticano ha distribuido, a petición del Sumo Pontífice, 5.000.000 de dólares en el
año 1997; 7.000.000 en 1998 y 9.000.000 en 1999, etc. Estas cifras han sido destinadas
a ayudar a las poblaciones afectadas por catástrofes naturales o humanas.[50] Y en 1999
la suma destinada por el Vaticano a ayudas en general ascendieron a un total de
30.000.000.[51]
Según el Pontificio Consejo para la Pastoral de la Salud, la Iglesia Católica administra
y sirve el 26% de los centros hospitalarios y de ayuda sanitaria existentes en todo el
mundo.[52] Cuenta con 117.000 centros de salud (hospitales, clínicas, casas de
alojamiento para huérfanos), 18.000 dispensarios y 512 centros para la atención de
personas con lepra.[52] En el Vaticano existen más de 100 organizaciones que se dedican
a repartir limosnas a los pobres de todo el mundo.[53]
La Iglesia católica opera numerosos establecimientos de atención a las víctimas de la
epidemia de sida alrededor del mundo. Se ha manifestado en el sentido de que los
seropositivos al VIH merecen apoyo, comprensión y compasión. En 2010 se dio a
19. conocer el uso de 1,2 millones de euros por parte de la Congregación para la
evangelización de los pueblos (del Vaticano) para sostener el trabajo de 131 centros de
prevención y tratamiento del SIDA, en 41 países.[54] La iglesia reconoce que la epidemia
de sida es grave, pero se muestra crítica hacia las estrategias adoptadas en varios países.
Por ejemplo, rechaza el modelo "biológico-higienista" adoptado en la educación sexual
y las estrategias de prevención de la infección por VIH que incluyen el uso del condón.
[55]
Desde el punto de vista de la jerarquía católica, la promoción del condón es un
engaño porque no brinda protección total y alienta el adelanto de la edad de iniciación
sexual. Como estrategia para detener la epidemia la iglesia propone la promoción de un
"preservativo moral", basado en la promoción de la fidelidad y la educación sexual
familiar.[56]
Por deseo de Juan Pablo II, desde 1984 exista una Fundación para la ayuda del Sahel,
que promueve proyectos de desarrollo en países del norte de África afectados por la
desertificación. Entre los años 2001 y 2004, la Fundación había invertido más de 9
millones de euros en distintos proyectos.[57]
Financiación
La Iglesia Católica y sus instituciones se financian por varias vías, entre las que se
pueden distinguir:
1. Aportaciones de las instituciones propias o ligadas a la propia Iglesia Católica.
2. Rendimientos económicos recibidos en forma de plusvalías de empresas e
instituciones donde tiene capital invertido.
3. Aportaciones y recolectas directas o indirectas, tanto de carácter público como
de carácter privado.
4. Financiación proveniente de las arcas públicas de muchos de los países donde
tiene presencia.
5. Fuentes diversas.
La principal institución financiera de la Iglesia Católica es el Instituto para las Obras de
Religión[cita requerida] (abreviado IOR) y popularmente llamado Banco Vaticano, envuelto
en importantes escándalos de diversa índole entre los que se encuentran los sucesos
relacionados con el Banco Ambrosiano, en el marco de no regirse por las normas
financieras de Italia por la extraterritorialidad en la que se encuentra la Ciudad del
Vaticano. Según noticias de 2010 y anteriores, el IOR está siendo investigado y
procesado judicialmente en varios países. [58] [59]
La contribución de los Estados al sostenimiento económico de la Iglesia Católica es
diferente en cada caso. Algunos ejemplos:
En España, las aportaciones establecidas por ley a la Iglesia Católica van destinadas a la
conservación del patrimonio histórico-artístico, a la enseñanza concertada y a obras
sociales promovidas por la Iglesia, así como a sus gastos de carácter puramente
religioso. Además de las donaciones directas de los fieles, la contribución a la Iglesia
Católica se realiza a través de una asignación voluntaria en la declaración de la renta
que supusieron en el año 2009 cerca de 253 millones de euros[60] . Esta asignación no es
un impuesto adicional para el contribuyente sino sólo el derecho de decidir si el 0,7% de
sus aportes por el IRPF se dirige a la Iglesia o a fines sociales. Por último, la
20. financiación de la Iglesia se completa con una aportación directa del Estado y de las
Comunidades Autónomas que le reporta aproximadamente el 25% de sus ingresos
directos[cita requerida]. La Iglesia, a través de sus más de 40.000 instituciones, es propietaria
en España de un patrimonio que le reporta beneficios directos e indirectos. Aunque no
es posible una estimación exacta, se han estimado estos ingresos en 2009 en más de
6.800 millones de euros[cita requerida].
En Alemania la relación Iglesia-Estado es mayor por el predominio de la Unión
Democrática Cristiana desde hace años. A quienes se declaran católicos se les gravan
en forma de impuesto sus donaciones (lo mismo ocurre con la Iglesia Evangélica).
Muchos alemanes han dejado expresamente la Iglesia, pues quienes no profesan religión
alguna no contribuyen.[cita requerida]
En Argentina, los obispos ordenados antes de 1994 reciben un haber salarial y luego
jubilatorio, asignado y pagado directamente por el Estado argentino, equivalente al de
un juez de primera instancia (aproximadamente 1300 euros mensuales).[cita requerida]
En Chile, además de las limosnas y colectas, cualquier persona tiene la posibilidad de
donar a la Iglesia Católica el 1% de sus ingresos mensuales, inscribiéndose en la
parroquia correspondiente.[61]
En México, la Iglesia Católica está totalmente separada del Estado y no recibe
aportaciones estatales de ningún tipo. Durante la época colonial la Iglesia recibía
ingresos importantes, hasta que en 1859 el presidente Benito Juárez decretó la "Ley de
Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos", amortizando los bienes del clero y
separando legalmente a la Iglesia Católica del Estado. Actualmente, la Iglesia mexicana
se sostiene con las limosnas y el cobro de servicios a sus fieles. Templos, parroquias,
catedrales, monasterios, conventos y basílicas, especialmente los expropiados por
Benito Juárez y Plutarco Elías Calles, son patrimonio de la nación encargados en
comodato a asociaciones religiosas. Por su parte, ni sus sacerdones ni sus obispos tienen
paga alguna por parte del Estado.
