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1. Mercantilismo

Marco:
Histórico: durante los S.XV y XVI y alcanza su máximo apogeo en el XVII.
Geográfico: En Europa, especialmente en Inglaterra y España
Social: los mercaderes comenzaron a formar parte de una nueva clase social en ascenso: la
burguesía. Descubrimiento de América

Teoría económica:
Su antecedente es el metalismo.
Argumentaban que la fortaleza económica se aseguraba con la ACUMULACIÓN DE
RIQUEZAS. Además era una reserva en caso de guerra.
Para ellos el Estado debía ocuparse de reglamentar las diferentes actividades económicas.
Basándose en la importancia de los metales preciosos, privilegiaron el comercio exterior para
obtenerlos; y para que hubiera mayor cantidad de metales, sostenían que las exportaciones
debían superar a las importaciones. Por ello aplicaron medidas proteccionistas. Pensaban que la
riqueza provenía del intercambio, no habían comprendido que la fuente de la riqueza era el
trabajo.

2. Fisiocracia

Marco:
Histórico: S.XVIII
Geográfico: Francia
Social: la gran mayoría de los franceses vivía en el campo y los productos agrícolas y ganaderos
les proporcionaban su sustento diario.
Tipo de gob.:monarquía
Teoría económica:
Creían que la soc debía regirse por "leyes naturales" y que el Estado no debía intervenir para
modificarlas.
En materia económica, entendían que la única actividad humana capaz de producir una nueva
riqueza era la agricultura. Por eso el comercio no favorece la prosperidad de un país.
S/ellos, la única clase productiva era la que trabajaba la tierra, los otros sectores económicos
eran caracterizados como la "clase estéril", ya que no producían riquezas.
Proponían el establecimiento de un impuesto único al campo y la eliminación de la gran
cantidad de impuestos del reino
En materia de comercio exterior se oponían a los mercantilistas. Rechazaban las medidas
proteccionistas y las regulaciones al comercio exterior. El rey debía intervenir lo menos
posible,.

3. Capitalismo

Marco
Histórico: siglos XV a XVIII , comienza con la caída del sistema feudal
Geográfico: Europa, especialmente Inglaterra
Social:

        Surgimiento de la manufactura, cada vez hay menos trabajo artesanal.
        Comienza la división del trabajo, lo que aumenta la productividad y abarata el precio
        del producto. Se comenzó así a acumular capital.
        Apertura de las primeras fábricas y emigración del hombre hacia las ciudades.
        Finalmente la Revolución Industrial, con la invención de la máquina de vapor y su
        aplicación en la industria. El gran desarrollo el maquinismo desplazó el trabajo manual,
        fueron apareciendo máquinas especializadas para c/tipo de tarea.

Tipo de gobierno: monarquía
Teorías económicas: capitalismo: sistema económico en el que los bienes de producción son
propiedad de los dueños del capital.
La edad moderna


INTRODUCCIÓN




El liberalismo económico como base del capitalismo estableció:
- reconocimiento de la propiedad privada.
- Organización y coordinación entre todos los participantes en las transacciones económicas,
productores, vendedores, compradores, empleados, etc,…
- Libertad en la circulación de los productos. Esto suponía suprimir aduanas que a su vez
disminuía los costes aumentando la productividad. Esto fue una clara influencia de la
fisiocracia de Quesnay (s. XVIII) con el lassez faire. Suponía a su vez estar en contra de todo
intervencionismo y proteccionismo por parte del Estado como proponían los mercantilistas (ss.
XVI-XVII), fomentar el comercio y así entre todos conseguir una balanza comercial positiva, en
la cual las exportaciones fueran mayores que las importaciones y evitar la fuga de metales.
Esta última cuestión fue fundamental para los mercantilistas, ya que era la única manera de
evitar que los metales salieran del país.
- La agricultura como gran generadora de riqueza pero con diferencias respecto a la fisiocracia.
Esta la elevó a única actividad generadora de riqueza y beneficio luego única actividad que
tenía que pagar impuestos. Confirmó a los alimentos como unas mercancías más, adquiriendo
carácter especulativo. La segunda diferencia fue basar la producción económica en la
estructura social reforzando el sistema según la propiedad de la tierra, sistema social de
antiguo régimen. El liberalismo proponía un cambio en la estructura de la propiedad (nueva
sociedad) o en la actitud de los propietarios, aumentando inversiones y trabajo para aumentar
beneficios y disminuir el número de rentistas.
- La búsqueda de la maximización del beneficio. Para los librecambistas la riqueza era ilimitada
y cada uno podía gestionarse como quisiera mientras para los mercantilistas (Malynes, Mun,
Misselden) esta era limitada, por eso para ellos equilibrar la balanza comercial o que fuera
positiva fue fundamental porque la riqueza que uno perdía la ganaba otro y esto era a través
del acumulo de metales preciosos (para ganar había que retener) mas que por lo producción
en la que se basaban fisiócratas y librecambistas.

Importantes fueron los arbitristas españoles (Luis Ortiz, Azpilicueta, Domingo de Soto y Tomás
de Mercado entre otros), que fuera de marcar una clara teoría económica fueron
fundamentales para el desarrollo de las mismas, puesto que reflejaron la economía de su
época. Describieron las consecuencias de la especulación, la abundancia de moneda, el
aumento de la presión fiscal, el exceso de ostentación, la falta de ahorro y de inversión de los
beneficios obtenidos. Para ellos para conseguir un desarrollo económico óptimo había que
favorecer la formación y educación de la población (Jovellanos).
Transito de la Edad Media a la Edad Moderna
[editar] Nicolás de Cusa




Nicolás de Cusa

El tránsito de la Edad Media al espíritu científico y filosófico de la Edad Moderna viene
marcado especialmente por Nicolás de Cusa (1401-1464). En él se aúnan el
neoplatonismo (sobre todo de tipo místico), el pensamiento de Dionisio Areopagita, el
nominalismo del final de la Edad Media, con su base matemática y agnóstica, el
aristotelismo proveniente de Averroes, el tomismo y el humanismo. Todo ello cristaliza
en Nicolás de Cusa de una forma totalmente personal: se trata de un nuevo estilo de
platonismo y neoplatonismo místico que abrirá las puertas a la filosofía natural posterior
de la Edad Moderna.

Nicolás de Cusa parte de la distinción radical platónica (con la categoría del jorismós)
entre Dios infinito y el mundo finito: aquél es la unidad de la complicación del mundo
de opuestos creados por Él, y el mundo, a su vez, viene a ser una explicación de la
unidad divina. Con estos conceptos de complicatio y explicatio de Dios y mundo, se
introduce un nuevo elemento platónico: la mezexis o participación.

Ahora bien, guiado por el naturalismo aristotélico, su atención se centra en los seres
finitos, concretos, naturales y opuestos unos a otros; sin embargo, se aparta
inmediatamente de Aristóteles y de toda la tradición medieval al establecer que todos
los seres ocupan un mismo rango dentro del orden de lo creado; ya no hay diferencia
entre el mundo supralunar e infralunar, ni los elementos se cualifican por el lugar que
ocupan en el espacio. Todas las cosas y elementos gozan de la misma naturaleza creada
y sólo se diferencian por el hecho de que tengan más o menos elementos simples,
unidos en una u otra proporción. Más aún, esta concepción obedece al principio de que
nada es exacto y absoluto, excepto el infinito, esto es, Dios. Todo lo demás está situado
en un lugar cuyo punto de referencia siempre será relativo, no puede hablarse de un
arriba o un abajo absolutos, ni de una Tierra como centro firme e inconmovible del
Universo; nuestro conocimiento de lo creado finito es siempre relativo, excepto cuando
se trata de Dios que, en la otra vida y en unión mística, es exacto.

El naturalismo aristotélico ha llevado al Nicolás de Cusa a la destrucción del mismo
Aristóteles y precisamente por la intromisión del pensamiento platónico. Es posible que
además de la terminante división platónica entre Dios, ideas y mundo, intervenga en su
concepto de conocimiento inexacto y relativo de lo creado la indeterminación corética
que Platón hace operar en el Timeo por medio de la materia-espacio o jora. Al
establecer, por lo demás, como único centro absoluto del Universo a Dios, y a todo lo
demás como relativo en su composición de todos los elementos en cada cosa y en su
posible conocimiento, poniendo además en pie de igualdad a todos los elementos,
inaugura una posible concepción moderna de la filosofía natural que será tomada por la
ciencia posterior. Sin embargo, sigue empalmando con la Edad Media por su
consideración teológica y por su arranque de Aristóteles y sobre todo del neoplatonismo
y Platón.

[editar] Platonismo
Marsilio Ficino

El platonismo inaugurado por Nicolás de Cusa es seguido particularmente en Italia, por
Jorge Gemisto Pletón (1355-1452), Juan Basilio Bessarion (1403-1472) y Ambrosius
Traversarius (1396-1439), naciendo así la Academia de Florencia, bajo el patrocinio de
Marsilio Ficino (1433-1499) y Cosme de Médicis, y en la cual florecieron el mismo
Marsilio Ficino y Cristóbal Landino (1424-1498). Dentro del mismo neoplatonismo del
Cusano se mueven León Hebreo (1460-1533), Francisco Baibizzi (1529-1597) y sobre
todo, en orden a la filosofía natural, Pico della Mirándola (1463-1494). Éste,
estrechamente ligado a la Academia platónica de Florencia, estudió a Aristóteles y el
averroísmo, con lo cual pudo encuadrar al Estagirita dentro de un contexto neoplatónico
más amplio. Para Pico della Mirándola el hombre está sometido a una previa y radical
indeterminación desde la que tanto puede degradarse como regenerarse y
perfeccionarse. Para lograr la máxima perfección el hombre dispone de las Ciencias y
de la Filosofía y, dentro de esta última, la filosofía natural especialmente. Ciencias y
filosofía son caminos para una especulación más alta: la Teología, donde el hombre
encuentra plenamente la paz; la ciencia aristotélica y la religiosidad que impregna el
platonismo renacentista se hallan, pues, unidas en Pico della Mirándola.

Esta unidad de Aristóteles y Platón se refleja aún más al describir de modo más
detallado los medios que hacen falta para lograr esa paz, fin último del hombre. Estos
medios son: primeramente la magia, calificada por Pico, como «la total perfección de la
filosofía natural», teniendo por objeto el descubrimiento de la unidad radical e
imbricación de todos los seres entre sí; en segundo lugar, la cábala que sirve para
interpretar los misterios divinos mediante una hermenéutica de las Sagradas Escrituras
con categorías y procedimientos típicamente platónicos y neopitagóricos: se trata de
extraer el sentido oculto de la letra bíblica; por último, la astrología, dando a esta
disciplina un carácter matemático en forma de astronomía y quitándole todo aquello que
pueda atentar contra la dignidad del hombre, a saber: el hecho de que la vida humana
esté condicionada por la marcha de los astros y de los seres celestes. El naturalismo
aristotélico y averroísta lleva a Pico della Mirándola a la consideración de la filosofía
natural; el platonismo, a la matematización del universo y a la íntima relación existente
entre todos los elementos del cosmos. Sobre los conceptos de magia y de filosofía
natural en el Renacimiento volveremos a hablar luego: son los precedentes de la ciencia
propiamente tal de la Edad Moderna.

[editar] Aristotelismo

Pico della Mirándola es así el prototipo del platonismo salido de Florencia en filosofía
natural, que, como hemos visto, a pesar de su filiación a Platón, deja entrever un intento
consciente o inconsciente de armonización con Aristóteles. Frente a esta línea
declaradamente platónica florentina, se levanta polémicamente el aristotelismo que
naciendo incluso dentro de la misma Florencia se centra sobre todo en torno a Padua.
Posteriormente puede distinguirse entre un aristotelismo propiamente tal y otro
averroísta: los dos coinciden en su preocupación por el problema del alma y su
inmortalidad, en su defensa de la necesidad con que funciona el mundo físico, en el
problema de las relaciones entre la libertad humana y la providencia y presciencia
divinas y, por último, en su mayor o menor adhesión a la doctrina de la doble verdad
averroísta. En todo caso, el aristotelismo renacentista ha contribuido eficazmente en la
Historia del pensamiento al mejor y más exacto conocimiento de Aristóteles y, sobre
todo, como queda dicho, al incremento del interés por las ciencias naturales y por la
filosofía natural.
Un exponente claro de este sector aristotélico es Pedro Pomponazzi (1462-1524),
médico y filósofo, incardinable en la facción del aristotelismo propiamente tal.
Pomponazzi busca ante todo el orden racional y necesario de la Naturaleza, razón por la
cual la fuente inspiradora de su filosofía natural es Aristóteles. Todo ser es algo
puramente natural, incluso el alma misma y, como tal, está sujeto a leyes necesarias,
inmutables y autónomas; Dios ha creado todo y actúa en todo, pero no de forma directa
sino naturalmente, por intermedio de todos los seres creados y sujetos por Él a unas
leyes naturales; el mismo milagro, no es sino efecto natural de unas circunstancias
físicas que por no ser «normales» y acostumbradas, resultan para nosotros
«milagrosas». Más aún, Pomponazzi, al admitir con el aristotelismo musulmán el
influjo de los astros y cuerpos celestes en la vida humana y natural de la tierra, explica
por este influjo natural y necesario los resultados de la magia.

Pero este naturalismo y cientifismo o pseudocientifismo nacido por impulso de la
renovación de Aristóteles, rebasa ya los mismos contenidos doctrinales de la filosofía
natural del Estagirita. Por ello, se pasa a la magia, al naturalismo, y, finalmente, a la
ciencia propiamente dicha del Renacimiento, dejando de lado al propio Aristóteles y
Platón, aunque, en realidad, sigue su influjo solapado e implícito en todo el pensamiento
naturalista siguiente.

[editar] Magia, filosofía natural y ciencia




Cardano

El primer paso después del rebasamiento de Aristóteles es el ya insinuado por Pico della
Mirándola: la magia. Ésta se basa en dos principios fundamentales: primeramente en el
hecho de que todo ser del universo está penetrado por una fuerza especial, única y
semejante (o igual) a la que anima al hombre y que lleva a una comunidad de todos los
seres en forma de simpatía universal. Con ello surge el intento de querer apresar esa
fuerza común y oculta como se puede apresar y dominar cualquier objeto natural. El
segundo principio se deriva de éste y consiste en la admisión de la posibilidad de
penetrar en los secretos más ocultos de la naturaleza de forma directa, para lo cual se
inventan fórmulas y procedimientos mágicos eficaces. Se trata, pues, de un dominio del
hombre sobre todo lo natural, partiendo de la base de la comunidad de naturaleza que
une lo más oculto y radical de los seres con lo más oculto y radical del hombre mismo y
sus poderes.

El núcleo del universo viene expresado de las formas más diversas; así, para Cornelio
Agripa Nettesheim (1486-1535), lo que penetra al hombre y al cosmos entero es el
espíritu; el hombre con su alma, puede así dominar los secretos del mundo por medio de
una magia naturalista, por una magia celeste o por una religiosa o ceremonial.
Teofrasto Paracelso (1493-1541) inaugura unos nuevos caminos para la medicina: ante
todo por su intento de unir íntimamente la teoría y la praxis de la misma. Esta idea tan
fecunda la cristaliza Paracelso mediante los principios base de la magia: si el hombre es
un microcosmos en continua y radical comunidad en su ser y actuar con el resto de
universo, para realizar una curación en él habrá que tenerse en cuenta todos los influjos
que pueda recibir de fuera (de los astros, de las estaciones, etc.) y se deberá actuar, no
sólo en el paciente sino también y sobre todo en el resto del universo que ha podido
producir en él un determinado fenómeno patológico; el procedimiento, pues, de la
terapia habrá de ser eminentemente mágico. Estas mismas ideas, en el ámbito de la
medicina mágica, son seguidas por Jerónimo Cardano (1501-1576). Otros
representantes de la magia renacentista son: Johannes Reuchlin (1455-1522), Juan
Bautista della Porta (1535-1615), Juan Bautista van Helmont (1577-1644) y Roberto
Fludd (1574-1637).

Un paso más adelante lo da la filosofía natural de Bernardino Telesio (1509-1588),
precursor en muchos aspectos (a pesar de las grandes diferencias que les separan) de
Galileo. Concretamente coincide con este último en el principio de que la naturaleza
goza de principios propios y autónomos; Dios efectivamente es creador, pero ha creado
la totalidad de las cosas; lo individual funciona según sus propias leyes; todo se explica
por ellas y no por la acción de Dios que no opera sobre lo particular sino sobre la
totalidad del Universo. Llega Telesio a confundir a Dios con las mismas fuerzas
naturales que rigen al cosmos, de forma tal que podría decirse que un aspecto de Dios
queda naturalizado. De acuerdo con esta idea de la naturaleza, de sus hechos y de sus
leyes, su ideal metódico es la «objetividad», preludio de un futuro empirismo cientista,
o de un racionalismo de tipo cartesiano. Ahora bien, el hombre puede conocer la
naturaleza, porque él mismo es naturaleza. Más aún y en esto discrepará Galileo, el
hombre y la naturaleza están unidos por un panhilozoísmo, hilozoísmo universal; todo
ser está dotado de sensibilidad al igual que el hombre; únicamente que este último
puede elevarse a consideraciones científicas superiores, que, por otro lado, no son más
que desarrollos de la misma sensibilidad y sin salirse de ella. Por lo demás, el mundo
está regido por dos fuerzas: el calor y el frío, y está compuesto de solamente dos de los
cuatro elementos clásicos: la tierra y el fuego.

Puede verse que Telesio surge con su filosofía natural, más cercana al cientifismo
posterior, del seno de la misma magia al admitir aquel pananimismo tan característico
de ésta. Por ello, Giordano Bruno (1548-1600) y Tomás Campanella (1568-1639),
pueden considerarse como seguidores telesianos desviacionistas, mientras que Galileo
será su seguidor más en la línea científica moderna. Giordano Bruno sigue adicto a su
entusiasmo por la naturaleza aunque en su vuelta al neoplatonismo y a la magia, le hace
abocar a un naturalismo dionisiaco que en realidad detiene el proceso de acercamiento a
la ciencia. Por parte de Campanella, su naturalismo está enfocado a la construcción de
una teología política o simplemente de una política.

Finalmente, sentadas las bases de objetividad, naturalismo, independencia y necesidad
de las leyes físicas y naturales y la posibilidad del hombre de conocerlas, queda abierto
el camino, a través de la filosofía natural, para que aparezcan en escena los científicos
propiamente tales de la Edad Moderna, tales como Leonardo da Vinci (1452-1519),
Copérnico (1473-1543), Kepler (1571-1630), Galileo (1564-1642), Francisco Bacon
(1561-1626).




EL PASO A LA EDAD MODERNA: EL DAVID DE DONATELLO
16, may
El Mercantilismo En La Edad Moderna
El Mercantilismo En La Edad Moderna
LOS PENSAMIENTOS ECONÓMICOS DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII
 I. PENSAMIENTO ECONÓMICO DE LA EDAD MODERNA:

 A. EL MERCANTILISMO: Las ideas mercantilistas constituyen en Portugal, España, Holanda,
Francia, Inglaterra, Alemania y Australia el foco del pensamiento económico desarrollado
durante el siglo XVII y en la primera mitad del siglo XVIII. El término Mercantilismo se aplica
con frecuencia al entorno intelectual e institucional que acompañó el ascenso de las Naciones-
Estados mas fuertes y descentralizadas; éstas se caracterizan por tener un territorio
claramente delimitado, una población constante, si bien no fija, y un gobierno.[

 a. Ideas principales:
 * Propusieron que la base de la riqueza de las naciones estaba en la abundancia de metales
preciosos (oro y plata).

 * Aplicaron el reglamentarismo y proteccionismo, con el fin de proteger la manufactura o
industria nacional.

 * Promovieron que el Estado sea propietario de las empresas.

 * Aplicaron el intervencionismo, es decir el Estado debería controlar el mercado.

 * Propiciaron el metalicismo; es decir, los metales preciosos es igual a riqueza, por tanto se
propuso acumular metales preciosos.

 * Iniciaron el navalismo, con el que todos los países querían ser una potencia mercantil y
marítima y a la vez promovieron el comercio exterior.

 * Resaltaron el colonialismo, por el cual los países querían tener sus propias colonias.

 * La soberanía nacional y la formación de Estados fuertes constituían los grandes ideales de la
época.



 b. Representantes:
 * España y Portugal: Olivares, Santis – Ortiz y Antonio Serra (bullonismo).
 * Francia: Jean Bodin, Antonio de Montchretien, John Law, Richard Cantillon y Juan Bautista
Colbert (colbertismo).
 * Inglaterra: Gerald de Malynes, Thomas Mun, Charles Davenant y William Petty.
 * Alemania: Von Seckendorff, Johann Becher y Von Hornick (cameralismo)....



l Mercantilismo o una historia de como se fortaleció el Estado Moderno
Cuando hablamos de mercantilismo hacemos referencia al conjunto de políticas o prácticas
económicas que hacían los "incipientes" estados modernos, allá por los siglos XVI-XVII. Fue
denominado así a partir del siglo XVIII por fisiócratas y por el padre de la Economía política,
Adam Smith, debido a la "obsesión" que tenian estos estados por acumular riqueza
procedente en su mayoría de los mercados, de hecho Carlos Marx se refierió a él como el
capitalismo mercantil.

