2. • Las fobias son un trastorno psicológico que tiene una amplia
incidencia en la población mundial. Una de cada veinte personas,
aproximadamente, padece una fobia de uno u otro tipo. ¿En qué
consisten? El manual de diagnostico de los trastornos mentales
(DSM-IV) las define como un “temor acusado y persistente que
es excesivo o irracional, desencadenado por la presencia o
anticipación de un objeto o situación específicos”.
3. Una persona fóbica siente un miedo exagerado y sin sustento real
ante determinadas situaciones u objetos, y en ocasiones esto
puede incluso provocarle malestar físico: temblores
incontrolables, mareos, sudoración excesiva, palpitaciones, etc.
En los casos más extremos, pueden llegar a producirse ataques de
pánico.
4. • Especificas: se conoce al trastorno cuando el miedo está
desencadenado por un determinado factor fácilmente identificable.
• Claustrofobia: miedo al encierro.
• Zoofobia: miedo a los animales.
• Coulrofobia: miedo a los payasos.
• Triscaidecafobia: miedo al número “13.
• Acrofobia: miedo a las alturas.
• Social: que es aquel trastorno por el cual la persona manifiesta un
temor y una ansiedad excesivos ante situaciones que impliquen
mostrarse o hablar en público. No ha de confundirse con mera
timidez, pues en el caso de una fobia este miedo implica un
impedimento para que la persona se maneje de manera normal en
sociedad, en su entorno laboral o familiar.
5. • Las causas de la aparición de una fobia no siempre están claras. La
mayoría de ellas tiene su origen en la infancia. Si bien no deben
confundirse con los temores infantiles normales que van
superándose conforme madura el niño. Las fobias persisten en la
edad adulta e incluso se pueden incrementar, aún cuando el
paciente es consciente de que sus temores son irracionales y sin
fundamento. Hay quienes dicen que existe cierto componente
genético en las fobias. Pero los expertos no están de acuerdo en
qué papel juega en estos casos la biología y cuánto corresponde a la
crianza: es posible que la transmisión del miedo se deba a que el
niño teme aquello que ve que tanto afecta a sus padres.
Un ejemplo: hombres o mujeres que hayan sido abusados en la infancia y
que luego padecen de algún tipo de fobia sexual.
6. • Existen diversos tratamientos indicados para ayudar a quienes
padecer de fobias, y dependiendo de cada caso algunos son más
adecuados que otros. Desde el psicoanálisis hasta las terapias
conductistas, desde el tratamiento por aproximación gradual a
la fuente de los temores hasta hipnosis, pasando también por
una amplia gama de medicamentos para controlar la ansiedad y
psicofármacos. A la hora de tratar una fobia, en la decisión
siempre debe intervenir un profesional (un médico, un psicólogo
o un psiquiatra).
7. • Aracnofobia: Se trata del miedo a las arañas. Se calcula que la
mitad de las mujeres y el 10% de los hombres padecen esta fobia en
algún grado. Las reacciones de estas personas resultan exageradas
para los demás, e incluso para los mismos afectados. Éstos procuran
mantenerse apartados de los sitios en donde pueden encontrarse
arañas, o donde han visto telas de araña. En los casos más serios, el
pánico puede ser detonado incluso al ver una fotografía.
• Sociofobia: Se trata de un persistente e intenso miedo a ser juzgado
negativamente en situaciones sociales. Es una fobia de las más comunes
entre adolescentes y jóvenes, se calcula que cerca de un 4% de las personas
entre 18 y 55 años la padecen. A diferencia de lo que sucede en la mayoría
de las fobias, esta fobia social es igualmente común en hombres y mujeres.
8. • Aerofobia: Se trata del tan común miedo a viajar en avión
(de hecho, se calcula que sólo el 5% de los pasajeros abordan el
avión sin temores de ningún tipo). Sin embargo, las personas que
padecen de esta fobia no experimentan sólo una ligera inquietud
en el momento del aterrizaje y del despegue, sino que en
ocasiones las fobias les impiden planear siquiera un viaje de este
tipo, o les ocasionan trastornos de ansiedad ante la perspectiva
de un futuro viaje, incluso meses antes de llevarlo a cabo .
• Agorafobia: Se trata del miedo a los espacios abiertos, y
es un trastorno más común entre las mujeres que entre los
hombres. El agorafóbico teme todo aquel lugar donde no se sienta
“seguro” o no pueda “recibir ayuda”. El que presenta este tipo de
trastorno suele refugiarse en su hogar y rara vez sale, ya que en
esas ocasiones experimenta una gran ansiedad. Es la fobia que
motiva más a menudo consultas a especialistas.
9. • Claustrofobia: Al contrario que la agorafobia, este
trastorno implica el temor a quedar confinado a espacios cerrados.