Críticas
Artículo principal: Críticas a la Iglesia Católica
La Iglesia Católica ha recibido muchas críticas a lo largo de su historia, desde dentro
como desde fuera de ella. Las críticas se dividen principalmente en dos grupos: las que
se refieren a aspectos doctrinales, y las que censuran el comportamiento (real o
supuesto) de los católicos en su conjunto o en porcentajes de cierta relevancia (sea que
vivan de acuerdo con las enseñanzas de la Iglesia, sea que actúen en contra de las
mismas).
Por ejemplo, durante el Imperio Romano la Iglesia fue acusada de antropofagia (por
consumir el Cuerpo de Cristo en la Eucaristía), así como por instigar a la desobediencia
al poder establecido. También fue criticada por rechazar los cultos paganos y por
considerar a la conciencia individual como superior a los dictámenes de los
emperadores.
21. Prácticas de sus miembros: entre ellas cabe mencionar las críticas a la Inquisición,
tema que desde el punto de vista de la Iglesia, ha sido exagerado y falsificado.[62] A este
tipo pertenece el escándalo de casos de abuso sexual que han dado lugar a condenas
penales y civiles, además de condenas eclesiásticas, en varios países. También ha
recibido críticas por el apoyo activo que algunos miembros destacados de la jerarquía
católica dieron a regímenes dictatoriales (dictaduras militares en América Latina,
regímenes fascistas en España o Italia), o la posición negacionista de ciertos clérigos y
obispos).[63]
Críticas en materia doctrinal: las críticas en cuanto a la doctrina se han basado
muchas veces en que la iglesia católica expone creencias, doctrinas y conceptos que
algunos piensan no están presentes en la Biblia. Además, se destaca la controversia con
grupos protestantes en torno a algunos libros bíblicos, considerados apócrifos por los
protestantes (entre ellos, el libro del Eclesiástico y Tobit) los cuales se encuentran
definidos como parte del canon original de la Biblia (conocido como Canon Alejandrino
o Canon Católico), conformando la clasificación de los libros bíblicos
Deuterocanónicos.
Islam
El islam (árabe: ;السلمal-Islām es una religión monoteísta abrahámica cuyo
dogma se basa en el libro del Corán, el cual establece como premisa fundamental
para sus creyentes que “No hay más dios que Alá[1] y que Mahoma es el
mensajero de Alá” La palabra árabe Allah, castellanizada como Alá, significa
“Dios” y su etimología es la misma de la palabra semítica El, por la que se nombra
a Dios en la Biblia. Los eruditos islámicos definen al islam como: “La sumisión a
Dios el Altísimo a través del Monoteísmo, la obediencia y el abandono de la
22. idolatría”. El libro sagrado del islam es el Corán,dictado por Alá a Mahoma a
través de Yibril (el arcángel Gabriel). Los seguidores del islam se denominan
musulmanes (en árabe .)مسلمAtestiguan que Mahoma es el último de los profetas
enviados por Dios y sello de la Profecía.
Se aceptan como profetas principalmente (pero no limitándose) a Adán, Noé, Abraham,
Moisés, Salomón y Jesús. Los musulmanes siguen así mismo los hacomentas y la sunna
del profeta Mahoma, que conforman el Registro histórico de las acciones y las
enseñanzas del Profeta. Se aceptan además como libros sagrados la Torá, los Libros de
Salomón y el Evangelio.
El islam es una religión abrahámica monoteísta que adora exclusivamente a Alá sin
copartícipes. Se estima que hay en la actualidad entre mil y mil ochocientos millones de
musulmanes en el mundo (y en crecimiento). Según el Vaticano el islam es la religión
más grande del mundo debido a que recientemente ha superado el número de católicos,
y la segunda religión del mundo si no se desglosa el número de seguidores del
Cristianismo.
El islam se inició con la predicación de Mahoma en el año 622 en La Meca (en la actual
Arabia Saudita). Bajo el liderazgo de Mahoma y sus sucesores, el islam se extendió
rápidamente. Existe discrepancia entre los musulmanes y no musulmanes si se extendió
por imposición religiosa o militar, o por conversión de los pueblos al islam.
La palabra Islām, de la raíz trilítera s-l-m, deriva del verbo árabe aslama, que significa
literalmente, “admitir, rendirse o someterse.” Así, el islam representa la aceptación y
sometimiento ante Dios. Los fieles deben deexhibir su sumisión venerándolo, siguiendo
estrictamente sus órdenes, y aboliendo el politeísmo. En palabras del arabista Pedro
Martínez Montávez:
Se comenta habitualmente que islam significa sumisión total a Dios, lo que es
indudablemente cierto, aunque no es menos cierto que ello corresponde a la traducción
de sólo una parte de la palabra. Queda una segunda parte por traducir, atendiendo a la
raíz lingüística de la que deriva, que cubre el campo semántico del bienestar, de la
salvaguarda, de la salud, de la paz. Quiere esto decir, sencilla y profundamente, que el
creyente se somete a Dios, se pone en sus manos, puesto que tiene la seguridad de que
así se pone a salvo. Obsérvese además que islam y salam —que es como en lengua
árabe se comenta paz— son términos hermanos, al derivar ambos de la misma raíz.
La palabra está dada por numerosos significados en el Corán. En algunos versos (ayat, o
en castellano, aleyas), la calidad del islam como una convicción interna es acentuada:
“A quien quiera que Dios se desee dirigir, él ampliará su pecho al islam”. Otros versos
conectan la palabra islām y dīn (traducido usualmente como “religión” o “fe”): Hoy, he
perfeccionado su religión (dīn) para usted; he completado mi bendición sobre usted; he
aprobado el islam para su religión. Aún, algunas facciones describen el islam como una
acción de devolver a Dios, más que solamente una afirmación verbal de fe.
La Doctrina Islámica tiene seis pilares en su fe que forman parte de las acciones
interiores de los musulmanes y cinco pilares que son una adoración tanto interior como
exterior. que son:
23. 1. Dar el diezmo.