La característica principal de esta "corriente económica", no es más que el
intervencionismo o proteccionismo hacia unas prácticas económicas que supogan un
acúmulo de riqueza para los estados.

Estas prácticas se basaban en proteger los productos de los propios territorios, tanto
agrícolas como manufacturas, frente a los exteriores mediante la imposición de aduanas
y consumos (impuestos indirectos a la importación). Estas políticas favorecieron la
autarquía típica de la sociedad del Antiguo Régimen, que se basaba principalmente en el
autoconsumo, pero que estaba despertando al comercio mundial favorecido a su vez por
los descubrimientos geográficos.

El Estado, además, tenia distintos monopolios sobre la importación de productos a los
que se le aumentaban los impuestos indirectos y que suponían un aumento de los
ingresos de las Coronas. Productos como el café, la sal, el tabaco, el cacao, té,
algodón,... y manufacturas como el cristal y la porcelana. Pero el principal monopolio
que tenía el monarca era la explotación de minas, principalmente las de metales
preciosos para su posterior acuñación y transformación en moneda, indispensable para
los mercantilistas como Colbert, que consideraban que la riqueza de las monarquias
procedían del acúmulo de estos metales (oro y plata básicamente). Esto se podía hacer
de tres maneras: por la posesión y extracción directa de las minas (España),
manufacturas (Francia) y comercio (Holanda e Inglaterra), esto último nos da lo
importante que era para ellos mantener una balanza comercial favorable. Su concepto de
riqueza era finito, el que ganaba lo hacía a costa de la pérdida de otro, por ejemplo,
"Holanda ganaba con el comercio y la piratería lo que España extraía de sus minas de
plata en América".

Un apunte que surgió en clase fue que este intervencionismo para aumentar la riqueza no se
invirtió adecuadamente en el estado sino que se invirtió en aumentar el prestigio y el poder
del rey (era una forma de propaganda), construyendo fastuosos palacios en vez de mejorar los
vías de comunicación terrestre. Fue, en definitiva un intervencionismo y una inversión muy
distinta a como la entendemos actualmente.

Discrepancia hay también entre los distintos autores entre si es una teoría económica o fueron
políticas encaminadas a fortalecer el Estado Moderno. Lo cierto es que algunas de estas
prácticas ya se aplicaban en la Baja Edad Media procedentes del monetarismo como, el papel
del príncipe en la acuñación y acúmulo de moneda (Nicolás de Oresme, s.XIV), mantener una
balanza comercial favorable se intenta hasta en nuestros días. Sea o no una teoría económica,
lo que si es cierto es que junto con otras ideas formó parte de un proceso que llevó desde la
Baja Edad Media hasta finales del s. XVIII a sentar las bases de la Economía política y que
serviría de base para comparar con otras teorías económicas y junto con esto su principal
consecuencia no fue más que fortalecer el poder de un monarca que ya se circunscribía en un
terrritorio y que para mantener su poder necesitaba una riqueza que procediera de una fuente
distinta a la anterior. Era mejor aumentar los impuestos indirectos y controlar ciertas parcelas
del comercio y las manufacturas y permitirse así prescindir de los impuestos directos y las
donaciones que se recaudaban a través de las distintas asambleas (Cortes, Estados Generales,
Parlamentos,...). Esto suponía, de forma indirecta, prescindir (en la medida de lo que se
pudiera) de los apoyos de grupos que hacían sombra a un poder que estaba creciendo. Esto se
confirmó, cuando a mediados-finales del s. XIX tras la unificación de Alemania, teóricos
económicos alemanes (Roscher) volvieron a hacer resurgir el nombre del mercantilismo, que
se identificó con la política económica de esa nueva Alemania que se estaba afirmando.

Esta entrada pretende dar una visión general sobre el mercantilismo, su definición y sus
características desde el planteamiento que se dió en clase. Ha sido algo complementado por
aportaciones bibliográficas, que son las siguientes:

-Schultz, H.; Historia Económica de Europa (1500-1800): artesanos, mercaderes y banqueros.
Concretamente el capítulo del comercio y el mercantilismo, Madrid, 2001.

- Kriedte, P.; Feudalismo tardio y capital mercantil: líneas maestras de la historia económica
europea desde el s. XVI hasta finales del s. XVII, Barcelona, 1987.

- Cipolla, C.; Historia económica de la Europa preindustrial, Madrid, 1987.

Mª Aránzazu Redondo Alonso



b. Representantes:
 * España y Portugal: Olivares, Santis – Ortiz y Antonio Serra (bullonismo).
 * Francia: Jean Bodin, Antonio de Montchretien, John Law, Richard Cantillon y Juan Bautista
Colbert (colbertismo).
 * Inglaterra: Gerald de Malynes, Thomas Mun, Charles Davenant y William Petty.
 * Alemania: Von Seckendorff, Johann Becher y Von Hornick (cameralismo).




Juan bodino, precursor del mercantilismo propiamente
dicho y autor de un tratado sobre la moneda.




Gerald Malynes, quien distingue entre usura e interés y es
el principal representante de la corriente metalista en el
mercantilismo.




Eduardo Misselden (1608-1654, primero en enunciar el
concepto de la balanza comercial.




Antonio Sierra, quien afirma que la industria es mejor que
la agricultura por las ventajas que ofrece.
Tomas Mun (1571-1641), mercantilista inglés que
desarrolló ampliamente dicha doctrina.




                                                 .




ERCANTILISMO
Corriente de pensamiento económico que cubre prácticamente toda la Edad Moderna, según
la cual, la prosperidad económica se alcanzaba fomentando la agricultura y la industria, a fin
de aumentar las exportaciones y restringir las importaciones, para acumular de este modo oro
y demás metales preciosos, el mayor exponente de la riqueza de las naciones por aquella
época. Como una nación no se puede enriquecer si no es a costa de que otra se empobrezca,
según la máxima de esta corriente de pensamiento, para instrumentar esta política el
mercantilismo recurrió a todo tipo de prácticas de intervención del Estado en la economía y la
protección del comercio exterior



El mercantilismo.
Una de las definiciones que se pueden dar de mercantilismo es la siguiente: “conjunto de
escritos económicos junto a la práctica económica que se da en Europa entre mediados del
siglo XVI y principios del XVII”.
Otros autores ofrecen otras como la de Enrique Martínez Ruiz (1991; 341): “Fase de la historia
económica situada entre la Edad Media y finales del siglo XVIII a lo largo de la cual los distintos
países europeos desarrollan una política económica similar”.

Dentro de esta corriente económica podemos encontrar dos ámbitos claramente diferentes:
teoría económica y práctica.

En función de la aplicación práctica del mercantilismo Simón Segura (2001; 85) distingue varias
corrientes:
Anglo-holandesa: tienden a las formas más libres de producción y comercio. Preocupados por
la acción individual de los comerciantes.
Francesa: Preeminencia estatal con predominio industrial. (Colbertismo).
Italiano-española: Más preocupados por los problemas monetarios e influidos por la tradición
medieval y eclesiástica.
Alemana: Se centran más en la administración y fiscalidad.

En el mercantilismo se da un continuo intervencionismo por parte de la Corona en la vida
económica, si lo comparamos con el libre comercio veremos que es lo contrario en este
sentido.
Este sistema económico se constituyó como un gran apoyo de las monarquías de ese
momento ya que aumentaban las riquezas del propio rey y se asentaba también el poder de
las élites, por lo tanto el mercantilismo ayudaba a sustentar el poder del rey.
Se realizó una legislación reguladora que perseguía lo anteriormente expuesto, mayores
ingresos para el monarca y las élites. Todo esto derivaba en el aumento del nivel de ingresos
fiscales como eran las alcabalas, tercias, etc.
Por lo tanto este intervencionismo contribuía a mantener lo gastos propios de la Corona.

Además de la continua intervención del monarca hay que destacar también el proteccionismo
que se lleva a cabo, incluso se puede decir que con cierta tendencia a la autarquía (Situación
económica en la que un Estado consigue todo lo que necesita sin que exista un comercio con
otros).
En los casos coloniales como el español se intenta perpetuar ese proteccionismo con el
monopolio a través por ejemplo de la creación de instituciones como la Casa de la
Contratación. El estudio de este tipo de instituciones resulta determinante para comprender el
comportamiento económico. Además la Corona española desde el primer momento aunque
existen iniciativas privadas es ésta quien posee la tutela y quien establece las reglas
pertinentes para el desarrollo del comercio con el Nuevo Mundo. Ello genera críticas en cuanto
a la legislación creada, ya que se afirma que ésta solo beneficiaba a la monarquía o que ésta
sólo buscaba el beneficio a corto plazo. (Antonio Acosta Rodríguez. Coord.; 2003).


Características básicas del mercantilismo:
Ø Poblacionismo, es decir, creencia en que cuanto más poblado esté un país mayor es su
capacidad de obtener riqueza.
Ø Bullonismo: creencia en que un Estado es más rico cuantos más metales preciosos tiene. Por
este motivo el objetivo básico del mercantilismo era conseguir todo el oro y la plata que se
pudiera. Esto se relaciona con lo que los sociólogos actuales denominan “Juegos de Suma
Cero” mediante los cuales se intenta estudiar los comportamientos desde un punto de vista
científico. El común denominador que guardan estos estudios con el mercantilismo es que los
dos parten de la concepción finita, en el segundo caso de la riqueza por lo tanto los metales
preciosos que gana un país lo pierde otro.
Para lo mercantilistas el concepto de creación de riqueza es imposible, ésta es finita y no hay
posibilidad por tanto de creación. Se observa de forma clara como este tipo de pensamiento es
contrario al de Adam Smith.
Ø Para obtener metales preciosos existían dos vías:
- Que el propio país tuviera minas.
- Conseguir la mayor cantidad de oro y plata que pudiera mediante la protección del comercio.
Ø Balanza comercial favorable, un país debe exportar más de lo que importa para aumentar la
posesión de metales preciosos.
Perdices de Blas (1998; 13) también apunta como otro rasgo de esta corriente económica el
intento de la Corona de promover y financiar empresas manufactureras. Éste será el caso de
las fábricas reales creadas con Colbert, hombre que pasó por muchos puestos de gobierno en
la Francia de Luis XIV, pero donde destacó fue siendo ministro de hacienda. Desarrolló una
política económica que es una variante del mercantilismo, incluso algunos autores la han
denominado Colbertismo. Su concepción de riqueza se centraba en que un Estado era más rico
cuanta más cantidad de oro y plata tuviera, por ello el plan económico que desarrollara
Colbert consistirá en la compra de materias primas y venta de los productos manufacturados
obteniendo así múltiples beneficios. Además fomentó la política arancelaria, aumentó los
controles de calidad, intentó abaratar los productos, etc. Quiso impulsar los productos del
país.
Creó fábricas denominadas “manufacturas reales” que producían objetos de lujo que
anteriormente compraban a alto precio en el extranjero. Además concede subvenciones a los
inversores que se decidieran a crear este tipo de empresas.
También se preocupó de reparar las carreteras y caminos para mejorar las redes de
comunicación y de esta forma impulsar el comercio interior.
Luis XIV además de contar con Colbert destacará también Louvois, el gran reorganizador del
ejército francés. (Martínez Ruiz; 1991).
Según explica Simón Segura (1998; 87-89) Colbert a lo largo de veintidós años lleva a cabo una
política mercantilista que deja recogida en numerosos escritos. Para este autor una de las
armas esenciales para lograr el impulso económico estaba en la marina mercante mediante su
desarrollo. Por ello Colbert continúa la obra realizada por Richelieu.

El objetivo final del mercantilismo es la necesidad de fortalecer el Estado. Esto será de gran
importancia ya que los mercantilistas no partirán de una serie de estudios teóricos sino de la
práctica conocida a través de la observación. Es un pensamiento que no es construido a partir
de teorías.


Historiografía sobre el mercantilismo:
La percepción actual del mercantilismo depende en buena medida de estos estudios
posteriores.
Existen algunos autores que consideran que el mercantilismo sí es una escuela económica y
otros sin embargo piensan que no. Perdices de Blas (1998; 15-19) afirma de forma
contundente que el mercantilismo no tuvo un cuerpo bien elaborado y coherente con sus
doctrinas. Explica que la mayoría de escritos denominados mercantilistas son monotemáticos,
tratan de un aspecto económico concreto y suelen ser bastante breves. Sí acepta que el fin
último de esta corriente económica sea el fortalecimiento del poder del Estado.
El término mercantilismo surge con los fisiócratas, es una palabra despreciativa. También les
relacionaban con este término a aquellos que estuvieran en contra de la máxima de
liberalismo “laissez faire”. Adam Smith perpetúa este término.
Imagen de Adam Smith, el gran representante y defensor del libre comercio.
Autor de la obra titulada “Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las
naciones”.
(http://www.geocities.com/WallStreet/Floor/9680/smith.htm;2007)
La fisiocracia es otra corriente económica que surge en Francia de la mano de Quesnay con su
obra “El cuadro económico” con la que tuvo cierto éxito. Defendía que el desarrollo económico
estuviera plenamente basado en la agricultura ya que el ciclo natural no cobraba plusvalía, era
un socio que siempre estaba preparado para producir.
Ernest Lluch (1985; 45-53) afirma que las ideas de Quesnay, el cual afirmaba que la tierra era la
única fuente de riquezas y sólo la agricultura podría multiplicarlas, llegaron a España por las
élites ilustradas. Anuncia como para algunos autores fue fisiócrata un personaje tan
importante como Jovellanos. Además Lluch advierte tener precaución para no confundir el
agrarismo mercantilista con la fisiocracia. Describe la fisiocracia como un sistema coherente y
a los fisiócratas como intelectuales influidos por la Ilustración que apuestan por la idea de
orden natural mediante la existencia de leyes físicas y morales. Sólo consideraban productiva a
la agricultura calificando de estériles al resto de actividades económicas. Creían en la
necesidad de un programa educativo y defendían el impuesto único.
En la agricultura de la Edad Moderna todavía pesaba la tradición, por ello las técnicas y
herramientas utilizadas eran en muchos casos la herencia del arado romano. Fue en el siglo
XVIII cuando se produjo un gran impulso en esta actividad gracias a personajes importantes
como:
- Jethro Tull, el cual desde principios del siglo XVIII experimentó con las técnicas de cultivo.
Inventó un artilugio que le permitía la siembra mecánica.
- Charles Townshend. Levaba unos años ensayando en suelos muy pobres un sistema de
rotación conocido como el “Norfolk” que consistía en la rotación de cuatro cultivos: el nabo, la
cebada, el trébol y el trigo. Alcanzó con él muy buenos resultados.
- Arthur Young. Fue uno de los mayores difusores de las nuevas ideas y uno de los mayores
tratadistas.
Como describe Ernest Lluch (1985;9) fue en la segunda parte del siglo XVIII cuando se
producen innovaciones que hacen hablar ya de la “ nueva agricultura” introduciendo la
rotación de cultivos, eliminación del barbecho, se intentó que existiera una relación más firme
entre agricultura y ganadería, mecanización, etc.
La mayoría de la población trabajaba en la agricultura siendo los mayores propietarios de
tierras el rey, la nobleza y la Iglesia. (Martínez Ruiz; 1991).
Los campesinos establecían acuerdos con los propietarios de la tierra y entre los más
frecuentes estaba el denominado enfitéutico donde el campesino pagaba un alquiler al dueño
de la tierra, pero era un contrato a largo plazo que podía durar incluso generaciones. También
existía el de aparcería que era en un periodo más corto de tiempo, por lo que tenían que
negociar el contrato otra vez en muy poco tiempo y esto iba generalmente en perjuicio del
labrador ya que el propietario elevaba el alquiler.
En Cataluña era corriente la denominada “rabasa morta”, el señor cedía el usufructo de la
tierra al campesino con la condición de que plantase viñas.

Sólo hasta 1874 no se entiende que el mercantilismo constituya ningún tipo de escuela. Es en
1874 cuando un alemán, Roscher comienza a hablar de este pensamiento económico como
una doctrina positiva. Es necesario para comprender este hecho conocer que Alemania estaba
en este momento en pleno proceso nacionalista y esta cuestión también es utilizada para
afirmarse.
Además, Alemania quería entrar en el juego del colonialismo y por ello se remarca cómo en el
mercantilismo hay una profunda intervención del Estado en la economía.
La Escuela Alemana presenta por lo tanto al mercantilismo como una escuela positiva.
Heckscher en 1931 realizó un libro donde señaló que el mercantilismo ante todo es un sistema
de poder y de unificación nacional. Señaló la coherencia política mercantilista y sus objetivos,
pero la debilidad de los medios empleados.
A partir de 1931 se dieron una serie de críticas que procedieron de J. Viner, profesor de la
universidad de Chicago y Coleman para el cual no hay escuela mercantilista y realiza una dura
crítica a Heckscher ya que le reprocha que en sus estudios sobre el mercantilismo sólo se
centre en un país.

Por último, algunos autores defienden que la idea del mercantilismo como escuela meramente
es una construcción creada de forma posterior por los autores.


Reflexiones personales sobre el tema tratado:
Dependiendo de los autores el mercantilismo es tratado como escuela o no, pero todos ellos
comparten la idea que el principal beneficiario de este tipo de economía fue el Estado con su
fortalecimiento.

Muy interesante y acertada en relación al tema de la historiografía mercantilista me parece la
idea comentada en clase de que siempre se tiene que tener en cuenta que cuando se hace
historia o se analiza un hecho histórico se hace desde un presente determinado, con unas
características concretas que no deben influir en el estudio o conclusiones obtenidas de éste.
Desde mi punto de vista se debe ser riguroso y objetivo para llegar a la comprensión real del
pasado.

1.5. Teoría económica del mercantilismo

Las ideas económicas anteriores a la Edad Moderna eran muy rudimentarias. La
economía no empieza a desarrollarse hasta mediados del S.XVI. A partir de este
momento se produce una reflexión sobre lo que es la riqueza y como se genera. Esto
ocurre en toda Europa se debe a la escuela de Salamanca y sobre todo a Tomás de
Mercado. Los mercantilistas consideras que una nación es rica o pobre en función de la
cantidad de metales preciosos que atesora y por lo tanto el objetivo es obtener oro y
plata. Esto significa que un país debe vender mucho y evitar comprar y para ello el
poder político debe controlar el comercio exterior. Solo vender y no comprar es
imposible y si se sigue terminaría por no haber metal precioso circulando por lo tanto
los mercantilistas establecen 3 excepciones:

-Como ninguna economía es autosuficiente se pueden comprar aquellos productos que
no se tienen o que se tienen de forma insuficiente.

-Se puede comprar un producto normalmente estratégico (armas) para negársela a otros
(es retorcida)

-Se pueden comprar a una monarquía para que así obtenga metal precioso con el que
puede comprarlos a nosotros, nuestros productos.

El defecto fundamentalmente de la teoría es la restricción incluso anulación de la
libertad de comercio apoyada en una concepción errónea de la riqueza y del valor
añadido. Adam Smith creará el capitalismo solucionando los errores mercantilistas y
para ello establecerá la no intervención del estado en economía, la libertad de
comercio...

    2. 2.4. Principales características del Mercantilismo
Toda la actividad económica se centra en la adquisición de monedas y metales como el
     oro y la plata para el enriquecimiento del estado.
     Se puede ver que el mercantilismo es una doctrina centralista al considerar que es el
     propio estado es el que debe programar y organizar la adquisición de metales
     preciosos.
     Con esta doctrina se genera una balanza comercial debido a que los países se ven
     forzados a desarrollar al máximo las exportaciones de productos pagaderos en oro y
     plata y reducir en lo posible las importaciones.
     Al plantearse los estados proteccionistas se generan fuertes impuestos a los productos
     extranjeros en Inglaterra se plantea el acta de navegación que decía que todos las
     mercancías importadas o exportadas de las colonias angloamericanas debían ser
     embarcadas en barcos ingleses, esta medida se implanto para el resto del comercio
     ultramarino, esta medida afecto significativamente a Holanda que dependían del
     transporte de mercancías; esto genero conflicto entre estas dos naciones.
     También se fomento el crecimiento de las industrias para que el gobierno pudiera
     cobrar impuestos para fomentar los gastos militares. A lo largo de estos siglos el
     mercantilismo vario de una nación a otra por ejemplo en España se baso en una
     actividad puramente exportadora en la defensa de los metales preciosos que entraban
     desde América atesorándolos en lingotes básicamente. El mercantilismo francés es
     muy diferente al español, al carecer Francia de minas de oro y plata, por lo que esta
     intentaba adquirirlos en los mercados exteriores, Jean Colbert ministro de Luís XIV
     institucionalizó la exportación de productos franceses para generar dichos metales.
     Algunos de los aspectos desfavorables de esta doctrina fueron: La moneda no es una
     medida de riqueza.
     No todos los países pueden tener una balanza comercial positiva.
     Ningún país puede sostener una balanza comercial favorable en el largo plazo.
     El comercio puede ser mutuamente beneficioso para las naciones.

