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PRINCIPIOS DE MANEJO DE RECURSOS PESQUEROS

Cualquiera sea el modelo que nos entregue la mejor representación de la relación entre
un stock y el esfuerzo pesquero, la relación observada es la siguiente:

-     Cuando el esfuerzo aumenta las capturas también lo hacen, al principio
      proporcionalmente; sin embargo, muy pronto la captura aumenta a una tasa
      menor que la del esfuerzo, dando como resultado una progresiva disminución de
      la captura por unidad de esfuerzo (c.p.u.e.).

-     Debido a que los costos de explotación son aproximadamente proporcionales al
      esfuerzo aplicado, la curva que relaciona el valor bruto de la captura con los
      costos de explotación tendrá forma de parábola, con un punto máximo, el
      Rendimiento Máximo Sostenible (RMS); al aumentar el esfuerzo mas allá de este
      punto comenzará a decaer, haciendo no rentable la actividad.

-     Si no existen medidas de manejo la pesquería se desarrollará más allá del RMS,
      tanto como se pueda sostener la actividad sin ir a la quiebra (apoyo estatal en
      subsidios, préstamos preferenciales, preferencias aduaneras, rebaja en los
      combustibles, etc.).

-     Cuanto más rentable sea un recurso cuanto más rápido se desarrolla su
      pesquería y existe el peligro que esto ocurra más allá del nivel óptimo de pesca,
      antes de implementar medidas de manejo apropiadas.

La pesquería de camarones de los EEUU es un ejemplo excelente de una pesquería
manejada en forma deficiente. Esta pesquería se encuentra en un estado de
“sobrepesca económica”. Existen demasiadas embarcaciones y demasiado personal y
aún cuando las capturas se hayan estabilizado, los ingresos por pescador han
disminuido.

Con relación al plano teórico, en un esquema simplificado, el manejo de un recurso
debe ser planificado con algunos principios fundamentales en mente:

a)    Es preferible intervenir muy tempranamente durante el desarrollo de una
      pesquería. De hecho es mucho más fácil disminuir la velocidad de expansión
      cuando parezca necesario que reducir los niveles de explotación cuando la
      situación se ha vuelto catastrófica, dado que las consecuencias sociales y
      económicas de corto plazo son entonces tan desastrosas que la aplicación de un
      programa de manejo sería extremadamente dolorosa.

b)    El manejo no debe considerarse como un proceso restrictivo y coercitivo sino
      como una actividad integrada que apoya el desarrollo de una pesquería desde
      sus inicios (incentivos financieros, préstamos, cruceros de investigación,
      programas de mejoramiento tecnológico, construcción de infraestructura)
      monitoreando el desarrollo como sus consecuencias, siguiendo el estado de los
2


     recursos, estimaciones del potencial y estableciendo mecanismos regulatorios
     como cuotas de pesca, licencias, etc. cuando esto sea de utilidad. Es deseable
     tener los mecanismos legislativos y técnicos para poner freno en una pesquería
     bien establecida antes de que su uso se vuelva necesario.

c)   Una pesquería bien manejada crea una gran renta económica neta. Es
     importante decidir a niveles administrativos el destino de estos excedentes para
     evitar tensiones con otros sectores (por ejemplo el desarrollo de otras
     pesquerías, al tesoro nacional, etc.).

d)   El manejo exitoso está basado en una clara definición de los objetivos, en la
     disponibilidad de los datos adecuados (biológicos, socioeconómicos y políticos)
     para permitir la identificación de varias alternativas posibles y en el
     establecimiento de un mecanismo de consulta permanente entre la
     administración, la investigación y la explotación, mediante el cual la información
     disponible sea traducida en decisiones, las consecuencias de esas decisiones
     asumidas y los resultados usados como retroalimentación para mejorar o
     redefinir la estrategia de manejo.
3


OBJETIVOS DE MANEJO

Una política de manejo eficiente está basada en una clara definición de los objetivos
deseados y del establecimiento de un marco que permita la aplicación de las medidas
necesarias. Algunos objetivos teóricos posibles para una pesquería son:

-     Conservación de los recursos en el largo plazo.
-     Maximización del rendimiento físico.
-     Maximización del valor total de la captura o de los ingresos de divisas.
-     Maximización de la renta económica neta.
-     Disminución de los costos de producción
-     Mejoramiento de las condiciones económicas y sociales de la mano de obra,
      mejores oportunidades de empleo o mejor redistribución de las utilidades.
-     Mejor nivel de explotación de las especies secundarias (generalmente
      descartadas, representando así un considerable desperdicio).
-     Mejorar la rentabilidad de las embarcaciones.

En la práctica, la política de manejo será definida en cada caso particular a la luz del
conocimiento científico y de los objetivos inmediatos, llevando en mente que los datos
requeridos (biológicos y económicos) raramente están completamente disponibles, son
lo suficientemente precisos o más aún, son confiables.

RMS COMO UN OBJETIVO DE MANEJO

La aparente simplicidad detrás del concepto del modelo de producción ha conducido a
su uso intensivo durante los últimos 25 años por la mayoría de las organizaciones
relacionadas con el manejo. La idea del RMS está basada en un modelo simple, el cual:

1.-   Describe las características biológicas de un stock total en un modo
      comprensible para todos.

2.-   Entrega una escala de valores para una pesquería. El RMS representa la “mejor
      situación” que podría alcanzarse y, todos los esfuerzos más allá del nivel que da
      el RMS están prohibidos.

3.-   Proporciona una meta fácilmente adoptada por científicos, administradores y
      pescadores, sin embargo, tal como Gulland nos lo recordara (1969) “es dudoso si
      el logro de un RMS debería ser el objetivo de manejo, excepto bajo
      circunstancias muy especiales”

Desde entonces, muchos autores han abundado en críticas de todo tipo a este
concepto.

A.-   Argumentos biológicos:

Proponerse alcanzar el Rendimiento Máximo sostenible (RMS) como objetivo presenta
varios obstáculos serios, como por ejemplo:
4




-     Disminución del potencial reproductivo.- Nos conduce a buscar la explotación
      cerca de la situación ideal donde la edad media en la captura se aproxima a la
      edad óptima (donde la biomasa de la cohorte está en el máximo). Dado que esta
      edad (topt) está muy cerca de la edad de primera madurez (t m) el potencial
      reproductivo sufre, el stock parental es reducido a individuos jóvenes, la fertilidad
      y la calidad de los huevos disminuye y el riesgo de una catástrofe aumenta
      (Larkin, 1977).

-     Empobrecimiento genético.- Causa la desaparición de los elementos con mayor
      velocidad de crecimiento de la población, lo que resulta en un empobrecimiento
      genético del stock. Según Larkin (1977) no hay duda alguna que muchos sub-
      stocks han desaparecido.

-     Stocks multiespecíficos.- El RMS es inadecuado para stocks multiespecíficos
      dado que el máximo para varios stocks con diferentes velocidades de crecimiento
      no puede ser obtenido al mismo tiempo y la suma de los RMS calculados para
      cada especie, será mayor que el RMS combinado que realmente podría ser
      alcanzado. De este modo se asume que la producción de una población es mas
      estable que la de sus componentes. Pareciera ser preferible el calcular un RMS
      total de las capturas de todas las especies juntas a efectos de evitar
      sobreestimaciones.

-     Criticismo de la idea de equilibrio.- La sola idea de equilibrio (estabilidad)
      inherente al concepto de RMS es desafiada dadas las variaciones en el
      reclutamiento anual y así, inevitablemente se producen variaciones de
      producción. Intentos forzados por alcanzar el RMS durante una secuencia de
      malos reclutamientos podrían conducir a una peligrosa inestabilidad del stock.
      Hay una tendencia a asumir que el esfuerzo sostenido en el nivel del f max
      permitirá en promedio obtener la captura promedio máxima alcanzable, dado que
      el rendimiento anual fluctuará debido a causas naturales hacia ambos lados del
      RMS. Según Doubleday (1976) y Sissenwine (1978), esto no es verdad ya que el
      RMS promedio es menor que el RMS, sobre todo cuando la variabilidad natural
      es alta. Entonces, todos los intentos por alcanzar el RMS conducirán a la sobre-
      explotación. Por otro lado, fijando la mortalidad por pesca (F) al nivel del F del
      RMS resulta en un RMS promedio que en el largo plazo es menor que el RMS
      estimado.

B.-   Argumentos técnicos:

-     Valor de las estadísticas.- La simplicidad del modelo está basada en la necesidad
      de estadísticas pesqueras elementales para su aplicación específica. Las
      estadísticas oficiales son incompletas y en gran medida imprecisas, aún cuando
      los estadísticos dirían que ellas son más precisas que exactas. Esto es incierto
      cuando hablamos de algún stock multiespecífico donde la carencia de
      estadísticas de buena calidad producen datos de rendimiento y esfuerzo
      imprecisos por especie, aún cuando para todo el stock sean mejores. Por
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      ejemplo en las pesquerías de camarones tropicales, se carece totalmente de
      información proveniente de las pesquerías artesanales.

-     Métodos de regresión.- Sissenwine (1978) critica el uso de regresión de la
      c.p.u.e. y el esfuerzo cuando el esfuerzo es determinado dividiendo la captura
      por la c.p.u.e. y a esto se agrega la “suavización” producida por la utilización de
      promedios móviles a series de esfuerzo para llenar las lagunas producidas por
      falta de información.

-     Valor limitado en el manejo.- Además de las consideraciones ya listadas, otra de
      las desventajas del concepto de RMS es su nula utilidad para predecir las
      consecuencias de cambios en el vector de mortalidad por pesca (F) ya sea
      estacional o por grupos de edad, haciendo imposible predecir los resultados de
      un cambio de tamaño de malla, una veda o un aumento en el esfuerzo de la flota
      artesanal.

C.-   Argumentos socioeconómicos:

Desde el año 1995 que Christy y Scott han enfatizado acerca de la incapacidad del
modelo de RMS para considerar los factores sociales (generación de empleos, calidad
del empleo, beneficios colaterales) y económicos (costos, retornos, utilidades, etc.) en
sus evaluaciones.

D.-   Conclusiones:

Las dificultades de usar el concepto de RMS como un objetivo de manejo radica en que
el logro de alcanzar el máximo físico de captura (en peso o en valor), no es un objetivo
justificable dada la dificultad de alcanzarlo y sólo se puede aproximar a expensas de
algún peligro para la reproducción o la estabilidad del recurso y a través de un aumento
de costos indebido que no se justifica por el aumento de las capturas.

Propuestas alternativas al RMS sin embargo son raras y carecen de precisión, aún
cuando se ha popularizado el concepto de Rendimiento Optimo Sostenible –ROS- el
cual partiendo del RMS es modificado por variables económicas y sociales.

A pesar de todo, el RMS aún parece ser una cantidad que es útil definir. Representa
una variable que debería ser identificada y no excedida, pero no necesariamente ser un
objetivo a alcanzar. Parece entonces aconsejable definir como objetivo de manejo un
punto a la izquierda del RMS; así es como se introduce el concepto del Rendimiento
Económico Sostenible –RES- el cual equivale al 75 % del RMS.

METODOS DE MANEJO

Estos pueden ser clasificados en dos grupos, los cuales no son enteramente distintos
uno del otro: métodos para regular los tamaños capturados y aquellos que regulan el
esfuerzo pesquero.
6


A.-    Regulación del tamaño capturado.- Todos los métodos que pueden ser
       considerados bajo este encabezado dan como resultado una disminución en la
       mortalidad de los juveniles con la esperanza de mejorar la producción hasta el
       punto en que el potencial ganado debido al crecimiento de los sobrevivientes,
       compensará las pérdidas causadas por la mortalidad natural. Esto puede ser
       logrado ya sea regulando el tamaño de las mallas, estableciendo una talla
       mínima de peces desembarcados, regulando la explotación en las zonas de
       crianza de juveniles (nurseries) o bien mediante vedas durante las migraciones
       de juveniles de lagunas costeras al mar, como ocurre en el caso de los
       camarones y langostas. Dado a que ninguna de estas medidas tiene influencia
       sobre el tamaño de la flota, no pueden evitar, en el largo plazo, que las
       inversiones y los costos sean excesivos.