Se estima que entre un 2 y un 5% de la población padece esta fobia.
Estas personas suelen evitar los ascensores, el metro, los túneles,
las habitaciones pequeñas, hasta las puertas giratorias les pueden
presentar dificultades, así como también el uso de equipos para
técnicas de diagnóstico médico como el TAC.
• Acrofobia: Se trata del miedo a las alturas, no simple vértigo
sino un temor que ocasiona ansiedad a quienes lo padecen. La fobia
suele manifestarse en situaciones tales como las de asomarse a un
balcón, estar en un mirador elevado o junto a un precipicio. Al igual
que sucede en otras fobias, aquellos individuos que la sufren
buscarán evitar la situación temida.
10. Carcinofobía: Se trata del
miedo a contraer cáncer. Es uno de los
temores más comunes desde el momento
en que la mayoría de los adultos siente
aprensión ante la posibilidad de
manifestar esta enfermedad. Sin
embargo, en el caso de los fóbicos, se
trata de un miedo muy antinatural, ya
que demostrarán temerle a cualquier
síntoma físico negativo, asociándolos
todos a síntomas de la enfermedad.
11. La Claustrofobia es un
miedo intenso a los lugares
cerrados. El Manual
diagnóstico y Estadístico de
los Trastornos Mentales ¿Qué es?
(DSM-IV, APA, 1994) la
clasifica dentro de los
Trastornos de ansiedad
como una Fobia Específica,
es decir, un miedo intenso y
específico a situaciones y
objetos concretos. Cuando
la persona se enfrenta a ese
objeto o situación
experimenta ansiedad
intensa de forma inmediata.
La persona tiende a evitar la
situación fóbica, aunque
reconoce que el miedo es
excesivo o irracional.
12. • Las consecuencias que presenta
son:
No temen al espacio cerrado en sí mismo, sino a las posibles
consecuencias negativas por encontrarse en este lugar. Por
ejemplo, temen quedarse encerrados para siempre o a morir
asfixiados, debido a que creen que no hay suficiente aire en
espacios cerrados. Asimismo, muchos espacios pequeños y
cerrados implican poca libertad de movimientos, lo que hace
que las personas claustrofóbicas se sientan muy vulnerables.
Al anticipar que van a entrar, o al ingresar a un espacio cerrado,
quienes sufren esta fobia experimentan una ansiedad intensa y
síntomas tales como falta de aire, mareo, palpitaciones, etc.
Los fóbicos tienden a evitar los espacios cerrados, a los cuales
describen con la sensación de estar atrapados sin una salida.
13. • Las causas que presenta son:
Suele aparecer después de haber vivido una experiencia
traumática en un espacio cerrado. Como quedarse encerrada en
un ascensor, un castigo en una habitación pequeña. La
claustrofobia como otras fobias se puede adquirir por
imitación, si alguien le cuenta un suceso o ver una película o una
noticia y le llega a impresionar mucho, o también,
indirectamente, por recibir información sobre experiencias
desagradables en espacios cerrados o ver a alguien pasar por
una experiencia de este tipo.
14. Los síntomas pueden incluir aquellos
típicos de un ataque de pánico:
• Sensación de falta de aire
• Sudoración
• Latidos acelerados
• Falta de aliento o hiperventilación
• Temblores
• Aturdimiento o desmayos
• Náuseas
• mareo
• Sensación de tener pavor, terror, pánico
15. • Otras señales de claustrofobia incluyen: Buscar automática y
compulsivamente por las salidas cuando se está en un cuarto o
sentirse temeroso si las puertas están cerradas. Evitar los
elevadores, subirse a trenes subterráneos o a aviones, o a un auto
cuando hay mucho tráfico. En situaciones sociales donde hay
mucha gente, permanecer cerca de las salidas
• Experimentar cualquiera de estos síntomas no implica que se
deban a la claustrofobia. Estos síntomas pueden ser causados por
otras condiciones de salud, algunas de ellas potencialmente
peligrosas.
16. • Tratamiento de la claustrofobia
Un buen tratamiento debe incluir una relación de las diferentes
variables que intervienen en el problema. No todas las personas
son iguales, al igual que todas las claustrofobias tampoco lo son.
Aunque el tratamiento cognitivo-conductual es el tratamiento
recomendado por excelencia sigue siendo insuficiente si no se
emplean otro tipo de técnicas complementarias, como las
proporcionadas por la terapia estratégica y la A.C.T (Terapia de
Aceptación y compromiso).
Otro aspecto importante que no puede ser pasado por alto es la
relación entre la claustrofobia y el individuo., ya que es necesario
establecer un vínculo entre las dos que permita encontrar a la
persona formas de afrontar la situación.
