1. Primera Lectura: del libro de Isaías (7,1-9):
Salmo Responsorial: Salmo 47
R/. Al que sigue buen camino le haré ver la salvación de Dios
Evangelio: san Mateo (11,20–24):
Amenaza a las ciudades infieles
Tiempo Ordinario. Dale gracias a
Dios y corresponde de algún modo,
en la medida de todo lo que te ha
dado.
Autor: Clemente González | Fuente: Catholic.net
2. Primera lectura
Lectura del libro de Isaías (7,1-9):
Reinaba en Judá Acaz, hijo de Yotán, hijo de Ozías. Rasín, rey de
Damasco, y Pecaj, hijo de Romelía, rey de Israel, subieron a
Jerusalén para atacarla; pero no lograron conquistarla.
Llegó la noticia al heredero de David: «Los sirios acampan en
Efraín.» Y se agitó su corazón y el del pueblo, como se agitan los
árboles del bosque con el viento.
Entonces el Señor dijo a Isaías: «Sal al encuentro de Acaz, con tu
hijo Sear Yasub, hacia el extremo del canal de la Alberca de Arriba,
junto a la Calzada del Batanero, y le dirás: "¡Vigilancia y calma! No
temas, no te acobardes ante esos dos cabos de tizones humeantes, la
ira ardiente de Rasín y los sirios y del hijo de Romelía. Aunque
tramen tu ruina diciendo: "Subamos contra Judá, sitiémosla,
apoderémonos de ella, y nombraremos en ella rey al hijo de Tabeel.“
Así dice el Señor: No se cumplirá ni sucederá: Damasco es capital de
Siria, y Rasín, capitán de Damasco; Samaria es capital de Efraín, y el
hijo de Romelía, capitán de Samaria. Dentro de cinco o seis años,
Efraín, destruido, dejará de ser pueblo. Si no creéis, no
subsistiréis."»
¡Es palabra de Dios! ¡Te alabamos Señor !
3. Salmo 47
R/. Dios ha fundado su ciudad para siempre
Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R/.
El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar. R/.
Mirad: los reyes se aliaron
para atacarla juntos;
pero, al verla, quedaron aterrados
y huyeron despavoridos. R/.
Allí los agarró un temblor
y dolores como de parto;
como un viento del desierto,
que destroza las naves de Tarsis. R/.
4. Evangelio
Lectura del santo evangelio según san Mateo (11,20-24):
En aquel tiempo, se puso Jesús a recriminar a las
ciudades donde había hecho casi todos sus milagros,
porque no se habían convertido: «¡Ay de ti, Corozaín, ay
de ti, Betsaida! Si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho
los milagros que en vosotras, hace tiempo que se habrían
convertido, cubiertas de sayal y ceniza.
Os digo que el día del juicio les será más llevadero a
Tiro y a Sidón que a vosotras.
Y tú, Cafarnaún, ¿piensas escalar el cielo? Bajarás al
infierno. Porque si en Sodoma se hubieran hecho los
milagros que en ti, habría durado hasta hoy. Os digo que
el día del juicio le será más llevadero a Sodoma que a
ti.»
¡Es palabra del Señor! ¡Gloria a Ti, Señor Jesús!
5. Oración
Jesús, ayúdame a hacer de esta meditación un verdadero diálogo de
amor. Eres mi refugio ante el calor abrasante y las dificultades de la
vida. Sé que cuento contigo para levantarme si tropiezo y que
guiarás mis pasos hoy, y siempre, confiando que el día del juicio
pesará más tu misericordia que tu justicia.
Petición
Señor, dame la gracia de buscarte con un corazón sincero.
6. Meditación
En la práctica, casi todos presuponemos que Dios deba ser generoso
y, al final, en su misericordia, no tendrá en cuenta nuestras pequeñas
faltas. Pero, ¿son verdaderamente tan pequeñas nuestras faltas?
¿Acaso no se destruye el mundo a causa de la corrupción de los
grandes, pero también de los pequeños, que sólo piensan en su
propio beneficio? ¿No se destruye a causa del poder de la droga que
se nutre, por una parte, del ansia de vida y de dinero, y por otra, de la
avidez de placer de quienes son adictos a ella? ¿Acaso no está
amenazado por la creciente tendencia a la violencia que se
enmascara a menudo con la apariencia de una religiosidad?
Si fuese más vivo en nosotros el amor de Dios, y a partir de Él, el
amor por el prójimo, por las creaturas de Dios, por los hombres,
¿podrían el hambre y la pobreza devastar zonas enteras del mundo?
Las preguntas en ese sentido podrían continuar. No, el mal no es una
nimiedad. No podría ser tan poderoso, si nosotros pusiéramos a Dios
realmente en el centro de nuestra vida. (Benedicto XVI, 23 de
septiembre de 2011.)
7. Reflexión
Dicen que una de las virtudes más raras de nuestros días es el
agradecimiento. La persona agradecida valora lo que otros hacen por
ella y quiere reconocerlo de alguna manera. Tiene la valentía de
declarar que no todo lo puede, sino que necesita la ayuda de los
demás.
En este pasaje, Jesús se lamenta por la actitud de aquellas ciudades a
las que Él había tratado con más cariño, regalándoles milagros y
prodigios. ¿Por qué, en lugar de convertirse y volver su mirada
agradecida a Dios, seguían como si nada hubiera sucedido? ¿Por qué
les cuesta tanto a los hijos valorar el sacrificio diario de sus padres?
¿Por qué nos resulta tan fácil recriminar y exigir nuestros derechos y
somos tan perezosos a la hora de dar las gracias?
Mira ahora cuánto has recibido de Dios: tu vida, tus familiares y
amigos, tus cualidades físicas, intelectuales, morales,... tus bienes
materiales. ¿Ya le has dado gracias por todo eso?
Cristo advierte a los que han recibido muchos dones, que deben
corresponder de algún modo, en la medida que Dios les ha dado. El
que tiene mucho, debe dar mucho.
8. Propósito
Diariamente, antes de dormir, hacer un balance sobre el día, ¿fueron
Dios y su voluntad el centro de mi día?
Diálogo con Cristo
Jesús, dame la gracia de la conversión permanente. Ayúdame a
colaborar con tu gracia para despojarme del hombre viejo y
renunciar a todo aquello que me aleja de Ti. En la medida en que
cada día me convierta, en esa medida estaré cambiando al mundo. Te
prometo hoy fomentar todo aquello que me asemeje más a Ti.