La ciudadela de Pamplona fue construida en 1571 por orden de Felipe II para fortalecer las defensas de la ciudad y controlar a la población recientemente conquistada de Navarra. Fue diseñada con una forma de estrella de cinco puntas para controlar todos los ángulos posibles de ataque. Durante la guerra civil española, los fosos de la ciudadela se utilizaron para fusilar a presos que se oponían al golpe de estado franquista.