Este documento describe la Escuela de Artes y Artesanías "Dr. Pedro Figari" en Uruguay. Explica que la escuela continúa la tradición de enseñanza artística y técnica iniciada por Pedro Figari a principios del siglo XX. También resume las ideas pedagógicas de Figari sobre integrar el arte, la industria y la educación integral. Finalmente, los autores explican que la escuela actual implementa el enfoque de Figari a través de una variedad de cursos en artes y artesanías.
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La educación encierra un tesoro…la Figari ofrece su parte
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Resumen
Este trabajo parte de las reflexiones y la prác-tica
docente de sus autores, profesores de la
Escuela de Artes y Artesanías “Dr. Pedro Figa-ri”,
articuladas con algunos conocimientos teó-ricos
y en particular del pensamiento de Pedro
Figari que en las primeras décadas del siglo XX
tuvo un rol protagónico en la reformulación de
la “Escuela de Artes y Oficios”.
En una primera instancia se desarrollan los
antecedentes históricos de la propia Escuela
hasta llegar a algunos puntos clave de la ac-tualidad,
como lo son los bachilleratos en Artes
y Artesanías, aprobados en el año 2010 por la
ANEP y propuestos y fundamentados por los
propios docentes de la Escuela. Se expondrán
también aspectos que hacen a la metodología
de trabajo y a la diversidad de formaciones si-multáneas
que la Figari lleva adelante.
Para finalizar, expondremos a modo de con-clusión
reflexiones sobre la enseñanza en las
áreas de las artes y artesanías.
LA ENSEÑANZA TÉCNICA - TECNOLÓGICA EN EL URUGUAY
La educación encierra un tesoro…
…la Figari ofrece su parte
La Escuela de Artes y Artesanías “Dr. Pedro Figari”
como modelo de educación artística
Carlos Alejandro Alves Juan Carlos Alves Néstor Martínez
de que no solo enseñamos contenidos enten-didos
como específicos de nuestra disciplina
–construidos como temas-producto prove-nientes
del campo de la investigación histórica
pero más que nada cosificados en los planes
de estudio– sino que fundamentalmente en-señamos
a los alumnos una forma particular
de vincularse con el conocimiento histórico. Y
lejos de ser un aspecto menor o casual en la
acción de enseñanza, caer en la cuenta acerca
de qué tipo de relación con la disposición del
corpus de conocimientos que circula les pro-ponemos
a nuestros alumnos con el ánimo de
incidir en su mejora resulta de todo, menos
insignificante.
Para finalizar me gustaría volver a señalar la
correspondencia de este trabajo con el abor-daje
clínico en el análisis de las prácticas, en la
medida en que está articulado sobre la profun-da
y sinuosa indagación de la acción singular
del sujeto actuante para dotarla de sentido.
En esta peripecia, la escritura de las prácticas
se vuelve única y fundamental al abrirse por
sí misma a la apropiación de un cierto reper-torio
de herramientas para la reflexión y para
la teorización, configurando así un emprendi-miento
insustituible. Como dice Mireille Cifali:
Se trata de permitir ver y sentir esos instan-tes
como escenas cortas, con luz, personajes,
pensamientos. Es la escritura la que conduce
la búsqueda. La escritura hace pensar, yo creo
en la escritura.
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Virginia Gazzano Ríos
Docente de Historia en la educación pública y
privada, egresada del I.P.A (2006), ha cursa-do
varias materias en F.H. y C.E. dentro de
la orientación Historia. Dictó en Magisterio
(Montevideo) uno de los talleres curriculares
de profundización teórica y apoyo a la prác-tica
docente de Historia y está vinculada a la
Maestría de Didáctica de la Historia del Claeh
con el rol de asistente-ayudante de uno de los
cursos.
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en la calle Sarandí 472, llamado Anexo Figari,
en el sitio donde originariamente estaban las
oficinas del Correo. Ese lugar, donde funcio-nó
hasta hace unos años el PAOF, ha quedado
para la Escuela Figari y tanto allí como en el
Anexo ubicado en la calle Gutiérrez Ruiz y San
José se dictan los distintos cursos que com-ponen
el currículo de la Escuela: Escultura,
Cerámica, Tallado en Piedra, Violería, Joyería,
Serigrafía, Pintura, Escultura y Talla en Made-ra
y otros cursos como Artesanía en Cuero,
Carpintería Artesanal, Restauro en Madera,
Telar, algunos en modalidad de bachilleratos
pero sin excluir la FPB (formación profesional
básica). Más adelante expondremos las moda-lidades
de cursado de las diferentes opciones
que hemos reseñado.
Esta escuela, única en su género, se genera
como continuación de la Escuela Nacional de
Artes y Oficios, reorganizada a partir de 1915
por Pedro Figari.
Presentamos a continuación algunos apuntes
sobre el desarrollo del pensamiento de Pedro
Figari, para dar fundamento a la modalidad y
metodología de nuestra escuela.
