2. Antecedentes Previos: Prevalencia del consumo de drogas en población general de Chile (Sexto Estudio Nacional de Drogas, Conace 2004) Estudio efectuado en 16.366 personas, que representan a 8.715.567 personas.
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5. Mediana de la edad de inicio del consumo de sustancias ilícitas Marihuana: 17 años Pasta base: 19 años Cocaína: 21 años Edad de inicio del consumo de la menor proporción de la población (percentil 5) Marihuana: 13 años Pasta base: 13 años Cocaína: 15 años
6. Estudios nacionales de la prevalencia de consumo de drogas ilícitas en la población infractora adulta CONACE (2001) Revisión de expedientes judiciales en los Tribunales del Crimen de Santiago en torno a la vinculación delito-drogas-alcohol . (N = 529 casos) Tasa de relación general de delitos con alcohol: 20% Tasa de relación general de delitos con drogas ilícitas: 18% Tasa de relación “al momento de delinquir” con alcohol: 16% Tasa de relación “al momento de delinquir” con drogas ilícitas: 7%; 15%.para el grupo etáreo entre 18 y 24 años Los delitos con mayor asociación con “tasa de relación general con el alcohol” son: lesiones 28% y robo con fuerza 23%. En aquellos delitos de menor recurrencia la asociación con alcohol es de 50% en homicidio y daños y de 25% en “delitos sexuales” de violación y abuso deshonestos.
7. Los delitos con mayor asociación con “tasa de relación general con drogas ilícitas” son: robo con violencia 32%, robo con fuerza 23% y homicidio 31%. En el caso de la tasa de relación con drogas ilícitas “al momento de cometerse el delito” la mayor asociación es con robo con violencia. Las sustancias con mayor asociación con “tasa de relación general con drogas ilícitas” son pasta base (37,2%) y marihuana (10,6%). Las sustancias con mayor asociación con la tasa de relación “al momento de delinquir” son pasta base (44,7%) y marihuana (13,2%). En el grupo etáreo de 18 a 24 años concentra a más de la mitad de los casos. El consumo de pasta base define una clara asociación con robo con violencia y robo con fuerza. A la hora de cometer el delito, 1 de cada 2 sujetos estaba bajo el efecto de la pasta base.
8. CONACE (2002) Estudio acerca del consumo de alcohol y otras drogas en reclusos condenados por el delito de robo con violencia e intimidación . Santiago La muestra del estudio estuvo constituida por 1.217 reclusos entre 18 y 35 años de edad, condenados judicialmente por los delitos de robo con violencia e intimidación, y cumpliendo condena en 9 centros penitenciarios. (Según Genchi, el 59% de los condenados son jóvenes y adultos jóvenes entre 18 y 35 años de edad, donde el principal delito cometido es el robo con violencia e intimidación). Este estudio mostró que la población penal masculina y femenina de entre 18 y 35 años, que cumplía condena por robo con violencia, presenta una tasa de consumo de drogas ilícitas significativamente superior en comparación con la población general del país
9. Se encontró que la proporción de internos consumidores de drogas ilícitas aumentaba en relación directa con el número de causas legales por las que habían sido detenidos antes de la presente condena (reincidencia); se observó también que la proporción de no consumidores disminuye sistemáticamente cuando no hay causales condenatorias previas. Alrededor del 14% de los reclusos delinquió por primera vez para obtener dinero para comprar drogas ilícitas, mientras que esa fue la motivación para el 31% de las mujeres reclusas Respecto al delito por el cual cumplían actualmente condena, el 56.8% de los reclusos cometió bajo la influencia de alcohol o drogas el delito por el cual cumplía condena al momento del estudio, mientras que ese porcentaje se eleva hasta el 76,1% de las reclusas que conformaron la muestra
10. Universidad de Chile (2002) Estudio sobre el consumo de alcohol y drogas ilícitas o restringidas en la población penal de la V Región . Este estudio investigó acerca del consumo de alcohol y drogas antes de la reclusión y el consumo intrapenitenciario en la población penal de la V Región, con una muestra de 681 entrevistas estratificada según subsistema penal (Menores, Adultos Cerrado, CET y Libertad Vigilada), sexo, y distribuidos según establecimiento penitenciario. Marihuana : El 62.7% del total de la población penal de la V Región ha consumido marihuana alguna vez en la vida, presentándose una apreciable diferencia entre el consumo de hombres y mujeres (66% y 44.4% respectivamente) En el caso de los hombres, las mayores tasas de consumo se observan en los subsistemas Menores (94.1%), Cerrado (77.2%) y CET (76.3%). En el caso de las mujeres, aquellas que se encuentran en el Subsistema Cerrado Adultos han consumido más que aquellas que se encuentran en el subsistema de Libertad Vigilada (50.6% y 25.9% respectivamente) .
