El documento compara la situación política y social de Argentina en 1976 con la de 2010, señalando numerosas similitudes preocupantes. En ambos períodos, el país estaba gobernado por figuras débiles manipuladas por otros, inundado de delincuencia e inseguridad, y lastrado por problemas económicos como la alta inflación y el control de precios ineficaz. La única diferencia notable es que en 1976 Argentina tenía un papel más prominente en Latinoamérica.