Pilares del pensamiento de Pedro
Figari
El 16 de junio de 1900 con la presentación de
un proyecto de ley para la creación de una Es-cuela
de Bellas Artes Pedro Figari inicia una
serie de exposiciones teóricas formuladas con
excepcional tenacidad y coherencia durante
las dos primeras décadas del siglo XX en tor-no
a la enseñanza de un “Arte industrial”, que
culminarían con su experiencia como director
de la Escuela entre los años 1915 y 1917.
La idea de las Bellas Artes que desarrolla Fi-gari
en aquel proyecto no se corresponde con
la tradicional elitista y academicista promul-gada
en Europa, sino que gira en torno a una
Escuela de enseñanza que, partiendo de las
disciplinas propias de las artes liberales, sea
capaz de abrirse hacia la formulación de una
teoría democrática de las “artes aplicadas”. Fi-gari
percibe la necesidad de llenar el vacío pe-dagógico
existente entre una Facultad de Ma-temática
que formaba arquitectos de acuerdo
a un eclecticismo estético importado e intelec-tualizado,
y una Escuela de Artes y Oficios que
formaba obreros manuales sin criterios estéti-cos,
ni métodos de producción, insertados en
un marco de pensamiento más amplio.
El proyecto de Pedro Figari buscaba satisfa-cer
las nuevas demandas laborales y la demo-cratización
del acceso a la cultura artística por
parte de las mayorías sociales. (Peluffo Linari,
2006: 99)
Entre los años 1900 y 1925 el Dr. Pedro Figari
dejó una obra escrita reformadora dentro de
la Educación Artístico – Industrial en el Uru-guay,
equiparable a las de Varela en Primaria
y Vázquez Acevedo en Secundaria y Universi-dad.
Fue entonces uno de los grandes pensadores y
hacedores de la Educación de América Latina
del siglo XX. Sin embargo, su obra pedagógica
ha quedado a la sombra de la figura de Pedro
Figari como pintor.
Según Ardao, el pensamiento de Figari se mue-ve
en torno a tres parejas de ideas directrices:
arte e industria, criterio y vocación, autono-mía
y americanismo. En su obra pedagógica
propone la idea de educación integral donde
lo estético y lo ético estén presentes. Tuvo un
papel fundamental en la reformulación de la
“Escuela de Artes y Oficios” al intentar trans-formarla
en una institución que abandonara
su carácter de reformatorio y propiciara una
formación humanista articulada con el trabajo.
Visión modernizadora pero también cuestiona-dora
de la formación técnica como meramente
residual y/o instrumental. Su proyecto fraca-só,
no fue funcional al sistema y Pedro Figari
se transformó en el gran pintor (que sin duda
lo fue) y el educador quedó en un segundo
plano1.
1903. Por intermedio de una Comisión especial
presidida por Figari, se propone la creación de
un nuevo Centro de Instrucción, agregado a
los ya existentes, para propagar la enseñanza
artística y especialmente dedicado a difundir
sus formas de aplicación a la industria.
1 Lic. Laura Domínguez, Prof. Ramón Gérez, Psic. Leonardo
Martinelli (2005): “Pedro Figari: una pedagogía olvidada”.
Motivos de elección del tema
Somos tres docentes de la Escuela Figari, inte-resados
en reflexionar sobre la modalidad de
enseñanza que se aplica en la misma, porque
creemos que esta cumple y cumplirá un rol
esencial en la enseñanza de las artes y arte-sanías
en todo el país. Esto nos anima a pen-sar
en lo interesante de difundir nuestra expe-riencia
a través del análisis de nuestra práctica
para rescatar la potencialidad que esta Escuela
puede tener en el futuro.
La mayoría de los docentes de esta comunidad
artística queremos compartir el sensible que-hacer
de trabajar en la enseñanza y el apren-dizaje
del arte y la artesanía, quehacer que
vincula dos aspectos fundantes respecto a lo
que nos hace humanos: la educación y el tra-bajo.
Introducción
Abrimos a continuación algunas de las pregun-tas
que nos ayudarán a ir exponiendo nuestras
ideas.
En la actualidad ¿cómo debe ser la educación
en artes para desarrollar la capacidad creado-ra
inmanente al ser humano?
¿Qué papel puede cumplir la educación artísti-ca
en la actualidad para contribuir a la trans-formación
de la sociedad en una sociedad más
justa, donde se cultiven valores vinculados a
los aspectos más sublimes del ser humano?
¿Es posible que distintas generaciones traba-jen
en el mismo espacio físico y con la misma
propuesta metodológica?
¿Qué función cumple la educación artístico-artesanal
en el desarrollo singular y colectivo?
¿Por qué los Bachilleratos en Artes y Arte-sanías
de la Escuela Pedro Figari son tan poco
difundidos?
Nos proponemos demostrar ‒por su origen,
historia, trayectoria, vigencia y proyección ha-cia
el siglo XXI‒ que la Escuela “Pedro Figari”,
con su educación hacia el arte y su metodolo-gía
de trabajo, es uno de los más importantes
agentes socializantes y de desarrollo educati-vo,
artístico y cultural, para todas las perso-nas,
desde adolescentes hasta adultos mayo-res.
