La mascara de los prodigios

LA MÁSCARA
DE LOS
PRODIGIOS
miércoles 12 de junio de 13

La máscara
de los prodigios
Año 1992:
Un arqueólogo picaba unas rocas cuando se encontró el que puede
ser el hallazgo más grande de la historia. Se encontró la máscara de los
prodigios, una máscara que otorga poderes Sobrenaturales. Esta máscara
fue llevada a Londres donde se expuso en el Museo que tenía las mejores
alarmas de seguridad.
Año 1997:
Yo corrí rápido hacía el centro de la ciudad donde un montón de gente
gritaba delante del Museo Las 7 Maravillas (el museo donde se exponía la
máscara). De pronto de esa bola de gente salió mi amigo Randall, que me
contó lo sucedido. ¡¡¡¡ La máscara había sido robada!!!!.
Mientras paseábamos por Londres le pregunté a Randall si quería que
entre los dos buscáramos al responsable. Me dijo que sí. Entonces
decidimos volver al Museo donde esperamos un buen rato hasta que todo
se calmó.
Una vez la gente se fue, empezamos a buscar pistas y lo primero que
hicimos fue ir a hablar con Pedro, es el guardia de seguridad del museo,
lo conozco desde la infancia, aunque el tiene tres años más que yo. A
veces cuando me aburro doy un paseo por el museo Las Siete Maravillas
y me lo encuentro allí haciendo su trabajo.
Nosotros le pedimos las cámaras de seguridad pero nos dijo que el
ladrón era muy astuto y que las había desarmado pero no a golpes, sino
cortando un cable.
1
Ya teníamos una pista, el ladrón era muy astuto, listo y era una persona a
la que le gustaba la tecnología porque, según Pedro, lo que el ladrón había
hecho sólo lo hacía
alguien que tuviera conocimiento de ello. Randall y yo cogimos una hoja
de papel y apuntamos los sospechosos para ir preguntando por la
máscara. Preguntamos a Pedro por aquellos que él considera sospechosos
y que les guste la tecnología.
Terminamos y nos fuimos a ver al primer sospechoso que era Fernando a
su tienda de informática.
Al llegar encontramos a Fernando atendiendo unos clientes y nos dijo que
le esperáramos en la silla que había en la habitación. Terminó y le
hicimos unas preguntas.
Resultaba que él no había robado la máscara, pues él se encontraba en su
puesto de trabajo arreglando unos ordenadores y las cámaras de seguridad
así lo registraban, así que le tachamos de la lista de sospechosos.
El siguiente era el dueño de la empresa de las alarmas del museo.
Tampoco era él, ya que estaba de viaje de negocios y había llegado esa
misma tarde.
Más tarde fuimos a por el siguiente, Félix el dependiente del locutorio.
Tampoco era él pero nos dijo que el otro día, un hombre vestido de negro
entró para usar un ordenador.
Le pedimos a Félix que nos pusiera el historial de las páginas que este
hombre había mirado. Según comentó el hombre había mirado cómo
funcionaban las cámaras de seguridad del museo. Era una guía rápida de
aprendizaje del mecanismo.
Le preguntamos hacia donde se dirigió el hombre y nos dijo que a la
ferretería que había más adelante y hacia allí nos dirigimos.
Randall me dijo que conocía al dependiente de la ferretería y le
preguntamos qué hizo el hombre cuando entró. Nos dijo que había
comprado unas tijeras muy afiladas y unos guantes de goma blancos.
2

Randall y yo pensamos que ese hombre era muy sospechoso.
Entonces fue cuando el dependiente nos dijo que sabía dónde vivía. Era
en el centro de Londres y nos fuimos a la dirección que nos había
dicho.Tocamos la puerta pero no había nadie. Fuimos a la parte de atrás
de la casa donde la puerta estaba medio-abierta. Decidimos entrar. Lo
primero que vimos fue que en el suelo del salón había muchas cosas
tiradas. Lo que más no llamó la atención fue un pasaje de avión a
Manchester que salía hoy a las 19:00 y ahora eran las 18:45.
