Dos meditaciones cuaresmales cercanas al corazón de la tradición vicenciana
Aferrate a jesus
2. Lucas 15:11-21
11 »Un hombre tenía dos hijos —continuó Jesús—
. 12 El menor de ellos le dijo a su padre: “Papá,
dame lo que me toca de la herencia.” Así que el
padre repartió sus bienes entre los dos. 13 Poco
después el hijo menor juntó todo lo que tenía y se
fue a un país lejano; allí vivió desenfrenadamente y
derrochó su herencia.
14 »Cuando ya lo había gastado todo, sobrevino una
gran escasez en la región, y él comenzó a pasar
necesidad. 15 Así que fue y consiguió empleo con un
ciudadano de aquel país, quien lo mandó a sus
campos a cuidar cerdos.16 Tanta hambre tenía que
hubiera querido llenarse el estómago con la comida
que daban a los cerdos, pero aun así nadie le daba
nada.
3. 17 Por fin recapacitó y se dijo: “¡Cuántos
jornaleros de mi padre tienen comida de
sobra, y yo aquí me muero de
hambre! 18 Tengo que volver a mi padre y
decirle: Papá, he pecado contra el cielo y
contra ti. 19 Ya no merezco que se me llame
tu hijo; trátame como si fuera uno de tus
jornaleros.” 20 Así que emprendió el viaje y
se fue a su padre.
»Todavía estaba lejos cuando su padre lo vio
y se compadeció de él; salió corriendo a su
encuentro, lo abrazó y lo besó. 21 El joven le
dijo: “Papá, he pecado contra el cielo y
contra ti. Ya no merezco que se me llame tu
hijo.”
4. 22 Pero el padre ordenó a sus siervos: “¡Pronto! Traigan la mejor
ropa para vestirlo. Pónganle también un anillo en el dedo y
sandalias en los pies.23 Traigan el ternero más gordo y mátenlo para
celebrar un banquete. 24 Porque este hijo mío estaba muerto, pero
ahora ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos
encontrado.” Así que empezaron a hacer fiesta.
25 »Mientras tanto, el hijo mayor estaba en el campo. Al volver,
cuando se acercó a la casa, oyó la música del baile. 26 Entonces
llamó a uno de los siervos y le preguntó qué pasaba. 27 “Ha llegado
tu hermano —le respondió—, y tu papá ha matado el ternero más
gordo porque ha recobrado a su hijo sano y salvo.” 28 Indignado, el
hermano mayor se negó a entrar. Así que su padre salió a suplicarle
que lo hiciera. 29 Pero él le contestó: “¡Fíjate cuántos años te he
servido sin desobedecer jamás tus órdenes, y ni un cabrito me has
dado para celebrar una fiesta con mis amigos! 30 ¡Pero ahora llega
ese hijo tuyo, que ha despilfarrado tu fortuna con prostitutas, y tú
mandas matar en su honor el ternero más gordo!”
31 »“Hijo mío —le dijo su padre—, tú siempre estás conmigo, y todo
lo que tengo es tuyo. 32 Pero teníamos que hacer fiesta y
alegrarnos, porque este hermano tuyo estaba muerto, pero ahora
ha vuelto a la vida; se había perdido, pero ya lo hemos
encontrado.” »
5. La parábola del hijo pródigo, llama
nuestra atención no solamente el hijo
perdido. Hay por lo menos tres
personajes importantes y una gozosa
celebración que son esenciales en esta
parábola.
¿Que personajes aparecen en esta
parábola?
Los tres personajes son: el hijo perdido
lejos del hogar, el padre y el hijo
perdido dentro del mismo hogar. La
celebración es un enfoque hacia el gran
regocijo que toma lugar cuando el
errante regresa al amor de su hogar.
6. En la parábola, Jesús no hace mención de ningún
nombre, solamente que cierto hombre tenía dos hijos.
La habilidad de tomar decisiones
independientemente, lo hicieron anhelar la libertad.
Los deseos del mundo, llamaron su atención y le
hicieron tomar una mala decisión, el quería cambiar
su forma de vestir, su forma de vivir. Le fascinaba, ver
a los demás, en el placer, en el entretenimiento, el
estilo de vida, la moda, que le parecía genial.
7. Quería ser como los demás: Beber, música pop,
bailar, cine, fiestas, , redes sociales; la ropa de
marcas cautivaban su imaginación.
Con toda esa intoxicación mental, le pidió a su
padre, “dame la parte de los bienes que me
corresponde” (versículo 12).
Solamente estaba interesado en la riqueza
financiera del padre, no en su salud emocional,
social, física o espiritual. Sin ningún problema, su
bondadoso, amante, compasivo y complaciente
padre dividió la herencia y le dio lo que
demandaba.
8. Qué increíble experiencia para el hijo,
¡finalmente libre! "No muchos días después,
el hijo menor juntó todo, y se fue a un país
lejano. Y allá desperdició sus bienes
viviendo perdidamente” (versículo 13).
