Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
Como un motor en marcha: Pautas para pardes y educadores ante problemas de hiperactividad
1. Luis Ordoñez, Psicólogo
Comunicación y Ediciones del NorteECN
Pautas para padres y
educadores ante
problemas de
hiperactividad.
C U L I T O
DE RANA
Como un
marcha
motor en
2. Luis Ordoñez, Psicólogo
Pautas para padres y
educadores ante
problemas de
hiperactividad.
Como un
marcha
motor en
C U L I T O
DE RANA
Coordinación, Carmen González Casal
3.
4. 1Como un
marcha
motor en
La colección “Culito de Rana”, editada por Comunicación y
Ediciones del Norte, se estrena con Un torbellino llamado Daniel,
un cuento solo en apariencia porque realmente esta leyenda es
algo más que una historia, ya que Daniel es un niño hiperactivo
que recorre cada una de las páginas con esa impetuosidad que
caracteriza a los pequeños que, sin darse cuenta, sufren este tipo
de problemas.
Los niños lo leerán con la ilusión con la que siempre han leído los
cuentos, sin pararse en más detalles; sin embargo, y sin pretender
que sus páginas tengan el hechizo de una poción mágica, su lectura
les ayudará a modificar en algún sentido esos hábitos que tan
arraigados tienen en su interior y que les llevan a manifestarse
como si tuvieran una especie de motor dentro de su cuerpo.
Ana López Rodrigo, psicóloga, madre de familia y mujer de fácil
pluma ha conseguido esbozar con habilidad una historieta divertida
que tiene mucho de real, de esa realidad que los padres y
educadores de niños hiperactivos palpan cada día en sus hogares
o en las aulas. Además, Marta Alija ha sabido trasmitir en cada
una de sus ilustraciones, llenas de color y de vida, esa fuerza
necesaria para captar la atención de unos niños que fácilmente
la pierden por estar dispersos en un montón de cosas.
6. 3Como un
marcha
motor en
Los años de experiencia como psicólogo clínico y los
muchos casos de niños hiperactivos que me he
encontrado en este tiempo han sido el punto de partida
de las distintas consideraciones que vienen a
continuación, con el fin de facilitar a padres y educadores
una serie de orientaciones encaminadas no solo a
detectar los primeros síntomas de lo que también se ha
llamado TDAH sino a facilitar unas pautas de conducta
que mejoren la convivencia diaria con quien padece
este tipo de problema.
Aunque este es un libro para padres, madres e hijos; es
más probable que usted padre lector, en realidad sea
una madre. Todos somos conscientes que en nuestro
entorno, la vida académica de los hijos (exámenes,
tutorías, etc.) es mucho más seguida día a día, por las
madres que por los padres; y como es probable que si
no se detectó antes, los problemas se empiecen a
expresar en torno al rendimiento académico o al conjunto
de la vida escolar (juegos, disciplina, etc.) es mas fácil
7. 4
que la primera que empiece a ser consciente sea la
madre y no tanto el padre. Si es usted un padre, disculpe
el prejuicio, sirva de todas maneras como reconocimiento
de esa realidad femenina de nuestro tiempo.
Es así mismo posible, que el progenitor que no está
encima viviendo el día a día, no reconozca con la misma
finura el problema y por tanto no le da importancia. Así
llegamos a la primera situación que tenemos que abordar,
del conjunto de situaciones que se dan en torno a la
hiperactividad o al TDAH.
CUANDO PADRE Y MADRE NO SE PONEN DE
ACUERDO
Ya he dicho antes que según los roles y tareas que cada
uno tenga en casa llega con mayor o menor facilidad a
valorar la situación del niño.
Aquí la recomendación al padre que no está tan encima
es que escuche y se deje guiar, o mejor aún, que colabore
4 Como un
marcha
motor en
8. 5Como un
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motor en
con el progenitor que ha detectado el, hasta ahora sólo
posible, problema.
Al progenitor que es más consciente del problema le
recomiendo que tenga paciencia, que de lugar a
conversaciones sucesivas, a lecturas de libros como
éste, para que el que esté más distante del problema
se vaya acercando. Sepan que si su hijo es TDAH el
pronóstico y la evolución, dependerá notablemente de
que trabajen unidos y con el mayor grado de sintonía
posible desde un principio.
No es infrecuente que un padre niegue el problema. No
es infrecuente que uno de los padres se niegue a que
su hijo, ya diagnosticado de TDAH, reciba el tratamiento
que se le haya recomendado. Es frecuente que el
desacuerdo, unido a otros problemas que tengan los
padres, desemboque en un problema añadido al surgir
una crisis en la pareja. Es frecuente ver a madres
asumiendo solas el problema, y no es lo mejor. Todos
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motor en
los recursos son pocos para trabajar con estos niños, y
el principal recurso son LOS PADRES.
La capacidad que tenemos los padres para moldear el
comportamiento de nuestros hijos es indudable. En el
caso de niños con TDHA la influencia no es menor, lo
que cambian son las necesidades del niño. Como veremos
necesitan mas orden, definir reglas, motivación especial,
etc. En definitiva un esfuerzo mayor por parte de los
padres.
Unas horas antes de escribir estas líneas, recibí la llamada
de una madre preocupada, que quería que evaluásemos
a su hija pues estaba “entre dos fuegos”: por un lado la
pediatra de la niña establecía como muy probable que
su hija tuviese un TDAH subtipo inatento, y por otra parte
la tutora del colegio decía que a la niña no le pasaba
nada: solo era una perezosa con poco interés por el
estudio. La madre solo sabía decir que ella veía
comportamientos en su hija que no le parecían normales.
10. Como un
marcha
motor en
7
Esta situación es bastante común. Padres preocupados
por un lado, y profesionales en desacuerdo por otro.
Conviene querido lector, que tengamos en cuenta que
el grado de concienciación en torno a este problema es
más bien bajo. Que no sólo pediatras o profesores, que
están en una primera línea en la detección del problema,
tienen en muchos casos pocos conocimientos, si no que
incluso psicopedagogos, psicólogos clínicos o psiquiatras
muchas veces no tenemos la suficiente formación, para
detectar cuadros no muy llamativos.
En torno al 66% de los casos siguen siendo TDAH en la
vida adulta. Pues bien, a día de hoy son poquísimos los
que están a tratamiento o han recibido tal diagnóstico.
Quiero decir que los padres, al tratar de aclarar sus
inseguridades, se van a encontrar con la notable dificultad
de no saber dónde acudir o, mucho peor, de recibir
informaciones contradictorias.