Randall y yo supusimos que el sospechoso había huido hacia Manchester
y así nadie sabría dónde estaba. Pero se dejó el billete de ida en su casa.
En el billete ponía su nombre: Christopher Watson así que Randall y yo
cogimos un taxi hacia el aeropuerto para ver si seguía ahí.
Cuando llegamos al aeropuerto nos llevamos una gran sorpresa,
estaba cerrado y nos tuvimos que volver a casa. Al día siguiente me reuní
con Randall en el parque y nos pusimos a pensar sobre lo que había
pasado. Se nos ocurrió ir otra vez a casa de Christopher y cuando
entramos todo el salón estaba muy ordenado. Estábamos buscando el
billete de avión que estaba en la mesa cuando escuchamos un ruido en la
puerta.
Rápidamente nos escondimos bajo la cama y escuchamos a alguien
hablar sobre un viaje a Manchester pasado mañana a las 22:00 PM.
Randall y yo salimos corriendo cuando se fueron de la casa. Ya sabíamos
que Christopher, el hombre sospechoso, se iba a Manchester el viernes a
las 22:00 PM. Eso significaba que había cancelado el viaje de ayer.
Al día siguiente nos pasó algo muy raro, recibimos una nota
anónima que nos citaba a mediodía en un conocido parque de la ciudad,
famoso por sus fantásticos invernaderos de rosales. En vista de lo
sucedido Randall y yo trazamos un plan. Yo entraría en el invernadero
mientras él se quedaría fuera vigilando. Cuando llegamos no había nadie,
pero de pronto Christopher apareció detrás mía. Me dijo que él no había
sido y que tenía una cuartada, decía que estaba en el trabajo, yo no le
creí. Le dije que por qué iba a hacer el viaje a Manchester y por qué
anuló el primer viaje.
3
Él me dijo que el viaje era de vacaciones, pero me di cuenta que estaba
nervioso porque le temblaba la mano y estaba sudando aunque hacía una
temperatura muy agradable.
Mientras yo hablaba con Christopher, Randall llamaba a la policía,
pero cuando llegó y entró en el invernadero, ya no estaba allí, se había
ido.
Al día siguiente Randall y yo hablábamos de lo ocurrido y de
repente se le ocurrió ir a casa de Christopher. AL llegar abrimos la puerta
aunque estaba encajada, me asomé y me di cuenta que una de las
estanterías era lo que nos impedía entrar a la casa. Con mucho esfuerzo
mi compañero y yo conseguimos abrir la puerta, entramos, y nos
encontramos que estaba todo por el suelo. Pasamos a su habitación
cuando de pronto algo nos golpeó por detrás. Despertamos en el
invernadero. Randall y yo teníamos un dolor de espalda tremendo y nos
fuimos corriendo a mi casa.
Estuvimos meditando sobre ello y caí en que se lo teníamos que
decir a la policía. Se lo comentamos al jefe de la policía, el señor Bulwer
Kawollek, y me contestó que lo buscarían para arrestarlo.
Al día siguiente fuimos a Manchester en busca de Christopher.
Preguntábamos a la gente si habían visto a un hombre con una máscara en
la mano pero dijeron que no. Luego se lo preguntamos a un hombre con
gafas negras, un sombrero y un chaquetón negro y dijo que sí lo había
visto. Nos dijo que se fue al hotel Jackstewonan. Nosotros no sabíamos
dónde se encontraba ese hotel y el hombre nos dijo que nos podía llevar
allí.
Randall y yo no sabíamos que el hombre trabajaba para
Christopher. Bad Black, es decir, el hombre vestido de negro,llamó a su
jefe, y el jefe dijo que nos llevara al hotel.
Cuando ya llegamos al hotel nos habían tendido una trampa.
Fuimos atrapados entre unas rejas electrificadas.
4

De pronto salió el ladrón con la máscara y la policía, que nos había
seguido, le dijo que si no nos sacaba de allí le dispararía con la pistola,
pero Christopher se rió y dijo que la electricidad era un H-E-V, la
electricidad más potente del mundo y que si disparaba fundiría la bala. Y
desapareció sin que supieramos ni nosotros ni la policía cómo lo hizo.