Antecedentes de la Escuela “Dr.
Pedro Figari”
La Escuela “Pedro Figari” es una institución
educativa que se especializa en la enseñan-za
de las Artes y Artesanías, y pertenece al
CETP-UTU. En Montevideo su local central sito
en la calle Durazno y Salto está en plena cons-trucción
y se piensa que para el próximo año la
Escuela volverá a funcionar allí. Las locaciones
actuales son el local que está en Ciudad Vieja,
La mayoría de los docentes de esta
comunidad artística queremos com-partir
el sensible quehacer de traba-jar
en la enseñanza y el aprendizaje
del arte y la artesanía, quehacer que
vincula dos aspectos fundantes res-pecto
a lo que nos hace humanos: la
educación y el trabajo.
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En 1919 escribe “Industrialización de la Améri-ca
Latina. Autonomía y regionalismo”. Propone
a los países hermanos su Plan de 1917 y que
Uruguay inicie la citada industrialización a todo
el continente sudamericano.
En 1924 escribe el artículo “Autonomía regio-nal”
y en 1925 en La Prensa de Buenos Aires:
“Hacia el mejor arte de América”.
La historia nos ha demostrado que la peda-gogía
de Pedro Figari no fue la que tuvo más
influencia en el sistema educativo de nuestro
país. Figari mismo se retiró del tema pedagó-gico
cuando vio que sus ideas no eran tenidas
en cuenta porque el modelo de país que se es-taba
fundando miraba no hacia América, sino
hacia otros horizontes.
El tema de la crisis actual del sistema podría
ser pensado a la luz del pensamiento que Fi-gari
nos ha legado. Pero el tema excede el
presente trabajo. Simplemente hemos querido
sistematizar algunas ideas y concluimos con
una cita del trabajo “Pedro Figari: Una peda-gogía
olvidada”:
La propuesta de Figari ‘contiene’múltiples im-plicancias,
ya que supone:
●● Una profunda reestructura (¿o refundación?)
de la ENDAYO (edificio, reglamentación, etc.).
●● Cambios sustanciales en la relación pedagógica
(centralidad del alumno, formación de maestros).
●● Cambios en los fines de la enseñanza y sus
relaciones con un proyecto nacional y americano
que apunta a transformar el modelo económico
vigente.
●● Su concepción original de la relación entre el
arte y la industria.
●● Su idea de la educación y el trabajo como ne-cesariamente
formadores del criterio.
●● Educar es para Figari enseñar a vivir solidaria-mente.
Como síntesis de su pensamiento pedagógi-co,
en el Plan de organización de la enseñanza
industrial (1917), propone los siguientes pre-ceptos:
●● Instrucción práctica más que teórica, “la es-cuela,
para ser de efectos positivos y trascenden-tes,
debe ofrecerse como un laboratorio en plena
actividad...”
●● Educar el criterio dentro de las particularidades
de la individualidad, respetando y estimulando
sus energías.
●● Despertar y desarrollar la inventiva del alumno
por medio del proyecto y de la crítica, su espíritu
de observación y de análisis enseñándole a razo-nar
y a sintetizar.
...la Escuela “Pedro Figari”, con su
educación hacia el arte y su meto-dología
de trabajo, es uno de los más
importantes agentes socializantes
y de desarrollo educativo, artístico
y cultural, para todas las personas,
desde adolescentes hasta adultos
mayores.
Al proyectar una escuela de Bellas Artes, su
idea era que la enseñanza fuera impartida por
medio del trabajo industrial. También destacó
el valor de lo nacional, de lo autóctono y re-gional,
acotando que una obra o la aplicación
de motivos regionales a la decoración de obje-tos
mínimamente duplicaría su valor y serviría
para desligarse de la copia de lo europeo que
a su vez nos hace perder la identidad nacional.
En palabras del propio Figari: Hay error cuando
se piensa que una Escuela de Bellas Artes pro-duce
solamente la gran pintura y la estatuaria.
Esto queda para los elegidos que son pocos;
pero se producen mil derivaciones aparte de la
estatuaria y de las diversidades de la gran pin-tura:
la escenografía, la decoración con sus in-finitas
variedades y sus múltiples aplicaciones
a la industria, que son incalculables; el recla-mo,
tan en auge; la litografía, los cincelados,
el grabado, la ebanistería, las ilustraciones, la
escultura en madera, la fototipia, etc., etc., y
pocos son los artesanos que pueden prescindir
del dibujo. Y no diré que no hay demanda al
respecto, cuando la gran mayoría, si no la to-talidad
de estos trabajos, vienen del exterior,
como vienen los artistas (Figari: 1965: pp.6 y
7).
1910. Presenta su “Proyecto de programa y
reglamento superior general para la transfor-mación
de la Escuela Nacional de Artes y Ofi-cios
en Escuela Pública de Arte Industrial”. Al
referirse a la formación de una escuela indus-trial
señaló que la enseñanza debía ser artísti-ca,
en cuanto a desarrollar talentos creadores,
razonar, basarse en lo científico, entre otras
características.
