El documento discute el virus del papiloma humano (VPH) como el principal factor de riesgo del cáncer cérvico-uterino. Explica que el VPH infecta las células del cuello uterino y puede causar cambios que con el tiempo pueden convertirse en cáncer. Resalta la importancia de las pruebas de Papanicolaou para detectar alteraciones celulares tempranas y prevenir el desarrollo del cáncer.
Instrucciones para la aplicacion de la PAA-2024b - (Mayo 2024)
VPH Cáncer cérvico-uterino
1. VIRUS DEL PAPILOMA HUMANO COMO PRINCIPAL FACTOR
DE RIESGO DE CÁNCER CÉRVICO-UTERINO.
Actualmente se estima que en los países de bajos recursos, todos los días
mueren mujeres víctimas del cáncer cérvico-uterino; estas mujeres dejan
familias y comunidades que depende de ellas. El cáncer cérvico-uterino es el
segundo cáncer más frecuente en mujeres a nivel mundial y la causa principal
de muerte por cáncer en mujeres en los países en vías de desarrollo. De
acuerdo con la OMS, cerca de 650 mujeres en todo el mundo morirán
diariamente de cáncer cérvico-uterino.
La incidencia de cáncer en la región de Latino América es la más alta del
mundo 33 casos/100 000 aún comparada con el África 31/100,000. Solo en
América del Sur se diagnostican más de 48 000 nuevos casos de cáncer
cervical invasivo. En el Perú, la incidencia de cáncer cervical es una de las más
altas de las Américas, con niveles de 40/100 000 mujeres resultando en una
mortalidad de 22 por 100 000 mujeres.
¿Por qué el virus del papiloma humano (VPH) es considerado el principal
factor de riesgo de cáncer cérvico-uterino? Porque este cáncer comienza
con la infección por VPH esto se debe a que en el interior el cuello uterino está
revestido por células planas lo cual esta área es particularmente vulnerable a
los ataques del virus del papiloma humano. De los distintos tipos de HPV
conocidos, los tipos 6 y 11 están asociados aproximadamente con el 90% de
las verrugas genitales y los tipos 16 y 18 con más del 70% de los cánceres
cérvico-uterino.
El enlace entre el cáncer cérvico-uterino y el VPH fue demostrado a principios
de los años 80’s por el Dr. Harald zur Hausen y la infección es un requisito
necesario para el desarrollo de esta enfermedad. Descubrió que el Virus del
Papiloma Humano (VPH) integraba material genético al de las células del útero
y las transformaba en cancerosas. Este hallazgo, que le dio un nuevo rumbo a
la forma de estudiar causas y tratamientos de las enfermedades malignas en el
Título
INTRODUCCIÓN
TesisContextodela
discusiónLos
problemas
2. mundo, lo hizo merecedor del Nobel de Medicina en el 2008. Si las células de
los tumores habían sido afectadas por un virus, el material genético (ADN) viral
tendría que haberse escondido entre el genoma (ADN) de las células del útero
y desde allí les ordenaría a estas últimas que se multiplicaran sin parar,
dándole origen al cáncer.
Está claro que los eventos infecciosos juegan un papel significativo en la
aparición del cáncer. De hecho, algunas estimaciones apuntan que cerca del
21% de los casos de cáncer a nivel global están causados por una infección, ya
sea vírica, bacteriana o mediada por un parásito. Tenemos buenas razones
para pensar que ese porcentaje probablemente aumente en el futuro.
La Dra. Mónica Molano, Coordinadora del Grupo de Investigación en
Biología del Cáncer, del Instituto Nacional de Cancerología (INC) nos
menciona que “El cáncer cérvico-uterino no tiene factor hereditario, como sí
ocurre con el cáncer de mama. Es uno de los pocos cánceres que se ha podido
encontrar el factor principal y es el VPH, y en algún momento de la vida, más
del 60 por ciento de las mujeres lo han tenido, pero el sistema inmune elimina
la infección que puede provocar”.
De este virus, que es de transmisión sexual, se han identificado 100 tipos, los
más dañinos son los que se conocen como 6, 11, 16 y 18, siendo estos dos
últimos los de más alto riesgo, ya que están asociados a lesiones cervicales
avanzadas o cáncer de cuello uterino, mientras que los registrados como 6 y 11
están relacionados con las verrugas genitales, que no causan dolor, lo que
hace que no se traten oportunamente.
Javier Godoy, Médico Especialista en Oncología Clínica Universidad
Militar Nueva Granada. Destaca que “Cuando se adquieren las cepas del virus
que son oncológicas, el tiempo para desarrollar el tumor se estima entre 2 y 4
años, aunque para el cáncer cérvico-uterino es de aproximadamente 9 o 10
años. El cáncer cérvico-uterino se puede manifestar con verrugas y úlceras en
la piel. Por eso, ante cualquier cambio se debe consultar de inmediato al
ginecólogo o al dermatólogo”.
DESARROLLO
Explicaciónyexposicióndelosargumentosque
sustentanlaideacentral
3. Para aclarar que como no hay síntomas que digan que el virus está ahí, las
mujeres deben estar atentas, porque cuando ya está la contaminación se
comienza a desarrollar un tumor que en estados avanzados se manifiesta con
flujos anormales, como el color que puede ser oscuro y abundante, y el olor
desagradable, o sangrados sin razón. Teniendo en cuenta que la secreción
normal vaginal es clara, casi transparente y no tiene olor.
En conclusión la mejor manera de prevenir el cáncer cérvico-uterino es alentar
la realización del test de Papanicolaou, que detecta alteraciones en las células
del cuello uterino y permite tratarlas rápidamente antes de que evolucionen
hacia un cáncer invasivo. Se recomienda que el primer Papanicolaou se realice
a los 6 meses de haber iniciado la vida sexual o a los 25 años si aún no se ha
iniciado vida sexual y a partir de esa primera vez hay que repetirlo cada 6
meses durante toda la vida de la mujer.
El Papanicolaou es la primera prueba que se realiza ante la sospecha de
infección por Virus del Papiloma Humano (VPH), presencia de ulceras en el
cuello de la matriz (cérvix) pero no solo se debe realizar al haber síntomas o
lesiones visibles, sino la mayor importancia de este examen es la de prevenir
lesiones precursoras y no dejar que llegue a convertirse en cáncer.
CONCLUSIÓN
Comentario
final