Este documento es la transcripción de una misa católica celebrada el segundo domingo de Pascua. Incluye las lecturas bíblicas, salmos, homilía, oraciones y rituales eucarísticos como la consagración del pan y el vino. El evangelio narra la aparición de Jesús resucitado a los discípulos, incluyendo a Tomás que dudaba hasta tocar las heridas de Jesús.
2. CANTO DE ENTRADA ESTE ES EL DIA EN QUE ACTUO EL SEÑOR, SEA NUESTRA ALEGRIA Y NUESTRO GOZO. DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO, PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA. ALELUYA, ALELUYA.
3. Que lo diga la casa de Israel, es eterna su misericordia; que lo diga la casa de Aarón, es eterna su misericordia; que lo digan los fieles del Señor, es eterna su misericordia.
4. ESTE ES EL DIA EN QUE ACTUO EL SEÑOR, SEA NUESTRA ALEGRIA Y NUESTRO GOZO. DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO, PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA. ALELUYA, ALELUYA.
9. TEN PIEDAD SEÑOR Ten piedad Señor, ten piedad (Tris) padre Dios, ten piedad. Otros rezarán, ten piedad, otros reirán, ten piedad, otros nacerán, ten piedad
10. YO CONFIESO Yo confieso ante Dios todopoderoso y ante vosotros hermanos, que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.
11. Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a vosotros hermanos, que intercedáis por mí ante Dios, nuestro Señor.
12. ACTO PENITENCIAL Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna. Amén.
16. LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado por los muchos prodigios y signos que los apóstoles hacían en Jerusalén.
17. Los creyentes vivían todos unidos y lo tenían todo en común; vendían posesiones y bienes, y lo repartían entre todos, según la necesidad de cada uno. A diario acudían al templo todos unidos, celebraban la fracción del pan en las casas y comían juntos, alabando a Dios con alegría y de todo corazón; eran bien vistos de todo el pueblo, y día tras día el Señor iba agregando al grupo los que se iban salvando.
20. DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO, PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA
21. Diga la casa de Israel: eterna es su misericordia. Diga la casa de Aarón: eterna es su misericordia. Digan los fieles del Señor: eterna es su misericordia. R.
22. DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO, PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA
23. Empujaban y empujaban para derribarme, pero el Señor me ayudó; el Señor es mi fuerza y mi energía, él es mi salvación. Escuchad: hay cantos de victoria en las tiendas de los justos. R.
24. DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO, PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA
25. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho, ha sido un milagro patente. Éste es el día en que actuó el Señor: sea nuestra alegría y nuestro gozo. R.
26. DAD GRACIAS AL SEÑOR PORQUE ES BUENO, PORQUE ES ETERNA SU MISERICORDIA
28. LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PEDRO Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios os custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final.
29. Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe -de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan a fuego- llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo.
30. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación.
34. El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu. Lectura del Santo Evangelio, según San Juan. Gloria a ti, Señor.
35. Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros." Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: "Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo." Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos."
36. Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: "Hemos visto al Señor." Pero él les contestó: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo."
37. A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomas con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: "Paz a vosotros." Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente." Contestó Tomás: "¡Señor mío y Dios mío!" Jesús le dijo: "¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto."
38. Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.
44. CREDO Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
45. Nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos,
46. al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
47. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica,
48. la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
50. Por todos los que formamos la Iglesia; para que sintamos la presencia de Jesucristo resucitado entre nosotros. ROGUEMOS AL SEÑOR TE ROGAMOS, ÓYENOS
51. Por los que gobiernan las naciones del mundo; para que la búsqueda del progreso material no les haga olvidar la defensa de la vida. ROGUEMOS AL SEÑOR TE ROGAMOS, ÓYENOS
52. Por los débiles en la fe; para que perseveren en la búsqueda de Dios y para que nuestra oración les ayude a encontrar luz en su camino. ROGUEMOS AL SEÑOR TE ROGAMOS, ÓYENOS
53. Por los que no creen en la resurrección de Jesucristo; para que se dejen guiar por el Espíritu Santo para abrir su corazón a la Palabra de Dios. ROGUEMOS AL SEÑOR TE ROGAMOS, ÓYENOS
54. Por nosotros; para que el hecho de encontrarnos con el Señor resucitado avive nuestra fe en Jesucristo . ROGUEMOS AL SEÑOR TE ROGAMOS, ÓYENOS
58. OFERTORIO: Por los hombres. Por los hombres que viven unidos, por los hombres que buscan la paz, por los pueblos que no te conocen, te ofrecemos el vino y el pan.
59. Pan y vino sobre el altar son ofrendas de amor pan y vino serán después tu cuerpo y sangre Señor. (Bis)
60. Orad hermanos para que este sacrificio nuestro sea agradable a Dios Padre todopoderoso.
61. El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su Santa Iglesia. NOS PONEMOS EN PIE
63. El Se ñ or est é con vosotros. Y con tu esp í ritu. Levantemos el coraz ó n. Lo tenemos levantado hacia el Se ñ or. Demos gracias al Se ñ or, nuestro Dios. Es justo y necesario.
64. E n verdad, Padre bueno, hoy estamos de fiesta: nuestro coraz ó n est á lleno de agradecimiento y con Jes ú s te cantamos nuestra alegr í a: ¡ Gloria a ti, Se ñ or, porque nos amas!
65. T ú nos amas tanto, que has hecho para nosotros este mundo inmenso y maravilloso. Por eso te aclamamos: ¡ Gloria a ti, Se ñ or, porque nos amas!