3. Principales exponentes del pensamiento mercantilista

  1. Fue un político francés nación en reims en el año de 1619 y murió en Paris en
     1683, fue ministro de Luis XIV, creo la contabilidad publica moderna,
     obligando a llevar un libro de entradas uno de salidas y uno de fondos, protegió
     el comercio interior de la competencia extranjera, colvert favoreció el aumento
     de la población para disponer de mayor mano de obra, concedió la exención
     tributaria para las familias con mas de 10 hijos y a los que se casaban jóvenes,
     creo manufacturas reales, empresas con producción controlado por el estado
     donde se imparten enseñanzas técnicas.
  2. 3.1. Jean Baptiste Colbert:

     Filosofo historiador y economista escocés nació en Edimburgo en el año de
     1711 y murió allí mismo en el año de 1776 fue el que desarrollo una forma
     convincente de la teoría de la circulación automática de efectivo. Si el país A
     gana dinero en efectivo como consecuencia de una balanza comercial favorable,
     su nivel de precios se elevará, mientras en el país B, que ha perdido dinero
     debido a su balanza comercial desfavorable, ocurrirá exactamente lo contrario.
     En A, los precios son ahora demasiado altos para permitir que el país mantenga
     inalteradas sus exportaciones. El alto nivel de precios de A atraerá las
     importaciones, al mismo tiempo que reducirá las exportaciones. En B ocurrirá lo
     contrario y habrá una inversión del movimiento de metal que volverá
     nuevamente a B. Hume escribió en el año de 1726 el tratado de la naturaleza
     humana que no fue publicado hasta 1740 luego en 1748 publico la investigación
     sobre el conocimiento humano que es por decirlo así la segunda parte de su
     primer libro.
3. 3.2. David Hume:

3.3. Tomas Mun:

   1. Mercantilista ingles nacido en Londres en el año de 1571 y murió en 1641, fue
      el director principal de las indias del orientales, fue el principal representante de
      mercantilismo en Inglaterra, fue partidario del libre comercio exterior, su obra
      mas importante fue el tesoro de Inglaterra a través del comercio exterior.
   2. 3.4. William Petty:

Economista, estadístico y medico británico nacido en Rosmey en el año de 1623 y
murió en el año de 1687en Londres, creo la aritmética política y la teoría del valor del
trabajo con los mismos elementos que Adam Smith.




El fisiocratismo

El fisiocratismo es otra de las doctrinas económicas que surgió en el siglo XVIII en
Francia. Esta corriente afirmaba que toda la riqueza venía de la tierra y que la
agricultura producía más de lo que se necesitaba para mantener a los que se ocupaban
de ella. Propugnaba además la existencia de una ley natural que regía el funcionamiento
económico.
LA TIERRA

Los pensadores fisiócratas, al igual que los mercantilistas, buscaban una estrategia para el
desarrollo económico mediante políticas coherentes. Pero a diferencia del mercantilismo, la
fisiocracia se interesó en las fuerzas reales que conducen al desarrollo y llegaron a la
conclusión de que la fuente de riqueza estaba en la tierra. Por lo tanto, hacia ella debía
dirigirse el estado para obtener fondos, por lo que propusieron el impuesto único sobre la
tierra.

Además, el Estado debe ser gobernado por propietarios terratenientes, pues solamente ellos
tienen patria.

LA LEY NATURAL

En cuanto a la ley natural, esta era independiente de la voluntad del ser humano, pero el
hombre podía estudiarla y aprovecharla para su beneficio. Por eso, el libre cambio era uno de
los pilares de la economía fisiócrata, ya que la tarea del economista consiste en descubrir ese
orden de las leyes naturales y actuar según ellas.

Uno de los principales derechos otorgados por la ley natural era que el hombre podía gozar los
frutos de su propio trabajo, siempre que no se oponga a los derechos de los demás. Otros
derechos derivados fueron los de propiedad privada, libertad de contratación y la libre
competencia.



Los fisiócratas defendían sus doctrinas desde un periódico titulado Las Efemérides del
Ciudadano.

FRANÇOIS QUESNAY Y LAS TABLAS ECONÓMICAS

François Quesnay fue el fundador y principal teórico del Fisiocratismo. Nació el 4 de junio de
1694, en un pueblo cerca de París. Fue médico cirujano. Manifestó un profundo interés en la
economía y se dedicó a estudiarla. En 1758 publicó su Tablas Económicas, obra en la que
defendía la agricultura como la principal fuente de riqueza y descartaba la industria o el
comercio como productores de bienes.

La idea más importante de esta tabla era la división de la sociedad en tres grupos sociales por
los cuales circula la riqueza:

a)La clase productiva: Compuesta por los agricultores, los pescadores y los mineros.
Constituían el 50% de la población.

b)La clase estéril: Son los artesanos, los industriales, los profesionales y los comerciantes.
Quesnay explicaba que la riqueza era distribuida a la clase estéril en pago de los bienes
manufacturados que adquieren.

c)La clase propietaria: La componen la nobleza, el clero y los funcionarios.

La clase agrícola era la única capaz de producir un excedente económico o producto neto, que
el Estado podía utilizar para aumentar el flujo de bienes y de dinero o cobrar impuestos para
financiar sus gastos.

El resto de las actividades, como las manufacturas, eran consideradas estériles porque no
creaban riqueza sino que sólo transformaban los productos de la clase productiva.

La tabla económica sostenía también que el Estado debe mantener el orden natural mediante
tres reglas:

a) El derecho a la propiedad.

b) La libertad económica (el laissez faire, laissez passer).

c) La seguridad en el goce de esos derechos y libertades.

Las ideas de F. Quesnay apenas perduraron treinta años. Entraron muy rápido en decadencia
debido al acelerado desarrollo de la industria capitalista. Pero esto no significa que las ideas
del fisiocratismo carezcan de interés en una perspectiva histórica y científica; al contrario, los
elementos científicos de esta doctrina fueron considerados y desarrollados por representantes
de otras escuelas del pensamiento económico.

Este es el caso de las ideas antimercantilistas de Adam Smith, quien tomó varias de las ideas
fisiócratas para escribir La riqueza de las naciones, obra que contiene ideas como la filosofía
del utilitarismo, la sicología del hedonismo y la idea de Dios como un ser benévolo.

REPRESENTANTES DEL FISIOCRATISMO

Además de François Quesnay, otros fisiócratas destacados fueron Pierre Samuel du Pont de
Nemours, Víctor Riqueti, marqués de Mirabeau y Anne Robert Jacques Tourgot



 1. La economía de los Tiempos Modernos se caracteriza por el auge del capitalismo
comercial, sistema venía desarrollándose desde la Baja Edad Media, cuando las necesidades
económicas de Occidente dieron paso a una compleja red de relaciones comerciales, locales,
comarcales e internacionales, manejadas por una burguesía cada vez más poderosa, que
acumuló grandes capitales, augurando el desarrollo capitalista de los siglos venideros.
El economista escocés Adam Smith, considerado padre de la economía moderna, sostiene en
su obra “Investigación acerca de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones” publicada
en 1776, que la fuente de la riqueza es el trabajo. Asimismo, postula que existen “leyes
naturales”, como la ley de la oferta y la demanda, que ponen el equilibrio entre la producción y
el consumo y entre los precios y los salarios. Según esta doctrina, debe haber plena liberta de
empresa, libre cambio y libre competencia. En este marco, el Estado se abstiene de participar
directamente en la economía. El rol que le cabe es, por una parte, actuar como “guardián del
sistema” y por otra, preocuparse de aquello que trasciende las posibilidades de los
particulares, como la defensa y las obras públicas.

LIBRECAMBISMO

Se denomina librecambismo a la doctrina económica que propugna la no intervención estatal
en el comercio internacional, permitiendo que los flujos de mercancías se gobiernen por las
ventajas de cada país y la competitividad de las empresas, y suponiendo que con ello se
producirá una adecuada distribución de los bienes y servicios, así como una asignación óptima
de los recursos económicos a escala planetaria.

El librecambismo es considerado como el primer capitalismo [cita requerida] y plantea la
libertad absoluta de negocio y comercio frente a las rigideces de la economía del
Antiguo Régimen.

La formulación teórica del librecambismo no se ha correspondido nunca con una
aplicación práctica. Las distintas políticas económicas de los distintos Estados han
mantenido siempre un componente de proteccionismo, más o menos intenso. Las áreas
económicas más fuertemente ajenas al librecambismo han sido tradicionalmente las
agrícolas. Junto a ellas, las industrias nacionales básicas y las estratégicas han recibido
un singular apoyo. El librecambismo ha desplegado mayor efecto en los intercambios de
mercancías no esenciales.

Las restricciones al librecambismo se han efectuado tradicionalmente de diversas
formas: mediante la imposición de aranceles a las importaciones, proteccionismo a
determinadas industrias y a la agricultura mediante la concesión de ayudas o
subvenciones directas o indirectas, fijación de precios, regulación del mercado laboral o
preferencia en la adquisición por parte del Estado de los productos locales.

Aparte de su vertiente convencional, existen partidarios y teorías librecambistas alternas
que son contrarias a la "privatización" y al mismo capitalismo.

Introducción

El liberalismo económico o librecambismo es la teoría que se inició a finales del siglo
XVIII y rige hasta hoy en día el comercio internacional como la forma de realizar
negocios con la menor intervención del estado.

Si bien, el trabajo podría presentar los avances, las aplicaciones o sus diversos puntos de
los países llamados de primer mundo y sus contrastes con los países en desarrollo. Se
optó por realizar una investigación bibliográfica de las diferentes teorías que surgieron a
lo largo de los últimos siglos sobre esta nueva forma de comercio que unió a potencias
con países en desarrollo.
Primeramente, se expone la teoría de los economistas británicos, con su economía
ortodoxa. Luego al renombrado Adam Smith, quien es el padre y símbolo del
liberalismo. Para pasar en el apartado tercero a la teoría de la ventaja absoluta, con sus
exponentes David Ricardo y John Stuart Mill, y terminar con la escuela neoclásica y el
teorema de Heckscher-Ohlin-Samuelson.

EL LIBERALISMO ECONÓMICO O LIBRECAMBISMO

La norma que debe regir al comercio exterior es el librecambismo, es decir aplicación
del principio laissez-faire, libertad de acción de los agentes económicos y reducción al
mínimo la intervención del Estado.

A través del siglo XIX se van imponiendo paulatinamente las teorías de librecambio,
apoyadas en una serie de factores: los avances tecnológicos, mejora de los transportes y
comunicaciones, aumento de la población... que llevaron al triunfo del librecambio.

El liberalismo económico fue formulado entre finales del siglo XVIII y mediados del
XIX por economistas británicos: A. Smith, Tomas Robert Malthus, David Ricardo y
John Stuart Mill. En sus obras se elaboraron teorías sobre el valor de los bienes, los
salarios o el crecimiento demográfico.

1. Las teorías de los economistas británicos.

       1.1. La economía ortodoxa

Incluimos en este apartado el pensamiento de Adam Smith, David Ricardo, John Stuart
Mill y de la escuela neoclásica.

       1.2. Adam Smith.

En La Riqueza de las Naciones, emprende un ataque frontal contra el proteccionismo de
la época mercantil, originando así la teoría clásica del comercio internacional. En pocos
autores como en Smith encontramos un nexo causal tan nítido entre comercio y
crecimiento. La naturaleza de esa interacción se muestra desde los primeros capítulos de
La Riqueza, atribuyendo el progreso de la capacidad productiva a la división del trabajo.
Ahora bien, Smith también nos aclara que "la división del trabajo está limitada por la
extensión del mercado". La naturaleza de los beneficios proporcionados por el comercio
exterior se identifican explícitamente: "Cualesquiera sean los sitios que entablan dicho
comercio, todos ellos obtienen del mismo dos tipos de ventajas. El comercio exterior
retira la parte excedente del producto de su tierra y su trabajo, para la que no existe
demanda en el país, y trae de vuelta a cambio de ella otra cosa para la que sí hay
demanda. (...). Así, la estrechez del mercado local no impide que la división del trabajo
en ninguna rama de las artes o las manufacturas alcance el grado más alto de perfección.
Al abrir un mercado más amplio para cualquier parte del producto de su trabajo que
pueda exceder el consumo del país, lo estimula a mejorar sus capacidades productivas y
a expandir su producto anual al máximo, y de esta manera a incrementar el ingreso y la
riqueza reales de la sociedad".

   1. Idea central del párrafo de Adam Smith.

Este párrafo presenta dos ideas centrales: la primera, consiste en la teoría de la "salida
del excedente", según la cual el comercio internacional supera la estrechez del mercado
doméstico y brinda la posibilidad de exportar la producción no absorbida por la
demanda interna; la segunda idea da forma a la teoría de la productividad, la cual
establece que el comercio internacional, al ampliar la extensión del mercado, permite
mejorar la división del trabajo, elevando el nivel de productividad del país. Por el
momento nos interesa resaltar el argumento según el cual el comercio exterior, al
ampliar la extensión del mercado, promueve el incremento de la productividad mediante
la división del trabajo. En él tienen su origen o precedente muchos de los beneficios del
comercio exterior actualmente admitidos, con la excepción de las ganancias estáticas
derivadas de la asignación de recursos en función de las ventajas comparativas
ricardianas. El nexo causal entre comercio exterior y crecimiento económico discurre
como sigue: ya que para Smith la actividad económica sólo puede aumentar "en
proporción a su capital", el comercio exterior, al aumentar tanto la producción como la
renta de la nación, eleva la proporción del ingreso destinado al ahorro y, por tanto,
fomenta la acumulación de capital y la expansión de la actividad económica.

Sin embargo, los beneficios del librecambio son también apreciados por Smith (1) desde
la óptica de la "libertad natural", si bien, como ha notado Schumpeter, esos beneficios
son un residuo de las doctrinas del derecho natural sin ningún valor científico; (2) como
medio de acceder a bienes inexistentes en el mercado doméstico, argumento inmediato e
irrebatible; y (3) desde la perspectiva del consumo, conectada con el crecimiento
económico por el aumento de la renta, en lo que desde entonces constituirá un
argumento clásico en favor del librecambio:

"El consumo es el único fin y objetivo de toda producción, y el interés del productor
merece ser atendido sólo en la medida en que sea necesario para promover el del
consumidor. (...). Sin embargo, en el sistema mercantil el interés del consumidor es casi
constantemente sacrificado frente al del productor, porque parece considerarse que la
finalidad y propósito últimos de cualquier actividad y comercio es la producción y no el
consumo". Smith explica también la pérdida del consumidor en el caso de los aranceles
a la importación (el sobreprecio que éste debe soportar), en las subvenciones a la
exportación (doble, en este caso: el impuesto para financiar el subsidio más el
sobreprecio) y en los tratados comerciales preferenciales (anticipando el concepto de
desviación de comercio, como se verá en el tema dedicado al regionalismo). Este
argumento, como hemos visto, forma parte del paso que liga comercio y crecimiento,
pero resulta novedoso en tanto considera el interés general y se presenta revestido de
consideraciones éticas; difícilmente podía ser de otra manera tratándose de un profesor
de moral.

Smith también anticipa otros lugares comunes del liberalismo de nuestros días, en una
sucesión de argumentos en favor del librecambio que sigue impresionando al lector más
de 200 años después de su formulación. Así, encontramos enunciados liberales tales
como el carácter anti-monopólico del libre comercio, la desconfianza hacia los
gobernantes ("nunca he visto muchas cosas buenas hechas por los que pretenden actuar
en bien del pueblo") y hacia los grupos de presión formados por industriales y
comerciantes, el escepticismo frente a la tesis de la industria naciente y numerosas
críticas al mercantilismo: al argumento proteccionista del empleo, a la política de
empobrecer al vecino, al fraude motivado por las primas a la exportación y a la misma
política de promover las exportaciones mediante subvenciones, a los tratados
preferenciales, a los impuestos a la exportación y a lo que hoy conocemos como sesgo
de incentivos en favor de una actividad económica determinada (refiriéndose al
colbertismo). No obstante, también contempla la conveniencia de imponer cargas a la
actividad extranjera en caso de que ésta afecte a la defensa del país (por ejemplo, las
Leyes de Navegación, que buscaban proteger la supremacía naval británica) y considera
discutible tal actuación en reciprocidad (él habla de "venganza") o cuando puede
acarrear la pérdida de numerosos empleos, si bien en estos dos últimos casos las
matizaciones son extremas y concluye recomendando una apertura gradual.
Smith, después de haber criticado las analogías efectuadas por los mercantilistas entre la
actuación individual o familiar y la de una nación, cae en la misma tentación en uno de
los pasajes más conocidos de su libro:

"La máxima de cualquier prudente hombre de familia es nunca intentar hacer en casa lo
que le costaría más hacer que comprar. (...). Lo que es prudente en la conducta de una
familia nunca será una locura en la de un gran reino. Si un país extranjero nos puede
suministrar una mercancía a un precio menor que el que nos costaría fabricarla, será
mejor comprársela con el producto de nuestro trabajo, dirigido en la forma que nos
resulte más ventajosa".

       1.3. Teoría de la ventaja absoluta.

Aquí tenemos la expresión de la teoría de la ventaja absoluta: se importarán los bienes
que sean más baratos en el extranjero que en el mercado local y se exportarán aquellos
que sean más caros en el mercado internacional que en el doméstico. Ahora bien, Smith
estudia también factores no estrictamente económicos como la geografía, la
desconfianza, la historia y la política, entre otros. El elemento geográfico recibe mucha
atención cuando trata del comercio entre el campo y la ciudad, pero también al explicar
la condición de Inglaterra como centro del comercio exterior en base "a la fertilidad de
su suelo, a la gran extensión de su costa (...) y a los muchos ríos navegables"; destaca,
además, las ventajas del transporte marítimo, ilustrándolas con el papel histórico del
Mediterráneo en el nacimiento de la civilización. Otro factor subrayado por Smith es el
obstáculo que supone para el comercio exterior la necesidad de confiar en individuos de
diferentes culturas e idiomas, sometidos a leyes distintas y situados a distancias que en
la época debieron parecer enormes al autor: es el antecesor del concepto actual de costes
de transacción. Smith explica la aparición de las manufacturas bien cómo "la criatura
del comercio exterior", bien fruto del "gradual refinamiento de la industria popular y
primitiva", lo que desde luego no resulta demasiado esclarecedor; también dedica Smith
varias páginas a glosar el papel del comercio exterior y las manufacturas en la
desaparición del régimen feudal.

Las recomendaciones efectuadas por Smith tienen un componente político muy
importante. En la medida en que surgen del derecho a la "libertad natural", el elemento
normativo que sustenta todo el edificio smithiano, tales cimientos pueden ser
rechazados y descartadas sus recomendaciones. No obstante, retenemos de Smith el
concepto de agentes económicos atomizados que se interrelacionan en mercados
competitivos que se ajustan y se regulan por sí solos; esa doctrina, derivada del "propio
interés", se extiende al ámbito de las naciones cuando Smith propone que cada nación
vea "las riquezas de las vecinas como una causa y ocasión probable para acumular
riquezas ella misma", lo que entraña una visión cosmopolita de la política exterior. En
palabras del profesor Oyarzun: "pese a la permanencia de una visión nacional, la teoría
liberal representaba también un regreso de la visión internacionalista del mundo y de la
economía".

       1.4.David Ricardo y John Stuart Mill

Son los dos grandes nombres de la economía clásica, cuyo análisis económico es
tributario del iniciado por Smith, especialmente en lo que respecta al crecimiento
económico, considerado por la escuela clásica como la interacción de la acumulación
del capital, la división del trabajo, el cambio técnico y el incremento de la población, es
decir, tal y como Smith lo había concebido. En el ámbito de la economía internacional,
la escuela clásica aportó cuatro novedades al análisis: una teoría específica de los
valores internacionales, el teorema de los costos comparativos, la teoría de la demanda
recíproca y una teoría del mecanismo de ajuste de la balanza de pagos. Las dos primeras
fueron popularizadas por Ricardo, mientras que la tercera fue establecida por J.S. Mill,
quien también sintetizó las posturas clásicas respecto al ajuste de la balanza de pagos.
David Ricardo fue el primer economista que estableció el estudio del comercio
internacional como una disciplina separada del comercio interior. Ello se debe a los
obstáculos que, según Ricardo, encuentran los factores de producción para desplazarse
entre naciones. La principal aportación de Ricardo a la teoría del comercio internacional
consiste en la teoría de la ventaja comparativa. Ricardo refutaba así la teoría de la
ventaja absoluta smithiana recurriendo a la misma analogía que Smith:

"Supongamos que dos hombres fabrican sombreros y zapatos, y que uno de ellos es
superior al otro en ambas manufacturas; pero al fabricar sombreros, sólo podrá superar a
su competidor en una quinta parte (...) y haciendo zapatos podrá aventajarle por una
tercera parte (...); ¿no será, acaso, interesante para ambos que el mejor de los dos
fabrique exclusivamente zapatos, y que el menos bueno haga los sombreros?".