A1.-   Regulación del tamaño de malla

       Según Gulland (1972), la regulación del tamaño de malla no es efectiva como
       método ya que el proceso de selectividad no es igual para todas las especies,
       dependiendo del tipo de estructuras corporales que posean, retendrán o dejarán
       escapar una especie. Generalmente la regulación se efectúa en base a la
       especie objetivo, pero junto a ella se captura una gran cantidad de fauna
       acompañante, para la cual el tamaño de malla debería ser distinto. Un caso típico
       se presenta en las pesquerías de camarones donde la malla actualmente en uso
       1 3/4 “ permite la captura de una gran cantidad de diferentes especies de peces
       juveniles (más de 40 especies) con el consiguiente daño ecológico que esto
       conlleva.

       Aún cuando existen regulaciones del tamaño de malla en numerosos países
       desde hace varias décadas atrás, a menudo los pescadores no respetan estas
       disposiciones de los siguientes modos:

-      usando mallas diferentes a las permitidas
-      recubriendo el copo de las redes ya sea por dentro o por fuera con redes de
       mallas más finas
-      superponiendo dos capas de red con tamaño de malla legal, lo que resulta en un
       tamaño de malla igual a la mitad del tamaño original
-      colocando un gran peso en el copo de manera de conseguir un máximo
       estiramiento de la red, lo cual disminuya el tamaño de malla

Es importante hacer notar que cuando el reclutamiento es intenso y se produce en un
corto período de tiempo, el establecer un período de veda justo antes de que ocurra,
produce un efecto similar al de controlar el tamaño de malla.

A2.-   Tamaño mínimo de desembarque

       Este tipo de regulación pretende hacer poco atractivo realizar faenas donde se
       concentran los juveniles y disminuir la tentación para evadir las regulaciones del
       tamaño de malla. Los especialistas concuerdan que esta medida ha probado ser
7


       un método ineficiente cuando es usada sin combinación con alguna otra medida.
       Obliga a los pescadores a deshacerse de los juveniles capturados lo cual
       involucra pérdida de tiempo en seleccionar la captura y como generalmente los
       ejemplares bajo talla se regresan al mar ya muertos, los efectos en la
       conservación del recurso son nulos. En general, en los casos en que se aplica
       esta medida, obedece mas bien a razones comerciales mas que biológicas.

A3.-   Manejo y protección de áreas de crianza

       Los primeros estadios de muchas especies donde el crecimiento es muy rápido,
       ocurren en lugares muy precisos, por ejemplo camarones y langostas en lagunas
       costeras de manglares; pelágicos menores (sardinas, anchovetas) en zonas
       costeras cercanas a las desembocaduras de ríos, etc. y la protección de esta
       etapa de la vida se presenta como una conservación del hábitat.

A4.-   Prohibición de pesca

       Generalmente los juveniles se acercan a las costas donde son capturados por
       las flotas artesanales; al crecer van migrando a aguas más profundas donde
       comienzan a ser capturados por barcos industriales (arrastreros por ejemplo).
       Aquellas áreas donde se ubican juveniles bajo la talla mínima permitida, deberían
       permanecer siempre cerradas para todo tipo de pesca.

A5.-   Manejo del ambiente

       Las áreas de crianza deben ser protegidas del daño que produce la
       contaminación. La localización de estas áreas donde se concentran los juveniles
       debería ser considerada cuando se determinan los lugares donde se instalarán
       industrias contaminantes o desarrollos urbanos. La rehabilitación biológica de
       hábitats que han sido degradados es una medida de manejo que puede dar
       buenos resultados. Por otro lado, la destrucción de la vegetación acuática
       (praderas naturales) puede causar una baja apreciable en la producción.

A6.-   Vedas

       La actividad pesquera puede ser cerrada en los momentos picks del
       reclutamiento, evitando así la explotación de las concentraciones de juveniles
       que aún no alcanzan la madurez sexual. El cierre de faenas de pesca durante las
       concentraciones de desove también contribuye a proteger el futuro reclutamiento
       al aumentar la masa desovante. El aspecto económico y social de la aplicación
       de vedas también debe ser tomado en consideración a la hora de decidir su
       aplicación y deberían ser coordinadas a efectos de usar el tiempo de inactividad
       para efectuar mantenimiento y reparaciones en flota y plantas.

B.-    Control del esfuerzo pesquero.- Una medida de manejo de este tipo puede dar
       como resultado una disminución de los costos y un aumento de la captura y su
       valor. Dos tipos de regulaciones pueden ser consideradas: aquellas que
8


       persiguen limitar la eficiencia de pesca individual y aquellas que buscan limitar la
       capacidad de la flota.

B1.-   Limitación de la eficiencia de pesca

       Esta medida raramente es aplicada en las operaciones pesqueras donde la
       innovación es la regla, permitiendo un mejoramiento continuo de la eficiencia de
       pesca. Disminuir la eficiencia de pesca de una flota significa incrementar los
       costos ya que lo que las empresas buscan es precisamente lo contrario: mejores
       embarcaciones, mayor poder de pesca a menores costos. Esta medida sólo se
       podría justificar económicamente si ella sirve para evitar la destrucción de
       juveniles o de especies asociadas a la especie objetivo.

B2.-   Cuota de captura o esfuerzo

       El fijar períodos de veda también parece ser una manera indirecta, costosa e
       ineficiente de limitar la eficiencia de pesca. Este es el caso cuando la pesca es
       discontinuada cuando el esfuerzo o la captura han alcanzado un cierto nivel (Ver
       Anexo 1 caso de las pesquerías chilenas). Esta medida disminuye los costos de
       operación en combustible pero si no es acompañada de una limitación de la flota,
       por lo general no es suficiente para evitar la sobreinversión en el largo plazo.
       Mucho se ha dicho que cuando se trata con especies que tienen un ciclo de vida
       corto como las sardinas y las anchovetas, camarones y algunos peces tropicales,
       la regulación mediante una cuota anual es inadecuada.
       De hecho, cada pescador tratando de alcanzar una mayor porción de la cuota
       total tiende a aumentar su poder de pesca y especialmente tiende a concentrar
       sus operaciones cada vez mas temprano al inicio de la temporada. La misma
       captura total estaría así compuesta por un número creciente de juveniles que
       podrían causar un aumento paralelo en la mortalidad por pesca para la misma
       captura total. Ante tal situación, la medida regulatoria no logrará el resultado
       esperado, el cual es mantener la tasa de explotación a un nivel deseado. Aún
       más, podría tener un efecto perjudicial a nivel económico. Nada impediría que las
       inversiones excedieran seriamente el nivel que sería necesario normalmente si
       las operaciones pesqueras estuvieran uniformemente distribuidas a lo largo del
       año. El esfuerzo anual podría estar mejor distribuido estableciendo cuotas por
       períodos cortos (trimestral por ejemplo) y así dar una mejor distribución de la
       explotación a través del ciclo anual.

       En todo caso siempre, una medida de este tipo será más difícil de aplicar y
       controlar. A escala operacional, el establecimiento de cuotas de captura para
       controlar la mortalidad por pesca también implica que la autoridad responsable
       del manejo debería estar informada en el corto plazo de las capturas actualmente
       realizadas, a efectos de no aplicar el término del período de operaciones cuando
       la cuota ya ha sido sobrepasada con largueza.
9




B3.-   Limitación del acceso a la pesquería

        Ninguna de estas medidas recomendadas anteriormente pueden por sí solas
        evitar la sobre-explotación. A lo mucho la situación de los stocks puede
        mejorarse y la rentabilidad incrementarse temporalmente. Sin embargo
        rápidamente estas mejorías estimulan a los dueños de embarcaciones a invertir
        en esfuerzos suplementarios, los cuales desperdiciarán cualquier beneficio que
        las medidas regulatorias pudiesen haber producido. La regulación del nivel de
        explotación controlando directamente el poder de pesca de una flota, por
        ejemplo limitando el número de barcos o de redes, evita tales dificultades. No
        sólo previene la sobre-explotación biológica del stock sino que también permite
        minimizar los costos de explotación. Por lo demás, si el esfuerzo requerido para
        obtener el nivel óptimo de explotación es sobrestimado, tal regulación no
        implica el mismo daño que surgiría de una regulación por cuota de captura si el
        rendimiento promedio máximo es sobrestimado.

        En vista del corto ciclo de vida de las especies explotadas y del hecho de que
        las variaciones en la abundancia año tras año son mayores que la variación en
        capturabilidad y, debido a que este método proporciona la posibilidad de
        controlar tanto la captura como los costos de explotación, se debería dar
        preferencia a las regulaciones que limitan el número de embarcaciones y el
        número de artes de pesca. Esto se puede lograr limitando el número de
        embarcaciones de la flota nacional al igual que las licencias de pesca
        entregadas a flotas extranjeras en aquellos países donde se permite el acceso
        a flotas de otras naciones. En este último caso, las licencias deben establecer
        los límites de tamaño y otras características que afectan el poder de pesca de
        las embarcaciones, el tipo de arte de pesca a utilizar y las especies permitidas
        para capturar.

        Limitar el número de unidades de pesca es simple de aplicar, especialmente si
        se aplica temprano en el desarrollo de una pesquería, pero el control de la
        explotación limitando el esfuerzo también involucra la estimación y monitoreo
        del desempeño de los diferentes tipos de embarcaciones y sobre todo, del
        aumento de la eficiencia que ciertamente vendrá a continuación producto de
        innovaciones tecnológicas (aumento del poder de pesca) o por el mejoramiento
        en la distribución espacio-temporal de las operaciones pesqueras (aumento
        global del coeficiente de capturabilidad).

        La introducción de un sistema de manejo mediante el otorgamiento de licencias
        tiene ventajas y desventajas. Uno de los aspectos esenciales es que esta
        regulación resultará en utilidades sustanciales que serán compartidas sólo por
        los tenedores de licencias, lo cual se suma al valor mismo de la licencia. Este
        fenómeno crea algunas tensiones con aquellos empresarios que desean tener
        acceso a la pesquería.
10


        La introducción de una tarifa alta por licencia permitirá a la administración
        pesquera recuperar parte de los excedentes de valor creados por el manejo y
        desalentará nuevas solicitudes de licencias. Según Gulland (1978), el
        establecer una tarifa por licencia que vaya gradualmente aumentando su valor a
        medida que se aproxima al nivel de esfuerzo pesquero óptimo debería
        progresivamente desalentar futuras solicitudes dado que tanto los pescadores
        como los administradores llegarán a la misma conclusión con relación a los
        niveles de utilidad de la pesquería. El valor potencial de una licencia puede ser
        usado para estimular la explotación de zonas menos frecuentadas o de
        especies que carecen de interés para los pescadores.

        Por otra parte, según Bowen (1975), la seguridad que entrega un sistema de
        licencias posterga la búsqueda de nuevas zonas de pesca, crea situaciones de
        frustración cercanas al monopolio y aumenta artificialmente el valor de los
        barcos con licencia, crea una complicada discriminación contra los pescadores
        que están fuera del sistema y permite sobrevivir a unidades de pesca
        ineficientes.

        Resumiendo: Haysom (1977) observó que el resultado de la limitación del
        acceso a la pesquería de Moreton Bay (Australia), enfatizó que tal sistema dio
        muchos problemas sociales y económicos, especialmente si el stock es
        sobreexplotado; por lo tanto la decisión de entregar licencias debe estar basada
        en un análisis socioeconómico apropiado.

DISCUSION:

Existen diversos métodos disponibles para el manejo de las pesquerías. Cual de ellos
sea aplicable dependerá del conocimiento científico disponible, de las variables
socioeconómicas y de los objetivos buscados. El manejo debería ser un proceso
integrado durante el desarrollo de una pesquería, desde la promoción en sus inicios
hasta la definición del esquema óptimo de manejo, vigilancia y monitoreo del estado del
recurso.