Refiriéndose a un tema que por su vigencia no
podemos dejar de lado plantea en su proyecto:
Instruir al mayor número de personas, sin dis-tinciones
de ninguna clase, dándose además
cursos especiales para obreros, en las horas
y días que a estos más les convengan (Figari,
1965: 17).
El tema al que hace referencia Figari es la in-clusión
que hoy es centro de polémicas coti-dianas
en el sistema educativo. Y continúa:
Se harán concursos y exposiciones (…) Se for-marán
museos, bibliotecas (…) se abrirán cur-sos
cada vez que sean necesarios (…) (Figari;
1965: 19).
1915. Reorganiza la antigua Escuela de Artes
y Oficios que se transforma en la Escuela In-dustrial.
En 1918, firmando con su hijo Juan Carlos Fi-gari,
presenta el ensayo Educación Integral,
una de las más importantes obras de la lite-ratura
pedagógica uruguaya de primera parte
del siglo XX. Extractamos algunos fragmentos
para fundamentar la función social que debe
cumplir la educación para el autor:
Tomar al niño, inmovilizarlo en el banco de la
escuela, comprimiendo sus bríos ejecutivos
para encauzarlo por entero hacia la escuálida
especulación mental, abstracta, que, si pue-de
llegar a comprender más o menos peno-samente,
no le interesa, es contra·hacerlo, y,
por lo mismo, desadaptarlo, suprimiéndole o
rebajándole su modalidad orgánica más fruc-tuosa:
la productividad. Este tratamiento, que
excluye la acción, al polarizar toda la men-talidad
dentro del campo subjetivo, durante
el período escolar, constituye una verdadera
mutilación de la individualidad, de graves con-secuencias
sociales, ….(…..) …Educar es favo-recer
el esfuerzo orgánico de adaptación (…)
Lo que debería ser materia del más elevado
cultivo: el ingenio, el ingenio práctico, es pre-cisamente
lo que más excluido queda de todo
programa educacional por manera que al des-cartar
las energías productivas congénitas del
alumno, se le inutiliza y se atenta al interés
de la comunidad, dado que una preparación
que no fomenta la productividad, fomenta el
parasitismo. (…) Desde que un pueblo superior
no solo es instruido, sino criterioso, no solo
hábil, sino emprendedor, ejecutivo práctico,
debemos trabajar. Solo por el trabajo severo
podemos conquistar un puesto eminente en el
concierto internacional. Cada vez más la vida
civilizada exige un fondo pensante, sesudo y
ecuánime y un ingenio sagaz y práctico, capaz
de aprovechar de las ventajas que le ofrece el
ambiente. Descuidar este axioma pedagógico
de proyecciones individuales sociales, huma-nas,
es errar el camino más firme de cultura
escolar (Figari; 1965).
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punto óptimo de la inteligencia emocional, que
consiste en preparar las emociones al servi-cio
de las tareas que se vayan a realizar, es-timularlas
para ellas. Cuando la persona está
ocupada en una actividad que capta y retiene
su atención sin esfuerzo, su cerebro se ‘tran-quiliza’
en el sentido que se produce una dis-minución
de la excitación cortical (2000: 119).
Esto ocurre cuando la persona ha dominado
el campo de la actividad artística en que se
ha especializado, aquí el cerebro actúa en su
punto óptimo de eficiencia.
Respecto a la importancia de la producción
creativa, en contraposición de la serializada,
encontramos a Emannuel Mounier que dice a
propósito de esto: La producción en serie, típi-ca
del mundo altamente técnico de hoy, como
organización del trabajo humano es, posible-mente,
uno de los factores más característicos
de masificación del hombre. Ya que existe de
él un comportamiento mecanizado por la re-petición
de un mismo acto, con el que realiza
solo una parte de la totalidad de la obra, de
la cual se desvincula… (…)…por la estrechez
de la especialización exagerada, le reduce el
horizonte.
Los cursos dan la posibilidad de llegar a ser un
artista (como lo demuestra el hecho de que
muchos se han destacado a nivel nacional e in-ternacional)
o un artesano capaz de insertarse
laboralmente por las habilidades técnicas que
aprendió.
Pero también están los que van a la escuela
por otras búsquedas, y luego de un tiempo en
ella, generalmente el primer año, descubren
que están en condiciones de retomar otros tra-yectos
educativos que en otros tiempos, quizá
por inmadurez u otros motivos, quedaron in-conclusos.
Es el caso de algunos estudiantes
que retoman el ciclo básico para terminarlo. O
que se sienten atraídos por un bachillerato con
muchas horas de trabajo creativo y lo retoman
luego de haber transitado sin éxito por los ba-chilleratos
tradicionales.