11. Pasta base : El 25% del total de la población penal de la V Región ha consumido pasta base alguna vez en la vida, sin que exista gran diferencia entre el consumo de hombres y mujeres (24.6% y 27.8% respectivamente). En el caso de los hombres, las mayores tasas de consumo se observan en los subsistemas Menores (41.2%), Cerrado (31.8%) y Libertad Condicional (27.3%). En el caso de las mujeres, aquellas que se encuentran en el Subsistema Cerrado Adultos han consumido más que aquellas que se encuentran en el subsistema de Libertad Vigilada (32% y 14.8% respectivamente). Más del 50% de los reclusos, tanto hombres como mujeres, que declara consumo de pasta base inició su consumo entre los 14 y 21 años de edad. No obstante, un 5% de los hombres y un 3% de las mujeres usó pasta base antes de los 14 años de edad.
12. Clorhidrato de cocaína : El 33.8% del total de la población penal de la V Región ha consumido Clorhidrato de Cocaína alguna vez en la vida, sin que exista gran diferencia entre el consumo de hombres y mujeres (34.2% y 31.5% respectivamente). En el caso de los hombres, las mayores tasas de consumo se observan en el caso de los Menores (47%), CET (44.7%) y Cerrado (40.2%). En el caso de las mujeres, aquellas que se encuentran en el Subsistema Cerrado Adultos han consumido más que aquellas que se encuentran en el subsistema de Libertad Vigilada (38.3% y 11% respectivamente). Anfetaminas : El 22.2% del total de la población penal de la V Región ha consumido Anfetaminas alguna vez en la vida, sin que exista gran diferencia entre el consumo de hombres y mujeres (22.5% y 20.4% respectivamente). En el caso de los hombres, las mayores tasas de consumo se observan en los subsistemas CET (34.2%), Cerrado (27.7%) y Libertad Condicional (18.2%). En el caso de las mujeres, aquellas que se encuentran en el Subsistema Cerrado Adultos han consumido mucho más que aquellas que se encuentran en el subsistema de Libertad Vigilada (25.9% y 3.7% respectivamente).
13. Verbal, X. (2004) Diagnóstico de la situación social, laboral y de salud mental de las personas en Libertad Vigilada del Adulto . Gendarmería de Chile, Sub-Dirección Técnica, Departamento de Tratamiento en el Medio Libre Estudio descriptivo de la situación social, educacional, laboral y de salud mental de una muestra de 1.642 personas en LVA en base a los análisis de los informes presentenciales de esos individuos. El 56% de los hombres y el 20% de las mujeres presenta antecedentes de abuso de alcohol; de ellos, el 58% ha detenido el consumo antes de ingresar a la medida, mientras que el 40% ingresa manteniendo la conducta de abuso. El 32% de los hombres y el 15% de las mujeres tienen antecedentes de abuso de drogas. De ellos, el 61% había detenido el consumo antes de ingresar a la medida, mientras que el 34% ingresa manteniendo las conductas de abuso.
14. El 90% de las personas con antecedentes de abuso de drogas tiene 35 años o menos . El 56% del total de la muestra tiene antecedentes de abuso de 1 o más sustancias. El 77% reporta problemas legales asociados al abuso de sustancias. Del total de la población estudiada, el 43% cometió el delito por el que se le condenó a LVA estando intoxicado con alcohol y /o drogas. De quienes tienen antecedentes de abuso de alguna sustancia, el 70% cometió el delito estando intoxicado con alcohol y /o drogas. De quienes no tienen antecedentes de abuso de sustancias, el 10% cometió el delito estando intoxicado con alcohol y /o drogas.
15. Hurtado, P. (2005) Consumo de drogas en detenidos. Aplicación de la metodología I-ADAM en Chile . Fundación Paz Ciudadana Estudio acerca de la relación del consumo de sustancias ilícitas y la comisión de delitos con mayor connotación social, en la cual se usó una metodología de incluyó una prueba de laboratorio para contrastar la información obtenida a través de una entrevista estructurada. El trabajo de terreno se realizó en el mes de abril de 2005, y dio como resultado 633 cuestionarios contestados y 532 muestras de orina analizadas, correspondientes a personas detenidas en flagrancia por robo, hurto, homicidio, violación, lesiones (delitos de mayor connotación social, DMCS) e infracciones a la Ley de Drogas (LD), en 15 comisarías del Gran Santiago. La proporción de participantes en el estudio, según el sexo, tipo de delito y edad, correspondieron a: 77% de hombres y 23% de mujeres en los DMCS; 72% de hombres y 28% de mujeres en LD; el rango de edad con mayor proporción de hombres (44%) y mujeres (39%) fue el correspondiente a 18-24 años, seguido del rango de edad de 25-31 años (24% de hombres y 26% de mujeres).