Aún más, el manejo debe tomar en consideración las interacciones con otras
pesquerías (destrucción de juveniles de peces por acción de los barcos camaroneros,
por ejemplo). La pesquería que puede comenzar capturando camarones podría mas
tarde ser progresivamente diversificada para incluir los peces, haciendo obligatorio para
cada barco autorizado desembarcar una cierta cantidad de toneladas de pescado,
incluso si es necesario, realizando modificaciones a las embarcaciones.

El estudio de la relación entre el rendimiento total (en captura o en valor) y las diversas
combinaciones de niveles de explotación es compleja y requiere del uso de técnicas de
simulación.

Cuando el recurso explotado está compuesto por varias especies, la definición de la
unidad de stock es algo complicada. En este caso, el manejo del recurso debe tomar en
11


consideración el total de los sub-stocks interrelacionados e intentar armonizar las
regulaciones y obtener la distribución espacio-temporal óptima del esfuerzo pesquero.

El manejo de stocks vírgenes es un problema particular, es bueno recordar la secuencia
de acciones propuesta por Gulland en 1972 y adoptada por ciertos stocks australianos:

1.-   Efectuar una primera estimación del potencial y del número máximo de
      embarcaciones a ser autorizadas, basados en la superficie del área de
      distribución del recurso y al mismo tiempo efectuar una comparación con otro
      stock en zonas homologables.

2.-   Emitir un número limitado de licencias por debajo de la cantidad máxima y
      requerir la provisión de estadísticas detalladas (bitácoras de pesca) como una de
      las condiciones obligatorias para otorgar una licencia.

3.-   Seguir las actividades de las embarcaciones autorizadas por 2 o 3 años. La
      longitud del período de prueba podría estar asociada con la estabilidad del stock.

4.-   Al final de este período, volver a estimar el máximo y corregir el número de
      licencias si es necesario y al mismo tiempo mantener el número de licencias por
      debajo del nuevo máximo. Se recomienda entregar sólo licencias “condicionales”
      y no dar garantía alguna de renovación, sino que esta estará sujeta a la
      reevaluación del estado del stock.

5.-   Realizar un estudio de rentabilidad de las embarcaciones.

6.-   Calcular los retornos netos y si éstos son muy grandes decidir acerca de su
      utilización (pago de derechos de pesca, obligación de desembarcar otras
      especies, generación de empleos instalando plantas de proceso en tierra, etc.).

7.-   Los pasos del 3 al 6 se deben repetir periódicamente.
12



                       ANEXO1
  HISTORIA DE LAS PRINCIPALES PESQUERÍAS CHILENAS
Pesguería demersal sur-austral

Es una pesquería multiespecífica que se desarrolla en las Regiones X, XI y XII, una
zona geográfica única en el país, que la Autoridad ha dividido administrativamente en 4
zonas, por lo que se constituye en una pesquería de gran complejidad. Además en la
zona industrial operan barcos hieleros y fábrica, algunos utilizando espineles y otros
redes de arrastre.

Esta pesquería se inicia a comienzos de los 80, con la operación de una docena de
barcos arrastreros, orientados a la extracción de merluza austral. Debido a los buenos
rendimientos y precios se generó gran interés de múltiples empresas por ingresar a
esta novel actividad Como existía un régimen de libertad de pesca se produjo el
ingreso de un elevado número de barcos industriales de distinto tipo y una gran
inmigración de pescadores artesanales a la zona.

Este permanente crecimiento del esfuerzo pesquero se reflejó en las capturas que
aumentaron desde 45.000 ton en 1980 a 108.600 ton en 1989. La autoridad de la
época, basada en los estudios disponibles determinó que el recurso se encontraba en
peligro de sobre-explotación, sin embargo debido a la carencia de facultades legales,
no pudo cerrar la pesquería y sólo adoptó vedas y tamaños mínimos de captura, por lo
que la flota siguió creciendo hasta alcanzar 158 barcos industriales y sobre 6.000
pescadores artesanales. Recién en 1989, con el decreto N° 291 se pudo cerrar el
acceso a nuevas naves, posteriormente reforzado con la Ley de Pesca, impidiendo que
la flota siguiera creciendo. No obstante, la medida era tardía, debido a que existía un
desnivel entre la capacidad extractiva de la flota autorizada y los excedentes de los
recursos pesqueros de la zona.

Se inició entonces una fase de sobre-explotación durante los últimos años de la década
del 80, comenzando a descender los rendimientos de pesca y por ello los resultados
económicos de muchas empresas, que debieron paralizar y cesar sus operaciones,
produciéndose durante los primeros años de los 90 un ajuste severo en el sector
industrial, que pasó de aproximadamente 40 empresas a 9 y de 158 barcos a 25.

Las capturas de las principales especies disminuyeron un 65%, estabilizándose en los
últimos 3 años en torno a 24.OOO toneladas de merluza austral y 5.500 de congrio
dorado. Es importante destacar que este colapso y todas sus consecuencias
económicas y sociales, se produce, primero por la carencia de elementos de
administración y, segundo, por la no-aplicación oportuna de las medidas adecuadas.

De la misma forma, aunque sólo en 1992, se cerró el acceso a nuevos pescadores
artesanales, medida también aplicada retrasadamente. En este caso no se ha
producido ningún ajuste, por lo que se mantiene el elevado número de pescadores y
naves artesanales, lo que provoca intensas "carreras olímpicas" y sus temporadas de
13


pesca son cada vez más breves. La Subsecretaría, para resolver este problema ha
impuesto cuotas mensuales de pesca al sector artesanal. No ha sido solución, debido a
que la cuota mensual se captura en uno o dos días, situación que se repite todos los
meses.

Producido el ajuste en empresas y flotas, el conjunto remanente comenzó un período
de diversificación de actividades incorporándose en forma intensiva recursos
disponibles en la zona como el bacalao de profundidad, merluza de cola y merluza de
tres aletas. En este proceso se incorporaron modernas tecnologías de captura y
proceso. Esta industria, orientada desde sus inicios a la elaboración de productos de
consumo humano, le ha dado valor a sus capturas, generando numerosos empleos,
con el consiguiente impacto social positivo en las dos Regiones más aisladas del país.

El ajuste en el sector industrial, permitió que se generara un precario equilibrio en el
sector industrial, pudiendo los actores que permanecieron continuar con sus actividades
con cierta estabilidad, en tomo a las 24.OOO toneladas de merluza austral y 5.500
toneladas de congrio dorado. Sin embargo, este equilibrio, tan dificultosamente logrado
y de alto costo para las compañías, ha estado en permanente peligro de verse alterado
por el excesivo esfuerzo de pesca en los últimos años. Aún existe una situación de
fragilidad tanto para el recurso como para los agentes que participan, a pesar de estar
ante una de las actividades más reguladas de la economía, con 97 disposiciones
adoptadas por la Autoridad pesquera en el período l990~1998, entre las que se
contemplan regulaciones por artes de pesca, talla mínima, vedas por época y vedas por
zona geográfica, limitación del acceso industrial y artesanal, cuotas globales divididas
por zonas, épocas, tipos de naves y especies, entre otras.

En síntesis, habiendo agotado todas las posibilidades en el marco de la actual ley de
pesca, es obvia la carencia de las herramientas de administración adecuadas para una
correcta administración, haciéndose imprescindible la aplicación de nuevas alternativas,
existiendo en el ámbito nacional e internacional experiencia sobre la materia.

Pesquería Pelágica Norte

La pesquería pelágica de la zona norte, la principal actividad pesquera del país durante
muchos años tuvo, entre 1960 y 1970, una etapa de crecimiento hasta alcanzar 1 millón
de toneladas, produciéndose una declinación del recurso objetivo (anchoveta) entre
1973 y 1984. Sin embargo, esto provocó el crecimiento de una especie competidora,
la sardina española, que aprovechando la fragilidad de la anchoveta ocupó su nicho y
tuvo un crecimiento que permitió, bajo un régimen de libre acceso, una etapa expansiva
a la industria de la zona, que culminó en 1986 con 3,5 millones de toneladas. La
Autoridad de la época, haciendo un diagnóstico adecuado sobre los peligros de este
crecimiento, pero sin las herramientas legales necesarias sólo en 1985 pudo cerrar el
acceso a nuevas naves (Decreto que fue cuestionado hasta 1989, cuando la Ley de
pesca reforzó el cierre de esta pesquería).

Sin embargo, ya existía una gran sobre-capacidad de pesca, el comentado desequilibrio
entre la capacidad de pesca y la capacidad productiva del recurso, lo que derivó en la
14


sobre-explotación y posterior colapso de la sardina española. Afortunadamente para
estas Regiones, la debilidad de la sardina ha sido aprovechada por la anchoveta para
crecer y ocupar nuevamente este nicho, aunque sólo a niveles de 1,5 a 2 millones de
toneladas, por lo cual quedó una excesiva capacidad de pesca, adquirida para capturar
sobre 4 millones de toneladas.

A pesar de la aplicación de diversas vedas, pescas de investigación, tamaños mínimos
de captura para sardina española y jurel, prohibición de pescar en las primeras millas
costeras y restricción del acceso industrial y artesanal, la tardía aplicación del cierre del
acceso y la posterior disminución de la biomasa dejó una importante sobre inversión, lo
que provocaba anualmente "carreras olímpicas" por el recurso, con todos los efectos
negativos que esta situación conlleva. Lo anterior hizo necesario que el sector industrial
se ajustara a los nuevos niveles de equilibrio, lo que se produjo a través de fusiones de
las principales empresas entre 1992 y 1994. Sin embargo, esta situación se acentuó
con la irrupción del fenómeno El Niño 1997-1998, el cual afecta particular e
intensamente a la anchoveta, que se escapa de estas aguas más calientes y carentes
de alimentos provocando disminuciones de capturas de un 70%, lo que derivó en un
nuevo y doloroso proceso de ajustes.

Debido a lo expuesto, y no existiendo soluciones en el marco legal vigente, las tres
principales empresas de la zona, como una forma de soportar las difíciles condiciones
imperantes y no tener que realizar ajustes mas severos aún, decidieron fusionarse en
una sola y gran compañía, lo que les ha permitido eliminar la competencia entre ellas
por el pescado, lo que a su vez derivó en el fin de las carreras olímpicas, mejorando la
calidad del recurso capturado, reduciendo los costos de operación, tener economías de
escala y volúmenes de operación que les permite ser competitivos a nivel internacional,
en una economía globalizada donde los competidores son grandes empresas
internacionales.

Pesquería Pelágica centro sur

A inicios de la década de los 80 se comienza a producir un proceso expansivo de la
pesquería pelágica Centro sur, concentrado básicamente en el recurso jurel y en la VIII
Región, lo que indujo a la Autoridad, en concordancia con lo que entonces ocurría en la
pesquería del norte, a cerrar el acceso en 1985 en la VIII Región. La pesquería
mantuvo su ritmo expansivo, ingresando nuevos barcos, con permisos para las
regiones V, VI, VII o IX, lo que se detuvo recién con la dictación de la Ley de Pesca,
que declaró la plena explotación y cerró el acceso en todas las regiones, sin embargo
las capturas ya habían aumentado desde 500.OOO toneladas en1985 a 2,5 millones en
1991.

La Ley de Pesca de 1991, con el objeto de favorecer el desarrollo de San Antonio,
permitió el ingreso de una importante cantidad de barcos nuevos, que incorporaron
38.000 metros cúbicos de bodega al sistema sobre un 30 % del total.

Además de este aumento neto de metros cúbicos de bodega autorizados, se debe
considerar el proceso de renovación de la flota que cambiaba barcos antiguos por otros
15


nuevos de alta tecnología de captura, equipamiento electrónico, refrigeración y alta
velocidad de desplazamiento, guiando con ello un aumento adicional del esfuerzo,
manteniendo los metros cúbicos permitidos.