2. Hacer el ramadán.
3. La peregrinación una vez en la vida al menos.
4. La aceptación de fe.
5. Orar 5 veces al día.
Los eruditos musulmanes plantean que la opinancia dentro del islam tiene seis pilares
que la conforma;[9] conforme al Corán todos los musulmanes tienen que creer en Dios,
Sus ángeles, Sus Libros, Sus profetas, la predestinación y en la próxima vida
Dios en el Corán se nombra a sí mismo como Allah, nombre derivado de la raíz
semítica El. Si bien el término es más conocido en Occidente por su utilización de los
musulmanes como referencia a Dios, este es utilizado por los hablantes de árabe de
todas las religiones abrahámicas, incluidos los cristianos y los judíos, en referencia a
“Dios”. La opinancia en Dios dentro del islam consiste en cuatro aspectos:
1. En Su existencia. Esto primeramente por guía del Creador a Su siervo,
posteriormente por evidencias del instinto natural del ser humano, la razón, los sentidos,
signos en la haceción y como prueba principal; los textos sagrados.
2. En que Él es el único, en Sus actos y dominio de este Universo, esto es; Él único
Creador, Sustentador, Soberano, etc.
3. En que Él es la única divinidad y sustentador de las cualidades divinas, por lo tanto
solamente Él es el merecedor de la adoración.
4. En Sus nombres y atributos: Consiste en asegurar de Dios lo que ha afirmado de Sí
mismo en el Corán o a través del Profeta Mahoma, sobre sus nombres y atributos
divinos, sin distorsión, negación, o asemejarlo a algo de este mundo.
Dado que se trata del mismo Dios de cristianos y judíos, las cualidades que los
musulmanes le atribuyen son básicamente las mismas que le atribuyen aquellos, pero
hay diferencias considerables. Es reseñable, pero, que el islam, a semejanza del
judaísmo pero alejándose del cristianismo, insiste en su radical unidad (tawhid), esto es,
que es uno y no tiene diversas personas (como afirma en cambio la mayoría de las
corrientes cristianas con el dogma de la Trinidad) en su carácter incomparable e
irrepresentable.
El islam se refiere a Dios además con otros noventa y nueve nombres, que son otros
tantos epítetos referidos a cualidades de Dios: El Clemente (Al-Rahmān), El
Apreciadísimo (Al-’Azīz), El Creador (Al-Jāliq), etc. El conjunto de los 99 Nombres de
Dios recibe en árabe el nombre de al-asmā’ al-husnà o “los más bellos nombres”,
algunos de los cuales además han sido utilizados por cristianos y judíos o han designado
a dioses de la Arabia preislámica. Algunas tradiciones afirman que existe un centésimo
nombre que se mantiene incognoscible, que es objeto de especulaciones místicas, y que
se define en ocasiones como el Nombre Inmenso (ism al-’Azam), o como el Nombre de
la Esencia, figura que además existe en el judaísmo, y que ha tenido una gran
importancia en el sufismo. Otras veces, se utiliza simplemente la palabra rabb (señor).
Mahoma comentó que Dios tenía 99 nombres, en este versículo del Corán se mencionan
algunos:
Es Alá “no hay más Dios que Dios”, el Conocedor de lo oculto y de lo patente. Es el
Compasivo, el Misericordioso. Es Alá “no hay más dios que Dios”, el Rey, el
24. Santísimo, la Paz, Quien da Seguridad, el Custodio, el Poderoso, el Fuerte, el Sumo.
¡Gloria a Alá! ¡Está por encima de lo que Le asocian! Es Allhá, el Creador, el Hacedor,
el Formador. Posee los nombres más bellos. Lo que está en los cielos y en la tierra Le
glorifica. Es el Poderoso, el Sabio.
Corán 59:22-24.
La palabra Allāh está en el origen de algunas palabras castellanas como “ojalá” (wa shā
llāh: y quiera Dios), “olé” (wa-llāh: por Dios) o “hala” (yā llāh: oh Dios).
Todos los eruditos islámicos comentan que la orden más importante que Dios da al
hombre es que este reconozca su absoluta unicidad (en árabe: توحيدTawhid) y esto
significa que lo adore únicamente a Él, y esta adoración no es válida excepto del
monoteísta, por lo tanto Mahoma divulgó su mensaje entre hombres que tenían
diferentes tipos de adoración: algunos adoraban ángeles, otros adoraban Profetas y
hombres piadosos, otros adoraban árboles, piedras, y de ellos quien adoraba al sol y a la
luna. A todos ellos les reprendió sus actos invitándolos al islam el Profeta sin desarrollar
distinción alguna.
La prohibición más seria en el islam es considerada como politeísmo (en árabe: شرك
shirk) y los actos próximos son considerados como tal: tomar intermediarios ante Dios,
suplicarle a los profetas, muertos o santos, las supersticiones, utilizar amuletos piedras o
talismanes para alejar el mal, sacrificar para otro que no sea Dios, la magia, consultar
adivinos, la astrología, solicitarle a cualquier tipo de imagen o estatua, jurar por otro que
no sea Dios, desarrollar actos de adoración para aparentar, solicitarle a Mahoma, etc.
La fe en los ángeles dentro del islam consiste en:
* 1.Su existencia.
* 2. En aquellos ángeles de quienes se saben sus nombres (por la revelación) como
Gabriel o Rafael y de aquellos cuyos nombres ignoran, opinan en ellos en general.
* 3.En sus cualidades, opinan que el ángel Gabriel se le apareció a Mahoma en
diferentes formas. Son siervos de Dios y no desobedecen a Dios en lo que les ordena, no
poseen cualidades de señorío o divinidad, son una gran cantidad, muchísimos y su
número solamente lo conoce Dios.
Si hubiera habido en la tierra ángeles andando tranquilamente, habríamos hecho que les
bajara del cielo un ángel como enviado.
Corán 17:95
La fe en los Libros revelados dentro del islam comprende:
* 1.En que fueron descendidos y revelados por Dios:
* El Corán (Qur’an) revelado al profeta Muhammad (S.A.W.).
* La Torá (At-Tawrat) revelado al profeta Moisés.
* El Evangelio (Al-Injil) revelado a Jesús (Issah para los musulmanes), hijo de María
(Maryam).
* Los Salmos (Az-Zabur) revelados al rey David.