Actualmente, en la Escuela Pedro Figari se
enseñan diversas disciplinas –entre ellas Ce-rámica,
Joyería, Dibujo y Pintura, Escultura,
Engarzado, Talla en madera, Violería, Cuero,
Serigrafía, Dorado y Laqueado, Restauración
en Madera, Carpintería artesanal, Talla en Pie-dra–
con sus correspondientes asignaturas
complementarias.
El nivel de la formación se demuestra a través
de varias exposiciones realizadas cada año y
por el éxito artístico y/o laboral nacional e in-ternacional
de alumnos, egresados y docen-tes.
Algunos cursos como el de Violería (ac-tualmente
en proceso de restructuración hacia
el Bachillerato, sin dejar de lado la Formación
Profesional Figari), es único en el país y Suda-mérica,
dentro del sistema público y gratuito,
y así como otros se dan en algunas ciudades
de Uruguay, pero no en el resto del país.
En todos los cursos se destaca un nivel de ex-celencia
y una satisfacción por parte de los
estudiantes que ameritaría la planificación y
proyección a otras ciudades del país.
La cantidad de horas de taller son aproxima-damente
17 o 18 horas semanales, siendo
este espacio el articulador de la formación y
esta se acompaña con diversas asignaturas
dependiendo de si el estudiante opta por el
bachillerato o la formación profesional básica
u otras opciones que componen el currículo de
la Escuela. Es de destacar que dentro del es-pacio
de Taller confluyen todos los estudiantes
que están haciendo la misma especialidad, y
se diversifican en las asignaturas teóricas, se-gún
los trayectos educativos de cada estudian-te
(Bachillerato Figari- Formación Profesional
Figari).
Otro punto destacable es la integración de
parte de la carga horaria de las asignaturas
del Espacio Artístico Común (Historia del Arte,
Forma, Dibujo y Diseño Asistido) al espacio
de Taller, permitiendo así un verdadero tra-bajo
colaborativo entre los docentes, que ex-cede
ampliamente por la riqueza que implica,
el trabajo de coordinación, aunque también se
cuenta con ese espacio.
Diagnósticos y pronósticos
En los diagnósticos que se realizan al comien-zo
de los cursos en nuestra escuela, tomando
en cuenta la escolaridad anterior, la edad y el
●● Cultivar el criterio del alumno más aún que su
manualidad, espíritu de iniciativa de organización
y de empresa.
●● Fomentar espíritu de asociación y de coopera-ción.
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La Escuela de Artes y Artesanías
“Dr. Pedro Figari”
Como ya dijimos, la Escuela de Artes y Arte-sanías
tiene sus antecedentes en la Escuela de
Artes y Oficios cuyo director general en 1915
era Pedro Figari.
Desde entonces, artistas de renombre en la
esfera nacional e internacional han sembrado
su fecunda labor docente en las sucesivas ge-neraciones
de jóvenes que han transitado por
la escuela y es larga la lista a recordar. A modo
de ejemplo se puede mencionar a Domingo
Laporte, Pedro Blanes Viale, Godofredo Soma-villa,
Manuel Rosé, Alaceu y Edgardo Ribeiro,
Octavio Podestá, Lincoln Presno, Domingo de
Santiago y Nerses Ounanián, más reciente-mente,
el maestro Fernando Izquierdo.
Es en los años cincuenta que la actual Escuela
se instala definitivamente en el predio que hoy
ocupa, Durazno 1577 (actualmente en cons-trucción).
La Escuela de Artes y Artesanías “Dr. Pedro
Figari” se encuentra hoy en un proceso de ac-tualización
y extensión curricular. En el pro-yecto
que involucra este proceso se planifica
la formación permanente de los estudiantes
y egresados, a través de cursos de actualiza-ción,
así como la extensión de sus Bachille-ratos
en Artes y Artesanías a cursos que aún
no se han implementado. Esta propuesta de
cambio surge a partir de diálogos y encuentros
entre alumnos, egresados y profesores.
Es destacable que las disciplinas artísticas lo-gran
abrir la mente y despertar la sensibili-dad,
el ingenio y la creación, que contribuyen
a desarrollar el potencial cognitivo. Apelan al
desafío de ser, de saber hacer, de conocer y
promueven enormemente la solidaridad y for-
2 Lic. Laura Domínguez, Prof. Ramón Gérez, Psic. Leonardo
Martinelli (2005): “Pedro Figari: una pedagogía olvidada”.
mación de grupos y de toda la escuela (vivir
juntos). Ha quedado demostrado el sentido
de pertenencia y solidaridad intergeneracional
que la metodología de la Escuela impulsa, al
juntar generaciones desde los tempranos años
de la adolescencia (15 años) hasta personas
de la tercera o cuarta edad (85 años), que no
solo aprenden juntas, sino que aprenden a
conocerse, a respetarse, a conocer sus gus-tos
respecto a la música, al arte, que trabajan
organizando grandes exposiciones colectivas
como muestras de fin de año.
En los cursos desarrollados actualmente en la
Escuela Figari se imparte una sólida formación
técnica (oficio), sin descuidar la expresión o
creatividad del educando y permitiendo que
este acceda a niveles artísticos de considera-ble
trascendencia.