Randall gritó: ¡¡¡ esto no va a quedar así!!!.
Cuando Christopher y sus ayudantes se fueron, Randall sacó su móvil y
llamo al Servicio de Inteligencia Británico para que vinieran a
Manchester, al hotel Jackstewonan, al apartado B, puerta 305.
Los que estábamos entre rejas pasamos la noche ahí hasta que
consiguieron por medio de un sistema informático desactivar el sistema
eléctrico tan potente que nos retenía. Christopher y sus ayudantes se
habían escapado, todos querían perseguirles pero ya era demasiado tarde.
Randall dijo:
-No nos rendiremos. Vamos a ir a por ellos, sea como sea, prometo que
los encontraré.
Todos le aplaudieron.
La policía dijo que no podíamos perder tiempo y fuimos corriendo otra
vez preguntando a la gente. No volveríamos a confiar en hombres
vestidos de negro (de momento el Servicio de Inteligencia Británico se
encargaban de buscar).
Christopher se puso la mascara y todo dio vueltas en color amarillo,
convirtiéndose todo en algo raro. Las personas tenían la boca cosida y las
manos en los pies.
Randall y yo nos dimos cuenta de que lo que habíamos estado haciendo
hasta ahora era una pérdida de tiempo, así que decidimos volver al lugar
del robo.
Allí, encontramos un sobre que tenía un mapa por la parte de atrás, así
que empezamos a buscar más pruebas.
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Cuando nos dirigíamos a la salida vimos a alguien con una pistola en la
mano y en cuanto que lo vimos echamos a correr tras él pero cuando
llegamos a la salida... lo habíamos perdido de vista..
Al cabo de una semana Randall y yo encontramos una pista más de donde
podría estar la máscara. Fuimos a aquel lugar que marcaba el mapa y allí
encontramos a John, el hermano del dependiente de la tienda de
informática, en un invernadero.
Yo le dije:
-¡John! ¿Tú conoces a Christopher o sabes algo sobre el robo de la
máscara?
No me contestó, pero le veía nervioso, como si tuviera algo que ocultar.
Cada vez le veía más pálido de lo normal y le volví a preguntar con otro
tono más relajado:
-No te vamos a hacer nada, por favor contéstanos, ¿sabes algo?
Se mordía el labio, pero no me contestaba. De repente se cayó al suelo y
se dio un golpe.
-¡Se ha desmayado! Vamos a llevarlo a un hospital.
Al cabo de 2 días se despertó aunque seguía mareado sin saber lo que
pasaba.
Llegamos a tiempo para ver cómo se movía, sin motivo, como un loco e
intentamos pararle y tranquilizarle. Cuando se tranquilizó, hablamos con
él para ver si se acordaba de algo, pero tristemente no se acordaba nada
más que de una cosa...había estado en el invernadero atado de manos. Se
puso pálido y lo último que recordó fue que escuchó un -ploff- y ahí se
terminó.
A los 3 o 4 días salió del hospital.Le preguntamos más tranquilos por qué
estaba allí. Él nos dijo que un hombre, que no le dijo su nombre, le había
dicho que si iba al invernadero le pagaría una fortuna.
6

Él se lo creyó y fue, pero en cuanto se puso a esperarle le sorprendió por
detrás. Fue entonces cuando llegamos nosotros y se desmayó. Eso fue lo
que nos contó.
A la semana, nos llegó otra pista metida en un sobre, era parte de un
sombrero de tela. Nos pusimos a pensar un montón hasta que nos llegó a
la mente la idea de buscar todos los sombreros de la ciudad para ver si
era de alguno. Después de 2 horas buscando dije:
-¡Esto es agotador! ¡No puedo más! Dejémoslo es muy complicado, en
esta ciudad debe haber más de 1000 sombreros.
-¿Si? ¿En serio lo vamos a dejar?
-De acuerdo habrá más de 1000 sombreros, pero por lo menos yo no lo
voy a dejar.
-Ya Randall, pero es imposible...
-Es imposible ¿qué?, ¿eh? Venga dímelo.