Este incremento en las capacidades de extracción, motivado por la competencia por la
pesca, llevó a aumentar los desembarques de jurel a mas de 4 millones de toneladas
en 1996. En ese momento se estimaba que la capacidad total de la flota superaba los 6
millones de toneladas. Una vez mas nos encontrábamos con un desequilibrio entre las
capacidades de pesca y los excedentes productivos, lo que se hizo absolutamente
evidente a partir de 1997-1998 con la irrupción del Fenómeno El Niño que motivó la
desaparición de los ejemplares adultos de la población de jurel, iniciando una etapa
tremendamente restrictiva, con más de 900 días de vedas a partir de 1997y una
disminución de 75% en las capturas, que sin duda ha generado una compleja y crítica
situación a los armadores pesqueros, que han debido sortear esta etapa con ajustes y
racionalizaciones de costos en todas sus operaciones.

Sin embargo, a pesar de las numerosas regulaciones dispuestas por la Autoridad, que
incluyen talla mínima de extracción, vedas, regulaciones de información, pescas de
investigación, cierre del acceso industrial y artesanal, no ha sido posible resolver los
problemas de la pesquería, encontrándose las empresas en una crítica situación y con
gran incertidumbre en el futuro, lo que ha incidido en la suspensión de las inversiones y
un alto desempleo.

Pesquería Demersal centro sur

Esta pesquería basada en las capturas de merluza común es desarrollada por
pescadores artesanales e industriales, entre la IV y X Regiones. Después de largos
años que se mantuvo con capturas entre 25.000 y 40.000 toneladas (1976-1987), tuvo
un proceso de crecimiento, que coincidió con el cierre de la pesquería al dictarse la Ley
de Pesca. Este cierre del acceso, a diferencia de los anteriores, se produjo en el
momento oportuno, cuando la capacidad de pesca se encontraba en equilibrio con los
excedentes productivos, lo que permitió una etapa de estabilidad e incluso moderado
crecimiento hasta 1995. La pesquería se administraba principalmente con acceso
cerrado y cuota global, dividida en fracciones artesanal e industrial y fraccionada en dos
períodos del año. En un escenario de equilibrio estas disposiciones fueron efectivas y
suficientes.

Sin embargo, en 1995, debido a las presiones de un grupo de pescadores artesanales
que comenzaron a operar ilegalmente con redes de arrastre, la Subsecretaría de Pesca
otorgó nuevos permisos de pesca, a lo que debe agregarse el ingreso de un nuevo
barco, que sustituyó otro más antiguo que prácticamente no operaba, se incrementó el
esfuerzo total sobre el recurso rompiendo el equilibrio existente. En los últimos dos
años la operación bajo un régimen de acceso cerrado con Cuota global, que había
funcionado correctamente durante 7 años, comenzó a demostrar una vez más que al
existir ahora una sobre-capacidad de pesca, se producen los incentivos perversos y se
Provoca la "carrera por la pesca”; lo que ha derivado en que la Autoridad deba
aumentar las cuotas para no paralizar la actividad y fraccionado la cuota en tres o más
16


períodos del año, intentando alargar la temporada de pesca hasta diciembre. Sin
embargo, las sub-cuotas se alcanzan cada vez con más rapidez, debiendo paralizar las
flotas durante mayores períodos.

Durante el presente año, la cuota que debía alcanzar hasta septiembre se copó en julio,
por lo que la Subsecretaría otorgó un suplemento como cuota de Septiembre, para
reiniciar y mantener actividades este mes. No obstante, la cuota del mes se capturó en
6 días. Una demostración más que la aplicación de cuotas globales, cualquiera sea la
forma en que se apliquen, provoca las "carreras olímpicas” las que serán tanto más
intensas o dramáticas según sea el nivel de desequilibrio existente entre la capacidad
de pesca y el recurso disponible.

Pesquería del loco y langostino colorado

A objeto de reforzar los efectos perversos de la "carrera olímpica”; así como constatar
que se produce en cualquier tipo de pesquería, incluidas las artesanales, es bueno
recordar otros dos ejemplos de la historia pesquera nacional. El recurso loco, cuya
extracción es realizada exclusivamente por el sector artesanal mediante buceo, es muy
apetecido en los mercados internacionales, lo que deriva en altos precios e importantes
ganancias a los pescadores, por lo que alcanzó gran notoriedad en la década de los 80,
llegando a extraerse 25.000 toneladas. Debido a los altos precios pagados por este
producto, se generaron fuertes incentivos pan ingresar al negocio, no existiendo
mecanismos para congelar el esfuerzo de pesca, lo que derivó en la incorporación
masiva de pescadores artesanales a la extracción de este recurso, los que fueron
agotando los bancos de locos a lo largo de todo el país. La Autoridad dispuso una talla
mínima de captura y vedas cada vez más prolongadas.

Hacia 1985, sólo quedaban zonas abundantes en ciertos sectores de la X a XII
Regiones del país. Miles de pescadores artesanales de la IV, V, VIII y otras Regiones
migraban a la X Región para extraer loco cuando se abría la temporada, trasladando los
botes en camiones y estableciendo ciudadelas cerca de los centros de extracción. La
competencia por el recurso era cada vez más intensa, generándose año tras año la
"carrera olímpica", que terminó el año 1988 con varios pescadores muertos en el fragor
de la "temporada de pesca anual", que a su vez duró un par de días. Los locos eran
capturados tres semanas antes por los pescadores, los que dejaban su producto en
mallas amarradas en el fondo del mar, proceso comúnmente conocido como
apozamiento, el que provocaba una pérdida de calidad del producto debido a la mala de
alimentación que, a su vez derivaba en canibalismo Una vez que se abría la temporada
de pesca, los pescadores no salían a extraer locos (lo que ya estaba hecho), sino a
traer los locos apozados, recepcionándose los primeros minutos después de la apertura
de la temporada, e iniciando una carrera por desembarcar la mayor cantidad de locos
antes que la Autoridad determinara el fin de la temporada. Durante esa temporada se
utilizaron helicópteros para agilizar las operaciones, producto de lo cual la cuota
estimada por la Autoridad fue DUPLICADA.
17


El resultado del libre acceso, controlado con cuotas de captura y vedas fue el colapso
de la pesquería: un cierre total por 3 años y una posterior reapertura a niveles de 3.000
toneladas.

El langostino colorado, que en la década de los 70 era una de las actividades más
relevantes para el sector pesquero y para ciertas zonas del país, como la V Región, con
30 a 40 mil toneladas de desembarque de un producto de alto valor comercial, sufrió
una fuerte sobre-explotación a principios de los 80, una vez más provocada por la
aplicación de un Régimen de libre acceso. Sin embargo la verdadera carrera olímpica
se produjo entre 1986 y 1989, aún con libre acceso, cuando en un marco de alta sobre
capacidad de pesca y una cuota de captura reducida (4.OOO toneladas.), las
expectativas de la Autoridad de mantener una actividad estable durante el año se vieron
fuertemente frustradas: el primer año la cuota se cumplió en un mes. El segundo año en
2 semanas y el tercer año en 3 días.

Producto de lo anterior, cuando la Autoridad determinó el cumplimiento de la cuota y la
suspensión de las faenas, la cuota se había superado en 80%. Las capacidades de
procesamiento de las plantas y de bodegas refrigeradas estaba copada, por lo que gran
parte de las capturas se descompuso, debiendo ser eliminada sin aprovecharla, La
materia prima utilizada se encontraba en malas condiciones, por lo que el producto final
no fue el óptimo, reduciéndose los precios obtenidos. Se perdieron los mercados al no
tener la posibilidad de abastecerlos en forma permanente durante el año.

Una vez más el resultado del libre acceso, regulado junto a vedas y cuotas de captura y
otras medidas fue el colapso y crisis de la pesquería, que debió ser sometida a una
veda de 3 años y su posterior reapertura a niveles de 3.000 toneladas.

Conclusiones

En síntesis, la historia de nuestras pesquerías nos demuestra que los mecanismos
disponibles en la actual legislación no han sido capaces de mantener los equilibrios
necesarios para asegurar la conservación del recurso en el largo plazo. A pesar de la
gran cantidad de regulaciones dispuestas por la autoridad, inevitablemente se han
producido procesos de sobre-capacidad de pesca que primero provocan ineficiencias
económicas y sociales, y que luego, tarde o temprano, terminan en la sobre-explotación
de los recursos.

Al respecto, es bueno destacar que sobre el 95% de nuestros desembarques se
encuentran sujetos al Régimen de plena explotación y con el acceso cerrado y que las
disposiciones que se han adoptado para regular la actividad pesquera aumentó de 133
en la década de los 80 a un total de 800 en los últimos 7 años. No siempre cantidad es
sinónimo de calidad y en regulación pesquera hemos podido apreciarlo. Se debe
considerar también que la sobre-regulación nos afecta en forma especial debido a que
el 90% de nuestra producción se destina a los mercados internacionales, fuertemente
competitivos, lo que nos obliga a lograr altos niveles de eficiencia en todas las etapas
del proceso productivo.
18


Asimismo, debe destacarse la necesidad que las medidas sean oportunas. En muchas
pesquerías el intento por mantener el equilibrio se produjo, pero se aplicó tarde, lo que
disipó la efectividad de las medidas. En la actualidad, enfrentamos una etapa crítica,
con la mayoría de los recursos en plena explotación, pero con equilibrios frágiles o que
se están perdiendo, por lo que resulta de máxima urgencia aplicar una solución
alternativa antes que se inicie la temporada 2001.

Nos hemos concentrado en las pesquerías chilenas porque estimamos importante
evaluar y aprender de nuestras propias experiencias, pero no se debe dejar de
considerar que haciendo un amplio análisis de las pesquerías internacionales, en todos
los países pesqueros del mundo donde la administración se concentra en el control del
esfuerzo, se produce una carrera por capturar el recurso, obligando a las empresas a
invertir fundamentalmente en flota para incrementar su potencial de extracción.

Cuando un recurso presenta síntomas de explotación excesiva, a nivel internacional los
Gobiernos han recurrido a diversos mecanismos para reducir el esfuerzo de pesca:

-     La compra de permisos o licencias de pesca para proceder al retiro efectivo de
      barcos (Caso Noruega).

-     La fijación de cuotas globales de captura, divididas por tipo de naves, por zonas
      geográficas, fraccionadas en el tiempo, etc. Sobre todo en países pesqueros el
      control es importante, debido a que en teoría se estima que manteniendo ese
      nivel de capturas se salvaguarda la conservación del recurso. Lamentablemente,
      la aplicación de esta medida ha motivado la generación de “carreras olímpicas" y
      la cuota ha sido vulnerada sistemáticamente, con todos los demás efectos
      perversos derivados de una extracción tan masiva en corto tiempo.

-     La asignación de fracciones de la cuota global de captura a los pescadores, lo
      que ha permitido en general ordenar el sistema y controlar la cantidad de pesca
      efectivamente, asegurando la conservación del recurso.

Finalmente, no es posible concluir sin antes referirse a un par de aspectos que han
emanado de la discusión del proyecto de modificación de la Ley de Pesca.

El libre acceso en las pesquerías chilenas, que ya han alcanzado el estado de plena
explotación es una verdadera aberración desde el punto de vista de la conservación del
recurso, como ha quedado absolutamente demostrado en la historia de las pesquerías
nacionales. El cierre del acceso a nuevos actores, independientemente de quienes
sean, es una condición imprescindible y mínima para asegurar la conservación de los
recursos, mundialmente aceptada no sólo por los Gobiernos y por la FAO, sino por
todos los foros pesqueros internacionales.

