2. Primero: Conocer bien lo que se pide.
• Ten bien claro que es lo que quieres:
• Un dulce Un libro
• Una pelota
Salir con los amigos
3. • Considera si tu familia tiene esas cosas o el dinero suficiente
para comprarlas.
• Ten presente que si tu familia piensa que lo que pides te
puede hacer daño, no lo va a aceptar.
• Por ejemplo: el consumo excesivo de dulces te puede
provocar caries, y la comida con escaso valor nutrimental
hace que engordes y que no te nutra.
4. • También investiga si ese día o a esa hora que tu quieres,
ellos te puedan llevar a donde tú pides sin que tengan que
descuidar su trabajo. Recuerda que todos tenemos
obligaciones que cumplir.
• El secreto es entender las causas y platicarlas con tu familia
para realizar u obtenerlas en otro momento.
5. Segundo: Aprender a pedir.
• Las cosas pídelas con calma. “ por favor”, sin gritos,
sin exigencias. Los adultos se molestaran si les pides
las cosas a gritos o llorando por capricho.
6. • Es muy importante usar el nombre de las personas a
quien se pide algo.
Por ejemplo: Tía chela, ¿me das un dulce? O
Tía chela ¿me podrías llevar, por favor a
jugar con mis amigas?. La tía chela se sentirá
tomada en cuenta y valorada cuando oiga su
nombre.
Tía chela, ¿me
das un dulce?
7. • Para convencer a los adultos, es útil decirles que tú
ya cumpliste con tus obligaciones. Claro: debes
haberlas cumplido si recuerda que si mientes, la
mentira tendrá una consecuencia, y no te será
favorable.
• Ejemplo: terminaste la tarea, levantaste tu
uniforme.
8. • Escucha razones sean de amigos, familia o
maestros, y expresa con claridad tus deseos, y
analiza con tus mayores lo que es conveniente y
razonable hacer por tu bien y por el de las personas
que te rodean.