2. “Detrás y delante me rodeaste,
Y sobre mí pusiste tu mano…
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia?
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás.
Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar,
Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra”
Salmos 139:5-10
A la capacidad de Dios de estar en todas
partes a la vez se la conoce como
Omnipresencia.
Pero, aunque Él puede estar en cualquier
lugar, ha decidido tener un lugar concreto
donde encontrarse con los ángeles, los
mundos no caídos… y nosotros, cuando
estemos al fin con Él.
3. “Oye, pues, la oración de
tu siervo, y de tu pueblo
Israel; cuando oren en
este lugar, también tú lo
oirás en el lugar de tu
morada, en los cielos;
escucha y perdona”
(1ª de Reyes 8:30)
“Porque miró desde lo
alto de su santuario;
Jehová miró desde los
cielos a la tierra”
(Salmos 102:19)Dios habita en el Cielo, concretamente en el
Santuario, “aquel verdadero tabernáculo que
levantó el Señor” (Heb. 8:2), del cual el santuario
terrenal era “figura y sombra” (Heb. 8:5)
¿Qué hace Dios en el Santuario celestial?
1. Allí tiene su trono, desde donde gobierna.
2. Allí es donde recibe la adoración.
3. Allí es donde administra justicia.
4. Allí es donde ministra para nuestra salvación.
4. “Justicia y juicio son el cimiento de
tu trono; misericordia y verdad van
delante de tu rostro” (Salmos 89:14)
“Jehová estableció en los cielos su trono,
y su reino domina sobre todos” (Salmos 103:19)
Sentado en su trono, Dios reina sobre toda su
Creación porque no existe nadie superior a Él.
¿Cuáles son las bases del gobierno divino?
El carácter de Dios se refleja en su forma de gobernar.
Él desea que su pueblo manifieste este mismo carácter.
“Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y
qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y
amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”
(Miqueas 6:8)
5. En Apocalipsis 4 y 5, Juan ve una escena del Trono de Dios —donde están el Padre, el
Hijo y el Espíritu Santo— rodeado por cuatro seres vivientes, 24 ancianos y millones
de millones de ángeles.
“Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la
tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está
sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el
poder, por los siglos de los siglos. Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y
los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive
por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 5:13-14)
Delante del trono se ve
un mar de vidrio, el
lugar de audiencia
donde Dios se
encuentra con sus
criaturas (Ap. 15:2)
En este lugar, Dios
recibe la adoración de
todo ser creado.
6. “La iglesia de Dios en la tierra es una con la iglesia de Dios en
el cielo. Los creyentes de la tierra y los seres del cielo, que
nunca han caído constituyen una sola iglesia. Todo ser
celestial está interesado en las asambleas de los santos que en
la tierra se congregan para adorar a Dios. En el atrio interior
del cielo, escuchan el testimonio que dan los testigos de
Cristo en el atrio exterior de la tierra. Las alabanzas de los
adoradores de este mundo hallan su complemento en la
antífona celestial, y el loor y el regocijo repercuten por todos
los atrios celestiales porque Cristo no murió en vano por los
caídos hijos de Adán. Mientras que los ángeles se sacian en el
manantial principal, los santos de la tierra beben los raudales
puros que fluyen del trono y alegran la ciudad de nuestro
Dios. ¡Ojalá que todos pudiesen comprender cuán cerca está el
cielo de la tierra!... Recordemos todos que en cada asamblea
de los santos realizada en la tierra, hay ángeles de Dios
escuchando los testimonios, himnos y oraciones. Recordemos
que nuestras alabanzas quedan suplidas por los coros de las
huestes angélicas en lo alto” E.G.W. (Testimonios para la iglesia, tomo 6, pg. 366)
7. “Pero Jehová permanecerá
para siempre; ha dispuesto
su trono para juicio” (Salmos 9:7)
A causa del pecado, el Santuario
celestial toma las funciones de
tribunal de juicio, donde santos
y pecadores son juzgados.
Dado que el gobierno divino se
basa en la justicia y la
misericordia, podemos estar
seguros del recto juicio de Dios.
Su sentencia es inapelable.
“Mas Jehová está en su
santo templo; calle delante
de él toda la tierra” (Habacuc 2:20)
8. “por lo cual [Jesús] puede también
salvar perpetuamente a los que por él
se acercan a Dios, viviendo siempre
para interceder por ellos” (Hebreos 7:25)
¿Dónde intercede Jesús por nosotros? ¿Dónde
obtiene para nosotros salvación eterna?
“Ahora bien, el punto principal de lo
que venimos diciendo es que tenemos
tal sumo sacerdote, el cual se sentó a
la diestra del trono de la Majestad en
los cielos, ministro del santuario, y de
aquel verdadero tabernáculo que
levantó el Señor, y no el hombre”
(Hebreos 8:1-2)
“Cristo está en el Santuario celestial
para hacer expiación por su pueblo;
para presentar su costado herido y
sus manos traspasadas al Padre; para
rogar por su iglesia que está en la
tierra; para purificar el Santuario de
los pecados de su pueblo”
E.G.W. (Review & Herald, 28 de enero de 1890)
9. En el Apocalipsis aparecen imágenes del Santuario, y la mayoría de las secciones
principales del libro comienzan con una escena del Santuario, o la incluyen.
La primera escena
muestra a Cristo, vestido
como sumo sacerdote,
caminando entre los siete
candeleros (Ap. 1:12-20)
La segunda escena
muestra la sala del Trono
celestial, con un trono,
lámparas, mar, Cordero
inmolado, sangre,
recipientes de oro con
incienso (Ap.4, 5)
La tercera escena se
refiere al servicio
continuo de intercesión
en el contexto del primer
departamento del
Santuario celestial
(Ap. 8:2-6)
La cuarta escena, la
central, da una vislumbre
del Arca del Pacto en el
segundo departamento
(Ap. 11:19)
La quinta escena muestra
el Tabernáculo celestial
entero (Ap. 15:5-8)
La sexta escena no contiene
ninguna referencia explícita al
Santuario, para ilustrar que la
obra de Cristo allí había
terminado (Ap. 19:1-10)
La escena final tiene que
ver con la Santa
Ciudad, descrita como el
Tabernáculo bajando del
cielo” (Ap. 21:1-8, NVI)
Aquí podemos ver
una progresión en
la salvación: desde
Cristo sobre la
tierra, su ministerio
celestial y,
finalmente, el
nuevo Tabernáculo
sobre la tierra.