Por otra parte, en la economía mundial actual, inserta en un proceso de globalización
internacional, todos los sectores productivos de la economía han debido reorientar su
estrategia para enfrentar los mercados internacionales altamente eficientes y
competitivos, en los cuales las empresas chilenas deben competir con grandes
19


Compañías transnacionales. En ese contexto, se ha hecho necesario incrementar los
volúmenes de producción para poder competir internacionalmente, para ingresar a
ciertos mercados, para tener economías de escala y mantener una competitividad
internacional. La velocidad de los acontecimientos ha sido tan acelerada, que la única
forma de lograr estos volúmenes de producción en breve plazo ha sido la fusión de
compañías, lo que se ha ido traduciendo en la concentración de la producción en un
limitado número de empresas. Este proceso de concentración se ha repetido en
prácticamente todos los sectores de la economía nacional: líneas aéreas,
supermercados, banca, previsión social, seguros, energía, minería, etc.

Dentro del sector pesquero también se han producido en alguna medida procesos de
concentración en distintas pesquerías. El más reciente es el ocurrido durante 1999 en la
pesquería pelágica norte, en la cual una sola compañía representa del orden del 85%
de las capturas de la zona. El sector salmonero ha crecido desde 10.000 toneladas de
cosecha a 230.000 toneladas en 10 años, proceso que sólo ha sido posible a través de
fusiones de numerosas pequeñas compañías, produciéndose una concentración desde
45 a 22 empresas, estimándose que aún el proceso se encuentra en desarrollo.

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Principios de manejo pesquero