-Pues que es imposible buscar un montón de sombreros en esta ciudad.
¡Es imposible! Hazme caso.
-No puedo hacerte caso porque no es imposible. Preguntaremos a todos
nuestros amigos, a la gente que veamos por la calle con sombreros...Por
favor no te rindas.
-Bueno vale no me rendiré, pero ¿qué plan tienes?
-No sé, ya lo pensaremos, ¿vale?
-Vale.
Al cabo de una semana, ideamos un plan que consistía en ir buscando por
todos los escaparates de las tiendas de la ciudad, lo pusimos en práctica
como una bala de rápido, pero no conseguimos nada. Nos fuimos tristes y
con mucha rabia a nuestras casas.
7
Al día siguiente, nos levantamos tranquilos y con mucha paciencia nos
volvimos a juntar para pensar más detenidamente. Nos dimos cuenta de
una cosa.
-Ya sé, ¿por qué no preguntamos a nuestros amigos si nos dejan sus
sombreros?
-Vale estará bien, por lo menos nos ayudarán con alguna pista.
Preguntamos a todos nuestros amigos y hubo uno que se puso nervioso,
aunque no le echamos cuenta. El amigo que no echamos en cuenta era
Austin, antiguo compañero del colegio. ¿Por qué se puso nervioso y
siempre miraba a otro sitio? Nos resultó raro pero no le dimos
importancia.
Nos deprimimos y con tanta rabia que casi rompemos la puerta de
nuestras casas. Yo dije con mucha rabia al llegar a mi casa:
-¿Por qué no encontramos ninguna pista? ¡¡¡Me estoy poniendo
nervioso!!!. ¡¡¡No sé qué hacer.!!! Llamaré a Randall.
Llamé a Randall , pero no me fui tranquilo a la cama.
A la mañana siguiente Randall salió de paseo por Hyde Park justo cuando
yo salí también. Me alegré mucho y le saludé:
-¡Hola Randall! ¿Qué haces aquí?
-¡! Qué casualidad ¡Hola a ti también!. Pues nada dando un paseo a ver si
me despejo o me vienen ideas...
-Yo he salido porque no aguantaba un segundo más entre 4 paredes sin
nada que hacer. No lo aguantaba así que salí.
-Es muy agobiante, si...
-Ya lo sé, que me vas a contar...Ja ja ja
8

Mientras se reían se les olvidaban sus tristezas, agobios, pensamientos...
Al cabo de horas se dieron cuenta de que había pasado mucho tiempo
desde que empezaron a hablar. Miraron la hora y se sobresaltaron.
-¡Madre mía! Que tarde se nos ha hecho...
-Es verdad...La 13:00h que tarde, madre mía, ¡no!
-¿Qué pasa Randall?
-¡Tengo a las 13:15 un almuerzo importantísimo familiar!
-¡Pero no te quedes ahí! ¡Corre! ¡Vamos!
-Gracias, luego nos vemos.
Corriendo corriendo, desapareció entre los árboles del parque. Yo volví a
casa. No sabía que hacer así que puse la tele.
-A ver lo que ponen ahora....
Me gustó lo que había, así que me puse a verla. Después de una hora, se
me hizo muy tarde y tuve que dejar la tele y preparar la comida, porque
mi hermana venía desde Madrid (España) y tenía que sorprenderla. No
sabía que hacer así que le preparé pescado a la plancha con verduras.
Terminé de hacerlo justo cuando sonó el timbre. Era mi hermana. Loco de
contento le abrí la puerta:
-Anee, ¡cuánto tiempo! ¡Te he echado de menos!
-¡Hermano! Igualmente...
-Pasa y siéntate. Te he hecho el almuerzo. ¿Vamos y comemos?
-Claro, ¿por qué no?
Hablaron, rieron, comieron...Yo le dije:
9
-Tu eres mi hermana, no me voy andar con rodeos.
-Han robado la máscara de los prodigios y Randall y yo estamos
investigando.
- Randall es un amigo de la escuela, ¿no te acuerdas?
-Si es verdad, pero, ¿qué quieres que haga yo en todo esto?