Con respecto a la medicación, suele ser menos indicada que otro tipo
de fobias como la agorafobia y la fobia social, y al contrario que
estas últimas no suelen recetarse antidepresivos en combinación
con ansiolíticos, sino más bien solo estos últimos.
17. La
acrofobia
La acrofobia es el miedo
irracional, exagerado e
irreprimible a las alturas.
:
La acrofobia se relaciona con
el vértigo de la altura, que es
una sensación de inseguridad
acompañada de un miedo a
precipitarse al vacío. Este
vértigo desencadena un
trastorno del sentido del
equilibrio y la sensación de que
el cuerpo o los objetos que le
rodean estar moviéndose y
girando. Estas sensaciones
físicas son las que
desencadenan
los pensamientos negativos de
inseguridad y miedo a caer, lo
que provoca los síntomas
fisiológicos que acompañan a
esta fobia (mareos,
taquicardia, parálisis,
sudoración, dificultades
respiratorias…)
18. Consecuencias:
La acrofobia puede interferir en la vida de las personas afectadas en los
siguientes ámbitos.
Laboral: Esta fobia no sólo incapacita para trabajar en lugares altos
como andamios o postes de electricidad, trabajos totalmente vetados
para estas personas. Los pacientes con acrofobia pueden ver como su
miedo interfiere en su vida laboral en muchos aspectos, como sentirse
incómodo al trabajar en un piso muy elevado de un edificio de oficinas o al
tener que pasar por puentes o carreteras cercanas a acantilados para ir a
trabajar.
Ocio: La mayoría de los deportes extremos estarán totalmente vetados
para él pero, sin llegar a esos puntos, la persona con acrofobia puede
encontrarse incapacitada para hacer senderismo, pasear cerca de
acantilados, subir a las atracciones en una feria… .
Evitacion: Para no encontrarse en situaciones en las que pueda perder el
control o quedar en ridículo, la persona evitará acudir a algunas
situaciones, ya sea porque sabe que puede encontrarse en una altura que
desencadene su miedo o simplemente porque sospecha que puede haberla.
Esto hará que se sienta menos capacitado para hacer cosas, que se vea
menos que los demás y que su autoestima se resienta.
19. Las causas:
Tradicionalmente, la acrofobia se ha atribuido, al igual que otros
miedos irracionales, al condicionamiento o a una experiencia
traumática en las alturas.
Un factor que contribuye es la posible disfunción en mantener el
equilibrio. En este caso, la ansiedad es a la vez fundada y
secundaria. El sistema de equilibrio humano integra propioceptiva,
vestibular y cerca de las señales visuales a tener en cuenta la
posición y el movimiento. A medida que aumenta la altura, las
señales visuales se alejan y el equilibrio disminuye, incluso en
personas normales. Sin embargo la mayoría de la gente responde
mediante un cambio hacia una mayor dependencia de las ramas
vestibular y propioceptivo del sistema de equilibrio.
20. Los Síntomas:
La simple anticipación de la
situación de altura, basta para
provocar una ansiedad intensa en la
persona que sufre acrofobia,
mostrando síntomas como: falta de
aire, mareos, palpitaciones,
inestabilidad, etc.
Por este motivo, las situaciones
potencialmente riesgosas son
evitadas: viajar en avión, subir a
edificios altos, entre otras.
El origen de esta fobia suele
asociarse con experiencias
desagradables en espacios elevados,
pero puede adquirirse
indirectamente, al recibir
información sobre experiencias
desagradables en sitios elevados o
por presenciar una experiencia de
este tipo.
21. Tratamiento:
Formación: Se imparte información sobre qué son las fobias en general y
la acrofobia en particular, cómo actúan, qué es la ansiedad y cómo
funcion. También es necesario que el paciente proporcione información al
terapeuta sobre los síntomas que padece cuando está en una situación
temida, qué tipo de situaciones le afectan, qué pensamientos
negativos tiene.
Entrenamiento en técnicas de control de la ansiedad: Se entrena al
paciente en técnicas de control de respiración, en técnicas de relajación
muscular, en ejercicios de visualización y en cambio de pensamientos.
Exposición a las situaciones temidas: Esta exposición puede hacerse
tanto en vivo como en realidad virtual. Dado que es más complicado
trasladarse con el paciente a lugares elevados y que pueden ser
potencialmente peligrosos, se suele optar por la exposición en realidad
virtual, que proporciona resultados muy satisfactorios. Se trata de ir
enfrentando a la persona a las situaciones que teme, siguiendo la lista
que el terapeuta ha confeccionado con él. La persona ira superando esas
situaciones y consiguiendo rebajar su ansiedad sin escapar de ellas. Una
vez que se ha superado el miedo a una situación se pasa a la siguiente de
la lista.