Pese a que Ricardo construyó toda su obra sobre la teoría del valor-trabajo, el rechazo
de ésta no conduce al rechazo de su teoría de la ventaja comparativa. En efecto,
Haberler reformuló la teoría de los costes comparativos en términos de costes de
oportunidad. Las implicaciones de esta teoría, sobre todo en lo que respecta a la
especialización, han sido muy criticadas. Se ha interpretado que Ricardo, y con él la
economía clásica, propugnaba una especialización completa (i.e.: los países en
desarrollo se especializarían en productos primarios y los desarrollados en bienes
manufacturados), y de ahí se ha pasado a rechazar incluso la especialización parcial.
También se ha criticado el carácter estático que reviste la doctrina de la ventaja
comparativa, así como su carácter "ahistórico", pese a que Ricardo nunca negó la
posibilidad de que las ventajas comparativas pudieran evolucionar. Ahora bien, la
especialización ricardiana ocasionada por las diferencias en los costes relativos es un
proceso reversible, mientras que la especialización smithiana derivada de la doctrina de
la "salida del excedente" no lo es en la misma medida. Ello implica que un país
especializado mediante un proceso de adaptación de su estructura productiva para
satisfacer exclusivamente la demanda externa será muy vulnerable a fenómenos como el
deterioro de la relación real de intercambio o cualquier otro tipo de perturbación
exógeno (i.e.: recesión en los países industriales o aparición de nuevos competidores).
¿Cómo concebía Ricardo los beneficios del librecambio y su relación con el crecimiento
económico? La respuesta es sencilla: como un medio de aumentar la acumulación de
capital, la cual era para él, en última instancia, la responsable del crecimiento
económico. Habiendo establecido previamente la tendencia al descenso en la tasa de
beneficio y el consiguiente advenimiento de la sociedad estacionaria, el comercio
exterior puede compensar el declive de la tasa de beneficio y retrasar este proceso. Tres
puntos merecen aquí nuestra atención. En primer lugar, tenemos el argumento basado en
el incremento del capital mediante los mayores ingresos que reporta a los comerciantes
o por el descenso en el gasto de los consumidores; el comercio exterior favorece así el
ahorro, el cual a su vez acelera la acumulación de capital. En segundo lugar viene el
argumento del impulso a la acumulación de capital a través del aumento de la tasa de
beneficio: si el comercio exterior permite el acceso por parte de los trabajadores a los
productos por ellos consumidos a un precio menor, entonces se elevaría la tasa de
beneficio de las empresas y con ella, nuevamente, la acumulación de capital. En tercer
lugar, tenemos el argumento del incremento en la oferta de bienes, tanto en número
como en variedad; Ricardo deja claro que es el volumen de bienes y no el valor poseído
por el país lo que aumenta con el comercio exterior.

Ricardo asumió las críticas efectuadas por Smith al mercantilismo, el cual "al forzar el
capital por canales a través de los cuales no discurriría de otra manera, disminuyó la
suma total de mercancías producidas". Pero además del análisis económico desarrollado
por Ricardo para defender el papel positivo del librecambio en el crecimiento
económico, este autor deja traslucir connotaciones políticas e incluso éticas, en su
defensa del libre comercio, tal y como había hecho Smith y como habría de hacer J.S.
Mill posteriormente. La transición de los argumentos económicos a los políticos, o
mejor dicho, la interacción entre ambos, puede apreciarse en un párrafo tributario, en
nuestra opinión, del más enérgico Adam Smith:

"En un sistema de comercio absolutamente libre, cada país invertirá naturalmente su
capital y su trabajo en empleos tales que sean lo más beneficioso para ambos. Esta
persecución del provecho individual está admirablemente relacionada con el bienestar
universal. Distribuye el trabajo en la forma más efectiva y económica posible al
estimular la industria, recompensar el ingenio y por el más eficaz empleo de las
actitudes peculiares con que lo ha dotado la naturaleza; al incrementar la masa general
de la producción, difunde el beneficio general y une a la sociedad universal de las
naciones en todo el mundo civilizado con un mismo lazo de interés e intercambio
común a todas ellas".

Sin duda, términos como "bienestar universal", "beneficio general" o "sociedad
universal" pueden parecer máscaras que oculten el bienestar de la sociedad inglesa (en
el siglo XIX) o de los países desarrollados (en el siglo XX). Pero la fuerza del
razonamiento contenido en el párrafo citado sobre estas líneas mantiene su vigencia y,
tras haber sido puesto en duda tras la II Guerra Mundial por numerosos economistas
heterodoxos que propugnaron políticas proteccionistas, parece haberse impuesto en
nuestros días. Sobre todo, por la evidencia empírica que liga el comercio con el
crecimiento, de un lado, y el proteccionismo con el estancamiento, de otro.

       1.5.John Stuart Mill

Es una de las figuras intelectuales más interesantes del siglo XIX. Sus obras abarcan
infinidad de campos y cada una de las páginas escritas por él destila humanismo y
compromiso ético. Este aspecto es muy importante, en tanto sus convicciones
utilitaristas (la mejora de la humanidad) impregnan su concepción de la "economía
política", tal y como se desprende del propio título de su principal obra económica:
Principios de economía política con algunas de sus aplicaciones a la filosofía social. Es
por ello que no debemos perder de vista en Mill, incluso en mayor medida que en Smith
o Ricardo, el componente ético de su liberalismo económico y político, que se extiende
a su defensa del librecambio.

J.S. Mill inicia sus Principios arremetiendo contra el mercantilismo. En ese contexto,
rechaza la teoría de la "salida del excedente" smithiana, considerándola "una reliquia de
la teoría mercantil". Concede gran importancia a la geografía en la explicación del
comercio internacional. Destaca asimismo que la causa de la riqueza de Inglaterra
consiste en la elevada productividad de su mano de obra. También trata las economías
de escala al modo smithiano, considerándolas limitadas por la extensión del mercado,
con lo que para beneficiarse de aquellas se requiere "o bien una comunidad populosa y
floreciente, o bien la posibilidad de exportar en gran escala". En lo que hace a su
aportación a la teoría del comercio internacional, la teoría de la demanda recíproca, ésta
supone "una ampliación de la ley general del valor, a la que hemos llamado ecuación de
la oferta y la demanda. La "ecuación de la demanda internacional" completa el teorema
de Ricardo, al establecer que la relación de intercambio en el comercio entre dos países
depende de la demanda recíproca, es decir, de la demanda de cada país por los
productos del otro.
El nexo establecido por J.S. Mill entre comercio internacional, librecambio y
crecimiento económico puede estructurarse en tres estratos: el primero estriba en las
implicaciones de la teoría de la demanda recíproca para la distribución de las ventajas
del comercio; el segundo consiste en las ventajas proporcionadas por el comercio
exterior, directas e indirectas, explicitadas por Mill; el tercero lo forman las
consideraciones que Mill realiza sobre la política comercial.

En primer lugar, ¿qué paises obtienen mayores ventajas con el comercio? "aquellos
cuyas mercancías están más solicitadas por los países extranjeros, mientras su propia
demanda de mercancías extranjeras es muy reducida". De ello deduce Mill que los que
menos ganan son los países más ricos, pues la relación de intercambio se altera en su
perjuicio, si bien reconoce que al efectuar estos países ricos un mayor volumen de
negocio, sus ganancias totales son mayores que las de los países pobres. Pero, excepto
en el caso extremo de que uno de los dos países se apropie de toda la ventaja procurada
por el comercio, los dos países ganarán con él, si bien en distinta medida.

En segundo lugar, ¿cuáles son las ventajas del comercio exterior identificadas por Mill?
Estas son clasificadas en directas e indirectas. Las directas las proporcionan las
importaciones y consisten en "obtener mercancías que (los países) no podrían producir"
y en "el empleo más eficaz de las fuerzas productivas mundiales". Hasta aquí tenemos
los argumentos ya aducidos por Smith y Ricardo, respectivamente. Pero Mill añade tres
efectos indirectos, manifiestamente positivos, que él considera "muy importantes".

(1) "la ampliación de los mercados contribuye mucho a perfeccionar los procedimientos
de producción" vía mayor división del trabajo, en la línea de lo argumentado por Smith;

(2) al introducir nuevas necesidades y deseos en un país "el comercio exterior (...)
produce algunas veces una especie de revolución industrial en un país cuyos recursos
estaban sin desarrollar por falta de energía y ambición en la gente";

(3) por último, tenemos los efectos del comercio en el plano moral e intelectual que,
para Mill, "son aún más importantes que las ventajas económicas", como no podía ser
menos dada su perspectiva utilitarista, ya comentada anteriormente; éstos se subdividen
a su vez en tres más, los dos primeros procedentes de sus Principios...y un tercero
contenido en el ensayo Sobre la libertad:

(3a) los efectos referentes al progreso técnico, pero también moral, que implica la
comunicación entre los pueblos impuesta por su comercio exterior1, es decir, algo
mucho más amplio que el argumento actual de la transferencia de tecnología y know-
how;

(3b) el hecho de que la extensión de los intereses comerciales inhiba las tensiones
bélicas, argumento que ya vimos en Ricardo2;

(3c) en Sobre la libertad, Mill parece concebir el librecambio como un aspecto
particular de la libertad individual, si bien reconoce que ambos se basan en fundamentos
distintos3.

Esta nube de efectos indirectos inducidos por el comercio fue rescatada y ampliada
posteriormente, hasta abarcar los efectos del comercio como vehículo para la movilidad

1 "En el atrasado estado actual del progreso humano es difícil exagerar la gran
importancia que tiene el que los seres humanos se pongan en contacto con personas
desemejantes a ellos, y con modos de pensar y de acción distintos a aquéllos con que
están familiarizados. El comercio es ahora lo que antes era la guerra: la principal fuente
de contacto. (...) Y el comercio es el objeto de la mayor parte de la comunicación entre
las naciones civilizadas. Tal comunicación ha sido siempre, y lo es sobre todo en la
época actual, una de las principales fuentes de progreso".

2 "El comercio fué el que enseñó a las naciones a no mirar con recelo la riqueza y la
prosperidad de las demás. (...) Y puede decirse sin exageración que la gran extensión y
el rápido incremento del comercio internacional, siendo la principal garantía para la paz
mundial, aseguran en forma permanente el progreso ininterrumpido de las ideas, las
instituciones y el carácter de la raza humana".

3 "Conviene repetirlo; el comercio es un acto social. Todo el que se dedique a vender al
público mercancías de cualquier clase hace algo que afecta a los intereses de otras
personas y de la sociedad en general; y, por consiguiente, su conducta cae dentro de la
jurisdicción de la sociedad; de acuerdo con esto, se sostuvo en un tiempo que era deber
de los gobiernos fijar los precios y regular los procesos de fabricación en todos los casos
que se considerasen de importancia. Mas ahora se reconoce, no sin haber sostenido una
larga lucha, que la baratura y buena calidad de los productos quedan más eficazmente
asegurados dejando a productores y vendedores completamente libres, sin otra
limitación que la de una igual libertad por parte de los compradores para proveerse
donde les plazca. Esta es la doctrina llamada del librecambio, que se apoya en
fundamentos distintos, aunque igualmente sólidos, que el principio de la libertad
individual proclamado en este ensayo. Las restricciones al comercio o a la producción
para fines comerciales constituyen verdaderas coacciones, y toda coacción, qua
coacción, es un mal". Internacional del capital y como la mejor política anti-
monopolista posible. Así, junto al argumento estático ricardiano de la ventaja
comparativa completado con la teoría de la demanda recíproca, Mill introduce un
argumento más dinámico descuidado posteriormente por la literatura neoclásica.

En tercer lugar, tenemos las consideraciones sobre política comercial. Esas
consideraciones abarcan (1) los aranceles a la exportación y a la importación, (2) los
aranceles como medio de proteger el empleo nacional y (3) las excepciones en que Mill
juzga justificable la protección (por motivos de seguridad nacional, de abastecimiento
alimenticio y de industrias nacientes). Dediquemos las líneas que siguen a estos
aspectos del pensamiento de Mill.

J.S. Mill dedica un amplio epígrafe a los derechos sobre las exportaciones y las
importaciones: ambos introducen una perturbación en la ecuación de la demanda
internacional que será beneficiosa o no para el país que los impone en función de las
elasticidades-precio de las demandas del propio país y de las de sus socios comerciales.
En el caso de los impuestos a las exportaciones, Mill reconoce que "podemos, en
determinadas circunstancias, producir una división de las ventajas del comercio que sea
más favorable para nosotros", pero matiza que esas circunstancias "son tan difíciles de
establecer que es casi imposible decidir, aún después de establecido el impuesto, si
salimos ganado o perdiendo"; las circunstancias a que se refiere para que el efecto sea
beneficioso consisten en que la demanda de los bienes gravados sea muy inelástica
(pone como ejemplo el caso del impuesto a la exportación de opio en China). En lo que
respecta a la imposición de las importaciones, además de considerar los distintos
resultados derivados de elasticidades de demanda diferentes en forma similar a la
descrita en el párrafo anterior, Mill distingue entre aranceles protectores (aquellos
suficientemente altos para incentivar la producción doméstica de los bienes gravados) y
no protectores (aquellos que permiten el intercambio). Los primeros "son perjudiciales
tanto para el país que los establece como para aquellos con quien comercia", tal y como
se desprende del teorema de los costes comparativos. Los segundos sí reconoce Mill
que producirían "en la mayor parte de los casos una ganancia al país que los
estableciera", pero a continuación objeta que ese efecto "sería fácil contrarrestarlo
adoptando el otro país un procedimiento análogo", es decir, mediante represalias, única
forma en que un país puede impedir las perdidas acarreadas por los aranceles que le
imponen otras naciones.

Al igual que sus antecesores, Mill efectúa una crítica devastadora al proteccionismo
mercantilista, rebatiendo el argumento, al parecer imperecedero, de que el
proteccionismo proporciona empleo a los obreros del país en cuestión; para Mill, "la
alternativa no está entre emplear nuestros propios obreros o los extranjeros, sino entre
emplear una u otra clase de los nuestros". Rebate, igualmente, las tesis proteccionistas
edificadas sobre el ahorro en los gastos de transporte derivado de producir las
mercancías cerca de donde se consumen. Mill admite tres razones que justificarían el
proteccionismo: por razones de subsistencia, por motivos de defensa nacional y en
virtud del argumento de la industria naciente. No obstante, introduce matices que
desvirtúan gran parte de la fuerza que inicialmente parece reconocerles. Respecto a la
justificación en base a la subsistencia, admite la posibilidad de gravar las exportaciones
de alimentos, pero sólo desde una perspectiva nacional, pues aquí nos encontramos con
la máxima utilitarista de la mayor felicidad para el mayor número: "cuando se tienen en
cuenta los intereses de todos los países es de desear la libre exportación". Acepta
también la justificación por motivos de defensa, al igual que Adam Smith, en concreto
respecto a las leyes de navegación, si bien parece otorgar a la marina británica la
condición de "industria naciente" en tiempos de Smith, considerando injustificable su
vigencia en el período en que escribía. El argumento de la "industria naciente" es el que
Mill acepta de mejor grado:

"El único caso en el cual pueden defenderse los derechos protectores basándose en
principios de la economía política, es cuando se imponen temporalmente (sobre todo en
una nación joven y progresista) esperando poder naturalizar una industria extranjera que
es de por sí adaptable a las circunstancias del país".

No obstante, limita el alcance del argumento a los casos en que haya razones para
suponer que dicha industria "podrá prescindir de la protección después de algún tiempo"
y que la protección sea de duración limitada y gradualmente decreciente.

Por tanto, la obra de J.S. Mill nos lega básicamente una teoría para estimar en qué
medida cada país obtiene mayores o menores ventajas de su participación en el
comercio internacional, una distinción muy fructífera entre los efectos directos e
indirectos, económicos y éticos, del comercio internacional y un análisis de las medidas
más frecuentes de política comercial. De estos tres elementos, desarrollados en los
párrafos anteriores, debemos destacar, a efectos de la relación entre comercio exterior,
librecambio y crecimiento, la consideración de los efectos indirectos/semidinámicos, los
cuales han recibido una gran atención en la segunda mitad del siglo XX por parte de
numerosos autores al considerar que pueden sobrepasar a los efectos emanados de una
mejor reasignación de recursos, resultando en esa medida sus análisis tributarios de las
sugerencias efectuadas por J.S. Mill al respecto.

       1.6.La escuela neoclásica

Supone una ruptura tajante con su predecesora. Esta ruptura consiste, principalmente, en
la sustitución de la teoría del valor-trabajo por una teoría del valor basada en la utilidad
de los bienes y en el modelo del equilibrio económico general. En este sentido, la
escuela neoclásica resulta menos rica en sus implicaciones para el crecimiento
económico de lo que puede considerarse la escuela clásica. La principal aportación de la
corriente neoclásica en el campo de la teoría del comercio internacional ha consistido,
esencialmente, en la elaboración de un modelo de especialización internacional: el
modelo de especialización en factores de producción, denominado modelo Heckscher-
Ohlin-Samuelson.

       1.7. El teorema de Heckscher-Ohlin-Samuelson

El teorema de Heckscher-Ohlin-Samuelson se ciñe al de la ventaja comparativa
ricardiana, pero por distintas causas a las apuntadas por Ricardo. En breve, estipula que
los países se especializarán en la producción de bienes que incorporen el factor de
producción más abundante de cada país. Así, los países en desarrollo, con abundancia
de mano de obra y recursos naturales, deben especializarse en la producción de bienes
intensivos en trabajo y en recursos naturales. Si observamos la composición de los
flujos comerciales, podemos observar que este teorema explica un fenómeno
contrastado: los países en desarrollo exportan bienes intensivos en trabajo y recursos
(textiles, calzado, productos agrícolas, productos energéticos y minerales), mientras que
los países avanzados exportan bienes intensivos en capital físico, capital humano y
contenido tecnológico (automóviles, aviones, ordenadores y electrónica de consumo,
entre otros). Este fenómeno se aprecia también entre los propios países ricos: así España
exporta a Alemania bienes relativamente más intensivos en trabajo y recursos (por
ejemplo, productos agrícolas, vino, componentes de automóviles, automóviles de gama
baja y electrodomésticos), importando de ella productos con mayor contenido
tecnológico y de capital físico y humano (maquinaria, automóviles de lujo, material de
telecomunicaciones, etc.).

Este enfoque destaca la importancia de una óptima asignación de recursos (es decir, que
los recursos se utilicen allí donde son más productivos) según el criterio de la ventaja
comparativa. El argumento apunta, en pocas palabras, que el librecambio produce esa
óptima asignación de recursos y da lugar a la especialización, es decir, se centran en
aspectos estáticos, dejando de lado los efectos indirectos/semidinámicos resaltados por
J.S. Mill. Sin duda, la elaboración teórica de los modelos de especialización es mucho
más acabada que la introducida por Ricardo, pero, en un primer momento, no aportan
nada radicalmente nuevo al binomio librecambio-crecimiento. Las ganancias del
librecambio para la escuela neoclásica consisten en un incremento del bienestar
representado por el paso de una curva de indiferencia social dada, en la autarquía, a otra
curva situada sobre la anterior en una situación de libre comercio. Es, en realidad, el
argumento clásico de que el librecambio aumenta el nivel de consumo de la sociedad:
cuando los países se dedican a producir bienes para cuya producción se requieren
factores de producción abundantes dentro de cada país, se produce una especialización
acorde con las ventajas comparativas respectivas, aumenta la productividad y, por tanto,
la producción; una vez intercambiados mediante el comercio, ambos países consiguen
un nivel de producción y consumo más elevado, además de precios al consumo más
reducidos. El carácter beneficioso de la especialización justifica el comercio libre bajo
ciertos supuestos y condiciones, que pueden resumirse como sigue: (1) los mercados
son libres y competitivos, (2) el análisis general se basa en consideraciones a largo
plazo, (3) existe pleno empleo, (4) se prescinde del efecto del libre comercio sobre la
distribución de la renta o se supone que ésta será, bajo el librecambio, tan "buena" o
"mejor" como con protección y (5) existe movilidad efectiva de empleo de los factores
en respuesta a diferencias en su retribución real.

Por tanto, la economía neoclásica centra las ganancias teóricas del librecambio en los
beneficios para el bienestar social que ocasiona la óptima asignación de recursos
producida por la especialización, dejando de lado los aspectos dinámicos. Pese a este
supuesto olvido teórico de los efectos dinámicos del comercio internacional, debemos
reivindicar aquí la postura de Marshall al respecto. Para Marshall, "las causas que
determinan el progreso económico de las naciones pertenecen al estudio del comercio
internacional". En palabras de Gomes:

"Desde un punto de vista de política práctica, por tanto, su defensa {la de Marshall} del
libre comercio se apoya en última instancia no tanto en términos del modo convencional
de razonamiento basado en la eficiencia estática de la asignación como en la necesidad
de mantener a un país industrial al tanto del ‘progreso en las artes y recursos de las
manufacturas’, i.e.: cambios en el state of the arts o avances tecnológicos foráneos"

Marshall, por tanto, incide en la conexión comercio exterior-tecnología-crecimiento
económico, en tanto la competencia internacional (1) aumenta la eficacia de la industria
doméstica, (2) crea oportunidades para la migración de capital y trabajo, (3) favorece la
diligencia de los empleados y (4) ayuda al desarrollo de una industria a a gran escala.
Todos estos argumentos en favor del librecambio son de caracteres esencialmente
dinámicos y continuadores en gran medida del análisis de J.S. Mill. No obstante, esta
línea de investigación en el campo del comercio internacional no será retomada a nivel
teórico hasta después de la segunda guerra mundial, cuando arrecian las críticas
heterodoxas al carácter estático y ahistórico de la economía neoclásica.