66. T ú nos amas tanto, que nos das a tu Hijo, Jes ú s, para que é l nos acompa ñ e hasta ti. Por eso te aclamamos: ¡ Gloria a ti, Se ñ or, porque nos amas!
67. T ú nos amas tanto, que nos re ú nes con Jes ú s como los hijos de una misma familia. Por eso te aclamamos: ¡ Gloria a ti, Se ñ or, porque nos amas!
68. Por ese amor tan grande queremos darte gracias y cantarte con los á ngeles y los santos que te adoran en el cielo:
69. SANTO: Santo de Haendel Santo, santo, santo es el Señor Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra llenos están de tu gloria. Santo, santo, santo en el cielo (bis)
70. Bendito el que viene en nombre del Señor Bendito el que viene en su nombre. Santo, santo, santo es el Señor Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra llenos están de tu gloria.
71. Bendito sea Jes ú s, tu enviado, el amigo de los ni ñ os y de los pobres. É l vino a ense ñ arnos c ó mo debemos amarte a ti y amarnos los unos a los otros.
72. É l vino para arrancar de nuestros corazones el mal que nos impide ser amigos y el odio que no nos deja ser felices.
73. É l ha prometido que su Esp í ritu Santo estar á siempre con nosotros para que vivamos como verdaderos hijos tuyos. Bendito el que viene en nombre del Se ñ or. Hosana en el cielo.
74. A ti, Dios y Padre nuestro, te pedimos que nos env í es tu Esp í ritu, para que este pan y este vino sean el Cuerpo y la Sangre de Jes ú s, nuestro Se ñ or.
75. E l mismo Jes ú s, poco antes de morir, nos dio la prueba de tu amor. Cuando estaba sentado a la mesa con sus disc í pulos,
76. tom ó el pan, dijo una oraci ó n para bendecirte y darte gracias, lo parti ó y lo dio a sus disc í pulos, dici é ndoles:
78. T omad y comed todos de é l, porque esto es mi Cuerpo, que ser á entregado por vosotros. ¡ Se ñ or Jes ú s, t ú te entregaste por nosotros!
79. Despu é s, tomó el cáliz lleno de vino y, dándote gracias de nuevo, lo pas ó a sus disc í pulos, diciendo:
80. T omad y bebed todos de é l, porque é ste es el c á liz de mi Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que ser á derramada por vosotros y por todos los hombres para el perd ó n de los pecados. ¡ Se ñ or Jes ú s, t ú te entregaste por nosotros!
81. Y les dijo tambi é n: Haced esto en conmemoraci ó n m í a. Por eso, Padre bueno, recordamos ahora la muerte y resurrecci ó n de Jes ú s, el Salvador del mundo. É l se ha puesto en nuestras manos para que te lo ofrezcamos como sacrificio nuestro y junto con é l nos ofrezcamos a ti. ¡ Gloria y alabanza a nuestro Dios!
82. E sc ú chanos, Se ñ or Dios nuestro; danos tu Esp í ritu de amor a los que participamos en esta comida, para que vivamos cada d í a m á s unidos en la Iglesia, con el Papa Benedicto, nuestro obispo Ricardo y todos los que trabajan por tu pueblo. ¡ Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!
83. No te olvides de las personas que amamos ni de aquellas a las que debi é ramos querer m á s. Acu é rdate de los que ya murieron y rec í belos con amor en tu casa. ¡ Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!
84. Y un d í a, re ú nenos cerca de ti con Mar í a, la Virgen, Madre de Dios y Madre nuestra, para celebrar en tu reino la gran fiesta del cielo.
85. Entonces, todos los amigos de Jes ú s, nuestro Se ñ or, podremos cantarte sin fin. ¡ Que todos seamos una sola familia para gloria tuya!
86. Por Cristo, con é l y en é l, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Esp í ritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Am é n
87. Llenos de alegría por ser Hijos de Dios digamos confiadamente la oración que Cristo nos enseñó:
88. PADRENUESTRO Padrenuestro que estás en el cielo santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
89. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.
90. Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: 'La paz os dejo, mi paz os doy', no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu Iglesia y, conforme a tu palabra, concédele la paz y la unidad. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
91.
92. PAZ: Paz en la tierra 1.- Da la paz, hermano, da la paz, constrúyela en tu corazón y con tu gesto afirmarás que tienes la paz.
93. PAZ EN LA TIERRA, PAZ EN LAS ALTURAS, QUE EL GOZO ETERNO REINE EN NUESTRO CORAZÓN. (bis)
94. 2.- Que tu paz, hermano, sea don, es el mejor signo de amor que tú nos puedes ofrecer, abrazo de paz.
95. - Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
96. - Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
97. - Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, danos la paz.
98. Este es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor.
99. - Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
101. COMUNIÓN: Somos testigos El Señor resucitó venciendo a la muerte en la cruz, nuestra esperanza está en él, Él es nuestro Salvador. Atrás quedó el temor, la duda y la poca fe, hagamos ya realidad un Reino nuevo de amor.
102. SOMOS TESTIGOS DE LA RESURRECCION. ÉL ESTA AQUI. ESTA PRESENTE, ES VIDA Y ES VERDAD. SOMOS TESTIGOS DE LA RESURRECCION. ÉL ESTA AQUI. SU ESPÍRITU NOS MUEVE PARA AMAR.
103. Tú nos reúnes, Señor, en torno al cáliz y al pan. Y nos invitas a ser la luz del mundo y la sal. Donde haya odio y dolor, haremos presente tu paz. En cada gesto de amor María, Madre, estará.