-Pues....bueno....eh…yo solo te lo contaba.
-Pero, ¿seguro que no quieres que haga nada?
-Vale si, me has pillado. La cuestión es que tienes que
ayudarnos a Randall y a mí.
- El otro día encontramos una pista, un trozo de tela de sombrero, y tienes
que ayudarnos a encontrar al sospechoso. Ese mismo día preguntamos a
nuestros amigos pero todos dijeron que no sabían nada.
-¿Y ninguno se puso nervioso?
-Sí bueno Christopher se puso nervioso.
-Vale, llama a Randall, dile que venga, debemos ir a la casa de
Christopher a preguntarle si tiene sombreros y que no los enseñe.
A los 10 minutos...
-Hola Randall cuanto tiempo, has crecido mucho desde la última vez que
te vi. Bueno eso no es lo interesante, debemos ir a la casa de Christopher.
- ¡¡¡Vamos! ¡¡¡
Cuando llegamos tocamos el timbre y nos abrió.
-Hola, ¿a qué venís?
-¿Tienes algún sombrero?-pregunto Anee.
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-Sí, ¿por qué?
-¿Nos los dejas ver?
-Sí, pasad a mi habitación, estos son los tres que tengo.
Entonces nos dimos cuenta de que uno de ellos le faltaba un trozo de tela,
y disimulando dije: -¿me puedes traer un vaso de agua?
- Si un momento voy a por él.
En ese momento Anee sacó el trozo de tela y lo puso encima del trozo que
faltaba en el sombrero y encajaba.
Entró Christopher, Anee guardo el trozo de tela, yo me bebí el vaso de
agua y nos fuimos.
Llegamos a casa de Randall y comentamos sobre lo del trozo de tela y
dijo mi hermana: -¿vale donde encontrasteis el trozo de tela?
Y los dos dijimos:
-En la calle Raoul Wallenberg ¿por qué?
-Porque...
- ¿Por qué? Dijo Randall.
- Por nada. Venga hermano vayámonos ya, se nos va a hacer tarde para
ver la película que tenía propuesta ver en el cine.
Anee y yo nos fuimos en taxi al cine, que estaba en la calle Road Wall. La
película se titulaba LA NOCHE SOLEADA. Era de ciencia ficción, fue
un rollo total, los personajes siempre hacían lo mismo. Llegamos a casa a
las 17: 00 pm. Yo llegué cansado y me fui a dormir.
-Anee, si quieres dormir, duerme en el sofá-cama.
11
- No estoy cansada, voy a hacer unos trabajos en el portátil. Descansa
bien.
- Cuando me despierte, iremos al Museo a buscar más pistas
para encontrar la máscara de los prodigios.
A las 18:00 me desperté y fuimos corriendo al Museo. Avisé
a Randall y cuando llegamos había una nota que ponía:
NUNCA ENCONTRARÁS LA MÁSCARA,
MAS EN UN LUGAR SECRETO ESCONDIDA ESTÁ.
Me quedé pensando, ¿en qué lugar podría estar? Teníamos una persona
muy sospechosa. Anduvimos unos cuatro metros y encontramos un mapa.
! ¡Seguramente sea la solución! Dijimos Randall y yo.
! No lo creo, este mapa es falso, no conduce a ninguna parte.
! Bueno ya que este mapa es falso nos iremos a casa.
! Mañana a las 12: 00 nos veremos todos aquí otra vez a ver si hay otra
pista.
Todos nos fuimos a nuestras casas. Anee y yo cenamos en el restaurante
más caro de la ciudad.
Al día siguiente yo me levante y empecé a preparar las cosas hasta que
Anee se levantó.
- Preparo mis cosas y nos vamos.
- Yo llamaré a Randall para que vaya para allá.
Los tres volvimos al Museo y allí encontramos otra pista
-Creo que esta ya será la definitiva. Dije yo.
-No lo creas, es falsa, el ladrón quiere que caigamos en sus trampas.
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-Estamos tratando con un hombre muy listo, tenemos que tener cuidado
porque si no estamos alerta nos pillará y acabará con nosotros.