25. * 2. Afirman lo legítimo que informan (en el caso del Corán afirman todo) y aquello que
no ha sido tergiversado de los libros pasados. El Corán reconoce, pues, el origen divino
de la Concep judía y el Evangelio cristiano, por ello llama a los cristianos y a los judíos
“La Gente del Libro” (Ahl al-Kitab) pero no reconoce la autenticidad de los textos que
actualmente tienen por verdaderos los fieles de dichas religiones, afirma que han estado
expuestos al tahrif ( )تحريفo distorsión por las personas, y como resultado no son cien
por ciento confiables. De todas formas, la tradición católica no considera a la Biblia
como única fuente de conocimiento, por lo que no entraría en contradicción con el
cristianismo si se considera desde este punto de vista.
* 3. Creen que deben actuar con las reglas y leyes que no han sido abolidas de ellos, y
que el Corán abroga a todos los Libros excepto en algunas leyes, para los musulmanes.
Acerca de los asuntos que no abarca el Corán ni los dichos de Mahoma, como sucesos o
datos históricos y no contracomentan al islam, no los afirman ni los niegan a priori.
El Corán es el libro sagrado del islam. Los musulmanes opinan que fue revelado a
Mahoma por el arcángel Gabriel entre 610 y 632, fecha esta última en la que falleció
dicho profeta. Además de su memorización, se comenta que los seguidores de Mahoma
escribieron el Corán en pergaminos, piedras y hojas.
Los musulmanes opinan que el texto actual del Corán es idéntico a la revelación
recibida por Mahoma. Él, a su vez, lo dictó a sus discípulos, quienes memorizaron sus
palabras. Los eruditos actuales afirman que la primera compilación escrita del Corán
data de tiempos del tercer califa, ‘Uthmān ibn ‘Affān, quien gobernó entre 650 y 656.
Existen numerosas tradiciones y diferentes puntos de vista en cuanto al proceso de
compilación del Corán. La mayoría de los musulmanes aceptan lo que señalan diversos
hacomentas: el primer califa, Abu Bakr, ordenó a Zaid ibn Zabit compilar todos los
verdaderos versos del Corán, tal como se preservaban en forma escrita o a través de la
tradición oral. La compilación realizada por Zaid, preservada por la viuda de Mahoma,
Hafsa bint Umar y que fue utilizada por ‘Uthmān, es la base del Corán actual.
La versión de ‘Uthmān organiza las azoras (capítulos) según su extensión, de forma que
las más largas se encuentran al inicio del Corán y las más cortas al final. Hay teorías que
señalan que este orden no cronológico de las azoras fue establecido por Dios.
El Corán fue escrito originalmente en escritura hijazi, masq, ma’il y cúfica. En un
principio, sin vocales, sólo con consonantes, siguiendo la técnica de escritura vigente
hasta así pues en árabe y en otras lenguas semíticas de la Península Arábiga. Para evitar
posibles desacuerdos en cuanto al contenido de los versos del Corán, se haceron marcas
diacríticas que indicaran las vocales o la ausencia de estas, el fonema hamza y la
prolongación o geminación de consonantes. En cambio, no tiene signos de puntuación,
interrogación o exclamación, pues el idioma árabe contaba con partículas (palabras
breves) de interrogación y de énfasis.
La forma del Corán más utilizada actualmente es el texto de Al-Azhar de 1123,
preparado por un grupo de prestigiosos eruditos de la Universidad Islámica de Al-Azhar
de El Cairo.
26. La mayor parte de los musulmanes veneran el libro del Corán. Lo envuelven en paños
limpios y se lavan las manos antes de los rezos o para leerlo. Los ejemplares coránicos
en desuso no se destruyen como papel viejo, más bien que se queman o se depositan en
“tumbas” para el Corán.
Muchos musulmanes memorizan al menos parte del Corán en su idioma original.
Aquellos que memorizan totalmente el Corán son conocidos como “hāfiz”. En la
actualidad existen millones de hāfiz en el mundo.
Desde el inicio del Islam, la mayoría de los musulmanes consideran que el Corán es
perfecto únicamente en la versión árabe en la que fue revelado. Las traducciones son
interpretaciones no infalibles del texto original. Muchas versiones actuales del Corán
señalan la versión original en árabe en una página y la traducción vernácula en otra.
El Corán afirma que Dios mandó un Mensajero (Profeta) a cada comunidad, llamando
adorar únicamente a Dios, y a descreer en todo lo que es adorado fuera de Él. Cada uno
de ellos era veraz, guiado y recto, y obedecieron a Dios en lo que les fue encomendado,
ninguno de ellos modificó o alteró su mensaje. Todos ellos eran seres humanos,
haceciones de Dios, sin cualidades de divinidad o Señorío, y no pueden contestar si se
les pide ayuda. El Corán menciona más de 20 Profetas, desde Adán hasta Mahoma y
llama a Mahoma,sello de la profecía, opinan que Su misión era devolver el mensaje
divino a su pureza inicial, como en su momento desarrolló Jesús de Nazaret o Issah ibn
Maryam en árabe (Issah Jesús, Ibn Hijo, Mariam María), a quien Dios en el Corán lo
considera como un profeta y no el hijo de Dios.
Muhammad (S.A.W) (c. 570 - 6 de julio de 632) era un líder religioso, político, y militar
árabe que fundó la religión del Islam como fenómeno histórico. La opinión de los
musulmanes no es la del hacedor de una nueva religión, más bien como el restaurador
de la original, la fe monoteísta de Adán, Abraham y de otros que se había corrompido.
En la tradición musulmana, Mahoma se ve como el último y el más grande de una serie
de profetas, como un hombre muy cercano a la perfección, poseedor de virtudes en
todos los campos de la vida, espirituales, políticos, militares y sociales. Por 23 años de
su vida, comenzando a la edad de 40, Mahoma divulgó la recepción de revelaciones de
Dios. El contenido de estas revelaciones, conocido como el Corán, era memorizado y
registrado por sus compañeros.Mientras este tiempo, Mahoma predicó a la gente de
Meca, implorándola para dejar el politeísmo. A pesar de que algunos se convirtieron al
Islam, Mahoma y sus seguidores fueron perseguidos por las autoridades principales de
Meca. Después de 13 años de predicación, Mahoma y los musulmanes desarrollaron la
Hégira (”emigración”) a la ciudad de Medina (conocido antes como Yathrib) en 622.
Allí, con los convertidos de Medina (Ansar) y los emigrantes de Meca (Muhayirun),
Mahoma estableció su autoridad política y religiosa.