  • 1. PRINCIPIOS DE MANEJO DE RECURSOS PESQUEROS Cualquiera sea el modelo que nos entregue la mejor representación de la relación entre un stock y el esfuerzo pesquero, la relación observada es la siguiente: - Cuando el esfuerzo aumenta las capturas también lo hacen, al principio proporcionalmente; sin embargo, muy pronto la captura aumenta a una tasa menor que la del esfuerzo, dando como resultado una progresiva disminución de la captura por unidad de esfuerzo (c.p.u.e.). - Debido a que los costos de explotación son aproximadamente proporcionales al esfuerzo aplicado, la curva que relaciona el valor bruto de la captura con los costos de explotación tendrá forma de parábola, con un punto máximo, el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS); al aumentar el esfuerzo mas allá de este punto comenzará a decaer, haciendo no rentable la actividad. - Si no existen medidas de manejo la pesquería se desarrollará más allá del RMS, tanto como se pueda sostener la actividad sin ir a la quiebra (apoyo estatal en subsidios, préstamos preferenciales, preferencias aduaneras, rebaja en los combustibles, etc.). - Cuanto más rentable sea un recurso cuanto más rápido se desarrolla su pesquería y existe el peligro que esto ocurra más allá del nivel óptimo de pesca, antes de implementar medidas de manejo apropiadas. La pesquería de camarones de los EEUU es un ejemplo excelente de una pesquería manejada en forma deficiente. Esta pesquería se encuentra en un estado de “sobrepesca económica”. Existen demasiadas embarcaciones y demasiado personal y aún cuando las capturas se hayan estabilizado, los ingresos por pescador han disminuido. Con relación al plano teórico, en un esquema simplificado, el manejo de un recurso debe ser planificado con algunos principios fundamentales en mente: a) Es preferible intervenir muy tempranamente durante el desarrollo de una pesquería. De hecho es mucho más fácil disminuir la velocidad de expansión cuando parezca necesario que reducir los niveles de explotación cuando la situación se ha vuelto catastrófica, dado que las consecuencias sociales y económicas de corto plazo son entonces tan desastrosas que la aplicación de un programa de manejo sería extremadamente dolorosa. b) El manejo no debe considerarse como un proceso restrictivo y coercitivo sino como una actividad integrada que apoya el desarrollo de una pesquería desde sus inicios (incentivos financieros, préstamos, cruceros de investigación, programas de mejoramiento tecnológico, construcción de infraestructura) monitoreando el desarrollo como sus consecuencias, siguiendo el estado de los
  • 2. 2 recursos, estimaciones del potencial y estableciendo mecanismos regulatorios como cuotas de pesca, licencias, etc. cuando esto sea de utilidad. Es deseable tener los mecanismos legislativos y técnicos para poner freno en una pesquería bien establecida antes de que su uso se vuelva necesario. c) Una pesquería bien manejada crea una gran renta económica neta. Es importante decidir a niveles administrativos el destino de estos excedentes para evitar tensiones con otros sectores (por ejemplo el desarrollo de otras pesquerías, al tesoro nacional, etc.). d) El manejo exitoso está basado en una clara definición de los objetivos, en la disponibilidad de los datos adecuados (biológicos, socioeconómicos y políticos) para permitir la identificación de varias alternativas posibles y en el establecimiento de un mecanismo de consulta permanente entre la administración, la investigación y la explotación, mediante el cual la información disponible sea traducida en decisiones, las consecuencias de esas decisiones asumidas y los resultados usados como retroalimentación para mejorar o redefinir la estrategia de manejo.
  • 3. 3 OBJETIVOS DE MANEJO Una política de manejo eficiente está basada en una clara definición de los objetivos deseados y del establecimiento de un marco que permita la aplicación de las medidas necesarias. Algunos objetivos teóricos posibles para una pesquería son: - Conservación de los recursos en el largo plazo. - Maximización del rendimiento físico. - Maximización del valor total de la captura o de los ingresos de divisas. - Maximización de la renta económica neta. - Disminución de los costos de producción - Mejoramiento de las condiciones económicas y sociales de la mano de obra, mejores oportunidades de empleo o mejor redistribución de las utilidades. - Mejor nivel de explotación de las especies secundarias (generalmente descartadas, representando así un considerable desperdicio). - Mejorar la rentabilidad de las embarcaciones. En la práctica, la política de manejo será definida en cada caso particular a la luz del conocimiento científico y de los objetivos inmediatos, llevando en mente que los datos requeridos (biológicos y económicos) raramente están completamente disponibles, son lo suficientemente precisos o más aún, son confiables. RMS COMO UN OBJETIVO DE MANEJO La aparente simplicidad detrás del concepto del modelo de producción ha conducido a su uso intensivo durante los últimos 25 años por la mayoría de las organizaciones relacionadas con el manejo. La idea del RMS está basada en un modelo simple, el cual: 1.- Describe las características biológicas de un stock total en un modo comprensible para todos. 2.- Entrega una escala de valores para una pesquería. El RMS representa la “mejor situación” que podría alcanzarse y, todos los esfuerzos más allá del nivel que da el RMS están prohibidos. 3.- Proporciona una meta fácilmente adoptada por científicos, administradores y pescadores, sin embargo, tal como Gulland nos lo recordara (1969) “es dudoso si el logro de un RMS debería ser el objetivo de manejo, excepto bajo circunstancias muy especiales” Desde entonces, muchos autores han abundado en críticas de todo tipo a este concepto. A.- Argumentos biológicos: Proponerse alcanzar el Rendimiento Máximo sostenible (RMS) como objetivo presenta varios obstáculos serios, como por ejemplo:
  • 4. 4 - Disminución del potencial reproductivo.- Nos conduce a buscar la explotación cerca de la situación ideal donde la edad media en la captura se aproxima a la edad óptima (donde la biomasa de la cohorte está en el máximo). Dado que esta edad (topt) está muy cerca de la edad de primera madurez (t m) el potencial reproductivo sufre, el stock parental es reducido a individuos jóvenes, la fertilidad y la calidad de los huevos disminuye y el riesgo de una catástrofe aumenta (Larkin, 1977). - Empobrecimiento genético.- Causa la desaparición de los elementos con mayor velocidad de crecimiento de la población, lo que resulta en un empobrecimiento genético del stock. Según Larkin (1977) no hay duda alguna que muchos sub- stocks han desaparecido. - Stocks multiespecíficos.- El RMS es inadecuado para stocks multiespecíficos dado que el máximo para varios stocks con diferentes velocidades de crecimiento no puede ser obtenido al mismo tiempo y la suma de los RMS calculados para cada especie, será mayor que el RMS combinado que realmente podría ser alcanzado. De este modo se asume que la producción de una población es mas estable que la de sus componentes. Pareciera ser preferible el calcular un RMS total de las capturas de todas las especies juntas a efectos de evitar sobreestimaciones. - Criticismo de la idea de equilibrio.- La sola idea de equilibrio (estabilidad) inherente al concepto de RMS es desafiada dadas las variaciones en el reclutamiento anual y así, inevitablemente se producen variaciones de producción. Intentos forzados por alcanzar el RMS durante una secuencia de malos reclutamientos podrían conducir a una peligrosa inestabilidad del stock. Hay una tendencia a asumir que el esfuerzo sostenido en el nivel del f max permitirá en promedio obtener la captura promedio máxima alcanzable, dado que el rendimiento anual fluctuará debido a causas naturales hacia ambos lados del RMS. Según Doubleday (1976) y Sissenwine (1978), esto no es verdad ya que el RMS promedio es menor que el RMS, sobre todo cuando la variabilidad natural es alta. Entonces, todos los intentos por alcanzar el RMS conducirán a la sobre- explotación. Por otro lado, fijando la mortalidad por pesca (F) al nivel del F del RMS resulta en un RMS promedio que en el largo plazo es menor que el RMS estimado. B.- Argumentos técnicos: - Valor de las estadísticas.- La simplicidad del modelo está basada en la necesidad de estadísticas pesqueras elementales para su aplicación específica. Las estadísticas oficiales son incompletas y en gran medida imprecisas, aún cuando los estadísticos dirían que ellas son más precisas que exactas. Esto es incierto cuando hablamos de algún stock multiespecífico donde la carencia de estadísticas de buena calidad producen datos de rendimiento y esfuerzo imprecisos por especie, aún cuando para todo el stock sean mejores. Por
  • 5. 5 ejemplo en las pesquerías de camarones tropicales, se carece totalmente de información proveniente de las pesquerías artesanales. - Métodos de regresión.- Sissenwine (1978) critica el uso de regresión de la c.p.u.e. y el esfuerzo cuando el esfuerzo es determinado dividiendo la captura por la c.p.u.e. y a esto se agrega la “suavización” producida por la utilización de promedios móviles a series de esfuerzo para llenar las lagunas producidas por falta de información. - Valor limitado en el manejo.- Además de las consideraciones ya listadas, otra de las desventajas del concepto de RMS es su nula utilidad para predecir las consecuencias de cambios en el vector de mortalidad por pesca (F) ya sea estacional o por grupos de edad, haciendo imposible predecir los resultados de un cambio de tamaño de malla, una veda o un aumento en el esfuerzo de la flota artesanal. C.- Argumentos socioeconómicos: Desde el año 1995 que Christy y Scott han enfatizado acerca de la incapacidad del modelo de RMS para considerar los factores sociales (generación de empleos, calidad del empleo, beneficios colaterales) y económicos (costos, retornos, utilidades, etc.) en sus evaluaciones. D.- Conclusiones: Las dificultades de usar el concepto de RMS como un objetivo de manejo radica en que el logro de alcanzar el máximo físico de captura (en peso o en valor), no es un objetivo justificable dada la dificultad de alcanzarlo y sólo se puede aproximar a expensas de algún peligro para la reproducción o la estabilidad del recurso y a través de un aumento de costos indebido que no se justifica por el aumento de las capturas. Propuestas alternativas al RMS sin embargo son raras y carecen de precisión, aún cuando se ha popularizado el concepto de Rendimiento Optimo Sostenible –ROS- el cual partiendo del RMS es modificado por variables económicas y sociales. A pesar de todo, el RMS aún parece ser una cantidad que es útil definir. Representa una variable que debería ser identificada y no excedida, pero no necesariamente ser un objetivo a alcanzar. Parece entonces aconsejable definir como objetivo de manejo un punto a la izquierda del RMS; así es como se introduce el concepto del Rendimiento Económico Sostenible –RES- el cual equivale al 75 % del RMS. METODOS DE MANEJO Estos pueden ser clasificados en dos grupos, los cuales no son enteramente distintos uno del otro: métodos para regular los tamaños capturados y aquellos que regulan el esfuerzo pesquero.
  • 6. 6 A.- Regulación del tamaño capturado.- Todos los métodos que pueden ser considerados bajo este encabezado dan como resultado una disminución en la mortalidad de los juveniles con la esperanza de mejorar la producción hasta el punto en que el potencial ganado debido al crecimiento de los sobrevivientes, compensará las pérdidas causadas por la mortalidad natural. Esto puede ser logrado ya sea regulando el tamaño de las mallas, estableciendo una talla mínima de peces desembarcados, regulando la explotación en las zonas de crianza de juveniles (nurseries) o bien mediante vedas durante las migraciones de juveniles de lagunas costeras al mar, como ocurre en el caso de los camarones y langostas. Dado a que ninguna de estas medidas tiene influencia sobre el tamaño de la flota, no pueden evitar, en el largo plazo, que las inversiones y los costos sean excesivos. A1.- Regulación del tamaño de malla Según Gulland (1972), la regulación del tamaño de malla no es efectiva como método ya que el proceso de selectividad no es igual para todas las especies, dependiendo del tipo de estructuras corporales que posean, retendrán o dejarán escapar una especie. Generalmente la regulación se efectúa en base a la especie objetivo, pero junto a ella se captura una gran cantidad de fauna acompañante, para la cual el tamaño de malla debería ser distinto. Un caso típico se presenta en las pesquerías de camarones donde la malla actualmente en uso 1 3/4 “ permite la captura de una gran cantidad de diferentes especies de peces juveniles (más de 40 especies) con el consiguiente daño ecológico que esto conlleva. Aún cuando existen regulaciones del tamaño de malla en numerosos países desde hace varias décadas atrás, a menudo los pescadores no respetan estas disposiciones de los siguientes modos: - usando mallas diferentes a las permitidas - recubriendo el copo de las redes ya sea por dentro o por fuera con redes de mallas más finas - superponiendo dos capas de red con tamaño de malla legal, lo que resulta en un tamaño de malla igual a la mitad del tamaño original - colocando un gran peso en el copo de manera de conseguir un máximo estiramiento de la red, lo cual disminuya el tamaño de malla Es importante hacer notar que cuando el reclutamiento es intenso y se produce en un corto período de tiempo, el establecer un período de veda justo antes de que ocurra, produce un efecto similar al de controlar el tamaño de malla. A2.- Tamaño mínimo de desembarque Este tipo de regulación pretende hacer poco atractivo realizar faenas donde se concentran los juveniles y disminuir la tentación para evadir las regulaciones del tamaño de malla. Los especialistas concuerdan que esta medida ha probado ser
  • 7. 7 un método ineficiente cuando es usada sin combinación con alguna otra medida. Obliga a los pescadores a deshacerse de los juveniles capturados lo cual involucra pérdida de tiempo en seleccionar la captura y como generalmente los ejemplares bajo talla se regresan al mar ya muertos, los efectos en la conservación del recurso son nulos. En general, en los casos en que se aplica esta medida, obedece mas bien a razones comerciales mas que biológicas. A3.- Manejo y protección de áreas de crianza Los primeros estadios de muchas especies donde el crecimiento es muy rápido, ocurren en lugares muy precisos, por ejemplo camarones y langostas en lagunas costeras de manglares; pelágicos menores (sardinas, anchovetas) en zonas costeras cercanas a las desembocaduras de ríos, etc. y la protección de esta etapa de la vida se presenta como una conservación del hábitat. A4.- Prohibición de pesca Generalmente los juveniles se acercan a las costas donde son capturados por las flotas artesanales; al crecer van migrando a aguas más profundas donde comienzan a ser capturados por barcos industriales (arrastreros por ejemplo). Aquellas áreas donde se ubican juveniles bajo la talla mínima permitida, deberían permanecer siempre cerradas para todo tipo de pesca. A5.- Manejo del ambiente Las áreas de crianza deben ser protegidas del daño que produce la contaminación. La localización de estas áreas donde se concentran los juveniles debería ser considerada cuando se determinan los lugares donde se instalarán industrias contaminantes o desarrollos urbanos. La rehabilitación biológica de hábitats que han sido degradados es una medida de manejo que puede dar buenos resultados. Por otro lado, la destrucción de la vegetación acuática (praderas naturales) puede causar una baja apreciable en la producción. A6.- Vedas La actividad pesquera puede ser cerrada en los momentos picks del reclutamiento, evitando así la explotación de las concentraciones de juveniles que aún no alcanzan la madurez sexual. El cierre de faenas de pesca durante las concentraciones de desove también contribuye a proteger el futuro reclutamiento al aumentar la masa desovante. El aspecto económico y social de la aplicación de vedas también debe ser tomado en consideración a la hora de decidir su aplicación y deberían ser coordinadas a efectos de usar el tiempo de inactividad para efectuar mantenimiento y reparaciones en flota y plantas. B.- Control del esfuerzo pesquero.- Una medida de manejo de este tipo puede dar como resultado una disminución de los costos y un aumento de la captura y su valor. Dos tipos de regulaciones pueden ser consideradas: aquellas que