En algunos cursos el primer paso es el ma-nejo
de las herramientas, pero luego viene
un período de búsqueda del educando donde
bucea dentro de su mundo interno, a partir
de lo cual elabora sus primeras obras. Duran-te
este tránsito se va adquiriendo una técnica
que recién después le sirve al estudiante para
la elaboración de sus posteriores trabajos en
los que él es un creador que ha podido tener
un conocimiento de sí mismo acompañado por
sus docentes. Este proceso permite una apro-piación
del conocimiento por parte del estu-diante
que se encuentra haciendo algo en lo
que realmente está comprometido.
Es importante destacar la inteligencia emo-cional
que posee el artista. Citaremos a este
respecto a Daniel Goleman (2000: 117), quien
destaca el poder del cerebro emocional para
dominar al cerebro pensante. Goleman anali-za
el testimonio de un compositor al momen-to
en que su trabajo alcanza el punto óptimo:
Uno mismo se encuentra en un estado extático
hasta el punto de que se siente que casi no
existe. He experimentado esto una y otra vez.
Mi mano parece desprovista de mi propio ser,
y yo no tengo nada que ver con lo que está
sucediendo. Simplemente me quedo sentado,
en un estado de admiración y desconcierto. Y
todo fluye por sí mismo.
Goleman habla de la importancia de llegar al
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CONvocación 12 - 13 REVISTA INTERDISCIPLINARIA DE REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA EDUCATIVA CONvocación 12 - 13 REVISTA INTERDISCIPLINARIA DE REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA EDUCATIVA
todo en el último año, para poder continuar
en la escuela. Sirven de excusas piezas que
han quedado sin terminar, estar otro año con
tal o cual profesor, y seguir compartiendo con
compañeros el clima de trabajo que se logra
en los distintos cursos. (Estos datos provienen
de entrevistas realizadas a los estudiantes).
Otras veces pasan sin ir unos cuántos días a la
escuela porque se sienten movilizados por as-pectos
que descubren en su mundo interior en
la búsqueda que requiere todo hecho artístico.
No quieren irse de la Escuela.
Algunos continúan haciendo varios cursos,
hasta egresar con el tiempo de cuatro o cinco
cursos.
En síntesis, en el análisis cuantitativo de las
estadísticas se considera desertores a los es-tudiantes
que se excedieron de las faltas re-glamentarias,
cuando las razones se derivan
de múltiples problemas que surgen de las rea-lidades
sociales cotidianas. Desde una mirada
cualitativa, se observa que dichos estudian-tes
siguen concurriendo todo el año y gene-ralmente
adoran a la Figari. No quieren aban-donarla
porque allí están actuando elementos
de contención y sostén. Es vital para ellos,
no importándole repetir años porque siguen
aprendiendo y permanecen junto a sus maes-tros,
compañeros y amigos, en un ambiente
productivo artístico y placentero.
Hemos observado también los efectos nega-tivos
provenientes de experiencias educativas
anteriores marcadas por el fracaso de los es-tudiantes,
ya que en muchos casos nos ob-servan
duramente y con actitudes defensivas,
a veces hasta respondiendo con agresividad.
Nos referimos a experiencias de fracaso en
instituciones tanto de Primaria como de Se-cundaria
que los han marcaron en forma ne-gativa.
Pero cuando abandonan sus defensas
y se sumergen en la propuesta de la Figari, se
asombran de experimentar lo que es el apren-dizaje
en forma placentera.
La diversidad de estudiantes que ingresa en
nuestra escuela hace que el proceso de so-cialización
no pueda medirse en forma pareja
y entonces a unos les lleva unos pocos días
entrar en el clima de la escuela, mientras a
otros puede llevarles todo el año comprender
la propuesta, sentirse cómodos con ella, sol-tarse,
crear.
Pero en la mayoría de los casos, el educando se
integra primero al grupo y luego gradualmente
va acercándose a sus maestros, confiando en
ellos, buscando referentes, principalmente los
estudiantes jóvenes. Allí estamos los docentes
para escucharlos, ayudarlos, acompañarlos y
desarrollar al máximo sus posibilidades hacia
la libertad de SER, brindarles los contenidos
que se requieren para la construcción de los
conocimientos.
Otro aspecto relevante es la diferencia de for-maciones
de los estudiantes que ingresan en
la escuela, desde muchachos y muchachas de
quince años con apenas sexto de escuela, has-ta
profesionales de diferentes períodos evolu-tivos
que los ubica en distintas búsquedas y
con distintos sentidos de la vida.
En la mayoría de los cursos, dentro del pro-ceso
de aprendizaje se dejan períodos de ta-reas
libres como desahogo y búsqueda de sí
mismo, para el autoconocimiento. En ese pro-ceso
catártico encuentran muchos puntos en
común, a pesar de ser personas diferentes, lo
que favorece los procesos de identificación,
pertenencia y discriminación que requiere la
formación de los grupos.