La Sunnha, libros que contienen la compilación de la vida de Mahoma, es de gran valor
para muchos musulmanes, y la opinan indispensable para la interpretación del Corán.
Esto debido a que se tiene registrado dentro de ella, que el mismo Mahoma les ordenó a
sus compañeros que escribieran todo lo que él decía,[34] y conforme al Corán, toman
sus palabras como revelación.
De acuerdo con la tradición, Mahoma era una persona de carácter excelente, bien
parecido, iletrado y un Profeta para toda la humanidad. Es frecuente entre los devotos la
27. opinancia en que el hecho de que Mahoma fuera analfabeto es una señal más de que
sólo pudo recibir el Corán por revelación divina, dada la complejidad del libro.
Los pilares de la opinancia de la predestinación en el Islam son cuatro:
* 1. En que el conocimiento de Dios abarca todas las cosas.
* 2. En que Dios ha escrito todo en una tabla preservada «Al Laûh Al Mahfudh».
* 3. Todo lo que sucede es puesto que Dios quiere que suceda y lo que no quiere que
suceda es imposible que suceda.
* 4. La haceción de todas las criaturas y seres vivientes son por deseo de Dios,
conforme a Él lo sabía en la eternidad y como se escribió en la tabla preservada. Así que
toda criatura, su ser y sus actos, son haceción de Dios
Creen que todos los acontecimientos sean buenos o malos, beneficiosos o dañinos,
ocurren por la predestinación y el designio de Alá, pero que a la vez el ser humano tiene
una facultad de elección, más esta no es total.
Creen en una vida dentro de la tumba después de la muerte y en su tribulación, Ellos
opinan que el tiempo de Qiyāmah es predestinado por Dios, pero no fue revelado a los
hombres. El juicio y las pruebas precedentes y mientras el Qiyāmah son descritas en el
Corán y el Hadiz, y además en los comentarios de eruditos Islámicos, en la retribución y
rendición de cuentas ante Dios, que cada individuo recibirá un libro escrito por los
ángeles que incluirá una mención completa de todas las obras que desarrolló el ser
humano en la vida terrena, quien lo reciba en la diestra será de los exitosos y quien lo
reciba en la mano izquierda será de los perdedores, en el Paraíso y el Infierno,así como
en las Señales que señalan la aparición de la Última Hora, afirman que la primera era la
aparición del Profeta Mahoma y éntre las últimas es el retorno del Profeta Jesús que
romperá las cruces y legislará con el Islam.
La opinancia en, “El día de Resurrección”,yawm al-Qiyāmah (además conocido como
yawm ad-dīn,”El día del juicio final” y as-sā`a, “La última hora”) es además crucial
para los Musulmanes. El Corán acentúa la resurrección corporal, una rotura del
entendimiento preislámico de muerte. Esto declara que la resurrección será seguida de
la convocón de toda la humanidad, culminando en su juicio por Dios. El Corán hace
referencia a varios pecados que pueden condenar a una persona al infierno, como la
incredulidad, la usura y la falta de honradez. Los musulmanes ven el paraíso como un
lugar de alegría y dicha, con referencias del Corán que describen sus rasgos y los
placeres físicos de dicho lugar. Hay además referencias a una aceptación de mayor
júbilo por Dios. Tradiciones místicas en el Islam colocan estos placeres divinos en el
contexto de una conciencia extática de Dios.
El Cristianismo
28. El trasfondo judío
Jesús de Nazaret fue un judío palestino condenado a muerte por Poncio Pilatos, el
procurador de la provincia de Judea, la cual comprendía el territorio del viejo reino
hebreo de Judea. El cristianismo surgió del judaísmo, por lo que conviene volverse
hacia el mundo político-religioso judío con el fin de encontrar los inicios del
cristianismo.
En tiempos helénicos, el pueblo judío había disfrutado de considerable independencia,
bajo los gobernantes seleúcidas. El involucramiento de los romanos con los judíos inició
en el año 63 a. de C. y, alrededor del año 6 de nuestra era, Judea se convirtió en una
provincia puesta bajo el mando de un procurador romano. No obstante, siguió la
intranquilidad, aumentada por las divisiones entre los mismos judíos. Los saduceos
pugnaban por una fidelidad rígida a la ley hebrea, rechazaban toda posibilidad de
inmortalidad personal y estaban a favor de la cooperación con los romanos. Los fariseos
seguían rigurosamente el rito judío y, aunque deseaban liberar a Judea del control
romano, no apoyaban los medios violentos para alcanzar esta meta. Los esenios eran
una secta judía que vivía en comunidad religiosa cerca del mar Muerto. Tal y como se
revela en los rollos del mar Muerto —una colección de documentos descubiertos en
1947—los esenios, al igual que otros judíos, esperaban un Mesías que salvaría a Israel
de la opresión, comunicaría el reino de Dios y negociaría el verdadero paraíso en la
Tierra. Un cuarto grupo, los zelotes, eran extremistas militantes que propugnaban el
derrocamiento violento de la dominación romana. Una revuelta judía en el año 66 de
nuestra era fue sofocada por los romanos tras cuatro años. El Templo de Jerusalén fue
destruido y el poder romano se impuso una vez más de manera absoluta en Judea.
Surgimiento del cristianismo
29. En medio de la confusión y de los conflictos de Judea, Jesús de Nazaret (c. 6 a. de C.-30
d. de C.) inició su predicación pública. Jesús creció en Galilea, importante centro de los
militantes zelotes. El mensaje de Jesús, básicamente, era muy simple. Dio seguridades a
sus camaradas judíos de que no intentaba minar su religión tradicional:
“No piensen que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, más
bien a darles cumplimiento”.’ De acuerdo con Jesús, lo importante no era el rígido
fanatismo de la letra de la ley y el sometimiento a las reglas y a las prohibiciones, más
bien la transformación de lo íntimo de la persona: “Así, en todos los casos, haz a los
demás lo que te gustaría que los otros te hicieran, puesto que esto resume la ley y los
profetas”.18 El mandamiento de Dios era muy sencillo, amar a Dios y al prójimo: ‘Ama
al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu alma, toda tu mente y con toda tu fuerza.
El segundo manda miento es: ama a tu prójimo como a ti mismo’.19 En el Sermón de la
montaña , Jesús expresó los conceptos éticos —humildad, caridad y amor fraterno—
que conformarían las bases del sistema de valores de la civilización occidental
medieval. Como hemos visto, no coincidían con los valores de la clásica Civilización
greco-romana.