-Bueno chicos, sigamos buscando, si seguimos así seguramente
encontraremos algo que nos servirá mucho.
Randall, Anee y yo nos fuimos a mi casa y encontramos una carta escrita
con letras recortadas.
En la carta ponía:
“Vaya vaya, parece que os he subestimado. Sois más listos de lo que
pensaba, pero no os creáis que sois los únicos que tenéis trucos, yo
también sé trucos muy buenos.”
Anee dijo:
-Vaya este tío es muy bueno. Hay que buscar más.
Entonces fuimos de nuevo al museo y encontramos marcas en el
expositor de la máscara, eran marcas de golpes. Después encontramos un
sombrero igual al de Christopher con el trozo que faltaba. Fuimos a casa
de Christopher e increíblemente conseguimos sorprenderlo y retenerlo
para hacerle unas preguntas. Parecía más nervioso de lo normal.
Randall le preguntó:
-Hola Christopher, queremos hacerte unas preguntas más sobre el robo de
la máscara, es que hemos encontrado tu sombrero en el museo.
Christopher contestó:
-¡Sí es mi sombrero, lo estaba buscando por todas partes! ¿Dónde lo
habéis encontrado?
-En el museo.
Christopher se calmó y nos contó su coartada.
13
-Sí, estuve en el museo buscando mi libro, creía que lo había perdido en
el museo, así que fui allí y seguramente se me cayó el sombrero sin darme
cuenta. Es que ese libro es muy importante para mí.
Entonces volvimos a casa y Randall encontró en su buzón otra carta que
ponía:
“Vaya, vuestro tiempo se agota, tic,tac,tic,tac…. JaJaJaJa. Estáis en un
aprieto.”
La conclusión que dedujimos era que el sospechoso estaba jugando con
nosotros, que al parecer estaba dejando falsas pistas, para mantenernos
alejados de la máscara.Analizando todo lo que llevábamos desde el
comienzo, teníamos varios sospechosos aunque seguíamos pensando que
el mayor de los sospechosos era Christopher, por su nerviosismo al
hablarnos sobre el robo de la máscara y por haber encontrado su sombrero
en el museo. Entonces dedujimos que sería mejor volver a nuestros pasos
anteriores, al principio, por si se nos había escapado algún detalle
importante o alguna pista. Decidimos que sería mejor empezar a
investigar otra vez el billete de avión.
Después de todo el día revisando cada detalle insignificante y cada cosilla
del billete, sin ninguna ayuda ni pista, decidimos irnos a descansar, ya que
era bastante tarde y mañana íbamos a proseguir con la investigación.
-Bueno es mejor irse a dormir ya, que mañana tendremos que levantarnos
temprano para ir al museo otra vez. Dije yo:
-Sí, tienes razón, será mejor irse. Nos vemos mañana en la estación de
autobuses a primera hora de la mañana.
Cuando nos encontramos en la estación de autobuses, vimos a
Christopher en un taxi en dirección al aeropuerto, con una extraña cosa en
las manos. Pensamos que podría ser la máscara así que decidimos seguirle
hasta el aeropuerto y ver si llevaba o no la máscara.
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Al llegar al aeropuerto perdimos de vista a Christopher, pero escuchamos
por megafonía que el avión de Manchester se iba a embarcar dentro de
treinta minutos en la puerta de embarque 14 B. Fuimos corriendo allí,
pero no le encontramos. Nos quedamos esperando escondidos para ver si
aparecía.
-¿Crees que nos habrá visto y se ha ido?
-No lo sé Randall, lo único que sabemos es que si va a tomar el avión
tiene que ser aquí y hay que ser pacientes.
Entonces a lo lejos vimos a Christopher que venía corriendo hacia la
puerta de embarque. Cuando llegó, nosotros salimos de nuestro escondite
y fuimos a hablar con él antes de que se fuera. Christopher intentó escapar
de nosotros pero mi hermana Anee, que es muy buena corriendo, lo
atrapó. Yo intentaba calmarle pero no funcionaba, estaba muy nervioso y
tenía mucho miedo.
