1. Investigación sobre trasplante
de órganos.
El trasplante o “injerto médico es un
tratamientomédico complejo que consiste en
trasladar órganos, tejidos, o células de una persona a
otra”. El órgano trasplantado remplaza y asume la
función del órgano dañado del receptor, salvándole la
vida o mejorando la calidad de vida. Una variedad de
órganos macizos y tejidos pueden ser trasplantados,
incluyendo riñones, pulmones, corazones, y
precursores hematopoyéticos. Hay algunos riesgos
asociados con este procedimiento que dependen del
tipo del trasplante, que frecuentemente incluyen
infección y rechazo del injerto.
El primer trasplante con éxito de nuestra
época registrado fue de córnea en 1905, llevado
a cabo por EduardaSir. El primero de riñón fue
en el Peter VentaBrigán Hospital en 1951 y el
primero de corazón se realizó el 3 de
diciembre de 1967 (44 años).
L trasplante es un tratamiento médico
complejo que permite que órganos, tejidos o
células de una persona puedan remplazar a
esos mismos órganos, tejidos o células que se
encontraban enfermos en otra persona. En
algunos casos el trasplante supone salvar la
vida de la persona que recibe el órgano, en
otros, aunque no garantiza la curación de la
dolencia, ofrece al paciente la posibilidad de
mejorar su calidad de vida.
2. Cuando la familia ha sido informada y ha dado
el consentimiento, se procede a extraer los
órganos que hayan sido autorizados y se pone
en marcha un complejo proceso para
encontrar receptores.
En condiciones óptimas, es decir, si la familia
consiente que se donen todos los órganos y
tejidos posibles, una persona puede donar los
riñones, el hígado, el corazón, el páncreas y los
pulmones, así como tejido óseo, las córneas,
El proceso de búsqueda de un receptor
comienza en el mismo momento en que se da el
consentimiento a la donación, puesto que el
tiempo es fundamental en los trasplantes.
Cuanto menos tiempo pase entre el momento
en que el órgano se extrae y el instante en que
es injertado en el receptor (lo que se conoce
con el nombre de isquemia), más posibilidades
hay de que el órgano donado funcione bien en
su nuevo cuerpo.
Aunque lo ideal sería que todos pudiésemos
donarnos entre todos, la realidad es que hay
que cumplir determinadas características
para ser receptor de un órgano: es cuando se
empieza a hablar de la compatibilidad entre
donante y receptor.
Decir que dos personas son compatibles
implica que tienen el mismo grupo sanguíneo y
los “mismos” antígenosHLA (un tipo de
anticuerpos que rodean a la célula y que hace
que nuestro organismo no la vea como un
3. cuerpo extraño, es decir, como a un intruso al
que debe destruir). Decimos “mismos” porque
solo los gemelos idénticos tiene los mismos
anticuerpos HLA, por lo que lo que se trata de
encontrar en estos casos, Esla mayor
similitud posible entre los del dónate y los del
receptor.
Una vez que somos compatibles a nivel clínico
en ese sentido, hay que fijarse en otras
características que favorecerán el éxito del
injerto, como el tamaño del órgano o la edad
de los pacientes. Así, un órgano de un adulto no
se podrá trasplantar a un niño, ya que sus
órganos son muchos más pequeños y viceversa.
Analizado todo esto, el último elemento
“clínico” que se contempla es el de la gravedad
del paciente: cuanto más grave, más
El rechazo del órgano injertado se produce
cuando el cuerpo del receptor reacciona
atacando a ese órgano, ya que lo identifica
como algo extraño al cuerpo del individuo y,
por lo tanto, como algo perjudicial. No hay
forma alguna de garantizar que esto no
suceda pese a que donante y receptor sean
aparentemente compatibles, dado que nuestro
sistema inmunológico es bastante perfecto, y
por lo tanto, bastante difícil de engañar en
este sentido. Por eso, los médicos intentan
“atontar” al sistema inmunológico de la
persona que recibe el órgano con los conocidos
4. como fármacos inmunosupresores. Gracias a
su acción, nuestros anticuerpos no funcionan
la 100% de su capacidad y, por lo tanto,
logramos que nuestro nuevo órgano les engañe.
El inconveniente, sin embargo, es que también
están más “atontados” para identificar a
virus, bacterias y microrganismos que sean
realmente nocivos, por lo que la persona que
está tomando este tipo de fármacos es más
vulnerable a cualquier infección.
Después de un trasplante de órgano, se pueden
producir tres formas de rechazo y no todos
ellos significan necesariamente la pérdida del
órgano. De hecho, más del 90% de los rechazos
agudos pueden tratarse con éxito con las
modernas pautas de inmunosupresión.
Finalmente nos encontramos con el rechazo
crónico, la fase en que la función de un órgano
trasplantado está crónicamente deteriorada
y finalmente puede producirse la pérdida del
injerto. Se trata de una situación a la que
irremediablemente se llega, aunque depende
mucho de cada persona el tiempo que se tarda
en llegar a ella.
El trasplante permite a la persona que recibe
el órgano mejorar su calidad de vida y hacer
una vida lo más parecida posible a la de una
persona normal. No obstante, las revisiones y
controles médicos y la toma de medicamentos
es algo con lo que va a tener que convivir para
siempre el receptor de un órgano.
5. Lugares donde se optubo la información:
http://www.ont.es/Paginas/default.aspx
http://www.setrasplante.org/http://www.