Luego de este proceso se llega a la adquisición
de técnicas sólidas que se utilizarán para la
construcción de los trabajos.
Otro de los aspectos destacables es que no se
producen actos de violencia, ni entre alumnos,
ni entre docentes y alumnos. Esto nos permite
pensar que la agresividad de los estudiantes
es canalizada en forma positiva a través del
acto creativo, que es definido por muchos au-tores
como un acto de salud por excelencia.
Reflexiones: a modo de conclu-sión
Actualmente la enseñanza técnica es llamada
a ocupar, en el ámbito nacional, una posición
de privilegio, al estar la educación tradicional
domicilio, se hace la pregunta de por qué quie-ren
hacer tal o cual curso. Hemos observado
que la mayoría de las respuestas se vinculan
con el amor al conocimiento, la búsqueda de
una forma de expresión y comunicación.
Este amor al conocimiento es una de las res-puestas
a la pregunta planteada por Tenti Fan-fani
¿para qué ir hoy a la escuela?: El proble-ma
del sentido de la escuela (…) Hoy para qué
ir a la escuela, es una pregunta pertinente (…)
respuestas posibles y condiciones sociales que
las determinan: la obligación como sentido, la
razón instrumental (mañana seré alguien en
la vida), el amor al conocimiento (…) (2000:
8 – 9).
Como ejemplo: en el curso de Violería, en la
evaluación inicial o predictiva, las respuestas
año a año se podrían generalizar en las si-guientes:
me gusta la música y la madera – me interesa
la construcción de instrumentos musicales –
siempre me gustó arreglar las guitarras de mi
casa – porque toco el instrumento – me gusta
la guitarra y me gustaría aprender a construir-las
– me gusta la música y los instrumentos
– conocer a fondo la guitarra – para tener un
oficio de mi agrado…
En el curso de Talla y escultura en Madera:
en los más jóvenes: buscar la creación, apren-der
a tallar la madera, me gusta la madera,
buscar desarrollar mi parte creativa, o vieron
esculturas de un amigo, necesidad de tener
un trabajo y en los adultos se manifiesta la ne-cesidad
de satisfacer un deseo surgido desde
temprana edad, irrealizable por muchos años,
por diferentes motivos, también necesidades
laborales, ahora sí puedo hacer el bachillerato.
Otra cosa que nos gustaría destacar tiene que
ver con el estudio que en general se hace a
partir de las estadísticas. Estas en general
son realizadas por las autoridades de nuestra
institución y analizadas de forma netamente
cuantitativa y fría: describiendo una realidad
incompleta que lleva a falsear los hechos.
Pensamos que deberían aplicarse lecturas
cualitativas teniendo en cuenta aspectos que
hacen a lo sociológico, pedagógico y más aún
psicológico.
Respecto a la deserción y repetición, que se
reflejan fríamente en los números, podemos
realizar tipos de lecturas que nos indican: por
ejemplo, en el caso de los adolescentes que
muchas veces no vienen porque no tienen pla-ta
para los boletos, o porque no pueden cos-tear
los gastos para las herramientas o mate-riales,
y también algunos tienen que dejar por
haber conseguido trabajo. En general, esos
alumnos vuelven a la escuela años después,
cuando tienen una mayor posibilidad de con-currir.
También respecto a la repetición, no-sotros
mismos nos hemos sorprendido cuando
vemos que muchos estudiantes repiten, sobre
En los cursos desarrollados actual-mente
en la Escuela Figari se imparte
una sólida formación técnica (oficio),
sin descuidar la expresión o creati-vidad
del educando y permitiendo
que este acceda a niveles artísticos
de considerable trascendencia.
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CONvocación 12 - 13 REVISTA INTERDISCIPLINARIA DE REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA EDUCATIVA CONvocación 12 - 13 REVISTA INTERDISCIPLINARIA DE REFLEXIÓN Y EXPERIENCIA EDUCATIVA
disciplinas artísticas logran abrir la mente para
posibilitar el desarrollo de estructuras cogniti-vas
que permiten el acceso a la imaginación y
despertar la sensibilidad al talento y la crea-ción.
Nos asombra que nuestra escuela esté tan
poco difundida cuando el papel que puede
cumplir es de gran relevancia social, aunque
también lo podemos comprender si pensamos
en lo olvidado que ha permanecido el pensa-miento
de Figari, o la poca puesta en práctica
de las ideas de Paulo Freire.
(…) Lo que debería ser materia del más eleva-do
cultivo: el ingenio, el ingenio práctico, es
precisamente lo que más excluido queda de
todo programa educacional (Figari; s/año: s/
pág.).
Las élites asustadas tienden a silenciar a las
masas populares, domesticándolas por la fuer-za
o con soluciones paternalistas. Tienden a
detener el proceso del cual surge la elevación
popular con todas sus consecuencias (Paulo
Freire; S/año: s/pág.).