Conclusión

Según las teorías del librecambismo revisadas en este trabajo de investigación podemos
sintetizar que con el transcurso de los tiempos las corrientes filosóficas fueron dando
respuestas a los problemas sociales y económicos a través de grandes pensadores, con
teorías lógicas y convincentes para impulsar la riqueza y el poder estatal al tiempo que
promueve las empresas privada a organizar su economía y producción guiándose por
estas teorías para la elaboración de sus productos para el mercado local, y también tener
una información convincente del por que buscar el mercado internacional. (Para que su
producto no se sature en el mercado local).

Lo bueno sería que nuestro estado se interesara en estas teorías para progresar en la
economía nacional y poder invertir en nuestro país nosotros mismos.
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Evolución de la economía

  • 1. 1. Mercantilismo Marco: Histórico: durante los S.XV y XVI y alcanza su máximo apogeo en el XVII. Geográfico: En Europa, especialmente en Inglaterra y España Social: los mercaderes comenzaron a formar parte de una nueva clase social en ascenso: la burguesía. Descubrimiento de América Teoría económica: Su antecedente es el metalismo. Argumentaban que la fortaleza económica se aseguraba con la ACUMULACIÓN DE RIQUEZAS. Además era una reserva en caso de guerra. Para ellos el Estado debía ocuparse de reglamentar las diferentes actividades económicas. Basándose en la importancia de los metales preciosos, privilegiaron el comercio exterior para obtenerlos; y para que hubiera mayor cantidad de metales, sostenían que las exportaciones debían superar a las importaciones. Por ello aplicaron medidas proteccionistas. Pensaban que la riqueza provenía del intercambio, no habían comprendido que la fuente de la riqueza era el trabajo. 2. Fisiocracia Marco: Histórico: S.XVIII Geográfico: Francia Social: la gran mayoría de los franceses vivía en el campo y los productos agrícolas y ganaderos les proporcionaban su sustento diario. Tipo de gob.:monarquía Teoría económica: Creían que la soc debía regirse por "leyes naturales" y que el Estado no debía intervenir para modificarlas. En materia económica, entendían que la única actividad humana capaz de producir una nueva riqueza era la agricultura. Por eso el comercio no favorece la prosperidad de un país. S/ellos, la única clase productiva era la que trabajaba la tierra, los otros sectores económicos eran caracterizados como la "clase estéril", ya que no producían riquezas. Proponían el establecimiento de un impuesto único al campo y la eliminación de la gran cantidad de impuestos del reino En materia de comercio exterior se oponían a los mercantilistas. Rechazaban las medidas proteccionistas y las regulaciones al comercio exterior. El rey debía intervenir lo menos posible,. 3. Capitalismo Marco Histórico: siglos XV a XVIII , comienza con la caída del sistema feudal Geográfico: Europa, especialmente Inglaterra Social: Surgimiento de la manufactura, cada vez hay menos trabajo artesanal. Comienza la división del trabajo, lo que aumenta la productividad y abarata el precio del producto. Se comenzó así a acumular capital. Apertura de las primeras fábricas y emigración del hombre hacia las ciudades. Finalmente la Revolución Industrial, con la invención de la máquina de vapor y su aplicación en la industria. El gran desarrollo el maquinismo desplazó el trabajo manual, fueron apareciendo máquinas especializadas para c/tipo de tarea. Tipo de gobierno: monarquía Teorías económicas: capitalismo: sistema económico en el que los bienes de producción son propiedad de los dueños del capital.
  • 2. La edad moderna INTRODUCCIÓN El liberalismo económico como base del capitalismo estableció: - reconocimiento de la propiedad privada. - Organización y coordinación entre todos los participantes en las transacciones económicas, productores, vendedores, compradores, empleados, etc,… - Libertad en la circulación de los productos. Esto suponía suprimir aduanas que a su vez disminuía los costes aumentando la productividad. Esto fue una clara influencia de la fisiocracia de Quesnay (s. XVIII) con el lassez faire. Suponía a su vez estar en contra de todo intervencionismo y proteccionismo por parte del Estado como proponían los mercantilistas (ss. XVI-XVII), fomentar el comercio y así entre todos conseguir una balanza comercial positiva, en la cual las exportaciones fueran mayores que las importaciones y evitar la fuga de metales. Esta última cuestión fue fundamental para los mercantilistas, ya que era la única manera de evitar que los metales salieran del país. - La agricultura como gran generadora de riqueza pero con diferencias respecto a la fisiocracia. Esta la elevó a única actividad generadora de riqueza y beneficio luego única actividad que tenía que pagar impuestos. Confirmó a los alimentos como unas mercancías más, adquiriendo carácter especulativo. La segunda diferencia fue basar la producción económica en la estructura social reforzando el sistema según la propiedad de la tierra, sistema social de antiguo régimen. El liberalismo proponía un cambio en la estructura de la propiedad (nueva sociedad) o en la actitud de los propietarios, aumentando inversiones y trabajo para aumentar beneficios y disminuir el número de rentistas. - La búsqueda de la maximización del beneficio. Para los librecambistas la riqueza era ilimitada y cada uno podía gestionarse como quisiera mientras para los mercantilistas (Malynes, Mun, Misselden) esta era limitada, por eso para ellos equilibrar la balanza comercial o que fuera positiva fue fundamental porque la riqueza que uno perdía la ganaba otro y esto era a través del acumulo de metales preciosos (para ganar había que retener) mas que por lo producción en la que se basaban fisiócratas y librecambistas. Importantes fueron los arbitristas españoles (Luis Ortiz, Azpilicueta, Domingo de Soto y Tomás de Mercado entre otros), que fuera de marcar una clara teoría económica fueron fundamentales para el desarrollo de las mismas, puesto que reflejaron la economía de su época. Describieron las consecuencias de la especulación, la abundancia de moneda, el aumento de la presión fiscal, el exceso de ostentación, la falta de ahorro y de inversión de los beneficios obtenidos. Para ellos para conseguir un desarrollo económico óptimo había que favorecer la formación y educación de la población (Jovellanos).
  • 3. Transito de la Edad Media a la Edad Moderna [editar] Nicolás de Cusa Nicolás de Cusa El tránsito de la Edad Media al espíritu científico y filosófico de la Edad Moderna viene marcado especialmente por Nicolás de Cusa (1401-1464). En él se aúnan el neoplatonismo (sobre todo de tipo místico), el pensamiento de Dionisio Areopagita, el nominalismo del final de la Edad Media, con su base matemática y agnóstica, el aristotelismo proveniente de Averroes, el tomismo y el humanismo. Todo ello cristaliza en Nicolás de Cusa de una forma totalmente personal: se trata de un nuevo estilo de platonismo y neoplatonismo místico que abrirá las puertas a la filosofía natural posterior de la Edad Moderna. Nicolás de Cusa parte de la distinción radical platónica (con la categoría del jorismós) entre Dios infinito y el mundo finito: aquél es la unidad de la complicación del mundo de opuestos creados por Él, y el mundo, a su vez, viene a ser una explicación de la unidad divina. Con estos conceptos de complicatio y explicatio de Dios y mundo, se introduce un nuevo elemento platónico: la mezexis o participación. Ahora bien, guiado por el naturalismo aristotélico, su atención se centra en los seres finitos, concretos, naturales y opuestos unos a otros; sin embargo, se aparta inmediatamente de Aristóteles y de toda la tradición medieval al establecer que todos los seres ocupan un mismo rango dentro del orden de lo creado; ya no hay diferencia entre el mundo supralunar e infralunar, ni los elementos se cualifican por el lugar que ocupan en el espacio. Todas las cosas y elementos gozan de la misma naturaleza creada y sólo se diferencian por el hecho de que tengan más o menos elementos simples, unidos en una u otra proporción. Más aún, esta concepción obedece al principio de que nada es exacto y absoluto, excepto el infinito, esto es, Dios. Todo lo demás está situado en un lugar cuyo punto de referencia siempre será relativo, no puede hablarse de un arriba o un abajo absolutos, ni de una Tierra como centro firme e inconmovible del Universo; nuestro conocimiento de lo creado finito es siempre relativo, excepto cuando se trata de Dios que, en la otra vida y en unión mística, es exacto. El naturalismo aristotélico ha llevado al Nicolás de Cusa a la destrucción del mismo Aristóteles y precisamente por la intromisión del pensamiento platónico. Es posible que además de la terminante división platónica entre Dios, ideas y mundo, intervenga en su concepto de conocimiento inexacto y relativo de lo creado la indeterminación corética que Platón hace operar en el Timeo por medio de la materia-espacio o jora. Al establecer, por lo demás, como único centro absoluto del Universo a Dios, y a todo lo demás como relativo en su composición de todos los elementos en cada cosa y en su posible conocimiento, poniendo además en pie de igualdad a todos los elementos, inaugura una posible concepción moderna de la filosofía natural que será tomada por la ciencia posterior. Sin embargo, sigue empalmando con la Edad Media por su consideración teológica y por su arranque de Aristóteles y sobre todo del neoplatonismo y Platón. [editar] Platonismo
  • 4. Marsilio Ficino El platonismo inaugurado por Nicolás de Cusa es seguido particularmente en Italia, por Jorge Gemisto Pletón (1355-1452), Juan Basilio Bessarion (1403-1472) y Ambrosius Traversarius (1396-1439), naciendo así la Academia de Florencia, bajo el patrocinio de Marsilio Ficino (1433-1499) y Cosme de Médicis, y en la cual florecieron el mismo Marsilio Ficino y Cristóbal Landino (1424-1498). Dentro del mismo neoplatonismo del Cusano se mueven León Hebreo (1460-1533), Francisco Baibizzi (1529-1597) y sobre todo, en orden a la filosofía natural, Pico della Mirándola (1463-1494). Éste, estrechamente ligado a la Academia platónica de Florencia, estudió a Aristóteles y el averroísmo, con lo cual pudo encuadrar al Estagirita dentro de un contexto neoplatónico más amplio. Para Pico della Mirándola el hombre está sometido a una previa y radical indeterminación desde la que tanto puede degradarse como regenerarse y perfeccionarse. Para lograr la máxima perfección el hombre dispone de las Ciencias y de la Filosofía y, dentro de esta última, la filosofía natural especialmente. Ciencias y filosofía son caminos para una especulación más alta: la Teología, donde el hombre encuentra plenamente la paz; la ciencia aristotélica y la religiosidad que impregna el platonismo renacentista se hallan, pues, unidas en Pico della Mirándola. Esta unidad de Aristóteles y Platón se refleja aún más al describir de modo más detallado los medios que hacen falta para lograr esa paz, fin último del hombre. Estos medios son: primeramente la magia, calificada por Pico, como «la total perfección de la filosofía natural», teniendo por objeto el descubrimiento de la unidad radical e imbricación de todos los seres entre sí; en segundo lugar, la cábala que sirve para interpretar los misterios divinos mediante una hermenéutica de las Sagradas Escrituras con categorías y procedimientos típicamente platónicos y neopitagóricos: se trata de extraer el sentido oculto de la letra bíblica; por último, la astrología, dando a esta disciplina un carácter matemático en forma de astronomía y quitándole todo aquello que pueda atentar contra la dignidad del hombre, a saber: el hecho de que la vida humana esté condicionada por la marcha de los astros y de los seres celestes. El naturalismo aristotélico y averroísta lleva a Pico della Mirándola a la consideración de la filosofía natural; el platonismo, a la matematización del universo y a la íntima relación existente entre todos los elementos del cosmos. Sobre los conceptos de magia y de filosofía natural en el Renacimiento volveremos a hablar luego: son los precedentes de la ciencia propiamente tal de la Edad Moderna. [editar] Aristotelismo Pico della Mirándola es así el prototipo del platonismo salido de Florencia en filosofía natural, que, como hemos visto, a pesar de su filiación a Platón, deja entrever un intento consciente o inconsciente de armonización con Aristóteles. Frente a esta línea declaradamente platónica florentina, se levanta polémicamente el aristotelismo que naciendo incluso dentro de la misma Florencia se centra sobre todo en torno a Padua. Posteriormente puede distinguirse entre un aristotelismo propiamente tal y otro averroísta: los dos coinciden en su preocupación por el problema del alma y su inmortalidad, en su defensa de la necesidad con que funciona el mundo físico, en el problema de las relaciones entre la libertad humana y la providencia y presciencia divinas y, por último, en su mayor o menor adhesión a la doctrina de la doble verdad averroísta. En todo caso, el aristotelismo renacentista ha contribuido eficazmente en la Historia del pensamiento al mejor y más exacto conocimiento de Aristóteles y, sobre todo, como queda dicho, al incremento del interés por las ciencias naturales y por la filosofía natural.
  • 5. Un exponente claro de este sector aristotélico es Pedro Pomponazzi (1462-1524), médico y filósofo, incardinable en la facción del aristotelismo propiamente tal. Pomponazzi busca ante todo el orden racional y necesario de la Naturaleza, razón por la cual la fuente inspiradora de su filosofía natural es Aristóteles. Todo ser es algo puramente natural, incluso el alma misma y, como tal, está sujeto a leyes necesarias, inmutables y autónomas; Dios ha creado todo y actúa en todo, pero no de forma directa sino naturalmente, por intermedio de todos los seres creados y sujetos por Él a unas leyes naturales; el mismo milagro, no es sino efecto natural de unas circunstancias físicas que por no ser «normales» y acostumbradas, resultan para nosotros «milagrosas». Más aún, Pomponazzi, al admitir con el aristotelismo musulmán el influjo de los astros y cuerpos celestes en la vida humana y natural de la tierra, explica por este influjo natural y necesario los resultados de la magia. Pero este naturalismo y cientifismo o pseudocientifismo nacido por impulso de la renovación de Aristóteles, rebasa ya los mismos contenidos doctrinales de la filosofía natural del Estagirita. Por ello, se pasa a la magia, al naturalismo, y, finalmente, a la ciencia propiamente dicha del Renacimiento, dejando de lado al propio Aristóteles y Platón, aunque, en realidad, sigue su influjo solapado e implícito en todo el pensamiento naturalista siguiente. [editar] Magia, filosofía natural y ciencia Cardano El primer paso después del rebasamiento de Aristóteles es el ya insinuado por Pico della Mirándola: la magia. Ésta se basa en dos principios fundamentales: primeramente en el hecho de que todo ser del universo está penetrado por una fuerza especial, única y semejante (o igual) a la que anima al hombre y que lleva a una comunidad de todos los seres en forma de simpatía universal. Con ello surge el intento de querer apresar esa fuerza común y oculta como se puede apresar y dominar cualquier objeto natural. El segundo principio se deriva de éste y consiste en la admisión de la posibilidad de penetrar en los secretos más ocultos de la naturaleza de forma directa, para lo cual se inventan fórmulas y procedimientos mágicos eficaces. Se trata, pues, de un dominio del hombre sobre todo lo natural, partiendo de la base de la comunidad de naturaleza que une lo más oculto y radical de los seres con lo más oculto y radical del hombre mismo y sus poderes. El núcleo del universo viene expresado de las formas más diversas; así, para Cornelio Agripa Nettesheim (1486-1535), lo que penetra al hombre y al cosmos entero es el espíritu; el hombre con su alma, puede así dominar los secretos del mundo por medio de una magia naturalista, por una magia celeste o por una religiosa o ceremonial. Teofrasto Paracelso (1493-1541) inaugura unos nuevos caminos para la medicina: ante todo por su intento de unir íntimamente la teoría y la praxis de la misma. Esta idea tan fecunda la cristaliza Paracelso mediante los principios base de la magia: si el hombre es un microcosmos en continua y radical comunidad en su ser y actuar con el resto de universo, para realizar una curación en él habrá que tenerse en cuenta todos los influjos que pueda recibir de fuera (de los astros, de las estaciones, etc.) y se deberá actuar, no sólo en el paciente sino también y sobre todo en el resto del universo que ha podido producir en él un determinado fenómeno patológico; el procedimiento, pues, de la terapia habrá de ser eminentemente mágico. Estas mismas ideas, en el ámbito de la medicina mágica, son seguidas por Jerónimo Cardano (1501-1576). Otros
  • 6. representantes de la magia renacentista son: Johannes Reuchlin (1455-1522), Juan Bautista della Porta (1535-1615), Juan Bautista van Helmont (1577-1644) y Roberto Fludd (1574-1637). Un paso más adelante lo da la filosofía natural de Bernardino Telesio (1509-1588), precursor en muchos aspectos (a pesar de las grandes diferencias que les separan) de Galileo. Concretamente coincide con este último en el principio de que la naturaleza goza de principios propios y autónomos; Dios efectivamente es creador, pero ha creado la totalidad de las cosas; lo individual funciona según sus propias leyes; todo se explica por ellas y no por la acción de Dios que no opera sobre lo particular sino sobre la totalidad del Universo. Llega Telesio a confundir a Dios con las mismas fuerzas naturales que rigen al cosmos, de forma tal que podría decirse que un aspecto de Dios queda naturalizado. De acuerdo con esta idea de la naturaleza, de sus hechos y de sus leyes, su ideal metódico es la «objetividad», preludio de un futuro empirismo cientista, o de un racionalismo de tipo cartesiano. Ahora bien, el hombre puede conocer la naturaleza, porque él mismo es naturaleza. Más aún y en esto discrepará Galileo, el hombre y la naturaleza están unidos por un panhilozoísmo, hilozoísmo universal; todo ser está dotado de sensibilidad al igual que el hombre; únicamente que este último puede elevarse a consideraciones científicas superiores, que, por otro lado, no son más que desarrollos de la misma sensibilidad y sin salirse de ella. Por lo demás, el mundo está regido por dos fuerzas: el calor y el frío, y está compuesto de solamente dos de los cuatro elementos clásicos: la tierra y el fuego. Puede verse que Telesio surge con su filosofía natural, más cercana al cientifismo posterior, del seno de la misma magia al admitir aquel pananimismo tan característico de ésta. Por ello, Giordano Bruno (1548-1600) y Tomás Campanella (1568-1639), pueden considerarse como seguidores telesianos desviacionistas, mientras que Galileo será su seguidor más en la línea científica moderna. Giordano Bruno sigue adicto a su entusiasmo por la naturaleza aunque en su vuelta al neoplatonismo y a la magia, le hace abocar a un naturalismo dionisiaco que en realidad detiene el proceso de acercamiento a la ciencia. Por parte de Campanella, su naturalismo está enfocado a la construcción de una teología política o simplemente de una política. Finalmente, sentadas las bases de objetividad, naturalismo, independencia y necesidad de las leyes físicas y naturales y la posibilidad del hombre de conocerlas, queda abierto el camino, a través de la filosofía natural, para que aparezcan en escena los científicos propiamente tales de la Edad Moderna, tales como Leonardo da Vinci (1452-1519), Copérnico (1473-1543), Kepler (1571-1630), Galileo (1564-1642), Francisco Bacon (1561-1626). EL PASO A LA EDAD MODERNA: EL DAVID DE DONATELLO 16, may
  • 7. El Mercantilismo En La Edad Moderna El Mercantilismo En La Edad Moderna LOS PENSAMIENTOS ECONÓMICOS DE LOS SIGLOS XVII Y XVIII I. PENSAMIENTO ECONÓMICO DE LA EDAD MODERNA: A. EL MERCANTILISMO: Las ideas mercantilistas constituyen en Portugal, España, Holanda, Francia, Inglaterra, Alemania y Australia el foco del pensamiento económico desarrollado durante el siglo XVII y en la primera mitad del siglo XVIII. El término Mercantilismo se aplica con frecuencia al entorno intelectual e institucional que acompañó el ascenso de las Naciones- Estados mas fuertes y descentralizadas; éstas se caracterizan por tener un territorio claramente delimitado, una población constante, si bien no fija, y un gobierno.[ a. Ideas principales: * Propusieron que la base de la riqueza de las naciones estaba en la abundancia de metales preciosos (oro y plata). * Aplicaron el reglamentarismo y proteccionismo, con el fin de proteger la manufactura o industria nacional. * Promovieron que el Estado sea propietario de las empresas. * Aplicaron el intervencionismo, es decir el Estado debería controlar el mercado. * Propiciaron el metalicismo; es decir, los metales preciosos es igual a riqueza, por tanto se propuso acumular metales preciosos. * Iniciaron el navalismo, con el que todos los países querían ser una potencia mercantil y marítima y a la vez promovieron el comercio exterior. * Resaltaron el colonialismo, por el cual los países querían tener sus propias colonias. * La soberanía nacional y la formación de Estados fuertes constituían los grandes ideales de la época. b. Representantes: * España y Portugal: Olivares, Santis – Ortiz y Antonio Serra (bullonismo). * Francia: Jean Bodin, Antonio de Montchretien, John Law, Richard Cantillon y Juan Bautista Colbert (colbertismo). * Inglaterra: Gerald de Malynes, Thomas Mun, Charles Davenant y William Petty. * Alemania: Von Seckendorff, Johann Becher y Von Hornick (cameralismo).... l Mercantilismo o una historia de como se fortaleció el Estado Moderno Cuando hablamos de mercantilismo hacemos referencia al conjunto de políticas o prácticas económicas que hacían los "incipientes" estados modernos, allá por los siglos XVI-XVII. Fue denominado así a partir del siglo XVIII por fisiócratas y por el padre de la Economía política,
