En 1870, dos hermanas humildes en Europa querían abrir un restaurante pero el gobierno se lo prohibió y les exigió darles las ganancias. Desilusionadas, se encontraron con un hombre desconocido que se ofreció a ayudarlas sin revelar su identidad. Gracias a su ayuda, pudieron abrir con éxito su restaurante y cumplir su sueño.