La educación encierra un tesoro… la Escuela
Figari ofrece su parte…
Bibliografía
DOMÍNGUEZ, L. - R. GÉREZ – L. MARTINELLI:
“Pedro Figari: una pedagogía olvidada”. Po-nencia
presentada en las VII Jornadas Inter-nacionales
de Educación: “Educación, trabajo
y ciudadanía: problemas y perspectivas” en
UNER Concordia, setiembre de 2005.
FIGARI, Pedro (1965): Educación y Arte. Mon-tevideo:
Biblioteca Artigas, Colección Clásicos
Uruguayos, volumen 81.
PELUFFO LINARI, Gabriel (2006): Pedro Figa-ri:
arte e industria en el novecientos. Montevi-deo:
Editorial del Consejo de Educación Técni-co
Profesional.
MOUNIER, Emmanuel (1948): El miedo del si-glo
XX. Madrid, 1957.
TENTI FANFANI, Emilio: “Culturas juveniles y
cultura escolar”. Documento. Buenos Aires,
mayo del 2000.
Juan Carlos Alves
Guitarrista, compositor y maestro luthier.
Como guitarrista actuó en principales salas del
país desde 1970. Sus obras como compositor
han sido elogiadas por la crítica musical espe-cializada.
Impartió clases de Cultura Musical y
Dirección Coral en Educación Secundaria des-de
1975. Es maestro luthier en la Escuela “P.
Figari”.
Carlos Alves Calabria
Es concertista de guitarra y luthier. Egresó del
Curso de Violería de la Escuela “P. Figari” en
1999. Integra, a partir del año 2001, su cuerpo
docente como maestro luthier hasta la actua-lidad.
Es estudiante de asignaturas de profe-sorados
de Informática y Carpintería en INET.
Néstor Martínez
Escultor de Talla en Madera (Escuela “Pedro
Figari”). Profesor efectivo del Curso de Talla
y Escultura en madera de la Escuela de Artes
y Artesanías “Dr. Pedro Figari”. Formación en
Servicio: Curso “Actualización en Ciencias de
la Educación para docentes del CETP- UTU”.
IPES 2007- 2008. Profesorado de Historia en
curso.
en tiempos de crisis. Desde 2007 los docentes
y estudiantes nos encontramos en un momen-to
de construcción de un proyecto de escuela
que atienda las necesidades de la formación
artística recuperando la mejor tradición de la
filosofía que impulsó Pedro Figari.
Palabras utilizadas en sus propósitos: crite-rio,
individualidad, energía individual, espíritu
de iniciativa, empresa, facultades ejecutivas,
observación, sentido estético, inventiva, com-posición
racional y decorativa, ingenio per-severancia
la ubican en una época que algu-nos
dicen que ya pasó, pero nos permitimos
preguntarnos si hay otra manera de enseñar
y aprender que no contenga esta filosofía hu-manista
que se destaca en el pensamiento de
Figari, conjugando arte y educación.
Para lograr plenamente la formación de lo ar-tístico
es imprescindible la conjugación de los
aspectos técnicos dentro de una enseñanza
formal, en el sentido de estatal, obligatoria,
gratuita y laica.
La técnica posibilitará la libertad de opciones y
dejará un sedimento de seguridad en el hecho
artístico.
El saber hacer genera la motivación para se-guir
aprendiendo y ampliando conocimientos.
En la mayoría de los talleres, los maestros son
técnicos, artesanos o artistas, que forman al
alumno en los conocimientos propios del ofi-cio,
orientándolos hacia el arte y esencialmen-te
actuando como consejeros en aspectos so-ciales,
junto a los integrantes de cada grupo,
de tal manera que se logran importantes y po-sitivos
cambios en su vida social y afectiva.
Figari proponía conjugar el arte, especialmen-te
nacionalista o con corrientes autóctonas re-gionales,
con la Industria. Conjugar la Escuela
Industrial con Bellas Artes para lograr el hom-bre
productivo como ideal propio de su época.
Si bien aspiramos a la formación integral en ni-ños,
adolescentes y adultos en una concepción
de educación para todos y para toda la vida,
nos encontramos con obstáculos que quere-mos
destacar. En primer lugar la problemática
acrecentada en los países del tercer mundo,
por la pobreza y marginación que perturban al
sujeto no solo en el aspecto social, sino tam-bién
en su salud física y mental, afectando sus
posibilidades de desarrollo intelectual. Un gran
porcentaje de su población no llega al nivel de
estudios correspondientes al Ciclo Básico de
Secundaria. Esto explica que muchas veces
los docentes de la escuela nos encontramos
con adolescentes que no tienen construidas las
estructuras que permiten la comprensión o los
niveles de abstracción que exige muchas ve-ces
el trabajo artístico y tecnológico.
Sin embargo, es importante reconocer que las
La diversidad de estudiantes que in-gresa
en nuestra escuela hace que
el proceso de socialización no pue-da
medirse en forma pareja y en-tonces
a unos les lleva unos pocos
días entrar en el clima de la escue-la,
mientras a otros puede llevar-les
todo el año comprender la pro-puesta,
sentirse cómodos con ella,
soltarse, crear.