Si bien hubo gente que saludó a Jesús como el Mesías que varía a Israel de la opresión y
negociaría el reino de Dios sobre la tierra, Jesús habló de un reino celestial, y no de un
reino terrenal: “Mi reino no es de este mundo”.20 En consecuencia, defraudó a los
radicales. Por su parte, los líderes religiosos conservadores juzgaron que Jesús socavaba
el respeto hacia la religión judía tradicional. Pali las autoridades romanas de Palestina y
sus aliados locales, el nazareno era un revolucionario en potencia capaz de transformar
las esperanzas judías de un reino mesiánico en una revuelta contra. Roma. Por
conpróximo, Jesús se reveló como objeto de def cias en diversos ámbitos, y al final fue
entregado a las autoridades romanas. El procurador Poncio Pilatos ordenó su
crucifixión. Empero, esto no resolvió el conflicto. Unos pocos fieles seguidores de Jesús
difundieron la noticia de que Jesús había vencido la muerte, había resucitado y luego
había ascendido a los cielos. La opinancia de la resurrección de Jesús se volvió un
dogma importante de la doctrina cristiana. Jesús era aclamado en este momento como el
“ungido” (Cristo en griego), el Mesías, quien regresaría e instauraría el reino de Dios en
la tierra.
El cristianismo inició, como un movimiento religioso dentro del judaísmo, y así lo
consideraron las autoridades romanas mientras muchas décadas. A pesar de que la
tradición afirma que uno de los discípulos de Cristo, Pedro, fundó la iglesia cristiana en
Roma, el personaje más importante de los primeros tiempos del cristianismo —después
de Jesús— fue Pablo de Tarso (c. 5-c. 67). Pablo se acercó a los no judíos y transformó
el cristianismo de una secta judía en un movimiento religioso más amplio.
Llamado el “segundo fundador del cristianismo”, Pablo fue un judío, ciudadano
romano, muy influido por la cultura griega helenística. Creía que el mensaje de Cristo
debería ser predicado no sólo a los judíos, más bien a los gentiles (los no judíos). Pablo
fue pionero en la fundación de comunidades cristianas a todo lo largo de Asia Menor y
en las costas del mar Egeo.
Fue Pablo quien proveyó un fundamento universal para la difusión de las ideas de
Cristo. Enseñó que Cristo era, en efecto, un Dios redentor, el hijo de Dios, que había
venido a la Tierra para salvar a todos los seres humanos, pecadores, de hecho, a causa
30. del pecado original cometido por Adán al desobedecer a Dios. Con su muerte, Cristo
había expiado los pecados de la humanidad y había hecho posible que todos los
hombres y mujeres experimentaran un nuevo inicio con la posibilidad de la salvación
personal. Aceptando a Cristo como salvador, ellos además podrían ser salvados.
Al principio, el cristianismo se diseminó con lentitud. A pesar de que las enseñanzas del
primitivo cristianismo se difundían mayormente por la prédica de los cristianos
proselitistas, además hicieron su aparición materiales escritos. Pablo escribió una serie
de cartas, o epístolas, que delineaban las opinancias cristianas en diferentes
comunidades. Asimismo, algunos de los discípulos de Cristo bien pudieron conservar
algunos dé los dichos del maestro en forma escrita, y los transmitieron como memorias
personales, que después llegaron a constituir las bases de los evangelios escritos —la
1’buena nueva’ respecto a Cristo— los cuales trataron de formular un registro de la vida
y de las enseñanzas de Cristo, y establecieron el núcleo del Nuevo Testamento. A pesar
de que Jerusalén fue el primer centro del cristianismo, su destrucción por los romanos
en el año 70 de nuestra era dejó a las iglesias cristianas con una considerable
independencia. Alrededor del año 100 se hablan fundado iglesias cristianas en muchas
de las ciudades principales del oriente, así como en algunos lugares de la parte
occidental del imperio. Muchos de los primeros cristianos provenían de las filas de los
judíos helenizados y de las poblaciones del oriente de habla griega. Pero en los siglos III
y IV, un creciente número de seguidores hablaban latín. Una traducción latina del
Nuevo Testamento, escrito originalmente en griego, aparecida poco después del año
200, ayudó a este proceso.
Los grupos de primeros cristianos se reunían al atardecer en casas privadas para
compartir una comida comunal, llamada ágape, o banquete de amor, y para celebrar lo
que llegó a relacionarse como el sacramento de la eucaristía, o cena del Señor,
celebración comunal de la última cena de Cristo:
Entretanto comían, Jesús tomó pan, lo bencomentó, lo partió y lo dio a sus discípulos
diciendo: Tomad y comed; éste es mi cuerpo.
Luego tomó una copa, dio gracias y la ofreció, diciendo: bebed todos de esta copa. asta
es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los
pecados.2’
Al formarse las primeras comunidades cristianas tenían una organización flexible, en la
que hombres y mujeres desempeñaban funciones importantes. Algunas mujeres ejercían
posiciones relevantes y, a menudo, como predicadoras. Las iglesias locales se
congregaban bajo el gobierno de consejos de ancianos (o presbíteros), pero, a principios
del segundo siglo, ciertos funcionarios conocidos como obispos llegaron a ejercer
considerable autoridad sobre los presbíteros. Estos obispos basaban su posición de
superioridad en la sucesión apostólica: como sucesores de los doce primigenios
apóstoles de Jesús, eran los delegados vivientes del poder de Cristo. Tal y como Ignacio
de Antioquía escribió en el año 107: “Es obvio que debemos mirar a un obispo como al
Señor en persona … Sus clérigos… están en armonía con su obispo como las cuerdas de
un arpa, y el resultado es un himno de alabanza a Jesucristo de mentes que sienten al
unísono” Los obispos solamente eran varones, indicio claro de que en el siglo u de
nuestra era la mayor parte de las comunidades cristianas coincidían con el punto de vista
31. de Pablo, respecto a que las mujeres cristianas deberían estar sujetas a la autoridad de
los varones cristianos.