El gritaba: - ¡no llaméis a la policía, por favor!
Nosotros contestábamos que no íbamos a llamar a nadie, que se
tranquilizara, pero él no nos hacía caso.Cuando se tranquilizó un poco lo
intentamos llevar a mi casa para hacerle algunas preguntas. Al entrar nos
pidió un vaso de agua. Él se quedó en el salón y todos nos fuimos a la
cocina a pensar que le preguntaríamos pero al ir otra vez al salón él no
estaba allí, había una nota encima de la mesa que ponía – no os creáis tan
listillos porque el tiempo se acaba. -
Anee se enfadó mucho porque ella venía a disfrutar sus vacaciones con su
hermano, que lo echaba mucho de menos, así que nos dijo que por qué no
llamábamos a la policía. Nosotros le contestamos que si llamábamos a la
policía, él se enteraría y lo primero que haría sería escaparse del
país.Fuimos otra vez al aeropuerto, por si lo encontrábamos, pero el avión
que iba a Manchester ya había despegado. Fuimos corriendo a los
despegues para decirles que en el avión que iba para Manchester había un
ladrón. Ellos nos preguntaron qué había robado y le contestamos:
-Ha robado una máscara de un museo.
15
-¿Seguro que es él?
-Sí, llevamos mucho tiempo investigando. ¿Podrías parar el avión, por
favor?
-Perdón, pero no puedo parar ningún avión que ya ha despegado.
-Por favor esa máscara tiene mucho valor para nosotros.
Randall le dijo a Anee que tendríamos que ir a Manchester y decírselo a la
policía de Manchester, Anee nos dijo:
- Ellos no nos harán caso.
-¿Por qué?
-Porque nos dirán que se lo digamos a la policía del museo.
-Pero si la policía del museo estaba en su hora de descanso, como vamos
a poder decírselo. Dijo Anee.
Al final Anee y yo nos fuimos a Manchester. El viaje duró unas cuantas
horas y al llegar Anee y yo lo primero que hicimos fue ir a comer porque
teníamos muchísima hambre. Fuimos al restaurante Manolo's, que
hacían unas comidas súper buenas, según Anee, porque ella había estado
con su exnovio de vacaciones en Manchester hacía dos años y medio.
Lo que más nos sorprendió a Anee y a mí fue que el dueño del restaurante
Manolo's era y es, el mejor amigo del sospechoso, ya que en las paredes
en el restaurante había fotos del dueño con Christopher. Le preguntamos
al dueño por aquellas fotos y nos dijo que era uno de sus mejores amigos.
Según el dueño y cocinero del restaurante Manolo's, ya eran amigos de la
infancia y la adolescencia. Pero por desgracia, él se tuvo que ir a
Manchester para poder ampliar su carrera como cocinero (a Manolo, el
dueño del restaurante le encantaba la cocina desde chico).
En ese momento, Christopher entró en el restaurante para saludar a su
gran amigo Manolo y al vernos allí salió corriendo.
16

Anee y yo salimos también detrás de él, pero nuestro sospechoso conocía
muy bien las calles de Manchester, así que corriendo por un callejón
subió a una escalera y pudo escapar. Anee de la rabia que le entró al ver
que el ladrón podía escapar tan pancho, le pegó una patada a la papelera
que había por delante suya. Esa patada le dolió tanto, que tuvo que ir al
hospital más cercano. La llevé al hospital y allí nos dijeron que no era
grave pero tenía que estar en reposo una semana. A la pobre de la
impotencia se le escaparon unas lagrimitas.
Yo intentaba darle ánimos para que se alegrara pero ella no se alegraba
con nada. Así que llamé a un amigo suyo, que por suerte vivía en
Manchester, y le pedí que por favor viniera a ayudarnos para poder
atrapar al ladrón de la máscara de los prodigios que vale tanto.
Anee ,con ayuda de unas muletas, salió un momento para poder comprar
una barra de pan pero se encontró con un encapuchado, al que no pudo
verle la cara pero le dio una carta que ponía:
“No podréis atraparme. He escondido la máscara en un lugar donde jamás
la encontrareis”.