  • 8. 8 persiguen limitar la eficiencia de pesca individual y aquellas que buscan limitar la capacidad de la flota. B1.- Limitación de la eficiencia de pesca Esta medida raramente es aplicada en las operaciones pesqueras donde la innovación es la regla, permitiendo un mejoramiento continuo de la eficiencia de pesca. Disminuir la eficiencia de pesca de una flota significa incrementar los costos ya que lo que las empresas buscan es precisamente lo contrario: mejores embarcaciones, mayor poder de pesca a menores costos. Esta medida sólo se podría justificar económicamente si ella sirve para evitar la destrucción de juveniles o de especies asociadas a la especie objetivo. B2.- Cuota de captura o esfuerzo El fijar períodos de veda también parece ser una manera indirecta, costosa e ineficiente de limitar la eficiencia de pesca. Este es el caso cuando la pesca es discontinuada cuando el esfuerzo o la captura han alcanzado un cierto nivel (Ver Anexo 1 caso de las pesquerías chilenas). Esta medida disminuye los costos de operación en combustible pero si no es acompañada de una limitación de la flota, por lo general no es suficiente para evitar la sobreinversión en el largo plazo. Mucho se ha dicho que cuando se trata con especies que tienen un ciclo de vida corto como las sardinas y las anchovetas, camarones y algunos peces tropicales, la regulación mediante una cuota anual es inadecuada. De hecho, cada pescador tratando de alcanzar una mayor porción de la cuota total tiende a aumentar su poder de pesca y especialmente tiende a concentrar sus operaciones cada vez mas temprano al inicio de la temporada. La misma captura total estaría así compuesta por un número creciente de juveniles que podrían causar un aumento paralelo en la mortalidad por pesca para la misma captura total. Ante tal situación, la medida regulatoria no logrará el resultado esperado, el cual es mantener la tasa de explotación a un nivel deseado. Aún más, podría tener un efecto perjudicial a nivel económico. Nada impediría que las inversiones excedieran seriamente el nivel que sería necesario normalmente si las operaciones pesqueras estuvieran uniformemente distribuidas a lo largo del año. El esfuerzo anual podría estar mejor distribuido estableciendo cuotas por períodos cortos (trimestral por ejemplo) y así dar una mejor distribución de la explotación a través del ciclo anual. En todo caso siempre, una medida de este tipo será más difícil de aplicar y controlar. A escala operacional, el establecimiento de cuotas de captura para controlar la mortalidad por pesca también implica que la autoridad responsable del manejo debería estar informada en el corto plazo de las capturas actualmente realizadas, a efectos de no aplicar el término del período de operaciones cuando la cuota ya ha sido sobrepasada con largueza.
  • 9. 9 B3.- Limitación del acceso a la pesquería Ninguna de estas medidas recomendadas anteriormente pueden por sí solas evitar la sobre-explotación. A lo mucho la situación de los stocks puede mejorarse y la rentabilidad incrementarse temporalmente. Sin embargo rápidamente estas mejorías estimulan a los dueños de embarcaciones a invertir en esfuerzos suplementarios, los cuales desperdiciarán cualquier beneficio que las medidas regulatorias pudiesen haber producido. La regulación del nivel de explotación controlando directamente el poder de pesca de una flota, por ejemplo limitando el número de barcos o de redes, evita tales dificultades. No sólo previene la sobre-explotación biológica del stock sino que también permite minimizar los costos de explotación. Por lo demás, si el esfuerzo requerido para obtener el nivel óptimo de explotación es sobrestimado, tal regulación no implica el mismo daño que surgiría de una regulación por cuota de captura si el rendimiento promedio máximo es sobrestimado. En vista del corto ciclo de vida de las especies explotadas y del hecho de que las variaciones en la abundancia año tras año son mayores que la variación en capturabilidad y, debido a que este método proporciona la posibilidad de controlar tanto la captura como los costos de explotación, se debería dar preferencia a las regulaciones que limitan el número de embarcaciones y el número de artes de pesca. Esto se puede lograr limitando el número de embarcaciones de la flota nacional al igual que las licencias de pesca entregadas a flotas extranjeras en aquellos países donde se permite el acceso a flotas de otras naciones. En este último caso, las licencias deben establecer los límites de tamaño y otras características que afectan el poder de pesca de las embarcaciones, el tipo de arte de pesca a utilizar y las especies permitidas para capturar. Limitar el número de unidades de pesca es simple de aplicar, especialmente si se aplica temprano en el desarrollo de una pesquería, pero el control de la explotación limitando el esfuerzo también involucra la estimación y monitoreo del desempeño de los diferentes tipos de embarcaciones y sobre todo, del aumento de la eficiencia que ciertamente vendrá a continuación producto de innovaciones tecnológicas (aumento del poder de pesca) o por el mejoramiento en la distribución espacio-temporal de las operaciones pesqueras (aumento global del coeficiente de capturabilidad). La introducción de un sistema de manejo mediante el otorgamiento de licencias tiene ventajas y desventajas. Uno de los aspectos esenciales es que esta regulación resultará en utilidades sustanciales que serán compartidas sólo por los tenedores de licencias, lo cual se suma al valor mismo de la licencia. Este fenómeno crea algunas tensiones con aquellos empresarios que desean tener acceso a la pesquería.
  • 10. 10 La introducción de una tarifa alta por licencia permitirá a la administración pesquera recuperar parte de los excedentes de valor creados por el manejo y desalentará nuevas solicitudes de licencias. Según Gulland (1978), el establecer una tarifa por licencia que vaya gradualmente aumentando su valor a medida que se aproxima al nivel de esfuerzo pesquero óptimo debería progresivamente desalentar futuras solicitudes dado que tanto los pescadores como los administradores llegarán a la misma conclusión con relación a los niveles de utilidad de la pesquería. El valor potencial de una licencia puede ser usado para estimular la explotación de zonas menos frecuentadas o de especies que carecen de interés para los pescadores. Por otra parte, según Bowen (1975), la seguridad que entrega un sistema de licencias posterga la búsqueda de nuevas zonas de pesca, crea situaciones de frustración cercanas al monopolio y aumenta artificialmente el valor de los barcos con licencia, crea una complicada discriminación contra los pescadores que están fuera del sistema y permite sobrevivir a unidades de pesca ineficientes. Resumiendo: Haysom (1977) observó que el resultado de la limitación del acceso a la pesquería de Moreton Bay (Australia), enfatizó que tal sistema dio muchos problemas sociales y económicos, especialmente si el stock es sobreexplotado; por lo tanto la decisión de entregar licencias debe estar basada en un análisis socioeconómico apropiado. DISCUSION: Existen diversos métodos disponibles para el manejo de las pesquerías. Cual de ellos sea aplicable dependerá del conocimiento científico disponible, de las variables socioeconómicas y de los objetivos buscados. El manejo debería ser un proceso integrado durante el desarrollo de una pesquería, desde la promoción en sus inicios hasta la definición del esquema óptimo de manejo, vigilancia y monitoreo del estado del recurso. Aún más, el manejo debe tomar en consideración las interacciones con otras pesquerías (destrucción de juveniles de peces por acción de los barcos camaroneros, por ejemplo). La pesquería que puede comenzar capturando camarones podría mas tarde ser progresivamente diversificada para incluir los peces, haciendo obligatorio para cada barco autorizado desembarcar una cierta cantidad de toneladas de pescado, incluso si es necesario, realizando modificaciones a las embarcaciones. El estudio de la relación entre el rendimiento total (en captura o en valor) y las diversas combinaciones de niveles de explotación es compleja y requiere del uso de técnicas de simulación. Cuando el recurso explotado está compuesto por varias especies, la definición de la unidad de stock es algo complicada. En este caso, el manejo del recurso debe tomar en
  • 11. 11 consideración el total de los sub-stocks interrelacionados e intentar armonizar las regulaciones y obtener la distribución espacio-temporal óptima del esfuerzo pesquero. El manejo de stocks vírgenes es un problema particular, es bueno recordar la secuencia de acciones propuesta por Gulland en 1972 y adoptada por ciertos stocks australianos: 1.- Efectuar una primera estimación del potencial y del número máximo de embarcaciones a ser autorizadas, basados en la superficie del área de distribución del recurso y al mismo tiempo efectuar una comparación con otro stock en zonas homologables. 2.- Emitir un número limitado de licencias por debajo de la cantidad máxima y requerir la provisión de estadísticas detalladas (bitácoras de pesca) como una de las condiciones obligatorias para otorgar una licencia. 3.- Seguir las actividades de las embarcaciones autorizadas por 2 o 3 años. La longitud del período de prueba podría estar asociada con la estabilidad del stock. 4.- Al final de este período, volver a estimar el máximo y corregir el número de licencias si es necesario y al mismo tiempo mantener el número de licencias por debajo del nuevo máximo. Se recomienda entregar sólo licencias “condicionales” y no dar garantía alguna de renovación, sino que esta estará sujeta a la reevaluación del estado del stock. 5.- Realizar un estudio de rentabilidad de las embarcaciones. 6.- Calcular los retornos netos y si éstos son muy grandes decidir acerca de su utilización (pago de derechos de pesca, obligación de desembarcar otras especies, generación de empleos instalando plantas de proceso en tierra, etc.). 7.- Los pasos del 3 al 6 se deben repetir periódicamente.
  • 12. 12 ANEXO1 HISTORIA DE LAS PRINCIPALES PESQUERÍAS CHILENAS Pesguería demersal sur-austral Es una pesquería multiespecífica que se desarrolla en las Regiones X, XI y XII, una zona geográfica única en el país, que la Autoridad ha dividido administrativamente en 4 zonas, por lo que se constituye en una pesquería de gran complejidad. Además en la zona industrial operan barcos hieleros y fábrica, algunos utilizando espineles y otros redes de arrastre. Esta pesquería se inicia a comienzos de los 80, con la operación de una docena de barcos arrastreros, orientados a la extracción de merluza austral. Debido a los buenos rendimientos y precios se generó gran interés de múltiples empresas por ingresar a esta novel actividad Como existía un régimen de libertad de pesca se produjo el ingreso de un elevado número de barcos industriales de distinto tipo y una gran inmigración de pescadores artesanales a la zona. Este permanente crecimiento del esfuerzo pesquero se reflejó en las capturas que aumentaron desde 45.000 ton en 1980 a 108.600 ton en 1989. La autoridad de la época, basada en los estudios disponibles determinó que el recurso se encontraba en peligro de sobre-explotación, sin embargo debido a la carencia de facultades legales, no pudo cerrar la pesquería y sólo adoptó vedas y tamaños mínimos de captura, por lo que la flota siguió creciendo hasta alcanzar 158 barcos industriales y sobre 6.000 pescadores artesanales. Recién en 1989, con el decreto N° 291 se pudo cerrar el acceso a nuevas naves, posteriormente reforzado con la Ley de Pesca, impidiendo que la flota siguiera creciendo. No obstante, la medida era tardía, debido a que existía un desnivel entre la capacidad extractiva de la flota autorizada y los excedentes de los recursos pesqueros de la zona. Se inició entonces una fase de sobre-explotación durante los últimos años de la década del 80, comenzando a descender los rendimientos de pesca y por ello los resultados económicos de muchas empresas, que debieron paralizar y cesar sus operaciones, produciéndose durante los primeros años de los 90 un ajuste severo en el sector industrial, que pasó de aproximadamente 40 empresas a 9 y de 158 barcos a 25. Las capturas de las principales especies disminuyeron un 65%, estabilizándose en los últimos 3 años en torno a 24.OOO toneladas de merluza austral y 5.500 de congrio dorado. Es importante destacar que este colapso y todas sus consecuencias económicas y sociales, se produce, primero por la carencia de elementos de administración y, segundo, por la no-aplicación oportuna de las medidas adecuadas. De la misma forma, aunque sólo en 1992, se cerró el acceso a nuevos pescadores artesanales, medida también aplicada retrasadamente. En este caso no se ha producido ningún ajuste, por lo que se mantiene el elevado número de pescadores y naves artesanales, lo que provoca intensas "carreras olímpicas" y sus temporadas de
  • 13. 13 pesca son cada vez más breves. La Subsecretaría, para resolver este problema ha impuesto cuotas mensuales de pesca al sector artesanal. No ha sido solución, debido a que la cuota mensual se captura en uno o dos días, situación que se repite todos los meses. Producido el ajuste en empresas y flotas, el conjunto remanente comenzó un período de diversificación de actividades incorporándose en forma intensiva recursos disponibles en la zona como el bacalao de profundidad, merluza de cola y merluza de tres aletas. En este proceso se incorporaron modernas tecnologías de captura y proceso. Esta industria, orientada desde sus inicios a la elaboración de productos de consumo humano, le ha dado valor a sus capturas, generando numerosos empleos, con el consiguiente impacto social positivo en las dos Regiones más aisladas del país. El ajuste en el sector industrial, permitió que se generara un precario equilibrio en el sector industrial, pudiendo los actores que permanecieron continuar con sus actividades con cierta estabilidad, en tomo a las 24.OOO toneladas de merluza austral y 5.500 toneladas de congrio dorado. Sin embargo, este equilibrio, tan dificultosamente logrado y de alto costo para las compañías, ha estado en permanente peligro de verse alterado por el excesivo esfuerzo de pesca en los últimos años. Aún existe una situación de fragilidad tanto para el recurso como para los agentes que participan, a pesar de estar ante una de las actividades más reguladas de la economía, con 97 disposiciones adoptadas por la Autoridad pesquera en el período l990~1998, entre las que se contemplan regulaciones por artes de pesca, talla mínima, vedas por época y vedas por zona geográfica, limitación del acceso industrial y artesanal, cuotas globales divididas por zonas, épocas, tipos de naves y especies, entre otras. En síntesis, habiendo agotado todas las posibilidades en el marco de la actual ley de pesca, es obvia la carencia de las herramientas de administración adecuadas para una correcta administración, haciéndose imprescindible la aplicación de nuevas alternativas, existiendo en el ámbito nacional e internacional experiencia sobre la materia. Pesquería Pelágica Norte La pesquería pelágica de la zona norte, la principal actividad pesquera del país durante muchos años tuvo, entre 1960 y 1970, una etapa de crecimiento hasta alcanzar 1 millón de toneladas, produciéndose una declinación del recurso objetivo (anchoveta) entre 1973 y 1984. Sin embargo, esto provocó el crecimiento de una especie competidora, la sardina española, que aprovechando la fragilidad de la anchoveta ocupó su nicho y tuvo un crecimiento que permitió, bajo un régimen de libre acceso, una etapa expansiva a la industria de la zona, que culminó en 1986 con 3,5 millones de toneladas. La Autoridad de la época, haciendo un diagnóstico adecuado sobre los peligros de este crecimiento, pero sin las herramientas legales necesarias sólo en 1985 pudo cerrar el acceso a nuevas naves (Decreto que fue cuestionado hasta 1989, cuando la Ley de pesca reforzó el cierre de esta pesquería). Sin embargo, ya existía una gran sobre-capacidad de pesca, el comentado desequilibrio entre la capacidad de pesca y la capacidad productiva del recurso, lo que derivó en la