9. La forma en que gastó lo que se le había dado era excesivo
y extravagante. Dice el texto: “…desperdició sus bienes
viviendo perdidamente”. pronto perdió su fortuna. Fue
irresponsable, derrochador e imprudente. Como el hijo que
abandonó el hogar lleno de riquezas, muchos jóvenes viven
en la tierra del derroche.
Como cristianos descarriados se alejan de la iglesia y viven
como el hijo pródigo lejos del hogar en ese país lejano
donde buscan tranquilizar su conciencia y desperdician la
riqueza de su juventud como los valores morales y
espirituales que aprendieron en su hogar y en su iglesia. Su
vigor, su talento, su imagen.
10. Están interesados en los bienes de Dios, pero no
en Dios mismo. Están interesados en alimento
sobre su mesa, pero no en el Dios de quien lo
reciben. Se interesan en el aire que les provee,
pero no en él. Están interesados en la buena salud
que da Dios, pero no en él. Se interesan en los
dones de Dios; el novio o la novia, el dinero y los
talentos y habilidades naturales, pero no están
interesados en Dios.
11. Vamos a leer los (Versículos 14 -20).
“Cuando hubo malgastado todo, vino una gran hambre en
aquella provincia, y empezó a faltarle. Y fue y se ajustó con
un ciudadano de esa tierra, que lo envió a su hacienda a
cuidar los cerdos. Y deseaba llenar su estómago de las
algarrobas que comían los cerdos, pero nadie se las daba. Al
fin volvió en sí, y pensó: '¡Cuántos jornaleros en casa de mi
padre tienen abundancia de pan, y yo aquí padezco hambre!
'Me levantaré, iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado
contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu
hijo. Trátame como a uno de tus jornaleros'. Y levantándose,
volvió a casa de su padre”.
12. En ese lejano país, el hijo perdido, lejos del peligro de la
interferencia del hogar, intoxicado con sus nuevos recursos
y ansioso por el lujo de utilizarlos a su antojo, despilfarró
su fortuna y perdió su dignidad y hasta a sus amigos. No
se dio cuenta del valor de lo que había tenido en casa, en
el hogar de su padre.
Sintió que se estaba perdiendo de la diversión y
chismorreos de los centros cosmopolitas de la sociedad.
Cuando lo perdió, perdió también todo aquello. Ya no
podía comer bien y comer limpio. No más diversión, ni
compras compulsivas. Se habían acabado los días de
fiestas, colonias finas y desodorantes y ahora los puercos
eran su más cercana compañía.
13. Muchos jóvenes y adultos se preguntan: “¿Para qué
necesitamos la iglesia hoy? Hay otras cosas mucho más
divertidas y la iglesia simplemente no es interesante”.
“Es mi vida”, dicen algunos, “¡y la voy a vivir como yo
quiero!”. (Creo en tu mirada)
¿Has estado en esa situación?
¿Has hecho eso?
¿Tienes las camisetas de recuerdo o algún souvenir
para mostrar?
¿Dedicas todo tu tiempo a los deportes, trabajo,
comidas, diversiones, sin tiempo para dedicar a la
Palabra de Dios que imparte vida?
¿No tienes comunión con el Padre celestial?
¿No tienes compañerismo con la familia de Dios?
14. Deseaba regresar a casa para trabajar como
un asalariado. Antes, su lema era: “Cualquier
lugar, pero no mi casa”.
15. Gastó su dinero descuidadamente. Fue irresponsable. Fue
despilfarrador e imprudente en su estilo de vida.
¿En qué forma fue un hijo pródigo? El hijo menor le pidió
su parte de la herencia o propiedades.
Generalmente, la distribución se hace después que uno se
muere. El padre estaba todavía vivo y el hijo le estaba
pidiendo lo que no era tiempo de recibir. Es casi como si
alguien dijera: “Bueno, padre, siendo que estás muerto,
por lo menos para mí, necesito mi parte ahora mismo”.
¿Puedes detectar aquí el desapego emocional? Qué gran
insulto, qué bofetada en el rostro, decirle al padre:
“¡Quiero mi parte de la herencia y la quiero ahora!”
16. En nuestros días, el padre quedaría justificado si
abofeteara a hijo tan insolente. En vez de ello,
accedió a su demanda. Aquí el padre manifestó
paciencia e indulgencia y dominó en él su costoso y
excesivo amor.
Pasaron los años y ahora la situación había cambiado.
El hijo estaba regresando al hogar sin un regalo, sin
dinero, sin un cambio de ropa, sin los bienes deseados,
marcas famosas y fama tras los que fue en pos.
Regresaba a un padre que deseó que estuviera muerto
y todo lo que tenía era un discurso preparado para su
aceptación en una posición humillante y degradante
17. ¿Cuál fue la reacción? Esperaba rechazo, ira y duros
reproches. Pero en cambio, antes de poder siquiera
recitar su discurso de memoria, vio a un padre que
venía por el camino a encontrarse con él.