16. El análisis de las muestras de orina proporcionadas por los detenidos por DMCS arrojó 60% de resultados positivos para cocaína/pasta base y 38% para marihuana. En el caso de los aprehendidos por Ley de Drogas (LD), los resultados positivos ascendieron a 75% para cocaína/pasta base y 47% para marihuana. En los detenidos por Ley de Drogas, el test de orina indica elevada frecuencia de uso en quienes portan y trafican. El test resultó positivo para al menos una droga en el 88% de detenidos por tráfico, en el 93% de los detenidos por porte y en el 89% de los detenidos por consumo. La prevalencia año para los detenidos por DMCS y LD de edad superior a 18 años es de 43,4% para marihuana, 33,9% para pasta base y 26,9% para cocaína; cifras significativamente más elevadas que esas tasas en la población general (proporción que aumenta aun más para el rango de edad de 19-25 años).
17. Respecto a detenciones durante el año previo a la realización del estudio, el 54% de los participantes había sido detenido; y el 37% había estado en la cárcel en el mismo período. El estudio mostró también que quienes habían consumido cocaína/pasta base según el test de orina, habían sido detenidos anteriormente más veces y habían estado en la cárcel en una mayor proporción, comparado con quienes obtienen un resultado negativo para esa sustancia.
18. Algunos antecedentes internacionales de la prevalencia de consumo de sustancias ilícitas en la población penal Diversas fuentes internacionales revelan que en las poblaciones recluidas en sistemas penitenciarios, es frecuente encontrar una elevada proporción de consumidores de sustancias ilícitas, comparados con la proporción de consumidores en la población general . En la Unión Europea , la proporción de consumidores de drogas al momento de la admisión en prisión encontrada en algunos países seleccionados, (años 2002/2003, Hillebrand, 2006), es la siguiente: Dinamarca: 4,5%; Inglaterra: 65%; España: 77,2%; Suecia: 60,7%; Finlandia: 46%
19. En Perú (Reategui, 2006), los estudios han mostrado lo siguiente: más del 50% de las personas encarceladas han consumido drogas ilícitas en alguna ocasión: marihuana, 26%; pasta base, 24% y cocaína, 11%. Las personas encarceladas han consumido 5 veces más marihuana (población general 5,8%, población penal, 26%) y cocaína (población general, 1,8%; población penal 11%), y 10 veces más pasta base que la población general (población general 2,1%, población penal, 24%) En Panamá , el porcentaje de delitos relacionados con drogas alcanza al 57% (delitos para obtener dinero para el consumo o delito cometido bajo los efectos de sustancias psicoactivas).
20. En El Salvador , se calcula que existe un consumo dañino y dependencia, especialmente de marihuana y crack, en aproximadamente un 25% de los internos en el sistema penitenciario. En Costa Rica , en el año 2004 la prevalencia de vida para las sustancias ilícitas en la población penal son muy superiores a las encontradas en la población en general: marihuana, 47,6% (población nacional, 5,5%); crack, 35% (nacional, 0,7%); cocaína, 35% (nacional, 1,7%).
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22. Asociación entre el consumo de sustancias ilícitas y comisión de delitos Elevadas tasas de consumidores problemáticos en la población forense Modelo lineal de la relación crimen-drogadicciòn: El uso de drogas lleva a la comisión de delitos; o la comisión de delitos lleva al consumo de drogas
23. “ Aunque el hecho que las drogas y el crimen se encuentran frecuentemente juntos, o estén correlacionados, esto no demuestra su conexión causal”. Brownstein y Crossland (2003) Más bien, delito y drogadicción poseen causas comunes; y para comprender adecuadamente su relación, hay que considerar factores sociales, culturales, químicos y biológicos.
24. Cómo se relacionan el consumo de drogas y la criminalidad: Por qué muchas personas que cometen crímenes también usan drogas, o por qué personas que usan drogas cometen crímenes, mientras que otras que usan drogas no cometen crímenes. ¿ ?
25. Modelo tripatito de P. Goldstein (1985 ) Modelo psicofarmacológico Algunos individuos, como resultado a corto o largo plazo de la ingestión de sustancias específicas, pueden volverse más excitable, irracionales y pueden exhibir comportamientos violentos. Modelo económico-compulsivo Algunos individuos se involucran en crímenes violentos relacionados con el objetivo de obtener dinero para adquirir drogas. Estas personas no están motivadas primariamente para actuar en forma violenta. La violencia es generalmente el resultado de algún factor en el contexto social en el cual es cometido el crimen económico (nerviosismo, porte de armas o la falta de ellas, intervención de testigos, etc.).