En ese preciso momento se dieron cuenta que detrás de la carta había una
dirección: 2234 de la calle Romero.
Nos dirigimos inmediatamente a esa dirección, pero allí no encontramos
nada. Lo único que vimos era una carta en la nevera en la que ponía lo
mucho que quería volver con su esposa Sara.
De ahí dedujimos que el ladrón tenía novia y que se llamaba Sara.
Entonces buscamos por internet la casa en cuestión, pero no salía nada.
Lo que no sabíamos era que el ladrón se había molestado en eliminar
cualquier prueba incriminatoria sobre su familia.
Volvimos al restaurante y allí le hicimos al propietario unas preguntas. Al
señor del restaurante se le veía muy nervioso. En ese momento, entró un
cliente habitual, y aun se puso más nervioso. El cliente al vernos allí salió
corriendo así que salimos detrás pero lo perdimos entre la multitud.
17
Llevaba una gabardina con el cuello alzado y un sombrero de ala ancha
así que no pudimos verle la cara. Nos volvimos al restaurante a pedir
explicaciones pero estaba cerrado. Salimos a buscar pistas y entonces
vimos por el suelo la gabardina y el sombrero. Seguimos el rastro de ropa
hasta un bar de la ciudad.
Con mucha curiosidad entramos en el bar. Allí dentro había una mesa de
billar y una música muy fuerte de fondo. Preguntamos al camarero si
había visto algo sospechoso, y nos dijo que no, pero sí que un hombre
esta mañana con las prisas, se le olvido pagar.
Decepcionados nos fuimos con la cabeza muy baja.
Alquilamos una habitación en un hotel llamado J.H.C., y allí vimos las
pistas que teníamos, pero no teníamos casi nada.
Entonces, mirando por la venta vimos a un hombre muy sospechoso, ya
que iba vestido de negro como Bad Black y lo vimos intercambiar una
bolsa con un anciano. Bajamos corriendo por la escalera porque el
ascensor estaba cerrado, pero al bajar ya no había nadie.
Estábamos hablando sobre como podía haber estado ese señor ahí hace
un momento y de repente, cuando bajamos, ya no había nadie.
Entonces decidimos volver a nuestras habitaciones y seguir observando
y pensando con las pistas que teníamos.
En un momento dado decidimos ir al restaurante del hotel y cuando
salimos del restaurante vimos al anciano sentado en un banco. Fuimos
hacia él y le preguntamos:
-¿Perdone, usted sabe algo de lo de la máscara?
El hombre nervioso no contestó, así que se lo preguntamos por segunda
vez y nos contestó que él no sabía nada de la máscara pero de repente...
18

...el anciano se quitó el disfraz que llevaba puesto, era...
¡Christopheeerr! Entonces Christopher sacó una pistola, pensé
que era mi fin, pero de pronto encontré una piedra; se la lancé y le
di en la mano donde tenía la pistola. Eso me dio el tiempo justo
para coger de mi mochila mi pistola y apuntarle. Fue cuando
sucedió algo que nunca pensé que pasaría y sucedió, Randal cogió
su mochila y sacó la máscara. Estaba sorprendido, ¡mi mejor amigo
me había traicionado! Randall empezó a formar el caos. Con su
máscara empezó a destruir edificios, puentes, coches, casas, etc.
Era el fin.
De pronto se me ocurrió una idea. Entré en el Hotel J.H.C, que
por suerte no estaba destruido, subí hacia la terraza, pensé que
desde allí sería más fácil desarrollar mi plan. Empecé a gritar para
llamar la atención de Randal y cuando me miró le disparé a la cara.
Al darle en la cara la bala destruyó la máscara, devolviendo la paz
al mundo.
Randal cayó del cielo pero por suerte los bomberos lo salvaron
poniendo un colchón en el suelo (siempre llevan uno por si pasan
cosas como esta).
Al día siguiente, los policías arrestaron a Christopher y su
banda. Randal tendrá que cumplir 5 años de cárcel, esto le
enseñará a no meterse conmigo y mi hermana.
19
FIN
20

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