  • 8. Adam Smith, debido a la "obsesión" que tenian estos estados por acumular riqueza procedente en su mayoría de los mercados, de hecho Carlos Marx se refierió a él como el capitalismo mercantil. La característica principal de esta "corriente económica", no es más que el intervencionismo o proteccionismo hacia unas prácticas económicas que supogan un acúmulo de riqueza para los estados. Estas prácticas se basaban en proteger los productos de los propios territorios, tanto agrícolas como manufacturas, frente a los exteriores mediante la imposición de aduanas y consumos (impuestos indirectos a la importación). Estas políticas favorecieron la autarquía típica de la sociedad del Antiguo Régimen, que se basaba principalmente en el autoconsumo, pero que estaba despertando al comercio mundial favorecido a su vez por los descubrimientos geográficos. El Estado, además, tenia distintos monopolios sobre la importación de productos a los que se le aumentaban los impuestos indirectos y que suponían un aumento de los ingresos de las Coronas. Productos como el café, la sal, el tabaco, el cacao, té, algodón,... y manufacturas como el cristal y la porcelana. Pero el principal monopolio que tenía el monarca era la explotación de minas, principalmente las de metales preciosos para su posterior acuñación y transformación en moneda, indispensable para los mercantilistas como Colbert, que consideraban que la riqueza de las monarquias procedían del acúmulo de estos metales (oro y plata básicamente). Esto se podía hacer de tres maneras: por la posesión y extracción directa de las minas (España), manufacturas (Francia) y comercio (Holanda e Inglaterra), esto último nos da lo importante que era para ellos mantener una balanza comercial favorable. Su concepto de riqueza era finito, el que ganaba lo hacía a costa de la pérdida de otro, por ejemplo, "Holanda ganaba con el comercio y la piratería lo que España extraía de sus minas de plata en América". Un apunte que surgió en clase fue que este intervencionismo para aumentar la riqueza no se invirtió adecuadamente en el estado sino que se invirtió en aumentar el prestigio y el poder del rey (era una forma de propaganda), construyendo fastuosos palacios en vez de mejorar los vías de comunicación terrestre. Fue, en definitiva un intervencionismo y una inversión muy distinta a como la entendemos actualmente. Discrepancia hay también entre los distintos autores entre si es una teoría económica o fueron políticas encaminadas a fortalecer el Estado Moderno. Lo cierto es que algunas de estas prácticas ya se aplicaban en la Baja Edad Media procedentes del monetarismo como, el papel del príncipe en la acuñación y acúmulo de moneda (Nicolás de Oresme, s.XIV), mantener una balanza comercial favorable se intenta hasta en nuestros días. Sea o no una teoría económica, lo que si es cierto es que junto con otras ideas formó parte de un proceso que llevó desde la Baja Edad Media hasta finales del s. XVIII a sentar las bases de la Economía política y que serviría de base para comparar con otras teorías económicas y junto con esto su principal consecuencia no fue más que fortalecer el poder de un monarca que ya se circunscribía en un terrritorio y que para mantener su poder necesitaba una riqueza que procediera de una fuente distinta a la anterior. Era mejor aumentar los impuestos indirectos y controlar ciertas parcelas del comercio y las manufacturas y permitirse así prescindir de los impuestos directos y las donaciones que se recaudaban a través de las distintas asambleas (Cortes, Estados Generales, Parlamentos,...). Esto suponía, de forma indirecta, prescindir (en la medida de lo que se pudiera) de los apoyos de grupos que hacían sombra a un poder que estaba creciendo. Esto se confirmó, cuando a mediados-finales del s. XIX tras la unificación de Alemania, teóricos
  • 9. económicos alemanes (Roscher) volvieron a hacer resurgir el nombre del mercantilismo, que se identificó con la política económica de esa nueva Alemania que se estaba afirmando. Esta entrada pretende dar una visión general sobre el mercantilismo, su definición y sus características desde el planteamiento que se dió en clase. Ha sido algo complementado por aportaciones bibliográficas, que son las siguientes: -Schultz, H.; Historia Económica de Europa (1500-1800): artesanos, mercaderes y banqueros. Concretamente el capítulo del comercio y el mercantilismo, Madrid, 2001. - Kriedte, P.; Feudalismo tardio y capital mercantil: líneas maestras de la historia económica europea desde el s. XVI hasta finales del s. XVII, Barcelona, 1987. - Cipolla, C.; Historia económica de la Europa preindustrial, Madrid, 1987. Mª Aránzazu Redondo Alonso b. Representantes: * España y Portugal: Olivares, Santis – Ortiz y Antonio Serra (bullonismo). * Francia: Jean Bodin, Antonio de Montchretien, John Law, Richard Cantillon y Juan Bautista Colbert (colbertismo). * Inglaterra: Gerald de Malynes, Thomas Mun, Charles Davenant y William Petty. * Alemania: Von Seckendorff, Johann Becher y Von Hornick (cameralismo). Juan bodino, precursor del mercantilismo propiamente dicho y autor de un tratado sobre la moneda. Gerald Malynes, quien distingue entre usura e interés y es
  • 10. el principal representante de la corriente metalista en el mercantilismo. Eduardo Misselden (1608-1654, primero en enunciar el concepto de la balanza comercial. Antonio Sierra, quien afirma que la industria es mejor que la agricultura por las ventajas que ofrece.
  • 11. Tomas Mun (1571-1641), mercantilista inglés que desarrolló ampliamente dicha doctrina. . ERCANTILISMO Corriente de pensamiento económico que cubre prácticamente toda la Edad Moderna, según la cual, la prosperidad económica se alcanzaba fomentando la agricultura y la industria, a fin de aumentar las exportaciones y restringir las importaciones, para acumular de este modo oro y demás metales preciosos, el mayor exponente de la riqueza de las naciones por aquella época. Como una nación no se puede enriquecer si no es a costa de que otra se empobrezca, según la máxima de esta corriente de pensamiento, para instrumentar esta política el mercantilismo recurrió a todo tipo de prácticas de intervención del Estado en la economía y la protección del comercio exterior El mercantilismo. Una de las definiciones que se pueden dar de mercantilismo es la siguiente: “conjunto de escritos económicos junto a la práctica económica que se da en Europa entre mediados del siglo XVI y principios del XVII”. Otros autores ofrecen otras como la de Enrique Martínez Ruiz (1991; 341): “Fase de la historia económica situada entre la Edad Media y finales del siglo XVIII a lo largo de la cual los distintos países europeos desarrollan una política económica similar”. Dentro de esta corriente económica podemos encontrar dos ámbitos claramente diferentes: teoría económica y práctica. En función de la aplicación práctica del mercantilismo Simón Segura (2001; 85) distingue varias
  • 12. corrientes: Anglo-holandesa: tienden a las formas más libres de producción y comercio. Preocupados por la acción individual de los comerciantes. Francesa: Preeminencia estatal con predominio industrial. (Colbertismo). Italiano-española: Más preocupados por los problemas monetarios e influidos por la tradición medieval y eclesiástica. Alemana: Se centran más en la administración y fiscalidad. En el mercantilismo se da un continuo intervencionismo por parte de la Corona en la vida económica, si lo comparamos con el libre comercio veremos que es lo contrario en este sentido. Este sistema económico se constituyó como un gran apoyo de las monarquías de ese momento ya que aumentaban las riquezas del propio rey y se asentaba también el poder de las élites, por lo tanto el mercantilismo ayudaba a sustentar el poder del rey. Se realizó una legislación reguladora que perseguía lo anteriormente expuesto, mayores ingresos para el monarca y las élites. Todo esto derivaba en el aumento del nivel de ingresos fiscales como eran las alcabalas, tercias, etc. Por lo tanto este intervencionismo contribuía a mantener lo gastos propios de la Corona. Además de la continua intervención del monarca hay que destacar también el proteccionismo que se lleva a cabo, incluso se puede decir que con cierta tendencia a la autarquía (Situación económica en la que un Estado consigue todo lo que necesita sin que exista un comercio con otros). En los casos coloniales como el español se intenta perpetuar ese proteccionismo con el monopolio a través por ejemplo de la creación de instituciones como la Casa de la Contratación. El estudio de este tipo de instituciones resulta determinante para comprender el comportamiento económico. Además la Corona española desde el primer momento aunque existen iniciativas privadas es ésta quien posee la tutela y quien establece las reglas pertinentes para el desarrollo del comercio con el Nuevo Mundo. Ello genera críticas en cuanto a la legislación creada, ya que se afirma que ésta solo beneficiaba a la monarquía o que ésta sólo buscaba el beneficio a corto plazo. (Antonio Acosta Rodríguez. Coord.; 2003). Características básicas del mercantilismo: Ø Poblacionismo, es decir, creencia en que cuanto más poblado esté un país mayor es su capacidad de obtener riqueza. Ø Bullonismo: creencia en que un Estado es más rico cuantos más metales preciosos tiene. Por este motivo el objetivo básico del mercantilismo era conseguir todo el oro y la plata que se pudiera. Esto se relaciona con lo que los sociólogos actuales denominan “Juegos de Suma Cero” mediante los cuales se intenta estudiar los comportamientos desde un punto de vista científico. El común denominador que guardan estos estudios con el mercantilismo es que los dos parten de la concepción finita, en el segundo caso de la riqueza por lo tanto los metales preciosos que gana un país lo pierde otro. Para lo mercantilistas el concepto de creación de riqueza es imposible, ésta es finita y no hay posibilidad por tanto de creación. Se observa de forma clara como este tipo de pensamiento es contrario al de Adam Smith. Ø Para obtener metales preciosos existían dos vías: - Que el propio país tuviera minas. - Conseguir la mayor cantidad de oro y plata que pudiera mediante la protección del comercio.
  • 13. Ø Balanza comercial favorable, un país debe exportar más de lo que importa para aumentar la posesión de metales preciosos. Perdices de Blas (1998; 13) también apunta como otro rasgo de esta corriente económica el intento de la Corona de promover y financiar empresas manufactureras. Éste será el caso de las fábricas reales creadas con Colbert, hombre que pasó por muchos puestos de gobierno en la Francia de Luis XIV, pero donde destacó fue siendo ministro de hacienda. Desarrolló una política económica que es una variante del mercantilismo, incluso algunos autores la han denominado Colbertismo. Su concepción de riqueza se centraba en que un Estado era más rico cuanta más cantidad de oro y plata tuviera, por ello el plan económico que desarrollara Colbert consistirá en la compra de materias primas y venta de los productos manufacturados obteniendo así múltiples beneficios. Además fomentó la política arancelaria, aumentó los controles de calidad, intentó abaratar los productos, etc. Quiso impulsar los productos del país. Creó fábricas denominadas “manufacturas reales” que producían objetos de lujo que anteriormente compraban a alto precio en el extranjero. Además concede subvenciones a los inversores que se decidieran a crear este tipo de empresas. También se preocupó de reparar las carreteras y caminos para mejorar las redes de comunicación y de esta forma impulsar el comercio interior. Luis XIV además de contar con Colbert destacará también Louvois, el gran reorganizador del ejército francés. (Martínez Ruiz; 1991). Según explica Simón Segura (1998; 87-89) Colbert a lo largo de veintidós años lleva a cabo una política mercantilista que deja recogida en numerosos escritos. Para este autor una de las armas esenciales para lograr el impulso económico estaba en la marina mercante mediante su desarrollo. Por ello Colbert continúa la obra realizada por Richelieu. El objetivo final del mercantilismo es la necesidad de fortalecer el Estado. Esto será de gran importancia ya que los mercantilistas no partirán de una serie de estudios teóricos sino de la práctica conocida a través de la observación. Es un pensamiento que no es construido a partir de teorías. Historiografía sobre el mercantilismo: La percepción actual del mercantilismo depende en buena medida de estos estudios posteriores. Existen algunos autores que consideran que el mercantilismo sí es una escuela económica y otros sin embargo piensan que no. Perdices de Blas (1998; 15-19) afirma de forma contundente que el mercantilismo no tuvo un cuerpo bien elaborado y coherente con sus doctrinas. Explica que la mayoría de escritos denominados mercantilistas son monotemáticos, tratan de un aspecto económico concreto y suelen ser bastante breves. Sí acepta que el fin último de esta corriente económica sea el fortalecimiento del poder del Estado. El término mercantilismo surge con los fisiócratas, es una palabra despreciativa. También les relacionaban con este término a aquellos que estuvieran en contra de la máxima de liberalismo “laissez faire”. Adam Smith perpetúa este término. Imagen de Adam Smith, el gran representante y defensor del libre comercio. Autor de la obra titulada “Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones”. (http://www.geocities.com/WallStreet/Floor/9680/smith.htm;2007)
  • 14. La fisiocracia es otra corriente económica que surge en Francia de la mano de Quesnay con su obra “El cuadro económico” con la que tuvo cierto éxito. Defendía que el desarrollo económico estuviera plenamente basado en la agricultura ya que el ciclo natural no cobraba plusvalía, era un socio que siempre estaba preparado para producir. Ernest Lluch (1985; 45-53) afirma que las ideas de Quesnay, el cual afirmaba que la tierra era la única fuente de riquezas y sólo la agricultura podría multiplicarlas, llegaron a España por las élites ilustradas. Anuncia como para algunos autores fue fisiócrata un personaje tan importante como Jovellanos. Además Lluch advierte tener precaución para no confundir el agrarismo mercantilista con la fisiocracia. Describe la fisiocracia como un sistema coherente y a los fisiócratas como intelectuales influidos por la Ilustración que apuestan por la idea de orden natural mediante la existencia de leyes físicas y morales. Sólo consideraban productiva a la agricultura calificando de estériles al resto de actividades económicas. Creían en la necesidad de un programa educativo y defendían el impuesto único. En la agricultura de la Edad Moderna todavía pesaba la tradición, por ello las técnicas y herramientas utilizadas eran en muchos casos la herencia del arado romano. Fue en el siglo XVIII cuando se produjo un gran impulso en esta actividad gracias a personajes importantes como: - Jethro Tull, el cual desde principios del siglo XVIII experimentó con las técnicas de cultivo. Inventó un artilugio que le permitía la siembra mecánica. - Charles Townshend. Levaba unos años ensayando en suelos muy pobres un sistema de rotación conocido como el “Norfolk” que consistía en la rotación de cuatro cultivos: el nabo, la cebada, el trébol y el trigo. Alcanzó con él muy buenos resultados. - Arthur Young. Fue uno de los mayores difusores de las nuevas ideas y uno de los mayores tratadistas. Como describe Ernest Lluch (1985;9) fue en la segunda parte del siglo XVIII cuando se producen innovaciones que hacen hablar ya de la “ nueva agricultura” introduciendo la rotación de cultivos, eliminación del barbecho, se intentó que existiera una relación más firme entre agricultura y ganadería, mecanización, etc. La mayoría de la población trabajaba en la agricultura siendo los mayores propietarios de tierras el rey, la nobleza y la Iglesia. (Martínez Ruiz; 1991). Los campesinos establecían acuerdos con los propietarios de la tierra y entre los más frecuentes estaba el denominado enfitéutico donde el campesino pagaba un alquiler al dueño de la tierra, pero era un contrato a largo plazo que podía durar incluso generaciones. También existía el de aparcería que era en un periodo más corto de tiempo, por lo que tenían que negociar el contrato otra vez en muy poco tiempo y esto iba generalmente en perjuicio del labrador ya que el propietario elevaba el alquiler. En Cataluña era corriente la denominada “rabasa morta”, el señor cedía el usufructo de la tierra al campesino con la condición de que plantase viñas. Sólo hasta 1874 no se entiende que el mercantilismo constituya ningún tipo de escuela. Es en 1874 cuando un alemán, Roscher comienza a hablar de este pensamiento económico como una doctrina positiva. Es necesario para comprender este hecho conocer que Alemania estaba en este momento en pleno proceso nacionalista y esta cuestión también es utilizada para afirmarse. Además, Alemania quería entrar en el juego del colonialismo y por ello se remarca cómo en el mercantilismo hay una profunda intervención del Estado en la economía. La Escuela Alemana presenta por lo tanto al mercantilismo como una escuela positiva. Heckscher en 1931 realizó un libro donde señaló que el mercantilismo ante todo es un sistema de poder y de unificación nacional. Señaló la coherencia política mercantilista y sus objetivos,
  • 15. pero la debilidad de los medios empleados. A partir de 1931 se dieron una serie de críticas que procedieron de J. Viner, profesor de la universidad de Chicago y Coleman para el cual no hay escuela mercantilista y realiza una dura crítica a Heckscher ya que le reprocha que en sus estudios sobre el mercantilismo sólo se centre en un país. Por último, algunos autores defienden que la idea del mercantilismo como escuela meramente es una construcción creada de forma posterior por los autores. Reflexiones personales sobre el tema tratado: Dependiendo de los autores el mercantilismo es tratado como escuela o no, pero todos ellos comparten la idea que el principal beneficiario de este tipo de economía fue el Estado con su fortalecimiento. Muy interesante y acertada en relación al tema de la historiografía mercantilista me parece la idea comentada en clase de que siempre se tiene que tener en cuenta que cuando se hace historia o se analiza un hecho histórico se hace desde un presente determinado, con unas características concretas que no deben influir en el estudio o conclusiones obtenidas de éste. Desde mi punto de vista se debe ser riguroso y objetivo para llegar a la comprensión real del pasado. 1.5. Teoría económica del mercantilismo Las ideas económicas anteriores a la Edad Moderna eran muy rudimentarias. La economía no empieza a desarrollarse hasta mediados del S.XVI. A partir de este momento se produce una reflexión sobre lo que es la riqueza y como se genera. Esto ocurre en toda Europa se debe a la escuela de Salamanca y sobre todo a Tomás de Mercado. Los mercantilistas consideras que una nación es rica o pobre en función de la cantidad de metales preciosos que atesora y por lo tanto el objetivo es obtener oro y plata. Esto significa que un país debe vender mucho y evitar comprar y para ello el poder político debe controlar el comercio exterior. Solo vender y no comprar es imposible y si se sigue terminaría por no haber metal precioso circulando por lo tanto los mercantilistas establecen 3 excepciones: -Como ninguna economía es autosuficiente se pueden comprar aquellos productos que no se tienen o que se tienen de forma insuficiente. -Se puede comprar un producto normalmente estratégico (armas) para negársela a otros (es retorcida) -Se pueden comprar a una monarquía para que así obtenga metal precioso con el que puede comprarlos a nosotros, nuestros productos. El defecto fundamentalmente de la teoría es la restricción incluso anulación de la libertad de comercio apoyada en una concepción errónea de la riqueza y del valor añadido. Adam Smith creará el capitalismo solucionando los errores mercantilistas y para ello establecerá la no intervención del estado en economía, la libertad de comercio... 2. 2.4. Principales características del Mercantilismo
  • 16. Toda la actividad económica se centra en la adquisición de monedas y metales como el oro y la plata para el enriquecimiento del estado. Se puede ver que el mercantilismo es una doctrina centralista al considerar que es el propio estado es el que debe programar y organizar la adquisición de metales preciosos. Con esta doctrina se genera una balanza comercial debido a que los países se ven forzados a desarrollar al máximo las exportaciones de productos pagaderos en oro y plata y reducir en lo posible las importaciones. Al plantearse los estados proteccionistas se generan fuertes impuestos a los productos extranjeros en Inglaterra se plantea el acta de navegación que decía que todos las mercancías importadas o exportadas de las colonias angloamericanas debían ser embarcadas en barcos ingleses, esta medida se implanto para el resto del comercio ultramarino, esta medida afecto significativamente a Holanda que dependían del transporte de mercancías; esto genero conflicto entre estas dos naciones. También se fomento el crecimiento de las industrias para que el gobierno pudiera cobrar impuestos para fomentar los gastos militares. A lo largo de estos siglos el mercantilismo vario de una nación a otra por ejemplo en España se baso en una actividad puramente exportadora en la defensa de los metales preciosos que entraban desde América atesorándolos en lingotes básicamente. El mercantilismo francés es muy diferente al español, al carecer Francia de minas de oro y plata, por lo que esta intentaba adquirirlos en los mercados exteriores, Jean Colbert ministro de Luís XIV institucionalizó la exportación de productos franceses para generar dichos metales. Algunos de los aspectos desfavorables de esta doctrina fueron: La moneda no es una medida de riqueza. No todos los países pueden tener una balanza comercial positiva. Ningún país puede sostener una balanza comercial favorable en el largo plazo. El comercio puede ser mutuamente beneficioso para las naciones. 3. Principales exponentes del pensamiento mercantilista 1. Fue un político francés nación en reims en el año de 1619 y murió en Paris en 1683, fue ministro de Luis XIV, creo la contabilidad publica moderna, obligando a llevar un libro de entradas uno de salidas y uno de fondos, protegió el comercio interior de la competencia extranjera, colvert favoreció el aumento de la población para disponer de mayor mano de obra, concedió la exención tributaria para las familias con mas de 10 hijos y a los que se casaban jóvenes, creo manufacturas reales, empresas con producción controlado por el estado donde se imparten enseñanzas técnicas. 2. 3.1. Jean Baptiste Colbert: Filosofo historiador y economista escocés nació en Edimburgo en el año de 1711 y murió allí mismo en el año de 1776 fue el que desarrollo una forma convincente de la teoría de la circulación automática de efectivo. Si el país A gana dinero en efectivo como consecuencia de una balanza comercial favorable, su nivel de precios se elevará, mientras en el país B, que ha perdido dinero debido a su balanza comercial desfavorable, ocurrirá exactamente lo contrario. En A, los precios son ahora demasiado altos para permitir que el país mantenga inalteradas sus exportaciones. El alto nivel de precios de A atraerá las importaciones, al mismo tiempo que reducirá las exportaciones. En B ocurrirá lo contrario y habrá una inversión del movimiento de metal que volverá nuevamente a B. Hume escribió en el año de 1726 el tratado de la naturaleza humana que no fue publicado hasta 1740 luego en 1748 publico la investigación sobre el conocimiento humano que es por decirlo así la segunda parte de su primer libro.