  • 14. 14 sobre-explotación y posterior colapso de la sardina española. Afortunadamente para estas Regiones, la debilidad de la sardina ha sido aprovechada por la anchoveta para crecer y ocupar nuevamente este nicho, aunque sólo a niveles de 1,5 a 2 millones de toneladas, por lo cual quedó una excesiva capacidad de pesca, adquirida para capturar sobre 4 millones de toneladas. A pesar de la aplicación de diversas vedas, pescas de investigación, tamaños mínimos de captura para sardina española y jurel, prohibición de pescar en las primeras millas costeras y restricción del acceso industrial y artesanal, la tardía aplicación del cierre del acceso y la posterior disminución de la biomasa dejó una importante sobre inversión, lo que provocaba anualmente "carreras olímpicas" por el recurso, con todos los efectos negativos que esta situación conlleva. Lo anterior hizo necesario que el sector industrial se ajustara a los nuevos niveles de equilibrio, lo que se produjo a través de fusiones de las principales empresas entre 1992 y 1994. Sin embargo, esta situación se acentuó con la irrupción del fenómeno El Niño 1997-1998, el cual afecta particular e intensamente a la anchoveta, que se escapa de estas aguas más calientes y carentes de alimentos provocando disminuciones de capturas de un 70%, lo que derivó en un nuevo y doloroso proceso de ajustes. Debido a lo expuesto, y no existiendo soluciones en el marco legal vigente, las tres principales empresas de la zona, como una forma de soportar las difíciles condiciones imperantes y no tener que realizar ajustes mas severos aún, decidieron fusionarse en una sola y gran compañía, lo que les ha permitido eliminar la competencia entre ellas por el pescado, lo que a su vez derivó en el fin de las carreras olímpicas, mejorando la calidad del recurso capturado, reduciendo los costos de operación, tener economías de escala y volúmenes de operación que les permite ser competitivos a nivel internacional, en una economía globalizada donde los competidores son grandes empresas internacionales. Pesquería Pelágica centro sur A inicios de la década de los 80 se comienza a producir un proceso expansivo de la pesquería pelágica Centro sur, concentrado básicamente en el recurso jurel y en la VIII Región, lo que indujo a la Autoridad, en concordancia con lo que entonces ocurría en la pesquería del norte, a cerrar el acceso en 1985 en la VIII Región. La pesquería mantuvo su ritmo expansivo, ingresando nuevos barcos, con permisos para las regiones V, VI, VII o IX, lo que se detuvo recién con la dictación de la Ley de Pesca, que declaró la plena explotación y cerró el acceso en todas las regiones, sin embargo las capturas ya habían aumentado desde 500.OOO toneladas en1985 a 2,5 millones en 1991. La Ley de Pesca de 1991, con el objeto de favorecer el desarrollo de San Antonio, permitió el ingreso de una importante cantidad de barcos nuevos, que incorporaron 38.000 metros cúbicos de bodega al sistema sobre un 30 % del total. Además de este aumento neto de metros cúbicos de bodega autorizados, se debe considerar el proceso de renovación de la flota que cambiaba barcos antiguos por otros
  • 15. 15 nuevos de alta tecnología de captura, equipamiento electrónico, refrigeración y alta velocidad de desplazamiento, guiando con ello un aumento adicional del esfuerzo, manteniendo los metros cúbicos permitidos. Este incremento en las capacidades de extracción, motivado por la competencia por la pesca, llevó a aumentar los desembarques de jurel a mas de 4 millones de toneladas en 1996. En ese momento se estimaba que la capacidad total de la flota superaba los 6 millones de toneladas. Una vez mas nos encontrábamos con un desequilibrio entre las capacidades de pesca y los excedentes productivos, lo que se hizo absolutamente evidente a partir de 1997-1998 con la irrupción del Fenómeno El Niño que motivó la desaparición de los ejemplares adultos de la población de jurel, iniciando una etapa tremendamente restrictiva, con más de 900 días de vedas a partir de 1997y una disminución de 75% en las capturas, que sin duda ha generado una compleja y crítica situación a los armadores pesqueros, que han debido sortear esta etapa con ajustes y racionalizaciones de costos en todas sus operaciones. Sin embargo, a pesar de las numerosas regulaciones dispuestas por la Autoridad, que incluyen talla mínima de extracción, vedas, regulaciones de información, pescas de investigación, cierre del acceso industrial y artesanal, no ha sido posible resolver los problemas de la pesquería, encontrándose las empresas en una crítica situación y con gran incertidumbre en el futuro, lo que ha incidido en la suspensión de las inversiones y un alto desempleo. Pesquería Demersal centro sur Esta pesquería basada en las capturas de merluza común es desarrollada por pescadores artesanales e industriales, entre la IV y X Regiones. Después de largos años que se mantuvo con capturas entre 25.000 y 40.000 toneladas (1976-1987), tuvo un proceso de crecimiento, que coincidió con el cierre de la pesquería al dictarse la Ley de Pesca. Este cierre del acceso, a diferencia de los anteriores, se produjo en el momento oportuno, cuando la capacidad de pesca se encontraba en equilibrio con los excedentes productivos, lo que permitió una etapa de estabilidad e incluso moderado crecimiento hasta 1995. La pesquería se administraba principalmente con acceso cerrado y cuota global, dividida en fracciones artesanal e industrial y fraccionada en dos períodos del año. En un escenario de equilibrio estas disposiciones fueron efectivas y suficientes. Sin embargo, en 1995, debido a las presiones de un grupo de pescadores artesanales que comenzaron a operar ilegalmente con redes de arrastre, la Subsecretaría de Pesca otorgó nuevos permisos de pesca, a lo que debe agregarse el ingreso de un nuevo barco, que sustituyó otro más antiguo que prácticamente no operaba, se incrementó el esfuerzo total sobre el recurso rompiendo el equilibrio existente. En los últimos dos años la operación bajo un régimen de acceso cerrado con Cuota global, que había funcionado correctamente durante 7 años, comenzó a demostrar una vez más que al existir ahora una sobre-capacidad de pesca, se producen los incentivos perversos y se Provoca la "carrera por la pesca”; lo que ha derivado en que la Autoridad deba aumentar las cuotas para no paralizar la actividad y fraccionado la cuota en tres o más
  • 16. 16 períodos del año, intentando alargar la temporada de pesca hasta diciembre. Sin embargo, las sub-cuotas se alcanzan cada vez con más rapidez, debiendo paralizar las flotas durante mayores períodos. Durante el presente año, la cuota que debía alcanzar hasta septiembre se copó en julio, por lo que la Subsecretaría otorgó un suplemento como cuota de Septiembre, para reiniciar y mantener actividades este mes. No obstante, la cuota del mes se capturó en 6 días. Una demostración más que la aplicación de cuotas globales, cualquiera sea la forma en que se apliquen, provoca las "carreras olímpicas” las que serán tanto más intensas o dramáticas según sea el nivel de desequilibrio existente entre la capacidad de pesca y el recurso disponible. Pesquería del loco y langostino colorado A objeto de reforzar los efectos perversos de la "carrera olímpica”; así como constatar que se produce en cualquier tipo de pesquería, incluidas las artesanales, es bueno recordar otros dos ejemplos de la historia pesquera nacional. El recurso loco, cuya extracción es realizada exclusivamente por el sector artesanal mediante buceo, es muy apetecido en los mercados internacionales, lo que deriva en altos precios e importantes ganancias a los pescadores, por lo que alcanzó gran notoriedad en la década de los 80, llegando a extraerse 25.000 toneladas. Debido a los altos precios pagados por este producto, se generaron fuertes incentivos pan ingresar al negocio, no existiendo mecanismos para congelar el esfuerzo de pesca, lo que derivó en la incorporación masiva de pescadores artesanales a la extracción de este recurso, los que fueron agotando los bancos de locos a lo largo de todo el país. La Autoridad dispuso una talla mínima de captura y vedas cada vez más prolongadas. Hacia 1985, sólo quedaban zonas abundantes en ciertos sectores de la X a XII Regiones del país. Miles de pescadores artesanales de la IV, V, VIII y otras Regiones migraban a la X Región para extraer loco cuando se abría la temporada, trasladando los botes en camiones y estableciendo ciudadelas cerca de los centros de extracción. La competencia por el recurso era cada vez más intensa, generándose año tras año la "carrera olímpica", que terminó el año 1988 con varios pescadores muertos en el fragor de la "temporada de pesca anual", que a su vez duró un par de días. Los locos eran capturados tres semanas antes por los pescadores, los que dejaban su producto en mallas amarradas en el fondo del mar, proceso comúnmente conocido como apozamiento, el que provocaba una pérdida de calidad del producto debido a la mala de alimentación que, a su vez derivaba en canibalismo Una vez que se abría la temporada de pesca, los pescadores no salían a extraer locos (lo que ya estaba hecho), sino a traer los locos apozados, recepcionándose los primeros minutos después de la apertura de la temporada, e iniciando una carrera por desembarcar la mayor cantidad de locos antes que la Autoridad determinara el fin de la temporada. Durante esa temporada se utilizaron helicópteros para agilizar las operaciones, producto de lo cual la cuota estimada por la Autoridad fue DUPLICADA.
  • 17. 17 El resultado del libre acceso, controlado con cuotas de captura y vedas fue el colapso de la pesquería: un cierre total por 3 años y una posterior reapertura a niveles de 3.000 toneladas. El langostino colorado, que en la década de los 70 era una de las actividades más relevantes para el sector pesquero y para ciertas zonas del país, como la V Región, con 30 a 40 mil toneladas de desembarque de un producto de alto valor comercial, sufrió una fuerte sobre-explotación a principios de los 80, una vez más provocada por la aplicación de un Régimen de libre acceso. Sin embargo la verdadera carrera olímpica se produjo entre 1986 y 1989, aún con libre acceso, cuando en un marco de alta sobre capacidad de pesca y una cuota de captura reducida (4.OOO toneladas.), las expectativas de la Autoridad de mantener una actividad estable durante el año se vieron fuertemente frustradas: el primer año la cuota se cumplió en un mes. El segundo año en 2 semanas y el tercer año en 3 días. Producto de lo anterior, cuando la Autoridad determinó el cumplimiento de la cuota y la suspensión de las faenas, la cuota se había superado en 80%. Las capacidades de procesamiento de las plantas y de bodegas refrigeradas estaba copada, por lo que gran parte de las capturas se descompuso, debiendo ser eliminada sin aprovecharla, La materia prima utilizada se encontraba en malas condiciones, por lo que el producto final no fue el óptimo, reduciéndose los precios obtenidos. Se perdieron los mercados al no tener la posibilidad de abastecerlos en forma permanente durante el año. Una vez más el resultado del libre acceso, regulado junto a vedas y cuotas de captura y otras medidas fue el colapso y crisis de la pesquería, que debió ser sometida a una veda de 3 años y su posterior reapertura a niveles de 3.000 toneladas. Conclusiones En síntesis, la historia de nuestras pesquerías nos demuestra que los mecanismos disponibles en la actual legislación no han sido capaces de mantener los equilibrios necesarios para asegurar la conservación del recurso en el largo plazo. A pesar de la gran cantidad de regulaciones dispuestas por la autoridad, inevitablemente se han producido procesos de sobre-capacidad de pesca que primero provocan ineficiencias económicas y sociales, y que luego, tarde o temprano, terminan en la sobre-explotación de los recursos. Al respecto, es bueno destacar que sobre el 95% de nuestros desembarques se encuentran sujetos al Régimen de plena explotación y con el acceso cerrado y que las disposiciones que se han adoptado para regular la actividad pesquera aumentó de 133 en la década de los 80 a un total de 800 en los últimos 7 años. No siempre cantidad es sinónimo de calidad y en regulación pesquera hemos podido apreciarlo. Se debe considerar también que la sobre-regulación nos afecta en forma especial debido a que el 90% de nuestra producción se destina a los mercados internacionales, fuertemente competitivos, lo que nos obliga a lograr altos niveles de eficiencia en todas las etapas del proceso productivo.
  • 18. 18 Asimismo, debe destacarse la necesidad que las medidas sean oportunas. En muchas pesquerías el intento por mantener el equilibrio se produjo, pero se aplicó tarde, lo que disipó la efectividad de las medidas. En la actualidad, enfrentamos una etapa crítica, con la mayoría de los recursos en plena explotación, pero con equilibrios frágiles o que se están perdiendo, por lo que resulta de máxima urgencia aplicar una solución alternativa antes que se inicie la temporada 2001. Nos hemos concentrado en las pesquerías chilenas porque estimamos importante evaluar y aprender de nuestras propias experiencias, pero no se debe dejar de considerar que haciendo un amplio análisis de las pesquerías internacionales, en todos los países pesqueros del mundo donde la administración se concentra en el control del esfuerzo, se produce una carrera por capturar el recurso, obligando a las empresas a invertir fundamentalmente en flota para incrementar su potencial de extracción. Cuando un recurso presenta síntomas de explotación excesiva, a nivel internacional los Gobiernos han recurrido a diversos mecanismos para reducir el esfuerzo de pesca: - La compra de permisos o licencias de pesca para proceder al retiro efectivo de barcos (Caso Noruega). - La fijación de cuotas globales de captura, divididas por tipo de naves, por zonas geográficas, fraccionadas en el tiempo, etc. Sobre todo en países pesqueros el control es importante, debido a que en teoría se estima que manteniendo ese nivel de capturas se salvaguarda la conservación del recurso. Lamentablemente, la aplicación de esta medida ha motivado la generación de “carreras olímpicas" y la cuota ha sido vulnerada sistemáticamente, con todos los demás efectos perversos derivados de una extracción tan masiva en corto tiempo. - La asignación de fracciones de la cuota global de captura a los pescadores, lo que ha permitido en general ordenar el sistema y controlar la cantidad de pesca efectivamente, asegurando la conservación del recurso. Finalmente, no es posible concluir sin antes referirse a un par de aspectos que han emanado de la discusión del proyecto de modificación de la Ley de Pesca. El libre acceso en las pesquerías chilenas, que ya han alcanzado el estado de plena explotación es una verdadera aberración desde el punto de vista de la conservación del recurso, como ha quedado absolutamente demostrado en la historia de las pesquerías nacionales. El cierre del acceso a nuevos actores, independientemente de quienes sean, es una condición imprescindible y mínima para asegurar la conservación de los recursos, mundialmente aceptada no sólo por los Gobiernos y por la FAO, sino por todos los foros pesqueros internacionales. Por otra parte, en la economía mundial actual, inserta en un proceso de globalización internacional, todos los sectores productivos de la economía han debido reorientar su estrategia para enfrentar los mercados internacionales altamente eficientes y competitivos, en los cuales las empresas chilenas deben competir con grandes
  • 19. 19 Compañías transnacionales. En ese contexto, se ha hecho necesario incrementar los volúmenes de producción para poder competir internacionalmente, para ingresar a ciertos mercados, para tener economías de escala y mantener una competitividad internacional. La velocidad de los acontecimientos ha sido tan acelerada, que la única forma de lograr estos volúmenes de producción en breve plazo ha sido la fusión de compañías, lo que se ha ido traduciendo en la concentración de la producción en un limitado número de empresas. Este proceso de concentración se ha repetido en prácticamente todos los sectores de la economía nacional: líneas aéreas, supermercados, banca, previsión social, seguros, energía, minería, etc. Dentro del sector pesquero también se han producido en alguna medida procesos de concentración en distintas pesquerías. El más reciente es el ocurrido durante 1999 en la pesquería pelágica norte, en la cual una sola compañía representa del orden del 85% de las capturas de la zona. El sector salmonero ha crecido desde 10.000 toneladas de cosecha a 230.000 toneladas en 10 años, proceso que sólo ha sido posible a través de fusiones de numerosas pequeñas compañías, produciéndose una concentración desde 45 a 22 empresas, estimándose que aún el proceso se encuentra en desarrollo.