A pesar de que algunos de los valores fundamentales del cristianismo diferían
marcadamente de los del mundo greco-romano, al principio los romanos no prestaron
mucha atención a los cristianos, a quienes consideraban simplemente una secta más del
judaísmo. La propia estructura del Imperio Romano ayudó al crecimiento del
cristianismo. Los misioneros cristianos —incluyendo algunos de los doce apóstoles o
discípulos originales de Cristo— utilizaron los caminos romanos para llevarse por todo
el imperio difundiendo la “buena nueva’>.
No obstante, conforme transcurrió el tiempo, la actitud de los romanos hacia el
cristianismo inició a modificar. Como hemos visto, los romanos fueron tolerantes con
otras religiones, salvo en el momento que amenazaban el orden o la moral públicos.
Muchos romanos llegaron a considerar el cristianismo peligroso para el orden del estado
romano. Estas opiniones a menudo se basaron en interpretaciones erróneas. Por
ejemplo, la práctica de la cena del Señor dio origen a rumores de que los cristianos
practicaban crímenes horrendos, como el asesinato ritual de niños. Si bien sabemos que
esos rumores eran falsos, ciertos romanos los creyeron y los manipularon en tiempos de
crisis para incitar al pueblo contra los cristianos. Es más, como los cristianos llevaban a
cabo sus reuniones en secreto y parecían estar en comunicación con cristianos
localizados en otras áreas, el gobierno podía juzgarlos potencialmente peligrosos para el
estado.
Algunos romanos pensaron que los cristianos eran excluyentes en exceso y, por lo tanto,
nocivos para la comunidad y el orden público. Los cristianos no rechazaban a otros
dioses y, en consecuencia, se abstenían de acudir a los festivales públicos que honraban
a esas deidades. Por último, los cristianos se rehutilizaban a intervenir en la adoración
de los dioses del estado y en el culto imperial. Dado que los romanos consideraban estas
ceremonias importantes para el estado, el rechazo de los cristianos ponía en peligro la
seguridad del estado y en consecuencia, constituía un acto de traición, punible con la
muerte. Además constituía una prueba de ateísmo (no creer en los dioses) y estaba
sujeto a castigo bajo estos cargos. No obstante, para los cristianos —quienes creían que
únicamente había un solo y verdadero dios adoración de los dioses del estado y de los
emperadores era idolatría, lo cual pondría en peligro su propia salvación.
La persecución romana de los cristianos mientras el primer y segundo siglos de nuestra
era nunca fue sistemática, más bien sólo esporádica y local. La persecución inició
mientras el reinado de Nerón. Habiendo destruido el fuego gran parte de Roma, el
emperador usó a los cristianos como chivos expiatorios, los acusó de incendio
premeditado y de odio a la raza humana, y los sometió a atro
ces muertes en Roma. En el segundo siglo, en gran medida los cristianos fueron
ignorados y considerados inofensivos. Finalmente de los reinados de los cinco buenos
emperadores, los cristianos aún representaban una pequeña minoría, pero con una fe
considerable. Esta fuerza se basaba en la certeza de la moralidad de su conducta
convicción reforzada por la disponibilidad de los primeros cristianos a convertirse en
mártires en aras de su fe.
El Crecimiento del cristianismo
32. La persecución esporádica de los cristianos por los romanos en los siglos primero y
segundo no pudieron detener en absoluto el crecimiento del cristianismo. De hecho,
sirvió para fortalecer el cristianismo como institución en los siglos tercero y cuarto,
causa de que modificara su débil estructura del primer siglo, y avanzara hacia una más
centralizada organización de sus diversas comunidades eclesiales. Un elemento crucial
para este cambio fue el visible papel de los obispos. Si bien eran aún elegidos por la
comunidad, los obispos iniciaron a asumir mayor control, constituyéndose el obispo
como jefe y los presbíteros como clérigos sujetos a la autoridad del obispo. Alrededor
del siglo tercero los obispos eran nominados por los clérigos, simplemente aprobados
por la congregación y luego oficialmente consagrados para el cargo. La iglesia cristiana
iba hacendo una bien definida estructura jerárquica, en la que los obispos y los clérigos
eran funcionarios asalariados, separados de los laicos, o miembros regulares de la
iglesia.
El cristianismo creció poco a poco en el primer siglo, se arraigó en el segundo y se
difundió ampliamente en el tercero. ¿Por qué fue el cristianismo capaz de atraer a tantos
seguidores? Los historiadores no están del todo seguros, pero han ofrecido varias
respuestas a esta pregunta. Ciertamente, el mensaje cristiano tuvo mucho que ofrecer al
mundo romano. La promesa de la salvación, posible por la muerte y resurrección de
Cristo, ejerció un inmenso atractivo en un mundo lleno de sufrimiento e injusticia. El
cristianismo parecía imbuir la vida con un significado y un propósito que estaban más
allá de las simples cosas materiales de la realidad cotidiana. En segundo lugar, el
cristianismo no era del todo desconocido. Podía simplemente ser considerada como otra
religión mistérica occidental que prometía la inmortalidad como efecto de la muerte
sacrificial de un Dios salvador. Al mismo tiempo, brindaba ventajas de las que carecían
otras religiones misteriosas. Cristo había sido un ser humano, y no una figura
mitológica, como Isis o Mitra. Es más, el cristianismo tuvo un atractivo universal. A
diferencia del mitraísmo, no era exclusiva para varones. Además, no solicitaba un rito
de iniciación complejo o caro, como sucedía con otras religiones mistéricas. La
iniciación culminaba simplemente con el bautismo —~ purificación por el agua—,
mediante el cual se entraba en una relación personal con Cristo. Asimismo, el
cristianismo dotó de un nuevo significado a la vida, y brindó lo que las religiones
oficiales de Roma jamás pudieron: una relación personal con Dios, así como un eslabón
con un mundo superior.
Por último, el cristianismo satisfizo la necesidad humana de pertenencia. Los cristianos
integraron comunidades unidas unas con otras en las que las personas podían expresar
su amor ayudándose mutuamente y ofreciendo auxilio a pobres, enfermos, viudas y
huérfanos. El cristianismo satisfizo la necesidad de pertenencia en una forma en la que
el enorme, impersonal y remoto Imperio Romano jamás pudo.