26. Modelo sistémico La violencia es intrínseca a la involucración con una sustancia ilícita. Se refiere a las pautas de interacción agresiva dentro del sistema de distribución y uso de drogas: 1) disputas territoriales entre traficantes rivales 2) asaltos y homicidios cometidos dentro de la jerarquía de los traficantes 3) robos a los distribuidores (“dealers”) y la venganza violenta de los jefes de éstos 4) eliminación de informantes 5) castigo a quienes venden drogas adulteradas 6) castigo a los deudores impagos 7) robo con violencia relacionado con la ecología social de las áreas en las cuales se comercia con drogas Las víctimas de la violencia sistémica son quienes están involucradas en el uso o el tráfico de drogas.
27. Estos tres modelos del nexo violencia/drogas deben ser considerados como tipos ideales, y pueden traslaparse en la explicación del comportamiento individual. “ Por ejemplo, un usuario de heroína puede prepararse para cometer un acto de violencia económica compulsiva, ingiriendo alcohol o estimulante para darse el valor para llevar a cabo la infracción. Este evento contendría elementos de violencia compulsiva económica y farmacológica. Si el blanco de este robo fuera un ‘dealer’, el evento contendría elementos de los tres tipos de violencia relacionados con el abuso de drogas” (Goldstein, 1985) Este marco ha resultado útil para el estudio del crimen violento y las drogas, pero posee un valor limitado para dar cuenta del consumo de drogas y otro tipo de crímenes (Brownstein y Christine, 2003).
28. Consumo problemático de sustancias, delincuencia y exclusión social La población penal estadounidense y europea presenta un número desproporcionadamente elevado de personas provenientes de grupos minoritarios que cumplen condena por delitos asociados con drogas u otro tipo de delitos. (Brownstein y Christine, 2003) Lo que tienen en común esas personas es que provienen de sectores en exclusión social (étnico-raciales y pobreza). En Chile, los estudios muestran una realidad similar.
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30. Influencia de factores de riesgo social en el origen de conductas delincuenciales. Indice de vulnerabilidad social-delictual comunal. Ministerio del Interior, División de Seguridad Ciudadana (2002) Este estudio tuvo como objetivo investigar la eventual asociación entre diversas condiciones sociales de riesgo en el origen de conductas infractoras. Se escogió un grupo de variables (socioeconómicas, demográficas y conductas de riesgo) que de acuerdo a la revisión bibliográfica se estiman asociadas a la infracción a la ley. Uno de los objetivos de la investigación fue un mejor conocimiento de los factores sociales que tienen influencia las conductas de sujetos vinculados a la delincuencia, a través de la identificación y comportamientos de las variables en comunas con más de 70.000 habitantes.
31. Los hallazgos de este estudio fueron los siguientes: El análisis factorial de las diversas variables, para las 63 comunas en estudio, indican una correlación positiva de 0,486 ( altamente significativa ) con la variable población penal. Las variables con mayor peso (en orden descendente) en el análisis factorial fueron: Clima familiar : 0,48 [violencia intrafamiliar: 0,28; hacinamiento: 0,44] Entorno: 0,46 [población urbana: 0,19; población de 15 a 34 años: 0,30; desigualdad: 0,36] Empleo: 0,43 Drogas (ponderada con pobreza): 0,42 Pobreza: 0,3 Educación: 0,28 Drogas: 0,1019
32. Este estudio es congruente con las investigaciones internacionales que indican que así como no puede hablarse de una relación causal (lineal) entre drogadicción y delincuencia; tampoco pude vincularse linealmente a la pobreza con la delincuencia y el abuso de sustancias. Una de las variables mediadoras (factor protector o de riesgo) es justamente el entorno familiar de crianza de los jóvenes infractores.
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34. La interrogante es entonces : ¿Podrá mejorar un clima familiar disfuncional, sin la participación de los miembros de esa familia en un tratamiento especializado? ¿Cómo podrá el sistema legal ayudar a solucionar parte de esta problemática?
35. Tratamiento de infractores con abuso de sustancias y reincidencia en el delito La evidencia internacional muestra que la inversión en el tratamiento de las poblaciones infractoras con consumo problemático de sustancias está asociada con la reducción de la reincidencia delictual. Investigaciones en Estados Unidos indican que entre el 70% al 90% de las personas encarceladas por delitos relacionados con drogas y que no fueron sometidas a tratamiento recayeron en el consumo de sustancias, y cerca del 60% de los reclusos no tratados reincidió en el delito
36. Un estudio realizado en Estados Unidos acerca de los programas de tratamiento residenciales en prisiones, mostró que mostró que los internos que habían participado en el programa eran menos propensos a reincidir en un 73% respecto a aquellos que no habían participado en el programa, y un 44% menos propenso a recaer en el consumo de drogas. Un estudio en Inglaterra con una muestra de internos que habían participado en programas de tratamiento, indicó que los reclusos que habían participado en el programa reincidieron en un 17% luego de seis meses de haber recobrado la libertad, mientras que aquellos que no completaron el programa reincidieron en un 42%