¡No estaba enojado! Corría a encontrarlo con un
rostro sonriente. Antes de que tuviera oportunidad
de hablar, le dio un enorme abrazo, un abrazo cálido
y un beso en su cuello.
Para el tiempo en que comenzó a recitar su
“versículo de memoria”, escucha lo que dice el amor
desorbitante, de un padre: “… ¡Pronto! Sacad el
mejor vestido, y vestidlo. Poned un anillo en su
mano, y sandalias en sus pies. Traed el becerro
grueso, y matadlo. Y comamos, y hagamos fiesta.
Porque este hijo mío estaba muerto, y ha revivido; se
había perdido, y ha sido hallado” (versículos 22-24).
18. El hijo dice no lo merezco: “Padre, he pecado contra el
cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu
hijo...” (Versículo 21).
Para el tiempo en que llega a este punto, las palabras se
disuelven en lágrimas de felicidad. Entiende ahora que su
idea no está funcionando. Hay un plan mejor.
Su padre no lo quiere como jornalero. No está obteniendo
lo que merecía. Su padre quiere a su hijo de vuelta.
Completa restauración.
Era un derroche de amor y extravagante. ¡Costoso amor!
¡Amor dadivoso! Amor lleno de gracia y ternura,
aceptación y perdón
19. Esta es una representación del carácter de nuestro
Padre celestial.
Dios no nos derriba al suelo cuando lo merecemos.
Nos ama tanto, que envió a su único Hijo, Jesucristo,
para mostrarnos cuánto nos ama. Jesús vino como el
amigo de los errantes que huyen del hogar. Al
contemplar la cruz, vemos la profundidad del amor
de Dios, la voluntad divina en su afán de restaurar
nuestro lugar dentro de su familia.
Probablemente tú no has abandonado el hogar. Tal
vez has permanecido físicamente con la familia de
Dios y estás involucrado en ella activa o pasivamente,
pero te encuentras descorazonado.
A ti también el Padre te extiende su gran amor.
20. “Mientras el padre y sus empleados se regocijaban y
celebraban que el hijo perdido había sido recobrado, el
hermano que había quedado en casa estaba triste, con
ataque de ira y negándose a participar. Como el hijo en
la casa, muchos viven su vida en la casa del Padre, pero
todavía están sumergidos en una sequía espiritual,
dolor, desilusiones y calamidades sociales.
Hasta pueden sentirse deshonrados, desacreditados y
pasados por alto. No pueden sentir ni ver razón alguna
de celebración. Se ha asentado sobre ellos la
compasión propia y pueden hasta sentirse tentados a
abandonar el hogar, especialmente cuando ven el
tratamiento que recibe el que escapó de la casa.
21. Entonces el padre se acerca al hijo que
había quedado en casa, al que se
compadecía a sí mismo. Le suplica e invita,
diciendo: 'Hijo, tú siempre estás conmigo,
y todas mis cosas son tuyas.
22. Dice Elena G. White: “Este hermano mayor no había
compartido la ansiedad y los desvelos de su padre por el
que estaba perdido. No participa, por lo tanto, del gozo
del padre por el regreso del extraviado… Aclara el hecho
de que su propio servicio ha sido el de un siervo más bien
que el de un hijo. Cuando hubiera debido hallar gozo
perdurable en la presencia de su padre, su mente
descansaba en el provecho que provendría de su vida
prudente. Sus palabras revelan que por esto él se ha
privado de los placeres del pecado” (Palabras de Vida
del Gran Maestro p.163)
23. Pero era necesario hacer fiesta y alegrarnos,
porque tu hermano estaba muerto, y ha revivido;
estaba perdido, y ha sido hallado". Lo que el padre
le está realmente diciendo al hijo en casa es:
“tenemos que celebrar, porque tu hermano estaba
muerto y ha vuelto a vivir; se había perdido y ha sido
encontrado”.
24. *Dios es un Dios de amor y está dispuesto a darnos lo
que le pidamos
*El amor de un Padre (especialmente el de Dios) es un
amor incondicional
*Al alejarnos de Dios y buscar los placeres de este
mundo no nos espera nada bueno(el querer seguir a los
demás y las costumbres Del mundo)
*A veces actuamos pródigamente al malgastar los
bienes que Dios nos otorga
25. *Dios está dispuesto a perdonarnos y a recibirnos sin
importar lo que hayamos hecho
*A veces nos comportamos como el hijo mayor cuando no
nos alegramos con los nuevos miembros de la iglesia o
miembros que vuelven luego de un tiempo (criticamos)
*Dios para su segunda venida tiene preparado un banquete
(el banquete de las bodas del cordero) donde habrá
comida bebida, música de arpa y mucho más, para todos
los que vayamos a el pero debemos aferrarnos y no
separarnos de el para poder ser salvos.
Si te sientes lejos de Cristo, vuelve a el hoy porque no sabes
que será de ti el día de mañana..
Si quieres ser parte de los que han de ser salvos y que
participarán en el banquete te invito a que te pongas de pie
en esta noche, vamos a orar por ti.