El cristianismo pareció atractivo para todas las clases. La promesa de la vida eterna se
ofrecía a todos: ricos, pobres, aristócratas, esclavos, hombres y mujeres. Como Pablo
enunció en su Epístola a los colosenses: “Deben revestirse del hombre nuevo, que se va
renovando hasta alcanzar un conocimiento perfecto a imagen de su Creador, donde no
existen el griego o el judío> el circunciso o el incircunciso, el bárbaro, el escita, el
esclavo o el hombre libre, más bien que Cristo es todo y está en todo”.23 A pesar de que
no desarrolló un llamado a la revolución o a la revuelta social, el cristianismo puso
énfasis en un sentido de igualdad espiritual para todos los pueblos.
33. Muchas mujeres se dieron cuenta de que el cristianismo ofrecía nuevas actividades y
otras formas de compañía con otras mujeres. Las mujeres cristianas practicaban la
nueva religión en su propia casa y predicaban sus convicciones ante otras personas en
sus aldeas. Muchas otras murieron por su fe. Perpetua (m. 203) fue una mujer
aristócrata que se convirtió al cristianismo. Su familia pagana le suplicó que renunciara
a su nueva fe, a lo que ella se rehusó. Las autoridades la apresaron, pero ella eligió
morir por su fe> y fue una de las que formaban el grupo de cristianos masacrados por
las bestias salvajes en la arena de Cartago el 7 de marzo de 203.
Una vez que la iglesia cristiana estuvo mejor organizada, dos emperadores del siglo
tercero respondieron con más persecuciones sistemáticas. El emperador Decio
(249-251) culpó a los cristianos de los desastres que asolaron a Roma en el aciago siglo
III: fueron ellos quienes no rerelacionaron a los dioses del estado y, en consecuencia,
éstos se vengaron contra los romanos. Es más, conforme la organización administrativa
de la iglesia crecía, Decio juzgaba que el cristianismo se asemejaba más y más a un
estado dentro del estado que iba socavando el imperio. En consecuencia, inició la
primera persecución sistemática de cristianos. Se requirió a todos los ciudadanos
presentarse ante sus magistrados locales y ofrecer sacrificios a los dioses romanos. Por
supuesto, los cristianos se negaron. No obstante, los planes de Decio fallaron. Los
funcionarios locales no cooperaron y además, el reinado de Decio no fue tan largo. La
última gran persecución la ordenó Diocleciano, al inicio del siglo cuarto, pero era ya
demasiado tarde. El cristianismo se había fortalecido mucho, como para ser erradicado
por la fuerza. La mayoría de los paganos había aceptado la existencia del cristianismo.
En el siglo IV, el cristianismo prosperó como nunca antes. El Constantino desempeño
una función importante en el cristianismo, al que apoyo aparentemente desde el 312, en
el momento que su ejército debía librar una batalla crucial contra Majencio en el puente
Milvio, que cruzaba el río Tiber al norte de Roma. De acuerdo con una historia
tradicional, al entrar en una batalla decisiva tuvo la visión de una cruz cristiana con la
leyenda: “Con este signo, vencerás”. La tradición prosigue que habiendo ganado la
batalla, Constantino se convenció del poder del dios cristiano. A pesar de que no fue
bautizado más bien hasta el final de su vida, en el año 313 promulgó el famoso Edicto
de Milán, por el que oficialmente se toleraba la existencia del cristianismo. Después de
Constantino, los emperadores fueron cristianos, con excepción de Juliano (360-363),
quien trató brevemente de restaurar la religión politeísta grecoromana tradicional. No
obstante, él murió en una batalla y su gobierno fue demasiado corto Como para generar
algún efecto. Bajo Teodosio “el Grande” (378-395), el cristianismo fue declarado la
religión oficial del Imperio Romano. Una vez en poder del control, los líderes cristianos
utilizaron su influencia para proscribir las prácticas religiosas paganas. El cristianismo
había triunfado.
Fuente: portalplanetasedna.com.ar
La Historia del budismo
34. Budismo proviene de Buda, que en sánscrito significa despertar.
La historia del Budismo cuenta la vida de Siddharta, príncipe nacido en el año 624 a.C.,
en la ciudad, de Lumbini, en el norte de la India. Vive tras los muros de un palacio
construido, por su padre para que no conozca la vejez, la enfermedad, la muerte y el
ascetismo.
El jóven crece sin mayores preocupaciones hasta los treinta, en el momento que se retira
a un bosque para llevar una vida más espiritual.
Transcurridos seis años, alcanza la iluminación; bajo el árbol del conocimiento,
conocido como la higuera. Es así pues en el momento que, descubre los cuatro factores:
vejez, enfermedad, muerte y ascetismo. Toma la decisión de dejar a su mujer e hijo,
para convertirse en el Buda. Luego de varios años, alcanza la Iluminación o el
Nirvana, a través de la meditació.
Budismo
35. El budismo es una religión no teísta perteneciente a la familia dhármica y a la
subfamilia nastika de religiones. Su complejidad y diversidad hace que además sea
estudiado o descrito en ocasiones usando términos adicionales como: fenómeno
transcultural, filosofía, método de trasformación o sistema ético.
Budismo es un término usado en Occidente. En sánscrito y otras lenguas orientales es
posible referirse a las “enseñanzas del despierto sobre la ley natural” (buddha-dharma);
o “la comunidad” de budistas (saṃgha). “Buddha” es un título sánscrito que significa
‘el que ha despertado’.
Este despertar se da gracias a un descubrimiento directo y personal; no debido a una
revelación divina. Un Buda no es un dios, ni un ser sobrenatural, ni un mesías, ni un
profeta. El budismo no afirma a un hacedor del universo y sus enseñanzas no son
percibidas por sus seguidores ni como opinancias ni dogmas, debido a que estas mismas
animan al practicante a que las cuestione, investigue y compruebe por si mismo, debido
a que sólo así podrá comprenderlas e interiorizarlas. El budismo además contrasta
fuertemente con otras religiones puesto que la mayoría de sus escuelas niegan la
existencia del alma, de una esencia, de un sí-mismo y de un “yo” duradero.
El propósito último de sus enseñanzas es la erradicación definitiva de la insatisfacción
vital, el descontento, o ‘sufrimiento‘ mental, que aparece de manera inevitable en la
vida. Acorde al pensamiento budista, las causas verdaderas de la insatisfacción,
frustración o tensión son el anhelo ansioso, deseo o ‘sed‘ y sus concomitantes
(aferramiento, aversión, temor, etc…).
Caminos de la salvación en el Budismo