  • 17. 3. 3.2. David Hume: 3.3. Tomas Mun: 1. Mercantilista ingles nacido en Londres en el año de 1571 y murió en 1641, fue el director principal de las indias del orientales, fue el principal representante de mercantilismo en Inglaterra, fue partidario del libre comercio exterior, su obra mas importante fue el tesoro de Inglaterra a través del comercio exterior. 2. 3.4. William Petty: Economista, estadístico y medico británico nacido en Rosmey en el año de 1623 y murió en el año de 1687en Londres, creo la aritmética política y la teoría del valor del trabajo con los mismos elementos que Adam Smith. El fisiocratismo El fisiocratismo es otra de las doctrinas económicas que surgió en el siglo XVIII en Francia. Esta corriente afirmaba que toda la riqueza venía de la tierra y que la agricultura producía más de lo que se necesitaba para mantener a los que se ocupaban de ella. Propugnaba además la existencia de una ley natural que regía el funcionamiento económico.
  • 18. LA TIERRA Los pensadores fisiócratas, al igual que los mercantilistas, buscaban una estrategia para el desarrollo económico mediante políticas coherentes. Pero a diferencia del mercantilismo, la fisiocracia se interesó en las fuerzas reales que conducen al desarrollo y llegaron a la conclusión de que la fuente de riqueza estaba en la tierra. Por lo tanto, hacia ella debía dirigirse el estado para obtener fondos, por lo que propusieron el impuesto único sobre la tierra. Además, el Estado debe ser gobernado por propietarios terratenientes, pues solamente ellos tienen patria. LA LEY NATURAL En cuanto a la ley natural, esta era independiente de la voluntad del ser humano, pero el hombre podía estudiarla y aprovecharla para su beneficio. Por eso, el libre cambio era uno de los pilares de la economía fisiócrata, ya que la tarea del economista consiste en descubrir ese orden de las leyes naturales y actuar según ellas. Uno de los principales derechos otorgados por la ley natural era que el hombre podía gozar los frutos de su propio trabajo, siempre que no se oponga a los derechos de los demás. Otros derechos derivados fueron los de propiedad privada, libertad de contratación y la libre competencia. Los fisiócratas defendían sus doctrinas desde un periódico titulado Las Efemérides del Ciudadano. FRANÇOIS QUESNAY Y LAS TABLAS ECONÓMICAS François Quesnay fue el fundador y principal teórico del Fisiocratismo. Nació el 4 de junio de 1694, en un pueblo cerca de París. Fue médico cirujano. Manifestó un profundo interés en la economía y se dedicó a estudiarla. En 1758 publicó su Tablas Económicas, obra en la que defendía la agricultura como la principal fuente de riqueza y descartaba la industria o el comercio como productores de bienes. La idea más importante de esta tabla era la división de la sociedad en tres grupos sociales por
  • 19. los cuales circula la riqueza: a)La clase productiva: Compuesta por los agricultores, los pescadores y los mineros. Constituían el 50% de la población. b)La clase estéril: Son los artesanos, los industriales, los profesionales y los comerciantes. Quesnay explicaba que la riqueza era distribuida a la clase estéril en pago de los bienes manufacturados que adquieren. c)La clase propietaria: La componen la nobleza, el clero y los funcionarios. La clase agrícola era la única capaz de producir un excedente económico o producto neto, que el Estado podía utilizar para aumentar el flujo de bienes y de dinero o cobrar impuestos para financiar sus gastos. El resto de las actividades, como las manufacturas, eran consideradas estériles porque no creaban riqueza sino que sólo transformaban los productos de la clase productiva. La tabla económica sostenía también que el Estado debe mantener el orden natural mediante tres reglas: a) El derecho a la propiedad. b) La libertad económica (el laissez faire, laissez passer). c) La seguridad en el goce de esos derechos y libertades. Las ideas de F. Quesnay apenas perduraron treinta años. Entraron muy rápido en decadencia debido al acelerado desarrollo de la industria capitalista. Pero esto no significa que las ideas del fisiocratismo carezcan de interés en una perspectiva histórica y científica; al contrario, los elementos científicos de esta doctrina fueron considerados y desarrollados por representantes de otras escuelas del pensamiento económico. Este es el caso de las ideas antimercantilistas de Adam Smith, quien tomó varias de las ideas fisiócratas para escribir La riqueza de las naciones, obra que contiene ideas como la filosofía del utilitarismo, la sicología del hedonismo y la idea de Dios como un ser benévolo. REPRESENTANTES DEL FISIOCRATISMO Además de François Quesnay, otros fisiócratas destacados fueron Pierre Samuel du Pont de Nemours, Víctor Riqueti, marqués de Mirabeau y Anne Robert Jacques Tourgot 1. La economía de los Tiempos Modernos se caracteriza por el auge del capitalismo comercial, sistema venía desarrollándose desde la Baja Edad Media, cuando las necesidades económicas de Occidente dieron paso a una compleja red de relaciones comerciales, locales, comarcales e internacionales, manejadas por una burguesía cada vez más poderosa, que acumuló grandes capitales, augurando el desarrollo capitalista de los siglos venideros.
  • 20. El economista escocés Adam Smith, considerado padre de la economía moderna, sostiene en su obra “Investigación acerca de la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones” publicada en 1776, que la fuente de la riqueza es el trabajo. Asimismo, postula que existen “leyes naturales”, como la ley de la oferta y la demanda, que ponen el equilibrio entre la producción y el consumo y entre los precios y los salarios. Según esta doctrina, debe haber plena liberta de empresa, libre cambio y libre competencia. En este marco, el Estado se abstiene de participar directamente en la economía. El rol que le cabe es, por una parte, actuar como “guardián del sistema” y por otra, preocuparse de aquello que trasciende las posibilidades de los particulares, como la defensa y las obras públicas. LIBRECAMBISMO Se denomina librecambismo a la doctrina económica que propugna la no intervención estatal en el comercio internacional, permitiendo que los flujos de mercancías se gobiernen por las ventajas de cada país y la competitividad de las empresas, y suponiendo que con ello se producirá una adecuada distribución de los bienes y servicios, así como una asignación óptima de los recursos económicos a escala planetaria. El librecambismo es considerado como el primer capitalismo [cita requerida] y plantea la libertad absoluta de negocio y comercio frente a las rigideces de la economía del Antiguo Régimen. La formulación teórica del librecambismo no se ha correspondido nunca con una aplicación práctica. Las distintas políticas económicas de los distintos Estados han mantenido siempre un componente de proteccionismo, más o menos intenso. Las áreas económicas más fuertemente ajenas al librecambismo han sido tradicionalmente las agrícolas. Junto a ellas, las industrias nacionales básicas y las estratégicas han recibido un singular apoyo. El librecambismo ha desplegado mayor efecto en los intercambios de mercancías no esenciales. Las restricciones al librecambismo se han efectuado tradicionalmente de diversas formas: mediante la imposición de aranceles a las importaciones, proteccionismo a determinadas industrias y a la agricultura mediante la concesión de ayudas o subvenciones directas o indirectas, fijación de precios, regulación del mercado laboral o preferencia en la adquisición por parte del Estado de los productos locales. Aparte de su vertiente convencional, existen partidarios y teorías librecambistas alternas que son contrarias a la "privatización" y al mismo capitalismo. Introducción El liberalismo económico o librecambismo es la teoría que se inició a finales del siglo XVIII y rige hasta hoy en día el comercio internacional como la forma de realizar negocios con la menor intervención del estado. Si bien, el trabajo podría presentar los avances, las aplicaciones o sus diversos puntos de los países llamados de primer mundo y sus contrastes con los países en desarrollo. Se optó por realizar una investigación bibliográfica de las diferentes teorías que surgieron a lo largo de los últimos siglos sobre esta nueva forma de comercio que unió a potencias con países en desarrollo.
  • 21. Primeramente, se expone la teoría de los economistas británicos, con su economía ortodoxa. Luego al renombrado Adam Smith, quien es el padre y símbolo del liberalismo. Para pasar en el apartado tercero a la teoría de la ventaja absoluta, con sus exponentes David Ricardo y John Stuart Mill, y terminar con la escuela neoclásica y el teorema de Heckscher-Ohlin-Samuelson. EL LIBERALISMO ECONÓMICO O LIBRECAMBISMO La norma que debe regir al comercio exterior es el librecambismo, es decir aplicación del principio laissez-faire, libertad de acción de los agentes económicos y reducción al mínimo la intervención del Estado. A través del siglo XIX se van imponiendo paulatinamente las teorías de librecambio, apoyadas en una serie de factores: los avances tecnológicos, mejora de los transportes y comunicaciones, aumento de la población... que llevaron al triunfo del librecambio. El liberalismo económico fue formulado entre finales del siglo XVIII y mediados del XIX por economistas británicos: A. Smith, Tomas Robert Malthus, David Ricardo y John Stuart Mill. En sus obras se elaboraron teorías sobre el valor de los bienes, los salarios o el crecimiento demográfico. 1. Las teorías de los economistas británicos. 1.1. La economía ortodoxa Incluimos en este apartado el pensamiento de Adam Smith, David Ricardo, John Stuart Mill y de la escuela neoclásica. 1.2. Adam Smith. En La Riqueza de las Naciones, emprende un ataque frontal contra el proteccionismo de la época mercantil, originando así la teoría clásica del comercio internacional. En pocos autores como en Smith encontramos un nexo causal tan nítido entre comercio y crecimiento. La naturaleza de esa interacción se muestra desde los primeros capítulos de La Riqueza, atribuyendo el progreso de la capacidad productiva a la división del trabajo. Ahora bien, Smith también nos aclara que "la división del trabajo está limitada por la extensión del mercado". La naturaleza de los beneficios proporcionados por el comercio exterior se identifican explícitamente: "Cualesquiera sean los sitios que entablan dicho comercio, todos ellos obtienen del mismo dos tipos de ventajas. El comercio exterior retira la parte excedente del producto de su tierra y su trabajo, para la que no existe demanda en el país, y trae de vuelta a cambio de ella otra cosa para la que sí hay demanda. (...). Así, la estrechez del mercado local no impide que la división del trabajo en ninguna rama de las artes o las manufacturas alcance el grado más alto de perfección. Al abrir un mercado más amplio para cualquier parte del producto de su trabajo que pueda exceder el consumo del país, lo estimula a mejorar sus capacidades productivas y a expandir su producto anual al máximo, y de esta manera a incrementar el ingreso y la riqueza reales de la sociedad". 1. Idea central del párrafo de Adam Smith. Este párrafo presenta dos ideas centrales: la primera, consiste en la teoría de la "salida del excedente", según la cual el comercio internacional supera la estrechez del mercado doméstico y brinda la posibilidad de exportar la producción no absorbida por la demanda interna; la segunda idea da forma a la teoría de la productividad, la cual
  • 22. establece que el comercio internacional, al ampliar la extensión del mercado, permite mejorar la división del trabajo, elevando el nivel de productividad del país. Por el momento nos interesa resaltar el argumento según el cual el comercio exterior, al ampliar la extensión del mercado, promueve el incremento de la productividad mediante la división del trabajo. En él tienen su origen o precedente muchos de los beneficios del comercio exterior actualmente admitidos, con la excepción de las ganancias estáticas derivadas de la asignación de recursos en función de las ventajas comparativas ricardianas. El nexo causal entre comercio exterior y crecimiento económico discurre como sigue: ya que para Smith la actividad económica sólo puede aumentar "en proporción a su capital", el comercio exterior, al aumentar tanto la producción como la renta de la nación, eleva la proporción del ingreso destinado al ahorro y, por tanto, fomenta la acumulación de capital y la expansión de la actividad económica. Sin embargo, los beneficios del librecambio son también apreciados por Smith (1) desde la óptica de la "libertad natural", si bien, como ha notado Schumpeter, esos beneficios son un residuo de las doctrinas del derecho natural sin ningún valor científico; (2) como medio de acceder a bienes inexistentes en el mercado doméstico, argumento inmediato e irrebatible; y (3) desde la perspectiva del consumo, conectada con el crecimiento económico por el aumento de la renta, en lo que desde entonces constituirá un argumento clásico en favor del librecambio: "El consumo es el único fin y objetivo de toda producción, y el interés del productor merece ser atendido sólo en la medida en que sea necesario para promover el del consumidor. (...). Sin embargo, en el sistema mercantil el interés del consumidor es casi constantemente sacrificado frente al del productor, porque parece considerarse que la finalidad y propósito últimos de cualquier actividad y comercio es la producción y no el consumo". Smith explica también la pérdida del consumidor en el caso de los aranceles a la importación (el sobreprecio que éste debe soportar), en las subvenciones a la exportación (doble, en este caso: el impuesto para financiar el subsidio más el sobreprecio) y en los tratados comerciales preferenciales (anticipando el concepto de desviación de comercio, como se verá en el tema dedicado al regionalismo). Este argumento, como hemos visto, forma parte del paso que liga comercio y crecimiento, pero resulta novedoso en tanto considera el interés general y se presenta revestido de consideraciones éticas; difícilmente podía ser de otra manera tratándose de un profesor de moral. Smith también anticipa otros lugares comunes del liberalismo de nuestros días, en una sucesión de argumentos en favor del librecambio que sigue impresionando al lector más de 200 años después de su formulación. Así, encontramos enunciados liberales tales como el carácter anti-monopólico del libre comercio, la desconfianza hacia los gobernantes ("nunca he visto muchas cosas buenas hechas por los que pretenden actuar en bien del pueblo") y hacia los grupos de presión formados por industriales y comerciantes, el escepticismo frente a la tesis de la industria naciente y numerosas críticas al mercantilismo: al argumento proteccionista del empleo, a la política de empobrecer al vecino, al fraude motivado por las primas a la exportación y a la misma política de promover las exportaciones mediante subvenciones, a los tratados preferenciales, a los impuestos a la exportación y a lo que hoy conocemos como sesgo de incentivos en favor de una actividad económica determinada (refiriéndose al colbertismo). No obstante, también contempla la conveniencia de imponer cargas a la actividad extranjera en caso de que ésta afecte a la defensa del país (por ejemplo, las Leyes de Navegación, que buscaban proteger la supremacía naval británica) y considera discutible tal actuación en reciprocidad (él habla de "venganza") o cuando puede acarrear la pérdida de numerosos empleos, si bien en estos dos últimos casos las matizaciones son extremas y concluye recomendando una apertura gradual.
  • 23. Smith, después de haber criticado las analogías efectuadas por los mercantilistas entre la actuación individual o familiar y la de una nación, cae en la misma tentación en uno de los pasajes más conocidos de su libro: "La máxima de cualquier prudente hombre de familia es nunca intentar hacer en casa lo que le costaría más hacer que comprar. (...). Lo que es prudente en la conducta de una familia nunca será una locura en la de un gran reino. Si un país extranjero nos puede suministrar una mercancía a un precio menor que el que nos costaría fabricarla, será mejor comprársela con el producto de nuestro trabajo, dirigido en la forma que nos resulte más ventajosa". 1.3. Teoría de la ventaja absoluta. Aquí tenemos la expresión de la teoría de la ventaja absoluta: se importarán los bienes que sean más baratos en el extranjero que en el mercado local y se exportarán aquellos que sean más caros en el mercado internacional que en el doméstico. Ahora bien, Smith estudia también factores no estrictamente económicos como la geografía, la desconfianza, la historia y la política, entre otros. El elemento geográfico recibe mucha atención cuando trata del comercio entre el campo y la ciudad, pero también al explicar la condición de Inglaterra como centro del comercio exterior en base "a la fertilidad de su suelo, a la gran extensión de su costa (...) y a los muchos ríos navegables"; destaca, además, las ventajas del transporte marítimo, ilustrándolas con el papel histórico del Mediterráneo en el nacimiento de la civilización. Otro factor subrayado por Smith es el obstáculo que supone para el comercio exterior la necesidad de confiar en individuos de diferentes culturas e idiomas, sometidos a leyes distintas y situados a distancias que en la época debieron parecer enormes al autor: es el antecesor del concepto actual de costes de transacción. Smith explica la aparición de las manufacturas bien cómo "la criatura del comercio exterior", bien fruto del "gradual refinamiento de la industria popular y primitiva", lo que desde luego no resulta demasiado esclarecedor; también dedica Smith varias páginas a glosar el papel del comercio exterior y las manufacturas en la desaparición del régimen feudal. Las recomendaciones efectuadas por Smith tienen un componente político muy importante. En la medida en que surgen del derecho a la "libertad natural", el elemento normativo que sustenta todo el edificio smithiano, tales cimientos pueden ser rechazados y descartadas sus recomendaciones. No obstante, retenemos de Smith el concepto de agentes económicos atomizados que se interrelacionan en mercados competitivos que se ajustan y se regulan por sí solos; esa doctrina, derivada del "propio interés", se extiende al ámbito de las naciones cuando Smith propone que cada nación vea "las riquezas de las vecinas como una causa y ocasión probable para acumular riquezas ella misma", lo que entraña una visión cosmopolita de la política exterior. En palabras del profesor Oyarzun: "pese a la permanencia de una visión nacional, la teoría liberal representaba también un regreso de la visión internacionalista del mundo y de la economía". 1.4.David Ricardo y John Stuart Mill Son los dos grandes nombres de la economía clásica, cuyo análisis económico es tributario del iniciado por Smith, especialmente en lo que respecta al crecimiento económico, considerado por la escuela clásica como la interacción de la acumulación del capital, la división del trabajo, el cambio técnico y el incremento de la población, es decir, tal y como Smith lo había concebido. En el ámbito de la economía internacional, la escuela clásica aportó cuatro novedades al análisis: una teoría específica de los valores internacionales, el teorema de los costos comparativos, la teoría de la demanda
  • 24. recíproca y una teoría del mecanismo de ajuste de la balanza de pagos. Las dos primeras fueron popularizadas por Ricardo, mientras que la tercera fue establecida por J.S. Mill, quien también sintetizó las posturas clásicas respecto al ajuste de la balanza de pagos. David Ricardo fue el primer economista que estableció el estudio del comercio internacional como una disciplina separada del comercio interior. Ello se debe a los obstáculos que, según Ricardo, encuentran los factores de producción para desplazarse entre naciones. La principal aportación de Ricardo a la teoría del comercio internacional consiste en la teoría de la ventaja comparativa. Ricardo refutaba así la teoría de la ventaja absoluta smithiana recurriendo a la misma analogía que Smith: "Supongamos que dos hombres fabrican sombreros y zapatos, y que uno de ellos es superior al otro en ambas manufacturas; pero al fabricar sombreros, sólo podrá superar a su competidor en una quinta parte (...) y haciendo zapatos podrá aventajarle por una tercera parte (...); ¿no será, acaso, interesante para ambos que el mejor de los dos fabrique exclusivamente zapatos, y que el menos bueno haga los sombreros?". Pese a que Ricardo construyó toda su obra sobre la teoría del valor-trabajo, el rechazo de ésta no conduce al rechazo de su teoría de la ventaja comparativa. En efecto, Haberler reformuló la teoría de los costes comparativos en términos de costes de oportunidad. Las implicaciones de esta teoría, sobre todo en lo que respecta a la especialización, han sido muy criticadas. Se ha interpretado que Ricardo, y con él la economía clásica, propugnaba una especialización completa (i.e.: los países en desarrollo se especializarían en productos primarios y los desarrollados en bienes manufacturados), y de ahí se ha pasado a rechazar incluso la especialización parcial. También se ha criticado el carácter estático que reviste la doctrina de la ventaja comparativa, así como su carácter "ahistórico", pese a que Ricardo nunca negó la posibilidad de que las ventajas comparativas pudieran evolucionar. Ahora bien, la especialización ricardiana ocasionada por las diferencias en los costes relativos es un proceso reversible, mientras que la especialización smithiana derivada de la doctrina de la "salida del excedente" no lo es en la misma medida. Ello implica que un país especializado mediante un proceso de adaptación de su estructura productiva para satisfacer exclusivamente la demanda externa será muy vulnerable a fenómenos como el deterioro de la relación real de intercambio o cualquier otro tipo de perturbación exógeno (i.e.: recesión en los países industriales o aparición de nuevos competidores). ¿Cómo concebía Ricardo los beneficios del librecambio y su relación con el crecimiento económico? La respuesta es sencilla: como un medio de aumentar la acumulación de capital, la cual era para él, en última instancia, la responsable del crecimiento económico. Habiendo establecido previamente la tendencia al descenso en la tasa de beneficio y el consiguiente advenimiento de la sociedad estacionaria, el comercio exterior puede compensar el declive de la tasa de beneficio y retrasar este proceso. Tres puntos merecen aquí nuestra atención. En primer lugar, tenemos el argumento basado en el incremento del capital mediante los mayores ingresos que reporta a los comerciantes o por el descenso en el gasto de los consumidores; el comercio exterior favorece así el ahorro, el cual a su vez acelera la acumulación de capital. En segundo lugar viene el argumento del impulso a la acumulación de capital a través del aumento de la tasa de beneficio: si el comercio exterior permite el acceso por parte de los trabajadores a los productos por ellos consumidos a un precio menor, entonces se elevaría la tasa de beneficio de las empresas y con ella, nuevamente, la acumulación de capital. En tercer lugar, tenemos el argumento del incremento en la oferta de bienes, tanto en número como en variedad; Ricardo deja claro que es el volumen de bienes y no el valor poseído por el país lo que aumenta con el comercio exterior. Ricardo asumió las críticas efectuadas por Smith al mercantilismo, el cual "al forzar el capital por canales a través de los cuales no discurriría de otra manera, disminuyó la
