2. Los sueños utópicos desde la era industrial imaginaban a las
máquinas al servicio del hombre, eliminando la necesidad
humana de hacer labores manuales –robots limpian el piso
o incluso ponen a dormir a los niños. Pero quizás las
cosas sean al revés: las máquinas sean las que coordinen a
los hombres haciendo pequeñas tareas con si fueran una
colonia.
Consideren el caso de Stephanie Hamilton, una trabajadora
jamaicana que es parte de algo más grande que ella. Es
parte de un programa informático. Esta natuva de Kingston
y otros empleados realizan tareas que les asigna un
algoritmo que corre en una computadora en Berkeley,
California. Este software, desarrollado por Mobile Works,
representa la última tendencia en crowdsourcing: organizar
trabajadores extranjeros a escala masiva para hacer
trabajos que las computadoras todvía no dominan.
3. En la última edición del Maratón del Test de
Turing organizado por la Universidad de
Readyng, el programa ruso sorprendió a los
científicos. En el 29,2 % de los casos
‘Yevgueni’, que pretende imitar la inteligencia de
un chico de 13 años, hizo que los jueces creyeran
que era un ser humano.
Y es que en 1950 el destacado matemático inglés
Alan Turing diseñó un test que permitiera definir
el nivel de inteligencia de las máquinas. En la
prueba, un juez situado en una habitación hace
preguntas a una persona y a una máquina sin
verlos.
Según las respuestas escritas, el juez debe
adivinar cuál de los entrevistados es el ser
humano y cuál es la máquina. Si el programa
consigue engañar al juez en el 30 % de las
respuestas, será considerado inteligencia
artificial.
Por su parte, Pat Hayes del Instituto de la
Cognición Humana y Artificial
(Florida, EE.UU.), señalo que no dudan de estar
más cerca que nunca de lo que se puede
considerar como inteligencia artificial.