  • 25. suma total de mercancías producidas". Pero además del análisis económico desarrollado por Ricardo para defender el papel positivo del librecambio en el crecimiento económico, este autor deja traslucir connotaciones políticas e incluso éticas, en su defensa del libre comercio, tal y como había hecho Smith y como habría de hacer J.S. Mill posteriormente. La transición de los argumentos económicos a los políticos, o mejor dicho, la interacción entre ambos, puede apreciarse en un párrafo tributario, en nuestra opinión, del más enérgico Adam Smith: "En un sistema de comercio absolutamente libre, cada país invertirá naturalmente su capital y su trabajo en empleos tales que sean lo más beneficioso para ambos. Esta persecución del provecho individual está admirablemente relacionada con el bienestar universal. Distribuye el trabajo en la forma más efectiva y económica posible al estimular la industria, recompensar el ingenio y por el más eficaz empleo de las actitudes peculiares con que lo ha dotado la naturaleza; al incrementar la masa general de la producción, difunde el beneficio general y une a la sociedad universal de las naciones en todo el mundo civilizado con un mismo lazo de interés e intercambio común a todas ellas". Sin duda, términos como "bienestar universal", "beneficio general" o "sociedad universal" pueden parecer máscaras que oculten el bienestar de la sociedad inglesa (en el siglo XIX) o de los países desarrollados (en el siglo XX). Pero la fuerza del razonamiento contenido en el párrafo citado sobre estas líneas mantiene su vigencia y, tras haber sido puesto en duda tras la II Guerra Mundial por numerosos economistas heterodoxos que propugnaron políticas proteccionistas, parece haberse impuesto en nuestros días. Sobre todo, por la evidencia empírica que liga el comercio con el crecimiento, de un lado, y el proteccionismo con el estancamiento, de otro. 1.5.John Stuart Mill Es una de las figuras intelectuales más interesantes del siglo XIX. Sus obras abarcan infinidad de campos y cada una de las páginas escritas por él destila humanismo y compromiso ético. Este aspecto es muy importante, en tanto sus convicciones utilitaristas (la mejora de la humanidad) impregnan su concepción de la "economía política", tal y como se desprende del propio título de su principal obra económica: Principios de economía política con algunas de sus aplicaciones a la filosofía social. Es por ello que no debemos perder de vista en Mill, incluso en mayor medida que en Smith o Ricardo, el componente ético de su liberalismo económico y político, que se extiende a su defensa del librecambio. J.S. Mill inicia sus Principios arremetiendo contra el mercantilismo. En ese contexto, rechaza la teoría de la "salida del excedente" smithiana, considerándola "una reliquia de la teoría mercantil". Concede gran importancia a la geografía en la explicación del comercio internacional. Destaca asimismo que la causa de la riqueza de Inglaterra consiste en la elevada productividad de su mano de obra. También trata las economías de escala al modo smithiano, considerándolas limitadas por la extensión del mercado, con lo que para beneficiarse de aquellas se requiere "o bien una comunidad populosa y floreciente, o bien la posibilidad de exportar en gran escala". En lo que hace a su aportación a la teoría del comercio internacional, la teoría de la demanda recíproca, ésta supone "una ampliación de la ley general del valor, a la que hemos llamado ecuación de la oferta y la demanda. La "ecuación de la demanda internacional" completa el teorema de Ricardo, al establecer que la relación de intercambio en el comercio entre dos países depende de la demanda recíproca, es decir, de la demanda de cada país por los productos del otro.
  • 26. El nexo establecido por J.S. Mill entre comercio internacional, librecambio y crecimiento económico puede estructurarse en tres estratos: el primero estriba en las implicaciones de la teoría de la demanda recíproca para la distribución de las ventajas del comercio; el segundo consiste en las ventajas proporcionadas por el comercio exterior, directas e indirectas, explicitadas por Mill; el tercero lo forman las consideraciones que Mill realiza sobre la política comercial. En primer lugar, ¿qué paises obtienen mayores ventajas con el comercio? "aquellos cuyas mercancías están más solicitadas por los países extranjeros, mientras su propia demanda de mercancías extranjeras es muy reducida". De ello deduce Mill que los que menos ganan son los países más ricos, pues la relación de intercambio se altera en su perjuicio, si bien reconoce que al efectuar estos países ricos un mayor volumen de negocio, sus ganancias totales son mayores que las de los países pobres. Pero, excepto en el caso extremo de que uno de los dos países se apropie de toda la ventaja procurada por el comercio, los dos países ganarán con él, si bien en distinta medida. En segundo lugar, ¿cuáles son las ventajas del comercio exterior identificadas por Mill? Estas son clasificadas en directas e indirectas. Las directas las proporcionan las importaciones y consisten en "obtener mercancías que (los países) no podrían producir" y en "el empleo más eficaz de las fuerzas productivas mundiales". Hasta aquí tenemos los argumentos ya aducidos por Smith y Ricardo, respectivamente. Pero Mill añade tres efectos indirectos, manifiestamente positivos, que él considera "muy importantes". (1) "la ampliación de los mercados contribuye mucho a perfeccionar los procedimientos de producción" vía mayor división del trabajo, en la línea de lo argumentado por Smith; (2) al introducir nuevas necesidades y deseos en un país "el comercio exterior (...) produce algunas veces una especie de revolución industrial en un país cuyos recursos estaban sin desarrollar por falta de energía y ambición en la gente"; (3) por último, tenemos los efectos del comercio en el plano moral e intelectual que, para Mill, "son aún más importantes que las ventajas económicas", como no podía ser menos dada su perspectiva utilitarista, ya comentada anteriormente; éstos se subdividen a su vez en tres más, los dos primeros procedentes de sus Principios...y un tercero contenido en el ensayo Sobre la libertad: (3a) los efectos referentes al progreso técnico, pero también moral, que implica la comunicación entre los pueblos impuesta por su comercio exterior1, es decir, algo mucho más amplio que el argumento actual de la transferencia de tecnología y know- how; (3b) el hecho de que la extensión de los intereses comerciales inhiba las tensiones bélicas, argumento que ya vimos en Ricardo2; (3c) en Sobre la libertad, Mill parece concebir el librecambio como un aspecto particular de la libertad individual, si bien reconoce que ambos se basan en fundamentos distintos3. Esta nube de efectos indirectos inducidos por el comercio fue rescatada y ampliada posteriormente, hasta abarcar los efectos del comercio como vehículo para la movilidad 1 "En el atrasado estado actual del progreso humano es difícil exagerar la gran importancia que tiene el que los seres humanos se pongan en contacto con personas desemejantes a ellos, y con modos de pensar y de acción distintos a aquéllos con que
  • 27. están familiarizados. El comercio es ahora lo que antes era la guerra: la principal fuente de contacto. (...) Y el comercio es el objeto de la mayor parte de la comunicación entre las naciones civilizadas. Tal comunicación ha sido siempre, y lo es sobre todo en la época actual, una de las principales fuentes de progreso". 2 "El comercio fué el que enseñó a las naciones a no mirar con recelo la riqueza y la prosperidad de las demás. (...) Y puede decirse sin exageración que la gran extensión y el rápido incremento del comercio internacional, siendo la principal garantía para la paz mundial, aseguran en forma permanente el progreso ininterrumpido de las ideas, las instituciones y el carácter de la raza humana". 3 "Conviene repetirlo; el comercio es un acto social. Todo el que se dedique a vender al público mercancías de cualquier clase hace algo que afecta a los intereses de otras personas y de la sociedad en general; y, por consiguiente, su conducta cae dentro de la jurisdicción de la sociedad; de acuerdo con esto, se sostuvo en un tiempo que era deber de los gobiernos fijar los precios y regular los procesos de fabricación en todos los casos que se considerasen de importancia. Mas ahora se reconoce, no sin haber sostenido una larga lucha, que la baratura y buena calidad de los productos quedan más eficazmente asegurados dejando a productores y vendedores completamente libres, sin otra limitación que la de una igual libertad por parte de los compradores para proveerse donde les plazca. Esta es la doctrina llamada del librecambio, que se apoya en fundamentos distintos, aunque igualmente sólidos, que el principio de la libertad individual proclamado en este ensayo. Las restricciones al comercio o a la producción para fines comerciales constituyen verdaderas coacciones, y toda coacción, qua coacción, es un mal". Internacional del capital y como la mejor política anti- monopolista posible. Así, junto al argumento estático ricardiano de la ventaja comparativa completado con la teoría de la demanda recíproca, Mill introduce un argumento más dinámico descuidado posteriormente por la literatura neoclásica. En tercer lugar, tenemos las consideraciones sobre política comercial. Esas consideraciones abarcan (1) los aranceles a la exportación y a la importación, (2) los aranceles como medio de proteger el empleo nacional y (3) las excepciones en que Mill juzga justificable la protección (por motivos de seguridad nacional, de abastecimiento alimenticio y de industrias nacientes). Dediquemos las líneas que siguen a estos aspectos del pensamiento de Mill. J.S. Mill dedica un amplio epígrafe a los derechos sobre las exportaciones y las importaciones: ambos introducen una perturbación en la ecuación de la demanda internacional que será beneficiosa o no para el país que los impone en función de las elasticidades-precio de las demandas del propio país y de las de sus socios comerciales. En el caso de los impuestos a las exportaciones, Mill reconoce que "podemos, en determinadas circunstancias, producir una división de las ventajas del comercio que sea más favorable para nosotros", pero matiza que esas circunstancias "son tan difíciles de establecer que es casi imposible decidir, aún después de establecido el impuesto, si salimos ganado o perdiendo"; las circunstancias a que se refiere para que el efecto sea beneficioso consisten en que la demanda de los bienes gravados sea muy inelástica (pone como ejemplo el caso del impuesto a la exportación de opio en China). En lo que respecta a la imposición de las importaciones, además de considerar los distintos resultados derivados de elasticidades de demanda diferentes en forma similar a la descrita en el párrafo anterior, Mill distingue entre aranceles protectores (aquellos suficientemente altos para incentivar la producción doméstica de los bienes gravados) y no protectores (aquellos que permiten el intercambio). Los primeros "son perjudiciales tanto para el país que los establece como para aquellos con quien comercia", tal y como se desprende del teorema de los costes comparativos. Los segundos sí reconoce Mill
  • 28. que producirían "en la mayor parte de los casos una ganancia al país que los estableciera", pero a continuación objeta que ese efecto "sería fácil contrarrestarlo adoptando el otro país un procedimiento análogo", es decir, mediante represalias, única forma en que un país puede impedir las perdidas acarreadas por los aranceles que le imponen otras naciones. Al igual que sus antecesores, Mill efectúa una crítica devastadora al proteccionismo mercantilista, rebatiendo el argumento, al parecer imperecedero, de que el proteccionismo proporciona empleo a los obreros del país en cuestión; para Mill, "la alternativa no está entre emplear nuestros propios obreros o los extranjeros, sino entre emplear una u otra clase de los nuestros". Rebate, igualmente, las tesis proteccionistas edificadas sobre el ahorro en los gastos de transporte derivado de producir las mercancías cerca de donde se consumen. Mill admite tres razones que justificarían el proteccionismo: por razones de subsistencia, por motivos de defensa nacional y en virtud del argumento de la industria naciente. No obstante, introduce matices que desvirtúan gran parte de la fuerza que inicialmente parece reconocerles. Respecto a la justificación en base a la subsistencia, admite la posibilidad de gravar las exportaciones de alimentos, pero sólo desde una perspectiva nacional, pues aquí nos encontramos con la máxima utilitarista de la mayor felicidad para el mayor número: "cuando se tienen en cuenta los intereses de todos los países es de desear la libre exportación". Acepta también la justificación por motivos de defensa, al igual que Adam Smith, en concreto respecto a las leyes de navegación, si bien parece otorgar a la marina británica la condición de "industria naciente" en tiempos de Smith, considerando injustificable su vigencia en el período en que escribía. El argumento de la "industria naciente" es el que Mill acepta de mejor grado: "El único caso en el cual pueden defenderse los derechos protectores basándose en principios de la economía política, es cuando se imponen temporalmente (sobre todo en una nación joven y progresista) esperando poder naturalizar una industria extranjera que es de por sí adaptable a las circunstancias del país". No obstante, limita el alcance del argumento a los casos en que haya razones para suponer que dicha industria "podrá prescindir de la protección después de algún tiempo" y que la protección sea de duración limitada y gradualmente decreciente. Por tanto, la obra de J.S. Mill nos lega básicamente una teoría para estimar en qué medida cada país obtiene mayores o menores ventajas de su participación en el comercio internacional, una distinción muy fructífera entre los efectos directos e indirectos, económicos y éticos, del comercio internacional y un análisis de las medidas más frecuentes de política comercial. De estos tres elementos, desarrollados en los párrafos anteriores, debemos destacar, a efectos de la relación entre comercio exterior, librecambio y crecimiento, la consideración de los efectos indirectos/semidinámicos, los cuales han recibido una gran atención en la segunda mitad del siglo XX por parte de numerosos autores al considerar que pueden sobrepasar a los efectos emanados de una mejor reasignación de recursos, resultando en esa medida sus análisis tributarios de las sugerencias efectuadas por J.S. Mill al respecto. 1.6.La escuela neoclásica Supone una ruptura tajante con su predecesora. Esta ruptura consiste, principalmente, en la sustitución de la teoría del valor-trabajo por una teoría del valor basada en la utilidad de los bienes y en el modelo del equilibrio económico general. En este sentido, la escuela neoclásica resulta menos rica en sus implicaciones para el crecimiento económico de lo que puede considerarse la escuela clásica. La principal aportación de la
  • 29. corriente neoclásica en el campo de la teoría del comercio internacional ha consistido, esencialmente, en la elaboración de un modelo de especialización internacional: el modelo de especialización en factores de producción, denominado modelo Heckscher- Ohlin-Samuelson. 1.7. El teorema de Heckscher-Ohlin-Samuelson El teorema de Heckscher-Ohlin-Samuelson se ciñe al de la ventaja comparativa ricardiana, pero por distintas causas a las apuntadas por Ricardo. En breve, estipula que los países se especializarán en la producción de bienes que incorporen el factor de producción más abundante de cada país. Así, los países en desarrollo, con abundancia de mano de obra y recursos naturales, deben especializarse en la producción de bienes intensivos en trabajo y en recursos naturales. Si observamos la composición de los flujos comerciales, podemos observar que este teorema explica un fenómeno contrastado: los países en desarrollo exportan bienes intensivos en trabajo y recursos (textiles, calzado, productos agrícolas, productos energéticos y minerales), mientras que los países avanzados exportan bienes intensivos en capital físico, capital humano y contenido tecnológico (automóviles, aviones, ordenadores y electrónica de consumo, entre otros). Este fenómeno se aprecia también entre los propios países ricos: así España exporta a Alemania bienes relativamente más intensivos en trabajo y recursos (por ejemplo, productos agrícolas, vino, componentes de automóviles, automóviles de gama baja y electrodomésticos), importando de ella productos con mayor contenido tecnológico y de capital físico y humano (maquinaria, automóviles de lujo, material de telecomunicaciones, etc.). Este enfoque destaca la importancia de una óptima asignación de recursos (es decir, que los recursos se utilicen allí donde son más productivos) según el criterio de la ventaja comparativa. El argumento apunta, en pocas palabras, que el librecambio produce esa óptima asignación de recursos y da lugar a la especialización, es decir, se centran en aspectos estáticos, dejando de lado los efectos indirectos/semidinámicos resaltados por J.S. Mill. Sin duda, la elaboración teórica de los modelos de especialización es mucho más acabada que la introducida por Ricardo, pero, en un primer momento, no aportan nada radicalmente nuevo al binomio librecambio-crecimiento. Las ganancias del librecambio para la escuela neoclásica consisten en un incremento del bienestar representado por el paso de una curva de indiferencia social dada, en la autarquía, a otra curva situada sobre la anterior en una situación de libre comercio. Es, en realidad, el argumento clásico de que el librecambio aumenta el nivel de consumo de la sociedad: cuando los países se dedican a producir bienes para cuya producción se requieren factores de producción abundantes dentro de cada país, se produce una especialización acorde con las ventajas comparativas respectivas, aumenta la productividad y, por tanto, la producción; una vez intercambiados mediante el comercio, ambos países consiguen un nivel de producción y consumo más elevado, además de precios al consumo más reducidos. El carácter beneficioso de la especialización justifica el comercio libre bajo ciertos supuestos y condiciones, que pueden resumirse como sigue: (1) los mercados son libres y competitivos, (2) el análisis general se basa en consideraciones a largo plazo, (3) existe pleno empleo, (4) se prescinde del efecto del libre comercio sobre la distribución de la renta o se supone que ésta será, bajo el librecambio, tan "buena" o "mejor" como con protección y (5) existe movilidad efectiva de empleo de los factores en respuesta a diferencias en su retribución real. Por tanto, la economía neoclásica centra las ganancias teóricas del librecambio en los beneficios para el bienestar social que ocasiona la óptima asignación de recursos producida por la especialización, dejando de lado los aspectos dinámicos. Pese a este supuesto olvido teórico de los efectos dinámicos del comercio internacional, debemos
  • 30. reivindicar aquí la postura de Marshall al respecto. Para Marshall, "las causas que determinan el progreso económico de las naciones pertenecen al estudio del comercio internacional". En palabras de Gomes: "Desde un punto de vista de política práctica, por tanto, su defensa {la de Marshall} del libre comercio se apoya en última instancia no tanto en términos del modo convencional de razonamiento basado en la eficiencia estática de la asignación como en la necesidad de mantener a un país industrial al tanto del ‘progreso en las artes y recursos de las manufacturas’, i.e.: cambios en el state of the arts o avances tecnológicos foráneos" Marshall, por tanto, incide en la conexión comercio exterior-tecnología-crecimiento económico, en tanto la competencia internacional (1) aumenta la eficacia de la industria doméstica, (2) crea oportunidades para la migración de capital y trabajo, (3) favorece la diligencia de los empleados y (4) ayuda al desarrollo de una industria a a gran escala. Todos estos argumentos en favor del librecambio son de caracteres esencialmente dinámicos y continuadores en gran medida del análisis de J.S. Mill. No obstante, esta línea de investigación en el campo del comercio internacional no será retomada a nivel teórico hasta después de la segunda guerra mundial, cuando arrecian las críticas heterodoxas al carácter estático y ahistórico de la economía neoclásica. Conclusión Según las teorías del librecambismo revisadas en este trabajo de investigación podemos sintetizar que con el transcurso de los tiempos las corrientes filosóficas fueron dando respuestas a los problemas sociales y económicos a través de grandes pensadores, con teorías lógicas y convincentes para impulsar la riqueza y el poder estatal al tiempo que promueve las empresas privada a organizar su economía y producción guiándose por estas teorías para la elaboración de sus productos para el mercado local, y también tener una información convincente del por que buscar el mercado internacional. (Para que su producto no se sature en el mercado local). Lo bueno sería que nuestro estado se interesara en estas teorías para progresar en la economía nacional y poder invertir en nuestro país nosotros mismos.